Me calentó el morro y me lo cogí
Hola, este es mi segundo cuento corto, basado en un video porno, o al menos en la historia morbosa que creo hay detrás..
Hola, mi nombre es Thiago, tengo 18 años, soy estudiante de programación, mido 1.73 y peso 74 kg, tengo el cabello chino con abundantes rulos, estudio programación y trabajo por las tardes en un ciber café. Me considero una persona muy sexual, he tenido dos o tres aventuras, siempre con gente de mi edad, nunca me pasó por la cabeza lo que viviría.
El local donde trabajo es algo grande, por lo que requerimos de cámaras y personal para vigilar a los clientes, especialmente para que no arruinen los equipos con virus o golpes, especialmente el dueño nos pide vigilar a los niños.
Todo comenzó cuando un niño morenito, chaparrito de más o menos 10 años llegó al vecindario y se volvió cliente asiduo del ciber, duraba más de dos horas, siempre creímos que haciendo tarea, porque llegaba con libros y su computadora nunca registraba algún daño y anomalía. Casi siempre le tocaban las compus que estaban más apartadas del mostrador, de hecho dentro de un cuartito, donde por la tacañería del dueño, no se pusieron cámaras.
En uno de esos malos días cuando no hay clientes, eran las ocho, casi hora de cerrar, y fui a revisar si no quedaban clientes, al entrar al cuartito, el niño se despegó luego luego de la maquina y me dijo, muy nervioso «¿cuanto le pago?»; me dio mucha risa porque noté una erección en su short, pero solo eso, risa. Le cobré y fui a checar el historial de la compu, para ver que no hubiera visto porno y le haya clavado un virus, pero no, todo normal.
Por pura carra, un día me propuse sorprenderlo, le dije que por cliente frecuente se ganó una hora más, y negué las compus del área que siempre usaba, pues para cacharlo solo. Cuando ya solo quedábamos el y yo, me decidí ir a verlo, quería grabarlo o hacerle una broma, pero cuando me asomé lo vi casi en rictus jaja bien entrado en la chaqueta; solo le alcanzaba a ver los pies y la mitad de su cara.
No sé que me paso, pero me dio curiosidad verlo terminar, al final todos merecemos una buena chaquetita y no era justo que lo interrumpiera jaja. Cuando volteé a ver sus pies (traía sandalias), la manera como los apretaba, extrañamente me llamó la atención, parecía muy emocionado, y tanto me fije, que se me paró, así nada más.
Mi verga parada me llamó a tocarla y lo hice, al tiempo que el niño terminó por verme, su reacción de susto lo hizo desconectar los audífonos y se escucho el gemido de alguien siendo cogido, pero era gemido de un hombre. Los dos nos quedamos en shock, pero yo era ahí el «adulto».
Thiago: jajaja ¿Qué onda amigo, pues que estas viendo?
Niño: Nada, nada (se apresuró a ponerse sus chanclas y sacar una memoria)
Thiago: Hey, hey aguanta, no debes irte tan rápido, tengo que ver que no le hayas puesto virus a la compu, porque si no se te cobra la reparación y creo que hay que hablarles a tus papas.
Niño: (asustado y temblando, casi llorando) No, no, por favor, yo no tengo papá, mi padrastro es muy malo y me pega si doy problemas y mi mamá no esta, no me acuses por favor.
Thiago: Morro, en el local hay cámaras y yo siempre reviso el historial de las compus y debó entregar reporte (no es cierto), si no, me meto en problemas.
Niño: ¡Por favor, te lo ruego, te lo suplico, te lo imploro, te doy todo mi dinero!
No tengo tan mal corazón, ya me daba sentimiento, pero revise su usb y ¡oh my god! El niño no dejaba virus de internet porque no veía porno de internet, no, el señorito traía su propio archivo, y no era cualquier porno. Había sexo rudo, zoofilia, en fin, una joya, pero ya lo quería dejar en paz, hasta que dijo las palabras mágicas.
Niño: (me toca el hombro, se dirige a mi oído, que es muy «sensible» y me dice) Si me dejas ir te mamo el pito
No mamen, que impresión, un niño de 10 años haciéndome ofrecimientos de sexo. Se me paró.
Thiago: jajaja, no amigo (yo siguiendo mi broma), sobornos no, jaja, tengo que reportarlo.
Entonces paso lo impensado, me tomó la verga por encima de la bermuda que llevaba y me dijo
Niño: Ándale, te chupo el pito y hasta dejo que me la metas, pero no me acuses.
El morro ya me había calentado con su rictus de placer, hablándome al oído y ahora agarrando mi verga; y mas allá de las ideas que me entraban a la cabeza de porque su insistencia y preocupación en no ser acusado (quizá le pegaban), brotaron pensamientos morbosos, el morrito tenia buen culo, estábamos solos, lo tenia en mi poder y el quería, llámenle como quieran, pero simplemente aproveché.
Thiago: Ok, va, deja que te coja, y te puedes ir.
Cerré el local, nos fuimos al cuarto donde no hay cámaras y quise comprobar que no fuera mera trampa suya o calentura mía, porque lo volteé y le di unos buenos llegues, para ver si nos calentábamos los dos igual. Uff, estaba riquísimo de sus nalgas, bien apresables; le tomé de la cintura, me agache levemente y le pase la verga dura aun apresada en mi bermuda, por encima de su short. Sentí delicioso y el morro dijo: «wow la tienes dura»
No se porque, pero sentía que el escuincle no era novato; lo volteé hacia mi y le empecé a agarrar su pito, metiendo mi mano en su calzón y el cabrón ya lo tenia parado. No, pues de aquí soy, dije. Me saqué la verga y le dije que me la mamara, y uufff el niño era un genio, la mamaba riquísimo, su boquita suave, su saliva tibia, y los sonidos que hacia me prendían chingón. Y tenia técnica el cabrón, daba ligeras lamidas a la cabeza, recorría el tronco, besaba los huevos, se los metía a la boca, toda una perra.
Thiago: No se porque eres tan caliente, pero ya te cargo mi putito.
Niño: La tienes rica papi
Su expresión me calentó más; me convenció de desnudarnos y me lamio de pies a cabeza, jalaba mi reata, me daba tímidos besos en la boca y hasta trato de chuparme el culo. Cuando estaba a punto de venirme por la deliciosa chupada, tomé la iniciativa y me dirigí a su culo para poseerlo por fin. Primero lo punteé, le di más llegues y así sin condón se la metí de golpe y el morrito no lloró, pero lanzó un gemido riquísimo. Lo cogí de perrito, patitas al hombro, de cucharita, como candado jaja, me di vuelo con el.
Thiago: ¡Ufff, ahh, ay cabrón, estas bien pinche rico putito, que se me hace que te llevo a mi casa, mmm!
niño: ¡Así, así, papito, que rico, así!
Thiago: ¡Te gusta perra, te gusta mi verga! (acelerando el ritmo)
niño: Si, me gusta, me encanta, cógeme, ahhh, aggg!!!
Thiago: Uff mira nada más como mi verga entra en tu culito, estas delicioso!!!
niño: Lléname de mecos, lléname
Thiago: ¡¿Donde los quieres perrita?
Niño: Adentro, adentro
Thiago: Ahhh, ahhh, ahi te van, ahgg, ggg, ahhh!!!
Me vine como nunca antes, sentí mis mecos embarrarse en las tripitas del niño; no me despegue de el, porque hizo fuerza para que no sacara mi verga. Así que me agaché con el y nos quedamos tirados un rato. Se volteó y me dio un tierno beso, que respondí por tan tremendo culo que me había regalado.
Gracias por leerme. Si eres de Celaya o sus alrededores y te interesan esos temas, contáctame, quiero cachondear de esto en vivo, mi telegram es faraon902.
Wow que ricos tus relatos