Me duele…pero me gusta!!!
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mayra comenzó a llevar a ese chico a casa, y se iban a jugar a una terraza trasera, que había en mi casa. Desde la primera vez que lo vi me turbó, me puse no sé, tenso, nervioso o caliente. Yo mismo me pregunté, que me pasa? Porque siempre fui muy centrado desde niño. Pero como un varón al fin, muy sexual y ya tenía las hormonas revueltas, si me entienden, me hacía pajas, casi a diario y muchas eran pensando en culos masculinos, que me llamaban la atención; principalmente el culo de mi profesor de Biología, que al escribir en la pizarra, se movía al ritmo de su mano al escribir, y en unos ajustadísimos pantalones, sobresalía aquella ricura de culote, que yo deseaba. Disculpen que cambié el tema, pero es para que me entiendan, como era yo de caliente, 24 horas al día en ese entonces….aun lo soy… : )
El chico se llamaba José Emilio, de unos diez años, muy lindo, sus mejillas rosadas, adornadas con dos hermosos hoyuelos cuando reía y sobre todo su cuerpo, era muy femenino: piernas perfectas, gordas, torneadas y un culo de infarto, unas nalgas anchas y paradas, que de espaldas uno dudaba si era varón o hembra, por que el niño vestía pantalones (bermúdas) cortos, muy ajustados, que se le metían por la raja de su trasero. Mamá decía que el chico estaba en la escuela con Mayra y que iba con ella a hacer las tareas y a jugar. Yo me quedaba serio, no preguntaba, ni inquiría nada más, de manera que mi madre, papá o quien fuera, no notaran, que aquel chiquillo, me llamaba la atención. El niño siempre se me quedaba mirando, por que tuve la costumbre desde pre-adolescente de meterme la mano al frente por lo pantalones y acomodarme los guevos y el pene, mientras estaba hablando. Sucede que siempre fui desarrollado, para mi edad, de pene largo aun flácido, con la cabeza circundada, bolas grandes y por eso yo la acomdaba hacia abajo, (aun lo hago) para que no se me note mucho. Aunque luego descubrí que ese era el imán que atraía tantas personas, hembras o varones, hacía mi, que querían comerse "eso rico",, que se adivinaba tras mis pantalones. Siempre fui delgado, pero fibroso, pecho ancho, brazos marcados, igual mi abdómen plano; amante de los deportes rudos y fuertes.
Ahora vamos a lo que les interesa, de esta real vivencia de mi vida. Una tarde en que estaba solo en mi casa, apareció José Emilio, buscando a mi hermana. Le dije que entrara, pero que Mayra no estaba. Él inmediatamente su puso a hablar conmigo, muy animadamente y yo comenzé a hacerle preguntas de su vida, sus papás, etc. y parecía que hablaba con una niña y no un niño. Yo estaba en un short de jearsy, que dejaba marcado mi pene, razón por la cual constantemente me lo acomodaba y la vista del chico, se iba hacía esa parte de mi cuerpo, al yo notarlo lo hacía más a menudo, y ya se me estaba poniedno bien dura. Así que le dije: Manito somos hombres, si ves que yo me acomodo mucho mis partes intimas, es que soy muy suelto de ahí y es para que no, se me note mucho. José Emilio, se sonrojó y me dijo muy pícaro, si era que lo tenía bien grande.
Y sin titubiar le contesté que sí, que era grande y gorda. La puedo ver? Por favor…Le dije que él era muy niño para esas curiosidades y que yo me metería en un lío, si se la eneseñaba y él, luego lo decía. Coquetamente y sin inmutarse, dijo que él sabía guardar secretos y que jamás diría nada, y que hace mucho soñaba con ver eso, que yo tanto me tocaba. A esto, ya mi pene se quería salir de mis calzoncillos. Le dije vamos a mi cuarto, y tan pronto entramos me bajé los short hasta las rodillas, y mi pene brincó como un resorte. Wow, que grandota! dijo el chico asombrado. Acto seguido tome su mano y la puse sobre mi pene. Te gusta le dije? Sí me gusta mucho, yo quiziera tenerla así de grande y gruesa. Le contesté que cuando él creciera, y fuera adolescente ya la tendría más grande; mientras le fui éxplicando como subirla y bajarla. Me puso ardiendo y le pedía abrir la boca, cosa que hizo rápido y me la comenzó a chupar, era, torpe primero, pero yo le decía: cuidado con los dientes, así suavecito, así y al sentir él, que comenzé a tocarle el culo y a agarrar aquellas soñadas nalgas, se calentó y empezó a mamarmelo bien rico.
Yo mismo le bajé los pantalones, y le pedí ponerse en cuatro en la cama. Aquel culo era lo más bello, que yo había visto en mi vida. Lo toque, lo masajé, besé todas sus nalgas, las abrí y me prendí de aquel cerrado hoyo, limpio y deseado por mi, hacía tiempo. A todo esto, José Emilio, gemía y gemía, en voz baja y echaba su culo hacía arriba al encuentro de la punta de mi lengua. Nene te lo quiero meter, hoy te como ese culazo, le dije. Ya a ti te lo han metido? Has echo esto anteriormente? Me contestó que por favor, que no le dijera a nadie, que él tenía un primo que le hacía cosas desde los siete años, pero que como era dos años mayor que él, no la tenía así de grande. Que su padrastro hacía que él, se la chupara cuando llegaba borracho y la mamá lo mandaba para la cama con él, por que el señor roncaba, que varias veces intentó metersela por el culo, pero no le entraba. Que a él no le gustaba, estar con ese hombre, por que olía a alcohol y cigarrillos. Comenzé a pasarle mi pene por toda su raja, por las nalgas, por la espalda y a el chico se le errizaba la piel, y yo estaba que ya reventaba. Le mojé con saliva su roto y me eché en la verga, pero no le entraba, el hoyo no cedía. Él me empujaba con la mano y me decía me duele…., ayyyy!
Recordé que en el cuarto de mamá, había crema de manos y la busqué. Era divino e inolvidable contemplar a aquel chico, esperándome boca abajo en la cama, con el culo bien parado, pasivamente! Lo embarré de crema y así hize con mi pene. Le metí un dedo, que entró sin problemas y fui dilatándolo más y más. Cuando lo creí preparado y él movía las caderas, como exigiendo que lo ensartara, le acomodé mi cabezón en el culo: La cabeza se fue de una y él gritó; Ay Junior, sácamela, sácamela, que me duele…mientras yo respiraba hondo, para no venirme, de lo éxcitado que estaba. Me quedé quieto y le decía, ya va papito, ya va a pasar el dolor. Seguí entrando poco a poco y salía pero sin sacar la cabeza de su cerrado ano. Con sus manos él comenzó a abrirse más las nalgas, como facilitando mi tarea. lo vi entregado a mi y entonces, se la enterré toda, en aquel tan desado culo. Volvió a gritar fuerte, me quedé quieto de nuevo, le decía cositas lindas, que ya era mio, que la tenía toda adentro, que su culo me pertenecía y que mi verga gorda y grande, era toda de él y le lamía el cuello, la nuca, haciéndolo arquear su cuerpo…entendí que ya era hora de moverme, de comenzar a entrar y a salir de aquel maravilloso trasero.
Le empezé a dar primero suave, acompazado, y luego más y más rápido. José Emilio mientras gemía, gemía y se quejaba: Ayyyyy, Junior, me duele, pero me gusta…me duele, pero que rico….ayyyyyy!!!! Al escucharlo me puse más caliente y más duro le daba, le metí mis manos por debajo de sus muslos atrayento más su culo recien desvirgado a mi pelvis. Ya para entonces mi verga entraba, salía , entraba… y mis bolas chocaban con sus nalgas. José Emilio entregado a mi, ambos todos sudoros y luego de más de diez minutos, no puede contenerme más y me vacié de leche en su interior. Me vengo papito, me vengo en tu culo, coge mi leche, cogela. Soy tuyo, Junior, soy tuyo, me duele mucho, pero me ha gustado más, que rico…repetía en su locura, aquel chiquito nalgón, afeminado pero bien caliente.
Cuando terminamos, se la dejé adentro, hasta que se me bajó la erreción. Ay, Junior, como pudo entrar todo esa verga tan grandota en mi, como? Yo le éxpliqué que el culo se dilataba, se éxpandía y luego volvía y se cerraba. Lo chequeé, algunos pliegues se le rompieron y sangró un poquito. Se sentó en el baño y botó, toda mi leche y con ella mis hijos, ja, ja, ja…en el videt, se lavó bien el culo. Entonces y lo chequé y no pude contenerme y volví a mamarle ese culo rico, que me tenía loco. Mientras él, se apoderó de mi verga y en un 69, él me la volvió a mamar y yo a comerle el culo con la lengua.
En la edad que teníamos ambos, no había tregua. Fui un atrevido, podía llegar gente a casa, pero tenía la razón nublaba, lo único que quería era meter, follar con aquel chico tan caliente. Lo puse boca arriba en la cama, le levanté las piernas, que sujeté con mis manos y se lo metí, completo de una, estaba tan dilatado que solo gimió fuerte, y volvió a repetir: Junior, me duele, pero me gusta….Me tardé más en venirme, por el primer polvo que le había echado, e inclusive, el chico se prendió de mi boca en su arrebato sexual y yo le correspondí. Ya yo era su hombre. Desde ese día sucedieron tantas cosas! Rápidines en casa, cuando iba a estudiar o a jugar, estando mi mamá en casa y mi hermana. Con cualquier excusa, nos metíamos al baño o a mi cuarto y lo clavaba bien duro y como le gustaba a él! Decía que yo era su novio, el hombre de su vida…
Esto sucedió por muchos años y por suerte no, nos descubrieron nunca. Me celaba de mis novias, pero yo le decía que lo suyo estaba asegurado. Pero a veces lo recuerdo y pienso que ese chico, se llevó los mejores polvos de mi juventud. Sin dejar a un lado a mi maestro de Biología, que también me lo tiré y desde la primera vez, quería estar siempre ensartado en mi verga. Eso nunca lo supo José Emilio, no le haría sufrir jamás. Agradecido por leerme! Cordialmente, Javielón
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