Me rompieron el culo a los 11 años y lo disfrute tanto que después siempre volví por más
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Tenía en aquel entonces 11 años, de figura delgada, un trasero bien formado, lampiño y de piel muy blanca.
Era hijo de ferroviario y mi casa quedaba frente a un sector en donde hacían aseo a los vagones de los trenes de pasajeros, en aquel entonces viajaba mucha gente en tren, los vagones siempre llenos y quedaban bastante sucios ya que vendían muchas cosas en los trenes y la gente consumía bastante, dejaban basura de todo tipo y también se algunos pasajeros olvidaban cosas de todo tipo y por supuesto dentro de la basura se encontraban monedas y billetes de distinto valor, lo que para mí hacía atractivo ir a jugar ahí ya que encontraba dinero suficiente para comprar golosinas y además me encontraba algunas cosas con las cuales jugar.
Todo iba bien hasta que un día me encontré con un señor que se encarga de hacer aseo en los vagones, al verme recogiendo monedas se molestó y me dijo que esas cosas le pertenecían y que debía devolvérselas, me preguntó dónde vivía y por qué estaba ahí, le expliqué con mucho temor, estaba realmente asustado, mi padre me retaría mucho si se llegaba a enterar.
Le entregué las monedas que había recogido, me tomó y me amenazó con golpearme, le pedí que no lo hiciera, que no volvería más, entonces fue ahí que me dijo que me bajara mis pantalones, lo hice, se acercó y me acarició, yo temblaba de miedo, él me dijo que estuviera tranquilo que me arrodillara en un asiento y así lo hice, comenzó a besar mi trasero, metió luego lengua en mi ano, di un suspiro, me gustó y él se dio cuenta de eso, se bajó su pantalón y dejó ver su pene, era de un tamaño normal y algo flácido aún, me dijo que se lo acariciara, eso hice con mis pequeñas manos, era una rica sensación de deseo la que sentía en ese momento, ni siquiera me lo pidió, por iniciativa propia, deseo, lo besé, comencé a mamarlo, él comenzó a gemir, lo estaba haciendo gozar, me atragantaba a ratos pero no paraba de hacerlo, sentía placer de tener un pene en mi culito por primera vez, después de un rato me volteó, puso su pene entre mis nalgas, se movía ahí, de a poco fue colocando la cabeza del pene en mi ano, que nunca había sido penetrado, de a poco fue empujando, sentía dolor y placer, el dolor fue creciendo pero mi morbo era más, quería que me penetrara, así lo hizo de a poco fue entrando, con saliva mojaba su pene y mi ano, no hablaba, solo intentaba metérmelo, lentamente fue acelerando sus movimientos, ya estaba su pene dentro de mi culo, me tomaba mis caderas y sentía su sus pelvis en mis nalgas, golpeaba cada vez mas fuerte, gemía, su respiración era agitada, yo gozaba mucho también, de pronto emitió un gemido fuerte y sentí que corría semen por mis piernas, me rebalsó el culo, se quedó quieto, me besó la nuca y sacó su pene de mi ano, él estaba extasiado, yo adolorido, lleno de semen en mi trasero y en mis piernas, me pasó un pañuelo para limpiarme, también lo hizo él, fue exquisito lo que sentí ese día y volví varias veces a buscar a ese trabajador, no lo encontré siempre, habían otras personas que hacían su mismo trabajo, pero en cuánto lo encontraba me acercaba feliz a él y me dejaba coger ya con mas confianza cada vez.
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