ME PASO A LOS 9 AÑOS III
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Así seguimos, yo comencé a decirle que no podía venir a esa hora entonces el me dio donde vivía y me dijo que fuera al día siguiente, Salí de la escuela y me fui a su casa corriendo, mi madre sabía que iba junto a un compañerito a su casa.
Resulta que vivía muy cerca de casa, no fue difícil ir hasta el. Así en su casa donde vivía solo, me recibió, me hizo entrar y al cerrar la puerta me beso, yo respondía a sus besos, porque era bueno.
Me acariciaba mucho, me besaba, me trataba muy bien, diferente a mi padre que siempre me maltrataba.
De inmediato me llevo a su cuarto, me desnudo en la cama y me puso una bombachita y una minifalda que resaltaba mi colita.
Estas hermosa me dijo, me hizo ver a un espejo y yo me reía y movía mi colita, el sonreía y me decía que era bellísima, poco a poco me fue transformando, esa tarde no me penetro. Solo le chupe su pene hasta que termino en mi boca, me dijo que era mi alimento que lo tragara, entre el asco primero y el agradable sabor que sentía de eso que estaba en mi boca, lo tragué.
Luego me puse la túnica de la escuela y sacándome la pollerita y la bombachita me puse el pantalón y Salí corriendo para casa.
Al otro día mi mamá me comento que un Sr. Había venido a pedirle permiso, porque iba al campo y necesitaba un ayudante.
Como yo ya trabajaba en la casa de una señora a la cual ayudaba en los quehaceres, mi madre ya había hablado con ella que por una semana no iba a estar, así fue como me fui con el para el campo.
Viajamos mucho, hasta que llegamos a una casona muy grande en el medio de un campo inmenso donde no se veía una casa mas a su alrededor.
Entramos, el se desnudo y me desnudo, entramos al baño y nos bañamos juntos, me limpio mucho, todo mi cuerpo. Luego, sentado en la cama, secos los dos, me beso y me dijo que me acostara boca abajo.
Comenzó besando mi cuello, mis orejas, recorrió toda mi espalda besándome, hasta que abrió mis nalguitas y me beso la colita, media su lengua dentro de mi culito, la sensación era tan hermosa, agradable, no se como explicar, pero me enloquecía a tal punto que yo era quien sostenía bien abiertas mis nalguitas para que el hiciera todo lo que quisiera, mi pene estaba durísimo, gozaba al máximo,
El entonces me pidió que hiciera lo mismo con el, no me gusto mucho, tenia muchos pelos en su culo pero por retribución a lo que me había hecho, se lo hice.
Luego el preparó mi culito con una grasa que saco de un pote, poco a poco me penetró, me tomo desde mi cintura y mi pecho y se levanto manteniéndome ensartado.
Se sentó en la cama y se comenzó a vestir quedando yo entre su ropa penetrado. Me daba risa la situación. No sentía dolor y me gustaba mucho ya tener su pene dentro de mi, se puso un calzoncillo donde entrabamos los dos pero que tenía como una especie de sostén que era aguantado arriba por un cinto que ajustó bien a su cuerpo, luego se puso los pantalones y una camisa donde salía mi cabeza a la altura de su cintura.
Salimos, era hermoso sentir como su pene apenas entraba y salía mientras caminaba con migo ensartado. Ensillo el caballo, se subió y salimos al galope por el campo, en el trotar su pene entraba y salía de mi culito, yo gozaba , mi pene estaba re duro y el gemía, anduvimos mucho tiempo, sentí cuando el termino dentro de mi pero seguimos cabalgando hasta llegar a un arrollo donde bajamos del caballo.
Te gusto la cabalgata, si mi amor, le dije. Me Salió del alma decirle así. Ya era yo que me sentía su mujer, no sabía por qué lo había dicho, pero sentí el deseo de decirlo.
El se saco el pantalón, se sentó en una piedra a la orilla del arrollo se saco ese arnés con el cual me sostenía y me tenia penetrado aun. Se acostó y me giro en su pene para ponerme de frente.
Me haz hecho muy feliz hoy mi amada me beso y sosteniéndome mientras yo rodeaba su cintura con mis piernas, entramos en el arrollo, era un día muy cálido y el fresco del agua era agradable.
El saco su pene de mi y me limpio muy bien, salimos del agua y se acostó en la arena, me puso sobre el besándome y nos quedamos dormidos los dos desnudos al sol.
Creo que yo ya lo amaba, aunque sentía que lo que hacíamos no estaba bien, pues algunas veces mi madre hablaba de esas cosas con sus amigas y vecinas y se alarmaban diciendo lo malo que eran esas acciones, pero yo me sentía bien cuando lo hacía, así que nunca salió de mi contarle a alguien lo que pasaba entre el y yo, el ya no me amenazaba y yo lo complacía entregándole mi culito el cual también me hacía feliz a mi, porque me sentía bien en esa situación, se podría decir que gozaba y que ya era yo el que quería vivir esos momentos.
Así que esa semana que era de vacaciones de primavera en la escuela, la pase con el pene dentro de mi culito todo el tiempo. Hasta cuando comíamos en la mesa, yo sentía su pene flácido dentro de mi pero ahí quedaba, de la mesa a la cama en la siesta, acostados sentía que su pene crecía dentro de mi, solo me lo sacaba cuando le decía que quería hacer caca, después de hacer, siempre nos bañábamos juntos, el me mantenía bien limpio.
Tan fue así que después me demoró varios días para que mi culito volviera a la normalidad cerradito
Después de cenar hacíamos nuestras necesidades, nos bañábamos y de vuelta en la cama me penetraba y dormíamos así toda la noche varios días en la mañana, nos levantábamos, y el orinaba dentro de mi, mientras yo lo hacía en el wáter, luego el se sentaba en una silla y me la sacaba diciéndome, que apretara el culito bien fuerte, yo apretaba y el la sacaba y me sentaba en el wáter para que echara todo, luego nos bañábamos, paso el tiempo volvimos y cada vez que tenía libre en la escuela me iba con el al campo, y siempre volvía con dinero por la ayuda prestada, mi madre jamás se entero de lo que pasaba, y yo era feliz con el. Lo que había comenzado a prepo y me había dolido tanto seguía su curso con toda mi aceptación.
Me compraba libros y cuadernos para que estudiara y era su mujer, situación que había aceptado y me sentía feliz de serlo.
Esto duro hasta que cumplí doce años en que estudiaba mucho más, ya comencé el liceo y junto con ello, una cantidad de actividades más.
Mi amiguito, compañero de la escuela con el que también hacíamos estas cosas, me había llevado un domingo a su iglesia, sus padres eran metodistas, de ahí por una tía pase a la iglesia católica. Donde el padre para que le ayudara a misa me enseño todos los pasos.
Ahí comenzó una nueva historia. Porque tuve que confesarme para poder ayudar a misa.
Espero que les guste mi historia. E
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