Mati y Su Papi / Parte 2
Un Padre Atraído Por Su Hijito .
Al día siguiente Mati jugaba por la casa como normalmente lo hacía… Pero entonces entró en la habitación de su padre en donde la noche anterior vio como su querido papi y una mujer joven tenían sexo. El pene de Mati se erecto un poco recordando la escena…
Mati noto que en el piso de la habitación había una tanga de color morado, era de la mujer… Mati tomó el olor de la prenda y le gusto, comenzó a tocarse y se desnudo por completo.
Se masturbaba y olía la tanga. Soltaba pequeños gemidos y en eso tuvo una idea. Se colocó la tanguita, le quedaba un poco grande pero se subió los tirantes muy alto en la cadera. Obviamente su pene aunque fuese pequeño quedaba incómodo en la tanga y el hilo rozaba el culo virgen de color rosa sin pelos que tenía Mati.
Comenzó a masturbarse y rozar con sus dedos su ano… Y estuvo así un par de minutos.
Narra El Padre.
Mi hijo siempre suele ser ruido y por lo general cuando esta el ambiente muy silencioso es porque esta cometiendo alguna travesura… Subí las escaleras para ir a su habitación pero me di cuenta de que la puerta de mi habitación esta semi abierta. Yo estaba seguro de que la cerre bien.
Me asome por el pequeño espacio que dejaba la puerta y pude ver a mi pequeño hijo sobre la cama, con la tanga de la prostituta que me folle anoche. Mi hijo se masturbaba y parecia endemoniado. Es solo un niño pero estaba dándose mucho placer… No me parece normal
Quise entrar pero no sabía cómo afrontar la situación. Entre mis pantalones crecia una erección pero era IMPOSIBLE porque mi hijo me exita tanto. Ver como ese diminuto hilo se movía entre las nalgas de mi pequeño me volvía loco. Su piel suave y su cuerpo rosado Virgen. Quería tenerlo pero es algo malo.
Entre enfurecido en la habitación, el se cubrió rápidamente con cojines pero yo ya había visto todo.
— ¡Rompiste nuestra promesa hijo! — Le grite enojado.
«Lo siento papá,lo siento» repetía mi pequeño hijo entre lágrimas y gritos, muy arrepentimiento.
Tendré que castigarte, le dije, para luego tomarlo con fuerza y apoyarlo sobre mi regazo. Una nalgadas, dos nalgadas
Mi mano dura golpeaba su culo que parecía de gelatina, se enrojecia cada vez más. Y sus gemidos y lloriqueos hacían que mi verga se pusiese durísima. Después de muchas nalgadas lo solté y le dije que se fuese a su habitación y que pensaría en un castigo más severo.
Cuando se fue. Me baje los pantalones hasta los tobillos. Mi verga era gigante como la de un caballo. Con ambas manos la jale pensando en el culo de mi hijo y entre lágrimas por haber deseado a mi pequeño eyacule chorros y chorros de leche… Desear a mi pequeño hijo es algo malo…. Necesito ayuda para superar esto…
Continuará..
Uff al límite , me encanto