ME ENAMORÉ DE UN ADOLESCENTE (parte3)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por angelmatsson.
….
-Por Dios, por Dios…. No lo puedo creer, tengo el niño más lindo de la escuela… de la ciudad….del Planeta, desnudo y en el baño de mi habitación.- Pensé- Gracias por el favor concedido (si… lo sé, exagero, pero es que de verdad le había pedido a Dios para que se me hiciera esto algún día con Cris)
-¡Nacho!…-Gritó Cris, sacándome de mis pensamientos.-
-Ehh… ¿Qué?
-¿Puedo usar tu champú? .- dijo con su hermosa vocecita.
-Ahh claro, por supuesto.- Ay, ese niño me encanta. Pensé.-
A los 5 minutos deje de escuchar caer el agua, signo de que estaría por salir. Estaba tan emocionado, era un sueño hecho realidad, pero no quería hacer todo rápido, él no se merece pasar un mal momento. Desde que lo vi me lleno el corazón de ternura (y a la vez ayudo a que me vaciara los huevos un par de veces pensando en él), es que no lo puedo evitar, además de ser un niño tierno y valiente, es… es tan lindo, hermoso, divino que no puedo evitar sentirme tan suertudo por tenerlo.
Después de terminar de ordenar la ropa, me senté en la cama para ver tv. Aún tenía mi verga media dura, pues no era para menos, después de ver ese culito tan rico frente a mí. Y pasado unos minutos la puerta del baño se abrió y salió él. Se veía tan guapo, su cabello húmedo cubriendo su frente, su bello abdomen a penas marcado, lampiño totalmente y solo cubriendo sus partes con una toalla.
-¿Terminaste?- le pregunté, embobado.-
-No, si aún estoy allá.- dijo de manera sarcástica.- ajaja pues obvio que si.
-Jajaja, lo siento, es que me perturbas.
Se sonrojó. Caminó hacia la cama y se sentó, agachó la cabeza y se quedó en silencio.
-¿Pasa algo?- le pregunté mientras me acercaba a él.-
-Si… bueno no…-titubeaba.- es solo que mientras me bañaba pensé sobre esto y no sé, sentí miedo… o vergüenza.
-¿Miedo de que? y ¿vergüenza por qué?
-Miedo, porque no sé lo que pueda pasar y vergüenza por mi cuerpo, estoy lleno de marcas por los golpes de mi papá y no quiero que me veas así.
-No bebe, no temas, no pasará nada que no quieras. Podemos ver tv o alguna película. Y por lo de tu cuerpo no te preocupes, yo te quiero tal y como eres, no cambio nada, ni el suelo que pisas. Eres perfecto para mí.
-….- comenzó a llorar, pero no de tristeza, sino que de emoción.
-Mira, aquí te dejo un pijama y unos calzoncillos míos para que estés cómodo.
-¿Y no quieres hacer nada conmigo?
-Mírame, Cristoffer…- dije cambiando mi semblante y poniéndome serio.- No digas eso, tú no eres un juguete como para “hacer algo contigo”, si pasa algo será porque AMBOS queremos y no te obligare a hacer nada que tú no quieras.
-Es que yo si quiero.- se puso de pie y dejo caer su toalla, su hermoso pene salió a la luz, aunque aún dormido. Cris enrojeció y solo miraba el piso, yo me acerqué y le tome el mentón…
-No te avergüences, mi ángel, no va a pasar nada malo.- me miro y sonrió. Intentaba acercarse para besarme otra vez pero estaba dubitativo, así que decidí ayudarlo un poco y coloqué mis manos alrededor de su cintura (agachándome un poco debido a la diferencia de estatura) de esta forma el beso fluyó con más naturalidad.
-Nacho… prométeme que no me dejaras nunca.- dijo separándose del beso.
– Amor, nunca lo haré.
– Solo promételo.
– Lo prometo.- y volví al ataque, besándole otra vez. Poco a poco comenzó a tomar más participación, su lengua se adentraba en mi boca, se abrazaba a mi lengua, haciendo que me recorriera una corriente por toda la espalda. ¿Cómo es posible que un pre-adolescente me causara tantas sensaciones?. Aún me lo pregunto.
Acariciaba su suave espalda delicadamente, coloqué una mano en su cintura y la otra en su nuca, sentí su reacción al notar las caricias que le daba, como que se derritió en mis brazos. Lo recosté en la cama y me separé del beso, respiraba agitadamente, lo contemplé desde mi posición y agradecí a Dios otra vez… (Aunque esto más que Dios solo, fueron LOS Dioses del Olimpo).
-¿Te gustó? –
– Me encantó.- dijo sonriente.
Me acerqué y comencé a besar su cuello lentamente, le dabas pequeños lametones que lo hacían vibrar, lo miraba de reojo y estaba con sus ojos cerrados y la boca ligeramente abierta. Comencé a descender poco a poco, llegué a sus tetillas que ya estaban duritas, las lamí y chupé a gusto, después recorrí su vientre y llegué a su ombligo en el cual me entretuve un poco. Baje un poco la vista y su pene ya estaba duro y húmedo, de seguro su excitación era enorme.
No me resistí más y tome ese pedazo de carne y me lo metí a la boca, debo reconocer que esa mamada mía fue un asco, pues era la primera vez que hacia una mamada, pero el deseo que tenía en probar ese pene de mi niño fue más grande y lo hice o por lo menos intenté hacerlo lo mejor posible. Por suerte el gemido de placer (casi grito) me dio a entender que le gustaba. (bueno considerando que para él era también la primera vez y no sabía de estas cosas, es más fácil que gima por cualquier cosa) Pero de todos modos estaba contento de que lo disfrutara y como no tenía el pene tan grande (en ese momento) podía tragarlo completamente. Ay… su sabor era delicioso, ese líquido, ese néctar era como el chocolate para mí y lo bebía con desesperación (si… amo el chocolate) y eso que solo era el líquido pre-seminal. Sus testículos se contraían cada vez que succionaba su glande, me pedían a gritos atención y no me hice de rogar, así que rápidamente baje un poco más y comencé a lengüetearlos, su escroto era tan suave como el resto de su piel y desde ese ángulo podía ver el camino que me llevaría hasta su pequeño anito que se encontraba completamente oculto entre esas dos montañas. Le di unas lamidas a su pene, subí a su pubis y le di unos chupetones, después otra vez volví a su pene, lo engullí con pasión, succioné hasta que sentía arder mí mandíbula y pronto comencé a sentir las convulsiones del inminente orgasmo, el gemía como un poseso y puff, empecé a notar sus trallazos de semen en mi paladar. Fuero 3 deliciosos chorros fruto del orgasmo de mi niño, el primer hombre en mi vida, no fueron tan espesos pero si muy deliciosos, él estaba muy agitado, creí que le iba a dar un ataque o algo porque su respiración estaba muy agitada, le corría una gota de sudor desde la frente y su pecho subía y bajaba desenfrenadamente.
– ¿Estas bien?
– Uff uff ehh siii… estoy genial.- decía apenas pudiendo articular las palabras.- jamás había sentido esto.
– Y eso que recién estamos empezando.- me sonrió con picardía.
– Uff esto… esto ha sido maravilloso, mi corazón late a chorropocientos millones de kilómetros por hora.
– Jajaja exagerado, pero me alegra que te gustara porque a mi también me gustó mucho.
– Sí, pero tú no recibiste nada.- dijo algo triste.
– Si recibí algo, algo muy rico…. Recibí el dulce néctar de tu hombría.
– Ajajaj pero igual… quiero devolverte la mano.
– No es necesario bebé, con que tu estés bien yo también lo estaré
– Pero yo quiero hacerlo, quiero probar lo que tu probaste.
– ¿De verdad?, no quiero que te sientas obligado.
– Si, de verdad… bueno solo quiero que sepas que quizás no sea lo que esperas pero me esforzaré.
– Ay bebé, si lo haces tú para mí sería perfecto. Además yo tampoco sabía mucho que hacer, solo repetí lo que alguna vez me….vi hacer (casi arruino el momento diciendo lo que alguna vez me hicieron las chicas con las que antes estuve).
– Entonces… ¿me dejas?
– Presupuesto.- dije alegre.- si quieres parar solo me avisas.
– ¡Ok!.- dijo entusiasmado.
Me desnude completamente (otra vez) y me senté en la cama, mi pene estaba más que duro y Cris lo miraba fijamente sin despegar la vista. Tímidamente acercó su mano derecha y tomo mi verga, descapucho el glande que estaba brillante y húmedo, me miro a los ojos y yo le anime sin decir ni una palabra. Poco a poco comenzó a acercarse y lentamente saco su lengua y toco la uretra de mi pene, luego saco un poco del líquido que desprendía y lo saboreo, creo que no le disgusto porque rápidamente envolvió mi glande con su boca arrancándome y leve gemido debido al calor que desprendía esa cavidad.
-Ohh… muy bien amor, ahora solo succiona y juega con tu leng….. ahh eso, perfecto.
Muy despacio intentaba introducir más mi verga en su boca…
– Uff no es necesario que la tragues entera bebé.-
Hizo caso omiso y siguió intentando, hasta que sentí una pequeña arcada, avisando cuál era su tope, había alcanzado a tragar tres cuartas partes de mi pene, cosa que me excito mucho. Solo imaginen a un bello niño entre sus piernas, con una mano en sus vergas y la otra sobre sus piernas, mientras mete y saca sus vergas de su boca.
Yo me sentía el hombre más afortunado del mundo, sus ojitos grises me miraban comprobando si hacía o no un buen trabajo, sus mejillas se contraían con cada succión y sus pómulos ardían y estaban cada vez más rojos por la excitación.
Llevo su mano izquierda a mi pubis y jugó con el poco bello que tengo ahí pues yo no soy muy peludo, luego descendió y comenzó a jugar con mis testículos que estaba bien gordos esperando descargar. Este chico lo hacía muy bien aunque sentía de repente sus dientes rosar mi glande cosa que en vez de molestarme, me excitaba aún más.
De pronto comencé a sentir las contracciones de la corrida, ya llevaba más de 10 minutos con esa mamada pero aun no quería correrme así que pronto lo tomé de la nuca separándolo y me miro asustado.
– ¿Hice algo mal? Perdón, creo que fui muy brusco.
– ¡No! Para nada, estuviste excelente, es solo que no quiero correrme aun, quiero disfrutar más y el placer es mejor cuando se espera.
Lo levante y lo hice sentarse en mi vientre, podía sentir su calor, el calor de su pene que volvía a estar duro, el calor de su culito que me tenía loco. Se acercó a mí y nos volvimos a besar, intercambiamos el sabor de nuestras vergas y yo lentamente comencé a subir mi mano derecha hasta sus nalgas. Paró de besarme y se enderezó. “La he cagado” pensé. Pero pensé mal, porque tomó mi mano izquierda y la puso en su nalga izquierda me sonrió de manera traviesa y volvió a besarme.
Uff por un momento pensé que lo había arruinado, pero cada vez me sorprendía más Cristoffer, mientras nos besábamos tocaba, apretaba y exploraba el bello, suave y duro culo de mi hermoso angelito. Poco a poco me adentré en su rajita con mi dedo explorador (índice) e intentaba buscar su anito el cual estaba totalmente escondido, hasta que al fin llegué a él. Cris se estremeció y gimió, al fin toque ese apetecible botón, estaba un poco húmedo y con mi dedo comencé a masajearlo sin hacer mucha presión, recorría todos los surcos y arrugas que se formaban en esa parte. Por Dios, sí que era estrecho, por un momento sentí miedo de poder hacerle daño, pero aun así tenía muchas ganas de probar esa parte oculta de él, saborearlo y hacerlo temblar de placer.
Así que lo tomé y lo recosté boca abajo, él solo cerró los ojos dejándose llevar. Besé su espalda completamente y llegué al comienzo de su rajita, donde comenzaban sus montañas de carne, besé el pequeño surco que se forme al inicio de la rajita, lo humedecí y sople, causando un estremecimiento en el cuerpo de Cris. Luego separe sus nalgas pero no llegaba a ver bien su anito ni chupar a la vez, creo que se dio cuenta de la incomodidad y con sus propias manos abrió sus nalgas. Jesucristo, estaba al borde de un ataque debido a la excitación. Me acerqué a su culito y con mis dedos índice y pulgar abrí un poco más el espacio donde se ocultaba su botoncito y ahí estaba… el pequeño y virgen ano de mi Cristoffer de color rosita, no aguanté más y comencé a devorarlo sin piedad, Cris gritaba de placer y yo me embriagaba con su sabor. Era imposible poder meter mi lengua dentro debido a la estreches pero de todos modos saboree todo lo posible, acaricie cada pliegue y deguste todo lo que pude, mordí sus nalgas y baja entre sus piernas y chupaba el espacio entre sus testículos y su ano, lo que hacía que gimiera fuertemente.
Paré y le pregunte…
-¿Quieres ir al siguiente paso? O ¿Crees que es suficiente por hoy?
– Uff qui…quiero seguir… quiero ser tuyo.-
-Que novelesco eso de “ser tuyo” ajajaj pero muy bien lo haré…
– Jaja tienes razón, es que quería que fuera como en los libros.
– Va a ser mucho mejor que eso.- dije picándole un ojo.- ahora solo relájate y voy a buscar lubricante.
-¿Lubricante?-
-Jaja te explico después.
Tenía siempre lubricante, pues ya había desvirgado los culos de otras chicas, ellas hacían lo que fuera que yo les dijera aunque ninguno fue un culo que deseara tanto como en ese momento. Quizás porque ese niño me robo el corazón además de que tenía un cuerpo limpio, libre de cualquier profanación, a diferencia que el de muchas de esas chicas.
Cuando volví con el lubricante me encontré con una imagen divina, estaba Cris con su pecho pegado a la cama y su culito levantado apuntando al techo, casi eyaculo ahí mismo. Me acerque y me situé frente a su culito, podía ver su virgen ano y parte de sus testículos, quede ahí parado embobado con esa imagen.
-¿Por qué estas asi?.- dije con curiosidad.
-Pues así está la chica de esa foto.- y señalo una revista pornográfica que tenía bajo el televisor y en la que la mujer era enculada en esa pose.
-Muy bien, aprendes rápido.-me reí y agradecí que viera esa foto e imitara esa pose que me puso cachondo al máximo. Tome un poco del lubricante y le unté en su ano.- mira, voy a ponerte este aceite para que se dilate tu culito y se abra sin que te duela tanto.
-Ah oki… con cuidado porfi.-
-Obvio mi vida, si te duele, aunque sea un poquito, me avisas y paramos. ¿ok?
– ok
Comencé a hacer presión con mi dedo y poco a poco con un poco de fuerza y ayuda del lubricante comenzó a abrirse paso por esa cavidad, entró hasta la uña y pregunté…
-¿Te duele?
-N…no.- dijo.
-¿Seguro?
-Si, es solo que siento raro, pero me gusta.
Saqué el dedo y coloque un poco más de lubricante y volví a introducir, esta vez intente hundirlo más, lentamente fue entrando hasta que lo metí entero.
-Ohh…. Ufff.- resopló.
-¿Lo saco?
-¡No!… solo déjalo quieto un momento.
-Ok, solo intenta no apretar porque me arrancaras el dedo jaja.- y no era broma, pues mi bebé de verdad que estaba muy estrecho, mi dedo estaba ahorcado por sus paredes anales.
-Ya me acostumbre… ahora sigue pero con cuidado.
– Si, cariño.- comencé a retirar el dedo lentamente cuando…
-uhh uff…
-¿Qué paso? ¿Te hice daño?
-Noo, al contrario, no sé, como que tocaste algo y sentí como una corriente eléctrica desde adentro.- el punto “G” masculino. Pensé.
-Pues encontré tu punto “G”.-dije sonriendo.
-Creí que solo las mujeres lo tenían.- dijo incrédulo.
-Los hombres igual, solo que en el ano… y creo que esta por… aquí.- dije presionando el lugar otra vez.
-Ohhh uff… si… creo que si es.
Ahora si termine de retirar el dedo y así continúe lentamente hasta que después de no sé cuánto tiempo pude introducir 3 dedos.
-Y aquí van los 3 dedos.-
-Ahh por fin…-
-¿Te duele?
-Si… un poco, siento mi culito muy abierto.
-¿Quieres que paremos?.
-No, ya aguante todo esto y llegaré hasta el final.
-Wow que valiente.- si su anito era rosita, ahora estaba rojito y abierto, después de tanto rato intentando, al fin pude introducirle 3 dedos. Pasó de ser un pequeño y cerrado anito a uno que puede albergar tres dedos, lo sentía muy tirante, un dedo más y lo parto. Lentamente comencé a abrir y cerrar los dedos, luego los saqué y vi que ya estaba un poco más dilatado, rápidamente antes de que volviera a cerrarse, lance un chorro de lubricante dentro de el y sobre mi pene, lo desparrame y dije…
-Ya mi vida… es el momento.- sentí su cuerpo vibrar, lo acaricie y lo tranquilicé, me subí a la cama y lo cambie de posición. Puse sus piernas en mis hombros pero el abrazó sus piernas por detrás de las rodillas y se las acerco a su pecho, de esa manera su culito quedaba totalmente indefenso ante la inminente invasión de mi verga. (Por suerte tiene una buena elongación. Imaginen las posibilidades)
Su verga estaba chorreante de líquido pre-seminal, que empapaba sus testículos y pubis, la tome y exprimí un poco y lo desparrame dentro de su culito. La cara de placer que el tenia era indescriptible y supongo que la mía también. Muy despacio acerqué mi glande húmedo e impregnado por el lubricante, comencé a masajear su ano el que se contaría con cada roce. Hice un poco de presión y vi a Cris como arrugaba el ceño, puse un poco más de lubricante y volví a empujar lentamente y poco a poco mi glande se iba perdiendo dentro de su cuerpo. Veía su rostro una expresión de dolor, así que me acerqué a besarlo y relajarlo.
-Oh amor, me encanta uff…. No aprietes mi vida, deja que entre completa.
-Ahh Nacho… más lento por favor.
Paré un momento y comencé a penetrarlo lenta y pausadamente, iba casi a la mitad, y yo ya sentía que me iba a correr. Es que de verdad apretaba mucho, estaba muy caliente su interior y húmedo además de que el precalentamiento que tuvimos ya me había dejado “a punto”.
Decidí jugar con su pene para que no perdiera la erección pero “sorpresa”. Seguía igual de duro y chorreando a borbotones, así que aproveche y comencé a masturbarlo, tenía su penen muy sensible porque a cada movimiento apretaba su culito. Por lo que pensé en mejor dejarlo de hacer para que no se corriera.
Continuaba con la penetración hasta que vi como mi escaso vello púbico chocaba con su culito. Al fin estaba completamente dentro de él…
-Ay…
-Listo bebé, la tienes entera.- Cris sudaba a mares, pero en ningún momento me pidió parar. Es un valiente.
-¿De verdad?… genial.
Le tome sus piernas y las coloqué en mi hombro, sujete su mano y la lleve a su culito para que notara que lo tenía completamente ensartado.
-¡Wow! No lo puedo creer…- dijo impresionado.- ¿Cómo rayos entro todo eso en mí?
-Pues con mucho amor y cariño… y casi medio litro de lubricante.- ambos sonreímos.
Comencé el mete-saca lentamente, aun veía un poco de dolor dibujado en su rostro, aunque sinceramente si hubiera sido el yo gritaría como nena. De verdad que me sorprende su aguante. Lo besé con mucha pasión para agradecerle el gran placer y honor que me daba, quería hacerle sentir mi felicidad y mientras lo hacía, comenzaba a acelerar más y más las envestidas. Las muecas de dolor de él se iban convirtiendo en placer-dolor aunque poco a poco eran más de placer y mis muecas de placer se fueron convirtiendo en un gran gozo.
Sus nalgas con mis piernas aplaudían fuertemente, su culo exprimía mi verga, sentía que llegaba hasta su estómago y al sacarla completa daba la sensación de que iba a salir todo su intestino envolviendo mi verga. Empujaba lo más hondo posible y sacaba completamente, su ano boqueaba como la boca de un pez y no tardaba en darle lo que me pedía así estuve hasta que mi nene comenzó a correrse ferozmente, sus ojos se tornaron blancos, su respiración se detuvo y soltó un grito desde el fondo de la garganta casi sordo y comenzó a soltar chorros de semen, fueron 3 pero muy potentes, incluso uno le llego hasta la comisura de sus labios, el cual al instante fue recogido por su lengua y ahí no pude más. Me corrí, pero Juro ante ustedes a que no fue una simple corrida, perdí el control de mis piernas y el semen salió con más presión que el agua de una manguera de bomberos, fueron más de 5 espesos y contundentes chorros los que solté dentro del culo de mi niño. Caí rendido sobre él, mi corazón palpitaba más rápido que nunca, sentí hasta mis oídos tapados, fue el mejor orgasmo había sentido hasta ese momento (porque después con el vinieron más).
Cristoffer apenas se recuperaba de su orgasmo que de seguro fue brutal para él y comencé a agradecerle…
-uff…ah… uff… gracias bebé, me hiciste el hombre más feliz del mundo.
– jajaja.- rio fuertemente.- fue genial, espectacular, hermosombroso.
-Me alegro que te gustara, me pone aún más feliz.
-Sabes… no siento mis piernas.
-Jajaja lo siento.-
Me salí de su interior, mi verga ya estaba volviendo a su estado normal y su ano se encontraba irritado y abierto como una gran “O”, el cual poco a poco comenzó a botar los borbotones de mi espeso semen mezclado con un poco de sangre. Ayude a Cris a que se acomodara boca abajo otra vez y tome la toalla y limpié su culito, una vez limpio le di unos cuantos lametones y luego me acosté al lado de él, comencé a acariciarlo, hasta que se quedó dormido. Le tome unas cuantas fotografías para recordar siempre el momento, fui a buscar una manta y nos tape, luego me dormí y desperté a la mañana siguiente con una gran erección…
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