METAMORFOSIS 142
Milagro infantil.
Acostado en su cama estaba sumido en sus pensamientos aquel muchacho que pronto cumpliría los quince años, había pasado grandes acontecimientos en su vida, tenía la mente ensimismada en recuerdos, con mirada al infinito se sentía seguro a solas en aquel cuartucho, por la ventana veía la gran casa imponente de los patrones, pensaba en su vida, en su futuro, se hacía preguntas, entre ellas la más significativa fue el cambio repentino de aquella niña a ya no hacer esos juegos sexuales, se introdujo la mano dentro del short sin interior que llevaba puesto, se manoseaba el pene pensando en la vaginita húmeda de Victoria Arichabala, aquella preciosa niña blanca a la que en múltiples ocasiones le había rozado el pene y a punto estuvo en penetrarla, deslizó la prenda de vestir liberando el erecto pene brilloso con liquido pre seminal en la punta del glande, lo vio al tibio glande amoratado de tanto estruje y lo frotó con delicadeza, lo miraba detenidamente y su mente lo asociaba con las acciones de roce en aquella vaginita, se contorsionaba al momento de frotárselo dándose placer, abría la boca a ojos cerrados pronunciando aquel nombre de Victoria en forma entrecortada, ya estaba para lanzar el semen cuando de improviso fue interrumpido por una voz que lo llamaba, salió poniéndose el pijama, era la voz del padre de Victoria, Mateo, le informaba que iban a recibir a los novios y de paso irían a la hacienda que la familia tenía en varios kilómetros en los alrededores de la capital por la zona de tupidos bosques, sólo en la gran casa quedaría él con una empleada, el muchacho obedeció afirmando con un gesto en su cara, el padre de Victoria se retiró uniéndose al grupo de familiares distribuidos en los dos vehículos, Agustín vio a Victoria subirse junto a su abuelo, se podía notar el inmenso cariño entre ambos identificados por la prepotencia, entró a su cuarto apegando la puerta, pensó en lo que haría en el día, prendió su radio Phillips escuchando la música del momento, recordaba manoseándose el pene lo vivido cuando su mente se remontaba en aquel día cuando por casualidad fue al trastero a ver un balde para hacer limpieza del auto del patrón, fue para él grande sorpresa ver la figura femenina, era la nuera del patrón, estaba completamente desnuda manoseándose el cuerpo, estaba sentada sobre unos trastes, sus manos estrujaban los pezones, se notaba el ardiente deseo por un macho, el niño inocentemente miraba a la mujer sin ser visto, desde la penumbra del cuarto vio acercarse la figura de un gatito que la mujer lo acariciaba, la mujer dio unos pasos como bailando con el animalito, en eso que lo ve al muchacho, ella sorprendida, él inmóvil por la sorpresa del descubrimiento, la mujer puso una cara angelical que relajó al muchacho viendo tendida la mano de la mujer que le acariciaba el rostro sutilmente, le acariciaba a la vez pidiendo ser agarrada, el muchacho se dejó llevar por lo excitado del cuerpo de la mujer, lo sentó sobre un montón apilado de cajas y pertrechos, las manos femeninas acariciaban la piel lozana del muchacho, los dedos alargados de la mujer pasaban por el pelo de Agustín, luego rozaban los labios y mentón, el muchacho vio aquella mano de la mujer metiéndose por la camisa manoseando el pecho, poco a poco la fue desabotonando hasta sacársela, la mujer se apegó más a besar el pecho y estomago en forma repetitiva, las dos manos tomaron las sienes del muchacho, la cara se fue acercando lentamente hasta frotar los labios, el muchacho sintió la respiración acelerada de la mujer, estaba caliente deseosa de amar, le transmitió el deseo, le vino un poco de sorpresa y temor al muchacho al sentir los besos de la mujer, cerró los ojos para corresponder los besos, luego los abrió viendo cada detalle de ese cuerpo desnudo que no paraba de sonreír, estiró las manos y el muchacho correspondió agarrándola y parándose a bailar abrazados teniendo la música de vals en sus mentes, vio que las manos de la mujer descendía por la entrepierna tratando de introducirse en su pantalón, su pene sentía los dedos alargados de la mujer, la otra mano desabotonaba y bajaba la cremallera, el pantalón cayó igual su calzoncillo de botones, la mujer lo fue bajando lentamente deseosa de ver ese pene lampiño erecto, lo acarició y olió con gusto pasando la lengua, lo hizo sentar en las cajas abriendo su boca lo introdujo chupándolo en repetidas ocasiones, el sorprendido muchacho sentía agradable dando cortos gemidos sorprendido por su primera vez con ella, miraba la boca de ella que deslizaba su pene probándolo con saliva, sonrió viéndole a la cara del muchacho, ella daba cuenta que Agustín tenía aun virgen su pene, luego se acostó sobre las cajas diciéndole al muchacho que se acueste sobre ella, se abrió lo más que pudo sus piernas afeitadas suaves, el muchacho vio esa vagina a plenitud, estaba afeitada, los dedos índices de ella abrían los labios vaginales, hizo que se acerque, la mujer tomó el pene ensalivado del muchacho a medio glande sacado y se lo fue introduciendo en la vagina, lo tomó de la cintura y glúteos moviéndolo para adelante y para atrás, el glande rozaba simplemente la vagina de la mujer, el muchacho sintió molestia al sentir que por los exteriores de la vagina su prepucio se estaba deslizando a medias, al sentir algo de dolor quiso apartarse de ella pero la mujer no lo soltaba, vio su pene rozando la entrada de la vagina, a la vez que el dedo medio y el índice de la mujer rozaba su clítoris, la mujer le decía que siguiera con su movimiento, el muchacho alzada su cadera no dejaba de ver su pene rozagante rozar la vagina de la mujer, de pronto a ella le vino una larga exclamación terminando desfallecida sobre esas cajas, el muchacho se sorprendió, su pene estaba humedecido desde el tronco a su apenas salido glande por el prepucio por el ese liquido dejado a su roce por los labios vaginales, lentamente se fue apartando, se acostó junto a ella de acuerdo a su pedido, así continuaron besándose, ella manoseándole el cuerpo y sobre todo su pene aún virgen, jugueteaban los dedos con los testículos lampiños, ella sonrió y se acostó boca abajo, dejándole ver sus nalgas a plenitud, el muchacho se acostó sobre la mujer, su pene rozaba los glúteos poniéndolos en la separación y así la pasó rozándole piel a piel, después se vistieron, ella ayudándole al muchacho diciéndole que esto era un secreto de los dos, le dio un beso en los labios y otro en la mejilla y se marchó dejando al muchacho con sus inquietudes de lo que habían hecho por vez primera; el radio seguía encendido, Agustín sumido en sus pensamientos sonreía al recordar aquel primer encuentro en aquel lugar, hasta ahora se preguntaba por qué la señora estaba allí desnuda estrujándose los pezones deseosa de sexo, seguramente no sería la primera vez, seguramente ya antes lo estaba haciendo allí sola, Agustín continuó con sus pensamientos, habrían más encuentros en ese lugar, esa mujer sería protagonista de hacerle incrementar su pasión infantil, tanto así que en una de esas masturbaciones pensando en ella lograría desvirgarse el pene.
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A través de la prensa Luis Alfonso pudo ver el matrimonio de su media hermana Justin Daniela, su padre el senador Pérez no quiso que su hijo esté en la boda, eso puso triste al muchacho, comprendía que siempre estaría en el anonimato, a sombra de la vida de su padre, comprendía que su padre no perdonaría nunca la traición que le hizo su difunta madre con ese capataz de nombre Ricardo, el muchacho entre pensativo y concentrado en la lectura continuaba dando pasos en el patio por los corredores así que no se percató la venida de un profesor, chocaron, el chico pidió disculpas al profesor que también venía distraído, entablaron una amena comunicación pues se veían en el aula, desde el interior de la oficina del superior miraba la escena entre alumno y maestro, desde dentro de su oficina giró su cuerpo viendo hacia los huertos, decidió caminar hacia el zoológico, vio su reloj y emprendió su camino, ya era hora se dijo, en verdad que para él era la hora puntual ya que al llegar ya estaba un pequeño muy animado esperándole dando saltos de alegría, su pelito se agitaba al viento, los dos se acercaron al corral sacando un cachorro que emprendió carrera de juegos con aquel lindo niño, el superior se sentó a ver la escena, a cada momento miraba el reloj, tiempo después vio hacia los corredores que eran poco transitados, miró el reloj y le dijo al pequeño de seis años que ya era el momento de dejar el cachorro en el corral, sus manitos tomaron la mano del superior caminando por el sendero del zoológico, caminaron por los corredores, pidió a otro niño a que los acompañase a su oficina para que le ayuden a subir unas cajas a su habitación, los niños tomaron sus respectivas cajas e iban detrás del superior que abría la habitación, dejaron las cajas sobre una mesa larga, el superior deslizó un compartimiento sacando cuatro dulces dándole una pareja a cada uno, pero antes de comerlos le pidió a los niños que se laven las manos, mientras uno de ellos iba a lavarse retuvo al que lo había acompañado al zoológico diciéndole breves mensajes en el oído, el niño se unió al otro a lavarse las manos, tiempo después los dos niños salieron de la habitación del superior muy contentos llevando en la mano su golosina en premio a su trabajo de ayuda, a través de la ventana situada en lo alto del edificio los vio irse bajando las escaleras, el superior miraba su reloj sentado sobre una amplia silla, fueron varias veces que miraba el reloj, hasta que escuchó tocar suavemente su puerta, tragó saliva emocionado, escuchaba los toques caraceristicos de aquel al que esperaba, expresó un adelante, la puerta se abrió mostrando la presencia del niño, el superior sonrió y el niño dio unos pasos cerrando con seguro la puerta a orden del superior quien se levantó de la silla y fue a deslizar las cortinas por las ventanas, vio que el superior lo invitaba a entrar a su recámara, era una habitación muy pequeña, allí estaba una cama junto a una mesa de noche, al pie de la cama había un baúl, le hizo que siente en la cama, vio que el superior le desamarraba los zapatos, luego deslizó los calcetines sacándolos de los pies, el superior arrodillado besaba los pies del niño, luego subía su cara besando las piernas deteniéndose a besar repetidamente los muslos del niño, la nariz del superior olía la entrepierna, el niño miraba los dedos adultos que desabotonaban su pantaloncito corto y deslizaban su cremallera, poco a poco lentamente el pantaloncito corto iba deslizándose por sus muslos y piernas saliendo por los pies, el superior ahora lamía y chupaba ese penecito lampiño que estaba en su delante, poco a poco lo hizo recostar sobre la cama al niño, el superior quedó desnudo en su delante, se recostó sobre el niño haciendo frotar los penes, le dijo que sienta lo del “inocente jueguito” que estaban haciendo uniendo las frentes, hizo una pausa para que las manos del superior desabotonen la camisa escolar, así los dos cuerpos estaban desnudos unidos en la cama, el niño estaba algo sorprendido de sentir el manoseo del superior en su trasero y pene, las manos pasaban por su espalda haciéndole crear una deliciosa sensación, más si pasaban por sus glúteos, era la primera vez que se veían desnudos a plenitud, los manoseos continuaron por la espalda y glúteos del niño, el superior lo puso boca abajo abriéndole las nalgas lamiéndole la entrada del ano, chupándole ese espacio de sensación anal botándole luego la saliva, le dijo que eso hacían las personas que se quieren mucho y él lo quiere mchísimo, que era su preferido, que ahora iba a sentir lo delicioso de ser amado por él, así fue que lo acariciaba hasta tratar de relajar al sorprendido nene que sintió sus glúteos abiertos, un dedo le rozaba el ano y sentía un liquido en la entrada, le dijo que ahora es cuando, que este sería un día en que nunca lo iba a olvidar, que era el momento de ambos, que recibiría todo su amor, al hablarle así el pene se impacataba en cada glúteo del pequeño, diciéndole que lo tenía suavecito, que su potito sería suyo, sólo suyo, le dio masajes en la espalda para tratr de tranquilizarle rozándole los dedos por la piel, besaba y mordia los glúteos, le decía que ya eran suyos, sólo suyos, abrió los glúteos con una mano y con la otra fue entonces que el glande sostenido ensalivado iba entrando de a poquito en el ano haciendo que el niño frunza la cara apretando los labios agarrando la sábana con fuerza haciendo puños sus manitos de seis años, el superior con voz mezclada por adulaciones, cariños y autoritarismo le decía que aguante, que no grite, pero el dolor que sentía en cada movimiento del pene entrando a su ano era terrible, el pene muy grueso del superior estaba haciendo daño extremo al esfínter del niño, pero eso no lo inmutaba al superior que continuaba con su intención, estaba sintiendo que se cumplía su propósito, el niño quiso gritar pero a tiempo la mano del superior le cubría la boca, pero algo le hizo reaccionar, seguramente estar en ese lugar visto por la gente, se detuvo, pensó mejor hacrlo en un lugar más discreto, un lugar apartado, recordó dónde, así que mejor decidió parar por ahora con su cometido de hacerle suyo, faltaba poco para romperle el ano en toda su plenitud, más, que viendo en su reloj de pared daba cuenta que se acercaba la hora del baño de los estudiantes, se dio prisa en restregarle el pene por los glúteos hasta que del glande le salió el semen deslizándose por la espalda del niño, lo aseó, lo vistió dándole dos dulces, lo vio irse descendiendo las escaleras muy pensativo a pasos lentos, por lo menos sabía que ese culito era virgen y que pronto sería totalmente suyo.
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La mujer cargaba a su hijo ambos meciéndose en la hamaca, de pronto una figura de caballero bien presentable acorde a su fortuna se acercó llevando en manos un juguete para el niño, el saludo fue cordial, el caballero se sentó sobre un humilde taburete, dialogaron un buen rato, la mujer puso al niño en brazos del hombre, ya había crecido, bastante para los niños de la época, era bien cuidado por su madre, el bebé tenía cierta química con el caballero que le dio un cariñoso beso en su blanca frente, la mujer vio la ternura prodigada hacia su hijo, Carlos Felipe del Olmo tenía en brazos a ese hermoso niño, estaba feliz prodigándole caricias, aquellas que no podía darle al pequeño hijo de Gustavo Adolfo pues la esposa del militar se caracterizaba por tener un carácter poco amistoso, la mujer observaba detenidamente las atenciones que Carlos Felipe le daba a su hijo, hablaron del trabajo, de las oportunidades de superación, le vino a proponer a que estudie, que se supere, y lo más importante, a ofrecerle trabajo en sus empresas una vez que el niño ya haya crecido, es más, pensó en la idea de proporcionarle una empleada, su esposo que había llegado en ese momento escuchaba simplemente aquellas palabras de buena voluntad de Carlos Felipe, lejos estaba de pensar el prestante empresario comerciante que el esposo de la mujer sabía la identidad de ese pequeño bebé, que no era hijo suyo sino de aquel militar, le invitaron a su humilde comedor sirviéndose de la humilde comida, Carlos con sencillez y cortesía probaba el convite, le daba de comer al pequeño con mucha alegría, luego de servirse retomaron la conversación, la pareja de esposos dijo que iban a pensar sobre sus propuestas, Carlos tomó su sombrero y cobertor saliendo en dirección al auto lujoso en el que había llegado a esa humilde vivienda donde los esposos arrendaban, dio un beso en la frente al bebé y se despidió prometiendo una nueva visita, el celoso marido manifestó a su mujer de su negativa ante las peticiones de Carlos Felipe, eso sería estar cerca de Gustavo Adolfo y no lo permitiría, le reclamaba a ella por lo que hizo con un exabrupto de ir al aeropuerto con su hijo, no quería más acercamientos, mientras tanto, a ciertas calles de allí Carlos Felipe transitaba por una solitaria calle cuando se percató que un vehículo lo iba a interceptar logrando hacerse a un lado pero ya otro logró interponerse saliendo un par de hombres armados, abrieron fuego a la carrocería, para cuando eso sucedía Carlos que se encontraba debajo de la carrocería abría fuego con su revólver, hiriendo a los atacantes pero recibió tres impactos de bala cayendo desfallecido pero logró asestar un tiro certero a uno de los dos atacantes, los tipos que manejaban los vehículos vieron que un hombre de civil daba tiros, uno de ellos hirió al ocupante de un auto en el hombro huyendo con dificultad muy acelerado, el otro auto tomó a los heridos y de igual forma salieron del lugar, Carlos se arrastraba por el suelo quedando ya completamente desfallecido, los presentes de inmediato llevaron a los heridos al hospital militar, Carlos entraba al centro de salud con signos vitales bajos, una bala estaba alojada en el estómago, la otra muy cerca del corazón y una tercera en la pierna derecha, la operación fue por horas, los familiares en la sala de espera, un pensativo Gustavo Adolfo no se explicaba por qué de lo ocurrido, Luis silencioso junto a un consternado Gumersindo que no daba crédito a lo que le había sucedido a su gran amigo, al saber la noticia se encontraba en el lugar, había venido de visita a la capital y se enteraba de l sucedido, Noelia sentada abrazada al pequeño Carlos Augusto Rodolfo con su rostro con signos de llanto, todos pensativos, igual Pedro Artemio junto a Sara Guillermina los protegidos del empresario, también se encontraba allí un grupo de políticos entre ellos su compadre Luis Daniel Pérez, los doctores salieron apesadumbrados, el pronóstico era reservado pese a que la operación de las heridas había sido adecuado, se esperaba la reacción en los próximos tres días, todo ese tiempo pasaría en observación, los días pasaron y no se veía reacción pese a que lo pasaron a un cuarto donde tenía puesto oxígeno y suero, aquel día Noelia se encontraba sentada en la sala de espera cuando vio acercarse a una humilde mujer con un niño en brazos, sonrió ante el saludo, los ojos de Noelia estaban hinchados de tanto llanto, estaba desesperada ante la poca reacción de su esposo a la terapia, la humilde mujer pidió verlo, Noelia estaba dudosa al principio pero luego aceptó, de manos de su hijito entró al cuarto, la mujer habló a Carlos que tenía cerrado los ojos, solo se escuchaba su respiración, el niñito hizo algunos agús en el cuarto cerrado, la enfermera de turno contrariada pedía que la mujer saliera pero Noelia se interpuso pidiendo que estuviera unos minutos más, la enfermera impaciente hacía puños viendo a la mujer que acercaba al niño a Carlos Felipe que escuchaba y sentía la presencia del niño, la mujer se acercó al oído a decirle algo, mientras en el otro oído se escuchaba los sonidod del niño, Noelia sorprendida vio la reacción de su esposo al abrir lentamente los ojos tratando d ver fijamente el rostro del pequeño, fue un par de minutos aquello, suficientes para una impaciente enfermera que pese a lo ocurrido quiso sacar a la mujer pero Carlos Felipe con dificultad alzó su mano como queriendo impedir aquello, balbuceaba con cierta angustia, vio al niño y sonrió cerrando los ojos a medias, la enfermera fue por el médico tratante, la mujer salió detrás con su hijo, Noelia se quedó con su esposo, no se percató de la salida de la mujer que ya iba por los pasillos del hospital cuando se encuentra con Gustavo Adolfo, su respiración emocionada la delataba, se vieron fijamente por unos segundos para saberse lo que verdaderamente se siente estar con alguien significativo, los ojos del militar vieron al niño vestido humildemente, le vio sus ojos, los sonrisa infantil llena de inocencia, le acarició el pelo regresando su mirada hacia ella, la mano paso por el rostro del equeño, de nuevo le acarició el pelo felicitándola por el hijo que había tenido con su esposo quien seguramente se sentiría orgullos de tener un hijo y una esposa así, con aire altivo se retiró haciendo una leve venia, el militar no sabía que había acariciado a su propio hijo, la mujer acongojada continuó su camino de salida del hospital, tomó colectivo en dirección a su casa, dentro del hospital los médicos alegres por la mejoría del empresario, pese a su delicado estado de salud su mejoría podría atribuirse a un milagro, realmente lo que sucedió aquel día fue un milagro pero de amor infantil.
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Valentin sumido en sus pensamientos trataba de recordar aquel momento en que en esa noche de fiesta siendo niño fue desvirgado, sus vagas ideas no se consolidaban en su estructura mental, tenía mucho que pensar pero nada claro en concreto, tenía los ojos cerrados, pensaba ahora en Oliver, en lo que estaría haciendo, pensaba en Jonathan, en aquellos encuentros fogosos por cierto, distribuía su tiepo en estudiar por la mañana y rabajar en la tarde y en ocasiones se extendía a la noche, se estaba haciendo responsable pero primaba aun lo juvenil, en aquellos trayectos del trabajo a su casa por esas horas de la noche se topaba con genet de toda índole, desde lo alto miraba aquella empacadora, sonreía diciendo que algún día tendría una como aquella procesadora de alimentos de mar, se sentaba a contemplar el movimiento de obreros, suspiraba diciéndose que algun día, algun día.
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La relación entre Nicolás y Justin a los pocos meses de la boda se hizo tirante y rayaba de lo insostenible, la matrona Matilde era la única que calmaba los ánimos, las peleas duraban semanas, cada quien hacía su vida, la relación era incompatible, debido seguramente a sus costumbres aunque eran oligarcas, sus padres eran terratenientes, la pasividad del suegro contrastaba con la suavidad de la matrona de la familia, se dieron un plazo para limar asperezas haciendo un viaje pero aun así la relación continuaba deteriorándose, la hipocresía de estabilidad marital se daba en las lujosas fiestas donde eran invitados pero en su alcoba se daban las más encarnizadas palabrerías como luchas intestinas de aborrecimiento, eran la comidilla a voz baja de los criados, Nicolás la pasaba mayormente en su oficina del centro de la capital mientras que su esposa visitaba asiduamente a su padre y de vez en cuando iba al internado a ver a su medio hermano Luis Alfonso, la pasaba con su amigas en paseos campestres, se rumoraba las coqueterías a los amigos de sus amigas, había cambiado su expresión jovial por aquella del arrepentimiento cifrado en tristeza, la pasaba caminando por los amplios jardines de la casa de su suegro donde vivían temporalmente ya que la suya obsequio de su padre estaba en remodelación, lo rescatable de su vida allí era la gran amistad que había sostenido con su concuñada, hacían compras e iban a ciertos lugares de distracción, coincidían con las visitas a sus maridos y de allí tomaban rutas a bares de clase alta, la relación con el suegro era la adecuada, las mimaba más que a sus hijos, pero para el anciano su centro de atención era su única nieta Victoria, no permitía alguna incoherencia en su educación, era su razón de vivir, más si se notaba el parecido físico extraordinario entre abuelo y nieta, de esto daba fe Justin viéndolos jugar a abuelo y nieta en el césped con el perro obsequio de su esposo Nicolás, la mujer caminaba por el tupido jardín y se detenía a conversar con el jardinero aquel muchacho de quince años, siempre le regalaba unos ramos para que adorne su cuarto, aquella amistad se iba solidificando con el pasar de los días, cada vez eran más frecuentes las conversaciones entre ambos, si a veces hablaban de trivialidades, también él le hablaba de las enamoradas que tenía, a veces lo hacía en tono jocoso que era encantador para Justin, hubieron más acercamientos y cada vez el tono de voz correspondía a las miradas atrayentes que se promulgaban en cada encuentro que por cierto era corto de tiempo quedando siempre algo que decirse para la próxima vez y eso precisamente mantenía viva la expectativa de un próximo encuentro, el tiempo pasó y como toda situación espontánea llegó la necesidad de estar el uno junto al otro, así, en una acción espontánea se dieron el primer beso cuando al mismo tiempo cortaban rosas y el muchacho hizo un movimiento que le permitió rozarse el rostro, al verse fijamente a los ojos el muchacho fue el de la iniciativa de acercar sus labios rozándolos con los de Justin, fue un flechazo a primera vista, ella sorprendida rió, fue el puente para luego en ese vital momento ya seguir besándose y acariciarse, intieron atracción mutua, el quinceañero era poseído vivamente por Justin Daniela, tenían el deseo de pertenecerse en cada manoseo de sus cuerpos se leían sus intenciones de estar juntos, la oportunidad vino aquella mañana en que Nicolás llevó a Agustín en su auto en ruta a la residencia donde vivían con Justin para que en toda esa semana arregle los jardines que el anterior hombre encargado los había abandonado, le consiguieron acondicionar un cuarto junto a la residencia, las atenciones de Justin hacia el jardinero no se hicieron esperar, siempre en lo posible estaba junto a él, pronto supo Agustín de labios de Justin Daniela quien tuvo la idea de su permanenecia en el lugar pues confiaba en su buen trabajo de jardinero, eso agradaba al muchacho que le subía el ego, aquella ocasión tras una pelea entre marido y mujer el jardinero a distancia fue testigo de su mutuo maltrato por parte de la pareja, ella siempre quedaba sola y triste, de eso se aprovechaba cariñosamente el jardinero para consolarle, luego se retiraba prudentemente tras abrazarse, aún el muchacho se manejaba con cierto recelo pues pasaba la línea de su situación como trabajador en aquella casa, no había día ni momento en que la pareja discutiese, falataba un día para culminar sus trabajos de jardinería, hasta ese momento todo era cortesía entre el jardinero y la joven patrona, desde su cuarto el muchacho escuchaba los gritos que se proferían con amenazas de los dos esposos, prefirió quedarse acostado en su cama, pasó el tiempo y hubo un largo silencio, luego el sonido de un motor en marcha, el muchacho se metía en sus pensamientos recordando a la patroncita Fernanda como cariñosamente la servidumbre le decía, cerraba sus ojos pensando en su cuerpo desnudo, ya estaba por quedarse dormido cuando de pronto escucha el suav toque de la puerta, descalzo se levanta puesto solo el calzoncillo de mangas de la época que usaban la servidumbre, sólo eso tenía puesto en su cuerpo, la abrir la puerta para su sorpresa tenía en su delante la figura de Justin Daniela Pérez, la esposa recién casada del patrón Nicolás Arichabala e hija del senador de la república, lo primero que se les vino era sonreír, hizo un gesto para ingresar, el muchacho sorprendido reaccionó haciéndola ingresar, ella miraba a los alrededores, se asomó por la ventana suspirando hondo, se sentó en la cama pequeña para contarle sus pesares con su esposo, el muchacho tímidamente la escuchaba y se sentaba a su lado en el extremo de la cama, io que la mano suave de la mujer se posaba sobre su mano sobre su muslo y empezó a rozarle viéndose a los ojos con mirada complice, ella puso la mano dtrás de la oreja del muchacho junto al cuello, le acariciaba el pelo, ella se sonreía con seguridad viéndole a los ojos mientras él respondía cabizbajo, Justin Daniela continuaba acariciándole el pelo, sus labios se acercaron y se rozaban cerrando los ojos, vino un beso apasionado seguido por otros, lentamente se acostaban de perfil en la cama, los besos continuaban, ella era la de la iniciativa, se puso de rodillas en la cama mientras el muchacho estaba acostado en la cama miraba que las manos de Justin Daniela delsizaba su calzoncillo mostranddose su pene erecto, ella sorprendida por el tamaño visto, él miraba que la joven patrona se ponía en pie sobre la cama y se quitaba la ropa deslizándola por su cuerpo, ella le mostraba su cuerpo desnudo, sin decir palabra alguna se acostaba sobre el aún sorprendido muchacho pues en su mnte aún estaba el respeto, estaba ahora sintiendo que iba más allá este encuentro, ella lo bsaba apasionadamente, deseaba desfogar su pasión, tomo ese pene erecto y empezó a lamerlo y chuparlo haciéndole suspirar y gemir al muchacho, ya ensalivado ella se acostó y abriendo las piernas le pidió que se lo meta, el muchacho agitando su pene de inmediato fue rozando el glande en los labios vaginales, por vez primera se lo metía, aún sorprendido sentía que su glande entraba rozando el clítoris, dio cuenta que su pene entraba humedecido, en eso ella gemía agarrándole de los glúteos para que entre más, empezó a moverse con las caderas, se sentía complacida, ahora tenía a un hombre encima de su cuerpo y empezó a emitir palabras dulces que al muchacho lo motivaban a continuar, y entre ellas un “te amo”, “méteme más, méteme” el muchacho seguía penetrándole sintiendo el gustito de que por instinto se vendría con el semen, ella dio cuenta de aquello y lo agarró de los glúteos diciéndole que siga, que no se lo saque, que siga, porque sentía rico, muy rico, así que el muchacho siguió penetrándola hasta que su liquido seminal quedó dentro de la vagina de Justin Daniela, el quedó acostado en la cama con su pene algo flácido, ella lo agitaba hasta quedar erecto de nuevo con rastos de semen, ella se sentó sobre el pene metiendoselo en su vagina alzando y bajando su cuerpo como que etsaba cabalgando, esa postura nueva para el muchacho le fascinaba, luego de un tiempo ya los dos cuerpos estaban acostados unidos acariciándose la piel, unian sus frentes y se besaban, le pidió que se quede un tiempo más, él le dijo que estaba a ordenes del patrón Fulgencio, ella dijo que se encargaría de aquello, Justin Daniela se puso en pie vistiéndose viéndole acostado en la cama el cuerpo desnudo del muchacho, sonreían, ella iba a la puerta, el muchacho se puso rápidamente en pie abandonando la cama, la abrazó por detrás haciéndole gestos en señal de sigilo por si acaso habría alguien afuera, ella giró lo abrazó y lo besaba apasionadamente, sus brazos rodeaban el cuello, le dijo “metemelo”, “métemelo de nuevo”, “soy tuya mi amor” “tuya para siempre” mientars decía eso el muchacho abarzandola la llevaba a la cama recostandola en el extremo, con furos le alzó el vestido puesto y le bajó la pantaleta, el pene erecto se introducía en la vagina, “así, así, mi amor” “métemelo” “métemelo” “así, así, mi amor”, el sonido d el acama se escuchaba en el cuarto, ambos eran jóvenes tenían mucha energía en el sexo apasionado, quedó rendido sobre el cuerpo de ella, siguieron acostados un momento más así abrazaditos mirándose, ella lentamente se levanta acomodándose el peinado, abre la puerta y sale sigilosamente despidiéndose cordialmente, aquella fue su primera vez en la que sus cuerpos se conocieron plenamente, ese cuarto y esa cama eran testigos de su primer encuentros, para ella ese lugar será de gran significación, el jardinero continuaba con sus trabajos en los días siguientes a venia y consentimiento de su patrón Fulgencio Arichabala, hubieron momentos que permitían estar a solas, lo aprovecharon para desnudos amarse en la cama del muchacho, el fogoso amor desenfrenado colmado de besos y caricias con sorpresa agradable, si, ese quinceañero con su grueso pene había abierto totalmente la vagina de Justin haciéndola sentir más placer de lo acostumbrado con las limitaciones sexuales de su esposo Nicolás, este sí cumplía con su apetito sexual, se entregaba siempre sin miedos, a plenitud, completamente colmada de pasión, en ese día como en los siguientes no le importó hacer el sexo oral por largos minutos , le entregó su ano para que lo sodomice, todo en aquellos encuentros, fue una entrega reprimida ahora explotada por la pasión el detonante, el muchacho quedaba siempre exhausto con tanto sexo a plenitud pero quedó la huella de la adicción corporal con la sensación y estimulo de volverse a ver, durante los días de aquellas semanas siguientes Agustín y Justin Daniela tuvieron sexo a plenitud a espaldas de Nicolás Arichabala con notables consecuencias a futuro.
FIN DEL CENTÉSIMO CUADRAGÉSIMO SEGUNDO EPISODIO
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