Me la mamó en la ducha del club
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por obramaestra.
Cuando tenía doce años, era un chico de piel blanca, pero dorada por el sol. Tengo ojos marrones claros, y en esa época, tenía unos labios carnosos. Todo mi cuerpo era bastante carnoso, estaba bien alimentado, aunque no tenía sobrepeso. Mi cabello es castaño, en ese momento era castaño claro.
Me gustaba jugar al rugby, por lo que pasaba tiempo en el club, y los días de calor, me gustaba quedarme todo el día en el club ya que ahí había muchos árboles grandes y altos que daban sombra por todo el predio, asi que uno se mantenía fresco mientras hacia deportes o jugaba con amigos. Es que, en mi casa, no había mucho para hacer. Soy hijo único. Las clases habían terminado hacía unas semanas. Era pleno verano. Los que podían, se iban de vacaciones, los que no, bueno, íbamos al club o a la pscina pública.
Un buen día, con el típico calor húmedo y asfixiante de Buenos Aires, me desperté temprano y decidí ir a primera hora al club. Cuando llegué, no había nadie, solo la gente de mantenimiento y los empleados del bufete. Como me gustaba ir al club para hacer ejercicio, me gustaba correr vueltas a la cancha donde jugaba la primera división del club.
Ese día hacía mucho calor, así que di 5 vueltas a la cancha y decidí ir a bañarme al vestuario. El club seguía sin gente, por lo que el vestuario estaba vacío. Comencé a quitarme la ropa para bañarme, cuando ya estaba en calzoncillos, me acordé que no traje la toalla para secarme, así que dejé todo en el banco del vestuario y fui a "utilería", donde estaba el encargado de los vestuarios, para pedirle algo para secarme. Utilería estaba en la puerta de los vestuarios, había un pasillo de 20 metros.
El "utilero" se llamaba Juan, era un hombre como de 52 años. Para nada atractivo, con bigotes debajo de la nariz, pelo gris y piel latina. Ojos negros, y no era un tipo alto, solo un poco más que yo. Si uno no lo conoce, diría que el tipo es el " típico obrero de campo".
Yo- "Hola Juan! Buen día, tienes algo para que me pueda secar después de bañarme? Es que olvidé traer una toalla." Le dije a Juan, con total naturalidad. Es que, como el hombre trabaja siempre en los vestuarios, imaginé que no había problema en acercarme hasta él en calzoncillos. ( Que por cierto, era un slip blanco, clásico).
Juan- "Hola Lucas (ese es mi nombre), en éste momento no tengo nada, pero báñate y luego ven a buscar. Está llegando la gente de la lavandería con las toallas limpias". Me dijo mientras me hacía sentir que "mis ojos estaban en mi ombligo". Es que Juan no dejaba de recorrer mi cuerpo con su mirada.
Yo- " Bueno, me baño y vengo a buscar la toalla?"Le dije incómodo, porque no quería volver mojado y desnudo frente a él.
Juan- "No, mejor te la alcanzo yo cuando me las traigan ahora en un minuto". Me dijo mientras me miraba a los ojos con una sonrisa extraña.
Yo" Gracias Juan!". Y me fui caminando rápido a bañarme. Mientras me alejaba, miré disimuladamente para donde estaba él, vi que miraba fijamente cómo caminaba. Lo que me produjo una mezcla de incomodidad con excitación.
Claramente, hasta ese momento era virgen, solo me masturbaba pensando en mujeres bonitas. Lo hacía desde los 11 años, y jamás se me cruzó por la mente un pensamiento gay. Pero ésta vez, la mirada "pervertida" de Juan, me excitó.
Ya desnudo, debajo de la regadera, bañándome con agua tibia ( casi fría, por el calor), comencé a masturbarme pensando, ésta vez, en que Juan me hacia sexo oral. El vestuario tiene las regadaderas todas juntas en un mismo espacio, por lo que todo está a la vista. Al estar el vestuario vacío, y sentir "que estaba haciendo algo que no tenía que hacer en el club", me excitó más.
Tenia los ojos cerrados, y a punto de" acabar", cuando sentí un ruido al lado mío. Era Juan que me trajo la toalla para que me seque. Yo me quedé inmóvil, no pensé que iba a traermela tan rápido. Entonces, ahí estaba yo, con mis tiernos doce años de edad. Mi cuerpo suave, con las curvas típicas de un buen preadolescente bien alimentado. Con mi pene erecto de 13 cm, con el prepucio tirado para atrás, dejando la cabecita rosada a la vista, y mis lampiños huevitos blancos, que recién comenzaban a bajar.
Juan me miraba todo el cuerpo, en silencio, sin decirme nada. Con la toalla en sus manos, como si estuviera en shock. Mientras yo lo miraba asustado porque no sabía que decirle, y avergonzando por estar desnudo, y masturbándome frente a un hombre.
Luego de un incómodo silencio que duró segundos, pero que pareció una eternidad, me dijo -" Traje la toalla, te la dejo colgada en el gancho ( uno que había al lado de las duchas para colgar las toallas)". Y la colgó, sin quitarme la vista de encima, y con un paquete que le creció, y se notaba, en su short.
Yo- "Gracias… No… Le vas a decir a nadie… Verdad?". Le dije colorado, por la vergüenza, y nervioso porque no sabía cómo hacer "como que no pasaba nada".
Juan- " Tengo calor, te molesta si me doy una ducha también?". Me dijo con una sonrisa marcada en su rostro, y con una mano que se sobaba por encima del short.
Yo- " No.. Bueno… No sé". Le contesté sin entender el mensaje que me daba, el hecho de que se tocara su paquete.
Juan se sonrió, y con una rapidez notable, cerró con sus llaves el vestuario. Y se quitó toda la ropa, dejándola desparramada por todo el lugar. Su cuerpo no era atractivo, tenia bellos por todo el cuerpo, incluida la espalda y el pecho. Tenía una barriga (tipo "cervecera"). Su pene estaba erecto, y medía unos 18cm, y sus huevos eran oscuros y peludos.
Abrió la ducha que estaba al lado de la mía, y se metió. Mirándome, me dijo que le picaba el pene. Y comenzó a masturbarse mientras me miraba.
Él- " Vamos, animate! Hazlo con migo". Mientras con una mano se masturbaba, y con la otra me tocaba el hombro.
Yo estaba shockeado. Entre incómodo y excitado. La excitación pudo más, y comencé a masturbarme yo también.
Nos quedamos en silencio los dos, enfrentados, parados bajo el agua de las regaderas. Él me miraba y gemía, con una mano se estimulaba el pene, con la otra me acariciaba los hombros, la cara y el pecho. Yo hacía lo mismo, me estimulaba con una mano, y con la otra tocaba su panza y su pecho. Me gustaba meter mis dedos entre la selva de bellos de su cuerpo.
En un momento, veo que de su pene sale un chorro abundante de semen. El mismo cayó sobre mi pierna derecha, lo que me excitó más aún. En ese momento, Juan se inclina sobre mi, y me dice que soy "un caramelo". Momento en que se pone de rodillas y, quitando mi mano de mi pene, se lo mete todo en su boca.
Sus bigotes me hacían cosquillas en mi pubis lampiño, sentía cómo Juan jugaba con mi pene en su boca. Lo recorría todo con su lengua, era una sensación única. Con su mano derecha, me recorría todo el cuerpo, tocaba cada rincón de mi ser. Con la izquierda, me tocaba las nalgas y, a veces, recorría mi raya con sus dedos.
Yo estaban excitadisimo, y Juan mucho más. Ambos cerrábamos los ojos y dejábamos escapar algún que otro gemido. Hasta que no aguanté más, y mi pene explotó en la boca de Juan con mi néctar de nene de dice años, recién salido del horno.
Juan se tragó todo y me lamía toda la ingle, el pene, los huevos, y mi "barriguita". Yo estaba bastante agotado, y con ganas de tomar un refresco. Así que aparté con un abrazo a Juan, que no paraba de lamerme como si fuera una golosina, y le dije que estaba cansado. Me miró serio, y me contestó que no había problema. Luego me preguntó si lo disfruté, y le contesté que "si, bastante".
Luego, nos vestimos, él salió primero, y luego salí yo. Quedamos en volver a "jugar" en otro momento.
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