Me cogí a mi suegro y mi cuñado en la noche de peticiòn de mano: PARTE TRES: SOLO ÉL Y YO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Regresé a la sastrería solo, pues mi novia, su papá y su hermano, llegarían más tarde, y yo quise adelantarme a tomar las medidas y pruebas de los trajes, pues habían sido días de mucho "ajetreo", jajajaja.
Al llegar a la sastrería, me atendiò el mismo dependiente, pero parecía un poco preocupado, y acercò su mano a saludarme y decirme cortésmente:
-Bienvenido señor Riva, creí que vendría acompañado, pero veo que lo han dejado solo.
-Quise llegar un poco antes, pues ya sabes, la ùltima vez, lo que menos hicimos fue tomar medidas de trajes, es más tomamos medidas en otros asuntos, jajajaja- y asentí, a lanzar una sonrisa, que solo logrò poner más triste al dependiente.
-Te pasa algo?- Pregunté al dependiente.
-Te noto como triste-
-No es tristeza señor Riva, es que posiblemente me remuevan de mi cargo, por un incidente que hubo con los trajes que les mostré la vez anterior, y debo pagar una cantidad que va más allá de mis posibilidades.
– dijo el dependiente.
-Incidente? Que fué lo que pasò?- pregunté
-El dia que estuvieron ustedes aquí, enmedio de aquella locura, uno de los trajes resultò manchado de semén, y quedé en shock al verlo, pues es un traje nuevo, y no puedo reportarlo, ni puedo mostrarlo a ningùn cliente, pues eso automáticamente generaría todo tipo de especulaciones sobre mi trabajo, y créame, necesito este trabajo como no tiene idea.
– dijo el dependiente ya casi a punto de llorar.
-Puedes mostrarme el traje?- pregunté al dependiente.
-Pero está muy manchado!- me dijo
-Muéstramelo, quizá podamos encontrar una soluciòn- dije
El muchacho, con un caminar lento se aproximò a un closet, y sacò un esmoquin negro, y se dirigiò hacia mí, y me condujo hacia la sala de los vestidores, donde dias antes, había ocurrido aquél "accidente".
Sus manos temblaban, y yo solo pude decirle:
-No te preocupes, todo tiene una soluciòn, menos la muerte.
–
Adentramos en uno de los vestidores, y le tomé la mano y la besé:
-Tranquilo, tranquilo, nada pasa-dije al dependiente
Lento, ni perezoso, cerré las cortinas, y fundí mis labios con los suyos, y pude sentir como su cuerpo temblaba, su respiraciòn era un jadeo constante, y su frente sudaba, no sé si de excitaciòn, de nervios o de miedo a ser sorprendido conmigo.
Con mis dos manos, acerqué su rostro, y entre besos, pude susurrarle:
-Me encantas cabròn, y si vine, no fue por medirme el traje, sino por verte, queria verte a solas, estar contigo, y verte así preocupado, me diò más ánimo de querer estar nuevamente contigo, pues me hace pensar que eres una persona real, alguien que merece la pena.
–
Lo tomé entre mis brazos, y mis manos se fueron posicinando sobre su verga, y las de él sobre la mía, y pude sentir como mi glande empezaba a llenarse de líquido seminal.
Bajé el cierre de su pantalòn, y me arrodillé para sentir en mi olfato aquél olor viril, que emanaba de su verga.
He de confesar, que era un olor suave, limpio, un olor que me hizo que sin decir nada, metiera su verga en mi boca, y empezara a mamar ese miembro tan delicioso que solo mi suegro y mi cuñado habían probado.
Lentamente, bajé su pantalòn, y bajé con cautela su boxer, dejando a pelo sus nalgas y sus huevos peludos.
Mi lengua hacía un juego que parecía que estaba degustando el mejor de los manjares que había probado en mucho tiempo.
Como pude, en aquel pequeño espacio que estábamos, lo volteé contra la pared, y empecé a poner mi lengua en aquel culo redondo y peludo.
Solo escuchaba sus jadeos y su sudor empezaba a notarse sobre la camisa que él traia puesta.
Como pude, lentamente, empecé a frotar con dos dedos dentro de su esfinter, y pude sentir, lo caliente de su culo.
Era una sensaciòn deliciosa, que me ponia loco.
Me levanté, y me fundí en un beso con él, y desabotoné su camisa, dejándolo con los pantalones a media pierna, los calzones abajo y el pecho al descubierto.
Con todo aquél calor, no tomaba conciencia del tiempo, y olvidaba que pronto aparecería mi suegro y mi cuñado, pero eso no importaba.
Seguí abrazando al dependiente, y él lentamente abriò el cierre de mi pantalòn, y yo como pude así como lo tenía, de espaldas hacia mí, empecé a frotar mi verga sobre sus nalgas, y mi líquido preseminal, me servía de lubricante, para poder empezar a embestir a mi dependiente.
Mis manos, mis dedos, mis labios, eran un revoloteo sobre el cuerpo de aquel muchacho.
Me volvía loco, me tenía loco.
estaba desesperado por sentirlo, por sentir el calor de su agujero en mi verga, cuando de pronto, sin pensarlo, dí una embestida, a la cual solo escuché un Ahhhhh, ahhhh!!
Y empecé un mete y saca de mi verga en su culo, mis manos, jugaban con sus pechos, y mis labios mordían sus orejas, y solo podía decirle entre susurros:
-Cabròn!! Cabròn, que me hiciste?- Desde el otro día no dejo de pensarte, no dejo de pajearme pensando en este momento!!-
Seguía embistiéndolo, cuando de pronto mi verga empezò a bombear más fuerte, y sentía como una corriente corría hacia mis huevos.
-Me vengo!! Me vengo!!- alcancé a decir, y mi dependiente, en aquel jadeo que yo tenía, sacò mi verga de su culo, y se arrodillò ante mí y empezò a mamar mi verga, la cual, al sentir lo mojado de su lengua, expulsò para esa boca, una cantidad de leche, que ni yo mismo creía estuviera alli guardada.
El dependiente, sacò hasta la ùltima gota de mi leche, y se acercò a mi y besò mis labios, dejando caer en mi boca, los restos de mi leche.
Eso me prendiò mucho más, y asi caliente de como estaba, me arrodillé y empecé a mamar la verga de mi dependiente.
Los restos de mi leche, sirvieron de lubricante, mamaba sus bolas, la punta de su verga, y yo mirando hacia arriba, podía notar el éxtasis que él sentia.
Su verga, de un momento a otro, empezò a frotarse con más agilidad dentro de mi boca: mi dependiente estaba cogiendo mi boca!!
Eso era algo delicioso! Su verga se movía hasta adentro de mi garganta, y solo pude escuchar un mmmmm, mmmmmmm, cuando su leche se adentrò en mi garganta, y sin dar chance a decir nada, tragué aquella leche caliente que él había tenido guardada.
Sequé con mis labios la punta de su verga, y me levanté lentamente, para besarlo nuevamente:
-Gracias!! Gracias!! Eres el primer hombre del cual bebo su leche!! Hoy ha sido el mejor regalo que me han dado en mucho tiempo!- alcancé a decir.
Mi dependiente sudaba, y comenzò a vestirse, yo seguía solo con el cierre abajo, y a prisa, y como pude le dije:
-Pruébate el traje que está dañado, por favor-
Él muy obediente, se probò el pantalòn, el saco, y parecía que había sido hecho a su medida.
Sin más ni menos, salimos del vestidor, y así él vestido de esmoquin, se mirò al espejo, y me dijo:
– Luce muy bien, lástima que para tener uno de estos trajes, tendría que trabajar, todo el año.
–
-Ya no tendrás que hacerlo.
El traje es tuyo, es mi regalo en compensaciòn por el regalo que hoy tù me has dado, y quiero que lo uses en mi boda, pues serás uno de mis padrinos.
– asenté a decirle.
Diciendo esto estaba, cuando escucho las voces de mi suegro y mi cuñado, aproximarse a los vestidores, y a como pude metí al dependiente en los vestidores, y como si nada hubiera pasado, me senté en uno de los sillones, y fingiendo aburrimiento, solo pude decirles:
-Caramba, creí que no vendrían, estaba tan preocupado y aburrido que hasta iba a llamar al cura para que cambiara nuestra fecha de boda, jajajajaja.
Continuará.
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