Matías – de aprendiz a maestro (08) un viaje al pasado… el primer encuentro con Santi antes de cumplir los 7 años.
En una seguidilla de relatos les voy a contar parte de mi historia. (08) Santi, mi primer maestro..
Mi nombre es Matias, tengo 40 años, desde que tengo uso de razón soy amante de la desnudez. Soy sociable, empático, mitómano, manipulador, adicto y bipolar. Pero mi peor enfermedad está en los deseos y las fantasías sexuales.
En este relato les voy a contar qué pasó esa noche con Santi.
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A pesar que le tengo confianza a Santi, no puedo dejar de pensar en la posibilidad que le cuente a alguien lo que había pasado y esto creo que el lo sabe porque cuando terminó de ordenar sus cosas me miró con una gran sonrisa y se acuesto para agarrarme la mano
Santi. Mati, cambia la cara. Yo no voy a decir nada
Mati. Gracias… es que me da vergüenza
Santi. Si, ya se. A mí me pasó
En eso sale papá del baño y entra envuelto con una toalla. Santi enseguida cambia de tema.
Santi. Que genia tu mamá, no se como hizo para que me den permiso para quedarme dos días.
Mati. No se, a mi no me quiso contar.
Papá. Hola santi, ¿cómo estás?
Santi. Bien … gracias por dejar que me quede
Papá. Nada que agradecer, me encanta que vengas… ahora les voy a pedir un favor.
Mati. Que cosa pa
Papá. No hagan mucho quilombo porque tengo una reunión.
Santi y Mati. Ok
Mati. ¿Podemos ir a la pileta?
Papá. ¡Obvio!
Mati. Genial
Papá. Bueno, me voy a cambiar que se me hace tarde.
Santi. Si, ¿vas así o te pones un shorts?
Mati. Voy así.
Santi. Bueno, entonces yo también
Santi se saca la ropa y se queda en calzoncillos tipo bóxer holgados.
Cuando salimos, pasamos por la habitación de papá y lo vemos que aún está desnudo.
Papá. Chicos, me dan la ropa que así esa la pongo a lavar.
Santi. Los calzoncillos también?
Papá. Mejor así no queda nada para mañana
Fuimos por la ropa, nos sacamos los calzoncillos e hicimos una carrera a la pileta la cuál gané.
Durante el primer rato jugamos a ver quién aguanta más abajo del agua, salíamos para hacer piruetas en el aire y nadamos un par de carreras.
Cuando bajó el sol paramos a descansar y a charlar de todo un poco hasta que llegamos al tema que aún me daba vueltas en la cabeza.
Santi. ¿Te despertaste con el pito duro o te estabas haciendo masajes?
En el momento me dió vergüenza, pero Santi sabe cómo manejarse y qué palabras usar. Siempre hizo lo mismo.
Santi. Dale Mati, ya te dije que no le voy a decir a nadie
Mati. ¿Ni a goza?
Gonzalo es el hermano mayor de santi, él tiene 14 años.
Santi. Te lo prometo.
No me animé a contarle la verdad, además papá me había pedido que no dijera nada.
Mati. Me desperté con calor y lo tenía duro. Cómo me picaba me empecé a rascar y me gustó lo que sentía… pero fue raro porque estaba papá
Santi. ¿Se dió cuenta?
Mati. No creo porque cuando se despertó me puse boca bajo y me hice el dormido.
Santi. Menos mal que te diste cuenta
Mati. Por suerte llegaron ustedes, que fue cuando se fue a bañar…
Santi. Y seguiste con los masajes
Mati. No, porque no quería que me vea mamá… ¿Cómo fue con vos?
Santi. Parecido, sólo que después Gonza me enseñó sobre los masajes
Mati. ¿Cuando fue?
Santi. El verano pasado… me estaba bañando y cuando me empecé a limpiar el pito se me puso duro. Justo entró Gonza para apurarme y me vio… al principio me tape y me asusté, pero el me dijo que es normal.
Mati. Y…
Santi. Bueno esa noche, cuando nos fuimos a dormir, empezamos a conversar y le pregunté y me enseñó a hacerme masajes y otras cosas
Mati. que cosas?
En eso mamá nos llamó desde la cocina y nos interrumpió
Mamá. Chicos, está la cena.
Santi. No digas lo que te conté de Gonza
Mati. Te lo prometo
Salimos, nos secamos y entramos
Mamá. Pónganse el calzoncillo
Papá. Se los puse a lavar así mañana no tenemos ropa por todos lados
Mamá. Bueno, entonces cenen así y después se dan un baño antes de acostarse
Cuando terminamos de cenar y de ayudar a limpiar la cocina, nos fuimos a bañar
Mamá. Bañense juntos así nos queda agua para nosotros
Entramos al baño, prendimos el agua y nos metimos.
Cuando estaba por cerrar el agua, Santi me para.
Santi. Mira, pone el pito abajo del chorro
Al principio dude, pero como me insistió terminé haciendo. Cuando el agua empieza a golpear mi pito, se me puso duro.
Santi. Viste, ya se te puso duro ¿Te gusta?
Le respondí que sí con un movimiento de cabeza.
En eso, Santi se pone atrás mío y me lo agarra sin aviso. Automáticamente reaccione, me hice para atrás y golpeé su pito con mi culo.
Mati. ¿Vos también tenés el pito duro?
Santi. Si
En ningún se separó, es más, hizo los mismos movimientos que papá junto a los masajes hasta que papá nos interrumpió dándole un par de golpes a la puerta
Papá. Vayan saliendo así nos queda agua a nosotros.
Mati. Va…
Santi. Después seguimos
A las doce me saludan por mi cumpleaños y después se ellos fueron a dormir.
Mamá. No sé duerman tarde
Santi. Termina la peli y nos dormimos
Mientras vemos la película, Santi me agarra el pito y me mira con una sonrisa diferente.
Mati. Para que voy a ver si ya se durmieron
Me pare, fui despacio hasta su habitación corroboré que dormían y volví con Santi que ya había apagado la luz y la tele, cerré la puerta y me acosté con él.
Desde la ventana entra algo de luz, lo que nos permite vernos entre sombras.
Santi. Te voy a enseñar algo
Santi se acuesta arriba mio, junta nuestros pitos y empieza a mover la cadera como papá hasta que nuestros pitos se nos ponen duros. Santi me da un beso en la boca y empieza a pasar su lengua por mis labios
Santi. Abrí..
Cuando lo hice, mete su lengua y empieza a jugar con la mía.
La sensación es cada vez más hermosa.
Después de un rato empieza bajar por mi cuello, mi pecho, mi estómago y se detiene en mi pito, el cual se lo mete en la boca y me lo chupa con ternura.
No podía dejar de mirar lo que está haciendo. Sus labios tomaron la forma de mi pito. Mi respiración va al mismo ritmo que sus movimientos. Intento decirle que estoy por orinarme pero no me salen las palabras. Él aumenta el rito hasta que tengo las contracciones que me llevan al orgasmo haciéndome caer sobre la cama.
Santi. Te toca
Cómo pude me incorporé y sin dudarlo metí su pito en la boca.
Al principio me costó, pero empezó a gemir, me di cuenta que lo estaba haciendo bien. Imito cada movimiento que hizo Santi, incluso con mi lengua y cuando Santi se empieza a agitar, aumento la velocidad hasta que llegan las contracciones y el orgasmo.
Me acosté a su lado y nos quedamos en silencio por un rato.
Mati. Estuvo increíble… ¿Quién te enseñó?
Santi. Gonza… lo hacemos siempre que podemos
Mati. Woww
Santi. Un día sí querés, le puedo preguntar si lo podés sumarte
Mati. Ok…
Seguimos charlando hasta que nos dormimos.
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