METAMORFOSIS 114
Calor y pasión.
Los días calurosos decembrinos transcurrían acentuados en la capital del país de la canela en aquel año de 1950, así, aquella tarde los habitantes vestían ropa ligeras, aquellos parques con frondosos árboles eran los puntos recurrentes para pasar moderadamente el fuerte clima con clor imperante, pero era innegable ver los restos de disturbios callejeros entre la población y la fuerza del orden, por las calles se veían los humeantes objetos callejeros, entre los transeúntes se podía observar a Wilson que caminaba pausadamente llevando en su bolso de encomiendas los encargos ejecutivos del día, iba por media tarea, el sol abrazador hizo que realice una pausa y se siente en una amplia banca pública ubicada debajo de un frondoso árbol, en su delante se ubicó un vendedor de hielo raspado, varios transeúntes rodearon el carrito pidiendo de aquella bebida artesanal refrescante, Wilson se unió al grupo con el pendiente de ver su bolso sobre la banca, se sentó a disfrutar la bebida, de pronto vio a un precioso niño corriendo hacia el vendedor artesanal, estaba muy feliz mostrándole una moneda con ademán de pedir el refresco artesanal a brazo estirado sin dejar de brincar de gusto, la mirada de Wilson era muy fija en la figura infantil, segundos después se une a la figura del niño la de una joven, ambos con refresco en mano vieron a Wilson saludándose sonrientes y sentándose junto a él, los tres estaban sentados en la banca disfrutando la bebida, el niño sentado en medio vestía un ajustado short con una trusa en que se podía apreciar los filos de costura sobre la tela, una de las piernitas rozaba la pierna de Wilson que miraba los rozagantes labios absorber el hielo picado, aquel niño estaba sudoroso, vio a su amiga que cargaba unos mandados de mercado seguramente para preparar la cena del día y de la comida en los días siguientes, Wilson fue el primero en terminar su bebida y aprovechó para buscar entre los documentos de entrega dos sobres dirigidos a los patrones de la muchacha, se los entregó, en eso el niño quiso jugar un rato por el parque, la muchacha aceptó con la condición de que prometa no alejarse, tiempo que aprovecharon Wilson y la muchacha para conversar de asuntos triviales, la mirada de Wilson era fija en los movimientos del cuerpo del niño cuando se acostaba o se acuclillaba sobre el suelo viendo pasar animalitos entre los frondosos árboles con los cuales se maravillaba viendoles, en una de esas acciones el niño resbaló sobre un charco cayendo de lado ensuciándose parcialmente la ropa, el brazo y pierna derecha, el niño no inmutó por aquello y siguió jugando correteando a un perrito y a las aves que se acercaban por el lugar, el niño corría con los brazos abiertos y a veces se acostaba sobre el suelo boca arriba, acción que aprovechaba Wilson en ver fijamente el penecito amoldado y del traserito en la ajustada tela del short que llevaba puesto el niño, el pelito lacio del niño se alborotaba al contacto de la brisa fuerte de aquella tarde, la muchacha consideró que era tiempo suficiente para jugar, con mal expresión en su cara ordenó al niño acercarse, lo tomó de una mano y se disponía con la otra a llevar las compras a lo que Wilson pese a llevar su bolso hizo modo para llevar los comprados de la muchacha, ella aceptó sonriente ante la insistencia de Wilson, caminaron varias cuadras antes de llegar a la casa donde trabajaba la muchacha, lo invitó a beber un refresco en el interior de la casa, ya Wilson desde mucho antes frecuentaba aquel lugar pues era el encargado de dejar correspondencia o documentos ejecutivos en aquella casa, con el niño y sus padres tenía un gran afecto, le tenían confianza a Wilson igual que aquella muchacha, el niño también tenía apego hacia Wilson, la muchacha le dio una limonada fría a Wilson que estaba sentado en un amplio sofá, ella condujo al niño a su cuarto, pasaron muchos minutos para que Wilson vea a la muchacha yendo a la cocina a arreglar los comprados, instantes después aparece en su delante la figura del niño que se había sacado la ropa sucia y tenía puesto solo una trusa ajustada en la que se podía ver amoldado el penecito lampiño, estaba descalzo, el niño caminó lentamente donde estaba la muchacha, Wilson se fijó que el niño en sus pasos lentos iba haciendo pausa estirándose el penecito y en la tela se mostraba como humedecida, una mancha en el área del pene vestido, la muchacha miró donde estaba Wilson, que correspondió sonriente con mirada atrayente y luego regresó ver al niño que seguía estirándose el penecito a través de la tela, miró la piernita del niño que rozaba la pierna de la muchacha alejándolo y ordenándole que fuese al baño para atenderlo luego, el niño con mirada pausada igual que su andar se dirigió al baño, continuaba estirándose el penecito y una mano metida entre la tela y su traserito que se lo iba rascando, allí la esperaría, ella atendió por breves minutos a Wilson, él notaba una cortesía amplia por parte de ella, tanto así que ella fue de la iniciativa en rozarse las manos y entrelazarlas, esto, al sentirse a solas, sin interrupciones, sabiendo de la ausencia del niño hubo un ligero contacto entre ambos, a punto estuvieron en besarse, irónicamente sobre la timidez de Wilson, su contacto fue interrumpido por algunos golpes en la puerta, ella asombrada de la noticia recibida exclamó a fuerte voz, Wilson del sofá tomó impulso al escuchar la voz fuerte de la muchacha a manera de gritos acercándose preocupado a la puerta donde la muchacha parecía desfallecer haciendo mover su cabeza negativamente, a los gritos el niño estuvo junto a la muchacha enterándose que su padre había sido apresado en una insurrección imperante de la época pues aquel hombre era sospechoso de sedición por ser simpatizante cercano del caudillo, es más fue uno de los personajes que estuvo cerca del caudillo cuando fue asesinado y ahora el gobierno lo daba por preso, a más de estar malherido, la muchacha alterada y contrariada por la noticia pidió a Wilson que cuidase del niño hasta su regreso, el hombre asintió con aprobación, Wilson y el niño la vieron irse con el muchacho que trajo la noticia, una mano de Wilson acariciaba el pelo lacio del niño pasándola por la mejilla acariciándole el cuello y el pecho, cerró la puerta principal, le preguntó si le ustaría “jugar” a lo que responde asintiendo viéndole que se tocaba el pene abultado vestido en la tela del pantalón, le acaricia y el pelo y lentamente lo fue llevando al baño, iba acariciándole el cuello infantil, el niño se dejaba llevar por esas caricias en su piel suave, se le estaba haciendo la piel de gallina, llenaron la tina de baño con la ducha, mientras eso sucedía el niño se metía lentamente en la tina, alegremente se acostaba en la tina cayéndole el agua en la cabeza por el grifo abierto, Wilson veía los movimientos corporales del niño sentado en el borde la tina, la tela de la trusa firme en la piel del niño dejaba ver ese color de piel blanca rozagante, alzaba sus piernitas mostrado esos bien cuidados piecitos con uña cortadas, era un niño a más de ser bien cuidado muy hermoso, los brazos de Wilson se estiraban para lograr enjabonarle esa linda piel sedosa infantil, la esponja pasaba por la entrepierna del niño y que voluntariamente deslizó su trusa al notar lo ificil que era enjabonarse en esa parte del cuerpo vestido, los ojos de Wilson se abrieron más viendo ese penecito que comenzaba a moverse ante el deslizamiento de la trusa por esa hermosas piernas rellenitas de piel bien cuidada, se maravillaba de ese pene agitado ante los saltos que el niño daba en la tina esparciendo agua con los pies al saltar, el niño estaba que no se dejaba enjabonar adecuadamente, Wilson seguía sentado mirándolo al niño, de vez en cuando miraba su entrepierna mirándose el pene erecto y se lo manoseaba, hubo un momento en que el niño se puso de cuclillas a espaldas de Wilson, alzaba y bajaba las caderas dejándose ver el pene con los testículos saliendo y entrando en el agua blanca a efecto de la espuma del jabón, así, sus glúteos brillosos de espuma dejaban ver la hendija de la entrada del ano rozagante, Wilson atragantaba saliva emocionado viendo ese cuerpo infantil desnudo a plenitud, los labios del niño eran su centro de atención haciendo burbujas así como aquellas manitos que de vez en cuando las pasaba por sus piernitas y traserito, llegó un momento en el que el niño estando acostado se estiraba el penecito lampiño, Wilson se sentía bien estando a solas con ese precioso niño viéndolo bañarse y describiendo con su mirada cada detalle de movimiento en su baño, quedaban muchas horas para el retorno de los padres del niño, abrió el tapón y el agua jabonosa se escurría por la rejilla, el niño gustoso miraba acostado estático cómo el nivel del agua descendía dejándose ver su cuerpito desnudo, continuó estirándose el pene, Wilson abrió la ducha hizo que el niño se ponga en pie pasándole jabón por el cuerpo, en una de esas el dedo enjabonado de Wilson pasaba entre los glúteos del niño que al sentir ese deslizamiento sonreía, la mano de Wilson apoyada en la espalda del niño hizo que se pusiera en posición perrito, así el dedo enjabonado empezó a lubricar en algo la entrada del ano de aquel precioso niño, sonriente por lo que sentía se dejaba llevar, ya enjuagado quedó en firmes quietecito, Wilson le puso la toalla sobre los hombros secándole luego todo el cuerpo, después lo condujo a su cuarto, durante el trayecto Wilson miraba los pasos descalzos que daba el niño dejando rastros de agua en el piso, aquellos piececitos hermosos bien formados le daban a Wilson un deseo incontenible de besarlos, igual que aquellos labios bien delineados en el deseo irrefrenable de morderlos y enjugarse con la saliva mutua, llegando a la cama el niño se sienta, la toalla que antes lo cubría se desliza por el cuerpo muy lentamente quedando sobre las sábanas, tanto así que su cuerpito queda a medias descubierto, Wilson se acerca con la ropa, el niño inquieto decide dar roles sobre la cama antes de ponerse la ropa, en una de esas él queda en posición perrito sobre la cama agitando el culito viéndole a Wilson con sonrisa cómplice, Wilson la deja a un lado a la ropa y con él se mueve en la cama haciéndole cosquillas, tanto son los movimientos que el niño queda acostado encima de Wilson cara a cara uniendo las frentes, ahí quedaron quietos, el niño sintió el manoseo de Wilson en su cuerpo, lentamente Wilson lo fue acomodando en la cama dejándolo acostado boca arriba, el niño vio que Wilson se alejaba de la cama bajándose el pantalón dejándolo en la silla junto al calzoncilo, al niño más le llamó la atención cuando vio el pene descubierto de Wilson que lo manoseaba, desde su posición imitaba el manoseo en su penecito de lo que estaba haciendo Wilson, llegó el momento en que Wilson se acerca al niño, lo desliza hasta dejarlo todo ese cuerpito desnudo a filo de cama para que después su grueso pene roce con el penecito del niño, cerró los ojos para sentir mejor el deslizamiento de ese penecito por sus labios, era indudable que al cerrar los ojos estaba pensando en que así también lo cogía al pequeño Daniel Edurado, las caderas del niño se movían ante tal sensación extraña, abría más las piernas y eso ayudaba a mejorar el sexo oral de Wilson, con los dedos agitaba el penecito poniéndolo erecto y continuaba lamiendo, el niño vio a Wilson apoyado de manos y pies sobre la cama acercando su trasero a su penecito procediendo a sobar, el niño se limitaba a ver ese movimiento de la piel de los glúteos de Wilson sobre su penecito que se deslizaba moviéndose sobre la rajita del culo, la mano de Wilson tomaba el penecito pasándoselo por la separación de los glúteos, tiempo después el niño vio ensalivado el glande del pene de Wilson, obedeció ponerse boca abajo y luego sintió algo molestoso en su ano, sintió algo de dolor, es que el glande de Wilson rozaba con intención de penetrar el ano infantil, la nariz y boca de Wilson acariciaban el pelo sedoso de ese niño que recibía los intentos de sodomía de Wilson, no se hicieron esperar los manoseos y caricias en los glúteos, Wilson feliz teniendo a disposición aquel hermoso cuerpo de niño bonito, hizo pausa para que la yema de sus dedos recorran cada espacio de piel, lamió las orejas, le gustaba verle erecto el pene al niño, de nuevo lo lamió y lo chupó repetidamente, el niño miraba moviendo parcialmente las piernas y haciendo puño las manitos al sentir aquel paso de lengua en su prepucio y por debajo de sus testículos, fueron varios minutos así hasta quedar unidos los dos penes frotándose, tiempo después Wilson abría los glúteos del pequeño y olía el ano del niño ensalivando el dedo y tratando de meterlo por la entrada del anito, otra vez el niño se sentía incómodo mientras Wilson miraba con gusto el deslizamiento de su pene entre los glúteos del precioso niño, su mentón sobre la cabeza del niño descansaba expulsando respiración acelerada, la nariz de Wilson recorría las mejillas y orejas infantiles, se escuchaban ya los pujes del niño, el glande entre los glúteos seguía deslizándose, las caderas del niño ladeándose con movimiento corto, Wilson besaba repetidamente el cuello del niño y su respiración salida de la nariz chocaba en el cuello del niño diciéndole que era suyo, sólo suyo, Wilson cerraba los ojo sintiendo piel con piel, sentía placer tenerlo así a ese precioso niño, mordía los labios en señal de gusto queriendo más y más, pero el niño seguía gimiendo pidiendo ya no más porque sentía dolor, Wilson se detuvo acostándose junto a él viéndose los penes, el niño fue camino al baño, deseaba micciar, Wilson lo siguió, aún no había terminado, lo encontró sentado sobre el inodoro, aquellas piernitas bien formadas dobladas estaba moviéndose ante el sonido del liquido salido del pene, Wilson no dejaba de manosearse el pene delante del niño, el nene miraba que Wilson orinaba en la rejilla de la ducha, el niño se levantó y se acercó a ver ese pene lanzar orina, ambos sonrieron, Wilson le hizo gesto de que agarre su pene, delicadamente con timdez el niño tomaba el tronco de pene, lo agitaba, le hizo sentar en el inodoro, le miraba a la ve que ese glande pasaba por los labios, le hizo que abra la boca, con recelo y timidez lo hizo, los cachetes se inflaban al tener dentro del pene, el niño tosía luego de salir el glande la boca, lentamente Wilson le enseñaba cómo debía hacerlo bien, los labios se ajustaban al glande y allí lo mamaba y lamía con orientaciones de Wilson, luego le hizo un ademán de ir a la cama a continuar con su “jueguito”, le prometió que le iba a gustar aún más, el niño simplemente se dejó llevar de la mano llegando al cuarto, acostó al niño al extremo de la cama, estaba muy pasivo llevándose los pies del niño a los hombros, pasó el pene peludo por el pene lampiño también rozándole su glande entre los testículos, lo alzó un poco, sentía el roce de ese pene en su culito, maravillado Wilson miraba su pene en la entrada del ano infantil, el nene pujaba y abría la boca al sentir dolencia molestosa, se aferraba a los brazos de Wilson, luego bajó sus piernas, Wilson dejaba ver su pene rozando el pene del nene, el movimiento era constante, Wilson le decía que mire ese movimiento de los penes, el niño vio salir un liquido blanco desde el glande, era la primera vez que experimentaba aquello de que los dedos de Wilson pongan parte del semen salido en el hueco de de ombligo, de nuevo fueron al baño, lo paró en la ducha viendo cómo el agua se llevaba ese liquido blanco, lo secó y así desnudos ambos quedaron acostados en la cama por un rato, entrelazaron las manos, esa sensación de piel con piel y ese recorrido de los dedos por su cuerpo así como ese manoseo en sus glúteos harían marca de por vida en ese precioso niño, rato después escucharon ruidos de toques de puerta, era la empleada que llegaba muy asustada, se complació ver vestido al niño, agradeció a Wilson por su ayuda y ahora cerraría la casa y se iría a la delegación llevándose al niño, en el auto estaban los padres del niño, Wilson los saludó, tomó su bolso y salió despidiéndose del niño con una caricia en el pelo, caminó hasta no ser visto y se metió la mano que acarició al niño en la entrepierna, los dedos llegaron a su glande, emitió una mueca sonriente en señal de satisfacción y se dijo a sí mismo de que habrán más.
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Griselda contrariada caminaba por las calles en dirección al mercado, sorpresa fue para ella ver a su marido junto con una mujer a la que le colmaba de atenciones, a pesar que el lugar no era propicio para reclamos sin embargo se dio, los transeúntes hicieron un ruedo en la calle, presenciaban los fuertes epítetos entre las féminas mientras que el macho estático aún sin salir de la sorpresa de ser sorprendido no daba acción a separación o asumir la responsabilidad de calmarlas, fue un gran escándalo que continuó en casa, el colmo llegó ante la incomprensión en la que aquel hombre decidió irse del hogar, Griselda desconsolada quedó llorando sobre un sofá, al rato sintió las molestias corporales de la pelea, los golpes no se hicieron esperar, al llegar sus hijos de la escuela vieron a su madre dolida, les informó que su padre desafortunadamente había abandona do el hogar, así, se iniciaba una nueva vida para ella y sus hijos, su abuela días después la acompañó a pedir trabajo en alguna oficina de los negocios de Carlos Felipe del Olmo quien las atendió gratamente, de esa forma Griselda pasó a trabajar en los quehaceres de casa, decisión tomada por el patrón de nana Dulce, Noelia se unió a la decisión de su esposo con mucha emoción, ahora con el pretexto de trabajo Sara Guillermina visitaba a su madre y en muchos de los casos le ayudaba en las actividades, de esta manera el dialogo y entrevistas entre Gustavo Adolfo y Sara se daban, aunque ella en los últimos tiempos lo veía muy alejado, prontamente se convertiría en Teniente Coronel, esta designación, por influencia de Carlos Felipe del Olmo en los altos mandos militares, Sara se sentía celosa cuando las amigas visitaban al militar en autos de lujo y él correspondía a sus halagos y citas, hubo un momento de insinuante reclamo por parte de ella a sus acciones a lo que el militar con arrogancia le hacía delimitar su situación, eso golpeó su corazón, lo sintió alejarse más en esa brecha que se iba incrementado, lejos estaba ya aquel joven que ella conoció, pero dentro de si sentía que lo amaba pese a los desplantes que recibía, ella se estaba convirtiendo en su sombra cada vez que iba a casa, por los rincones y lugares estratégicamente apartados lo vigilaba y auxiliaba en sus actividades caseras, por horas el militar se encerraba a leer y estudiar así como en las noches paseaba con su madre y hermanito en la calle, a veces se encontraban y el saludo se convertía en una gélida acción, pese ello, Gustavo se complacía ver a Sara temblar emocionada en cada encuentro o cuando expresaba una contundente afirmación que se transformaba en muchas de las ocasiones en ordenes, a veces la nana Dulce le corregía del hecho al militar, esa mujer de color era la credibilidad encarnada a la que el militar se sometía con respeto, esa mujer de color abuela de Sara Guillermina lo crió al militar y a sus hermanos, la muchacha se sorprendía de ver sometido al militar a las observaciones que recibía de aquella mujer semi analfabeta, en algunas de las ocasiones presenció cómo el militar le pedía la bendición, como si fuese su abuela, así era el respeto y cariño del militar prodigado a la anciana.
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Un charco hacía ondas por efecto del impacto de las piedras que se introducían, pausadamente un hombre las lanzaba a cierta distancia, junto a él otro compañero de trabajo se limitaba a ver aquella acción, vieron al cielo la puesta de sol y decidieron continuar con la faena agrícola, conversaban de su vida actual, de sus hijos en cuanto al futuro y de los actuales acontecimientos políticos sufridos por el país, de sus tierras recién adquiridas y sobre todo de aquello que por muchos años tuvieron en secreto cómplice, hablaban en clave pese a estar solos, hablaban de aquella ocasión que resolvieron con el grito de las armas, de aquel hombrecito cuya desdicha había sido consumada, luego de hablar los acompañaba un prudente silencio rayado de sonrisas, ambos hombres fornidos con expresión rigurosa de piel bronceada por el sol en años, abrían la tierra sembrando con la esperanza de ganar más que la última cosecha, de nuevo la mirada al sol, ya casi era mediodía, hicieron un alto para abrir el fiambre y deleitarse del modesto contenido, a lo lejos miraban correr a insurrectos recién iniciados por la incertidumbre política que parecía conducir al país a una guerra civil en aquella década a mediados del siglo XX, los poblados abandonados por décadas apoyaban a estos civiles reaccionarios, los militares poca aceptación tenían en el lugar, la ley del gobierno era poca, simples títeres las autoridades locales de los grandes terratenientes del sector, campo agreste, impenetrable, digno lugar para aquellos que habían cobrado vidas o tenían cuentas pendientes a la sociedad del país de la canela, ambos compañeros se despidieron, el más fornido llegó a su casa rústica, allí sorprendió abrazando por detrás a un niño distraído jugando con pajilla, arena y arcilla teniendo a su alrededor el tendido de ropa remendada, el fornido hombre besaba a su hijito de casi dos años, segundos después una mujer desaliñada lo recibía abriendo los brazos colmándose de besos, marcaron al niño entrando a la casa, aquella tarde amenazaba con lluvia, un candil daba luz a la comida servida, otro alumbraba la cama improvisada donde el niño daba roles muy feliz, el hombre miraba a su alrededor, pensó que todo esto cambiaría con el tiempo, la esperanza era lo que su hija hiciese por ellos a futuro, aunque aún era una adolescente había demostrado habilidad para el estudio y fue así que aquel hombre confió en sus compadres para que en el pueblo le diesen posada y la oportunidad de estudiar, el hombre miraba el calendario y se emocionaba al saber que ya pronto se acercaría el fin de semana para volver ver a su razón de ser, su hija querida, su orgullo… Amanda.
FIN DEL CENTÉSIMO DÉCIMO CUARTO EPISODIO
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