Memorias de adolescencia: El hermano de mi novia es mi puta.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Siéntase todos bienvenidos a éste, mi primer relato dedicado a la comunidad de Sexo sin tabues.
Mi nombre es Hernán, soy argentino y actualmente tengo veintitrés años de edad; vivo en la zona sur de Buenos Aires y estudio ingeniería.
Sexualmente me considero bisexual, una persona de mente abierta que disfruta del sexo, ya sea con mujeres como con hombres por igual.
Nunca he sido una persona de tabúes pero con el correr de los años he ido perdiendo los pocos que alguna vez tuve.
A pesar de mantenerme siempre abierto a experimentar he mantenido en todo momento el gusto por el dominio en el sexo.
La sensación de ser el proveedor de placer, de poder darlo o quitarlo, moderarlo a mi antojo me genera sumo placer y hasta el momento no he notado disgusto en nadie con quien haya compartido la cama.
Para describirme de la forma mas directa y abreviada posible deberia aclarar que mido 1,80 (centímetros más, centímetros menos) y peso 80 kilos aproximadamente.
Mi contextura podría considerarse amplia o morruda, la tendencia a engordar me ha obligado a cuidar mi dieta y hacer ejercicio (sin exagerar en absoluto).
Cuento con rasgos latinos, ojos acaramelados y cejas pobladas, nariz promedio, labios y menton prominentes, piel trigueña y barba poblada.
Dando por terminada la descripción actual paso a iniciar el relato.
Esta historia sucedió cuando cursaba el último año en la escuela secundaria, por aquel entonces contaba yo con diecisiete años de edad, algunos pocos kilos menos y un cuerpo mas definido, barba a penas en desarrollo y muchísimas hormonas.
Si bien conocía a la perfección mis inclinaciones sexuales por las mujeres y los hombres, pocos sabían de aquello.
Aún estando de novio con otra alumna de la escuela, menor que yo y por tanto perteneciente a otro grupo, no perdía oportunidad para tirarme a mis compañeras (o compañeros), aunque con la mayoría no pasaba de sexo oral en alguna fiesta.
Llevando dos años de relación con Micaela me volví un miembro más de su familia, era normal para mi ser invitado a cenar o pasar algún fin de semana con el grupo familiar, incluso acompañarlos de vacaciones cuando se diera la ocacion.
La familia de mi novia estaba conformada por sus padres Mario y Susana, su hermana menor Lucila y su hermano mayor Emanuel.
Desde el día en que la relación se "formalizó" frente a la familia no hubo demasiado conflictos, de a poco fueron aceptandome y yo a ellos.
Mario, hombre de campo, se mantenía distante pero cordial; Susana era atenta y maternal (siempre me cayó muy bien y llegué a tomarle cariño), Lucila tenía por entonces trece años pero parecía una niña mas pequeña (siempre distraída y corriendo de acá para allá) y por último Emanuel que llegó a considerarme un "hermano", con veinticuatro años era chico muy buena onda y compinche.
Emanuel, estudiante de periodismo, era un chico atractivo por donde se lo mire, algo mas alto que yo, pálido, castaño, ojiverde y varonil, dueño de una contextura robusta, piernas voluminosas y unas nalgas perfectas.
Desde aquel día en que lo vi por primera vez no pare de fantasear con verlo hecho una puta disfrutando de una verga, mi verga.
Con el correr del tiempo mis deseos por Emanuel (Ema para cualquiera que lo conociera) disminuyeron y comence a verlo como lo que era, mi cuñado.
Todo iba mas que bien, mi noviazgo corría con éxito.
Me gustaba estar con Mica, acompañarla a casa despues de la escuela o ir a buscarla al salir de deporte, salir al cine o a pasear y por supuesto cogermela en cuanto se pudiera y cuanto mas se pudiera.
Con el correr de la relación y el aumento de la confianza conseguí transformarla en una putita, tal como me gusta, sin posibilidades de negarse a nada.
Le encantaba saber que además de ser mi chica era mi puta y ni hablar de lo mucho que disfrutaba mi verga en cada cogía que podía darle.
Aun con aquello yo necesitaba mas y no me costaba mucho garcharme alguna compañera de grupo en una fiesta o darle pija a Nicolás (un amigo al que resulto encantarle que lo cojan duro).
En fin, donde descargar la leche no me faltaba y a esa edad tenía demasiada.
No pasaban mas de un par de dias sin que me deslechara con alguien, mi apetito no se reducía y en cuanto surgia la oportunidad me tiraba a alguien.
Era el ultimo año de escuela y corría el mes de Agosto, pronto cumpliría dieciocho años y estaba ansioso por el viaje de egresados.
En casa todo estaba tranquilo, habia decidido cambiar el festejo de mi cumpleaños por un auto (aunque no el mejor, era un gran regalo) y estaban a días de entregarmelo.
Un buen día las clases terminaron antes de lo común, Mica y yo decidimos que era la ocacion ideal para pegarnos un buen garche ya que llevabamos poco mas de un mes sin poder hacer nada y no había nadie en su casa (Mario trabajaba en una relojería, Susana era maestra y Ema estaba trabajando como vendedor en una tienda de ropa masculina).
Llegamos a la casa y efectivamente estaba vacía, teniamos poco mas de tres horas para coger y coger sin parar.
Yo iba ya con la verga al palo, verla con uniforme de escuela (camisa blanca, falda tableada y corbata bordó) me ponía como loco.
Habiendo corroborado que no habia nadie en la casa corri a encontrarme con Mica por la espalda mientras cerraba con llave la puerta de entrada, agarrandola de las tetas y apoyandole la verga en la cola la aplaste contra la puerta.
No paraba de morderle el cuello y manosearla toda.
Mica: _ ¡Pará boludo! Ah, me estas lastimando (como podía desabrochaba los botones de su camisa blanca).
Yo: _ Shhh, pedime pija (no paraba de aprisionarla contra la puerta y meter mis manos en su corpiño).
Mica: _ ¡Despacito Hernán!
Yo: _ ¿No te gusta esto putita? Dale, si te encanta que te meta mano (sin dejar de apoyarla con fuerza meti mi mano por debajo de la falda y comencé a masturbarla).
Mica: _ ¡Ay, pará! (gemía y se estremecia mientras yo jugaba con su concha empapada de fluidos).
Yo: _ Te encanta putita, mira como te mojaste toda.
Dale, decime que queres.
Mica: _ Pija (timidamente y entre jadeos se arqueaba hacia atrás).
Yo: _ ¿Que me dijiste? ¿Que queres?
Mica: _ Quiero pija, dame pija (alzando la voz y poniendo su mano sobre la mia en su vagina).
Yo: _ Ay amor, que puta que sos.
Mica: _ ¡Re puta!
Mientras no parabamos de tocarnos y besarnos sonó su teléfono.
Uno, dos, tres llamados y decidió atender.
Mica: _ Bancá, pueden ser mis viejos.
Mica corrió a atender el teléfono mientras yo en el living esperaba deshaciendo el nudo de mi corbata.
Volvió arreglandose el pelo y abrochando los botones de su camisa.
Yo: _ Eh, ¿Que onda? (sentandome resignado en el sillón)
Mica: _ Amor voy a salir un rato, a Brenda la agarró un grupo de chicas en la esquina de su casa y le pegaron, parece que casi la matan.
Está en casa de Flor y voy a ir a ver como está.
¿Venís o te quedas? (agarrando su reloj y terminando de peinarse)
Yo: _ Me voy a mi casa, ¿ que voy a hacer ahi entre todas ustedes?
Mica: _ Pero esperame, voy y vuelvo.
Nada más voy a ver que pasó.
Yo: _ Bueno pero no hagan ninguna boludez y apurate.
Mica: _ Gordo no pasa nada, voy y vuelvo.
Esperame con la pija dura.
Un beso rápido y se fue.
Para ser sinceros estaba que explotaba, todo el franeleo me habia dejado con la verga extremadamente dura y queria garchar con alguien ya.
Algo mas calmado agarré nuestras cosas y subí al cuarto de Mica, subiendo las escaleras y entrando en la puerta de la derecha (la puerta de la izquierda era el cuarto de sus padres y la del final del pasillo de Ema).
Puse a cargar el teléfono y conecte mis auriculares a la PC para escuchar algo de música mientras esperaba.
Minutos después algo me llamó la atención, aún con el volumen a tope podia escuchar sonidos en la casa, mas precisamente en el cuarto de al lado.
Algo inquieto me levante y me asome lentamente a la puerta, efectivamente se oían voces en el cuarto de Ema, mi cuñado.
Aun sin poder distinguir que era exactamente lo que decían si conseguí identificar la voz de Ema (cosa que me tranquilizó de inmediato).
Para no ingerrumpir alguna situación comprometedora me quedé en la puerta tratando de adivinar de alguna forma que se decía.
Claramente la escena era sexual, podían escucharse cierres bajarse, cinturones desprenderse, movimientos bruscos y algún que otro quejido.
Pero algo no era normal, la voz de mi cuñado estaba acompañado por otra voz masculina.
¡Mi cuñado era puto!
Jamás hubiera imaginado que Ema pudiera ser gay, no era para nada evidente.
Pero lo que alcance a oir despues me sorprendió todavía mas.
Ema: _ Ummm, ah.
Ay, si, que rico, metemela toda.
?: _ Ah, aaah, ¡que rica conchita que tenés!
Ema: _ Ay papi, que tico que me cojes, rompeme el culo.
Era un hecho, mi cuñado no solo era gay, sino que era una verdadera puta (de esas que a mi tanto me calientan).
No hace falta aclarar que de inmediato quedé al palo, deseando ser yo quien rompiera el orto de Ema a vergazos, quien lo hiciera pedir mas y mas pija como una trola.
Aunque temía que Mica volviera y se encontrara con semejante escena no atiné a hacer nada, no podia hacer mas que masturbarme escuchando la tremenda cogida que se estaba aguantando Ema adentro de ese cuarto.
Por suerte la follada no duró demasiado y de inmediato se fueron ambos.
Estando escondido en el cuarto de Mica se me hizo imposible identificar a la otra persona.
Cuando pude estar seguro de que ya no volverían me marché a casa.
Puse alguna excusa a mi novia y todo quedó así.
No podía parar de pensar en Emanuel, aquella obsesión que una vez tuve con hacerlo mio habia vuelto pero ahora estaba seguro de que en el caso de conseguirlo sería de las mejores experiencias que haya tenido.
Los dias pasaron y obviamente me crucé con mi cuñado infinidad de veces, siempre de manera cordial y masculina.
"Si tan solo supiera que me muero por bajarle los pantalones ahora y ensartarlo arriba de la mesa" pensaba mientras cenabamos todos con una erección en el pantalón mas que evidente.
Asi corrían los dias y llegó mi cumpleaños acompañado de la entrega de mi nuevo auto.
Todo era fantástico, el viaje de egresados se acercaba y con sutileza modifique mi trato con Ema, comence a saludarlo con un beso en la mejilla y tomandolo de la cintura (a veces incluso apretandolo fuerte) pero no habia demasiada evidencia de que le diera importancia.
Una mañana en que no tenía clases llegó un mensaje a mi teléfono que resultó para mi un regalo de cumpleaños, eran las nueve de la mañana.
Ema: _ Hola cuñado, ¿andas en clase?
Yo: _ ¡Ey! No, no.
Mi grupo no tuvo clases, estoy en casa, ¿pasó algo?
Ema: _ Bien ahí.
Nada grave, necesito que me hagas un favor.
¿No me podes alcanzar en auto a entregar unos papeles al contador?
Yo: _ Dale, no hay drama.
Bancame que me pego una ducha y salgo.
Ema: _ Dale, te espero.
Era el momento, si no pasaba entonces no pasaría.
Traté de contener los nervios cuanto era posible y arreglarme casual.
Pantalón de jean, musculosa (camiseta sin mangas) blanca, camisa a la cintura y zapatillas deportivas.
Llegué, toqué el timbre y esperé.
Segundos mas tarde abría la puerta aquel hermoso putito, en boxer y camisa a medio abotonar.
Ema: _ Pasá, pasá y cerrá que recién me termino de bañar.
¿Queres tomar algo?
Yo: _ No, dejá, ya desayuné, quedate tranquilo.
Esas nalgas se movian turgentes dentro de aquel boxer gris semi transparente que dejaba poco a la imaginación.
La camisa no evitaba que ese culo se luciera mientras caminaba hacia la cocina.
Mi verga reaccionó a penas se abrió la puerta, no me importó en absoluto.
Tal vez asi se le antojaria una buena comida de pija.
Me senté y esperé a que volviera, en la cocina se oían alacenas abrirse y cerrarse, cajones, vasos.
Volvió con un vaso de agua y lo dejo a mi disposición.
Como habia pensado, no fue nada discreto cuando notó mi abultada entrepierna, en el fondo ambos sabiamos que es lo que el otro quería.
Volvió y se sentó junto a mi con su teléfono, como si revisara algo.
Ema: _ Che disculpa las fachas pero estaba solo.
Igual estamos entre hombres, ¿o te jode?
Ese chico medio despeinado, con piernas gruesas y velludas, actitud despreocupada y mirada intensa me ponía la chota a todo motor.
Conteniendome contesté.
Yo: _ No pasa nada, no vas a tener nada que no conozca.
Ema: _ Jajaja, claro.
Che, ¿tenes algo que hacer?, es medio temprano y no desayuné nada.
Yo: _ No, estoy al pedo.
No tuve clases y no arreglé nada.
Ema: _ Bien, porque tengo mucho hambre y para arrancar bien el dia hay que tomar la leche (fingiendo estar distraído con el teléfono entre risas burlonas).
En ese momento me pareció que no habia vuelta atrás, si no hacía algo podia quedar como un boludo.
No me importaba mucho haber entendido mal y que pudiera enojarse, hacerlo pasar por broma era todo lo que faltaba para que esto quedara ahí.
Yo: _ ¿Queres leche? (pregunté agarrandome la pija sobrea tela del pantalón).
Ema levantó la mirada del telefono sin cambiar de posicion la cabeza y se echó a reir.
Ema: _ Jajaja, que pendejo de mierda, ¿que te pasa? (dejando el telefono en la mesa y recostandose en el respaldo del sillón y mirandome socarronamente).
Yo: _ ¿Queres leche o no? (ya nada importaba, era obvio que ambos queríamos lo mismo).
En serio que la tensión sexual era intensa, los dos estabamos esperando a que el otro de el primer paso.
Si se hubiera ofendido ya habria salido de ahi enojado.
Frente a su mirada lasciva me desanude la camisa que tenia a la cintura y desabroque el botón del pantalón, bajé el cierre y saqué mi verga, morena, a penas rasurada, gruesa y venosa, turgente y esperando por atención.
La tome con la mano derecha y me masturbe invitandolo.
Yo: _ Dale, vení.
Ya era claro que en el boxer de mi cuñado habia una gloriosa erección.
Lentamente se acercó y se arrodilló, sonrió como descreyendo lo que estaba pasando y me miró para despues meter la rosada cabeza de mi verga en su boca.
Sus labios carnosos la rodearon para introducirla hasta la mitad del tronco entre sus fauces hambrientas.
Fue increible sentir el calor de su boca, la suavidad de su lengua y saliva.
No resisti la tentacion y lo tomé del cabello con ambas manos y levantando la pelvis incruste por completo mi verga en su garganta.
Unos segundos despues estaba ahogado y salivante frente a la poronga que acababa de comerse.
Ema: _ ¡Hijo de puta!
Yo: _ Puta serás vos, mira como te gusta comer pija, jajaja (bromeando).
Dale, tragatela toda.
No hizo falta repetir porque en cuestion de segundos tenía a mi cuñado con la boca llena de chota.
Tagaba absolutamente toda la pija, la dejaba salir de entre sus labios solo para pasarle la lengua y jugar con ella golpeandola contra sus mejillas y dando mordizcos suaves a los lados.
Era realmente una excelente mamada, disfrutaba chupar pija como todo un putito y eso se notaba.
Otra vez intente cogerle la boca tomandolo del cabello y se retiro incomodado.
Ema: _ Pendejo de mierda.
Esta vez cuando quiso volver al ruedo lo agarre del pelo por la parte trasera de la cabeza y lo sostuve a escasos centimetros de la cabeza de mi verga.
Yo: _ Escuchame, ¿queres pija o no? (dije mirandolo fijamente mientras mi verga rebotaba frente a sus ojos).
Ema: _ Si boludo, quiero.
Yo: _ Mira, vas a comer pija como yo quiera.
Abris la boca y tragas, nada mas.
No te quejas ni puteas.
Peteas y te callas o me voy.
Parecio entender y volvio a chupar sin decir nada, otra vez fui a lo mio, queria cogerle la boca con todas las ganas.
Lo agarre del pelo y antes de que pudiera empujar emgullo toda la poronga pero no me quede ahi.
Lo agarre fuerte y poniendome de pie le bombee la boca como fuera un ano un par de veces.
Tenía la boca llena de verga y las manos en mis piernas intentando safarse.
Un par de segunditos y lo solté.
Yo: _ ¡Que puta que sos boludo!, mira como te gusta la verga.
¿Te llenaste o queres mas?
Sin contestar atino a volver a mamar pero lo detuve.
Yo: _ Te pregunté si querías mas pija.
Ema: _ Si, quiero pija.
Yo: _ Dale chupa putita.
Asi habremos estado una media hora jugando, gozando de tremenda mamada.
Emanuel ya se habia quitado la camisa y yo mi musculosa.
Al fin tenia a mi cuñado donde siempre lo habia querido, de rodillas chupandome bien la chota.
Era un sueño.
Ema no paraba de mamar, mi verga estaba absolutamente lubricada y tiesa a mas no poder.
Cada vez las arcadas disminuian mas y su cara de vicioso era mas evidente.
Ya era mi puta.
Yo: _ Sos una puta.
Ema: _ Muy puta.
Sus contestaciones eran siempre cortas entre lamidas desperdigadas por toda mi herramienta.
Ema: _ Que rica pija.
Yo: _ Mira la cara de golosa que pones cuando la soltas, no queres perder un segundo de comer verga.
Sos una tremenda puta y vas a ser mia y de nadie mas.
¿Te gusta la pija de tu cuñadito?
Ema: _ Me encanta boludo (mirandome con la lengua todavia en la cabeza de mi pinga).
Entonces lo aleje y le di una cachetada liviana.
Yo: _ Boludo nada, las putas no me tratan asi.
Emanuel habia entendido el juego a la perfeccion y lo disfrutaba.
Mientras mi cuñado se deleitaba comiendome los huevos, chupandolos con maestria y desesperacion yo me encargaba de acariciarle el pelo y llenarlo de halagos.
Yo: _ ¿Ves que cuando queres te portas bien? Como me gusta verte tragartela toda.
Mira lo trola que era mi cuñadita, bien chupapijas y golosa.
Ponete en cuatro que te voy a romper el orto.
Como si tuviera un resorte en el culo, no tardo nada en quitarse el boxer y ponerse contra el respaldo del sillón y abrir sus nalgas con ambas manos.
Mas temprano que tarde termine de desvestirme por completo y comence a jugar con la punta de mi verga en el ano de mi cuñado que respondia contoneandose y gimiendo como perra en celo.
En verdad, aquello era un espectáculo.
Ema: _ Cojeme.
Yo: _ Escuchame pedazo de puta, ya te dije que te calles.
Abris la cola y nada mas.
(agarrando a Emanuel por los pelos y exhandolo hacia atras).
Me dedique a jugar un par de segundos mas con su ano hasta que lo penetré.
Lentamente mi pene se fue perdiendo entre esas dos nalgas, no hizo falta dilatar demasiado ya que ambos estabamos muy sudados y mi verga extremadamente ensalivada.
Ema: _ Ah.
Aaah.
Aaaaah.
Siii!
Cuando mi pelvis choco con aquel par no aguante y empece a bombear con cuanta fuerza podía.
Sabia que no me quedaba mucho, de la calentura no tardaría en acabar y la sensación de calor y presión de ese culo me hacia muy dificil contener la eyaculación.
Nada importaba mas que ese culo y los gritos de mi amante que me estimulaban para seguir cuanto pudiera.
Ema: _ Aaaaaaah, aaaaaaaah, ¡pendejo!, ¡Siiii, dale, cogeme! ¡Asi, toda!
Yo a penas podia respirar, mucho menos hablar, estaba mas concentrado en mantener firme a Ema que parecía querer perder el equilibrio.
El sonido de mi pelvis y el orto de esa puta me tenia en el cielo.
Ema: _ Aaaaaaaaah, ¡hijo de puta! Me estas rompiendo el orto, ¡paraaaaaa! Aaaaaah, aaaaaah.
Yo: _ Como te pone loco la pija, lleno de leche vas a quedar maricón de mierda.
Efectivamente tras un par de embestidas mas explote dentro del ano de mi cuñado.
Tres espasmos y chorros de leche fueron a parar a las entrañas de mi nuevo putito.
Cansados los dos nos desvanecimos en el sillón, sudados y agotados.
Una vez repuestos nos sentamos, Emanuel toco su ano y éste chorreaba de leche.
Me miro y sonrió.
Ema: _ Me desbordaste el culo.
Ambos reimos un poco y nos decidimos a cambiarnos sin decir nada.
Muchas gracias a todos por leer mi historia, espero que hayan disfrutado al recorrerla y no haya sido tedioso.
Por sobre todo espero que se hayan calentado coml yo al escribirla y recordar.
Si te gustó mi historia espero tu comentario para conocer tu opinión.
En base a los comentarios y demas seguiré escribiendo o no.
Saludos desde Argentina!
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