METAMORFOSIS 124
Boda.
La cara estaba pegada a la pared lisa de la ducha, la respiración se impactaba haciendo un halo húmedo en la cerámica, los intensos gemidos se escuchaban en el interior de ese peueño espacio de ducha, el pecho del cuerpo desnudo se apoyaba aún más en la pared, era movido constantemente por el otro cuerpo detrás, su mirada al piso veía sus pies descalzos escurriéndole el agua de la ducha que bajaba por la esplada, alzaba su mirada con un rictus en el rostro y miraba sus brazos estirados viéndose sus manos entrelazadas por otras d mayor edad a la suya, su mentón rozaba la crámica haciendo que sus labios la rocen, en ese momento ya pujaba, gemía y jadeaba, todo a la vez, sentía el mentón de su amante en su cabeza, escuchaba un susurro de voz que le decía lo hermoso que era, pujaba más al sentir en sus entrañas ese pene delicioso que penetraba, sentía unas manos que se desliaban por sus caderas haciendo roces en sus glúteos mientras el pecho se apoyaba en su espalda, él lo sentía como un acto de amor aquellos besos que recibía en sus mejillas y parte del cuello, eran sentimientos de entrega y de pasión, estaba pasivo, se dejaba coger, sentía cada vez los movimientos más acelerados de ese glande dentro de su trasero, ahora bufaba, estaba siendo poseído por ese cuerpo detrás de su humanidad, emitía su leve voz infantil, ese cuerpo de mayor estatura que daba ser mayor de edad respecto a la suya se movía constantemente, el pene dentro de su culito hacía estragos físicos pero sobre todo estragos emocionales en su ser, continuaba con sus jades, ahora pujaba y gemía al sentir esas embestidas, su ano dilatado de tanta embestida iba cediendo lubrincando, se encorvó un poco así más dinámica era esa postura para sentir de mejor forma la penetrada de pene, ahora las manos se apoyaban en la pared mientras el otro par de manos sujetaba a las caderas, cerraban los ojos sintiendo más placer, no paraban de gemir, el pequeño estaba feliz sintiendo aquella embestida, mordía sus labios, le parecía un sueño todo aquello, sí, seguramente porque hace tiempo en sus fantasias sexuales revoloteaba la idea ahora ya cumplida con sus anhelados deseos de que lo poseyera, de pronto sentía en sus hombros esas manos firmes, se pusieron en pie, se miraron fijamente a los ojos, al pequeño le salió una sonrisa de timidez, una mano tomó su mentón y se acercaron los labios para besarse, unieron sus frentes, un tanto cabizbajos vieron sus manos que mutuamente se estiraban sus penes erectos, se abrazaron apasionadamente dándose prolongados besos en el cuello, Valentín era el más entusiasta, le rodeó con los brazos a sus hombros y lo besaba apasionadamente, Jonathan sonreía siguiéndole el ritmo de la pasión, repetinamente le fue acuclillando al pequeño y a la altura de su pene le rozaba con su glande aquellos labios, le dijo que probase de su culo, Valentín sonrió, de a poco abria su boca viéndose el roce del pene en sus labios, aquel pene que antes había estado dentro de su culito ahora entra lentamente en su boca, sentía el sabor de su potito impregnado en la piel de ese pene que antes había entrado en su ano, lo lamió mucho, pero con delicadeza, sus labios se unían a la piel del tronco del pene, estaba muy emociondo haciendoeso, Jonathan lo notaba, sonreía de verle como aquel pequeo lamía y chupaba su pene, le acariciaba el pelo, eso l motivaba más a Valentín pues sentía el cariño de su amante, el agua escurría por su espalda infantil, el hijo del dueño de la lujosa mansión se apartó agitando el pene ensalivado, el agua de la ducha se escurría por la piel, lo agitó dándole de golpecitos en la mejilla y en los labios de Vlentín mientraséste le sonreía por tal ocurrencia, lo leantó hasta abrazarle y besarse de nuevo apasionadamente, más correspondía Valentín, las manos de Jonatahn se aferraban a los glúteos de Valentín, y éste hacía lo mismo con los glúteos de Jonathan, sonreían y se besaban apasionadamente bajo el agua de la ducha, cerraron la válvula, se quedaron quietos viéndose los penes erectos que se los manoseaban sin dejar de sonreír, lo atarjo hacia su pecho al pequeño Valentín, le lamía las orejas y el cuello como a él le gustaba, le dijo para hacerlo allí señalando la cama, le dijo que iba a hacer su mujercita, el pequeño se dejó marcar con cuidado saliendo de brazos de Jonathan, con precaución a pasos lentos fue saliendo del baño dejándole acostado en la cama, Valentín estaba de bruces, le sonreía, Jonatahn sin dejarse de agitar el pene lo miraba, así, acostado en su amplia cama, allí donde antes estaba acostado estirándose el pene cuando llegó a verle, ahora Valentín lo esperaba, así relajado, con su mirada complaciente le decía muchas cosas insinuantes, entre ellas, que le pertenecía, estiró de súbito vountariamente sus brazos, Jonathan sorprendido por esa actitud no dehaba de sonreír complaciente, se acercó a unirse las frentes y lo besaba apasionadamente siendo su cuello rodeado por los brazos del pequeño, a la oreja le decía que quería más, de súbito sin perder tiempo se acostó sobre el pequeño besondole apasionadamente y él le respondía de la misma forma abrazandole con pasión y entrega, se sentó sobre los pechos luego alzó el pene, Valentín abrió la boca tras sentir el roce de ee pene erecto en sus labios, el glande entraba por esa boquita, la cadera se alzaba y se baja, hacia adelante un poquito y también hacia atrás, salía el glande completamente ensalivado que rozaba luego el peho del nene, era muy gustoso ver ese deslizamiento del pene esea piel infantil, el glande rozaba el mentón y los labios del pequeño, abrió voluntariamente la boca para que se lo meta, así lo hizo, el pene entraba entraba y salía de esa boca por varias ocasiones, se deseaban, quedaron unidos sus cuerpos, Jonathan emcima de Valentín, empezaron el roce de sus manos y el roce de sus penes, eso le gustaba mucho a ellos, Valentín se puso de cara a la sabana entre dos almohadas, otras dos quedaron debajo su vientre, Jonathan fue por crema para untarle en el potito de Valentín, a dos dedos le fue metiendo mientras el nene gemía complaciente, Jonathan reía al tratar de meterle su dedo gordo del pie por el potito mientras Valentín no dejaba de reír, el pene erecto con crema se impactaba en la piel de los glúteos dl pequeño y de allí en adelante el pene iba entrando lentamente por ese potito, el hoyito se iba deformando, ahora ese culito empinado por las almohadas era penetrado de mejor manera en esa postura, lo hacía bufar, le decía al nene que ese culito era suyo de nadie más, se lo preguntaba con autoridad mientras se lo metía y el nene asentía con pujes, así lo metía más fuerte mostrándose autoritario al momento de sodomizarle, así estaban las embestidas de meer y sacar frecuente, hasta que se detuvo cayendo su cuerpo sobre la espalda del niño, hizo un alto, ahora Jonathan se sentaba en el extremo de la cama haciéndole sentra sobre su entrepierna al niño, así Valentín quedaba sentado con su culo abierto sintiendo que el pene de Jonathan entraba siendo sostenido por las caderas, el nene alzaba y bajaba su cadeera a ser sostenido por Jonathan, bufaba y pujaba más el niño en esa postura, el pene a veces salía disparado del culito siendo de nuevo metido para que entrase, las manitos del nene se sotenían de los muslos de Jonathan, el pene le hacía furor, Jonathan estaba muy animado, Valentín sintiéndose poseído por ese grueso pene, de pronto se detuvo, el pequeño sintió un liquido dentro de sus entrañas, era el semen de Jonathan depositado dentro del potito, lentamente lo metiendo y sacando sin perder el ritmo anterior antes de eyacular, aún así lo tuvo sometido por unos instantes, hasta que Jonathan lo sacó y quedó desfallecido del ppalcer viéndose restos de excremento y semen en la piel del tronco de su pene, se lo había metido bien adentro de aquel culito, ambos respiraban acleradamente, de pronto se escucha un claxon de un auto, se asomaron tras las cortinas de las ventanas, era el auto de su padre, rápidamente así desnudo Valentín tomó su ropa saliendo presuroso de esa amplia habitación hacia la suya que quedaba muy cerca de allí a una puerta que era el dormitorio que antes fue la habitación de los padres de Jonathan, el niño entró presuroso a su habitación, dejó la ropa en la silla e inmediatamente etró al baño de su cuarto, se dio un regaderado acuclillándose a tratar de defecar y así sacar los restos de semen, pujaba mucho, se pasó los dedos húmedos por la raya del culito sacándose los restso de semen, luego fue a recostarse a su cama, pensaba en lo sucedido, suspiraba viendo el tumado del techo elegante de época, entreabría los ojos pensando y suspirando a la vez, le vino los recuerdos al cerrar los ojos, su mente se centró fijamente en lo que recordaba de aquella boda, de aquel campo cuando lo recorría siendo muy pequeño, recodaba aquella casa rural donde vivía, recuerda levemente el rostro de sus padres contentos bailando, él jugando con unos amiguitos por ese amplio campo, inocentemente corría alrededor de aquel pozo situado debajo de aquel frondoso árbol, recordaba que era atrapado por su abuelo, aquel anciano muy jovial y autoritario pero al cual le tenía cariño, de él se acordaba más pues lo tenía mas presente en sus encuentros, Valentín recordaba aquel escondite bajo el árbol frondoso en el que se escondía creyendo inocentemente ser visto, estaba solo, la música era el fondo, de pronto, dejó de tocar el radio aquel domingo 28 de enero de 1945, se escucharn disparon y una multitud que corria con hoces y rastrillos por ese amplio campo desde donde divisaba el niño, la confusión fue muy grande, se escuchban los gritos desgarradores, la música vovió a escucharse pero ahora con gritos no de baile sino de sangre, los campesinos humildes atacaban a los presentes en la fiesta, de pronto, alguin cayo cerca de su escondite, era un empleado que se arrastraba, el vientre abierto, allí quedó muerto con ojos abiertos, Valentín temblaba, quiso gritar pero desde sus adentros no podía, escuchó la voz de aquella pobre mujer, quiso salir presuroso a su encuentro, pero antes de que aquello se produzca, un malvado partisano la tomó del brazo y ente otros tres miserables cobrades la sujetaron, rasgaron sus vestido abriéndole de piernas, ella no se dejaba pero tras golpes en el rostro y pezones quedaba desfallecida, vio hilillos de sangre salir de su boca, aquel hombre malvado se bajó la cremallera quedando su pantalón raído a los tobillos, la desnudó por completo y alli tendida le introdujo salvajemente el pene, le trataba de hacer el amor salvaje, Valentín cerraba los ojos pero instintivamente los abría al escuchar los gritos de algarabía de aquellos testigos de esa violación cobarde a la mujer, es que el partisano había hecho una pausa luego de que al sacar el pene éste estaba con sangre, a esa mujer la había desvirgado, había sido su primer macho, su primer hombre, así complaciente una y otra vez le metía y sacaba el pene besándole y lamiéndole los senos, se había comido ese virgo, luego se apartó y vino otro y la penetró luego fueron diez más y allí quedó tendida desfallecida sangrante con su virginidad rota, uno quiso dispararle en la sien pero el primer hombre que la desvirgó le detuvo la mano, la cargaron en peso llevándosela del lugar, gritaban que ahora los patrones servían al proletariado, estupefacto quedó Valentín, temblaba de horror, cayó la noche, salió de su escondite, caminó por el lugar presenciando un dantesco escenario, no había gente, todos esos cuerpos habían sido llevados, se sentó a llorar junto al pozo, el sonido del árbol le insinuaba con su silbido que tomase camino, así lo hizo preocupado en búsqueda de sus padres y su abuelo con demás familiares, llegó al pueblo un conocido lo protegió escondiéndole, decía que era el sobreviviente de su linaje, de su casta, era un antiguo amigo de la familia, lo tuvo por un tiempo hasta que su casa fue interenida, logró que escapase dejandoe en la montaña, llegó al mar, dembulaba, de pronto los bombardeos, así conoció a Robinson; de súbito despertó, se veía desnudo, el sólo pensar le había erizado la piel, se vió el pene, recordó lo que hace poco había hecho en la habitación de Jonathan, en verdad lo amaba mucho, y lo demostraba pensando y suspirando por él, pensaba en aquel pene que le penetraba, pensaba en aquella primera vez que estando solo en la cama entró en la habitación aquella noche, se acostó junto a él y tras caricias y palabras dulces le fue convenciendo para que se deje amar, tembloroso y receloso se dejaba recostar de cara sobre las almohadas y así sentir el besar de su traserito por los labios de Jonathan, gemía por vez primera ante él, sintió conscientemente por vez rimera la entrada del pene en su ano, fue despacio, le decía que lo haría con amor pues ambos se gustaban, él desde el primer momento confiaba en Jonthan, así que sintió ese pene entrando en su culito, firme y seguro llegaba a lo más profundo, Valentín abrió la boca y los ojos, así se lo dejó por un instante, el chófer lo había desvirgado tan bien que el pene de Jonathan ahora entraba como si fuese un calce perfecto en esa cuevita de ano, vinieron los mete y saca así como los besos, le dijo que le iba a dejar un recuerdo de su primera ve en su potito, de tanto mete y saca se detuvo y el niño sintió el semen de Jonathan dentro de sus entrañas; de sólo recordar es aprimera vez le venía más el suspiro, le había hecho gozar esa noche, quería más y así sucedieron los días semanas siguientes hasta ahora, lo extrañaba y lo deseaba, aunque quedaba en su mente aquellos turbulentos recuerdos de su infancia.
* * * * * * *
La relación de aquella mujer con aquel muchacho se demostraba bajo el marco del respeto, más aún, sabiéndose en el estado de gestación, las semanas transcurrían y el vientre crecía, pensativa sobre el portal de aquella casa donde ahora arrendaban, aquella mujer se sentaba pensativa balbuceando repetidamente dos nombres con vista al infinito: Gustavo Adolfo, de solo pronunciar aquello se transportaba a la meditación, como punzada certera en su cabeza cerraba los ojos recostada sobre aquella fría pared mientras corría lágrimas por sus mejillas tratando de relajarse de mejor forma, no podía negarse ella misma a reconocer que lo seguía amando, lo demostraba su palpitante corazón tan solo acelerado de pronunciar los dos nombres, más, que esperaba un hijo de aquel militar, sus manos acariciaban su vientre ya de nueve meses sin dejar de llorar, faltaba poco tiempo para que nazca su hijo, el militar, verdadero padre de la criatura, desconocía del hecho, ella abrió los ojos ante un fuerte ruido a manera de detonación, un fuerte humo invadió el ambiente, ella corrió a su cuarto, un grupo armado insurgente disparaba al aire, entraron por aquel caserío humilde, el enfrentamiento con el orden público no se hizo esperar, todo era caos en ese momento, el intercambio de bala era constante, ella acostada en el piso por instinto se cubría el vientre, tras unos minutos de detonaciones vinieron los espacios de calma, la vida continuaba tras el enfrentamiento, de esto había escuchado cuando estuvo residiendo los primeros días en el lugar, se asomó por la ventana viendo correr a los transeúntes por la calle, despavoridos cuidaban de su integridad, la fuerza pública arremetía con represión, tuvo miedo de que lo le sucediese algo al hijo que estaba por nacer, tiempo después llega a casa su compañero, aquel muchacho que había aceptado hacerse cargo de la responsabilidad de ser padre de una criatura por nacer que en definitiva no era su hijo, ese acto de nobleza hizo de que la muchacha aceptase hacer vida con él siendo muy sincera en decirle que a quien realmente amaba era al militar de rango llamado Gustavo Adolfo Pozzo Buonanote, ella lo vio entrar, a manera de obediencia le ayudó a sacarse las botas, puso un recipiente de agua para que introduzca los pies, le sirvió los alimentos y fue a recostarse, pasado un buen rato él la siguió a su dormitorio, la contempló algo dormida, era bella en su estado de gestación, estaba enamorado de ella tanto así desde su infancia, acarició su frente dándole un sentido beso, a la mañana siguiente la noticia para ella de salir cuanto antes rumbo a la capital, a las pocas horas llegaban a la capital del país de la canela, nuevos retos vendrán en cuanto a su subsistencia, él pronto conseguiría trabajo, nada más ni nada menos como jardinero en la gran mansión del Senador Luis Daniel Pérez, quien les dio a la pareja un cuarto para vivir considerando el estado de gestación de la mujer, ella muy triste no tenía noticias de sus padres y hermano, ayudaba en los quehaceres a medida de sus posibilidades físicas, una mañana soleada ve estacionarse a un brilloso auto negro de la época, de él sale un hombre bien vestido con casimir inglés que pasa a su lado con porte de acaudalado, se bajaba solo, el senador lo esperaba con los brazos abiertos en el gran salón, se dieron un fuerte abrazo y entraron a la gran mansión, la plática duró por mucho tiempo, al salir el prestante visitante no se dio cuenta su paso recio acelerado y así logra desequilibrar a la mujer embarazada cayendo al piso, el asustado hombre la socorre a tiempo sentándola sobre un gran sofá, ella casi pierde el conocimiento, el preocupado visitante es asesorado por la ayuda de los criados, Luis Daniel la asiste, todo parecía estar bien, ese empujón sin intención sirvió para que se conocieran, los días siguientes el visitante preguntaba por el estado de la salud de la mujer embarazada, así con el pasar del tiempo ella y el visitante consolidaban una gran amistad, como de padre a hija, él le decía a ella que la vida sólo le había dado hijos varones de las mujeres que había amado, con el tiempo en una de las vistas conoció a la esposa del visitante, la química salió a flote, la esposa tocaba con alegría ese vientre creciente, le deí que serí varón, a los pocos días recibió un ajuar de recién nacido para su futuro hijo, era de color azul, la esposa del visitante tras charlar con ella se identificaron en los síntomas y por experiencia le decía a la primeriza e insistía que de seguro estaba en que iba a tener un precioso varón, las semanas continuaron, la mujer estaba arreglando los planchados de ropa y de pronto le vinieron seguidos dolores con contracciones, su instinto de mujer le anunció que ya era la hora del parto, la mujer caminó con dificultad por el corredor de la gran mansión pidiendo ayuda, ya un líquido corría por sus piernas, la fuente a reventar, la servidumbre la ayudó junto con su compañero sentimental hasta el hospital cercano, las horas pasaban en ese quirófano, el preocupado compañero sentimental se encontraba paseándose en círculos por el pasillo, pensativo, sudoroso, rogaba que todo saliera bien, a su alrededor el chófer, ama de llaves y resto de amigos los acompañaban, se acercaba el mediodía, un sol canicular en el ambiente, de pronto un médico con cara algo desencajada por el esfuerzo salía sudoroso y algo pensativo, una enfermera le asistía en el aseo de la pequeña sala del hospital, a su paso vio al futuro padre, hizo una pausa viéndolo fijamente, asintió, esbozó alegría poniendo sus guantes a un lado de la repisa y extendió un brazo posándose su mano mojada en uno de sus hombros diciéndole que todo estaba bien, exclamó: es un precioso varoncito y había nacido enterito sin problemas, el hombre vio a través de la ventana mirando al cielo y con alegría se dejó abrazar de los compañeros presentes recibiendo también palmadas y frotes de pelo, luego de un rato, los visitantes desde el vidrio de la cuna vieron a ese pedacito de ser que aun teniendo sus ojos cerraditos podía mover sus extremidades a llanto efectivo, instantes después era conducido al regazo de su madre donde también estaba su padrastro a su encuentro, todo era mimos y alegría, la mujer sintió la calidez de su hijo e hizo que lactara de sus pezones, las manitos del niño eran bien formaditas, la madre repetidamente le daba de besitos en la frente, abrió sus ojos, eran claros, y algo de pelito que podría verse rubio, su piel blanca con mezcla de cuasi color manzana y durazno, los labios parecidos a los de su abuelo se decía ella, pero con el tiempo el niño tomaría una semejanza a la de su verdadero padre, aquel militar que desconocía el nacimiento de su primogénito, la servidumbre contemplaba a la pareja de recientes padres, el senador acompañado de su seguridad parlamentaria visitó a la parturienta manifestando al padre del niño que todos los gastos estaban pagados, le hizo mimos al recién nacido e instantes después de dejar flores y un poco de dinero al jardinero de su mansión se retiró a seguir atendiendo asuntos parlamentarios; a muchas cuadras del lugar en ese mismo instante un hermoso auto gubernamental se estacionaba junto a la mansión Del Olmo, un recio hombre vestido de gala militar se miraba en el espejo, la orgullosa madre lo miraba detrás imaginándose que los arreglos de aquel uniforme pertenecían a un príncipe, Gustavo Adolfo Pozzo Buonanote, estaba ascendiendo hacia el pináculo de su carrera militar, había conseguido ser agregado militar ante a cancillería, un puesto para pocos excelentes militares del país, ahora se disponía con la ayuda de su madre a colocarse los guantes y ajustarse de buena forma su corbata, sentada en la cama estaba su hermana orgullosa y feliz de ver a su hermano en disponerse a la ceremonia de gala conmemorativa, agarrado de los brazos de su madre y hermana bajaban las escaleras, en la gran sala los miraban bajar Carlos Felipe muy sonriente y Serafín su hermano vestidos de etiqueta, su hermanito Carlos Augusto Rodolfo corrió a su encuentro abrazándolo de la cintura, el militar muy alegre marcó a su hermanito caminando hasta la entrada de la gran mansión donde un lujoso auto de cancillería lo esperaba junto a una guardia militar que le hacía paso de honor, sus padres y resto de familia irían detrás en los autos lujosos, se detuvieron en la entrada de la iglesia del sector capitalino, Gustavito sale del auto, es saludado por los asistentes, ingresa con lentos pasos, luego un auto blanco muy lujoso se detiene a la entrada de la iglesia, de él sale una hermosa novia acompañada de sonoros aplausos, en su andar es acompañada por su orgulloso padre, a cierta distancia se detiene discretamente de su andar un hombre alejado de la multitud, con cierta sorna toma un cigarrillo de su bolsillo y lo enciende, ve pasar a la novia y sin ser visto emite besos obscenos, los invitados ingresan a la iglesia adornada elegantemente para el evento, ahora aquel hombre con paso jocoso sigue a la multitud adentrándose en la iglesia, Gustavito desde el altar ve llegar a la novia, ambos se dan sonrisas y besos en la mejilla, los padres junto a los novios, el sacerdote continúa con su ceremonia, las campanas suenan con fuerza, se habían casado, el retumbar de campanas llegó a oídos de la parturienta y su compañero sentimental, el recién nacido dormía en brazos de su madre, una enfermera anunciaba la boda de gente prestante, siempre ocurría por estos días, lejos de allí la pareja de novios salía con el repicar de campanas, recibían pétalos de rosas y arroz en su caminar, la guardia de honor hacía honores al valiente joven militar, ceremonia sobria e imponente, el auto los esperaba, los recién casados se dirigían con rumbo a la recepción ofrecida en casa de la novia ubicada en una estancia cercana a la capital, el baile fue a todo opulencia, estuvieron los más altos dignatarios comerciantes y empresarios del país así como una gran representación del senado del país encabezado por el amigo entrañable de su verdadero padre, el doctor Lui Daniel Pérez, el vals fue emotivo más cuando lo bailaron madre e hijo, padre e hija, entrada la media noche la fiesta estaba en todo su apogeo, faltaban minutos para que los novios salieran con destino desconocido como dice el rito en estos casos, la novia empacaba su ropa con la ayuda de la servidumbre, al pasar por el pasillo fue interceptada por un hombre en estado etílico notable, se miraron por unos segundos, él con fuerza la agarró del brazo, lo hizo bajo la complicidad de lo semi oscuro del lugar, la condujo a la fuerza hacia un apartado rincón, la besó como si fuera desaforado, la novia al principio se resistía ante las caricias prodigadas por aquel hombre en avanzado estado étilico, solo que después fue cediendo, sus manos alborotaban el pelo de ese hombre correspondiendo con repetidos besos con lengua, las manos masculinas recorrían los muslos de la novia deslizándole el interior, ella correspondió alzando la pierna hasta sentir l deslizamiento de su prenda interior y luego que sentía ser penetrada por ese pene que tanto deseaba y la hacía sentir mujer, los movimientos fueron acelerados, sus chocados labios emitían desde el interior de su ser aquellos gemidos como testimonio de la vorágine sexual que se pregonaban, ella sintió semen dentro de su vagina, eso no importaba y a su amante lo contuvo de los glúteos, así con empujones de pene en la vagina aquel hombre le recordaba que era suya pese a lo de hoy, ella asentía besándolo apasionadamente, después reaccionaron de al estar en ese lugar, podría venir alguien, se arreglaron la ropa, el hombre como pudo se arregló el pelo, lo tenía claro, ella le correspondía y eso era suficiente, seguirían viéndose pese a todo, se arregló la ropa finalmente, le dio un prolongado y satisfecho beso en señal de haber hecho el amor y así salió del lugar, dos días antes habían hecho el amor en aquella estancia propiedad de los ancestros de su padre descendiente de nobles Hidalgos desde hace más de dos siglos y medio, en ese momento también aquel hombre le había dejado semen dentro de su vagina, la novia salió pausadamente de aquel apartado lugar, regresó a lavarse y luego llegó a la escena del baile, allí vio a su esposo ya muy adelantado en copas, aquel hombre que había estado haciendo el amor con la novia ahora le daba de tragos repetidos, se miraban de forma cómplice, llegó el momento de la partida, Gustavito semi inconsciente subió al auto, el edecán los dejó en la entrada de un lujoso hotel cerca del aeropuerto que al día siguiente un avión los llevaría rumbo a las Antillas, entraron al cuarto, Gustavito muy mareado fue al baño a vomitar, la novia sabía que su esposo era de poco beber, al salir del baño se recostó sobre un sillón viendo a su mujer desvestirse en su delante, le quiso imitar y torpemente se fue sacando la ropa, ella presurosa le daba aún de beber y lo hacía bailar por la habitación con la intención de marearlo más, Gustavito estaba perdido completamente en su noción a efecto del alcohol y es así que caminaba torpemente por la habitación con ojos entrecortados, la novia satisfecha de ver su estado avanzado siguió dándole de beber hasta cuanto pudo y el militar cayó inconsciente sobre el piso, con dificultad hizo que se acueste en la cama, ella ingresó en el baño, se hizo una pequeña cortadura en el dedo gordo del pie, de tal suerte que saliera sangre manchando en parte la sabana al pisarla, la sábana la restregó sobre el pene del militar que estaba completamente borracho, dormido sin noción de lo que estaba viviendo, la astuta mujer se curó la leve herida y se acostó junto al hombre, a la mañana siguiente, Gustavo Adolfo se despierna y ve su pene ensangrentado, la sábana manchada en parte de sangre, la novia profundamente dormida, el hombre se lava su órgano genital presumiendo lo que había pasado la noche anterior, mientras se lavaba recordaba aquella ocasión en que desvirgó a aquella hermosa campesina, a la que hasta ahora seguía amando, se preguntó qué sería en este momento de su vida, desde hace mucho tiempo no tenía noticias, recordó aquella virgen piel por la que rozaba sus manos, aquella inocente forma de entrega de la chica, aquella entrega llena de amor que había marcado su vida desde siempre, el pensativo militar regresó a la cama, ella abrió los ojos sonriéndole, le dijo que había sido suya, el hombre la besó tiernamente y la penetró seguidamente, ella disimulando cierto dolor lo hacía contener al militar con sus embestidas, ese cuerpo era delicia pura para Gustavo Adolfo, realmente no la amaba tanto como a aquella campesina pero sentía una mejor postura ante la sociedad y ella pensaba lo mismo, aunque ahora disfrutarían de su luna de miel, con el tiempo ella tendría la noticia de su esposo que saldría de viaje por un mes rumbo a dos países fronterizos enviado por la cancillería.
* * * * * * *
La vida continuaba en la capital, los tabloides marcaban fotografías de aquella boda celebrada, como de costumbre a esa hora de la mañana un señor de edad mayor agitaba las hojas de los diarios, recostado sobre su mecedora que da al jardín puesto unos quevedos miraba con atención la publicación, se reía viendo la foto de Carlos Felipe del Olmo junto a Noelia y a los hermanos del novio, de otra miraba a la novia con padre y hermanos politicos, el hombre emitía boconadas de humo, complaciente llamó a uno de sus criados diciéndole en el oído que llamase a Squeo y que se presentase de inmediato, el hombre tomó un largo sorbo de jugo de naranja, su nieta traviesa corría con su patín del diablo por el amplio piso rígido de la casa, la acompañaba un chico mayor que ella, alzó la mirada para ver a Nicolás que se encontraba arreglándose para salir, la niña hizo un alto en la carrera para acercarse y darle de besos repetidos a su abuelito, el muchacho le hizo un gesto a la niña para seguir jugando pero el anciano correspondió con otro, el muchacho hizo venia al anciano y se retiró, la niña manoseaba las esclavas de oro gruesas de las muñecas de su abuelo así como la fuerte cadena gruesa de oro que tenía en su cuello llegando a su pecho, se la quitó poniéndosela y corriendo alrededor de la mecedora, el anciano seguía gustoso los movimientos inquietos de su nieta, se acerca Nicolás para despedirse de su padre, el anciano extiende su mano derecha la cual es besada por Nicolás en señal de respeto y obediencia, el muchacho se retira saliendo a la calle en dirección desconocida, la niña continuaba con sus juegos muy cerca de la alberca, el anciano hace un ademán de cuidado a la niña, decide perseguirla, la niña entusiasmada corre por el lugar, desde un cuarto junto al garaje aquel muchacho los observa con atención, sobre todo a la niña y se empieza a manosear su pene vestido dándose placer imaginándose tenerla tan cerca así como la vaeía ahora sentada con las piernas abiertas y alzadas, se imaginaba su pene recorriendo esas piernitas blancas sedosas, luego la carrera entre ambos continuó por un gran rato, el anciano cansado se sentó sobre la mecedora, en ese momento Squeo se acerca, acaricia el pelo de la niña, saluda al anciano y se sienta a escuchar, el anciano le pide a la niña sus alhajas, emite un silbido largo, el muchacho sale en carrera junto al anciano, recibe un gesto, el muchacho lleva a la inquieta niña lejos de la conversación, ella le pide correr, el muchacho asiente y emprenden la carrera que va por toda la casa, el muchacho la lleva hacia el lugar apartado del jardín, desde allí no pueden ser vistos por lo alto del cerramiento y lo tupido de las plantas y árboles del lugar, ambos estaban felices, el muchacho se acuesta de cara al sol sobre el suelo, la niña a su lado imitándose el abrir de piernas y brazos, se quedan así por unos instantes mirando lo tupido del árbol que los cobija, el muchacho mete su mano por el pantalón corto de obrero que llevaba puesto, empieza a manosearse el pene vestido, eso es señal instintiva para ella que lo observa detenidamente en el momento en que se desliza la cremallera y se saca su pene erecto mostrándoselo con agitaciones, ella ve que lo agita con los dedos de la mano, la niña sigue mirando, se acerca para verlo mejor, ambos sonríen, ella mira a todos los lados, a ordenes del muchacho se levanta y camina insistiendo en mirar a todos lados pausadamente, no hay nadie, le dijo, regresó y se deslizó su calzoncito a ordenes del muchacho que estaba en su delante, lentamente se acostó sobre el muchacho que la agarró de los suaves glúteos infantiles haciendo que se deslice el calzoncito, la puso de tal forma que su vaginita se rozaba con el erecto pene, así era que se daba el frote por los labios vaginales de la niña que se encontraba acostada encima del muchacho, para estar más cómodos se sentaron y se deslizaron la ropa a los tobillos, ella encima siendo abrazada por él estando acostado debajo de ella sosteniéndola de las caderas, así haciendo más repetidos los movimientos de cadera, luego lentamente el muchacho la colocaba sobre el suelo, ella miraba el cuerpo del muchacho sobre el suyo, aquel pene tibio erecto en el que ya aparecían los cortos pelitos estaba humedecido, empezaba a rozarselo por la vaginita, ella instintivamente sentía ese glande por los labios vaginales, gemía suavemente mientras unían las frentes, era más fácil sentir así ser sometida por los roces de las manos en su piel, se sentaron y se acomodaron la ropa, el muchacho le dijo algo al oído para ir a aquel lugar de siempre, ella asintió, el muchacho caminó primero y ya estando en aquel semi oscuro cuarto de herramientas que quedaba muy apartado de la gran mansión le hizo señas a la niña que estaba escondida entre un árbol y altos crotos así que ella salió en precipitada carrera hacia el lugar donde el muchacho la esperaba, ya estaban seguros allí, lejos de los adultos y de quien pudiera verlos por lo apartado de lugar rodeado de tupido monte, el muchacho empezó a desvestirse, la niña lo miraba fijamente, vio ese erecto pene que antes le había rozado sus labios genitales, el muchacho la ayudó a desvestirse, se vieron sus cuerpos desnudos por un buen rato, los manosearon, igual sus glúteos y espaldas, se abrazaron, la cara de la niña daba al pecho del muchacho, de ahí las diferencias de edades, pero eso no quitaba el deseo que se tenían ambos, ese deseo que el muchacho logró despertar en aquella niña años atrás cuando a propósito dejaba de verse el pene por ella cuando orinaba o cuando en ocasiones a solas le permitía pasarle sus manitos por el pene vestido izo que se estimulase en eseo con confianza, fijamente se miraron los órganos reproductores, el muchacho se inclinó y tomó su pene rozándolo por la vagina, ambos cerraron los ojos al sentir esos movimientos, la tomó de la cintura marcándola haciendo giros lo que a ella le gustaba para luego poder acostarla de a poco, lentamente, hasta verla totalmente disponible de cuerpo a piernas abiertas, ella lo miraba sin dejar de sonreír, se acercó a ella con su pene erecto, le gustaba la actitud de la niña en su entrega total, vieron el pene rozar los labios genitales, introdujo un pedazo de glande en la vagina lo que la hizo sentirse incómoda, aunque ya antes lo había sentido pero esta vez más profundo, el muchacho alzaba y bajaba su pene en la vagina de la niña, le pedía que aguante, le preguntaba en cada roce si le gustaba eso a la niña y ella respondía que sí, que le gustaba aunque dolía, el muchacho con lentitud siguió tratando de penetrarla con roces de su pene en los labios vaginales, ella dijo que parase porque deseaba orinar, él la dejó, laa vio caminar, vio el moviiento de ese traserito blanco, sonrió, vio que se acuclilló y orinaba, saliéndole orina por su vaginita de labios rozaceos, eso le excitó más al muchacho trayéndola de la mano y que de nuevo la acostó y siguió con el roce de su pene en la vagina hasta sentirlo muy rosáceo y tibio, posteriormente la niña se acostó de cara al suelo por mandato del muchacho, ahora la niña en su espalda sentía el pecho de aquel muchacho, en su cuello el golpe de la respiración, luego sintió algo perturbador que lo llevaría hasta el final de sus días, en su traserito sintió que algo incomodaba, al principio con ese roce le vino un gustito indescriptible, por vez primera aquella nena sentía el pene del muchacho entre sus glúteos que se deslizaba, ella sintió relax con los besos recibidos en su espalda y cuelo, el muchacho pese a su corta ead sabía como dominarla sexualmente, ella apoyó su carita sobre sus manitos posadas en el suelo, cerró los ojos para sentir delicioso ese roce de pene en la piel de sus glúteos, el muchacho le preguntaba si le gustaba y ella respondía asintiendo sin dejar de cerrar los ojos, luego abrió los glúteos y la punta del pene rozaba el ano, la niña sintió algo raro y por instinto quiso apartarse de la posible sodomía, con las caderas del muchacho que rozaban los glúteos hio que se quede quitecita, le pedía calma, que lo estaban haciendo bien aquel “jueguito”, el muchacho besaba el pelo de la niña, se quedaron quietos por un rato, se acostaron de perfil viéndose el pene junto a la vagina, ella lo tomó sintiendo aquella tibieza en sus dedos infantiles, el muchacho le acariciaba el pelo, mejillas y pecho de una forma muy sutil que eso a ella le gustaba muchísimo mostrándose su piel de gallina, tomó su pene y le rozaba en la vaginita, ella miraba con atención ese roce de glande en los labios vaginales, le dijo que por allí le haría un hijo, ella se sorprendió, ´´elo la s mejillas dándole un prolongado beso, y le dijo que se lo haría con amor si ella lo deseara algún día, siguieron viendo el roc del ereto pene en la vaginita y luego se levantaron, el muchacho fue a orinar, ella lo siguió alegremente, vio por unos instantes esa orina salir del pene, estaba algo arrodillada, el muchacho de un giro rozó su erecto pene a la altura de la cara de la muchacha, sonrieron, le pasó el glande por los labios y mejillas, ella se pasó los dedos por donde antes le había rozado el glande, fueron por la ropa y se vistieron, salieron del aquel apartado lugar prometiéndose no decir nada de lo ocurrido pues ya conocían el carácter del abuelo de la niña, ella quedó pensativa y temblorosa con la idea de tener un hijo de él, por un tiempo el miedo primaba y se alejaba del muchacho cuando la llamaba a solas, aquel muchacho había comprendido su error en dcirle aquello.
* * * * * * *
Agripina estaba pensativa sentada sobre un muro como de costumbre comiendo fruta, despreocupada del ambiente, con aire de rencor y desconsuelo, a lo lejos ve llegar a Luis Izaguirre un poco colérico, sudoroso, se había enterado de la llegada del senador propietario de aquellas tierras y deseaba conversar con él, la joven sonrió y le dijo que lo esperase pues había salido al pueblo por unos asuntos de negocios, Luis asintió y entró a la estancia, su cara recorrió el lugar tocando las cosas palmo a palmo, allí vivió gran parte de su juventud, los objetos de aquel lugar le hicieron recordar sus andanzas, el ánimo le cambió, ahora algo más relajado, vio la foto del difunto Arnulfo y recordaba sus juegos sexuales, de él brotó una mueca de ironía en su rostro viendo fijamente las facciones infantiles del difunto mostrado en aquella fotografía a blanco y negro, dio unos pasos para salir a donde se encontraba la lavandería, estiró sus manos tomando agua y optó por mojarse el cuello ante el calor imperante de aquella tarde, Agripina se acercó a informarle que salía a realizar una visita a sus amigas, que se sirviera lo que quisiera y que se lo pidiese a los empleados, se despidieron, ya su mal humor había bajado de tono, su relación todo un tiempo había sido medianamente cordial, subió las escaleras para ver cómo se encontraba su antiguo cuarto llevándose la sorpresa que ahora pertenecía al pequeño Luis Alfonso, se asomó a la ventana respirando hondo la brisa de aquel hermoso lugar campestre modernizado con maquinaria pesada, vio a un par de niños que salían desde la caballeriza, primero reconoció a Luis Alfonso que se iba arreglando la trusa sobre su short, lo vio más crecido que la última vez, el niño se acercó a orinar junto al pilar y allí terminó de arreglarse la ropa, luego detrás salía otro niño cabizbajo con caminar lento, tenía paja en su pelo y también pegada lo estaba en sus brazos y parte de su carita siendo visible aquella paja seca pegada en su remera, iba estirándose la tela que cubría su traserito, al hacerlo, hacía gestos incómodos mostrados en su carita, veía a Luis Alfonso con algo de recelo, aquel era un niño muy pequeño para la edad de Luis Alfonso que era el hijo del senador dueño aquellas tierras, el niño hijo de peón seguía caminando pensativo y se arrimó con la carita al pilar contiguo, lentamente deslizó su pantaloncito corto remendado y luego deslizó la trusa descubriéndose el penecito con la intención de orinar, había restos de paja en el penecito que los dedos del niño los apartaba, Luis Alfonso se mira el penecito y mira el de su amiguito que está a su lado en el otro pilar también apartaba la paja de su penecito, el hijo del patrón sonríe viéndole orinar a su amiguito, Luis desde lo alto analizaba el porqué de la sonrisa de Luis Alfonso, se imaginaba lo que estuvieron haciendo ambos niños en la caballeriza apartada a esa hora de la siesta de los peones, rápidamente Luis Alfonso lo limpia a su amiguito y le arregla la ropa, se separan en caminos diferentes, Luis desde la ventana sonreía, escuchaba ya las voces del niño dentro de la gran sala de la estancia, se escuchan os pasos acelerados y firmes por las escaleras y al abrir la puerta fue sorpresa para Luis Alfonso encontrarlo a Luis acostado en la cama de su habitación, el niño cordialmente lo saluda con cierta timidez propia de su asombro, Luis se acerca a abrazarle, tomándole de la cintura sin soltarlo, llevándolo lentamente a la cama donde lo acuesta, se quedan quietos y se miran detenidamente, Luis mira el bultito que se le estaba haciendo en el short del niño y que se estira el pene vestido, ambos sonríen, señal de aceptación, luz verde en sus deseos, con velocidad en sus manos logra deslizarle al mismo tiempo short y trusa del niño, ese pene descubierto con restos de paja contemplado por Luis es reiteradamente lamido, tanto así hasta quedar brilloso de la saliva, el niño cierra los ojos y abre la boca en señal de gusto, Luis continuaba con su cometido, el niño arrugaba la sábana haciendo firmes puños con sus manitos, de pronto la puerta hace un chirrido, grave error, no le pusieron seguro, apenas se abre, logran ver la cara del niñito que estaba hace rato junto a Luis Alfonso, de súbito Luis se aparta, el niñito ve el cuerpo de Luis Alfonso desnudo desde la mitad, estaba acostado abierto de piernas muy sorprendido, Luis se acerca al niñito para decirle que era un jueguito y que sería adecuado que también participe, el niñito no daba acción a responder, sólo se dejó llevar de las manos de Luis que ahora lo hizo dar unos pasos adelante y aprovecha para poner seguro a la puerta, Luis comprendió que Luis lfonso y ese niñito continuarían con sus “jueguitos” en este cuarto, no esperaban de su presencia, ahora Luis Izaguirre le toma de las manos acercándole a la cama, el niñito ve las manos de Luis que deslizan su short y su trusa acercándolo a Luis Alfonso acostándolo junto a él, a ambos le lamió el penecito correspondiente, Luis estaba maravillado viéndolos a esos niños que se abrazaban dando vueltas en la cama con sus roces de pene, el de la iniciativa era Luis Alfonso un tanto mayor que su amiguito, Luis hizo poner al niño de pecho sobre la cama viéndole frotar el penecito sobre los glúteos, ya para ese momento Luis se había bajado los pantalones y los interiores, con su pene erecto en su glande con líquido pre seminal rozaba los glúteos del niñito y lo mismo hacía con Luis Alfonso, ambos culitos a la vez sentían ese roce de glande, quiso probra el culito del niñito comprobando con su glande lo cerradito que estaba pues al querer metérselo bien adentro aún era sellado ese anito, decidió no continuar por allí y lo voletóa rozándole el trnco del pene erecto por el penecito, los pelos de la pelvis de Luis cubrían ese penecito, luego le lamió y le chupó el penecito a ese niño precioso emitiendo sonrisas, le dijo que haga silencio y se apartó yendo a donde estaba el cuerpo desnudo de Luis Alfonso que no paraba de estirarse el penecito, le abrió el culito, el glande de Luis entraba entre los glúteos haciéndole sentir el ano de Luis Alfonso, el niñito sentado sobre la cama con sus piernitas abiertas, estirándose el penecito miraba el deslizamiento del pene de Luis sobre el ano de Luis Alfonso, vio el penecito de su amiguito erecto descansando sobre la sábana, estaba gimiendo ante el peso del cuerpo de Luis sobre su cuerpo, la cara de Luis Alfonso descansaba sobre la sábana, el amiguito veía lo cerrado de los ojos y lo mordido de sus labios rozagantes saliéndole algo de saliva, las caderas de Luis se alzaban y se bajaban, todo era movimiento en esa cama, el niñito curioso se acercó más a ver cómo el tronco del pene de Luis entraba en su totalidad en el ano de Luis Alfonso, de pronto, todo quietud, el niñito veía lo acelerado de la respiración del pecho de Luis sobre la espalda de Luis Alfonso, lentamente Luis se apartó, el niñito vio el erecto pene mojado se semen, el glande de Luis rozó labios y mejillas del niñito que con sus manitas se quitaba lo impregnado del semen en su piel, lo olió, sabía raro, pensó el niñito, vio a Luis tomar papel y limpiarse el pene, regresó su mirada a la postura de Luis Alfonso aún quieto acostado sobre la cama, de su ano salía semen que lo apartaba con los dedos, Luis sonreía complaciente mientras se vestía y de igual forma lo hacía aquel amiguito de Luis Alfonso, después el hijo de Luis Daniel Pérez se puso en pie sacando una bacinilla debajo de la cama, se sentó pujando fuerte y orinando, al levantarse su amiguito se acercó a ver el contenido del recipiente, había un líquido blanquecino algo perceptible con la poca orina depositada, inocentemente el niñito se bajó el short y la trusa sacándose el pene para orinar sobre lo dejado por Luis Alfonso, el niñito se arregló la ropa y salió con Luis Alfonso, Luis se acostó en la cama, al rato escuchaba los alegres gritos de algarabía de los dos niños, Luis sonreía al escucharlos, tiempo después un lujoso auto llegaba a la estancia, era el senador, Luis Daniel Pérez y Luis Izaguirre conversaron en privado por varios minutos, Luis Alfonso vio salir animado a Luis Izaguirre, parecía que la conversación había sido la adecuada.
FIN DEL CENTÉSIMO VIGÉSIMO CUARTO EPISODIO
saludos amigo y leyendo tus relatos y esperando los siguientes que tardaron un poco pero bueno saludos amigo…… 🙂 😉 🙂 😉 🙂 😉