Me culié a mi ex compañero y fantasía sexual de enseñanza media
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por olimpo.
Mi nombre es Ricardo, tengo 22 años y estoy a punto de terminar mi carrera. Soy moreno pero no tanto estoy como en medio de ser blanco y moreno total, 178 de altura y unos 79 kilos. Mis ojos son café, mi pelo castaño obscuro y con ondas. Nunca he estado muy orgulloso del porte de mi pene, pero nos es chico. No obstante, lo que si tengo es un buen culo, con cachetes prominentes y velludo llama mucho la atención, además por el ejercicio que hacía antes no es blando pero menos extremadamente duro.
Debido a que la ciudad en la que vivo (sur de Chile) es muy pequeña, al momento de terminar la enseñanza media tuve que mudarme a una ciudad más grande, cosa que todos mis amigos hicieron. En mi caso, solo tengo un amigo hombre, el cual lo conozco desde kinder. A el nunca lo he visto como hombre debido al largo tiempo que nos conocemos. Sin embargo, uno de sus amigos más cercanos, Andrés (170 de altura y unos 68 kilos, moreno igual que yo y atlético), quien igual fue mi compañero en la media, era quien me llamaba la atención.
Bueno, desde muy pequeño comencé a entender que me atraían los hombres, pero como vivía en un pueblo tan pequeño y además soy hijo único, siempre me lo negué y pensaba que era bisexual, queriendo a los hombres solo en lo sexual. Mi actividad sexual se inició desde muy pequeño con mi tío (historia que me gustaría contar más adelante) y un vecino. Fue cuando entré a la U al conocer a mi ex que reconocí mi gusto hacia mí mismo sexo.
OK, para no aburrir con cosas personales y que no van al tema, comenzaré a contar cómo mi "amor platónico" de la media terminó haciéndomelo. Como mencioné anteriormente, todos mis amigos y compañeros se cambiaron de ciudad por cosas de estudios, entonces cada vez que tenemos feriados o vacaciones nos juntamos a pasarla bien y tomar.
Eran vacaciones de invierno del año 2014 y por cosas de paros y protestas, no todos pudimos venir a nuestra querida ciudad al mismo tiempo. Sin embargo, cuando ya todos estábamos acá era tiempo para hacer la junto y tomar hasta quedar raja. Todos llegamos uno por uno a nuestro lugar de reuniones (la segunda casa de mi mejor amigo que nadie habitaba). Primero mi mejor amigo y yo compramos una chelas y nos pusimos a tomar antes que los demás llegaran. Luego mis amigas llegaron con más cervezas y cosas para picar. Pusimos música y seguimos tomando, comiendo, y riéndonos de las cosas que hacíamos cuando estábamos en la media.
Estábamos en eso cuando mi mejor amigo hizo una llamada. A quien llamaba era a Andrés, quien había llegado hace pocas horas a la ciudad y lo único que quería era carretear. Al poco rato Andrés llegó con dos botellas de vino tinto porque a él la chela no le gusta mucho. La verdad es que Andrés siempre me llamó la atención, aunque no es taaan hermoso, tiene ese carácter de macho que siempre me calentó, además siempre se ha dedicado al ejercicio, por lo que tiene calugas y un culo redondito.
Seguimos tomando por un buen rato, hasta que mis amigas estaban harto mareadas así que decidieron irse. Sólo una de ellas se quedó y siguió tomando con nosotros por unos minutos hasta que pidió que la fuésemos a dejar. Partimos los tres hombres (mi mejor amigo, Andrés y yo) a dejarla. Al volver a la casa, seguimos tomando lo que quedaba de trago y conversando weas sin sentido. En un momento fui a la pieza de mi amigo a tirarme en su cama porque estaba súper mareado. Estaba ahí cuando Andrés va a la pieza igual y me dice que me tape con frazadas para dormir, a lo que yo contesto que no porque quería seguir webiando.
Él me dice que no me preocupe porque ellos se acostarían en un rato más. Por lo porfiado que soy volví a la cocina y quería seguir tomando pero ya era mucho y sin darme cuenta comencé a quedarme dormido. En eso siento como Andrés toma mi cabeza como broma moviéndola como para un mamón. Levanté mi cabeza y le dije que no sea weon, haciendo reír a mi amigo y a Andrés. De la nada Andrés se levanta y se va a acostar diciendo que tiene sueño. Entre mi curadera veo que cuando se levanta se le marcaba muy bien ese culo rico que tiene. Culo que siempre miré en la media y que más de una vez después de Educación Física aprecié en todo su esplendor en las duchas del liceo. Aunque nunca llegué a verle el pico, siempre me lo imaginé y suponía como era. Con esas imágenes en mi cabeza me corrí las mejores pajas de mi adolescencia.
Siempre se ha dicho que con trago uno hace cosas que sano nica haría. Eso fue lo que me pasó. Dejé a mi amigo solo en la cocina y seguí a Andrés. Le dije que me acostaría en la misma cama que el por qué la otra pieza no tenía la puerta buena y mi amigo no se acostaría pronto. Desde el principio del carrete yo dije que dormiría solo en una pieza y que ellos podían compartir la otra en la que se encontraba Andrés en ese momento. Pero mis intenciones habían cambiado. Cuando le dije que me acostaría con él, respondió que no había problema porque la cama era grande y de ese modo mi amigo no lo molestaría después. Procedí a acostarme con ropa (al igual que él), relativamente cerca. Acostados ahí conversamos y nos reímos de los borrachos que estaba yo. Después de las risas, según él el sueño era mucho y le gritó a mi amigo que se acostara. Mi amigo respondió que no quería porque estaba escuchando música. Mientras ellos hablaban yo me encontraba medio dormido acostado de lado con el culo hacía Andrés, y él boca arriba. Mi amigo no se acostó pero dijo que apagaría la luz. De manera instantánea, en cuanto mi amigo apagó la luz, Andrés se giró hacia mi lado y quedamos "cucharita" pero sin tocarnos.
Por mi cabeza pasaron muchas cosas en ese momento ¿Por qué se dio vuelta? ¿Qué es lo que quiere? ¿Y si me muevo? Sin saber que hacer por no saber lo que él quería, moví un poco mi cintura hacia los lados y hacia él. De pronto al moverme, Andrés levanta su mano derecha y sin importarle la pone sobre mi cintura. En ese tiempo yo había subido un poco de peso, por lo que tenía un poco de guata o panza, así que me moví un poco boca abajo para que él no la tocara. En ese momento Andrés baja su mano y comienza a tocarme el culo suave y tiernamente por sobre el pantalón. Después de tocarme por un buen rato me vuelve a tomar por la cintura y me acerca a su cuerpo, específicamente, mi culo contra su paquete. En ese momento su pene ya estaba bien duro y su respiración era temblorosa. Aún con ropa Andrés seguía tocándome y se movía detrás de mí con evidente ganas de hacérmelo. En cuanto a mí, la excitación era evidente también y lo único que quería era quitarme la ropa y dejar que él me haga lo que quisiera. En un movimiento casi involuntario, muevo mi mano y me agarro el paquete sin pensar en nada más. Ese pico tan rico con el que había soñado durante tanto tiempo estaba en mi mano y duro como roble, palpitando de la excitación.
Después de toquetearnos harto rato, me di vuelta y quedamos frente a frente. Tenía su respiración temblorosa en mi cara, peor no sabía si besarlo o no, ya que hasta donde sabía él era una especie de hetero curioso que según yo sólo buscaba sexo sin besos ni cosas mamonas. No obstante, decidí hacerlo, lo besé apretando su cuerpo contra el mío y sintiendo su corta barba sobre mi cara. A lo contrario de lo que pensaba Andrés respondió mi beso y comenzó a tocarme aún más calientemente, jugueteando con su lengua dentro de mi boca. A ese entonces yo no podía más, lo único que quería era sacar ese pico rico de ese pantalón para poder tocarlo total y plenamente. Así que poco a poco fui bajando y mientras descendía debrochaba el botón y bajaba el cierre del pantalón.
Comenzaba a sentir como esa bestia se liberaba mientras Andrés gemía de calentura a un tono adecuado para no ser escuchado por mi amigo que aún se encontraba en la cocina. Cuando llegué a su majestuoso pene, lo saqué inmediatamente del boxer y podía sentir ese olor a macho caliente que salía por todas partes. Su rabo que era bien rico, palpitaba y estaba lleno de líquido preseminal, con el cual jugué un momento con mi dedo excitándolo aún más. Como la calentura era demasiada, me apresuré a poner su pico en mi boca, era grande, pero aun así logré metérmelo completo. Andrés gemía y se retorcía de gozo cada vez que la cabeza de su pene tocaba mi garganta. Luego lamí sus bolas peluditas y con sabor a hombre. Eso casi lo mató y me pidió que para un poco. De pronto comenzó a pajearme, tomó mi pico y muy rápido me masturbó mientras yo chupaba el suyo. De pronto dejó de hacerlo y corrió su mano hacía mi culo hasta llegar a mi hoyo. Sin pensarlo tenía los dedos de mi amor de enseñanza media en el culo jugueteando alrededor e intentando entrar.
El sexo oral duró unos minutos largos. La excitación de ambos era extrema y nos entendíamos tan bien como si fuésemos pareja. Cuando ya ambos estábamos cansados del toqueteo y mamadas decidimos continuar con lo siguiente. En un movimiento que ni yo me explico cómo lo hice, salté sobre él y solo con un poco de saliva en mi ano y su pene hice que éste entre en mí. Ambos gemimos cuando él estuvo todo dentro de mí, y aunque me dolió no pensé por ningún momento en sacarlo. Por más de 10 minutos salté sobre ese pene delicioso, mientras él acariciaba mi cintura y agarraba los cachetes de mi culo con calentura. Después él mismo me bajó y puso mis pies en sus hombros.
De golpe volvió a metérmelo y siguió tirándome por un largo rato. Sus embestidas hacían que todo su pene entrara en mi ano una y otra vez, sus besos en mi cuello me excitaban aún más, mientras con ambas manos tocaba ese culito rico que él tiene y sentía como se apretaba cada vez que lo metía. De pronto se acostó en la cama otra vez y me dijo que lo montara de nuevo. Sin pensarlo me senté sobre él y metí su pene en mí otra vez, el cual entró sin problemas esta vez. El sube y baja duró varios minutos antes de que sus gemidos y espasmos delataran que estaba a punto de acabar. De repente tomó mi cintura y la apretó fuerte y un grito más o menos fuerte se escapó de su boquita. Medio asustado le tapé la boca y miré hacia la puerta pensando que mi amigo había escuchado pero no, la música estaba muy alta. Luego de eso me pajeé y acabé sobre él. Después me acosté, ambos agotados juramos no decir nada a nadie y olvidar lo que había sucedido. Hasta el momento no hemos hablado del tema pero me encantaría repetirlo.
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