Memorias de adolescente.
Mis mejores experiencias sexuales cuando era adolescente..
Tenía 17 años, sabía que era el último verano antes cumplir la mayoría de edad y en casa como en la sociedad me tratarían como tan apenas cumpliera los 18 años (en México la mayoría de edad es a los 18) así que quería aprovechar ese verano al máximo pero no fue así.
Mi mejor amigo y yo teníamos planeado estar juntos en vacaciones, teníamos mucho tiempo de estar «explorando nuestra sexualidad» aunque las mujeres nos gustaban (y aún pasa eso) también nos gustaba comernos el pene del otro, pasábamos horas en su habitación o la mía desnudos lamiendo y tocando el pene del otro, mamando hasta sacarnos la leche de hombre (semen) que tanto disfrutábamos tragar, no era una relación gay ni nada de eso solo dos adolescentes disfrutando de la fijación y morbo que nos provocaba la masturbacion y sexo oral mutuo pues esa «relación» giraba entorno a todo eso.
Pero los planes cambiaron una semana antes de iniciar vacaciones, mi amigo se fue con sus abuelos a otra ciudad y peor aún, me fracture la mano y el brazo, no podía mover la muñeca y no podía darme placer con la mano izquierda pues no era muy hábil con ella, en esa época solía masturbarme 4 veces a la semana, 3 por mi cuenta y la última con mi amigo pero ahora por mi accidente en bicicleta no podía ni una sola vez y el no estaba para ayudarme.
La primer semana la pasé fatal y ahora que lo pienso creo que era muy adicto a masturbarme no como ahora pero si era muy adicto, todo el tiempo me se tía más cachondo de lo habitual, a cada rato tenía erecciones, más de lo habitual y tenía esa sensación de descargar toda esa leche que se acumulaba en mis testículos, caso todo me ponía caliente (también más de lo habitual) mi ropa interior al despertar siempre estaba húmeda por qué no paraba de lubricar por los sueños eróticos que tenía, en serio me sentí tan desesperado que un par de veces frote mi pene en la cama o con las almohadas pero no funcionó, no alcance a sentir ese placer suficiente para eyacular.
Pensé seriamente en pedirle a mi papá que me ayudara pues teníamos una relación muy cercana, nos habíamos masturbado un par de veces juntos pero cada quien con lo suyo (por desgracia) pero me arrepentí por qué sabía que no aceptaría.
Resulta que nos fuimos un fin de semana a casa de mis abuelos, donde también estaban mis tíos y mi primo de 15 años, pero no fue de el la ayuda sin embargo solíamos masturbarnos también, juntos pero solo eso sin tocarnos sin nada más, excepto una vez pero eso pasaría unos años más adelante, desde el principio cuando llegamos una persona noto mi estado de ánimo, desconozco como fue, pero sabía que algo me pasaba.
Unas horas más tarde en mi habitación me había quitado la ropa me sentía excitado y desesperado por no darle solución a mi situación cuando tocaron la puerta, era mi abuelo, un hombre de 76 años, bien parecido y físicamente mejor de lo que cualquiera imaginaria para la edad que el tenía, un tipo que no necesitaba medicamentos para tener una erección y menos para tener sexo, les diré que todos los hombres de la familia paterna, han pasado por ciertos momentos de experimentos sexuales, mi papá, mi tío, mi primo y yo hemos disfrutado de tener encuentros sexuales con otros hombres, desarrollamos una fijación y atracción por el pene masculino, a pesar de tener atracción por las mujeres o estar casados con una mujer.
Mi abuelo no era la excepción además de que ese día supe que el tamaño del pene al menos en esta familia era hereditario, (18 cm y un poco más) lo deje entrar después de ponerme unos shorts, noto que algo pasaba pues su mirada estaba dirigida a mi entre pierna pero no sirvió de nada negarlo, así que fui honesto y muy abierto con el, le conté lo que me estaba pasando y después de pensar un poco me pidió que cerrará la puerta.
Al hacerlo el también fue sincero y directo conmigo, me preguntó si yo necesitaba ayuda, le dije que si preguntando también como me ayudaría, el fue explícito en su explicación, no me desagrado la idea, sabía que si la mano de un amigo me daba tanto placer entonces la de un hombre mayor y experimentado sería mucho mejor, así que acepte.
Me desnude como el pidió y el hizo lo mismo, apenas lo empezo a tocar mi pene se puso duro lo acaricio un poco y luego me empezó a masturbar mientras con la otra mano el se hacia lo mismo, un pene grande rodeado de vello púbico canoso que honestamente no lucía nada mal, gemi un poco de placer que yo sentí, el miro y me pidió que no me limitará en hacerlo le dije que lo disfrutaba por qué me hacía mucha falta.
Curiosamente en ese momento recordé que mi mamá no se expresaba muy bien de el, decía que era un morboso y mañoso, que aveces le incomodaba su mirada pero la verdad es que en ese momento entendí algunas cosas, mi abuelo tenía cierta mala fama de ser así, mañoso y mano larga con hombres y mujeres, no era la primera vez por cierto, que el me tocaba pues en ese momento recordé que al ser yo un niño en una ocasión sentí que el me tocaba en mis genitales pero no le di importancia en su momento y ahora en ese momento que yo vivía con el, obviamente no me importo.
Para no extenderme más en esta historia, el final fue increíble, la cantidad de semen que eyacule, el orgasmo que tuve fue increíble, mí abuelo tenía salpicado el pecho de mi semen, una sonrisa perversa lo delataba, le si las gracias mientras el me.pedia no revelar lo que había pasado obviamente no lo haría, supongo que para el fue más sencillo que uno de sus nietos se dejara tocar pero la verdad es que ese tipo de situaciones a mí me gustan, me calientan mucho, después de esa noche no paso de nuevo, regresamos a casa para el lunes en la tarde, mi sufrimiento regreso también pues dure todo el verano con la mano y brazo enyesado, creo que más de un mes pero mi amigo estuvo presente para aliviar mi sufrimiento, no es de las mejores experiencias de esa época pero la recuerdo con cariño.
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