Martincito, el niño gordito (4)
Está vez Martincito llegó de la mano de su mamá y así mismo se fue, pero no sin beber antes de mi pene.
Llegó un día más, sábado para ser preciso, igual como los tres anteriores a eso de las 11 del mediodía levanté el portón de la cochera y me senté ahi a esperar si venía Martincito, pasaron 20 minutos y no lo miraba cerca, me estaba comenzando a aburrir cuando lo ví a él y así mamá cruzando la calle de la mano,
– Buenos días, vecino- Me saludó su mamá
– Buenos días- Le respondí
– Disculpe, vecino, se podrá quedar Martincito un ratito aquí con usted? Ocupo ir a hacer un mandado rápido y él dice que le está ayudando a arreglar el carro- Me dijo apuntando a mi auto que seguía al fondo de la cochera con el capó abierto.
– Ah, si me ha estado ayudando. Sí, no sé preocupe, yo aquí lo cuido- Le respondí, por dentro estaba muy nervioso de pensar que me dejaría a cargo de Martincito.
– Muchas gracias, dos horas máximo me voy a tardar, yo paso por él cuando regrese – Me dijo, – Pórtate bien con el muchacho, – Le dijo al niño, él asintió – Cómo te llamas?- Me preguntó
– Fernando – Le contesté
– Pórtate bien con Fernando, yo ahorita vengo-
– Sí, mamita- Le respondió Martincito con una sonrisa.
– Bueno, nos vemos en un ratito- Me dijo,
– Nos vemos- Y la señora tomó camino dejándonos a Martincito y a mí solos
– No estás arreglando el carro- Dijo, Martincito cuando su mamá se alejó,
– No, hoy no tengo ganas- Le respondí con indiferencia
– Y si no vas a arreglar el carro, qué vas a hacer?-
– No sé, quieres… Tomar lechita?- Le dije hablando despacio y con una sonrisa pícara, Martincito sonrió al cachar la invitación
– Sí – Dijo
– Vamos- Le invité, y caminé rumbo a dentro de la casa
– No vamos al baño?- Preguntó quedándose quieto
– No, mejor vamos a mí cuarto – Le dije, y presioné el botón para que el portón cerrará.
– Bueno- Dijo Martincito, me siguió dentro de la casa y después a dónde estaba mi cuarto, lo invité a pasar e inmediatamente cerré la puerta detrás, estaba muy emocionado y nervioso, tenía a Martincito en mi cuarto sólo para mí, me pasaba por la mente la idea de cogérmelo, pero no, sería algo muy apresurado además que no tenía ninguna experiencia, no me podía arriesgar a lastimarlo o asustarlo.
Martincito se tomó un momento para mirar lo que había en mi cuarto,
– Tienes un Xbox – Dijo, y se acercó al mueble de la tele donde tenía abajo la consola
– Sí, si quieres jugamos después – Le dije, estaba un poco ansioso, quería que me la chupara ya, pero Martincito en su lugar permanecía agachado viendo las cajas de los juegos y yo desde atrás le miraba el culo sobándome la verga por encima de la ropa,
– Tienes el call of duty nuevo- Dijo mirando la caja del juego. Tenía ura erección terrible, tan solo quería bajarme la calentura, pero a Martincito parecía interesarle más los juegos en ese momento, me le acerqué por atrás y aprovechando que estaba agachado le toqué el culo con la mano mientras me apretaba la verga con la otra,
– Hey- Dijo dando un salto
– Pensé que querías leche- Le dije
– Si quiero- dijo dándose la vuelta hacia mí, – Sácala- Dijo, ahora sí prestando atención a mi entrepierna
– Sácamela tú – Le pedí, con su mano izquierda la metió por el borde de mi pantalón y bajó hasta llegar a mi verga agarrándola, con un movimiento la sacó del pantalón y comenzó a masturbarme, quería que me la mamara, pero teníamos tiempo, así que no quise apresurarlo, en su lugar metí mi mano en su pantalón y empecé a acariciarle sus partecitas, su penesito también estaba duro como el mío, pero yo quería algo más, así que saqué mi mano de su pantalón y llevé ambas manos atrás para agarrarle las nalgas apretándolas,
– Hey, porqué me agarras la cola, me vas a culear o qué- Dijo con una risita
– Qué? Cómo sabes que te quiero culear?- Le dije, sorprendido por su pregunta y quité mis manos de su trasero
– Te acuerdas que te conté que se la había visto parada a un niño en el baño la escuela?- Le respondí que sí con la cabeza, – Se llama Efraín, es de sexto y a veces cuando me ve en el baño me mete a uno y me culea- Dijo Martincito con una risita pícara,
– Y… Cómo te culea?- Le pregunté, Martincito seguía con su mano subiendo y bajando por mi pene.
– Pues… Me pone de espaldas y me pega su verga en la cola, dice que eso es culear-
– Ahhh…- Respondí, por un momento había creído que en verdad otro niño se lo cogía y por eso Martincito parecía «saber cosas», – Y te gusta que te coja ese niño?- Le pregunté
– Pues me da cosquillas, yo nomás le digo que no y lo empujo, pero él me agarra y dice que está rico mi culo- Martincito sostenía la sonrisa mientras me contaba, delatando que si le gustaba lo que el otro niño le hacía,
– Me dejas culearte?- Pregunté, si quería ir un poco más lejos con Martincito esa era una oportunidad que no podía dejar pasar
– Nooo…- Dijo Martincito con una risita
– Ándale, si me dejas culearte me va a salir más rápido la leche – Le insistí deseando que dijera que sí,
– Mmm… bueno, pues- Respondió apenado, yo por dentro estaba saltando de la emoción
– Entonces ven, vamos a la cama- Le dije, él caminó junto a mí y dándome la espalda puso las manos en la cama apuntando su culo hacia mí y yo me pegué a él saboreándome, le pasé la verga por el culo encima de la ropa contemplando sus dimensiones, me moví un poco poniendo mi verga entre sus nalgas y Martincito se dejaba, no pensé más y puse mis manos en el borde de su cintura tomando el pantalón y calzones y se los empecé a bajar,
– Hey, qué haces?- Dijo él dándose la vuelta con la ropa a medio bajar
– Pues vamos a culear- Le respondí, sorprendido por su reacción
– No, pero Efra no me baja la ropa. Así me lo hace con la ropa puesta – Dijo
– Pues así no es, te voy a enseñar cómo se culea bien- Le respondí
– Bueno- Dijo, y se volvió a poner de espaldas a mí dándome el culo. Volví a tomar su ropa donde se la había dejado y nuevamente empecé a bajarla, más y más piel de sus nalgas quedaba a la vista y no paré hasta dejar su ropa a las rodillas y su culo completo sin nada que lo cubriera. La piel de sus nalgas era bastante clara, un muy buen culo, frondoso, tal cual me lo imaginaba cuando lo veía con la ropa puesta. Martincito seguía en posición, así que no le dí más rodeos y metí mi verga en el canal de su culo,
– Esa es tu verga, verdad?- Preguntó
– Sí, porqué?-
– Se siente dura y calientito- Comentó
– Así te culea tu amigo de la escuela?- Le dije, y empecé a meter y sacar mi pene entre sus nalgas
– Si, pero con la ropa puesta –
– Y cómo te gusta más?- Lo tenía tomado de la llantita que se le formaba en la cintura
– Pues… Así contigo, sin ropa, siento tu verga gorda y caliente- Martincito estaba bien flojito, mi verga se le deslizaba suave entre sus gordas nalgas
– Es cierto lo que dice tu amigo – Le dije,
– Qué cosa?-
– Que está rico tu culo- Le respondí, Martincito se comenzó a reír ante mí respuesta y yo junto con él sin dejar de pasarle mi macana por las nalgas, – Quieres sentir más rico?- Le pregunté
– Si – Respondió, le saqué la verga de entre las nalgas y me arrodillé detrás de él, volví a tomar su ropa que tenía a mitad de las piernas y comencé a bajársela por completo,
– Levanta el pie- Le dije, le quité una de las sandalias que llevaba puestas y saqué su ropa, después hice lo mismo con la otra pierna dejando a Martincito completamente sin ropa de la cintura para abajo, tenía frente a mí su culo desnudo, acerqué mi cara a él y lo olí, olía a jabón neutro, pegué mi cara a su culo y mi nariz y boca hacían contacto con su raja, aspiré más su aroma y saqué la lengua lamiendo un poco su raja superficialmente,
– Me haces cosquillas – Dijo Martincito con un poco de risa
– Ahorita vas a sentir más cosquillas- Le dije con voz repentinamente sensual, – Pero primero quiero que me la mames – Le dije, me senté en la cama y me quité el pantalón junto con la ropa interior, -Ven, ponte aquí y chúpala – Le dije tomándolo de la mano, él tomó sitio de rodillas entre mis piernas y me vió mi verga tiesa
– Me la acabas de sacar de la cola, está sucia- Me dijo
– No está sucia, nomás te la pasé por las nalgas- Le respondí
– Bueno, pero que te salga la leche rápido, porque ayer te tardaste y luego me duele la boca- Dijo
– Si me la chupas bien me va a salir rapidito-
– Bueno – Dijo, y avanzó la cabeza entre mis piernas mientras yo lo observaba absorto, empezó por un par de lamidas a la cabeza recogiendo el líquido preseminal y después se la metió a la boca, se me erizaban los pelos al sentir nuevamente esa boquita envolviendo mi verga, Martincito hacía sonidos con la boca al chuparmela y a veces me raspaba un poquito con los dientes inferiores,
– Auch, cuidado, acuérdate de no raspar con los dientes – Le dije, entonces se la sacó de la boca
– Perdón, es que la tienes bien gorda – Decía , – Hey, ya no tienes pelos en los huevos – Dijo, levantando un poco mi pene con su mano,
– Sí, es que dijiste que no me los ibas a chupar porque tenía muchos pelos, por eso me los quité – Le respondí
– Pero estos huevotes no me caben en la boca, nomás uno- Me dijo moviéndome los huevos con su mano izquierda,
– Sí, chúpame uno entonces – Le dije
– Pero si te va a salir más rápido la leche?- Preguntó
– Sí, porque voy a sentir bien rico- Le respondí
– Mmmm, bueno, te voy a chupar este- Dijo, señalando mi huevo derecho entre sus dedos, con la otra mano hizo mi verga hacia arriba y volvió a hundir la cabeza entre mis piernas, muriéndome de excitación lo ví buscando con su boca mi testículo y sentí como su boca hacia contacto con la piel de mi escroto haciendo que se me pusiera la piel de gallina y después sentí como mi huevo derecho entraba a esa boquita exploradora,
– Ay, no tan fuerte, chupalo con cuidado- Le dije, el primer chupetón que me había dado me había dolido, me miró a los ojos con mi huevo en la boca y empezó despacio a darle chupadas, – Así, así me gusta, chúpame el otro- Le dije, sacó mi huevo derecho su su boca y pasó al izquierdo, era tan exitante ver cómo se sacaba mi testículo de los labios para continuar con el siguiente.
Martincito parecía disfrutar chupando esas partes prohibidas de mi cuerpo, era obvio que al niño le interesaba bastante explorar su sexualidad y yo gozaba ser el involucrado en su despertar sexual,
– Ya me dolió la boca, es que tienes unos huevotes y no veo que te salga la leche – Me dijo, y se limpiaba con el brazo la saliva que le había quedado alrededor de la boca.
– Ven, súbete a la cama conmigo – Le dije, dándole espacio , él se trepó a la cama y se recostó junto a mí de ladito viéndome, – Quieres que te siga enseñando a coger?- Le pregunté, y metí mi mano entre sus piernas, tomé su verguita y lo empecé a masturbar, él hizo lo mismo y me la agarró y empezó a jalármela,
– Me la vas a volver a meter en la cola?-
– Sí – Le respondí, y saqué mi mano de entre sus piernas para ir a toquetearle el culo, – No quieres?- Le metía la mano en la raja del culo sobando sus gordas nalgas,
– No se…- Respondió,
– Ándale, un ratito nada más- Le respondí, y metí más adentro la mano por el canal de su culo tocando por primera vez su ano
– Hey! No, no me piques el culo- Dijo, riendo con picardía y se meneaba tratando de zafarse,
– Ándale, sí? déjame cogerte un ratito- Le insistía, y con mis dedos índice y medio le recorría el ano,
– Y te va a salir ahora sí la leche?- Había dejado de moverse y me dejaba tocarle agusto el culo,
– Si, te la voy a dar en la boca cuando me salga- Tenía la punta del índice en la entradita de su ano y él no dejaba de masturbarme,
– Pero no te tardes mucho- Me dijo,
– Sí – Le respondí emocionado, – Ponte boca abajo – Le respondí, Martincito siguió la orden quedando con su culo a mi merced, quería echármele encima, ponerle la verga entre las nalgas y empujársela por el hoyo, lo podía hacer si quería, estaba bien caliente y con la verga dura como piedra, pero no quería hacerle daño. Me fuí moviendo de rodillas sobre la cama mientras lo observaba detenidamente, los pies de Martincito eran pequeños, normal para su edad, pero sus muslos eran gordos, se ensanchaba su cintura y seguía en la gordura de su torso, su piel clarita se veia muy suave, igual que sus nalgas, me acerqué a él con las manos al frente listo para seguir manoseando a ese niño y lo tomé de las nalgas, una en cada mano las apreté, lógicamente no eran unas nalgas carnosas sino gordas, pero aún así me provocaban mucho, las separé totalmente y un pequeño ano rosa me saludó, llevé mi cara entre esas nalgas y puse mi nariz encima de su ano oliéndolo directamente, me gustaba su olor a limpio y sudor y como se sentía la piel de su culo en mi cara,
– Porqué me hueles la cola? Me haces cosquillas – Dijo Martincito con una risita,
– Me gusta – Al terminar de articular esas palabras saqué la lengua y la pasé por su hoyo,
– Ay…- Gimió Martincito, – Ahora también me vas a chupar el culo?- Preguntó, mientras yo seguía comiéndole el ano,
– Te gusta?- Pregunté, y continúe lamiendo su asterisco rosado,
– Sí… Se siente rico- Respondió con esfuerzo y movía un poco el culo mientras yo se lo seguía comiendo. Era la primera vez que le chupaba el culo a alguien y le había perdido el asco muy rápido, Martincito me había convertido en un pervertido en solo unos días, lejos estaba de imaginar que lo tendría un día en mi cama chupándole el culo o que lo tendría en mi cochera mamándomela buscando sacarme la leche, pero ahí estaba yo, con mi cara en medio de las nalgas de aquel niño gordito lamiéndole el agujero, estuve un rato con eso hasta que sin decir agua va, me le monté encima, le separé las nalgas, le puse mi verga en medio y apuntando hacia su ano le repegué mi gorda y babeante cabeza en su agujero, no le dí tiempo de reaccionar, me comencé a mover rápido presionando una y otra vez la cabeza de mi pene contra su ano, mi verga babeaba, yo gemía y se comenzaba a escuchar el sonido de mi líquido seminal al hacer contacto contra el ano de Martincito,
– Te gusta?- Le dije, estaba prácticamente acostado encima de él y sentía su gordura suave contra mi cuerpo,
– Si…- Atinó a decir Martincito, entregado a mí. Una y otra vez meneaba mi cadera haciendo mi verga chocar con su ano y mi pubis peludo con sus nalgas, le tenía ya todo el ano lleno de líquidos a Martincito y eso ayudaba a que sintiera más rico la fricción de mi glande con su apretadito agujero trasero y el canal de sus nalgas,
– Que rico se siente tu culo- Se me salió mientras le daba un poco más rápido a mi verga entre las nalgas de Martincito y él respiraba suavemente, – Martincito, ya me va a salir la leche, la quieres en el culo o en la boca?- Le dije, sintiendo que estaba al borde de correrme
– En la boca…- Respondió con una voz ligera. Me mataba escuchar a Martincito decir esas palabras, no hizo más que aumentar mi calentura,
– Date la vuelta y abre la boca- Le dije mientras me levantaba en la cama, él se giró boca arriba y me miraba hacia arriba, me puse encima de él de rodillas y acerqué mi verga a su boca, él automáticamente la abrió, me empecé a masturbar rápidamente con la cabeza de mi pene casi adentro de su boca y en un par de segundos empecé a soltarle mi semen , uno a uno los chorros comenzaban a llenar la boca de Martincito mientras yo lo observaba pasmado, Martincito no cerró la boca hasta que la última gota salió disparada, entonces se tomó un momento para saborearlo y finalmente tragó, – Chupa lo que quedó – Le dije, arrimando mi glande a sus labios, él literalmente empezó a chupar mi pene, miraba sus cachetes contraerse ante las chupadas pero repentinamente se la sacó de la boca,
– Guácala! Se me olvidó que me la estabas poniendo en la cola!- Dijo limpiándose los labios y yo me empecé a reír,
– Pero bien que te tomaste toda mi leche- Le dije, y comencé a levantarme de encima de él,
– Guacala! Dónde está el baño? Siento la cola pegajosa- Me preguntó, y le indiqué a dónde ir. Martincito tomó su ropa y corrió al baño mientras yo lo observaba, me costaba creer que acababa de tener mi primer contacto directo con ese culito y había sido excelente, solo podía pensar en una cosa y era en que se la tenía que meter, ese perfecto y rosado ano tenía que ser para mí.
Cumplí con mi palabra, cuando Martincito regresó yo ya me había vestido y lo invité a jugar videojuegos, la única condición era que el que perdiera se la chupaba al otro. Obviamente yo gané y como recompensa recibí otra mamada de Martincito, de nuevo resongó porque no me venía rápido, pero al final le dí una segunda ración de leche justo momentos antes de que llegara su mamá por él,
– Cómo se portó Martincito?- Preguntó la señora,
– Muy Bien- Le dije.
Como sigue? necesito mas…
buen relato… como sigue?
Martincito es todo un putito… me encanta…
Me encanta la relación que tienes con Martincito y como el niño cada vez disfruta mas de sexo..
Creo que nunca me cansare de leer tus relatos… Me encanta la forma que tienes de escribir y de narrar todo 🔥🔥
como sigue
Me encanta la inocencia de Martincito y lo putito que se esta volviendo.
Felicidades por tus relatos… me gusta mucho la forma que tienes de escribir, ya que lo narras todo con mucho detalle.
Que rico relato, estoy tan excitado y caliente que tengo la polla como una piedra y soltando precum sin parar.
Me encanta la relación que se esta formando entre tu y Martincito es muy excitante y caliente🔥💦
Me encanta esta historia… como sigue?
Como sigue? necesito mas…