Me enamoré temprano
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Quedé al cuidado de mi abuela porque siendo muy pequeño mi mamá abandonó a mi papá yéndose con otro hombre, mi papá se ganaba la vida recorriendo las farmacias todo el día como agente de ventas promocionando productos de laboratorios en diferentes ciudades, junto a la casa de mi abuela vivía mi tía Lorena, su esposo Milton y mi primo Milton Jr, al tiempo Daniel llegó a vivir a casa, sobrino de mi abuela venido del interior con la intención de estudiar en la prepa, yo iba a la escuela y en sus ratos libres me ayudaba con las tareas, todos le tomamos mucha confianza y simpatía porque era muy servicial y le gustaba cuidarnos, me trataba mejor que mi papá también jugábamos con mi primo nos gustaba más las luchas que terminaban a puras cosquillas.
A veces cuando mi abuela salía a hacer diligencias al centro me dejaba a su cuidado Daniel me decía al rato que lo fuera a ver a mi primo para jugar nos hacía corretear por toda la casa llevándonos a los rincones apartados poniéndose detrás de nosotros abrazándonos con una llenadera de besos que su saliva quedaba en las mejillas de a poco nos bajaba el short con mucha suavidad tocando nuestros penes, unas veces nos hacía abrazar desnudos agachándome un poquito para que mi pene esté a la altura del pene de mi primo, David ajustaba nuestras cinturas haciéndolas mover también se frotaban nuestros penes, Daniel decía que eso era un juego en secreto que nadie debe saberlo, luego me acostaba en el suelo abierto de piernas y brazos, sujetaba de la cintura a mi primito haciéndolo volar por los aires y lo acostaba encima mío, nos hacía abrazar y de nuevo nos hacía mover las caderas después de esa forma nuestros penes se movían frotándose, otras veces antes de empezar el juego me pedía que vaya a ver si alguien se acercaba para seguir jugando, esa emoción de espía a mi edad me gustaba yo le obedecía ciegamente en todo a Daniel, regresaba a decirle que no había nadie, Daniel nos llevaba al cuarto le quitaba la ropa a mi primo me desvestía con gusto, pedía que me acueste de boca sobre la cama abriéndome las piernas lo acostaba a Milton encima de mi cuerpo alzándolo y moviéndolo arriba y abajo sentía el pene de mi primo que frotaba mi piel a Milton lo ponía a un costado de la cama con los brazos extendidos y su carita recostada sobre el colchón le alcanzaba a ver a Daniel que se quitaba el short mostrando ese pene estirado por las manos tenía algo de vello en la pelvis y en los testículos lo pasaba por las nalgas de mi primo que se dejaba sin saber lo que le estaba haciendo, chistosamente tomaba el pene con la mano dándole golpecitos en las nalgas lo ponía entre las nalgas y lo empujaba despacio mi primo gemía fuerte Daniel le besaba las mejillas lo viraba y se frotaban los penes con movimientos adelante y atrás, Daniel se levantaba dejando a mi primo recostado abierto de piernas y brazos en su delante, frotaba el pene con las manos masturbándose de su pene salía un liquido blanco que era su semen que caía en la espalda de mi primo, lo hacía descender despacio de la cama acostándolo sobre el suelo quitándole el semen pegado con papel, ayudaba a vestir a mi primo, Daniel me pedía que lo lleve a mi primo a su casa y que regrese pronto diciéndome que nuestro secreto en los juegos no se los cuente a los mayores porque si hacía lo contrario ya no me iba a tratar bien.
Había aquellas tardes de calor que me bañaba con Daniel afuera en el patio con la manguera teníamos puestos esos bikinis de baño para chicos recién salidos muy a la moda ajustados al cuerpo desde eso yo podía darme cuenta la diferencia del tamaño de nuestros penes, Daniel me mostraba el pene salido del calzoncillo, le seguía el juego mostrándole mi pene los uníamos mirándonos cómo se movían entre sí rato después mi tía lo traía a Milton para que se bañe con nosotros pidiéndole a Daniel que lo cuide, Daniel a propósito nos hacía revolcar sobre el lodo tomaba la manguera y chisgueteaba el chorro por nuestras nalgas, nos secaba con la toalla aprovechaba en frotarnos el pene con las manos lo hacía tan bien que sentía rico ese movimiento pues mi pene se alargaba eso le alegraba a Daniel.
Yo lo quería mucho a Daniel porque era muy bueno conmigo acariciándome tan deliciosamente que a veces sus manos recorrían mi espalda poniéndome la carne de gallina, por lo general después de cada cogida que me daba en su cuarto salíamos a comer frutas, comprábamos golosinas en la tienda, me llevaba a jugar con sus amigos frecuentemente me llevaba abrazado así yo tenía seguridad de estar protegido sobre todo no se desprendía de mi cuando estaba enfermo, es cierto que después de cada cogida que me daba yo sentía vergüenza al mirarle que me limpiaba la espalda o mi pecho de semen pero después con sus mimos desaparecía el recelo haciéndome adicto a su carácter hasta tal punto que a veces lo buscaba para que hiciéramos sexo.
Habían noches que comía dulces y por la madrugada me despertaba con pesadillas que me asustaban mucho, mi papá no llegaba a casa su cama estaba bien tendida a veces viajaba a otras ciudades o se quedaba con alguna querida haciendo prácticamente su vida de soltero, yo tenía la necesidad de protección, por eso corría al cuarto de Daniel refugiándome en sus brazos abrazándome por mi detrás me hacía sentir el movimiento de nuestra piel, nuestro suave aliento, un bulto rozaba mi culo, mi pene comenzaba a ponerse erecto, me tomaba el pene con las manos sobándomelo muy rico igual que mi culo, deslizaba mi pijama sacándolo completamente de mis piernas, se quitaba el short abrazándonos de frente haciéndome montar sobre su cuerpo moviéndonos los penes después me rodeaba el pecho con sus brazos poniéndome de perfil sentía el desliz de su pene por mi espalda llegando a mi culito, puso almohadas debajo de mi barriga elevando y abriendo mi ano metiendo el pene, me hizo sentir un profundo dolor experimentando cosas nuevas que nunca había sentido, me hacía rugir haciéndome combinar sensaciones de angustia y deseo, en cada entrada me hacía doler más y más de una forma terrible hasta el cansancio de suplicarle que ya basta que ya no siguiera intenté gritar pero me tapaba la boca yo insistía mi desesperación me hizo llorar gimiendo, el pene de Daniel se caracterizaba por ser pequeño y creo de esa forma logró penetrar a medio talle mi culito su semen era calientito que corría por mis nalgas limpiándome con papel, las sábanas suaves rodeaban mi cuerpo desnudo quedándome abrazado de Daniel acurrucándome en su cuerpo, estaba medio dormido por el dolor de su cogida, me levaba a mi cuarto acostándome en la cama, se quedada un ratito haciéndome compañía acariciándome la frente y el pelo dándome besitos cortos en mis mejillas y en la frente más me gustaba quedarme dormido cuando me rascaba la espalda.
Habían ciertas mañanas en las que me despertaba bostezando, estirándome el cuerpo con mi pene parado, de inmediato venía a mi mente la forma de su cuerpo así crecía mi deseo de estar rodeado del cuerpo de Daniel, corría a su cuarto acostándome a su lado quitándome el pijama de dormir con un gusto delicioso de recibir su piel tibiecita dejándome besar las orejas, chupando mis labios con tanto gusto que permitía el recorrido de sus manos por mi espalda estimulando a que se estire mi pene recostándome con las piernas abiertas y dobladas de las rodillas con mi pene descubierto Daniel se arrodillaba frente a mi haciendo que los labios chupen mi pene con mis pelotas de inmediato apretaba las sabanas recostándome sobre las almohadas después giraba mi cuerpo acariciándome las nalgas ya sabía que después vendría la penetrada del pene en mi culo con tanto gusto al principio que terminaba en dolor penetrando un poquito cada vez más luego su semen recorría la uniones de las nalgas me levantaba rápido para que no manche las sábanas limpiaba mi cuerpo con mucha suavidad.
Me gustaba mucho aquellas veces que cuando no estaba mi papa en casa Daniel entraba a mi cuarto antes del alba a cogerme delicioso o aquellas veces en que coincidíamos entrar al baño para asearnos, entrabamos con naturalidad pues mi abuela no sospechaba porque consideraba a Daniel como mi hermano mayor con el trato figurado que me daba, jugábamos quedándonos desnudos pasándonos los mangos de los cepillos de dientes por las nalgas dejaba que me lo metiera suavemente, le gustaba oler mi culo de inmediato me doblaba el cuerpo y me daba pene por el culo hasta verle salir el semen que recorría mis piernas, salíamos con mucha naturalidad del baño, Daniel iba a estudiar y a mí me dejaba complacido de sus cogidas esperando la tarde o la noche para seguir con lo nuestro.
Una tarde con calor estábamos sentados Daniel, Milton y yo chupando helados que nos había regalado Daniel, vestíamos sandalias, shorts y camisetas vimos salir a mi abuela y a mi papá diciéndole a Daniel que iban a tardar en hacer una diligencia, jugábamos tocándonos las piernas deslizando las manos por los muslos, Daniel decidió que nos bañemos con la manguera en el patio fue a casa de mi tía a pedirle permiso para que Milton se bañe con nosotros, mi tía aceptó pidiéndole que tengamos cuidado, corrimos al patio antes cerrando las puertas, ese baño cambió mi vida, Daniel ponía la manguera en el culo de Milton y el mío haciéndonos correr resbalándonos sobre el lodo y poco césped que había, yo caí sentado sobre el lodo me pasó agua por el culo agitando el chorro de agua pasó los dedos entre mis nalgas lo hizo tan rico que vio mi piel ponerse como carne de gallina metía los dedos lubricando mi culo haciéndome sentir placer en la entrada de mi ano vi de lado como se abultaba el pene de Daniel en su short el mío también se estiraba al estar frente a frente bajé su short tome su pene suavemente Daniel bajó mi short abrazándonos, nos miramos riéndonos de ver a nuestros penes frotándose dejó que Milton siguiera sentado jugando con el agua y nosotros fuimos al baño nos duchábamos abrazados enjabonándonos como siempre pues pasaba jabón por mi culo se enjabonaba el pene arqueándome en la ducha metiéndome el pene haciéndome doler mucho más que las otras veces ya iba a gritar del mucho dolor que sentía que se detuvo estuvo acariciándome el culo por un ratito de nuevo me arqueó el cuerpo esta vez sin mucha contemplación metía y sacaba el pene rápido hasta que en un momento menos pensado la espuma del jabón y mi culo dilatado permitió que todo el tronco del pene estuviera dentro de mi culo de inmediato pasó agua por mi culo y abundante jabón yo estaba agachado sintiendo un dolor profundo que me hizo sentar sobre la cerámica de la ducha vi por debajo de mi pene que salía un hilillo de sangre de mi culo, Daniel botaba aguas parándome lentamente cubriéndome con una toalla fui a sentarme muy pensativo con llanto en un sillón Daniel llevaba a Milton con mi tía, mi primo me miraba por lo que lloraba, al rato Daniel me dice que no cuente a nadie lo que pasó porque habría graves problemas que me iban a dar tremenda paliza si decía algo, toda esa noche no se separó de mí viéndome con una mirada suplicante delante de mi papá y de mi abuela para que no dijera lo ocurrido, calladito me curaba, los días pasaban no deseaba que me cogiera porque me iba a doler.
Un día que estuvimos solos llega mi primo a jugar Daniel lo lleva a su cuarto, lo seguí miraba a través de la hendija de la puerta, vi que lo acuesta le corre el pantalón y el calzoncillo quedando descubierto el culo Daniel se bajó el short recorriendo con su pene la espalda y las nalgas de Milton ambos se reían yo tenía mi pene agarrado por mis manos que lo sobaba hasta tenerlo estirado me alejé a la sala cuidando de que no me hayan visto, al rato los vi salir Daniel haciéndole cosquillas disimulando lo que le había hecho, mi tía lo llama a Milton y nos quedamos Daniel y yo, me hacía gestos de cogernos tomándome del brazo me llevó al cuarto acariciándome y desvistiéndome poco a poco me sobaba las nalgas y el pene mamándomelo me viró y sentí un leve dolor en su delicada penetrada cuando sentía que todo el pene estuvo adentro me bombeaba haciéndome nacer el placer carnal de su pene en contacto con las paredes de mi ano, desde ese momento lo deseaba más completamente, le pertenecía al chico que me había roto el culo, esa vez no me dejó semen porque ya lo había dejado en el cuerpo de Milton.
A veces despertaba con placer de sexo corría al cuarto de Daniel para que me cogiera me recibía con sonrisa de oreja a oreja metiéndome entre las sábanas abrazándome dulcemente rodeándome de sus besos tiernos y caricias sutiles que me daban seguridad estando con Daniel experimenté el amor de chico yo mismo me ponía en posición arrodillado doblado mi cuerpo alzando el culo para que me penetre en otras ocasiones me tomaba de atrás moviéndome deliciosamente, siempre que estábamos solos íbamos al baño a ducharnos quedando nuestra piel bien suave de tanta pasada de jabón luego nos metíamos en la cama rozándonos con las sábanas calentándonos con nuestros besos, siempre fui suyo mi culo deseaba su pene, fueron momentos deliciosos los que vivimos.
Mi papá se hizo de compromiso llevándome a vivir con su esposa una mujer muy joven, en las pocas veces que visitaba a mi abuela era para estar con Daniel, nuestro deseo carnal era grande besándonos por mucho tiempo haciendo sexo oral y fornicando mi ano se abría de placer de solo sentir el placer del pene ya me electrizaba pedía más y más sin parar, pasaban los días y ya quería que sea fin de semana para estar juntos, cada vez lo deseaba más en nuestra intimidad, el tiempo tuvo que jugarnos una mala pasada con la muerte de mi abuela que tiempo después vendieron su casa y Daniel pese a que vivió un tiempo con mi tía no vivió mucho tiempo y retornó al interior, conocí a otros chicos que eran familiares de mi madrastra con los que me dejaba coger íntimamente. Pese a todo, Daniel fue y seguirá siendo mi amor puro sin importar complejos.
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