METAMORFOIS 12
Alimentando la crisis.
Al trimestre de fallecido Lastenio su abuela visitaba el cementerio los domingos con flores del jardín de la estancia que cada vez se veía desmejorada, la economía seguía en crisis acentuada en los sectores más pobres, sin embargo los terratenientes que no tenían tecnología decidían vender parte de su tierra o toda, Gustavo se resistía a vender pero la realidad de ingreso daba para la bancarrota por la acumulación de deuda, ya su suegro había vendido considerables extensiones de tierras a un consorcio, Guillermo estaba en las gestiones de igual forma, en la ciudad las mujeres vivían austeramente en compañía de sus hijos, a Luis le faltaba el último año de escuela le gustaba las ciencias naturales, se había propuesto ser doctor, eso asombró a su madre Andreina que poco diálogo tenía pues más la pasaba en la calle con sus amigas y amigos.
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Había frescura en el ambiente de aquella mañana en la que Luis aseaba por los alrededores del río, desde una roca en la loma divisaba el paisaje campestre, observaba los meandros que hacía el río de una manera muy variada, vio una ramada en cuyo alrededor se veía salir humo de leña quemada, cerca estaba el sendero por el que transitaba un niño llevando una resortera, Luis sonrió manoseándose jocosamente el pene vestido, conocía al pequeño, era su amiguito de juegos, se dio cuenta que andaba solo por el lugar, hizo pausa, pensaba, respiraba hondo, aprovechó la distancia del niño con la ramada para bajar la loma prudentemente, despacio se fue acercando como quien acecha a su presa, de súbito le tapó los ojos, el nene se quedó quietecito por un instante ante la escucha de voz del niño de 10 años quien le preguntaba si adivinaba por su nombre, Mauricio sonrió aún con sus ojos tapados de sus labios salió el nombre de Luis, las manos liberaron los ojos, volteó para ver a su amiguito entregándose mutuas sonrisas, juntos caminaron por el sendero con la intención de cazar aves por parte de Mauricio, del bolsillo sacó Luis una pequeña barra de chocolate, le dio la mitad ante la mirada maravillada del niño, se sentaron sobre una gran roca rodeada de frondosos árboles, se podía escuchar las corrientes de agua del río a cierta distancia, Luis preguntaba si acaso tenía miedo ir por estos apartados alrededores por tener 5 años, Mauricio mostraba seguridad admitiendo que conocía el sendero y no se perdería, que esperaba siempre a su hermana en la orilla del río donde siempre lavaba la ropa, era siempre así, Luis sonrió viendo a los alrededores y se puso en pie delante del pequeño Mauricio, el estar a solas con ese niño le vino el deseo y se manoseaba el pene con la intención que el nene de 5 años viese esos movimientos insinuantes, la mirada del pequeño era fija en esos movimientos, con amplia sonrisa Luis le preguntaba si quería ver su pene, Mauricio con tímida sonrisa se puso cabizbajo, Luis lo estimulaba a que volviese a ver esos movimientos de manos en su pene vestido insistiendo en la pregunta si deseaba ver su pene, Mauricio hizo una breve mirada en la entrepierna de Luis, sonrió y d nuevo quedó cabizbajo, Luis despacio se bajó la cremallera, Mauricio vio que el pantalón de Luis se deslizaba por las piernas llegando a los tobillos, pudo ver ese pene lampiño de piel blanca de 10 años que era liberado agitándose constantemente por las manos de Luis, lo acercó a su rostro, el receloso Mauricio ponía su carita más cabizbaja, quiso ponerse en pie, las manos de Luis no le permitieron, el pene de Luis se acercó al rostro del nene de 5 años rozándole apenas las mejillas, el recelo continuaba por parte de Mauricio que vio cuando Luis alzó sus pies liberándose del pantalón, de su bolsillo sacó una barra de chocolate similar a la que habían comido, le dijo al nene que se la regalaba si se unía al jueguito en el que le indicaba hacer cositas, la mirada fija de Mauricio en aquel movimientos de manos en ese chocolate en parte a la postre le hizo disminuir su recelo, le acercó el chocolate poniéndole a un costado, Luis le dijo que si jugaban le daría otra más, los ojos de Mauricio se abrieron más ante esa oportunidad de degustar esa golosina que tanto le gustaba y era raro comprarla por parte de sus padres, era su oportunidad, así que asintió lentamente con su carita, vio las manos de Luis que dejaban en distancia prudente esa barra de chocolate y sacó otra poniéndola sobre ella, la sonrisa de Mauricio fue de total amplitud y complacencia asintiendo nuevamente, es así que Luis empezó a rozar el rostro de Mauricio con su pene, le decía que lo oliese al momento de pasar por la nariz del nene, le hizo que abriese la boca, el asombrado Mauricio miraba con timidez, ante la insistencia de Luis la boca de Mauricio, así el pene de Luis entraba en esa cavidad bucal, la cadera empezó a moverse con lentitud, gustaba sentir la saliva en el tronco de su pene lampiño, gustaba ver su pene entrando y saliendo de esa boquita de su amiguito, la sacó y la agitó, Luis aún en pie y Mauricio sentado viendo ese agite de pene, al pelo de Mauricio le acariciaba suavemente, le preguntaba si le gustaba eso, le dijo que si, que si con su vocecita, lo puso en pie viéndole su short por el que se notaba ese erecto penecito de cinco años, Luis se inclinó un poco para abrazarle y apretarle contra él haciendo que ese penecito vestido de 5 años se roce con el pene descubierto de 10 años, y Luis al mismo tiempo lo seguía acariciando, ambos penes estaban duros como la piedra en donde estaban en pie, lentamente las manos de Luis hacían que ese short que era la única prenda puesta en el cuerpo de Mauricio se fuese deslizando por las piernas quedando en los tobillos, Luis hizo que ls dos penes se rocen al movimiento de las caderas, los pies polvosos de Mauricio se apartaban del short, los ojos de Mauricio a indicación de Luis miraban ese roce de penes al movimiento de las caderas, Luis lo tenía sostenido de la cintura a Mauricio, instantes después quedó su carita, blanca y sus labios rojos, frente del rostro de Mauricio, Luis lo besaba en los labios, suavemente, abriéndolos apenas, rozando con su lengua los de Mauricio, suavemente, le hizo abrir un poco su boquita, si así, así, le dijo Luis y suspiro, con su lengua rozaba sus labios y le pedía a Mauricio que saque su lengüita un poco, la saco y se la acarició con su lengua y sus labios, le pidió que la saque más y su lengua ya se entrelazaba suavemente con la suya, suspiraba bajito, le preguntó si le gustaba y le respondía con su vocecita, la frase que le estimulaba a Luis: sí, Luis, sí, le preguntó si deseaba seguir así y Mauricio le dijo de nuevo que sí, Luis continuó besándole suave, rozando sus labios rosaditos, ya para ese momento las manos de Luis acariciaban las nalgas de Mauricio, esa piel rozagante y deliciosa al tacto, luego se deslizaban por los testículos y el tronco del penecito de Mauricio, después esos dedos rozaban la separación de los glúteos, le trataba de meter un dedo por el trasero a la entrada del ano, sus dedos le acariciaban su agujerito, Mauricio suspiraba a ojos cerrado, Luis le pregunta si le gusta y si quería que siga, Mauricio entre suspiros dijo que si, Luis continuó besándole y acariciándole su traserito, hasta que le dijo que le iba a hacer el amor, por un instante hubo un silencio por parte de Mauricio, vio con el recorrido de su mirada el apartado lugar, los chocolates y a continuación viéndole al rostro Mauricio le dijo, sí Luis, sí, le di vuelta y lo puso de espaldas, de costadito, se ensalivó su pene y el traserito de Mauricio y se lo apoyó en su agujerito, Luis empuja, como la tenía tan dura, casi le entra la cabeza de una, grito y se quejaba, ante ello se detuvo y le dio vuelta a Mauricio,de nuevo lo empezó a besar y acariciarle su traserito, suspiraba, se baja y le chupa el penecito y sus huevitos, lampiños, había mucha sombra en aquel lugar pero pese a ello se podía ver bien su cuerpito y el de Luis que se despojaba toda su ropa, Mauricio vio ese cuerpo blanco, suave, hermoso, en contraste con su piel, le dio vuelta y le chupa su agujerito, se apreciaba visualmente hermoso, rosadito, bien suavecito, Luis le metía la lengua y Mauricio se quejaba y suspiraba, le dijo que lo iba a hacer de nuevo con delicadeza, le dijo que nadie los escuchaba por allí, Luis continuaba chupando el penecito de 5 años, sus huevitos, su colita, le dijo que iban a seguir jugando y le dio vuelta, usó mucha saliva en ese penecito y su traserito y se la apoya, empuja y le trataba de penetrar a lo que podía, algo entra rozando el glande, Mauricio se queja con su vocecita, ¡ay!… Luis… ¡me dueles!… ¡ya, Luis!… ¡ya!, Luis se queda quieto para no metérselo más, Luis empieza a hacer para atrás, suavemente le rozaba la piel de los glúteos, se maravillaba viendo ese movimiento de su pene sobre los glúteos de Mauricio, trataba en algo de empujar hacia la entrada del ano pero Mauricio por instinto le respondía apartándose con bruscos movimientos, pero otra vez Mauricio se quejaba, Luis le decía: hermoso mi chiquito, los gemidos de Mauricio estimulaban a Luis, lo tuvo así por unos instantes cogiéndolo suave y luego lo puso boca abajo, lo sujetó un poco poniendo las piernitas de cinco años en su pechito mostrándose a plenitud a ese traserito, Luis se apoya con las manos en la base de la roca a costados de las mejillas de Mauricio, esto, para no caer encima de él y que no le incomode, el glande de Luis rozaba los huevitos de Mauricio, miraba como su glande rozaba la entrada del ano, y eso hizo Mauricio se quejaba, se movió y apenas levantó el traserito y fue allí que le entro a medio glande al mover las caderas, Mauricio se quejó fuerte: ¡Ay! … ¡Luis, me duele!, Luis sentía como le rozaba el glande en el ano y miraba el rostro de su amiguito Mauricio el que no aguantaba, se baja sobre él, suavemente y le rozaba toda en su traserito y él de nuevo se quejaba, ¡Ay! … ¡Luis, me duele! y ya para ese momento casi estaba aplastado con su peso y empezaba de nuevo con ansiedad a rozarle el pene que le restregaba en el ano en su entraba y se notaba la salida de su pene de 10 años y Mauricio se quejaba y se quejaba, con su vocecita y su ¡Ay! … ¡Luis, me duele!, estuvo así unos instantes hasta que de Luis salía un líquido transparente; lo abrazó de atrás y se quedar así acostados escuchando la naturaleza, la brisa del viento de la mañana acariciaban sus cuerpos desnudos, el pene humedecido rozaba los glúteos, Mauricio se despereza y dándose vuelta le dijo que tenía algo en su traserito, pasó el dedo mostrándole el líquido, Luis le explica que era parte del juego del papá y la mamá, luego Luis lo atrae y quedan así abrazados, al rato le dijo que otra vez tenía ese líquido, le dio vuelta y lo puso boca abajo y le abrió su traserito, vio su agujerito, rosadito, como tenía a la entrada del ano un poco de ese líquido, Luis le pasó la nariz a olerle el traserito, Mauricio sentía cosquillas y emitía sonrisas entrecortadas, Luis empezó a chupar el traserito, de nuevo metiéndole la lengua, que como estaba lubricada su colita , le entraba y el suspiraba, le chupa su traserito con ansiedad, metiéndole la lengua en su agujerito, se le empezó de nuevo a poner tieso su pene, le estiraba el penecito a manera de masturbación, mientras le chupaba, lo puso cómodamente boca arriba y le chupaba su penecito con sus huevitos , al rato otra vez lo dio vuelta y empieza a chuparle su colita, con ansiedad, el pene se le puso duro y le dio vuelta diciéndole que le volvería a hacer jugar, le pregunta que si deseaba seguir y el respondió afirmativamente con su rostro y con su vocecita, el pene ensalivado de nuevo estaba apoyado en los glúteos y empujaba en roce, así lo tuvo por unos instantes mientras Mauricio pujaba, instantes después Luis le dio vuelta y lo puso de nuevo boca arriba, ahora las piernas de Mauricio estaban bien abiertas en esa nueva postura, la apoya en el hombro y le roza el pene en la entrada de su traserito, Mauricio se quejó fuerte al sentir otra vez el medio glande en su ano ¡Ay! … ¡Luis, me duele!, ¡Ay! … ¡Luis, me duele!, ¡Ay! … ¡Luis, me duele!… así Mauricio se quejaba, Luis se inclina sobre él y lo besa con lengua suavemente y continuó así besándole y culiándole y besándole y culiándole hasta el punto de cansancio, se notaba el rostro de resignación de Mauricio que algo miraba de reojo ese par de chocolates, los pies de Mauricio moviéndose al viento, las caderas de Luis moviendo en esa deliciosa pose sexual aprendida por su difunto tío René, se pusieron en pie para asearse de la arena impregnada en sus cuerpos quitándolas con el agite del short de Mauricio, le dijo que le dolía la colita, Luis le acarició y sonrió, le acaricia con su dedo la entrada del ano, se lleva el dedo a su nariz y luego lo extiende a la nariz de su amiguito, huele es tu colita, luego al pasar el short por ese lugar Luis pudo notar que estaba bien rojita e irritadita, lo lleva unos metros más adentro donde había otra piedra, Luis se acuesta y le pide a Mauricio que le haga el juego del papá y la mamá, Mauricio sonriente agitándose el pene se acuesta sobre Luis, el penecito se 5 años rozaba ese traserito de 10 años, aún con poca pericia la cadera de Mauricio se alzaba y bajaba haciendo que su penecito se deslice por el coxis y algo entre la separación de los glúteos, de pronto escuchan unos silbidos, Mauricio dijo que su hermana se acercaba, rápido Luis se vestía viendo que Mauricio se acomodaba su short y tomaba los dos chocolates poniéndolo entre las hojas del lugar tratando así que su hermana no diera cuenta, Luis sonrió y acarició el pelo del nene, sorpresivamente se despidió de su amiguito Mauricio dándole un prolongado beso con lengua, Luis le prometió venir muy seguido y que siempre esté pendiente de su llegada en este apartado lugar, mientras eso le decía se resegaba su pene vestido, Mauricio sonriente miraba eso y correspondía haciéndose esos mismos movimientos, Luis le dijo que le regalaría monedas en la próxima ocasión, los pies descalzos de Mauricio propiciaban brincos de alegría en el humilde nene, Luis lo abrazó alzándole y haciéndole caer lentamente al suelo, se acostó sobre él alzando y bajando sus caderas a la vez que le daba besos en el rostro y un prolongado beso con lengua, lo puso en pie diciéndole de nuevo que le regalaría monedas si se dejaba hacer el juego, el niño asentía optimista, Luis sacó de su bolsillo una moneda, los ojos de Mauricio se abrieron más con entusiasmo, recibió de manos de Luis la moneda, se alejó del sitio brincando muy alegre con moneda en mano, le diría a su hermana que se la encontró en el camino, Luis lo vio alejarse sin dejarse de restregar su pene erecto.
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A mucha distancia se apreciaba una cuna mecida por la empleada mulata a la vez que barría el portal, se abre la puerta principal, el hombre sale haciéndole mimos a la criaturita y brindándole una sonrisa a la mulata, detrás sale su hijita a despedirlo acompañándola una elegante mujer entregándole la maleta y un maletín de una convención médica en un resort de la playa cercana a la ciudad, se sube al auto dando besos de despedida, Griselda observa los mimos de Amalia Marlene hacia su hija y la pequeña Daniela agitándole un chinesco, Griselda pensaba que Dios no podía haberle dado un mejor lugar para vivir y ya con el tiempo se había ganado la confianza de sus patrones, el auto que conducía el Dr. Luis Daniel Pérez sufrió un bajón de neumático, hizo una maniobra peligrosa que a punto estuvo de chocar con un vehículo en sentido contrario frenando ambos a tiempo, el conductor que estaba acompañado por un chico se bajó malhumorado yendo a donde estaba el doctor, el médico al salir se sorprendió de aquel conductor, pasaron unos segundos mirándose con furia para luego dar rienda suelta a las risas y a los abrazos, había sido el encuentro de dos grandes amigos, de inmediato le ayudó a cambiar el neumático, se intercambiaron tarjetas con su dirección y teléfono prometiéndose conversaciones futuras, durante el viaje a la convención el médico sonreía y decía que raro es el destino como de qué forma se puede encontrar uno con los amigos de la infancia, leyó la tarjeta que decía Carlos Felipe del Olmo, horas después el doctor fue a registrarse al hotel luego decidió caminar por el malecón, observó a cierta distancia a un grupo de mujeres caminando por la playa, logró identificar a la mujer de piel blanca, es ella, sin duda era ella, se dijo en sus adentros, bajó presuroso a confirmar de cerca que era aquella mujer que meses atrás había visto en la playa, se vieron frente a frente, Daniel cordialmente las saludó y cuando tocó de estrecharse la mano tuvo para con él una actitud no tan correctamente protocolaria, emitía incomodidad y rabia, él la tomó de los brazos olvidándose de la presencia de las otras damas, ella enfurecida haciendo gesto de desprecio se soltó y siguió caminando, Daniel no entendía la actitud de Andreina, siempre habían sido buenos amigos, llegaron a quererse mucho pero el destino quiso que ella se case con Guillermo y él desfogar su despecho estudiando mucho para pasar de un humilde aprovechado estudiante a ser ahora un eminente profesional con mucha posición social de eso las amigas de Andreina lo sabían, siguieron ambos caminando pensativos por la playa en direcciones contrarias, tuvo que llegar la noche para que en una barra bar de variedades se encuentren de nuevo, esta vez Daniel no le permitió ser esquiva a Andreina, intercambiaron miradas, desde hacía 11 años que no se comunicaban, Daniel le preguntó sobre su vida, Andreina se negaba, él en cambio le informó que había sido ponente en el congreso médico, que se había casado, esa noticia le alteró la atención a la dama, más cuando le dijo que su esposa lamentablemente había fallecido en un asalto en el banco donde trabajaba hace como un año, Andreina escuchaba con atención súbitamente le salieron lágrimas, a su mente un tanto mareada por los tragos llegaron los recuerdos de aquella entrega, de aquellos encuentros, de aquellas caricias, si, de aquellos momentos en los que realmente fueron felices, Daniel sujetaba las manos de Andreina, ella quiso retirarse pero Daniel la tomó del brazo sin más la abrazó y ella no le correspondió, él intentó besarla pero ella esquivaba la cara, Daniel le pidió perdón y se fue, la noche del día siguiente se encontraron nuevamente, Daniel más decidido la colmó de caricias que Andreina correspondía con pasión, en un abrir y cerrar de ojos se encontraban en la habitación hotelera de Daniel, abrazándose y besándose desaforadamente, ella ardiente le pidió que le haga el amor sin contemplaciones, Daniel dio rienda suelta a sus poses sexuales quedando extasiados de tanto sexo durante toda la noche, decidieron verse más seguido y en cada encuentro terminaban en un motel o haciendo el amor en el auto alejados en el camino de ingreso a la ciudad, Daniel estaba decidido a hacer mejor vida con ella, llegó el momento de formalizar su relación a fin de cuentas él sabía que Andreina estaba divorciada decidiendo llevarla un domingo para que conociera a su hermana, hija y empleada, los habitantes de su hogar, estaba decidido a que fuera Andreina también un miembro más de su familia.
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Leonor se sentaba en primera fila junto a la puerta de su aula, al frente el aula del último año de escuela en la que estaba sentado Sebastián en primera fila, las risas con miradas cómplices disimuladas eran constantes, habían ocasiones en que ella o él pedían permiso durante las clases, esperándose encontrar en el baño, entrando en uno de los biombos cerrando la puerta con seguro, allí dentro se manoseaban el cuerpo llevándose la ropa a los tobillos, Sebastián por lo general era el que se sentaba primero sobre la tasa haciendo agitar su pene le hacía gestos para que Leonor se siente con su trasero desnudo de piel blanca sobre el pene trigueño ambos movían las caderas, Sebastián la tenia abrazada sujeta de la cintura dándole besos en el cuello le gustaba olerle el pelo, después la sentaba en la tasa, le hacía abrir las piernas, estaban frente a frente, él sujetaba a dos dedos su pene virgen frotándolo circularmente por los labios vaginales y el clítoris, ella sentía delicioso así que más abría las piernas doblándose más la columna sobre la tasa, aquella vez Sebastián estaba más caliente, ella veía los pelitos en la pelvis, sacó la punta mojada del glande que apenas aparecía por el prepucio que lo recubría, ella frotaba los dedos en la vagina, al ver eso Sebastián frotó con fuerza el pene en la vagina y la punta del pene penetró un tanto la vagina haciéndola gemir, ese sonido fue escuchado por un niño que golpeó la puerta, ambos se quedaron calladitos vistiéndose, él se subió sobre la tasa viendo si habían niños fisgones, vio a un compañerito de Leonor ingresar al aula, Sebastián salió rodeando el cerramiento, la maestra de Leonor entró al baño a ver a la niña, el chico estaba nervioso, no volvieron a verse en los baños de la escuela, Sebastián había creado inquietudes sexuales tempranas en la rubia Leonor.
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En un pequeño descuido el travieso Gustavo Adolfo se corta mano con una hoja de afeitar dejada en el baño, la cantidad de sangre emanada alertó a su madre que sin más miramientos marcó a su hijo dirigiéndose apresuradamente al hospital, Carlos Felipe bajaba las escaleras haciendo el chequeo rutinario a Hermógenes, vieron pasar al cuarto de emergencia a Noelia marcando al niño de pelo castaño claro que de su mano botaba abundante sangre, un súbito sentimiento de angustia llegó al pecho de Carlos, sin miramientos entró a emergencia, una enfermera tratante no lo dejó pasar pero desde adentro un médico le decía que lo deje ingresar, era su amigo Daniel que le estaba dando los primeros auxilios, Noelia estaba incómoda porque a su hijo lo estaba atendiendo el hombre que tuvo amoríos con su hermana antes de casarse, pero no era el momento para análisis, primaba la salud de su hijo, Carlos muy desconsolado se angustiaba viendo sufrir al pequeño en cada puntada de un total de nueve, dentro de sí había sentimientos encontrados de sorpresa, cariño, angustia, sin mucho pensar por instinto Noelia lo abrazó delante de Daniel, tiempo después Carlos se acercó al niño tratando de calmarlo frotándole sus dedos en el pelo, enjugando las lágrimas de las rosadas mejillas infantiles de aquel niño que días atrás se había ganado su cariño y la necesidad de su presencia, los ojos color de miel de aquel precioso niño de súbito observaron al señor que lo consolaba con caricias y demás mimos, cerraba sus ojos sollozando lentamente, se cruzaban las miradas ente Carlos y Noelia con expresiones de condolencia, Daniel presenciaba la escena con mucha atención, Carlos consideró que era necesario despedirse pidiéndole disculpas a Noelia por la intromisión, ella le agradeció la preocupación, Carlos le dio un beso al niño en el pelo acariciándole la mejilla, dio la espalda y Gustavo Adolfo reaccionó llamando al hombre que salía con su nombre pidiéndole que no se fuera y que estuviera con él un rato más, desde la puerta Carlos Felipe gira sobre sus pies regresando a la camilla donde estaba el niño, Noelia sorprendida miraba los brazos estirados del niño que por instinto pedía que Carlos se acerque y lo abrace, Daniel algo sorprendido se quitaba los guantes, Carlos le dio un beso en la frente sentándose junto a la camilla del niño acariciándolo mucho también al mismo tiempo la madre del niño le colmaba de mimos, Noelia y Carlos Felipe se dejaban llevar por el momento sus miradas eran enternecedoras parecía como si ese niño les estaba dando otra oportunidad de estar juntos, Daniel atento concluyó analizando interiormente que ambos se seguían amando como al principio y que el tiempo no había borrado esa chispa de atracción, ambos eran el uno para el otro, el pequeño se quedó dormido, Carlos se despidió con gestos, sin palabras, la felicitó por haberle dado un hijo muy hermoso a Gustavo y por haberle enseñado nobleza a su hijo para tratar bien a los extraños, la puerta se cierra, Noelia se fue en un mar de llanto siendo consolada por Daniel, ya estando en casa Don Gustavo se enojó mucho con su esposa Noelia y más con la nana por ese descuido, fue otro motivo para que se dieran esas múltiples malas conductas de reproches entre ambos ya que Gustavo cada día que pasaba estaba contrariado por la economía y a oídos de Noelia llegaba rumores que Gustavo tenía amoríos con una corista de la ciudad de eso también lo sabía Don Rodolfo resignado callaba con la idea que no se deshaga el matrimonio de su segunda hija.
FINAL DEL DÉCIMO SEGUNDO EPISODIO
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