Me cogería al putito, pero el putito resulté ser yo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Durante mi tiempo en la universidad, decidí entrar en una privada.
Mi situación económica es muy buena, pero entre el costo, rentas y demás me vi obligado a conseguir un empleo.
Lo mas accesible que encontré fue en una cafetería de una amiga de mi mamá.
En fin, estuve ahí trabajando durante un par de años.
En las últimas semanas había notado a un chico que venía casi a diario, me miraba demasiado, me sonreía e incluso me llegaba a decir cumplidos que ningún hombre te diría, o al menos ninguno heterosexual y ese chico no lo era, se le notaba que le gustaban las vergas.
Yo decidí ignorarlo, no me molestaba, yo no era alguien homofobico así que no tenía problema con que le gustara a ese chico, además yo no era una persona que tuviera filas de mujeres que me alagaran, yo no era feo pero tampoco era un galán, era una persona x, con un buen cuerpo porque antes de entrar a la universidad practicaba muchos deportes, y aunque mi cuerpo no seguía igual, tampoco estaba mal.
Los días pasaban y el chico cada vez tomaba mas confianza, incluso conversabamos, supe que se llama Esteban y que estudiaba diseño (que varonil) en la misma universidad que yo.
En ese tiempo también notaba su coqueteo, pero como ya lo dije, simplemente lo ignoraba.
Hasta que un día fue directo, llegó un sábado a medio día, estaba yo solo ya que la dueña cada semana se tenía que ir dos horas antes de cerrar, de hecho yo estaba a punto de cerrar ya que el horario de la cafetería era hasta la 1:00pm y tenque volver a las 6:00pm para volver a abrir.
-Hola Azael -me dijo.
-Hola Esteban, ¿Lo de siempre? -pregunté.
-No.
Hoy no vengo a eso.
-¿Entonces a que? -cuestioné.
-Quiero salir contigo.
Su respuesta no me sorprendió, sabía que algún día me lo pediría.
-Me halagas Esteban pero yo no soy gay -respondí.
-¿No? ¿Seguro? Porque nunca te he visto con ninguna chica.
-Es porque no tengo mucho tiempo para eso, tengo que trabajar, la escuela y las tareas.
No puedo salir por ahí a buscar mujeres.
-Tu lo has dicho, no puedes ir a buscar mujeres pero hombres si.
Además, no necesitas buscar, aquí me tienes.
-se acercó hacia mi.
-Esteban, entiende.
No me interesa.
El chico suspiró.
-Está bien, me conformo con acostarme contigo.
-¿Qué? Estás loco -repliqué.
-Vamos, muchos heterosexuales se acuestan con homosexuales.
Además, ¿Hace cuanto que no tienes relaciones?
-Eso no te interesa.
-¿Semanas? ¿O meses?
Tenía mucho tiempo sin acostarme con una mujer, casi un año, me había limitado a tener que masturbarme.
Pero no quería acostarme con él, que asco, aunque viéndolo bien, el chico no era feo, se viste femenino pero tiene un buen cuerpo, mejor que el mio.
-¿Entonces? -dijo acercándose completamente a mi, poniendo su mano sobre mi patalon.
Sentí como tenía una erección muy marcada, como si me pidiera algo mas que mi mano.
-Creo que una chupada no hace mal a nadie.
-Es muy poco pero acepto.
¿No quieres un poco de privacidad? ¿O aquí mismo?
-Oh, cierto.
Y después me límite a cerrar las puertas y ventanas, para que no vieran nada.
No estaba muy seguro de que esto estuviera bien, pero en lo que llegaba a casa seguramente me arrepentía.
Voltee con Esteban para decirle que podía comenzar y vaya sorpresa me llevé cuendo me di cuenta de que se había desnudaso mientras yo cerraba.
Pasé mi mirada por todo su cuerpo, estaba muy, muy diferente.
-Quítate todo -ordenó.
-Pe-pero solo será una chupada -dije nervioso.
Este chico me puso nervioso y con mi verga muy dura.
-Si, pero vamos a hacerlo bien.
Ahora quítate todo -dijo con una voz un poco mas varonil de lo normal.
Le hice caso, me quité todo, quedando completamente desnudo.
Por alguna razón me sentía intimidado, como si estuviera a su merced.
No podía quitar mi vista de su pene, era grande, no sabía cuento medía pero seguramente rondaría los 20cm.
Se acercó a mi a paso lento, cada centímetro que avanzaba mi corazón se aceleraba y mi deseo aumentaba.
Ya no quería solo una mamada, ahora quería cogermelo.
Llegó hasta mi y me besó, pegó su cuerpo desnudo al mio, dejándome sentir su erección.
Llevé mi mano hasta ella y comencé a masajearla, se sentía bien tenerla entre mis manos.
Esteban llevó sus manos hasta mis hombros, separó el beso entre nosotros y me indicó que me incara.
-¿Qué? -pregunté perplejo.
-Tu dijiste que me harías una mamada
-Yo no.
-Vamos, primero hazmelo y luego yo a ti.
Eso cambió un poco las cosas, pero seguía sin estar muy convencido.
Aún así me arrodillé, su verga quedó frente a mi rostro, la tomé con mi mano y la dirigí a mi boca.
Me la metí hasta el fondo y la saqué un par de veces, succioné en su glande, pasando mi lengua como un niño en su caramelo, pasé mi lengua, desde la punta hasta la base, quedándome lamiendo sus testículos, esto me estaba encantando, Esteban comenzaba a gemir.
De nuevo la metí a mi boca pero esta vez perdí el control, Esteban me tomó del cabello y comenzó a cogerme por la boca, me daba grandes embestidas que me la metían hasta el fondo y casi me hacían ahogar.
Se detuvo y lo sacó rápidamente, me tomó del brazo y me ayudó o mejor dicho obligó a levantarme, cosa que no me agradó, quería seguir ahí, sintiendo su verga en mi boca.
Hizo que me sentara en una de las sillas y abriera mis piernas.
Se arrodilló frente a mi y se llevó mi pene a su boca.
-Ah, si, vamos putito que bien la mamas -dije entre gemidos, y era cierto, era la mejor mamada que recordaba.
-Veremos quién es el putito -dijo por lo bajo.
Sentía su lengua pasar por todo mi pene, bajó basta mis testículos y siguió mas allá, llevando su lengua a mi culo.
-Oh -solté un gran gemido- no ahí no -dije tomándolo del cabello y obligándole a volver a mi verga.
No dijo nada y solo siguió chupando, hasta que de nuevo comenzó a bajar hasta llegar a mi ano.
Quise quitarlo de nuevo pero me gustó y dejé que continuara.
Momentos después me hizo ponerme en cuetro en el suelo y siguió lamiendo mi culito.
Usaba sus manos para apartar mis gluteos mientras con su lengua se abría paso en mi ano.
De pronto sentí que me introducía algo, era su dedo, era extraño pero me gustó, comenzó a meter y sacarlo lo cual comenzó a volverme loco, después metió un segundo y un tercero.
Yo estaba en la gloria, era una sensación inigualable, metía y sacaba sus dedos, y me hacía gemir como una cualquiera, si eso se sentía con los dedos, no sabía que pasaría cuando me metiera su verga.
Lo necesitaba, necesitaba tenerlo dentro de mi y él lo sabía.
Sacó sus dedos de mi culo, si, ahora me lo metería.
Cerré los ojos esperando que comenzara a penetrarme pero en lugar de eso se levantó.
-¿Qué haces? -le pregunté.
-¿Cómo que que? Ya te hice tu mamada como querías -respondió.
-¿No me vas a coger? ¿Quiero tu verga?
-No, tu eres heterosexual y además a mi me gusta coger a putitas que aguanten lo que les quiero deir o hacer.
-Yo lo seré -dije desesperado.
Necesitaba esa verga dentro de mi.
-¿Tu serás que?
-Yo seré tu putita, hazme lo que quieras.
-Está bien, pero pidemelo como la puta que eres.
-Por favor, quiero que me cojas papi, quiero ser tu putita.
-Así me gusta, ahora serás mi perra.
Se acercó a mi y de nuevo metió sus dedos en mi culo, de nuevo me sentí pleno.
Pero yo quería su verga, no sus dedos.
-Esteban, quiero tu.
-Cállate perra -dijo dándome un fuerte golpe en mi espalda- yo soy tu papi, así que llámame así.
¿Entendiste puta? -dijo tomándome del cabello y asentí.
-Papi, quiero tu verga, cójeme.
-Claro mi perra, esta verga será toda tuya.
Sacó sus dedos de mi culo, puso la punta de su verga y empujó fuertemente metiendomela toda, sin condon y sin lubricante mas que la saliva que se puso antes.
Grité, pero de placer, sino de dolor.
Intenté safarme, quitarmelo de encima, pero me detuvo.
-Quedate quieta puta, que te va a doler.
Para que veas que soy bueno con las putitas en su primera vez dejaré que te acostumbres.
Y eso hizo, no se movió durante un tiempo y después comenzó lentamente con sus movimientos, y cada vez aumentaba la velocidas, así como mi placer, al principio me dolía pero eso se fue transformando en placer puro.
Estaba gimiendo como una puta cualquiera y eso era, era la puta de Esteban.
Pero no me importaba, era el mejor sexo de mi vida.
-Dame mas fuerte papi -dije a Esteban que parecía estar cansandose y este volvió a aumentar su intensidad.
Sacó su verga de mi y se acostó boca arriba.
Sabía lo que quería y sin que me lo dijera, me subí sobre él y me metí su verga hasta el fondo.
Comenzé a moverme a cabalgar sobre su pene.
Me sentía como el hombre mas afortunado, una verga de 20cm no la tiene cualquiera y menos en tu primera vez.
Esteban me quitó de encima de él y a la fuerza me llevó a la mesa, me recosté y él abrió mis piernas.
Introdujo su verga y comenzó a embestirme, con cada estocada que me daba gritaba y gemía de placer.
De repente, comencé a sentir un chorro caliente que comenzaba a llenar mi ser.
Esteban había terminado dentro de mi.
Sacó su verga y me volvió a chupar la mía hasta que terminé.
No dejó pasar ningún momento cuando me tomó por el cuello.
-A partir de hoy tu serás mi puta, te cogeré cuando quiera, como quiera y donde quiera ¿Entiendes?
Me limité a asentir.
Y eso fue cierto, a partir de ahí me volví en su puta, me cogió en la escuela, en mi casa, en la calle, me cogió en la cafetería mientras estaba abierta y me hizo acostarme con sus amigos pero luego contaré como fue todo eso con Esteban.
como continua