METAMORFOSIS 183
Guayacanes florecidos.
Los arlequines se movían al contacto con el viento, estaban allí colgados con sus muecas características, la humedad se hacía presente en esa apartada habitación, una mano infantil estiró para simplemente rozarlo con las yemas, la amplia sonrisa no se hizo esperar en el rostro infantil viendo el movimiento de ese objeto, trataba de alcanzarlo y su necesidad por hacerlo hizo que diese movimientos inadeuados de equilibrio para que su cuerpito infantil caiga al piso empolvado, la tos no se hizo esperar saliendo de los labios rosáceos, el polvo se notaba en el pelo y piel infantil tras la incidente luz solar que entraba por aquel ojo de buey que a medias dejaba pasar la iluminación, allí dentro hacía calor para esa niña que había entrado furtivamente a la habitación, la silla que había movido no bastaba para alcanzar ese novedoso juguete refrejado a trasluz, lentamente la puerta se abrió un poco chirriando las bisagras, la pequeña Renata de cuatro años vio la presencia de Aarón, aquel niño de tres años quien desde hace semanas era su compañerito de juegos, era el hijo del patrón terrateniente de aquella zona selvática, el pequeño Aarón Valdéz caminó a ese lugar, los dos niños con su característica inocencia miraron a donde estaba el juguete que con su mueca sonriente y su movimiento ahora con más viento les provocaba el ser tocado, el niño se limitaba a mirar estirando el brazo señalando la osición del juguete mientras Renata asentía a su amigo el deso de bajarlo de aquel lugar colgante por eso ahora trataba de subirse nuevamente pero otra vez cayendo más fuerte y llorando desconsoladamente no por el golpe sino por la impotencia de no poder alcanzar ese juguete que ya se le había hecho tentador, quedó allí acostada en el piso sollozando, el pequeño vio la triste escena, inocentemente a pasos cortos y tranpicones logró llegar al primer adulto que encontró en los jardines de la extensa mansión campestre, se trataba de Jasmani que fumaba un cigarro arrimado a la carrocería del auto propiedad del patrón Juan Valdéz, estaba pensativo, su mente ideaba el rostro de aquella hermosa mujer que desde hace semanas trabajaba como sirvienta en la mansión Valdez, Ana, ese nombre lo emitía pensativo saliendo de sus labios a la vez que cerraba los ojos pensando en aquellos encuentros sexuales, ahora la tenía más cerca y planeaba mentalmente cómo acercarse a ella sin ser delatados, Jasmani sentía que Ana le atraía, ambos confinados en un amor prohibido, suspiró largamente a ojos cerrados exhalando parte del humo inhalado, sonrió luego para sentir las manitos del niño que agarraba el pantalón del adulto balbuceando y haciendo gestos para que lo siguiese, algunas palabras articuló diciendo sobre el estado de Renata en ese cuarto apartado de la gran casona propiedad del terrateniente Valdéz, tomados de la mano Jasmani y Aaron fueron en búsqueda de Renata que aún estaba desconsolada sollozando acostada en el piso, con gesto enternecedor Jasmani la marcó sentándose sobre una silla poniendo los glúteos de la pequeña sobre sus muslos así sentada algo constipaba, Jasmani continuó haciéndole aquellos acostumbrados mimos para que dejase de llorar y conseguir sacarle sonrisas, Aaron a su lado indicaba el juguete colgado, el adulto preguntó a la niña que si era la causa de su llanto y Renata constestó afirmativamente mviendo la cabeza, Aaron insistía señalando ese objeto para que sea bajado, Jasmani entendió el interés de los niños, el objeto fue bajado, primero lo tomó Renata y luego Aarón, sentado en la silla estaba Jasmani sonriente viéndolos jugar, apretó levemente su pene vestido viendo el traserito vestido que se alzaba sobre ese vestidito lindo bien puesto, se podía ver el color pastel de ese interior que llevaba puesto esa niña de cuatro años, mientras que el niño de tres años arrimado en un rincón demostraba cierta timidez, de eso hacía en cuenta Jasmani, la sentó a la niña sobre su entrepierna para que Reneta sientera el bulto en el traserito y empezó a mover la cadera así sentados los dos, el niño se limitaba a ver esos movimientos de cadera, Renata sonreía, ella sabía en parte lo que trataba ese “jueguito” que había comenzado, cada vez sentía más grande ese bulto sobre su traserito vestido, giró un poco mirando a su iniciador con amplia sonrisa, instintivamente de forma espontánea su manito fue por detrás de su traserito rozando el pene vestido debajo de su interior, se vieron sonrientes, le preguntó si dejaba “jugar”, ella sonrió viendo la presencia de Aaron, como que tenía vergüenza, más si Jasmani le había dicho que nadie supiese de ese “jueguito” el adulto comprendió la actitud de la niña apartándola de su cuerpo, Aaron tenía una mano dentro de su boca, estaba allí bien vestido con su traje de marinerito, Jasmani le dijo al oído a la niña que esperase, que ya volvería y le pasó la lengua por el cuello hasta llegar a las mejillas de lo que dio cuenta Aaron que extendió su mano encaminándolo hacia la gran casona, el ama de llaves le tendió la mamo al niño llevándolo al interior pues iba a vestirse para ser llevado junto a su madre a la plantación donde el prestante padre los esperaba, estaba auna distancia considerable, Jasmani era el encargado de llevarlos como miembro de la seguridad personal de la familia, irían en el camión importado recién comprado en la capital, el cajón del camión estaba siendo cargado para ser transportados con material, Jasmani, caminó a prisa sin ser visto hasta llegar al lugar donde estaba la pequeña Renata sentada en el piso con su arlequín en sus brazos meciendolo como si fuese bebé, el lugar apartado era propicio para lo que deseaba, cerró con seguro la puerta por dentro, sin esperar a más por cuestión de tiempo se sentó en la silla haciendo que la niña apartase el arlequín acuclillándose delante de su iniciador que deslizaba el pantalón y calzoncillo mostrándose el venoso pene al aire, la boca de la niña chupaba el pene erecto metiéndolo y sacándolo de su cavidad bucal, los ojos cerrados y el rostro de Jasmani delataban complacencia, esos labios al contacto con la piel del semen estimulaban el deseo, hizo a un lado a la niña y tomamndose el pene con la mano se masturbaba eyaculando, la niña vio salir semen de ese glande con tronco grueso lleno de pelos, las ultimas gotas quedaron en el prepucio, con el dedo índice tomo un resto de semen apareciendo por la punta del glande llevándolo a los labios de la pequeña siendo rozado y pasando la lengua en parte probaba ese semen, agitó el pene parándose en un rincón micciando unos cuantos segundos, de ahí que fueron a arrimarse a la puerta para oír algún ruido exterior, pero no se escuchaba nada en ese apartado lugar rodeado por el monte alto y tupido, un lugar muy apartado de la casona que Renata por curiosear esos lugares había dado con ese sitio, para Jasmani el tiempo era vital, lamentaba no haber hecho algo más pero había conseguido sexo oral en la pequeña, salieron furtivamente, caminaron con prisa hasta llegar al auto, la niña había dejado el arlequín en aquel lugar siendo puesto donde estaba originalemente, Jasmani lo hizo para no entrar en sospechas, Renata estaba un poco triste sin aquel juguete que había sido su centro de atención, Jasmani le prometió comprarle una muñeca más preciosa en el pueblo si dejase de ponerse triste, la niña dio saltos de alegría, y es en ese mismo instante que Dina de veintitrés años esposa del terrateniente Juan Valdez llevaba de la mano a su pequeño hijo Aarón acompañados de Ana la empleada de la casa madre de Renata, para Jasmani el jefe de seguridad personal de la familia era muy atrayente la esposa del patrón, le llamó la informalidad de su vestimenta no apropiada hacia el lugar de la plantación, Dina supo decirle a Jasmani que estaba indispuesta por su acostumbrada “jaqueca” así que no viajará a la plantación pero su hijo si, en verdad el pequeño Aarón estaba vestido para la ocasión, su padre estaría gustoso de ver a su segundo hijo varón por aquellos lugares, con el camión pasarían por el pueblo comprando viveres para los peones de la plantación, Dina extendió una cantidad de dinero en manos de Jasmani que eran contados, Renata vio con atención esos movimientos de manos, Jasmani y Aarón serían los únicos viajeros, el motor dio arranque, de súbito para sorpresa de todos la pequeña Renata le dijo a su madre Ana que si le daba permiso para acompañarlos, lo hizo con tanta insistencia que la humilde empleada vio en el rostro de su patrona Dina la aprobación, más aún que dentro de la cabina Jasmani y Aarón se adhieren a los deseos de Renata en forma entusiasta para que sea su compañera de viaje, al ver el gesto sonriente de aprobación de su madre se subió de súbito al camión siendo ayudada por Jasmani manifestándole que no tuviese temor pues el transito por el lugar era seguro, el camión arranca, los niños entusiatas miraban por el parabrisa aquel panorama campestre, señalaban las cosas que le llamaban la atención como aquellos animales en los árboles cuando pasaban por tupidos bosques, algunos minutos después ya entraban en el pueblo, Jasmani compró gaseosas en al abacería del lugar propiedad de su gran amigo donde antes trabajaba como despachador, le gustó una muñeca de la estantería entregándosela a Renata que muy feliz la recibió, Aarón recibió un pequeño cochecito y así los dos niños luego de beber las gaseosas partieron en dirección a la plantación, faltaría la mitad del trayecto para llegar, cuando la mirada atenta de Jasmani se posó en la entrepierna de la niña dejándose ver el calzoncito interior amoldado por los labios vaginales, de pronto el pene se le puso erecto, Aarón por su parte inocente de lo ocurrido jugaba con su cochesito sobre el mostrador del camión en marcha, a los pocos minutos los dos niños se pusieron inquietos al sentir que el camión se detenía en una arboleda tupida con maleza alta, a lo lejos se podía escuchar el rio cuyas aguas golpeban las altas rocas del lugar, los tres siguieron un sendero llegando a la orilla del río, el primero en llevarse agua a la boca fue Jasmani ayudando luego a Renata y Aaron a hacer lo mismo pues el calor era abrasador, trató de que el niño no se ensuciase y así se lo hizo saber al pequeño que aceptó ciertas indicaciones de Jasmani de quedarse a jugar en un sitio apartado de la orilla del río bajo frondosos árboles, allí sentado quedó el pequeño Aarón con su cochecito de juguete, entretenido, Renata iba a jugar con su amiguito pero uno de los brazos del adulto no le permitieron su deseo siendo rodeada su cadera caminando adentrándose entre la tupida maleza por un sendero a unos pocos metros donde estaba el niño, Renata tenía su muñeca en su mano, la otra era sostenida por la amno del adulto, Jasmani le dijo que le comprará otro juguete bonito si “jugaban a lo de siempre” y que a cambio no dijese nada de lo que “jugaban”, la niña feliz asintió obediente prometiendo no decir en absoluto a los mayores, pues en verdad a su tierna edad algunas acciones de ese “jueguito” ya le gustaban, limpiaron con las manos y soplaron la arena restante en esa gran roca de plancha que parecía cama natural entre la maleza que la rodeaba junto al sendero de herradura temporal, Jasmani ya antes había estado por estos lugares montando a caballo siguiendo reses, le dijo a la niña que continue soplando mientras iba a ver lo que estaba haciendo el pequeño Aarón, dio unos cuantos pasos y el niño seguía sentado jugando en el mismo lugar donde lo había dejado, le repitió las instrucciones de no moverse y el timido niño las aceptó asintiendo con mirada al piso viendo a su juguetito deslizarse en la arena, Jasmani le dijo que en un ratito seguirían su camino a la plantación, que no se mueva de allí, regresó a donde estaba Renata que seguía soplando la poca arena existente en la gran roca, Jasmani sonrió motivándola al decirle que empiece el “jueguito”, la niña estaba muy obediente ante los gestos de su iniciador, se lo notaba en la cara, con sus manitos se deslizó el calzoncito dejándolo sobre la arena, ella sola sin ayuda se quitaba el vestidito que se posaba sobre el calzoncito, así se mostraba desnuda ante Jasmani, se rascaba la pelvis infantil, tocó el turno de Jasmani, se sentó sobre el altillo que daba a la piedra sacándose las botas y calcetines, se puso en pie desajustandose el cinturón bajándose la cremallera para deslizar el pantalón por las piernas y lo mismo hizo con su chaleco de cuero y su camisa saliendo por los brazos, le dijo a al nena que le baje el calzoncillo, ella se acuclilló bajándolo con sus manitos, los dos se vieron desnudo ante los rayos de sol intermitentes en las sombras que daban por efecto de las ramas de la arboleda, la niña estiró la mano voluntariamente acariciando el pene erecto de Jasmani, la acuclilló para rozarle el pene por los labios, le dijo que abra la boca, al abrirla sintió el glande en su avidad bucal, al sacarle el pene ella probó un sabor peculiar, Jasmani le acarició el pelo, al gesto de su iniciador Renata se acostó sobre la gran roca plana, abrió sus piernas viendo la cara de Jasmani entre ellas, cuya lengua hacía furor entre los labios vaginales y clítoris pues la punta de la lengua del adulto rozaba esa parte institiva de la niña, fue un buen tiempo que se tomó ensalivando y estimulando esa vaginita haciendala gemir a Renata, la sentó y le hizo introducir ese pene en la boca como tiempo antes ya lo había hecho, ya muy ensalivado la recostó sobre la gran roca, agitando el pene le hizo abrir de piernas y ese glande rozaba los labios vaginales, se sentía delicioso pues la saliva lubricaba en ese roce de pieles se hacía de una manera en la que ambos sentían placer, vieron el deslizamiento del glande entre los labios vaginales, ella estaba disponible para cualquier cosa y eso a Jasamni lo hacía feliz, tanto así que le dijo que se acueste de cara a la roca y que abriese sus glúteos con las dos manos, así lo hizo y ahora la lengua rozaba el ano de la pequeña con tanta tibieza que Renata ya gustaba de este “jueguito placentero” a unos pocos metros de allí el pequeño Aarón recibió un sobresalto pues sintió un animal que descendía presuroso por las tupidas ramas haciendo un fuerte estruendo, corrió en dirección a donde estaba Jasmani sin obedecer a lo ordenado, primaba su instintiva seguridad así que el pequeño Aarón corrió lo que más pudo y cual fue su sorpresa de ver el cuerpo desnudo de Jasmani sobre el cuerpo también desnudo de su amiguita Renata, el niño tenía en su mano derecha al cochecito, no lo había soltado, su inocencia no era para dar con el análisis de lo que miraba por su timidez y la fuerte orden de atención que le dio Jasmani al no haber cumplido pese a que el niño le manifestó el motivo con palabras medio articuladas para su tierna edad, Renata desnuda miraba a su amiguito que se limitó a bajar la carita y sentado arrimado a un árbol sobre la arena continuó jugando con su cochecito, Jasmani no dio cuenta de mucha importancia de la presencia del niño, la edad de tres años no era para tanto análisis, eso creía hasta ese momento, así que Jasmani calmó a la pequeña, “tranquila mi apequeña” “él no sabe jugar todavía” “tranquila” así que continuaba con los movimientso sexuales de roce del pene entre los glúteos de Renata, “así” “así” “tranquila” “así” “ves” “él no sabe” el niño miraba fijamente eso, luego vio el cuerpo de su amiguita Renata que era puesto de cara al cielo abriendo las piernitas, el cuerpo desnudo de Jasamni se acostaba levente sobre la niña recibiendo besos y caricias, Aarón vio el pene de Jasmani que rozaba los labios vaginales, ese movimiento de pene sobre los labios vaginales, ese desliz del tronco de pene por la vaginita hizo llamar más la atención e instinto infantil, su mirada fija en esos movimientos lo delataban al pequeño Aarón, instintivamente se acercó para ver de mejor manera cómo la lengua de Jasmani rozaba esos labios vaginales, Aarón vio el rostro coplaciente de Renata, le gustaba eso a su amiguita que le hicieren, Jasmani le dijo que mirase el “jueguito que estaban haciendo”, el nene al ver eso por vez primera simplemente dibujó una sonrisa en su rostro a manera de aprobación, Jasmani le volvió a hacer la pregunta a lo que Aarón emitió la sílaba de “sip” acompañado de “quielo yogal” conocida la inociencia y timidez innata en Aarón no le fue difícil a Jasmani ayudarle a desvestir al pequeño, se mostraba su desnudez y sobre todo ese atrayente penecito en la mirada del adulto, era la primera vez que Jasmani veía desnudo al hijo menor de los patrones, así que lo sentó lentamente cuidado en la gran roca plana abriéndole las piernas, la boca de Jasmani se abrió sacando la lengua cuya punta rozaba por el penecito rosáceo de Aarón que de a poco se ponía erecto lo que hacía feliz a Jasmani quien le preguntó antes alguien había hecho esto, lo que el niño dijo que “no”, renata acostada sobre la roca miraba esos movimientos de la boca de Jasmani en el penecito de Aarón, de pronto Jasmani pensó entonces que era su primera vez y él sería su iniciador, sonrió viendo la carita del niño con sutil extrañeza al ver que su penecito esa atrapado por la cavidad bucal de Jasmani entrando y saliendo ante cada chupada llegada hasta los testículos lampiños del pequeño Aarón, así quedaba recostado viensose el pene erecto ensalivado, al mismo instante que Renata se recostaba recibiendo el deslizamiento del pene erecto sobre su vaginita, Aarón recibía indicaciones de Jasmani de cómo hacer el “jueguito” vio fijamente el glande de Jasmani que rozaba con la punta la entrada de la vaginita e hizo varios lentos movimientos viendo el niño esa postura, ahora le tocaba a él, Jasmani le ayudó colcandose encima de la niña, Jasmani reía, era la primera vez de Aarón sobre una niña, Renata muy quietecita se limitaba a recibir ordenes de su iniciador, Aarón tímidamente miraba su pene maniobrado por los dedos de Jasmani colocándolo entre los labios vaginales de su amiguita, las manos de Jasmani guiaban el movimiento de cadera arriba y abajo mientras a la vez el penecito se deslizaba alzándose y bajándose en desliz entre los labios vaginales de la niña, Jasmani dio unos pasos atrás dejándolo solo al niño con sus aún torpes movimientos de cadera, Jasmani gozaba con eso, la hija de su amante Ana “haciendolo” por primera vez con el hijo del patrón Juaquín Valdez, si supieran, lo que sería el grito a la montaña más alta, Jasmani sonreía de solo pensarlo, ver ambos niños desnudos haciendo el “jueguito” Jasmani le animaba al pequeño Aarón a que continuase con eso pues a veces el pequeño se detenía, Jasmani vio fijamente ese traserito de hermoso varoncito de tres añitos y pensó que también debería ser él quien le diese su primera vez por el traserito, así que le hizo detener bajándolo del cuerpo de Renata que al quedar libre abría sus piernas pasándose los dedos por los labios vaginales, la nena estaba sonriente de lo que dio cuenta Jasmani, el pequeño Aarón fue puesto de cara a la piedra, las manos de Jasmani abrieron la separación de los glúteos infntiles, olió la entrada del ano, había restos de olor a talco pues seguramente al sudar algunas gotas de sudor con talco pasaban por esa parte del cuerpo, eso no importó a Jasmani pasándole su lengua entre la separación del glúteo como había hecho con Renata, esa piel de niño rico bien cuidado lo excitaba a Jasmani, ahora gustaba ver su pene rozando entre los glúteos, decidió depositar saliva en la entrada del ano, la piel de los glúteos brillaban ante la saliva que se desplazaba, el glande entró apenitas haciéndole pujar, Aarón recibía por vez primera el pene de alguien lo que convertía a ese alguien llamado Jasmani a ser su primera experiencia, su iniciador, el primero en hacerlo sentir cuando el glande entró un poquito más, el niño pujó con intento de llorar y eso fue señal para que Jasmani no continuase, aunque lo había hecho, le hizo acostar de cara hacia arriba alzando las piernas infantiles descansando sobre el pecho de Jasmani, el niño vio igual que Renata a ese pene de Jasmani que se deslizaba sobre el penecito lampiño del hijo del patrón, como un flash Jasmani recordaba aquella primera vez con Contardo el hijo de Squeo, la historia se repetía pero ahora con otro hijo de otro patrón a quien también estaba abusando de su confianza, se apartó del pequeño bajando lentamente las piernitas con esos piecitos bien cortadas sus uñas de dedos alargaditos, ahí quedó Aarón que se tocaba el penecito ensalivado viéndose lo rozagante que estaba, se ladeó acostado d eperfil pasandos ela mano por entre los glúteos, Jasmani le dijo a Renata que chupe el penecito de Aarón, la carita de la niña era de cierta satisfacción, para Aarón sería la primera vez que una niña lo haga, y así fue, Jasmani lo acostó de espaldas a la piedra e hizo que abriese las piernas, la cara d ela nena se acercó al penecito del pequeño niño precioso, la lengua de la niña ensalivó al pasar por el tronco de pene y testículos, Aarón arqueó un poco su cuerpo viendo su penecito ensalivado, además su amiguita se acostaba a la orden de Jasmani que ya acostada le dijo al pequeño que se acostase sobre ella, el penecito rozaba la vaginita, Jasmani la abrió con los dedos para ques se pueda deslizar de mejor forma el penecito saliendo algo de su glande por el prepucio, el niño cabizbajo miraba ese movimiento de su pene alzando y bajando caderas en esa vaginita, Jasmani lo apartó para que mirase atento a cómo su grueso pene se deslizaba por la vaginita de la pequeña, “así, así, así” decía con los ojos cerrados, la tuvo “así así, así” por unos instantes, hasta que el movimiento se hizo muy rápido, Aarón miraba la expresión facial de Jasmani, de pronto abrió los ojos y boca exhalando con respiración acelerada igual que inhalaba, ya Renata conocía de eso de lo que ahora descubría Aarón viendo semen salir del pene grueso deslizándose entre los labios vaginales, se apartó diciéndole a Renata que se estuviera quietecita con sus piernas abiertas, Aarón se acercó a ver con detenimiento la vaginita con semen, pasó un dedito por el liquido llevándoselo a la nariz, olía raro aquello con lo que se hacen hijos, le hizo gestos para acercarse a la niña, acomodó el penecito a la altura de la vaginita y empezó a mover sus caderas arriba y abajo haciendo que el penecito se mojase de semen al deslizarlo por los labios vaginales, Jasmani sonreía, el niño se alejó de Renata y estuvo sentado viéndose su penecito con semen, la niña desplazaba el semen con los deditos, Jasmani miró su glande con restos de semen de piel brillosa al sol, tomó del hombro al niño que continuaba viéndose el pene con semen, su pechito en la roca tibia sentía el peso de Jasmani en su espalda haciéndolo pujar pues el glande con semen ahora se deslizaba entre los glúteos del pequeño, para Jasamni era igual hacer sexo a Renata como también al pequeño Aarón, fueron desnudos a la orilla del río entrando al agua a limpiarse los restos de semen, en la orilla Renata acuclillada con las manitos llevaba agua a su vaginita y de forma intermitente se llevaba los dedos a la nariz comprobando que no había semen igual lo hizo con su traserito así acuclillada pasándose el dedo para olérselo, eso le había enseñado Jasmani, luego ingresó al agua, estaba parada en el agua y asi estaba arrimado el pecho de Renata sobre una roca que era tomada apegandose del pecho de Jasmani que dentro del agua le rozaba el glande entre los glúteos, así la tuvo por un instante mientras Aarón sentado en la arena observaba esos movimientos de cadera en la cristalina agua, Jasmani le hizo gestos al niño para que los mire así como estaba pegadito con Renata le decía: “mira cómo la tengo” Jasmani movía las caderas sujetándola por detrás a la pequeña “es mia” le daba muchos besos en las mejillas y en el pelo “es mi mujer” el niño los miraba “nos queremos mucho”, el nene sonreía, Jasmani a Renata continuaba dándole besos en la mejilla y en el pelo a vista del niño sentado de piernas abiertas en la orilla rozando su penecito en la arena, Jasmani le hizo gestos para que se acercase, el tímido niño obediente lo hacía, ahora Aarón estaba detrás de Renata haciendo que su penecito lampiño roce el traserito de la nena, Jasmani le decía en la oreja al nene que repitiera con él: “mira cómo te tengo” al mismo tiempo qye eso decía Aarón movía las caderas sujetándola por detrás a la pequeña “eres mia” le daba muchos besos en las mejillas y en el pelo, Renata sonreía “eres mi mujer” se daban besito mientras movían las caderas, Renata respondía a ese movimiento abrazando al pequeño “nos queremos mucho”, continuaron dándose besos y rozándose los genitales, de repente Aarón se hacía a un lado, lo apartó Jasmani, viendo ahora el pequeño que Renata estaba de espaldas a la roca, Jasmani se inclinaba frente a ella, ahora así parado el pecho de Jasmani se apegaba a la espalda de Renata, y de esa forma rozaba la vaginita con el glande, Aarón miraba esos movimientos de cadera, ahora le tocaba a Aarón, Jasmani gozaba viendo a Renata tomarlo de los hombros para hacerlo de mejor manera, finalmente, Jasmani puso al niño de pecho a la roca sintiendo que el pene de su iniciador rozaba ese culito virgen haciéndole gemir, hizo un giro, se encorvó inclinándose un poco, sus miradas cercanas eran sentidas por la respiración fuerte de Jasmani en la piel humeda infantil de Aarón, el niño vio los labios de Jasamni que se acercaban teniendo Aarón por vez primera un beso apasionado con lengua dado por alguien de su mismo sexo, Jasmani jugaba con su bisexualidad en los niños, admirado hizo un aparte con su rostro pero Jasmani le dio otro a pasionado beso diciendo que goce de aquello, que era amor entre amigos, Renata se acercó a orden de Jasmani y también le dio seguidos besos al pequeño arón cuya timidez se diluía aumentando lamconfianza, entre los tres se besaban por todo el cuerpo diciendo Jasmani que eso era muy rico, fueron a la orilla debajo de la sombra sobre la arena los tres cuerpos se besaban, de vez en cuando Jasmani acostaba al pequeño Aarón de cara sobre la arena para besarle la espalda, cuello, mejillas, glúteos y sobre todo intentar introducir el pene grueso a lo que el niño aguante, al mismo tiempo que a la pequeña Renata, para Jasmani era grato ver los cuerpitos de esos dos niños acostados de cara a la arena, ver esos traseritos rozagantes brillosos por la humedad del agua que se desplpazaba por la pieles que le hacían excitar mucho, con su pene agitado iba rozándoles el traserito con la orden de que no se moviesen, los niños se dejaban, la timidez de Aarón constrastaba con la sonrisa de Renata un año mayor que el niño, complacido estaba Jasmani de ver su glande deslizarse por entre los glúteos con restos de arena, en su mente pensaba que esos niños eran suyos, para Aaron, por ser esta la primera vez del niño Jasmani se consideraba su iniciador, tal es así que la bisexualidad de Jasmani estaba en su esplendor viendo esos traseritos los besaba y lamía como si fuesen helados, luego pasaba el pene por roce en esas pieles, tiempo después de limpiarse y asearse totalmente tuivieron que subir al camión, Jasmani los peinó adecuadamente, durante el recorrido Renata y Aaron conciliaron el sueño, sus boquitas semi abiertas con labios rozagantes delimitaban sus caritas ante el reflejo del sol, sus caritas unidas en el asiento se movien lentamente al ritmo de la marcha del camión, las manitos entrelazadas posaban sobre cada una de sus entrepiernas, Jasmani sonreía, faltaba mucho por llegar, recién iban a medio camino, decidió acelerar, el movimiento brusco del camión en el camino polvoriento con baches hizo que los niños despertasen bruscamente, bostezaron, de inmediato la niña miró el paisaje arrimada a la puerta, Aaron lo hizo sentado con su caractetristica timidez reflejada en su rostro, la niña activa se paraba sobre el amplio asiento del camión, el pequeño se limitaba a verla, de inmediato Jasmani detiene el camión, se escucha la máquina, le hace gestos a la niña para que se siente en su entrepierna adulta, Renata obedece alegremente sentándose sobre su inciador, el movimiento de arranque hizo deslizar su traserito por el pene vestido, la besaba en el cuello haciéndole que sus manitos tomásen el volante, la niña sentía dominio y seguridad con amplia sonrisa, detuvo de nuevo el camión para deslizar la cremallera sacándose el pene que lo vieron los niños, estaba erecto, le bajó el calzoncito a las rodillas y de nuevo la sentó iniciando la marcha, ahora los movimientos que hacía el camión se trasnformaban en deslices de la piel del traserito de Renata sobre el pene de Jasmani que se deslizaba entre la separación de los glúteos infantiles, se alzaba y bajaba la niña, eso de cabalgar miraba con detenimiento el pequeño hijo del patrón, le salía una sonrisa forzada timida, con una mano en el volante y con la otra manoseaba las piernitas y vaginita con los dedos, la niña miraba abiertas sus piernas y por debajo de su vaginita se notaba el pene erecto del chófer, Jasmani le decía que mire eso de tomarse el pene peludo con la mano adulta y estirárselo, el movimiento de mano era frecuente, la besaba por las mejillas mientras ella miraba ese movimientos de manos, luego le hizo abrir más las piernas sentada sobre la entrepierna del chófer, así muy abiertas vio el dedo de Jasmani que rozaba los labios vaginales infantiles, detuvo el camión para disfrutar de hacer esos movimientos vaginales, Aaron ya estaba cerca viendo los dedos recorrer la periferia de la vaginita de Renata, la punta del dedo índice entró lo que más pudo en esa virgen vaginita sacando algo de liquido, Jasmani se llevó el deo a la nariz y luego lo pasó y pasó por la nariz de Aaron y Renata, le hizo subir el calzoncito volviendo a donde estaba sentada antes, Aaron seguía recostado en el amplio asiento viendo las piernas abiertas de Renata que se pasaba los dedos por la vaginita muy sonriente, Jasmani pidió al pequeño Aaron que se siente en su entrepierna como Renata lo estaba antes, el niño obediente se sentó tomando con las dos manitos el volante a ordenes de su iniciador, el camión tuvo marcha, el pequeño sintió el bulto en su traserito, a propósito Jasmani saltaba haciendo reir al niño que recibía caricias en su espalda y hombros, le decía al oído que era un niño muy bonito, le pasaba la lengua haciéndole sentir cosas nuevas, lo apreciaba en su tiritar leve y en su piel, el niño era muy sentible a esos estimulos, Aarón vio que una mano de Jasmani le bajaba la cremallera de su pantalón, le deslizó el calzoncillo sacándole el penecito flácido, el niño miraba el movimiento de los dedos de su inciador en su penecito tratando de hacerlo erectar, hasta momentos después conseguirlo, para asombro de Jasamni el niño tenía un penecito agradable en tamaño con fibrosas venas que se le hacían al estar erectos, el prepucio recubría ampliamente el penecito lampiño de Aaron, el penecito se movía, notó que el camión se detenia para que luego Aaron sintiese algo nuevo, una sensación nueva algo asi como muy raro que dejaba notarlo en su rostro, una profunda timidez ante eso nuevo, Jasmani al notarlo le lamió la oreja y pasó repetidamente la lengua por el cuello y mejillas tantas veces fueron que las manitos de Aaron pasaban por su rostro rosáceo, Jasmani notaba la calma del niño que miraba adelante del parabrisas sujetado al volante con las dos manitos, algo elevó su cuerpo ante la parada del camión, vio las manos de Jasmani que deslizaban su pantalón y calzoncillo, le estaba pasando lo mismo que a Renata hace poco rato, su traserito descubierto rozaba el pene de Jasmani, al movimiento del camión Aaron vio abrirse sus piernas sentado sobre Jasmani, por orden de Jasmani Renata se acercó a ver que por el penecito de Aaron salía ese pene grueso de Jasmani, un dedo de la niña los topaba con alta inquietud, siempre sonriente, Aarón vio el rostro alegre de la traviesa Renata que jugueteaba con el penecito lampiño en la punta de ambos glandes, el niño tuvo un suspiro prolongado viendo ahora a su iniciador que no paraba de reír sintiendo el golpe de la respiración en su pelo, el timido niño sentía el roce del tronco de pene peludo en su pene infantil en que la piel del penecito sentía el roce de la pelvis peluda de Jasmani, en eso de repente un hueco en el camino hizo elevar el camión, los tres saltaron por inercia en varias ocasiones hasta que el camión se estabilizó continuando lentamente la marcha, lo hizo a un lado inclinarse al niño que estaba sentado así le hacia adelante y con un dedo índice Jasmani lo pasó por la separación de los glúteos llevándolo a la nariz para olerlo, luego se lo pasó a la nariz de Renata que con recelo aceptaba la orden de percibir ese olor a restros de materia fecal, la niña sonrió viendo el dedo de Jasmani que le hacía oler a Aaron diciéndole Jasmani al pequeño que eso era suyo y que le salía de sus entrañas, el pequeño simplemente se dejó llevar por los movimientos de los dedos de su iniciador oliéndose parte de sí, Renata siguió viendo los dedos de Jasmani que manoseaban estirando el penecito del pequeño hijo del patrón, Jasmani y la pequeña sonreían mientras que Aaron observaba esos movimientos de dedos con mucha atención, los niños vieron estacionarse el camión arrimandose sobre un frondoso árbol en un desvío el cual Jasmani conocía perfectamente que estaba alejado del camino pedregoso principal, pocos transeúntes pasaban por allí al encontrarse lejos de la civilización, al detenerse el vehículo el pequeño que estaba sentado se separó del cuerpo de Jasmani, lentamente con sus manitos se acomodó el interior desu ropa con esos deditos alargados que tenía y también se arregló su pantalón de campaña agríciola que semanas atrás se lo había comprado su padre para la ocasión cuando estuvo de visita de negocios en la capital, el primero en bajarse del camión fue Jasmani que buscó un árbol para depositar su orina sobre la corteza del grueso tronco, viendo así los hilillos de liquido se deslizaban por el tronco pasando a la arena muy cerca de sus zapatos, los niños miraban el movimiento de ese grueso pene al efecto de ser manoseado por su iniciador y lanzando la orina al exterior, la más atenta era Renata, Jasmani le decía: “mira lo que te gusta” “es tuyo, todo tuyo” Aaron que escuchaba aquello por instinto se acercó también a orinar junto al árbol donde estaba arrimado Jasmani, se miraron los penes, a corta distancia Renata ya estaba puesta de cuclillas orinando bajo un frondozo árbol cercano, los varones vieron la silueta de la niña en esa postura deliciosa, la orina saliendo de la vaginita rosácea, Jasmani le dijo a Aarón que repitiera con él viendo a Renata “mira lo que te gusta” “es tuyo, todo tuyo” renata sonreía, la niña vio inquieta a su lado unos arboles tupidos que botaban unas flores muy amarillas, eran muchas, el suelo parecía una alfobra amarilla y naranja, habían tantas que maravillaban la vista de la pequeña, ante tanta insistencia de la niña aun sentada orinando se acercaron los varones a ver en esa hondonada la maravillosa vista, Renata se subió el interior y juntos los tres caminaron hacia ese hermoso lugar, Jasmani les comentó que eran guayacanes, era la temporada de florecimiento para esos vegetales maravillosos, los niños corrieron por el lugar, Jasmani se sentó debajo de un frondos árbol bajo la sombra viéndolos correr, su mirada estaba fija en los traseritos de esos preciosos niños de tres y cuatro años, que daban roles, esos movimientos le excitaba manoseándose el pene vestido, reía sólo de pensar que había hecho sexo nada mas ni nada menos que al hijo del señor terrateniente de la región y a la hija de su amante en sus ratos de deseo carnal, allí estaban esos dos inocentes niños corriendo sonrientes y muy alegres, Jasamni vio la posición del sol, ya casi hora de llegar, se imaginó conducir el camión acelerando, se puso en pie llamándolos apresuradamente a lo que obedientes se acercaron y juntos los tres caminaban por ese sendero vislumbrando el camión a lo lejos, el sol hacía tenue su presencia, de pronto Jasmani cae al piso en forma inconsciente para angustia de los niños que se asustaron mucho viendo el cuerpo tendido entre las flores de guayacán, temblorosos no sabían qué hacer, Renata a punto de llorar, Aaron estático ante la sorpresa, de pronto, Jasmani levanta su torax quedando sentado emitiendo una amplia carcajada al ver el susto de los dos niños, de súbito los agarra llevándolos a su cuerpo y con ellos dando roles en el suelo de flores tupidas, el asombro y susto de los niños se convirtió en risas descomunales, ellos encima del cuerpo de Jasmani se movían de manera permanente, Renata quedó encima del cuerpo estaico de Jasamni, las manos del adulto rozaban las piernitas metiendo los dedos por el traserito, el dedo más largo de la mano rozaba la entrada del ano, sacó el dedo oliéndolo y haciéndole oler a la niña, acostado a su lado estaba Aaron que recibía el cuerpo de Jasmani hacindole roles en el suelo, la niña arrodillada al piso miraba a los varones moverse por el suelo, Jasmani acostado de espalda tenia acostado sobre su cuerpo al pequeño, le manoseaba el trasero vestido, ya para ese momento el pantalón estaba con un poco de mugre, unieron las frentes y Jasamni viendo fijamente e rotro del pequeño que desviaba la mirada fruto de su timidez, poco a poco acercó sus labios a los de Aaron sintiendo su humeddad con un prolongado beso a presencia de Renata que vio el momento en que Jasmani se puso en pie levantando al pequeño llevándolo marcado hacia la espesura, debajo de un árbol caído lo sentó y volvió a darle prolongados besos que tímidamente los permitía correspondiendo levemente ante la enseñanza de Jasmani bajo consejo de decirle cómo besar, Jasmani probaba esos labios de tres años, rozagantes con abundante saliva lo que le excitaba yendo a besarle el cuello prolongadamente ante mirada pasiva de la pequeña Renata estando junto a él, al terminar de besar el rostro hermoso del pequeño dio un giro viendo detrás la presencia de Renata, lo puso en pie al niño sobre ese tronco de árbol caído y le bajó la cremallera de su pantaloncito de campaña sacándole el penecito que lo lamía en repetidas ocasiones, con un gesto hizo que Renata se acerque y también le lamiera el penecito al niño, después de bajarlo del tronco le deslizó el pantaloncito hasta quedar a los tobillos junto con el calzoncillo, lo miso hizo con el calzoncito de Renata, ambos niños se vieron de nuevo los genitales descubiertos, Jasmani los recostó sobre el tronco mostrándose visiblemente esos traseritos a los que empezó a besar prolongadamente pasándole la lengua dejando restos de saliva sobre esas lozanas pieles, abrió oliendoles la separación de los glúteos, de igual forma a ambos les pasó el pene, estaba maravillado viendo esos traseritos de la hija de su amante y el hijo del patrón, no paraba de sonreír complaciente viendo a esos niños hermosos, se dejaba notar su bisexualidad campeante en ese momento, al acostarlos de espaldas sobre ese tronco vio a plenitud ese penecito y vaginita, vieron cómo el pene peludo se deslizaba uno sobre el otro lampiño, las caderas de Jasmani se movían lentamente primero en el niño y luego en la niña sin dejar de mirar esos movimientos alternativos, cada uno le daba beso con lengua mientras deslizaba su pene por esa vaginita y ese penecito diciéndoles que mirasen ese movimiento, así, así los tuvo por un momento hasta que decidió limpiarles y subir al camión, alternadamente lo niños se sentaban sobre la entrepierna del adulto dejándose lamer el cuello y sintiendo la respiración del adulto en su nuca y pelo sedoso lacio muy parecido entre los niños, para Jasmani ese día sería muy especial en su vida, había desarrollado a plenitud su bisexualidad de una manera muy jocosa y placentera.
* * * * * * *
La tela del short se deslizaba por esas piernas sedosas y rígidas delimitando la piel lampiña, unos labios se acercaban al contacto con la piel de la nuca infantil impregnándose de a poco haciéndolo sentir, los ojos con cabeza cabizbaja miraban de a poco el penecito erecto que lo mostraba la tela del calzoncillo, de inmediato éste también se deslizó por las piernas hasta llegar al suelo, a los tobillos, así, el penecito liberado era estirado de inmediato por esos dedos grandes alargados, con su carita arrimada a la pared miraba el estiramiento delicado de su penecito al mismo tiempo que sentía la lengua recorrer su cuello haciéndole estremecer de gusto al que ya estaba acostumbrado, se volteó mirando fijamente a su iniciador, luego de frotarse la nariz vinieron los besos con legua, la unión de sus pelvis, ese roce de penes desproporcionados por la edad, vinieron las caricias, los manoseos, aquel abrir y cerrar de ojos, vinieron otra vez los besos cayendo lentamente en la cama, vinieron las palabras suaves y sutiles a los oídos del iniciado, vinieron los toques y sonrisas, lentamente se acostaba en la cama, lentamente se dejaba abrir el trasero, así, lentamente el glande se colocaba en la entrada de ese delicioso ano humedecido desde antes, al oído le recordaba con frases emotivas lo vivido en aquella vez, en aquella roca plana de aquel parque, al escuchar el relato, el niño se relaja y pensaba en aquello, de su entrega la recordaba con los ojos cerrados, recordaba aquel dolor anal que luego se fue convirtiendo en deseo, en necesidad, en ansiedad, recordaba a ojos cerrados aquel miedo ante lo desconocido que luego fue saber desearle en todo momento, desear su cuerpo, recordaba a ojos cerrados aquella angustia ahora convertida en seguridad y necesidad, aquel recelo que ahora era entrega, sí, el glande de Wilson iba entrando en el ano de Daniel Eduardo, aquel niño precioso que escuchaba de su iniciador la frase repetida de buen chico al momento de ir penetrando, buen chico, buen chico, buen chico, así, así, así, ambos en un solo cuerpo, amándose y entregándose a la pasión, ese glande entraba en las entrañas de ese precioso niño, el húmedo pene entraba y salía haciéndolo gemir, haciendo con sus movimientos provocándole que muerda los labios, haciéndole sentir que era parte de su vida, haciéndole entender que era su pertenencia y que a la vez era su entrega, las embestidas continuaron, lo dejó allí al pene latente por un momento, dentro de sus entrañas infantiles, es que desde hace muchos meses atrás no lo habían hecho, guardaban las apariencias, nadie sospechaba de esa relación sexual, sólo se creía que ambos eran unos buenos amigos, que tenían más que una amistad, una gran “hermandad”, compartían muchas cosas, pero la cama era la más especial, estaban en ese momento viviendo su dicha de pertenecerse, Wilson sacó el pene agitándolo, aún no deseaba terminar, el niño se sentó sobre la pelvis de Wilson que estaba acostado ya totalmente desnudo, Daniel Eduardo abrió su trasero en las uniones de los glúteos descendiendo ante el contacto del glande que entraba, subía y bajaba, subía y bajaba repetidamente hasta cabalgar, el movimiento de la cama era de lo mejor, los resortes sonaban demostrando estar oxidados, las manitos férreas en las caderas de Wilson, ambos sentían aquello con los ojos cerrados, lo hicieron así hasta el cansancio, la espalda del niño se recostaba sobre el pecho de su iniciador, así abiertas sus piernitas miraba sobresalir por su penecito el pene grueso erecto que antes estuvo dentro de sus entrañas por su ano rosáceo jugoso y delicioso, al oído le decía si le gustaba a lo que el niño respondía afirmativamente con su carita, le besaba el cuello en forma intensa haciéndole saber lo mucho que lo deseaba, se miraban los penes, la nariz de Wilson recorría el sedoso pelo lacio de Danielito, como le decía cariñosamente, le hizo poner en posición “perrito” sobre la cama y le fue introduciendo el pene empujándole repetidamente con la ayuda de los movimientos de cadera, el niño recibía los embistes de buena forma, lo tenía agarrado de los hombros impulsándose con el deseo de sentir y hacerse sentir, los testículos se movían rozando la entrada del trasero, el pelo se deslizaba por esa piel infantil suave, le demostraba quien era su dueño, así cada vez los movimientos eran rudos con los embistes del meter y sacar constante, se lo hizo hasta el cansancio, a punto estuvo de eyacular pero se contuvo, quería más, era su momento, hace tiempo no tenía ese cuerpo para hacerlo disfrutar, hicieron un corto 69 en donde se mostraba su acelerada respiración, se lamieron y chuparon los penes para luego quedar acostados uno sobre otro dando roles en la cama, Wilson gustaba deleitarse con ese cuerpito infantil de su vecinito, hicieron una pausa, así acostados, recuperando fuerzas para continuar, los dedos de Wilson pasaban por los brazos del pequeño, hasta llegar a su rostro, estaba acostado de perfil sintiendo el roce del pene de Wilson en su traserito, el aliento y respiración chocando con su cuello y pelo, el niño meditaba, recordaba lo que había ocurrido momentos antes, su madre, muy atenta lo recibía tras su llegada del internado, alegre como siempre de pasar con ella el fin de semana, pero esta vez no sería así, ella tenía otros planes, aquel “señor” la había invitado a pasar el fin de semana a la casa de campo de su propiedad que recientemente había comprado hace pocos días allá por las afueras de la ciudad en la zona rural, el pequeño Danielito mimado de mamá pensó que también iría pero no, esta vez ella nomás con “ese hombre” como mentalmente se refería del compañero sentimental de su madre, su ánimo bajó, lo expresó en su rostro y tras varios mimos lo convenció de que aceptase su decisión de dejarlo al cuidado de la vecina, a fin de cuentas ya para el domingo en lo que restaba del día podrían disfrutarlo comiendo algo en el céntrico lugar, Daniel sabía que no sería así, que su madre llegaría cansada sin otro ánimo que no sea dormir, ese “señor” ocupaba todo el tiempo a su madre restándoselo al niño, tocaba el claxon, el sonido venía de aquel lujoso auto, ya las petacas estaban listas, el “señor” sonriente le hacía señas para que entrase, le tomó la barbilla con mimos y se despidió de su hijo dándole un beso en la mejilla y frente, que no se apurase le dijo, que ya pronto volverá, se encerró en su casa, al poco rato la atenta vecina en compañía de Wilson le llevaban de comer, la anciana se despide quedando Wilson a la compañía, el niño vio el rostro de su iniciador y la sonrisa insinuante con las caricias en su piel lo decía todo… ahora Daniel se levantó de la cama dejándolo a Wilson que miraba su caminar hacia el espejo, el pequeño miraba su cuerpo desnudo reflejado en el espejo de gran armario que ese “señor” le había comprado a su madre así como otras cosas como a él lo que es juguetes, detrás de su cuerpo estaba reflejado el cuerpo de Wilson que lo tomaba de los hombros, se reclinó con su barbilla en uno de sus hombros viéndole el penecito erecto le dijo que ya le había crecido otro poquito, y que aún seguía siendo ese hermoso niño de la primera vez, ambos sonrieron sin decir palabras, tomándole de la cintura le guió hacia la cama colmándolo de besos y caricias haciéndole acostar lentamente, se acostó encima de su cuerpito para darle besos prolongados con lengua que entraba en su cavidad bucal rozándola, le hizo abrir las piernitas llegando los tobillos a sus hombros, el glande mojado de líquido preseminal entraba en el ano con restos de saliva así de poquito en poquito entraba, se escuchaba salir de labios de Wilson la palabras así, así, así, buen chico, mi pequeño, así, así, así, al aguante, así, hasta quedar todo ese “fierro” adentro, allí lo dejó en las entrañas de Danielito, gozaba de ese latir de esa humedad, era su “hembrita” exclamando graciosamente, Danielito, Danielitooo, Danieliiiittttooooo, de pronto el semen depositado dentro del infante salía junto con el glande, el niño no se movió así de estático sintiendo el semen salir de su traserito deslizándose por su piel, Wilson tomó un poco de semen con sus dedos recogiéndolo del trasero del niño volteándolo y lo deslizó por todo el penecito y testículos lampiños, miraban esos movimientos deliciosos de manos sobre el penecito lampiño, el niño seguía estático viendo lo que hacían en su penecito, se limitaba a sonreír, fueron a ducharse, ambos cuerpos unidos se besaban ante el escurrimiento del agua, se enjabonaron con mucho apego, no sin dejarse de besar apasionadamente y de introducirle el dedo en el anito encorvándose para que pudiera entrar de mejor forma en el traserito del niño, luego el pene con espuma de jabón entraba en el ano irritándolo un poco hasta lavarlo bien, se vistieron y salieron a la calle a tomar gaseosa y a comer los deliciosos hot dog de reciente moda en aquella época finales de los cincuenta, también fue formidable para el amante y la madre de Danielito pues gustaron de una velada fantástica y luego de tanta apasionada entrega sexual recibieron el segundo domingo de diciembre de 1957, desnudos en una cama a soslayo de luz solar ante la caída de flores de guayacanes sobre la ventana.
FIN DEL CENTÉSIMO OCTOGÉSIMO TERCER EPISODIO
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