METAMORFOSIS 11
Encuentros.
La noche del sábado estaba calurosa en la estancia, desde la ventana de su habitación alta Luis observaba a Guillermo montado en carreta con dos peones camino a la cantina del pueblo de igual forma observaba hacia el cuarto de Lastenio que se apreciaba una luz saliendo por la ventana detrás del establo, Luis tenía puesto una ligera camisa de dormir, sandalias y calzoncillo así bajó las escaleras en precipitada carrera hacia el cuarto detrás del establo la puerta estaba apegada la empujó, en el interior no estaba Lastenio, le vino la angustia, lo esperó un rato sentado en la cama, ya estaba a punto de irse cuando Lastenio ingresa al cuarto despeinado con el pelo mojado puesta una toalla rodeando su cadera estaba salido del baño, fue grata la impresión de ver a Luis vestido ligero sentado frotándose con dos dedos el pene vestido teniendo abiertas las piernas sus sandalias tocaban el piso sobresaliendo los finos dedos blancos cuyas uñas estaban bien recortadas característico de un niño fino de modales, rió ampliamente soltando la toalla cayendo al suelo ahí estaba Lastenio completamente desnudo con su pene poniéndose erecto lanzándose encima de Luis recibiendo besos apasionados en la boca, mejillas, pelo, cuello y pecho con manoseos por todo el cuerpo, hicieron un alto, Lastenio acostado boca arriba en la cama viendo a Luis en su delante quitándose la ropa, desde la cama veía el pene más crecido de Luis que se acostaba encima de su cuerpo viendo ambos penes frotarse, giraron sus cuerpos sobre la cama cayendo al suelo riéndose de aquello, Luis se sentó en la cama Lastenio arrodillado en su delante mamándole desaforadamente el pene, después Luis le mamaba el pene a Lastenio, muy lentamente, volvieron a besarse y a rotar sobre la cama, Luis acostado boca abajo se dejaba meter el pene por el ano haciéndole constantes mete y saca estaba tan desaforado que los movimientos del glande en el ano eran fuertes tanto así que Luis no paraba de gemir, rato después Luis sentía dentro de ese ano de piel blanca de 10 años el semen que le dejaba descargado ese pene mulato de 19 años, tiempo después le hizo sentar a Luis en el filo de la cama, Lastenio mamó el pene de Luis quedando bien ensalivado, se puso abundante saliva en el ano se sentó encima de Luis frotándose el ano con el pene, Lastenio alza su trasero abriendo sus nalgas con las manos tratando de descubrirse el ano completamente y de un sentón logró deslizar con su ano el prepucio del pene de Luis que se acostó doblado de espaldas sobre la cama, Lastenio con su ano penetrado giraba circularmente subía y bajaba como cabalgando, se separó de Luis viéndole el pene rosadito que estaba completamente desvirgado, Luis apenas se lo topaba con las yemas de los dedos el glande bien desforrado, Lastenio contribuyó poniéndole saliva, descansaron un buen rato y repitieron esa postura una vez más, Lastenio apagó el mechero, quedaron dormidos los dos abrazados desnudos en la cama, los primeros rayos del día cayeron Luis asustado se levanta con los cantos de gallos, trató de vestirse pero la mano de Lastenio lo sujetó del brazo tomándolo de la cintura regresando a la cama acostándolo boca abajo Luis soportó todo el cuerpo de Lastenio encima de su espalda, sintió el tibio pene de Lastenio que penetraba el ano en repetidas ocasiones haciéndole el mete y saca, Lastenio chupaba las orejas de Luis diciéndole que era un niño precioso que tenía un trasero fabuloso que era solo suyo y diciendo esto hizo los movimientos más rápidos de meter y sacar sólo deteniéndose en el momento en que desfogaba semen dejándolo dentro del ano de Luis, el nene al ver que Lastenio se hizo a un costado de la cama se levantó sacándose parte del semen de su ano, Lastenio lo veía complaciente frotándose el tronco húmedo de su pene mulato mojado de semen, Luis terminó su aseo, vistiéndose y saliendo aprisa en dirección a su casa subiendo las escaleras, abrió la puerta del cuarto de Guillermo vio que estaba profundamente dormido y fue a su cuarto a verse su pene desforrado Luis quedó totalmente desnudo acostado en la cama boca arriba abierto de piernas frotándose el tronco del pene viéndose detenidamente el glande bien desforrado como lo tenía Lastenio y los demás peones adultos que los miraba orinar escondido en el establo, al mediodía de ese domingo soleado Lastenio dejaba a Luis en la terminal del pueblo para que tome el tren a la ciudad llegando cuando la noche empezaba esperándole en el terminal citadino rara vez su madre Andreina o lo más seguro la nana Dulce, Lastenio se despidió frotándole disimuladamente el pene vestido en señal del hombre que se lo había desvirgado totalmente, hubo una sonrisa entre ambos como despedida, a media semana Lastenio conducía una carreta por un camino estrecho de herradura, fue interceptado por un jinete encapuchado que lo obligó a bajarse, sin palabras recibió un tiro en la entrepiernas cayendo de bruces, se arrastraba, fue pateado varias veces en la cabeza, el criminal descargó las balas de su revólver en la espalda y cabeza del chico, no contento con su hazaña liberó a los caballos puso el cadáver sobre la carreta empujándola por el filo de una hondonada profunda.
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Para la nana Dulce la noticia fue catastrófica, inconsolable tras la desgracia al día siguiente muy temprano viajó con Andreina, Noelia y el pequeño Luis a la estancia quedando en la casa de la ciudad Doña Micaela al cuidado de los niños especialmente en la salida de la escuela y en los paseos al parque, Carlos Felipe siguió concurriendo por un montón de veces al parque tanto así que con el permiso receloso de la nana en ausencia de Noelia ya acariciaba y jugaba levemente con los niños en la arena, pero, aquella tarde no podría hacerlo debido a la presencia de la esposa de su más acérrimo enemigo, de lejos se resignó a irse, su intención era verse con Noelia pero aún no lo conseguía tras largos cuatro años, Leonor algo distante de su abuela jugaba con Josefina de pronto vio acercarse a un grupo de 4 niños jugando canicas entre ellos sobresalía Sebastián por su estatura era el de mayor edad del grupo líder de 12 años, de lejos Leonor y Sebastián se miraban con insistencia, el juego de canicas fue interrumpido por otros chicos montados en bicicleta que los invitaban a montarse, les pareció fabulosa la idea y se fueron pero Sebastián se separó del grupo decidiéndose quedarse haciendo gestos que ya los alcanzaría, sin dejar de mirar a Leonor caminaba hacia los baños que estaban sin gente, de lejos le hacía gestos insinuantes de que la esperaba, la pequeña con astucia le dijo a su hermana que fuera a donde la abuela porque ella iba al baño, Josefina obediente tomo camino hacia donde estaba su abuela, de eso aprovechó Leonor caminando rápido hasta llegar al baño encontrándose con la escena de que Sebastián tenía salido su pene trigueño por el calzoncillo agitándose luego de haber orinado, la recibió con una sonrisa sin dejarse de agitar su pene, sin palabras lo acercó a Leonor para que lo apreciara con calma, le hizo la pregunta si le gustaba, ella quedó sin palabras con los ojos bien abiertos, ya se lo había visto anteriormente en la escuela y en el parque pero no tan de cerca, ahora llegaba el momento, Sebastián le tomó la mano llevándola a su pene y ahí Leonor frotó por vez primera el pene de un niño mayor que ella, ya antes lo había hecho al bañar a su hermanito pero el pene de Sebastián era especial, grande y de color de piel diferente a la de ella, la mano suave blanca de Leonor aprendía a frotar el pene trigueño de Sebastián, luego el chico la abrazó de las caderas llevándola a su pecho, ella sintió el movimiento de las caderas de Sebastián cerrando los ojos por un instante, lo quiso alejar suavemente, él cubrió su pene, de nuevo la abrazó sutilmente frotándole la espalda y el trasero, parece que a ella eso era nuevo así como la estaba acariciando, estaba sorprendida sin embargo se dejaba hacer porque encontraba un gusto a eso abriendo su boquita cerrando los ojos poniéndose su blanca piel muy rosada, viendo a todos lados el chico de 12 años caminó llevando tomada de la mano a la nena de 7 años, entraron en el baño más alejado donde la gente no podría verlos por ser algo oscuro, adentro sin palabras Sebastián se sacó el pene lampiño erecto mostrándoselo a Leonor que se dejaba arrimar sobre la tasa del baño sentándose luego de que el chico le bajase el calzón floreado rojo que llevaba puesto y que sorprendentemente se dejó quitar por las manos de Sebastián sin ofrecer resistencia, Leonor miraba en repetidas ocasiones su calzón y vaginita también el pene de Sebastián que lo recordaría hasta el fin de sus días, debido a que ese pene lampiño, trigueño y virgen se acercó a frotarle los labios vaginales, apenas le salió la punta del glande pero fue suficiente para que frotase el clítoris de Leonor haciéndola transportarse a una sensación que estaba descubriendo riquísimamente, Sebastián con su pene agarrado con dos dedos de la mano le frotaba constantemente circularmente, arriba y abajo el clítoris haciendo gemir a Leonor, ambos tenían los ojos cerrados, aproximaron sus bocas chocándose el aliento en sus caras, Leonor abrió sus ojos al sentir el primer beso que le daba Sebastián en su boca, con timidez alejó su rostro pero seguía sintiendo eso delicioso en su vaginita de nuevo cerró los ojos y le vino la idea a su mente aquel pensamiento cuando por casualidad descubrió a sus padres desnudos en la cama haciendo el amor, ya no sentía nada, abrió los ojos y vio la cara sonriente de Sebastián que se guardaba el pene en el calzoncillo subiéndose la cremallera de su pantalón abriendo la puerta alejándose del lugar, Leonor quedó sentada por un rato pensativa sentada viendo sus calzones a los tobillos miró su vagina abriendo con los dedos los labios vaginales que tenía color rosa de tanto frote, pasó un dedo sacando babita que la olió a orina y le pareció raro, descubrió con el dedo lo rico de frotarse el clítoris asociando la idea de su dedo con el pene de Sebastián, el chico que por primera vez le había hecho sentir deliciosas sensaciones nuevas.
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El sepelio de Lastenio fue simple con entrada a la iglesia del pueblo y de ahí al cementerio, un grupo de amigos de juegos cargaban el féretro detrás los patrones, Gumersindo bajaba humilde la mirada cuando era visto por las hijas de Don Rodolfo, sobre todo la de Andreina, el ambiente era caluroso para la época, Noelia y Andreina caminaban pausadamente sosteniendo a la nana Dulce, desconsolada decía que estaba sola en este mundo ya que quizá Griselda también estuviese muerta, ese comentario incomodó a Guillermo y Andreina resignándose a mirarse con resentimiento, lo cierto era que Griselda tuvo una niña en un parto normal, a las pocas semanas de convaleciente la mulata tomó cabalgadura con ayuda de Aparicio, ella no quería que Guillermo supiese su paradero por la gran vergüenza que tenía, Gumersindo comprendió su situación bajo su pobreza le dio dinero para el viaje y unos días de alimento con rumbo a la ciudad, ambos campesinos juraron no decir a Guillermo que tenía una hija llamada Sara Guillermina, acostumbrándose a llamarla por su primer nombre, Aparicio la alojó en casa de unos parientes por un tiempo hasta que obligatoriamente consiga trabajo para mantener a su hija, logró lavar ropa ajena y vivir haciendo mandados, uno que otro pelafustán la mancillaba de palabra haciéndose respetar de palabra y de obra fustigando físicamente a cualquier atrevido, su niña era muy blanca con pelo claro el perfil facial diferente a su condición mulata, los vecinos del lugar se admiraban del hecho de vivir sola y sin marido ni familia llegando hasta pensar que se había robado a la niña y tuvo problemas en la vecindad que a los pocos días salía con rumbo incierto tocando las puertas de las casas pidiendo trabajo o alimento, deambuló por mucho tiempo y estaba a punto de regalar a su hija ante la impotencia de verla desnutrida sin poder mejorar su salud, el destino quiso que desfallezca en un portal al rato una pelota toca sus muslos una señora con una niña bien vestida se acercan sorprendidas del llanto de la niña, la toma en sus brazos Griselda reacciona pidiéndole que se la devuelva que era su hijita, la señora pidió que se calme y que entre a su casa para alimentarla, el tono de Griselda bajó repitiendo que esa niña era su hija, durante la posada que tuvo en esa casa no hubieron preguntas, con el tiempo Griselda descubrió que trabajaba de sirvienta puertas adentro en una casa de personas buenas que Dios le daba una nueva oportunidad de vida y correspondió con lealtad a sus patrones y al cuidado de la hija que se llamaba Justin Daniela, como su padre, el reconocido especialista en medicina general Luis Daniel Pérez.
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Luis decidió quedarse el resto de la semana con su padre logrando a berrinches que su madre acepte, Guillermo por llevarle la contraria ordenó que se quedase bajo su cuidado y que ya fuera aprendiendo sus obligaciones en la estancia pese a que la otrora bonanza económica ya no era la adecuada estando al filo de la quiebra, Luis se sentía algo consternado por la muerte de su Lastenio, concurriendo a los lugares donde se hacían el amor acostándose desnudándose frotándose el cuerpo con las manos terminando por masturbarse el pene, a un día para viajar a la ciudad decidió montar en su caballo por el sector de lindero pasando por una cabaña viendo jugar a Mauricio con un aro, le invitó a cabalgar en su caballo, la mamá estaba sentada en un taburete desgranando maíz le dio permiso y el nene se aupó al caballo cabalgando lentamente en dirección al río durante el trayecto le iba lamiendo el pelo y las orejas a Mauricio que se dejaba lo sentó más cerca suyo para que sintiera el bulto de Luis que rozaba su trasero, se bajaron del corcel como de costumbre Mauricio entró totalmente desnudo al agua al tiempo que Luis se reía quedándose en calzoncillos mirando fijamente las nalgas del nene para eso ya su pene estaba erecto, fue muy corto el tiempo que estuvieron dentro del agua porque salieron en dirección monte adentro en el mismo lugar donde se cogían, Mauricio inocentemente se dejaba acostar arqueado boca abajo en el tronco del árbol y ya puesto así le abría la separación de las nalgas escupiéndole quedando bastante saliva por el ano metía cuanto podía su pene desflorado por Lastenio haciéndolo gemir a Mauricio que contraía la cara hasta que Mauricio decía que le dolía mucho, ese era el momento en que se detenía a seguirlo penetrando por incomodidad de ese ano pequeño de 5 años para un glande de 10 años, le hacía dar la vuelta sobre el tronco empinando el pene de Mauricio, Luis acostándose sobre el cuerpo hacia frotar ambos penes hasta el cansancio quedándose quietos ambos cuerpos unidos de piel a piel, Luis hizo que se siente en el tronco se arrodilló mamándole el pene por un rato dejándoselo bien ensalivado, a Mauricio le gustaba mucho esa delicia de mame, luego Luis se sentó en el tronco haciendo que el pequeño se arrodille y abra la boca acercándole lentamente su pene indicándole que lo chupe, el pequeño lo hizo torpemente cortándose la respiración de a poco esa boquita trigueña chupaba el glande blanco de Luis que cerraba los ojos inclinándose a olerle y besarle el pelo a Mauricio, sintió un rico orgasmo no tan delicioso como se lo hacía Lastenio pero a fin de cuentas estaba experimentando placer, separó el pene de la boca, lo hizo acostar a Mauricio sobre la arena se acostó encima, a Luis le gustaba escuchar los pujes de Mauricio y los gemidos cuando le metía parte del glande en el ano, por un rato se quedaban así quietecitos escuchando sus respiraciones y pujes con gemidos después se levantaban, ahora Luis se acostaba en la arena y Mauricio acostado encima frotaba el pene en las nalgas de Luis que no paraba de reír, finalmente salían al agua a bañarse y después vestirse para seguir cabalgando buscando otro lugar en el que nuevamente hacían esas poses de cogidas ahora parados frotándose los penes rozándose el trasero, ambos pequeños no se daban cuenta que entre los matorrales una figura los estaba viendo la forma en que se revolcaban desnudos en el suelo, el rostro del hombre estaba cubierto por un pañuelo en cuyos ojos se apreciaban el escurrir de lágrimas, agarró fuerte su revólver decidiendo guardarlo en el cinto y luego salir del lugar sin que lo notaran los pequeños.
FIN DEL DÉCIMO PRIMER EPISODIO
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