Masaje erótico a 4 manos
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Getaway.
Yo estaba muy nervioso y excitado, llegué 15 minutos antes de mi cita y tuve que esperar a que me respondieran un mensaje de que ya estaban listos. Desde el carro alcancé a ver a otra persona que salió pero a lo lejos no pude distinguir cómo era. Salí del carro y toqué a la puerta, me abrió un hombre maduro mayor de 40 años, muy guapo y caballeroso. Ya adentro había otro señor del mismo tipo, solo que más alto. Me pidieron que me sentara en una salita y me preguntaron qué tipo de masaje quería. Con mucha pena les respondí que ya había recibido masajes entes y que tenía curiosidad por el masaje tántrico a 4 manos. Me explicaron que era un masaje de 90 minutos donde ellos daban el masaje coordinados y desnudos, que yo iba a pasar primero para prepárame y les avisara cuando estuviera recostado en la cama de masajes totalmente desnudo. También me preguntaron si estaba dispuesto a experimentar la estimulación de próstata, traté de disimular la excitación y acepté haciéndome el inocente.
Prepararon el cuarto con música relajante y aromas, me dejaron solo así que me desvestí, me di una ducha rápida, me acosté en la cama de masajes y toqué un botón para avisarles que ya estaba listo. Estaba tan nervioso que cerré los ojos. El masaje era delicioso, en verdad estaban muy bien coordinados y eran muy profesionales. Derretían mi espalda con su roce y sus manos hacían maravillas en mis piernas y nalgas. Pude notar que estaban totalmente desnudos y de vez en cuando me rozaban con sus vergas, ya sea intencionalmente o por accidente eso me excitó mucho.
Empezaron a acariciarme la parte interior del muslo, este movimiento me hacía relajarme e ir abriendo mis nalgas, yo ya me imaginaba lo que estaba a punto de pasar. Cada uno empezó a masajearme con más intensidad la pierna hasta la nalga y a rozarme suavemente con las manos la parte que colgaba de mis testículos, eran unas caricias deliciosas. Entonces uno de ellos me tocó con confianza entre las nalgas e introdujo un dedo. Yo estaba muy excitado y relajado así que no hubo ningún impedimento en que hiciera círculos y moviera todo lo que quería. Debo decir que de alguna forma fue la parte más decepcionante del masaje, ya que no estuvo a la altura de todo lo demás.
Me pidieron que me diera la vuelta boca arriba y mi verga estaba totalmente dura, mi corazón latía como desesperado por la excitación y estoy seguro que también tenía un hilo de lubricante escurriendo desde la punta de mi palo por la excitación tan grande. Yo aún no me atrevía a abrir los ojos y de pronto espiaba sus cuerpos delgados y marcados. Para unos hombres maduros tenían unos cuerpos muy bonitos y verlos concentrados en darme placer me ponía más caliente.
El masaje en los brazos, cuello, pecho, abdomen era delicioso. Uno de ellos empezó a masajearme los pies y a chupármelos, mientras el otro me acariciaba el abdomen y la parte interna del muslo. Por un momento pensé que iba a empezar a eyacular pero no quería terminar aun, así que traté de aguantarme, lo que hizo que me pusiera aún más caliente si era posible.
Yo pensé que iban a hacerme sexo oral pero no. Empezaron a masajearme con mucho aceite el pene de arriba hacia abajo y en círculos. Aguanté unos pocos segundos antes de tener un intenso orgasmo que me obligó a tirar chorros de leche por todas partes, cayeron sobre mí, sobre la cama y sobre ellos. Me dieron unos segundos para reponerme y sacaron unas toallitas húmedas para limpiarme completo y terminaron el masaje dándome unas caricias con las puntas de los dedos por todo el cuerpo.
Antes de salir de la habitación me preguntaron si estaba bien, yo respondí que sí y me dijeron que podía tomar agua y que me tomara mi tiempo para vestirme antes de salir. A la salida me devolvieron mis zapatos y platicamos un poco, en verdad fue una experiencia increíble.
Así que al siguiente mes no lo pensé dos veces en reunir mi dinero y volver a pedirles una cita. Pero una tarde antes del masaje estaba tomando vino en la casa y ya medio borracho les mandé un mensaje para decirles que la estimulación de próstata no me había dejado satisfecho, que yo pensaba que se necesitaba algo de mayor tamaño que un dedo para lograr el efecto que buscaba, ellos no me respondieron y yo olvidé el asunto.
Cuando llegué al segundo masaje la entrada fue igual. Esperé a que me indicaran que podía entrar, me prepararon para el masaje y me preguntaron si iba a querer la estimulación de próstata. Con mucha pena dije que sí, pero no estaba seguro si habían recibido el mensaje.
El masaje en la espalda, piernas, hombros y nalgas fue igual de delicioso que la primera vez. Ellos dos estaban desnudos uno a cada lado de mí totalmente desnudos solo que ahora con más confianza colocaron sus bolas sobre las palmas de mis manos. Tratando de moverme relajadamente empecé a acariciar sus testículos y sus vergas.
Yo tenía la cara hacia abajo pero podía sentir cuando daban vueltas alrededor de la cama de masajes para acomodarse y me rozaban con sus pitos pesados y dormidos. Entonces con un poco de más confianza empecé a masturbarlos suavemente y cuando se me acercó el primero a la cara le di en lengüetazo y en seguida empezó a ponerse duro. Al ver como crecía me puse más caliente y con confianza empecé a chuparlo con los ojos cerrados. Ellos seguían con su movimiento normal tratando de concentrarse en el masaje y cuando se me acercó el otro masajista más alto también empecé a chuparle el pito y se puso gigantesco, sentir como crecía en mi boca fue algo súper excitante y liberador.
Cuando empezaron a masajearme las nalgas, el más pequeño se colocó en frente de mí y empezó a masajearme los hombros. Yo podría ver su verga por el hoyo de la cama de masajes donde asomaba la cara pero estaba muy lejos, así que moví mis brazos para agarrarlo por las nalgas y acercármelo para metérmelo en la boca. Mientras tanto, su compañero empezaba a ponerme aceite en el ano y a hacer maravillas con sus dedos. Yo estaba en el paraíso pero de pronto se puso más perfecto cuando siento que el alto se sube sobre mí con todo su cuerpo. La cabeza de su verga empezó a rozar mi culito y yo me relajé deseando que empezara a meterlo. De pronto se empezó a introducir abriéndome todo por dentro, era muy gruesa pero yo estaba tan caliente que la acepté con gozo dentro de mí. Muy despacio empezó a moverse y yo no pude evitar empezar a gemir con una verga en el culo y otra en la boca. Mi cuerpo empezó a moverse solo hacia adelante y hacia atrás haciendo sus embestidas más fuertes, estaba tan extasiado con su verga en mi culo aplastándome la próstata que no me di cuenta que estaba chupando el pito del otro masajista como si se fuera a terminar el mundo, cuando de pronto siento que me empuja suavemente la cabeza para liberar su miembro y solamente alcancé a ver chorros de semen cayendo al piso y saliendo de su verga con una fuerza increíble.
Mi culo estaba tan dilatado que no supe si el masajista sobre mí había terminado adentro pero la intensidad de sus embestidas fue disminuyendo hasta que suavemente se salió. Entonces me pidieron que me colocara boca arriba, yo estaba lo que sigue de excitado, mi cuerpo pedía de todo y estaba en lo más alto de la excitación. Mi verga estaba súper dura chorreando líquido transparente, mi cuerpo cubierto de aceite y sudor. Yo ya no tenía miedo, ni pudor, ni vergüenza, empecé a acariciar sus cuerpos con más confianza y a ver su mirada de lujuria que aún no se apagaba. Verlos deseando mi cuerpo era un espectáculo increíble. Empezaron a masajearme el interior de los muslos y yo no podía evitar gemir y tener movimientos involuntarios por el placer.
El más pequeño empezó a chuparme los pies mientras el otro me masajeaba el pene con aceite. Empecé a sentir que venía un gran orgasmo desde mi interior y tardé muy poco en empezar a echar chorros de leche espesa por todas partes como la primera vez. Otra vez cayeron sobre mí, sobre ellos, la cama y el piso. La fuerza de la eyaculación fue tan fuerte que podía sentir mi ano todo abierto apretándose con cada brote de leche que salía de mi verga.
Por fin me dieron unos segundos para relajarme y recuperar la respiración. Estaba extasiado y totalmente cansado y relajado. Entonces empezaron a limpiarme con las toallitas húmedas. Terminaron el masaje dándome caricias con las yemas de los dedos y volvieron a decirme que me tomara mi tiempo para recuperarme, vestirme y avisarles que estaba listo para salir.
Me levanté lentamente y me metí a darme una ducha caliente. Por curiosidad sentí como estaba mi culo pero a pesar de estar medio adolorido por la monstruosa cogida estaba bien y había un condón tirado en la basura, así que me sentí más tranquilo. Finalmente me sequé, me vestí y salí a la sala donde me preguntaron si estaba bien, yo les dije que había sido la experiencia erótica más excitante que había tenido y ambos sonrieron complacidos.
Salí de ahí pensando que había sido la mejor forma de invertir mi dinero y mi tiempo.
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