ME GUSTA MADUROS PELUDOS
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por pasivo1980.
Antes de marcharnos, mientras Miguel estaba en su habitación, su tío se me acercó y me dijo: ven mañana domingo por la mañana que yo te voy a enseñar la forma en que te puedes relajar y disfrutar del sexo con un hombre. Yo no dije ni que si ni que no. Pero al día siguiente alrededor de las 9 de la mañana me personé en casa de Ramón.
Cuando llegué Ramón estaba en bañador y sin camisa Me recibió con una sonrisa, me estrechó la mano
Esta fue la primera ocasión en que me puse a detallar a Ramón.
Era un hombre maduro de unos 40 años. Muy masculino y de constitución física fuerte, trabajaba como albañil. Era un hombre velludo, los vellos le cubrían su pecho y su vientre, sus piernas eran muy bien formadas
Se levantó de la mesa y se me acercó poniendo una de sus manos en mi hombro. Sentí un calor delicioso, su mano estuvo en mi hombro un par de minutos y luego desabrochó un botón de mi camisa y me acarició el pecho, muy suavemente aquella ruda mano se acercó a una de mis tetillas y la acarició, de inmediato sentí que mi tetilla se endurecía y mi polla se empalmaba. Luego Ramón retiró su mano y continuó conversando mientras yo sentía que mi excitación continuaba. Me invitó a pasar a su habitación y yo accedí con gusto.
Cuando entramos en la habitación las ventanas estaban cerradas y por eso estaba a oscuras. El se acercó a una de las mesas de noche y encendió una pequeña lámpara de mesa que tenía una bombilla roja que le daba a la habitación un aspecto muy romántico. Luego cerró la puerta y me abrazó con firmeza. Comenzó a besarme en la boca mientras con sus manos iba desabrochándome la camisa que finalmente me quitó y la puso en el respaldo de una silla. Continuó despojándome de toda mi ropa incluso de mis calcetines. Me dejó totalmente desnudo delante de él. Por unos instantes solo sentía el leve roce de los vellos de su pecho con los míos y luego sentí que me abrazaba, sus manos primero acariciaron mi espalda, su boca tomó la mía y pronto su lengua entraba en mi boca explorando todo su interior. Aquel beso me dejó casi sin sentido, mi corazón palpitaba con una intensidad enorme, mi polla estaba disparada y yo sentía como la suya levantaba su bañador y se acercaba a mi cuerpo. No le había visto su polla pero por lo que estaba sintiendo pude percatarme de que tenía un aparato para aterrar. Sin embargo no sentí temor, estaba dominado por aquel macho. Luego me dijo: Acuéstate en la cama boca abajo. Le obedecí en el acto, estuvo varios segundos observándome. Yo lo esperaba con impaciencia cuando comenzó a acariciarme las piernas con sus manos. Sentí un calor delicioso y pronto sentí que su cuerpo estaba sobre el mío, sus piernas estaban sobre mi cabeza y cuando soltó su cuerpo sobre el mío su boca estaba cerca de mis nalgas, sus brazos fuertes abrieron mis piernas y comenzó a besarme las nalgas y a mordisquearlas, me empecé a retorcer de placer. Su lengua me lamía las piernas, sentía sensaciones que nunca había experimentado, en ocasiones me excitaba tanto que trataba de huir pero me era imposible, en la posición que me tenía no podía hacer nada por impedir sus caricias y pronto me fui entregando. Cuando de pronto sentí que mi cuerpo explotaba, su boca primero comenzó a soplar en mi culo y luego lo besó. Su barba me hincaba de una forma deliciosa y su lengua comenzó a jugar con mi esfínter que poco a poco fue cediendo y comenzó a permitir que su lengua lo penetrara.
De pronto se incorporó y se acostó de nuevo sobre mí, esta vez sus manos estaban sobre las mías, sentí que su polla estaba entre mis piernas, yo instintivamente cerraba mis piernas, pero cuando él quiso una de sus piernas entró entre las mías, luego entró la otra y sentí como sus piernas abrían las mías y mi culo quedaba a su disposición. La cabeza de su polla rozaba mi esfínter dilatado y comenzó a juguetear con él. Sabía que estaba a punto de ser penetrado, pero lo estaba deseando. Mis dedos quedaron dentro de los dedos de sus manos y sentí como su tremenda polla entraba por mi culo dilatado hasta lo más profundo de mis entrañas. Me la metió completa y allí la dejó sin moverse por unos instantes. No sentí dolor, si me sentía penetrado y dominado. Estaba empalmado como nunca cuando comenzó a sacármela con mucha lentitud casi no me di cuenta y cuando casi estaba afuera volvió de nuevo hacia adentro. Cuando la tenía completa dentro de mi con sus caderas me daba un fuerte empujón que me hacía sentir que su voluntad era poseerme. El ritmo de sus penetraciones fue aumentando hasta que alcanzó un paso vertiginoso. Yo no sabía si sentía más placer cuando entraba o cuando salía. Sus manos apretaban mi cuerpo con fuerza, su boca me mordía el cuello. Aquello duró mucho tiempo, Ramón me follaba a profundidad, podía darme caña por mucho tiempo porque podía aguatar la lecho todo lo que quería. En dos ocasiones estuvo al borde de correrse, pero me la metió hasta los cojones y me dijo: no te muevas cojones que me corro. Me quedé tranquilo, pasaron unos segundos, sus manos apretaban con fuerza mi cuerpo y de nuevo cuando aguantaba la leche volvía a la carga. Aquello me parecía interminable, estaba desesperado porque soltara la leche de sus huevos, pero cuando lo veía aguantando la leche a pesar de mi desespero no me atrevía a moverme para no impedir que la aguantara. Luego volvía a gozarme el culo hasta que al fin sentí como su cuerpo se estremecía, sus manos me apretaban con toda su fuerza y soltaba una expresión de placer mientras llenaba mi culo de leche. Luego se quedó tranquilo pero con su polla en mi culo, sentí como sus músculos se relajaban y finalmente su polla abandonó mi culo exhausta.
Abrazados, nos quedamos dormidos por un par de horas y luego al despertar me volvió a follar de la misma forma. Cuando terminamos aquella sesión de sexo Ramón me dijo: vistes como te puedes relajar y disfrutar. Bueno para la primera lección creo que ha estado bien. Eso quería decir que había nuevas clases y yo estuve muy de acuerdo.
Durante varias semanas estuve haciendo el sexo con Miguel y su tío. Pero cada día disfrutaba más con Ramón que con su sobrino. Incluso Ramón comenzó a follarme todos los días. Hasta que un día el me exigió que solo fuera para él.
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