Memorias de adolescente

Las mejores experiencias de ni vida sexual en mi adolescencia..
Cuando tenía 16 años un sábado por la tarde, me encontraba en casa con mi mejor amigo, mis papás no estaban así que a esa edad las cosas siempre son mejores cuando tienes a un amigo de mucha confianza.

Nosotros jamás vimos como algo anormal o raro masturbarnos juntos, lo empezamos hacer a los 14, de hecho a esa misma edad por la curiosidad y esa libertad y confianza, nos vimos desnudos, nos daba pena hablar de eso con nuestros padres, en especial a el pues no era tan cercano a su padre como yo con el mío solo que a esa edad daba pena preguntar ciertas cosas, la desnudez entre ambos se volvió normal y muy habitual pues al estar solos o al quedarnos en casa de uno de los dos para dormir (la típica pijamada) lo hacíamos desnudos, en lo personal a mí me encantaba desnudarme con el y a él conmigo pero a mí más, aveces nos dábamos una ducha juntos pero siempre con respeto mutuo.

Pero con el paso del tiempo el morbo y la curiosidad fue más importante en esa amistad, desde los 14/15 empecé a desarrollar una fijación y gusto por el miembro masculino, me considero a la fecha heterosexual pero, la bella de un pene y más si está erecto la reconozco, me he excitado mirando el pene de un actor porno, de algún tipo en el gimnasio, incluso de mi padre en esas épocas como también de mi amigo.

Ese día, antes mencionado me sentía muy excitado desde que desperté, el llegó a verme por qué no estarían mis padres, la idea era desde el principio, masturbarnos abiertamente mirando porno aunque de un tiempo a la fecha era más hablar y vernos lo que en realidad nos excitaba, cuando el llegó a casa yo estaba desnudo, así lo recibí, para el era normal pero obviamente noto mi erección, bromeó diciendo que me daba gusto verlo, yo solo reí con el, de inmediato salimos al jardín, se desnudo y nos sentamos y comenzamos a acariciar nuestros miembros al hablar (cada quien el suyo) yo no tarde mucho en empezar a lubricar, por esos días ya tenía la costumbre de rasurame por completo, a él no le gustaba tanto pero ya lo había hecho un par de veces, pero la verdad su pene lucía bien (17 cm) comenzamos a hablar de las chicas de la escuela pero la verdad eso no me calentaba tanto y más en ese día en especial, tuve un par de sueños eróticos con mi amigo, mejor dicho con su pene, así que era más fácil mirar lo que el hacía o se hacía para que eso me calentara.

Comenzamos a masturbarnos, algunos gemidos eran parte de nuestro momento más en el, parecía tener muchos días sin hacerlo mientras que yo, solo dos días desde la última vez que me di placer y saque todo ese semen acumulado, por alguna razón recordamos una situación que nos pasó a los dos en mi habitación, tiempo atrás, nos habíamos salpicado de semen al terminar al mismo tiempo así que al recordarlo el me dijo que ojalá no pasará de nuevo por qué quizás sería yo quien terminaría más salpicado, le pregunté por qué lo decía y menciono que tenía más de una semana sin hacerlo, me dijo que se estaba esperando para hacerlo conmigo, me gustó pero también me sorprendió al saberlo.

Le pregunté por qué se espero, me dijo que últimamente lo disfrutaba más conmigo, con mi compañía, que en parte le gustaba hacerlo frente a mi (mientras me lo contaba note una mirada de lujuria y perversión acompañada de una sonrisa) y como también nos hemos masturbado frente a otros amigos el gusto de ser vistos era algo que le gustaba a el como a mí, solo que conmigo por la confianza le gustaba aún más, le dije que me pasaba lo mismo solo que yo no dejo de darme placer tanto tiempo, el me dijo que sabía bien lo mucho que me gusta masturbarme, y la conversación se fue desviando a un tema que me daba miedo hablar con el, me preguntó si alguna vez he tenido curiosidad de tocar un pene que no fuera el mío, pues el sabía que me masturbaba con otro amigo que ya no estaba en la escuela en esos días, y con un primo mayor que yo, el por otro lado lo hacía con un primo casi dos años menor, yo le dije que su pregunta era muy rara y le pregunté lo mismo que el a mí y el me dijo que tal vez, por curiosidad lo haría pero no tiene confianza de hacerlo con alguien más y solo lo haría con alguien con quién el confía pero el piensa que esa persona se negaría, le pregunté quién era esa persona y el me respondió con una mirada y una sonrisa hacía mi.

Yo sonreí, el me dijo somos mejores amigos, nos hemos bañado juntos y nuestros penes se han rozado estando duros, nos hemos visto todo por eso pensé en ti pero sino quieres, te entiendo, yo respondí, si amigo, por mi, está bien la verdad es que me siento igual que tú, le dije y el se mostró aliviado al saber que no me negaría solo que mientras el sentía curiosidad, yo sentía morbo y deseo.

En el jardín nos tocamos, sin prejuicios, sin pena, fue mutuo, fue increíble sentir su mano tocando mi pene y más aún la mía acariciando el suyo, me tenía muy excitado, el solo tocaba y acariciaba saciando su curiosidad pero noto mi excitación, al preguntar, fui honesto le dije que se sentía rico y el respondió, es que también siento lo mismo, lo tienes muy rico y bonito, yo respondí que el suyo era apetitoso y muy bonito, la verdad es que siempre y a la fecha me ha parecido el pene más hermoso que yo haya visto.

Nos fuimos a mi habitación, nos acariciamos mutuamente, pero fuimos más allá de nuestros genitales, nos acariciamos todo el cuerpo del otro realmente exploramos nuestros cuerpos además de los genitales del otro, pero lo mejor estaba por venir, nos masturbamos mutuamente, con la mirada fue el consentimiento, estábamos envueltos en excitación y placer, el final fue aún mejor no recuerdo desde entonces sentir una erección tan dura y una eyaculación tan potente y abundante en semen como la que yo tuve ese día, el paso por lo mismo pero en definitiva fue increíble, quedamos salpicados con el semen del otro, nos acostamos en mi cama sin decir nada durante algunos minutos, después nos miramos, sonreímos y nos dimos un abrazo, a partir de ese día y durante algunos años, nuestra amistad tendría una nueva etapa.