Me hacía bullying, hasta que un día le rompi el culo.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Saúl, vivo en el Monterrey, México.
Tengo 18 años, el relato que contaré me pasó cuando tenía 16 años.
Soy alto, blanco, de cabello rizado, ojos grandes, muchos me dicen que soy muy atractivo.
Siempre he sabido que me gustan los dos géneros, jamás he sido alguien reprimido, y por eso soy abiertamente bisexual.
Cuando estudiaba primero de preparatoria, había algunos que hacían comentarios despectivos sobre mí, cosas como "oye tú eres jotito, verdad?" o "entonces sí te gusta el pene?" y realmente me daba bastante igual, porque eran más las personas a las que les caía bien que las que decían cosas así de mí.
El caso es que un mes después de iniciar el curso, llegó un tipo, era el típico chico que parecía delincuente y era un bulleador.
Era de estatura promedio, moreno claro, delgado, y tenía unos hoyos en las orejas y en la ceja como de perforaciones.
En cuanto llegó se juntó con los más desmadrosos.
Por unos días siempre me decía cosas como "estás bien buena mami" o "te gusto jotito?" los típicos comentarios retrógradas que hacen las personas homofobicas.
A mí me daba igual porque no pasaba de eso, a veces le contestaba los insultos.
Pero después de un tiempo, él comenzaba a molestarme más fuerte, un día me dio una nalgada y yo traté de darle un golpe, pero él me detuvo la mano y se rió.
Otro día me empujó, yo lo empujé de vuelta y empezamos a pelearnos a golpes, me tiró y me dio unas palmaditas en la cara mientras me decía "putito, quién es el putito?".
Desde ese día comenzaba a tenerle un poco de miedo, porque me di cuenta que era alguien que se atrevía a todo.
Después de un tiempo, dejó de molestarme.
Ya casi era fin de curso, y de nuevo comenzó a molestarme de la misma forma en que lo hacía antes, pasaba junto a él y me empujaba, estaba caminando y él me daba una nalgada o me decía sus estupideces.
Yo estaba cansado de todas las idioteces que hacía.
Un día tenía que ir por unos papeles al aula, entonces entré y estaba solo él, los dos nos miramos fijamente por unos segundos, yo seguí con lo que estaba haciendo, él se acercó a mí a decirme sus estupideces como siempre, me dijo "hola jotito" y me dio un pequeño golpe en el hombro, yo le dije "qué quieres?" y me dijo "lo mamas rico?" yo me empecé a molestar y le dije "tú sí?", él se quedó callado por un momento, y dijo "no sé, dimelo tú" para esto él tenía sus manos en mi cuerpo.
Yo no sabía qué hacer o qué decir, no sabía si responder algo o quedarme callado e ignorarlo, ni siquiera sabía si lo estaba diciendo en broma o lo decía realmente, entonces mi mente empezó a trabajar y por unos segundos me imaginé a aquel tipo que me había estado molestando todo este tiempo, dandome placer con su boca.
Entonces se me paró la verga, como traía un pantalón holgado se me vio mucho la erección.
Los dos nos quedamos callados, yo estaba en algo así como un estado de shock, no sabía que hacer, estaba helado.
Él me bajó el pantalón y el boxer, comenzó a masturbarme lentamente y se metió mi verga a la boca, yo no hacía nada más que dar unos pequeños gemidos, y moverme mientras metía y sacaba mi verga de su boca.
En ese entonces mi pene no era muy grande, me medía unos 14.
5cm, pero aún así le costaba trabajo meterselo completo a la boca.
Me la estuvo mamando unos minutos, en eso el estado de shock en el que estaba se me pasó, pero aún así no terminaba de creer que el que me estuvo haciendo bullying por tanto tiempo fuera el que en ese momento me estaba gimiendo mientras me mamaba el pito y me besaba los huevos.
Le dije "me voy a venir" y en la última palabra me salió un gemido pequeño, se lo dije porque pensaba que tal vez no le gustaba que se corrieran en su boca, pero contrario a lo que pensé, comenzó a mamarmele aún con más exitación.
No pude aguantar más y me corrí en su boca mientras los dos gemíamos, dejó de chuparmela y me estaba masturbando, mientras saboreaba y tragaba todo el semen que le había dejado en la boca, nos mirabamos fijamente a los ojos y nos dimos una sonrisa, me exitaba mucho ver como a esa zorra le encantaba saborear mi leche calientita.
Él se quitó la ropa, y yo lo que me quedaba de ropa, los dos la pusimos en el suelo, y empezamos a besarnos mientras sentía como unas pequeñas gotitas de mis mecos aún seguían en sus labios.
Él se puso en cuatro sobre la ropa que dejamos tirada, no me había imaginado que aquel tipo tenía un culo tan rico, tenía las nalgas no tan grandes ni tan pequeñas, redonditas y paraditas, a demás su ano se veía del mismo tono de su piel, limpiecito y listo para que yo pudiera pasar mi lengua por ahí.
Comencé a dilatarlo acariciando su hoyito, los dos jadeabamos de exitación, comencé a besar sus nalgas mientras mi boca se iba acercando a su ano, estuve estimulandolo pasando la lengua y acariciandolo con mis labios, de oír como gemía me puse muy caliente y le metí mi lengua a su hoyito, el gemido que dio fue tan rico que aún lo puedo recordar, a demás quién diría que alguien que tenía una voz tan grave pudiera gemir como toda una putita.
Depués de comerle el culo, procedí a a meterle mis dedos, pero no esperé a que se acostumbrara a un solo dedo, le metí mis dedos anular y medio, y él gemía de placer y a la vez de dolor.
Aclaro que no soy sadomasoquista ni me gusta el bondage, pero ver que le dolía me encantaba, porque me encantaba ver como alguien alguien que me estuvo haciendo pasar tantos malos ratos al fin estuviera entregandose a mí.
Después de un rato de meterle los dedos y comerle el culo, los dos estabamos listos para la penetración.
Le metí la verga, y era bastante placentero ver como se estaba llenando de placer mientras penetraba su delicioso culo de zorrita.
Logré que llegara al orgasmo y se vino en una cantidad bastante considerable, yo me vine dentro de él, y empezó a gemir como putita.
Luego lo volteé y le dije "quién es el putito ahora?" él me dijo "yo, me encantó" y nos besamos.
Luego nos vestimos y nos fuimos.
Los días que restaban de curso no nos hablamos, él ya no me molestaba, y yo no le hablaba.
El último día me dijo que lo perdonara por todo, que el había crecido en una familia totalmente religiosa y homofobica, pero él siempre ha sabido que le gustan los hombres, y que solo fingía ser alguien duro porque en el fondo él era algo afeminado.
Le dije que estaba bien, que lo perdonaba, y nos abrazamos.
El siguiente curso ambos nos cambiamos de preparatoria y no volví a saber de él.
Hasta hace poco que me encointró por internet, y me dijo que le gustaría repetir ese día, le dije que no porque actualmente tengo un novio al cual quiero mucho.
Él me dijo que estaba bien y me mandó unas cuantas fotos de su culo, que se puso aún mejor todavía.
Este fue mi primer relato, espero que les haya gustado, un saludo.
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