Mente Sana en Cuerpo y Verga sanos
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Jesus1809.
No puedo decir que soy completamente atlético, eso sería mentir, pero al menos me mantengo bien de peso, y soy algo marcado… mi pene tampoco sobresale de la media, con 14 años apenas llego a los 16 cts.
Mido 1.68 mts. , soy de cabellos color caoba oscura, ojos marrones, no puedo decir que soy guapo o que soy feo, eso tendría que verlo la persona que esté conmigo…
Bueno… me paso con la presentación, para no aburrir mucho voy a describir, si se puede usar lujo de detalles, lo que me pasó.
Siempre voy al gimnasio más o menos a las 6:00 PM, estando en vacaciones de verano podía organizar mi propio horario con cosas que me plazcan, y esa era una excelente hora para salir, ya que el sol es menos fuerte que en la mañana. Como mi ciudad es más tranquila que otras, con respecto a la delincuencia, mis padres me dejan ir solo, y puedo quedarme hasta la hora que desee, con la condición que no use las duchas del gimnasio, pues me advierten que puede pasar algo peligroso (dejo a su imaginación pensar que podría pasar)
Como todas las tardes en la recepción me esperaba Miriam, una chica de menos de 25 años, siempre nos hemos tenido mucha confianza y nos hicimos buenos amigos, y aunque su cuerpo podría ser el ideal, y excitar a cualquier hetero, ese no era mi caso… siempre me han gustado los hombres, aunque nadie lo sabe y tampoco estoy dispuesto a contarlo, he encadenado bastante bien mi “closet” para no poder salir nunca.
Siempre al llegar, Miriam me recibe con un abrazo y un beso en la mejilla, y me comenta lo que pasa cuando no estoy en el gimnasio.
La noticia del día era el despido de mi entrenador personal… aparentemente lo pillaron mientras espiaba el vestidor de mujeres.
“Tremendo imbécil para dejarse pillar de esa manera”, le dije a Miriam
-Tienes razón- me dijo. – Pensar que todo el mundo lo quería y al final termino siendo un pervertido- Le armaron un escándalo gigante-…
En medio de la conversación, vimos subir por las escaleras que dan a la recepción a un chico, bastante joven, que no aparentaba tener más de 20 años, mucho menos musculoso que cualquiera de los adultos de ese lugar, pero bastante delgado y se le notaba algo marcado, pero eso no lo puedo asegurar porque nunca le vi el torso desnudo… lo que me llamó más la atención fue que llevaba puesto el uniforme de entrenador del gimnasio, lo que nos pareció raro a Miriam y a mí, ya que no tenía pinta de ser muy fuerte que digamos.
-Buenos días señorita- dijo refiriéndose a Miriam. –Soy el nuevo entrenador personal, quisiera que me registrara en su cuadernillo de asistencia por favor- dicho esto Miriam asintió y se fue a buscar sus apuntes que tenía no sé dónde.
Luego volteó y se dirigió a mí. –Hola, ¿tú debes ser Jesus verdad?
Bueno… lo sé porque eres el único menor inscrito en el gimnasio, y todo el mundo te conoce y te tiene aprecio- me dijo con una sonrisa en su rostro. Yo por mi parte asentí con la cabeza y también con una sonrisa. –Por cierto, me llamo Diego- me dijo –Mucho gusto Jesus, yo voy a ser tu nuevo entrenador, espero que nos llevemos bien-.
Después de unos segundos llegó Miriam, y le dijo que ya estaba apuntada su asistencia, y que iban a empezar pronto las sesiones de ejercicio, luego de eso Diego se despidió de los dos y me dijo que me esperaba en el salón de entrenamiento, y fue al baño lavarse las manos… o no sé qué otra cosa.
-Bueno… ya es hora de ir a entrenar- le dije a Miriam. –Véndeme una botella de agua por favor-. –Para ti es gratis- me dijo. –El dueño te tiene mucho aprecio y me ha dicho que te dé el agua sin cobrarte-. – ¡Muchas gracias ¡ – -Ya le agradeceré a Peter cuando lo vea-.
Dicho esto fui al tercer piso para empezar a entrenar.
Al llegar me di cuenta que había dos chicos más, aparentemente gemelos, que también se preparaban para entrenar, lo que me dio alegría, ya que tendría un poco más de compañía y no me sentiría tan solo. Esos chicos eran súper delgados, sin ningún tipo de aparente musculatura, pero a pesar de eso me parecieron bastante atractivos, y al ver como uno de ellos se mordió un poco el labio al ver al entrenador, supe que no eran tanto lo que aparentaban. –Se me hizo la noche- pensé.
La verdad esos chicos eran los comunes, al ser primerizos en un gimnasio no tenían ni idea que hacer para entrenar, por eso les explicaba y les enseñaba como usar las máquinas del gimnasio… pero lo que a mí más me interesaba era el entrenador.
Debido a que casi todas esas máquinas obligaban a levantar mucho el culo, me di cuenta que casi todas las veces que uno de los hermanos levantaba el culo para intentar hacer algo, a Diego se le comenzaba a notar una erección, yo solo lo veía de reojo, pero no le daba importancia, o al menos no una notable.
Pasaron algunos días sin novedades, y cada vez más me daba cuenta que Diego nos tenía como juguete de placer, siempre sacando provecho de nuestra levantadas de culo o cualquier movimiento para ganar una erección que me encantaba ver, y que me hacía tener una propia.
Sólo faltaban unos días para cumplir mi mes de inscripción del gimnasio, y yo estaba triste pues me había hecho amigo de esos chicos, así que nos intercambiamos nuestro Facebook, Skype, y Whatsapp para no perder comunicación.
Estábamos entrenando como todos los días con Diego, ya era casi la hora de cierre del gimnasio, pero quedaba tiempo de sobra para entrenar un poco más, ya que Peter, el dueño, me dejaba quedarme un poco más después de la hora de cierre, para entrenarme solo y pasar el rato.
La cosa es que el último ejercicio del día era hacer abdominales, y ya que los gemelos se habían vuelto más musculosos, pudimos hacerlo sin problemas.
Fue entonces que mientras yo estaba haciendo mis abdominales, vi que Diego se paró frente a mí, tal vez para animarme, no lo sé…
Al subir y bajar noté que se acercaba un poco más a mí, y me encantaba ver su erección cada vez que subía y quedaba sentado.
En uno de esos intervalos, él se había acercado tanto que se me hacía un poco incómodo subir, por temor a que pueda pasarme y le dé con la cara a su verga, se ya estaba muy cerca de mí.
Entonces, al subir por última vez, ya para pararme y acabar, siento que me caía levemente hacia adelante, y quedé justa mente con la cara frente a su hermosa verga, pero en ese momento me ganaba más el nerviosismo que la excitación, más aún cuando Diego dobla las rodillas y deja caer su verga justo en mi boca… yo me hice para atrás de la vergüenza, los gemelos vieron lo que ocurrió, pero no le dieron importancia y siguieron con sus ejercicios.
A uno de ellos se le notaba una erección instantánea.
Al terminar la clase los gemelos se fueron a su casa, y solo unas cuantas personas quedaron en el gimnasio, y yo entré al baño para cambiarme de ropa.
Me quedé en el baño hasta después de la hora de cierre, pues me cambiaba lento solo por pensar en ese momento con Diego, se me hizo una erección tremenda, y yo me pajeaba por encima de los bóxeres, por temor a que alguien entrara de repente.
Fue entonces que entró Diego en el baño, y me dijo que Peter le dio permiso para quedarse un poco más y cambiarse de ropa.
Entonces se desnudó frente a mí y se comenzó a poner nueva ropa. Yo le dije que me iba a dar una ducha, así que también me desnudé y me metí a la ducha, tenía en mente la prohibición de mis padres, pero sabía lo que iba a pasar, no podía dejar una oportunidad como esa.
Al terminar de ducharme me di cuenta que Diego todavía no se había puesto el bóxer, y dejaba a relucir una gran verga, mucho más grande que la mía, y con una erección gigantesca.
Fue entonces que, al ver su erección, me di cuenta que no le iba a molestar que hiciera nada, entonces me abalancé sobre él y le di un beso, me separé de él unos segundos, pero rodeó su mano por mi cabeza, me agarró de cabello fuertemente y unió nuestras dos bocas en un beso que yo nunca había dado en mi vida.
Comenzó a meter su lengua en mi boca, yo hice lo mismo, hasta que después de unos segundos se separó de mí y me empezó a lamer el cuello, después las tetillas hasta llegar a mi estómago. Después cogió mi verga y se la metió a la boca. El calor se su boca y su saliva era realmente excitante, sólo la mantuvo ahí unos minutos, luego se la sacó de la boca y me puso el culo frente a mi vientre. – Lléname amor, que quiero ver qué tan caliente es la leche de un nene- me dijo, aunque casi se escuchaba como un gemido, o una súplica.
Yo había visto en un sitio web llamado kamasutra, lo que se llamaba beso negro, así que, como era mi primera vez, llevé su culo a mi boca y le lamí todo el culo… él gemía tanto que me hacía gemir a mí también. –Tenías experiencia, Jesus- me dijo. – A ver si como haces esto me llenas el culo con tu leche.
Entonces llevé su culo a mi verga, que parecía que iba a reventar, entonces escupí un poco en mi verga y en su culo, para que no le doliera, y la metí de lleno en su culo.
Al parecer, no le dolía, o al menos aguantaba el dolor, tan sólo gemía y a veces se le podían escuchar gritos ahogados… fue entonces, después de unos minutos, que estaba sintiendo que llegaba al orgasmo, pero yo no quería venirme todavía, así que le dije que iría un poco más despacio… tal vez él entendió que me venía, así que me echó al suelo, y se sentó en mi verga, comenzó a subir y a bajar, y yo no podía moverme ya que me tenía sujeto con sus manos, así que simplemente me dejé llevar, arqué un poco mi espalda y me corrí dentro de él y me quedé echado en el suelo.
Cuando me repuse un poco, me eché sobre él y lo besé como en el principio, sabía que era mi turno de darle placer, así que le comencé a lamer el cuerpo, primero su cuello, después le lamí el pecho, sus pezones, y después cogí su verga, que se podía coger fácilmente con las dos manos, casi parecía que con tres.
Me metí su verga a mi boca, solo me entró la mitad, pero traté de metérmela toda, no pude… sentí que iba a vomitar ya que me la metí hasta la garganta, después solo me limité a chupársela normalmente.
Era la primera vez que chupaba una verga, así que tenía miedo de dañársela con mis dientes, pero ya había leído muchas veces el kamasutra, así que sabía más o menos como hacerlo.
Estuve chupándosela por unos minutos más, cuando sentí que comenzó a gemir más rápido, y supuse que se estaba viniendo, entonces saqué su verga de mi boca, ya que yo quería saber que se sentía ser penetrado.
Llevé mi culo a su verga y me senté en ella… no sé cómo pudo Diego soportar el dolor, porque a mí me dolió como mil demonios, y no pude evitar que se me saliera un grito y una pequeña lágrima de dolor. Por impulso saqué rápidamente su verga de mi culo, fue entonces cuando me acarició el cabello y me dio un tierno beso, sentir el calor de su cuerpo con el mío hizo desaparecer el dolor. –No te apresures, la primera vez siempre duele- me dijo con una gran sonrisa en su rostro.
Después de decir eso, de nuevo puso su verga en mi culo, escupió en su mano y metió un dedo en mi culo, y después dos. Me dolía mucho, pero la excitación le ganaba a cualquier dolor.
Estuvimos así por un buen rato, y Diego aumentaba cada vez más la rapidez de sus penetraciones, y cada vez me dolía menos, hasta que por fin él llegó al momento del orgasmo, arqueó un poco su espalda, y esta vez no hice nada para evitarlo. Se corrió dentro de mí… podía sentir como el semen salía de su verga, y la ponía mucho más dura.
Después de acabar nos sentamos abrazados en la banca, para descansar un poco. Ya repuestos los dos, y sin miedo de que nos descubrieran ya que el gimnasio estaba cerrado, nos duchamos juntos, y aproveché para chupársela un rato más, hasta que se corrió en mi boca, pero esta vez sin salirle mucho semen.
Antes de salir prometimos que eso sería un secreto, y también que seríamos novios en secreto, nos despedimos con un beso, y se arrodilló y me dio un beso en mi verga, por fuera del pantalón. Los dos nos fuimos a nuestras casas.
Después de algunos días se venció mi credencial de gimnasio, y mis padres no querían pagarme otro mes, pues tenían que pagar mi escuela, pero yo tenía mucho dinero ahorrado, y con tal de ver a mi entrenador favorito, no me importó pagar un año entero…
Esa ha sido mi experiencia, algún día subiré otra con mi entrenador, también después de eso me volví una puta completa, así que lo he hecho con otras personas del gimnasio, y con uno de los gemelos, que por cierto tenía mi misma edad… pero todas esas son historias aparte. Gracias por leer mi experiencia, le prometí a Diego que sería un secreto, pero ya no podía aguantarme más. Algún error por favor hacedme saber.
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