Me cacharon
Una cogida al aire libre con espectador.
Esto pasó hace años, como 4 creo, iba para mi casa caminando pues había estado en un bar a escasas dos cuadras de mi casa, mis amigos se ofrecieron a llevarme, pero era darse una vuelta enorme para no ir en sentido contrario y otra vuelta para salir a la calle en que ellos tenían que ir.
Total, que iba caminando y me topé con un chavo, lo conocía de mi trabajo anterior cuando yo aún era estudiante, me saludó y me dijo que, si me acompañaba, aun me quedaba una cuadra y media, son dos cuadras, pero son algo largas y hacen una leve curva, lo que las prolonga más, de camino me contaba que había estado viviendo con su mamá en una zona de playa, porque su mujer lo dejó y él se puso mal. Me contaba que su mujer le encontró unas conversaciones con una morra y que no aguantó. Obvio no, quién aguantaría eso?
-Por andar de caliente we
-Si, pero pues es que uno es cobrón y le gusta meterla
Él es bajito como máximo 1.70, pero de cabello chinito, pestañas hermosas, facciones masculinas, delgadito, pero super marcadito porque muchas veces anda de cargador en sus trabajos y con unas nalguitas, chiquitas y mega duras, paraditas, hermosas nalgas.
-Jajajaja, wey, ni que tuvieras tanto pegue
Empecé a picarle la cresta
-Claro wey, pues siempre repiten, esta madre hace milagros
Eso ultimo al tiempo que se tocaba el pene por encima del pantalón de mezclilla
-Jajajaja, ni madres tu chingaderilla milagrosa
-Agárrala nomas
-A ver pues
Estiré la mano y se la agarre y masajeé para que se pusiera bien dura
-Tsss, ¿no quieres darle unos besillos?
-Va, ¿tienes dónde?
-Nel wey, estoy viviendo con mi tía y no hay chance ¿y tú?
Pensé y dije, chingue su, me lo llevé a un terreno en el que hay pocos vecinos, solo 3 y son familias que por la hora estarían bien dormidos.
Ya en el lugar pues estábamos que el besito, que le quito la playera, que me chupaba los pezones, que me bajó y su pene es delgado, de unos 15 o 16, pero cabezón, pues ahí estaba yo bien prendido.
-Párate we, voltéate
Me levanté y me volteé, también me empiné un poco recargándome en el respaldo de una banca y empezó a darme un beso negro que usaba un chingo la lengua y me tenía super prendido. Había luna llena y no era uff cuanto puedo ver, pero alcance a ver una sobra en la cerca del terreno, pues no tiene bardas, solo árboles y arbustos espinosos.
Yo estaba recibiendo lengua y la neta con las cheves que tenía encima y el placer de esa lengua en mi colita pues me valió.
-Aquí va we
-Espérate, ponte condón
-No mames, así mero, ando limpio
-Nel we, sin condón mejor ahí le dejamos
-Bueno, chingao… ¿traes?
Le pasé un condón de mi chamarra y se lo puso, ensalivó mi colita y lento la fue metiendo, era obvio que sabía cómo meterla por ahí, seguro que no era el primer vato que se echaba, porque muchos weyes “hetero” en su primera vez con otro wey quieren meterla como si fuera carretera, duro, derecho y hasta el fondo.
Me tuvo ahí un rato empinado cogiéndome, yo veía la sombra sin moverse, solo atenta a la situación, después me recostó en la banca, yo me acomodé para dejar mi cabeza sin apoyar y poder voltear hacia la sombra para cualquier situación; en ningún momento le dije que alguien nos veía.
Así con mis piernas en sus hombros me estaba dando como locomotora, batallaba con mis piernas un poco porque yo soy más alto 1.77.
Cuando iba a terminar sacó su pene y se quitó el condón, metió su pene en mi boca para venirse, en realidad fueron a penas dos gotas pequeñitas.
Lo disfruté mucho porque el wey sabía usar la herramienta.
– ¿Entonces si hace milagros?
-Jajajajaja, si, la neta si es milagrosa. Déjame recoger la basura que quedó porque no quiero que alguien la encuentre mañana temprano.
-Cámara, bueno, yo me voy primero por si alguien anda por allá afuera
Ahí me dejó, me sentí bien usado (no es queja), busqué el condón que lanzó unos metros a lo lejos y la envoltura que estaba a un lado de mis pies, me acomodé la ropa y caminé a la salida, tenía que cerrar y mientras lo hacía pude ver una sudadera color gris, pero no así el rostro.
Llegué a casa y me dormí super a gusto, mi morbo voyerista también había sido satisfecho.
Días después fui a limpiar hojas y cosas así a ese terreno y en el camino me topé a una de las vecinas, la conozco desde toda la vida así que nos saludamos bien.
-Hola buenos días.
-Buenos días
Contesté, llevaba a su bebé en carriola y atrás venía su hijo mayor (17-18 años) con su hermanita de 4 y con esa sudadera. Vi fijamente la sudadera y luego volteé a verle a los ojos, sonreía pícaramente y él se puso rojo intenso.
Nunca pasó nada más con él, solo creo que vio la oportunidad y la aprovechó.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!