METAMORFOSIS 190
Enrumbado.
Un taxi corría por las calles empedradas por la que se describían charcos de agua tras una fuerte lluvia de la pasada noche, de este vehículo salieron dos personajes y lo hicieron con mucha precaución, temían mojar los zapatos que tanto trabajo los habían mantenido bien lustrados, igual su peinado diseñado a la época, el chófer dio el cambio a Luciano y viendo el rostro feliz de Luis Alfonso entraron en la casa de arriendo que por muchos años la habitaba Luciano, dejaron los cobertores en la silla adjunta a la sala, bebieron jugo de fruta ante el intenso calor, se miraban con esa complicidad típica en ambos a los que luego emiten una amplia sonrisa, la mano apoyada en la rodilla de Luis Alfonso era frotada por la mano de Luciano, los dedos se entrelazaron suavemente, sintieron el calor de su piel, sus bocas se acercaron lentamente hasta que los labios se rozaban haciendo acogedor esa respiración en su piel, lentamente los labios se iban rozando hasta consolidar apasionados besos, deseaban amarse más de lo acostumbrado, el tiempo apremiaba, para Luis Alfonso eran pocos los momentos que le quedaban de estudiante en el internado de la capital, Luciano, su maestro, en todo, por eso de inmediato una petición verbal llegó a oídos del visitante por parte del anfitrión haciendo gestos delicados, de tal modo que se levantaron de los asientos, la mano de Luciano apoyada en el hombro de Luis Alfonso los conduciría hacia la habitación con la intención de consumar su apego, pero su trayectoria fue interrumpida de súbito por la presencia del pequeño Venancio de casi siete años y de su hermana Amaranta de casi nueve años, ambos niños de piel morena clara, llevaban en sus manos un frasco de jalea hecha por la madre de los niños, todos se sentaron alrededor de la cocina para servirse con pan y queso justamente recién comprados al salir del internado en una abacería muy cercana, a ese momento la garúa había terminado, se sentía la frescura del ambiente, a voz de la madre, Venancio y Amaranta salieron presurosos despidiéndose con amplia sonrisa, la puerta quedó entreabierta, Luciano y su joven amante colegial quedaron en la salita de la casa, volvieron a verse de una forma cómplice, comían delicadamente haciéndose juegos en la mejilla y nariz con la jalea recién regalada, volvieron las risas cómplices, había pasado un rato desde la despedida de los niños, se sentaron para continuar con sus besos apasionados, cerraron la puerta principal, caminaron lentamente hacia el dormitorio y estando allí se quitaban la ropa que cubría su torso y de inmediato venían los manoseos, ese sentir al tacto, ese deseo de pertenecerse, esa atracción mutua, recordando ese primer encuentro en el internado, de a poco se quitaban la ropa instintivamente así lentamente el cuerpo desnudo de Luis Alfonso iba recostándose en la cama, recibía en su pecho el cuerpo de Luciano, el roce mutuo de los penes peludos no se hizo esperar viéndose el desliz de los glandes entre sí, entrelazaron las manos teniendo sus brazos estirados, gemían de placer, los besos se hicieron constantes, la cama sonaba con los movimientos de sus cuerpos activando las caderas, quien lo creyera, maestro y alumno juntos haciéndose el amor, los gemidos se hicieron más frecuentes, el tono subió, sobre todo el de Luciano muy complaciente de la delicia de ese cuerpo juvenil, de pronto, estando en el clímax, se escucharon golpes en la puerta, eran entrecortados en sonido, Luciano absorto se levantó presuroso de la cama dejando acostado a Luis Alfonso, quien boquiabierto temía ser descubierto en ese lugar por algún hombre contratado por su padre, temía lo peor, pensaba que seguramente algún conocido de su padre lo habría seguido, más inquieto quedó pensando en que tal vez sería su padre el afamado doctor Luis Daniel Pérez, el arrendatario de casa como pudo tomó su pantalón y camisa en las manos arrimándose a la ventana deslizando la cortina avistando en la puerta la presencia de quien golpeaba la puerta, se trataba del pequeño Venancio, quien tocaba la puerta con insistencia, portaba en sus manitos un pequeño bulto cubierto de papel, Luciano sonrió al verlo dejando parte de la ropa formal en el sofá regalo de los sacerdotes del internado donde laboraba, quedó en camisa y pantalón con sandalias, abrió la puerta recibiendo con atenta sonrisa que contagió al niño, Luciano vio a su alrededor comenzando por la vista a la calle mojada de lluvia caída en minutos antes, vio enfrente la casa humilde en la que vivía el pequeño Venancio donde se podía ver las ventanas cerradas y la estaba puerta entreabierta, eso sucedía cuando la madre de los pequeños salía a trabajar o a acudir de improviso a la casa de los Alpízar quedando los niños dentro de casa, vio la bicicleta de Reginaldo de once años que siempre visitaba a los niños, y en muchas veces la mamá de los pequeños le confiaba el cuidado de sus pequeños Amaranta de casi nueve años y Venancio de casi siete años, Luciano sonrió viendo a Amaranta y Reginaldo asomados apenas por la ventana que miraban las manos estiradas de Luciano posándose en los hombros del pequeño haciéndolo pasar al interior de la casa de arriendo, Venancio estiró sus bracitos con las manos tendidas entregándole el bulto, Venancio lo puso en la mesita y vio que se cerraba la puerta antes entreabierta en la casa de Venancio, era señal de que Reginaldo y Amaranta deseaban estar solos, así con ese pretexto del pequeño en casa de Luciano quedaría con el adulto por algún rato mientras los dos pequeños en esa casa humilde cerrada harían sus travesuras sexuales, Luciano sonrió y cerró la puerta de su casa de arriendo haciéndolo sentar al niño mientras abría el bulto, se trataba otro tipo de jalea de frutas combinadas y confitadas cuyo sabor tanto le gustaba a Luciano, el niño dijo que era preparada por su mamá y que su hermana ordenó que le trajera en este momento, Luciano agradeció acercándose a darle un prolongado beso en la frente, luego daba cortos besos en las mejillas haciéndolo enrojecer de la timidez aunque él pequeño Venancio sabía el motivo de aquellos besos prolongados que ya no llevaban gestos de agradecimiento sino de algo más, Luciano con señas le condujo la mirada al niño a su entrepierna y le pregunto si “lo quería ver”, Venancio sonrió tímidamente como respuesta viendo el bulto que se formaba en la entrepierna del adulto iniciador, le insistió en la pregunta, Venancio nuevamente sonreía, ahora sus miradas se cruzaban, el niño vio la ternura en el rostro de Luciano cuando le pronunciaba con gestos el deseo de “mostrárselo” en la cama, Venancio se limitaba a sonreír tímidamente, se dejó llevar de Luciano conduciéndolo a la habitación con el bulto de jalea en su mano y la otra apoyada en el hombro del niño dirigiéndolo al dormitorio donde estaba el cuerpo desnudo de Luis Alfonso cubierto entre sabanas dejándose ver el rostro de alivio al reconocer que se trataba de Venancio y no de su padre el doctor Pérez, el bulto quedó abierto sobre la mesita de noche, Luciano y Luis Alfonso probaron la jalea de frutas hecha por la madre de Venancio intercambiándose la cuchara en sus bocas, Luis Alfonso estaba sentado al filo de cama desnudo deleitándose de la jalea siendo visto por Venancio arrimado desde un rincón, al notarse que era visto por el niño le respondió sonriente que estaba deliciosa , Luciano se acercó delante del niño y se deslizó el pantalón y el calzoncillo dejándose ver ese abultado pene erecto en el que se podía notar ese glande con venas enrojecido producto del frote anterior, lo tomó al pene y lo pasó por las mejillas del niño para luego rozarlo por los labios, Venancio estaba viendo a Luis Alfonso que sonreía con timidez, por ello recibió caricias en su pelo por parte de Luis Alfonso con la intención de entrar en confianza invitándole a “jugar” en la cama, pues iba a ser divertido, a la idea se sumó Luciano que con sus manos sentaba al niño para que se descalce sus sandalias quedando esos dedos de pies descubiertos bien formaditos, asimismo le sacó la remera que llevaba puesta para luego ponerlo en pie y deslizarle poco a poco el pijama que llevaba puesto quedando completamente desnudo viéndose su cuerpo en ese amplio espejo, los tres cuerpos desnudos posaban para el espejos haciendo mimos, los tres se movían en roles en la cama haciéndose cosquillas más en la humanidad de Venancio, con eso Luciano y Luis Alfonso aumentaban la confianza del niño, hacían luchitas en la cama cayendo lentamente al piso, las risas no se hacían esperar más por parte del niño, llegó el momento en que Luciano quedó encima de Luis Alfonso, pecho a pecho juntos, quedaron así estáticos por un instante, acostados en el piso, mientras que Venancio sentado desde la cama estirándose el pene producto de muchas cosquillas miraba luego que se alzaba la cintura de Luciano y la bajaba en forma repetida haciendo que su pene se deslice sobre el pene peludo del muchacho, Venancio contemplaba con detenimiento esos movimientos de caderas y esas manos que acariciaban los cuerpos desnudos, posteriormente Luis Alfonso se encorvó en el extremo de la cama, con la mano Luciano entallaba el pene peludo en el trasero del muchacho de tal manera que se deslizaba con pausa y seguridad, vio la cara de felicidad del muchacho al ser sodomizado, Venancio sorprendido se acercó a ver que todo el pene estaba dentro del trasero, Venancio continuaba atento ante la entrada y salida del pene por el ano juvenil viendo que Luis Alfonso sonreía con mucho gusto, para el sorprendido Venancio ver eso era el momento de vivirlo a través de esos dos cuerpos, les vio el rostro de satisfacción a Luciano y a Luis Alfonso, por un rato Venancio sentado en la cama estirándose el pene a piernas abiertas vio esas penetradas con movimientos de caderas, luego fue el turno de Luis Alfonso que ahora le introducía su pene en el trasero de Luciano, eso asombró un poco más al niño Venancio, ver a su iniciador siendo sometido por el muchacho expresando gemidos y uno que otro alarido ante ese hermoso y jugoso pene, Venancio viendo eso se estiraba el pene tal como se lo había enseñado su iniciador Luciano de la Sierva otrora descendiente de prestantes comerciantes de la capital, la expresión de Luciano era de agradable deseo por lo que le estaba haciendo el joven amante en presencia del niño, las embestidas eran mucho más rápidas y al sacar el pene se podía ver el glande rosáceo producto de tanta acción, Luciano se pasaba los dedos por el trasero y con la otra mano se estiraba el pene igual que lo hacía Luis Alfonso sentado ahora junto al pequeño Venancio que sonreía tímidamente viendo esos penes gruesos peludos, en contraste con su pene lampiño, al instante la mano de Luis Alfonso estiraba el penecito de Venancio dándole placer con las caricias de los dedos en el tronco del pene y frotando las yemas de los dedos aquel glande recubierto del prepucio demostrando la virginidad del niño, Luciano se acercó con la jalea abierta poniéndose un poco en su glande, se sentó en el borde de la cama junto a Venancio e hizo que Luis Alfonso le lamiese el glande con jalea, Venancio estaba sentado en la cama con las piernas cruzadas arqueadas miraba ese movimiento estirándose el pene para luego acostarse de perfil rascándose el traserito pasándose los dedos por la separación de los glúteos, mientras tanto Luis Alfonso degustaba de hacer sexo oral en el pene de Luciano para pasar a sentarse en la cama untándose jalea y sería ahora Luciano quien lamía la jalea del pene de Luis Alfonso, los movimientos del adulto eran pausados, disfrutaba de mejor forma ese pene de un joven tan lindo, era el preferido de su clase, lamía cerrando los ojos con satisfacción plena, los tres quedaron acostados en la cama con los penes erectos indicando el techo, se notaba la infantilidad, juventud y adultez en sus pieles, suspiraban tocándose los penes, Luciano era el más feliz, hizo levantar al pequeño Venancio poniéndole en pie al niño sin dejar desapercibido el grueso de sus piernitas bien formadas igual que los dedos de los pies que se hacían agradables a la vista, Venancio veía sorprendido el movimiento de los dedos de Luciano untando jalea en la piel de su pene cubriéndolo totalmente hasta llegar a cubrir también los testículos lampiños, nunca se imaginó que para esto que estaba viendo serviría el regalo de su madre, Luis Alfonso tomó un poco de jalea entre sus dedos y le puso a Venancio en la entrada de traserito angelical, así, alzando las piernitas y tomando por delante del niño Luciano lamía el penecito en constantes movimiento de dedos mientras que por detrás la lengua de Luis Alfonso recorría la separación de los glúteos del pequeño, haciéndolo emitir respiración acelerada y una que otra forma de alarido, para el nene eso era algo nuevo, el nene con los ojos cerrados disfrutaba mordiéndose los labios en señal de inusitado placer, estaba experimentando algo delicioso, se notaba al ver la pasividad en su rostro angelical de casi siete años, fue largo el momento vivido, Venancio se puso en pie mientras ahora arrodillados estaban en su delante Luciano y por detrás Luis Alfonso, ambos estaban al mismo tiempo lamiéndole de una manera muy lenta y pausada estimulando al niño al placer, sentía el poder de esas lenguas en su culito y en su penecito al mismo tiempo, luego Luciano se sentó en el extremo de la cama sobre él lo sentó a Venancio de tal forma que entre las piernas abiertas sobresalía por debajo su penecito aquel grueso pene de Luciano quedando muy unidos lo que hizo propicio para que La boca de Luis Alfonso lamiese los restos de jalea quedados en ambos penes, los tres quedaron acostados de perfil, Luciano le hizo alzar una pierna del niño sobre su muslo velludo, estaban rozándose sus frentes al tiempo que por detrás del cuerpito de Venancio se estaba acostando Luis Alfonso que besaba el cuello y espalda del niño, eso puso relajante a Venancio sintiendo luego el deslizamiento del joven pene entre sus infantiles muslos, ambos le preguntaban si era de su gusto aquello y el niño se resignaba a asentir con timidez ante tanta insistencia de preguntas, posteriormente Luciano y Luis Alfonso se sentaron al borde de la cama con sus glandes recubiertos de jalea, Venancio estaba arrodillado en su delante tomando con sus manitos primero el glande de Luciano al que le hacía sexo oral y alternaba en segundo lugar con el glande de Luis Alfonso, los labios carnosos del niño delimitaban sus líneas de acción en el deslizamiento de piel para ambos, el niño mientras lamía ambos penes peludos se estiraba el penecito con una mano mientras sostenía la acción de sexo oral, los ojos estaban cerrados, las cejas se notaban bien definidas y lo rosáceo de su piel en el rostro mostraban lo hermoso de tal acción sexual, sobre todo cuando la punta de la lengua del niño pasaba por debajo de los penes recorriendo los testículos peludos, uno que otro pelo se quedaba en sus labios al pasar por esos penes, Venancio ya sentía próxima la metamorfosis sexual en su vida, la mano de Luciano recorría la espalda del pequeño dándole masajes estimulantes para que continuara lamiendo el glande de su iniciador, al mismo tiempo las manos de Luis Alfonso rozaban la piel de los glúteos infantiles de Venancio, así, así por un lapso de tiempo prolongado el niño lamía ambos penes luego lo encorvaron sobre el extremo de la cama con el trasero alzado o empinado hacia arriba, el dedo índice de Luciano untaba jalea en la piel y en la entrada de ese ano de niño precioso ante la vista de Luis Alfonso que continuaba acostado en la cama estirándose el pene ensalivado libre de jalea, Luciano fue acercando el pene erecto a ese traserito con jalea haciéndole repetidos roces, el niño gemía ante ese movimiento del glande en las proximidades de la entrada del ano infantil, fueron muchos roces, en ese preciso momento el pene de Luis Alfonso lo colocaba en la boca del niño mientras en su trasero Luciano continuaba con los roces hasta que el pequeño Venancio sintió en su espalda ese líquido acostumbrado en cada ocasión que anunciaba la finalización del “jueguito”, sin embargo Luciano continuó rozándole el glande con semen en el traserito del niño, Luis Alfonso por su parte lanzó el semen al rostro del pequeño que allí sentado estaba con la cara del niño que impregnaba el semen en las mejillas, nariz y sus labios, lentamente pusieron en pie al niño, por sus piernitas rellenitas se deslizaba el semen desde su trasero a la vez que su barbilla deslizaba el semen de Luis Alfonso, en ambas partes había gran cantidad de semen, impregnado en la piel, le hicieron dar vuelta como si fuese a modelar por la habitación, las miradas complacientes al ver a ese niño con semen en cara y trasero, la metamorfosis de Venancio se estaba desarrollando y con la incidencia de Luciano y Luis Alfonso, ya para ese momento en Venancio no existía vergüenza ni recelo sino más bien una satisfacción por lo hecho en el “jueguito”, había pasado un buen tiempo desde la llegada de Venancio, dieron cuenta de aquello y así lo limpiaron y vistieron diciendo que jugase en la salita con la idea de que le darían un premio por su gran contribución a ese “juego” ordenándole que no divulgase lo hecho en esa habitación, lentamente el niño asintió obediente yendo a la salita a pasos lentos, se sentó un poco pensativo pasándose la mano por el traserito y el penecito, mientras en la habitación Luciano penetraba el trasero de Luis Alfonso con su pene con semen y luego de igual forma Luis Alfonso lo hacía con Luciano, quedaron abrazados en la cama dándose muchos besos, así quedaban desnudos cubiertos a medias con su sábana en esa cama testigo de tanto encuentros sexuales, el lugar apartado de la capital daba para aquello, pues poca gente vivía en los alrededores, en aquellos terrenos baldíos, allí había llegado la familia de Venancio con la esperanza de nueva vida para vivir mejor, pero los acontecimientos nefastos marcaron la vida del niño, primero el inexplicable asesinato de su padre en manos de aún no identificados asesinos, luego la muerte de sus dos hermanos mayores en las mismas circunstancias, ahora sólo a Venancio le quedaba como familia su hermana, su madre y sus parientes del interior del país de la canela, estando en la sala el niño suspiraba, sentado pensativo esperando nuevas órdenes de los que se encontraban dentro, no se atrevía a desobedecer a Luciano pues ya antes lo había hecho y recibió indiferencia y la negación de aquellos juguetes y golosinas que a él tanto gustaba, pero la inquietud del niño se hacía mayor, decidió regresar al dormitorio viendo a través de la hendija de la puerta a los dos cuerpos desnudos que se manoseaban, se vieron observados por detrás de la puerta por Venancio, estaban muy alegres y sin recelo más que con mucha confianza le dijeron que abra la puerta, sabían que estaba allí, el niño se deja ver, con absoluta confianza le invitaron a que se junte con ellos, Venancio con timidez se descalzaba las sandalias y se adentraba ente las sábanas, los cosquilleos no se hicieron esperar, así como los besos por todo su cuerpo, el niño estaba en medio de los cuerpos desnudos, su pelo era acariciado a cuatro manos, la lengua de ellos la pasaban por la nuca y orejas, le daban besos cortos pero significativos, alientos y golpes de respiración de piel estimulantes, espontáneamente las manitos rozaban los brazos de Luciano y Luis Alfonso, ellos notaron la mirada del pequeño en sus penes, el niño sonreía viendo esos penes, insinuaba que deseaba más con su mirada, así que fue llevada su cabeza a la entrepierna del cuerpo acostado de Luciano, el niño abrió la boca y se complacía con sus insinuaciones pues eso quería, lamer y chupar penes, así estuvo por unos instantes, luego fue a lamer el pene de Luis Alfonso mientras su pelo era acariciado constantemente, en forma alternada les hacía sexo oral a ambos penes peludos, hasta que se escuchó un claxon proveniente de la calle, el sonido era característico del auto en el que llegaba a casa de Venancio, el nene de un impulso se sentó en el extremo de cama, seguramente pensó que para ese momento quien llegaba era su mamá con algunos objetos comprados en el centro de la capital, se puso las sandalias y salió en presurosa carrera, al salir vio que realmente era el auto negro de aquel señor amigo de su mamá y vio a su hermana saliendo de la casa humilde, su mamá le estiró un paquete desde la ventana para ser recibido por la pequeña que junto a su lado se acercaba Reginaldo estirándose la tela del pantalón de su trasero así como también de su pene, fue rápida la entrega que el vehículo dio marcha regresando a la urbe capitalina, los niños muy alegres entraron con el paquete, eran víveres, desde la ventana Venancio vio salir a Luciano que despedía a Luis Alfonso, el pequeño agitó sus manitos despidiéndole y su sorpresa fue que Luis Alfonso le llamó con gestos a lo que el obediente niño se acercó para recibir unos dulces finos sacados de la mochila, el joven acarició el pelo del niño y se despidió ante la atenta mirada sonriente de Luciano de la Sierva.
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El cuerpito se movía en la cama con cierta pausa, estaba cubierto con gruesa sábana, ya había días con sol aparente, el décimo noveno día del mes de abril de 1958 era uno de ellos, la nena se movía con algo de inquietud, había soñado algo muy fuerte a tal grado que se despertó muy inquieta, se notaba su sudor, hizo a un lado las sábanas, se sentó arrimada sobre el espaldar de su cama, su respiración descendía de su aceleración, tenía sus manitos entrelazadas, vio su camisón de dormir, vio sus piecitos descalzos, movía los deditos con ansiedad, se sentía la tibieza del ambiente, estiró los brazos aun pensando en lo soñado, bostezaba repetidamente, a lo lejos en la sala se escuchaba el radio con las noticias, su madre preparaba el desayuno junto con su abuela, sonrió pensando en lo que estarían haciendo, de pronto escuchó una voz familiar luego risas, pensó que era él, se le iluminó el semblante, ella de un impulso se levantó de la cama, se puso las pantuflas y caminó en dirección de donde provenían esas voces, iba muy feliz a su encuentro, sólo que al verle se desaminó arrimándose en el marco de la puerta, allí estaba Leroy haciéndole mimos a Aiden, estaban sentados, “eres un niño muy precioso” “¡sí!” lo besaba diciéndole “¡muy precioso!” le hacía cosquillas haciéndole reír delante de las dos mujeres que gozaban al verles jugar en el sillón, Sophie se acercó a saludarle y Leroy gélidamente con cierta indiferencia respondió al saludo continuando con los mimos al niño, ella se sintió mal ante esa actitud, era muy sensible, se retiró prudentemente, se acostó en la cama, estaba muy triste al no recibir el cariño de Leroy, ella pensaba que todo fue desde aquella vez en que no se dejó hacer el “juego” de siempre, se sentía mal por eso, tuvo miedo de seguir porque le dolía, se puso triste recostada en la cama viéndose sus pies cuyos dedos se movían aceleradamente por efecto de su ansiedad y tristeza de no poder sentir esos mimos de Leroy como sí lo hacía con su hermano, los celos se incrementaban, cerraba lentamente los ojos, pensaba en esos momentos estando a solas con él, recordaba las frases dulces que le decía, los mimaba antes de hacer el “jueguito”, recordaba las promesas de regalos que ya desde hace tiempo no recibía pero si recibía su hermanito, Sophie en verdad estaba muy triste, no soportaba ser relegada, ser ignorada, ser maltratada emocionalmente, ser vejada, se reclinaba en el espaldar de la cama y lloraba sobre la almohada, sus ojos se llenaban de lágrimas, cerraba los ojos pensando el momento en que “jugaban” estando desnudos en la cama, pensaba en esos roces de manos por todo su cuerpo, no había duda que ahora más que nunca comprendía de que necesitaba de ese calor del cuerpo adulto sobre su cuerpo infantil, escuchó la voz que se despedía, corrió a la ventana a verle subirse al auto y emprender la marcha, su frente se pegó al cristal de la ventana, un poco de viento agitaba su pelo, vio perderse al auto, caminó descalza cabizbaja en dirección a su cama y se recostó en el espaldar, suspiraba con sus manos entrelazadas sobre su vientre, empezó a rozarse la vagina vestida, suspiró más, deslizó su calzoncito quedando a los muslos, los dedos rozaban los labios vaginales, suspiraba más cerrando los ojos, recordaba ver ese pene grueso rozando los labios de su vaginita, suspiraba más ahora con gemidos, escucha unos pasos, su madre se acerca para despedirse pidiéndole que se porte bien obediente con su abuelita y que cuide a su hermanito, le da un beso en la mejilla y se retira, quedó pensativa suspirando acostada en la cama; a kilómetros de allí Leroy llegaba a su destino, estaba muy feliz ya que el patrón tomó viaje al interior del gran país, la empleada lo recibió con un cafecito del valle como de costumbre, la charla era amena, estaba allí para cumplir el itinerario dejado por el patrón entre otras cosas las compras de herramientas y repuestos concernientes al mantenimiento del parque automotor, Thomas se acercó a hacerles compañía, Leroy les decía que mañana en la madrugada su esposa e hijastro saldrían al interior de visita a un familiar delicado de salud, la expresión de Thomas era diferente a la de otros días, se lo notaba muy pensativo de eso se habían dado cuenta los adultos, una vez que tomó el café le invitó a Thomás a que lo acompañe a hacer compras, pausadamente el niño de diez años aceptó, iba de copiloto, durante el trayecto del viaje iba pensativo y algo serio, Leroy se limitaba a manejar sin decir palabra, entraron en una tienda de ropa, cambió en algo el semblante del pequeño al ver tanta ropa, Leroy le dijo que escoja alguna, el ánimo aumentó, salieron de la tienda con varias ropas, Thomas le agradeció por el gesto, el auto transitaba por un paisaje que cambiaba, al poco tiempo se encontraban en ese determinado lugar rural, Thomas se puso cabizbajo viendo que la mano de Leroy le rozaba la pierna “¡vamos a jugar rico!” “¿verdad?” el niño se puso cabizbajo “¡lo haremos diferente!” “¡estoy muy caliente!” “¡creo que tú también, mi amor!” el auto transitó unos centenares de metros más estacionándose en aquel lugar, salieron a tomar aire, Thomas seguía cabizbajo, sintió ser abrazado por detrás a la vez que recibía apasionados besos en el cuello “¡sé que te gusta eso!” los manoseos ahora eran en su culito, lentamente le bajaba el pantalón luego el calzoncillo, al mismo tiempo Leroy se bajaba su ropa “¡quiero que lo sientas!” “¡siente cuanto te desea!” el pene rozaba la raja del culito moviéndose en forma de deslizamiento por la piel del traserito, “¡se siente rico!” “¿verdad?” Thomas estaba cabizbajo suspirando, sentía ese roce del glande por su culito, le inclinó un poco con su cuerpo haciendo que el glande penetre un poco sacándole un “¡aahhh!” luego otro “¡aaaahhh!” y otro “¡aaahhhhhhh!” se sentía humedecido ese glande en le potito, le daba muchos besos en el cuello y en el pelo haciendo que su nariz se cubra de cabello, la tiempo se detuvo, “¡ven!” “¡quiero hacertelo acá!” abrió la puerta trasera del auto, Thomas se dejaba recostar sobre el amplio asiento trasero, correspondía de esa manera a los regalos recibidos por ese adulto, su culito estaba bien descubierto con su cuerpo encorvado, sintió saliva impactada en el ano, le metió medio dedo para dilatar el ano, entraba un poquito “¡aaahhhh!” otro poquito “¡aaahhhhh!” y otro “¡aaaaaaahhhh!” hasta que lo sacó, lo pasó por la nariz del niño, “¡huele tu culito!” “¡rico!”, ahora acomodaba el pene en el ano, empezó a meterselo “¡aaahhhh!” el glande entraba un poquito “¡aaaaahhhhhh!” otro poquito “¡aaaahhhhh!” Thomas recibia esa penetrada con estoicismo, Leroy le metía con suavidad “¡te lo voy ameter más!” “¡aguanta!” el niño fruncía el rostro, gemía “¡aaahhhh!” para Leroy estaba queriendo hacer lo inimaginable, quería romper ese potito, “¡aaaahhhh!” “¡yaaaa!” “¡dueleeee!” decía el preocupado Thomas, el adulto daba un empujón, “¡aaaahhh!” “¡yaaa!” “¡yaaaa no!” “¡yaaaaaa noooo!” Leroy estaba a ojos cerrrado sintiendo que su pene entraba más por ese culito, sentía que lo iba a penetrar, como nunca esta sería su oprtunidad de desvirgarle “¡vas a ser mi mujer por siempre!” ya sentía que le iba a romper el potito “¡por siempre!” ya llegaba con su glande al esfinter “¡mi mujer!” “¡mi mujer!” estaba ansioso “¡ahora aguanta!” estaba concentrado con la penetrada “¡siente que te lo meto!” “¡que te lo meto!” “¡yaaaa!” “¡yaaaaa!” el pene entra más, “¡aaahhhhh!” pasa el esfinter, “¡ayyy!” Leroy da cuenta de algo, “¡aaayyyy!” que esos gemidos del niño no son reales, sí, siente que había llegado al fondo, empuja más el pene, “¡aaahhhhhhh!” sorprendentemente saca el pene y se lo vuelve a meter, así es que llegaba hasta el fondo, lo saca, se aparta, de subito hace un movimiento que el niño girase su cuerpo, Leroy estaba sorprendido, se miraron al rostro, Thomas apenado, “¿desde cuando?” le agitó de lo hombros con ira “¡dime!” agitaba más “¿desde cuando?” el niño no respondía “¿quién te lo hizo?” lo agitaba con fuerza “¿en qué lugar te lo hizo?” lo miraba con angustia y rabia “¡seguramente, tú te entregaste!” lo increpaba “¡dime!” lo agitaba de nuevo “¡responde!” seguí agitandole del hombro “¡tú te entregaste!” lo miraba con fijación y desconsuelo “¿verdad?” se puso a llorar “¡no me esperarste!” “¡no me esperarste!” le miraba serio “¡yo confiaba en tí!” se puso cabizbajo “¡en tí!” le miró severamente “¡no me esperarste a que yo te lo meta!” su rostro estaba lleno de furia y desconsuelo “¡el otro te lo metió y te gusto!” lo miró “¿verdad?” le dijo severamente “¡te gustó y lo dejaste que te lo metiera todo!” “¡así eres de traidor!” “¡jugaste conmigo!” “¡a él lo quieres más que amí!” “¡por eso lo hicista a voluntad!” “¡porque te gusta!” el niño reacciona diciendole “¡él me lo metió!” Thomas le dijo con angustia a lo que Leroy le pregunta “¿quién?” Thomas quedó en silencio cabizbajo “¿quién?” estaba triste, el silencio continuaba de parte del pequeño “¡dime!” “¿quién fue?” “¡dimelo!” “¡quien fue!” el niño cabizbajo movia la cabeza negativamente “¡quién te lo hizo!” “¡si hace poco todo estaba bien!” “¡dime Thomas!” “¿quién fue el que te lo rompió?” el niño no hablaba se mantenía en no decir palabra, “¡te entrehgaste a él!” “¡te gustaba desde antes!” “¡seguramente te gustó que te lo meta!” “¡lo dejaste que te penetre!” Thomas rompe su silencio pese a su cobarde actitud logra decir “¡no es así!” hizo pausa para decir “¡él me llamó!” Thomas agitaba la cabeza afirmando “¡no es así!” le miró serio “¡lo juro!” Leroy ahora era el que estaba en silencio, estaba sorprendido por esa actitud y las palabras del niño de diez años, se notaba que hablaba serio y contundente, le dio la espalda, Thomas le dijo seriemente como queriendo llorar con voz quebrada “¡mientras me penetraba!” tomó aire “¡pensé en ti!” respiró hondo dieciendole a Leroy “¡pensé que eras tú quien me lo metía en es emomento!” “¡sí!” “¡sí!” “¡tú!” “¡tú!” Leroy regresa, lo abraza y lo besa con impetuosidad, ya no hubieron más palabras sino un silencio sepulcral con besos prolongados, lo marcó besandole constantemente y a la vez fue caminando por detrás hasta llegar al vehículo, le hizo acostar de cara al amplio asiento trasero, le baja la ropa mostrandose el culito, el pene de Leroy ingresa en el ano, “¡aaahhhh!” “¡aahhhhh!” “¡aahhhhh!” Leroy embestía con fuerza furibunda una vez que sintió que todo el pene se lo metió adentro de ese culito, empujaba con fuerza la pelvis, el nene se movía de una forma muy brusca en el asiento producto d elos movimientos acelerados que le daba el cuerpo de Leroy, no habían palabras, solo gemidos de parte y parte, con cierto enojo Leroy le daba de las más duras embestidas, la fuerza del movimento hacía que se mueva mucho, hizo pausa “¡muévete!” lo recostó sobre la puerta, le alzó las piernas en su hombro, así dobladas mostraban el culito humedecido de tantas embestidas, con firmeza lo tomó de los muslos, se inclinó con el pene entrando en el ano, así lo cogió deliciosamente, bufaba y gemía el pequeño de diez años, Leroy cerraba los ojos, no paraba de emebstirle, adelante y atrás, adelante y atrás, “¡te voy a empreñar!” “¡te voy a empreñar!” se quedó quieto pues era el momento de eyacular dentro de ese culito de diez años, el semen estaba depositado dentro del culito de Thomas, unieron las frentes, se dieron besos apasionados, le fue sacando el pene con restos de semen, algo de semen salía del culito quedando así quietecito el niño de diez años con su culo abierto, Leroy vio su pene suspendido en el aire se fijaba en el niño, ya no era el Thomás de antes, su culito estaba roto, pronto sabría quién es, Thomas se daba cuenta que cerca de su rostro observa el puño de Leroy golpeando el asiento, lo hacía insistentemente, “!por qué¡” “¡por qué!” “¡te debiste negar!” “¡debiste esperarme!” el niño comprendía el enojo pero nada podía hacer para remediarlo, para él era difícil decirle que se entregó al patrón, que el pene del patrón le habría deslumbrado, había de reconocer que el pene del patrón era mucho más grueso que el de Leroy, que al principio tenía miedo por el dolor pero con el tiempo le fue gustando, inclusive hace poco tuvieron un gran encuentro, Leroy contrariado fue por un recipiente de agua limpiandose el pene, el pequeño Thomas salió del asiento dejando pequeños rastos de semen que Leroy limpiaba pasando el asiento con un trapo, vio a lo lejos que Thomas se acuclillaba pujando sacando estiercol y semen, Leroy miraba atento a ese culito, suspiraba viendo cómo ese culito le había roto otro pene que no era el suyo y que descubriría quién en verdad lo hizo, tiempo despues iban en silencio, llegaron a la casona, no hablaron, Thomas se fue en dirección a su cuarto, llevaba los regalos de Leroy, la empleada continuó con los quehaceres, así pasó el día arreglando en el taller, era la hora de partir, salió minutos antes d elo acostumbrado, había pedido prestado el auto, llegó a la casa, lo esperaban su hijastro y esposa, estacionó el auto en la vereda, abrió la puerta del garage, una figura pequeña lo miraba desde el cristal de la ventana de su casa, ingresó el auto al garage, en es emomento salió a recibirlo Aiden a quien marcó dandole caricias, lo elevaba por los aires y el niño no paraba de reír, le decía lo bien que estaba, lo marcaba y lo lanzaba por los aires sosteniendole, dandole besos en el pelo y mejillas, de pronto aparece Sophie arrimada al porton, tenía la muñeca que Leroy le había regalado hace tiempo, le mostraba el desperfecto de un brazo salido, al principio Leroy era indiferente y se preocupaba de darle caricias al niño, se sentó cabizbaja al no ser atendida en su pedido, quiso llorar, se apoderaban los celos y la angustia de ser ignorada, tenía mucha pena, Leroy lo puso en pie al niño, se sentó junto a ella, tomó la muñeca y le arregló el brazo, Aiden estaba sentado junto a Leroy viendo esas maniobras, le dio la muñeca a la niña, la miró fijamente, le sonrió y ella correspondió d ebuena forma, “¡ya no quiero que estés enojado conmigo!”, Leroy sonreía “¡es que no me haces caso!”, “¡lo siento!”, le acariciaba las mejillas al niño mientras le decía “¡quiero que la pases bien!” ahora las manos acariciaban el pelo del niño “¡deseo jugar contigo Sophie!” seguía acariciando el pelo “¡pero tú no quieres!”, lo miraba con timidez “¡es que me haces doler!” “¡tengo miedo!”, le dijo seriamente “¡pues te duele al principio!” “¡luego te pasa y quieres seguir!” “¡verás que te gustará!” “¡no te arrepentiras!”, le acarició el pelo miirandole fijamente “¿quieres jugar?” ella cabizbaja dijo “¡no sé!” “¡es que tengo miedo!” Leroy se puso rápidamente en pie “¡entonces no hablemos más!” la niña vio que Leroy marcaba al niño “¡ven mi pequeño, vamos!” “¡a ti te quiero más!” de un impulso Sophie se puso en pie “¡no!” “¡señor!” “¡no se vaya!” “¡no se enoje!” su bracito rodeó las caderas tratando de que no salga del garage, la miró fijamente “¡pero si dices que tienes miedo!” lo marcó más firme al niño “¡que te duele!” le dio un beso a Aiden “¡entonces, no!” la miró con severidad “¡quiero que seas valiente al jugar!” señaló a su hermanito dandole otro beso en la mejilla “¡mira!” lo señalaba al niño “¡el es valiente al jugar!” unieron las frentes “¿verdad mi precioso?” el nene asentía orgulloso de recibir caricias en las mejillas, esa actitud entre los varones daba más celos a ella, “¡soy valiente!” decía amnera de berrinche “¡y tambien soy valiente!” señalaba a su hermanito marcado en brazos de Leroy “¡mucho más que él!”, Leroy daba besitos al niño “¡demuestralo entonces!” la miró con autoritarismo “¡sí!” “¡demuestralo!” su rostro se puso serio, muy serio “¿lo vas a hacer?” ella asintió con cierta seguridad reflejada en su rostro, Leroy asintió “¡muy bien!” acariciaba el pelo del niño “¡mira!” acercó el rostro al suyo “¡empieza así!” abrió su boca y le hizo abrisr la boca a Aiden acercandose sus labios para darse un sentido beso prolongado, la niña brincaba, “¡yo tambien puedo hacerlo!” le dijo inquieta, “¡entonces ven!” se acercó dejandose marcar, rodeó el brazo al cuello y de inmediato unieron sus labios, la bajó y de nuevo lo marcóa a Aiden que desesperado quería estar con él, “¡bien!” movia afirmativamente la cabeza “¡estoy de acuerdo!” hizo una mirada relajada “¡me has convencido pequeña!” le miró fijamente “¡eres muy valiente!” le sonrió “¡me siento orgullosos de ti!” ella sonrió “¡ahora vamos!” bajó al niño al piso le dio una cariñosa palmada y éste corrió dentro de la casa “¡debo cerrar!” bajó el portón y antes de salir la abrazó por detrás dándole muchos besos, “¡mi nena preciosa!” la marcó y le dio un prolongado beso, unieron las mejillas “¡te quiero tanto!” “¡tanto!” ella sonreía “¡yo tambien señor!” unieron las frentes “¡yo también lo extrañaba!”, rápidamente se bajó la cremallera, ella tenía las piernas rodenado las caderas de Leroy que le bajaba el calzoncito, “¡ven!” la sujetó así marcada “¡juguemos ahora!” el pene lo razaba en la entrada de la vaginita “¿lo sientes?” ella miraba sonriente y asentía “¿quieres más?” ella asentía “¡juguemos entonces!” el pene entraba un poquito “¡aahhh!” otro poquito “¡aaahh!” la delsizaba con delicadeza inclinando un poco el cuerpo, de pronto se escucha un sonido en el portón, de inmediato bajó a la pequeña con susto, de pronto aparece la figura del travieso Aiden con la golosina en la boca, los tres sonrieron, se acercó a decirle a la pequeña algo que el niño no escuchaba, salieron del lugar, los tres estaban muy contentos, el tiempo trabscurría, la noche llegaba, como siempre Sophie estaba acostada en su cama mientars su hermanito estaba en su cuna, la abuela escuchaba las noticias por radio, esa voz arruyaba a la pequeña, las horas pasaban, de pronto ella siente un sobresalto, escucha voces, sale de la cama arrimandose al cristal de la ventana, observa un auto salir de la casa, se desliza el calzón dejandole en un rincón, iba descalza de nuevo a acostarse en la cama, estaba muy pensativa, sus manitos estaban entrelazadas, de nuevo se arrimaba a la ventana, miraba hacia la calle, de nuevo retornaba a la cama, de pronto escucha el sonido de un motor, sale de la cama presuroso hacia el cristal de la ventana, sonrió ampliamente, le hombre salió del auto abriendo el portón mirando a aquella ventana, sonrió, estacionó el auto, entró en su cuarto, quedó puesto sólo su calzoncillo de época, se sentó en la oscuridad del cuarto, encendió un cigarrillo, fumaba pensativo, muy cerca de allí la pequeña Sophie abría la puerta del cuarto, caminaba por el corto pasillo, abrió la puerta del dormitorio y se acercó a percatarse que su abuelita tenía un profundo sueño, vio a su lado la cama tendida de su madre que en ese mes le tocaba de turno en el trabajo, ese era a veces el pretexto que daba la mujer para encontrarse con el pariente de su esposo, la niña se acercó comprobando que su abuela roncaba, salió sigilosamente del cuarto, caminó descalza por la salita, movio ligeramente el pistillo de la puerta y salió del cuarto, caminaba por ese pasillo entre cuartos, se dirigía a uno en especial, como le había dicho empujó la puerta con confianza, entró sigilosamente, “¡Sophie!” miró a un costado apareciendo una luz encendida que se hizo una boconada de humo le dijo en voz baja “¡viniste!” la abrazó y la marco “¡eres valiente!” le acariciaba el pelo “¡pensé que no vendrías!” ella asintió “¡que bueno que estás aqui!” le dio un beso en la mejilla “¡viniste porque me extrañas!” “¿verdad?” asintió de nuevo sin decir palabra, “¡te gusta jugar conmigo!” “¿verdad?” ella respondía afirmativamente, le dio muchos besos en las mejillas, “¿quieres jugar?” ella decía que sí, “¡bien!” “¡vamos mi preciosa!” le daba de besos llevándole marcada a su cuarto, la habitación estaba oscura pero no tanto para ver esos cuerpos que se quitaban la ropa, Leroy fue el priemero en acostarse estirándose el pene, ella se acostó encima pasandose el pene por las mejillas a orden de Leroy “¡eso!” “¡así!” “¡mi pequeña!” luego de olerlo al pene lo fue tomando metiendoselo en la boca, lamia con gusto ese glande, lo hacía muy bien para tener siete años, la respiración del adulto aceleraba, la lengua pasaba por entre los testiculos, la carita alzaba y bajaba al movimiento de sexo oral, Leroy estaba satisfecho, con la mano le hacía gestos para continuar, llegó el momento de acostarla sobre su cuerpo cuerpo desnudo, unieron los pechos dandose sentidos besos, la acomoda de tal maera que su vagina estaba rozando a la altura del pene, la alzaba y bajaba de caderas haciendo que el pene la roce, unieron sus frentes, le daba de besos en mejillas y cuello, la acostó de cara a las almohadas mostrándose ese hermoso y suave culito por que pasaba varias veces las manos haciendo masajes circulares, le besaba todo el cuello, hombros, espalda, cadera llegando a besar las piernas y concentrándose en los besos de su culito, le llenó de saliva, entalló el pene de tal suerte que entraba despacio, “¡aaahhhh!” el pene seguía enrando “¡duele!” entraba un poquito más “¡ahhhh!” y otro poquito más “¡ahhhh!” luego de tanto roce en el culito decidió darle vuelta, se apartó de la cama, estando parado se agitaba el pene delante de Sophie que estaba tendida acostada en la cama a piernas abiertas donde se veían esos labios vaginales, el dedo de Leroy pasaba por esa rayita de la vagnita de Sophie, “¡ahhhh!” sintió que el dedo entraba en su vaginita para lubricarle, “¡con esto vas a sentir rico!” “¡ya lo verás!” el dedo punteaba la vaginita, ella gemía “¡aguanta un poco!” le dilataba la vagina “¡ya verás que rico se siente!” fue entre los trastes de la habitación a sacar un libro, la poca luz visible no era impedimento para que Sophie ojease el libro, “¡mira que figuras te gustan!” “¡jugaremos con ellas!” Sophie miraba con detenimiento “¿cáles te gustan?” ella iba señalando y él estaba sentado junto a ella rozando los muslos y viendo con mucha atención los pies descalzos y la vaginita de Sophie, los dedos rozaban la humedecida vaginita, le niró a los ojos diciendole “¡ven!” besaba las mejillas “¡vamos a jugar!” le acariciaba el pelo “¡ya es el momento que seas mía!” “¡sólo mía!” la nena aún no entendía aquello, “¡ven!” la acostó en la cama a piernas abiertas de mejor forma, Leroy se acuclilló en la cama luego poniendo las rodillas en el colchón, tomó las dos piernas de la pequeña llevadndoselas a los hombros, allí bien sujeta estaba ella, el glande de ese venoso pene hacía circulos de roce en el area de los labios vaginales de la pequeña de siete años, lentamente lo fue empujando “¡aaahhhh!” “¡espera pequeña espera!” entraba otro poquito “¡aaahhhh!” “¡duele!” el hombre llamaba a la calma “¡tranquila, te lo estoy haciendo con amor!”, la niña decía que “¡despacio!” “¡me duele!” Leroy le recordaba por qué estaba aquí, le dijo que ella vino a jugar a todo, sí, a todo, Sophie se dejó llevar, estaba bien agarrada de brazos, sentía más dolor, ya el glande llegaba la himen, “¡aaaahhhhh!” “¡aaahhhhhh!” empujaba la cadera despacio “¡aaaahhhhh!” se detenía en su movimiento “¡tranquila mi preciosa!” “¡te lo estoy haciendo con amor!” empujaba un poco la cadera repitiendole “¡con amor!” ella sentía dolor que se describia en la angustia añadida en su rostro, “¡me duele!” “¡ya no!” “¡ya no!” en la habitación se dibujaban las siluetas de esos dos cuerpos desnudos unidos entre pene y vagina, el silencio de la habitación se rompe con un prolongado y fuerte grito “¡aaaaaaaaayyyyyyy!”salido de labios de la pequeña, para ese momento ya la había desvirgado, “¡me duele!” “¡me duele!” ella queria zafarse pero él la contuvo, no dio palabras de excusa, simplemente seguía embistiendo con el pene, la niña o paraba de gemir y gritar, tuvo que taparle la boca en cierto momento, las embestidas se hacían seguidas, aún la tenía bien sujeta a la pequeña Sophie, en eso había desembocado el deseo de ser amada y en estar junto a él, Leroy lo había logrado, la desvirgó con gusto, no dijo palabra, hubo un silencio luego se escuchaba los sollozos, el pene salió, ella quedó abierta de piernas sin articular movimiento alguno, rápidamente se cubrió el pene con el calzoncillo, al ser limpiado se notaba los rastros de sangre producto de haber roto la telilla del himen de Sophie, la pequeña se pasó el dedo por la vaginita viendo rastros de sangre y crema, temblorosa con leve llanto por lo que había pasado se acostó de forma cúbito dorsal cual si fuese un feto, sus manitos tocaban sus rodillas, Leroy lentamente se acostó detrás de la pequeña, el pene rozaba el traserito, ella quizo hacerse un quite de él pero la abrazó por detrás insinuandole “¡ya eres mía!” “¡viste!” “¡duele al principio pero luego de hacerlo pasa!” así la tuvo abrazada por detrás, le besaba la mejilla y cuello, le sobaba el brazo, “¡me siento muy orgulloso de ti, pequeña!” “¡eres muy valiente!” “¡te quiero mucho Sophie!”, ella ssupiraba con constipaciones, en algo le calmaba escuchar esas palabras salidas de su iniciador, de aquel hombre que se había saciado su virginidad, habían pasado varios minutos, los dos seguían despiertos abrazados, ella se alejó del cuerpo de Leroy saliendo de la cama, lentamente a tras luz de luna se vio el caminar femenino amanerado de Sophie descalza por la habitación yendo al baño, Leroy la siguió pues caminaba con dificultad tomándose el vientre, una vez estando en el baño se sentó en el inodoro, pujaba al orinar, le miraba a Leroy diciendole “¡me duele!” “¡me duele!” Leroy le calmaba acariciandole el pelo, “¡tranquila ya te pasará!” “¡ya lo verás!” “¡después de seguir jugando ya no te dolerá y más bien te gustara mucho!” ella lo escuchaba con atención estando cabizbaja, miraba su orina sanguinolenta, se preocupaba, Leroy se acetcó una vez que la niña se puso en pie, “¡tranquila!” “¡no tengas miedo!” “¡así es el juego al principio!” le afirmó “¡luego sigues jugando y ya no ves eso!” “¡no pasa nada!” “¡te dejará de doler!” ella lo miró fijamente viendo en el rostro de él la seguridad de sus palabras, se escucharon tres tonadas de reloj “¡ven!” “¡vamos a acostarnos!” se dejó llevar de sus manos en direccíón a la cama, la acostó de piernas abiertas pasandole crema por la vagina vio que él tambien se ponía en el pene, “¡esto es para que ya no se irrite y no te siga doliendo!” se acostó de perfil y el detrás se acostó abrazandole, sentía el golpe de repiración en su pelo lacio cerca d elas orejas y cuello, “¿ya te va pasando?” le dijo acariciandole el pelo y el brazo “¡un poco!” le contestó, “¡bien!” “¡eso me alegra mi amor!” le pasaba constantemente la mano por el pelito, “¡eres muy bonita!” “¡eres mi favorita!” “¿lo sabias Sophie?” ella no respondía solo salían suspiros, lentamente la acostó uniendo sus frentes “¡en verdad!” “¡tú bien sabes Sophie que eres mi favorita!” “¡la niña que más quiero!” “¡por eso hemos jugado con amor!” “¡para nunca olvidar esta noche!” “¡y todas las noches que vendrán para hacerlo!” “¡porque tu quieres hacerlo simpre conmigo de ahora en adelante!” “¿verdad que sí?” ella lo miró y asintió concintiendo esas palabras, Leroy estaba muy alegre “¡eso!” “¡mi pequeña!” “¡lo sabía!” le dio un beso en la frente, de nuevo ella se acostó en posición cubito dorsal y él detrás de ella se acostaba también, por varios minutos estuvieron acostados abrazaditos sin moverse hasta que la lengua de Leroy pasaba por el cuello de ella, las mano pasaba por el muslo de la pierna, luego se deslizaba esa mano por las costillas con roces circulares en la cadera, “¡Sophie!” los dedos rozaban los labios vaginales “¡mi pequeña!” ella dio cuenta de aquello “¡mi favorita!” las manos rozaban la pelvis “¡la niña que más adoro!” rozaba el gluteo alzado “¡mi amor!” la giró lentamente uniendo las frentes “¡mi amor!” “¿te acuerdas de aquella figura del libro que te gustaba?” ella asentía “¡hagámosla ahora!” “¿sí?” en ella se mostraba la incomodidad pues de solo pensar que ese pene entraría en su vaginita le haría doler de nuevo, eso miró en el rostro expresivo de la pequeña, “¡tranquila!” “¡jugaremos despacio!” “¡verás lo rico que se siente!” “¡ya lo tienes roto ahora te va a gustar y lo vas a gozar mucho!” “¡sí!” “¡mucho!” “¡ven!” la acomodó delicadamente en la cama haciendole alzar las piernas posandose sobre la cintura de Leroy mientras el pene entraba en la vaginita “¡aaahhhh!” “¡tranquila!” el pene con crema se deslizaba en el interior d ela vaginita, “¡aaahhhh!” “¡duele!” Leroy la calmaba “¡tranquila!” “¡así es al principio!”, “¡aaaahhh!” “¡yaaaa!”, Leroy le decía “¡ya te pasa!” “¡ya te pasa!” el pene entraba un poco más “¡aaaaahhhhh!” “¡me duele!” entraba otro poquito más “¡aaaaahhhh!” “¡ddduueeeelllleeee!” en ese instante luego de gemir el pene ya estaba todo adentro, allí lo dejó por un instante, luego vino el mete y saca, Sophie se sentía extraáda su sensación era diferente a lo experimentado al momento de ser desvirgada, ahora sentía otra sensación, el pene entraba y salia pero gemía poco “¡aahh!” “¡aahh!” “¡aahh!” “¡aahh!” Leroy estaba concentrado con el movimiento de su pene en esa vaginita, se la estaba gozando bien, “¡eres mi mujer!” las caderas se alzaban y bajaban a un ritmo frenético “¡eres mía!” cerraba los ojos gozando en penetrarle “¡te quiero Sophie!” ella gemía, Leroy gozaba ese sentir de penetrarle haciendola suya “¡te quiero!” las acderas se movían rápido, muy rápido la niña se sentía rara ante esa penetración “¡te aaaammooooo!” mas extrañada cuando luego de quedarse Leroy quieto ella sintió dentro de su vaginita ese liquido raro por vez primera, estaba extrañada, el dolor era poco pero aún se dilataba la vaginita latente de tanta embestida, unieron las frentes “¡mi pequeña valiente!” le besó la frente “¡te quiero!” “¡te quiero!” “¡eres mi favorita!”, le dio unos cuantos embistes más sin sacar el pene con el semen lubricando los movimientos del pene, a ojos cerrados la hacía sentir a la pequeña “¡así!” “¡así!” “¡mi amor!” le acariciaba “¡te lo abrí más!” “¡te lo abro más para que te guste!”, lentamente sacó el pene, de súbito viendose erecto su pene con semen le dijo “¡date vuelta!” “¡no importa que semanche la sábana!” “¡dame tu culo!” “¡quiero probarlo!” ella quedó de cara en la cama, la deslizó encorvandola en el extremo de la cama, parte de la sábana quedó en el suelo, el pene rozaba los gluteos “¡aahhh!” “¡aahhh!” era evidente el grueso pene deslizandose por la rajita del culito, “¡lo tienes rico mi amor!” “¡muy rico!”, “¡ahora date vuelta!” ahora ella quedó encorvada en el extremo d ela cara uniendo las frentes, “¿te acuerdas d ela otra foto del libro?” “¡ahora!” unieron los pechos, se deslizó un poco quedando la carita en el pecho, ella sintió la entrada del pene en su vagina en esa posición que le hizo doler más esas embestidas, ajos cerrados ella le decía “¡siente que te lo meto!” “¡siente que eres mía!” “¡sólo mía!” vino a su mente la imagen del cuerpo desnudo de Thomas, ante eso se animó a embestir más fuerte con su pene en esa vaginita, “¡te desvirgé!” “¡te lo rompí!” “¡està roto!” “¡roto!” todo eso que decía a ojos cerrados no era a Sophie sino a la imagen de Thomas que se dibujaba en su mente libidnosa, el cuerpito de la niña se movía “¡aahhh!” “¡aahhh!” “¡yaaaa!” “¡yaaaaaa!” esos gemidos que fuertemente emitía la pequeña hicieron reaccionar a Leroy y fue deteniendose dejandola tendida en la cama a la pequeña, parado se agitaba el pene con pocos restso de semen, le hizo señas con las manos “¡ven!” la tomó de la mano “¡vamos para que orines!” iban caminando los dos cuerpos desnudos descalzos en dirección al baño, se notaba lo desproporcionado de las estaturas debido a las edades, ella se sentó a orinar unas cuantas gotas con semen mientras en la ducha Leroy se lavaba el pene, “¡mira!” “¡él te hizo mi mujer!” “¡recuerdalo siempre!” “¡nunca lo olvides al micciar y al defecar!”, se acercó a ella “¡ahora bésalo!” “¡anda!” “¡quiere tus caricias!” la niña tomó el pene besandolo repetidamente “¡ahora chúpalo!” “¡anda!” Sophie abria su boca deslizando sus labios por el latente glande, “¡buena chica!” “¡buena chica!” le acariciaba el pelo, “¿ya terminaste?” ella asentía la puso en pie llevandola a la ducha allí le lavó bien la vaginita “¡no debes tener restos del jueguito!” “¡siempre lávate eso cuando terminemos!” “¡no lo olvides!” le acarició el pelo y las mejillas, tiritaba por lo del agua fría en la vagina, “¿aún sientes que te arde la cuevita?” ella asentía, “¡bien!” “¡vamos a la cama!” “¡vamos a hacer otra figurita de la que viste en el libro!” ella algo intrigada y con la vagina latiendo y el vientre adolorido un poco se dejó llevar a la cama, la encorvó en el extremo de la cama abriendola de piernas, se mostraba a pplenitud esa vaginita con lahios vaginales rosaceos de tanta embestida, ella estaba temblorosa, “¡eso!” “¡quedate así!” vio que el rosro de Leroy se ponía entre los muslos de sus piernitas, sintió raro el paso de la lengua por la vaginita ahora que ya estaba desvirgada, como que la lengua entraba toda, o casi toda como se podría suponer, emitia gemidos y su cuerpo se movía sintiendo placer, “¿te gusta?” “¿eh?” “¡rico juego!” “¡rico juego!” la nena se excitaba mas y más, de ello notó Leroy rozandole ahora el deo por los abios vaginales “¡dime!” seguía rozandolos “¿quieres que te lo meta?” ella sentía delicios ese roce “¡dime!” ella sorprendentemente a ojos cerrados asentía deseosa de tener el pene adentro, de inmediato ese pene adulto entraba en esa vaginita de siete años recientemente desflorada, aunque ella aun sentía dolor pero se mezclaba ahora con placer “¡viste!” se movía su cadera masculina sobre esa pelvis infantil haciendo metida y sacada de pene “¡ya no te duele tanto!” ella simpemente cerraba los ojos frunciendo el rostro “¡te lo dije que te iba a gustar!” ella gemía mucho lo que le estimulaba a incrementar las embestidas “¡mi pequeña!” la pelvis s emovía más “¡mi mujer!” mucho más “¡te quiero!” se inclinaba un poco del rostro “¡te quiero!” el pene entraba y salía repetidamente por esa vaginita, esa postura le incrementaba la metamorfosis a Sophie, se entrgaba a plenitud a ese adulto, ahora consciente de que le atraía aquellos movimiemntos eexuales hechos todos de acuerdo a las ilustraciones de ese libro mostrado por Leroy, la pequeña se brindaba a los deseos sexuales de Leroy, de modo impaciente se deslizó con su rostro en medio d elas piernitas infantiles, la hacía gemir chupándole el himen, “¡dime que te gusta!” seguia lamiendo “¡anda!” lamia otra vez “¡dime que te gusta!” lamia otra vez “¡aaahhh!” lamia otra y otra vez “¡aaahhhh!” “¡aaaahhhhh!” deslizaba la lengua entre los labios vaginales “¡aaaahhhh!” la nena de siete años tenía el rostro mezclado de extrañeza con complacencia, Leroy seguia y seguia lamiento vagina, de nuevo unieron los pechos, unieron las frentes ella lo miraba con cierto recelo, de nuevo la estaba haciendo su mujer, “¿quieres que te lo meta de nuevo?” “¿sí?” “¿eh?” ella estaba con los ojos entreabiertos, de sus labios salió un “sí” Leroy complaciente le preguntaba de nuevo “dime Sophie” “¿quieres que te lo meta?” ella contestaba “¡sí!”, Leroy le decía “¿sí que… Sophie?” ella decía “¡sí… metámelo!”, Leroy sonrió dandole un beso en la frente, “¡de acuerdo!” besaba los muslos “¡así se habla!” le besaba el vientre “¡mi pequeña!” le besaba la vaginita “¡mi mujer!”, toma el pene “¡ahora!” el glande iba entrando “¡te lo meto!” entraba más “¡te lo meto!” un poco mas “¡siente que te lo meto!” hasta llegar al fondo d ela cuevita “¡aaaahhh!”, “¡sí mi amor, ya esta todo!” “¡ya esta todito!”, se quedó quieto con el pene adentro “¡ves… ya te gusta!” “¡ya te gusta que te lo meta!” “¡eres mia!” “¡sólo mía!” “¡mi pequeña!” la pelvis de nuevo se alzaba y se bajaba, el pene se deslizaba haciendole emitir gemidos a la pequeña al entrar y al salir, así la tuvo dandole pene por unos minutos, para ese momento la vaginita estaba lubricada, el dolor persistía pero iba naciendo el deseo de poseerla por un lado y de ser poseída por otro, lentamente lo fue sacando dejandolo rozar los labios vaginales, le dijo a la pequeña “¡miralos como juegan!” “¿te gusta?” la niña sólo miraba luego puso una mirada como de estar en otro lugar, es que pensaba en sus padres, en lo que le iban a decir si se descubría ese encuentro con el adulto, “¡ven!” “¡vamos a acostarnos!” estuvieron así por unis minutos acostados en lecho, la cuarta tonada del reloj marcaba la sigiente hora, ella se apartó, él la miró vestirse, salió desnudo de la cama, el pene se puso erecto rozandole la espalda, ella se quedó quieta sintiendo esos roces en su espalda, “¡ven, no te vayas aún!” “¡ven!” la condujo hacia un sillón donde la sentó deslizandole el vestidito “¡aún no te vayas!” “¡juguemos aquí!” ella respondía “¡ya no… aún me duele!” señalandose la vaginita “¡no pasa nada!” “¡solo un moemntito!” “¡solo te meto la puntita!” “¡no te va a doler!” “¡vamos!” ella lo miró “¿quieres?” quedó en silencio dejandose manosear la vaginita en señal de aprobación “¡eso!” “¡buena niña!” delsizó el pene por los labios vaginales, encorvada en el mueble con las piernas al aire bien abiertas Leroy se prendía de ese cuerpo con el pene dentro de la vagina empezando a penetrar “¡así!” “así¡!” “¡mi amor!” “¡quiero que te vayas bien cogida!” “¡bien cogida!” “¡recuerda quue ya eres mi mujer Sophie!” “¡mi mujer!” “¡aaahhhh!”“¡aaaahhhh!”“¡aaaaaaahhhhh!” “¡eso!” “¡siente que soy tu marido!” “¡tu marido!” así le dio pene en esa vagina por unos minutos hasta quedar exhausto, ella le decía que aún le dolía, él se satisfacía con poseerle, al rato quedaron sentados sobre el sillon viendose pene y vagina, ella se vestía, él le acariciaba “¡no olvides lo de esta noche!” “¡eres ya mi mujer!” “¡me perteneces!” “¡soy tu primer marido!” “¡no me olvides!” le dio un prolongado beso “¡toma!” le dio un billete de mediana nominación, “¡en los proximos días tendras tu premio que me pediste!” la acercó a la puerta y le dio un beso en la frente “¡ándate con cuidado de que note vean!” “¡no cuentes lo ue hicimos!” “¡recuerda que esto es nuestro secreto!” “¡ya te llamo para seguir jugando!” salió ella d ela habitación desde lo entreabierta d ela puerta Leroy la vio perderse por el pasillo que conducía a su casa, al llegar fue al baño a micciar, se limpio la vaginita y se acostó pensativa, lo que quedaba de esa noche de abril de 1958 no pudo dormir pasandose la manito por a vaginita y por el culo, se había entrega do a un hombre a los siete años; el alba en aquel día de abril de 1958 aparecía, en el pueblo del interior un hombre caminaba presuroso por el paraje, deseaba llegar a lo alto del pico de acuerdo a como estaba construida la carretera rural de aquel sitio del interior del gran país, se registraba entre temperatura ambiente 18 y 20 °C, ya estaba a punto de llegar a la gran mansión de campo, lo esperaba una comitiva vestida de negro, no era para menos, había muerto en misteriosas condiciones el hijo de su amigo entrañable, no se explicaba cómo tan joven había muerto, y en esas raras circunstancias, entr{o en la gran puerta donde hab{ia un listón, había llegado justo a la hora de que empezaba el cortejo fúnebre, sólo se dieron un fuerte abrazo, se puso a su lado, las gafas oscuras no permitián ver los oojos llrosos a plenitud con mucha congoja, el caminar lento a la inglesia y al entrar la música sacra ponía la carhe de gallina, el fresco lugar matizaba con los candiles prendidos y un gran escenario de flores que rodeaban el féretro del joven fallecido, el padre estaba inconsolable, agradeció de nuevo la presencia de su amigo en tomarse la molestia de venir de tan lejos, fue duro la escena del cementerio, animado siguió conversando con su amigo, algo d epormenores le comentó del accidente del muchacho, pasó dos días acompandole, con esa escena funebre aquel hombre valoró el tener aun ivo a su hijo unico que estaba de viaje en europa, se despidieron, el hombre nostalgico entró a su amplia biblioteca, tomo el retrato de su hijo y emitió un grito desgarrador que puso en rictus a toda la servidumbre, de otra gaveta sacó la foto de un niño, pasó el dedo por el rostro, prometió buscarlo y encontrarlo, al principio se sentía muy sólo por la muerte de su hijo pero luego recordó aquella foto bien guardada, sintió que había una luz de esperanza para aquel hombre, que no todo estaba perdido, decidió desde ahora encontrale a ese muchacho para pedirle perdón.
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Las compresas de agua tibia eran colocadas en la frente de la esposa de Joaquín Valdés aquel potentado hombre de negocios terrateniente del lugar, más de la mitad de los negocios del pueblo le pertenecían y de igual forma las tierras por cultivar en la gran selva del país de la canela, la mujer prestante era asistida por Ana quien había sido llamada a petición de la mujer doliente para que le ayude en su padecimiento, confiaba en ella, aunque realmente la trataba así para hacerla sentir su empleada a tiempo disponible, ya para esas horas se encontraba más alentada desde aquella vez en que inició la curación, Ana sabía el arte de las medicinas alternativas naturales, las había heredado de sus ancestros, en especial de la descendencia de su madre, Ana era muy solicitada por aquel que necesitaba de su ayuda y no podía ser de otra manera que faltase la mujer del terrateniente del lugar, la mujer ya tomaba los líquidos con facilidad pues la afección en la garganta iba desapareciendo, Dina ya podía caminar por los alrededores de la amplia estancia de arquitectura victoriana de finales de siglo XIX, se observaba la opulencia de los verdes jardines por donde pasaba tomando rosas de un vasto jardín multicolor, a su lado estaba Ana para cualquier atención, conversaron de muchas cosas referentes a su enfermedad, de las recomendaciones al tratamiento natural, se unieron los dos nenes, Renata de cinco años seis meses hija de Ana y el pequeño Aaron de cuatro años hijo de la enferma que iba tomado de la manos de la pequeña, los cuatro caminaron rumbo al garaje donde se encontraba el mecánico del lugar, el asistente y Jasmani el chófer del camión recién terminado de reparar, los tres hombres estaban sentados conversando y a la llegada de la patrona se pusieron en pie con respetuosa venia de bienvenida emitiendo sonrisas de respeto, la patrona llamó a un aparte a Jasmani el chófer del camión, le hizo señas a Ana para que se acercase a darle instrucciones de ir al pueblo a ver medicinas y víveres, la delegaba a ella pues conocía de los ingredientes para la compra asimismo de ciertos víveres que Jasmani conocía y por aquellos días de la semana le tocaba traer, con mirada lasciva disimulada el hombre miró a Ana, tragó un poco de saliva un tanto emocionado escuchando las instrucciones de ir al pueblo y luego de hacer la encomienda que Jasmani la lleve a Ana y a sus dos hijos a su ramada ubicada junto al arroyo en los linderos de las propiedades de Juan Valdez, el patrón le había regalado un considerable terruño como regalo de bodas a la pareja a cambio de que los esposos acudiesen a la gran estancia Valdez cuan sea requerida su ayuda como ahora, Jasmani asintió con una amplia sonrisa mirando a Ana y se fue raudo a encender el camión, las mujeres y los niños se retiraron, el mecánico y su asistente ya estaban reparando un arado mecánico cuando las mujeres y los niños se alejaban, Aarón muy inquieto brincaba sujeto de la mano de su madre Dina pidiéndole que le permitiese ir al pueblo con ellos en el camión, la madre complaciente se arrodilló y le dio un beso en la mejilla al niño asintiéndole, Aarón exclamo complacencia abrazando a su madre, Renata también pidió lo mismo a su madre con bastante vehemencia y Ana con simple sonrisa también asintió aprobando el pedido de su hija, al poco tiempo Dina despedía a los viajantes desde la entrada principal de la gran estancia, recordaba que su esposo e hijastro se encontraban en la capital haciendo negocios para extender capital y así comprar más tierras, llegarían el presente fin de semana como le habían indicado por cablegrama, el camión salía lentamente de la propiedad Valdez y a cuarto de recorrido previsto se detuvo pues Ana iba incomoda junto a los dos niños, decidió que fuesen detrás de la cabina en la carrocería de madera, Jasmani estuvo de acuerdo en forma entusiasta, así que abrió las compuertas y subió a los niños que brincaban alegres ante el amplio espacio que daba la carrocería de madera fina, se escucharon los seguros metálicos de las puertas que al paso se cerraban a fuerza de Jasmani, era más seguro ir juntos en cabina mientras detrás los niños saltaban y corrían por el amplio espacio, ya cansados se limitaban a ver el paisaje por las hendijas, la marcha seguía lenta a causa de la irregularidad del camino y cuando en algo se aceleraba el camión saltaba haciendo fuertes movimientos de tal forma que la carrocería se movía bruscamente, tanto es así que los niños vieron que el seguro inferior se aisló cayendo de la carrocería luego a centenares de metros del camino al pueblo, dejando un espacio entre abierto, Renata con precaución alejaba al pequeño de ese espacio de carrocería, dentro de la cabina Jasmani y Ana tenían las manos entrelazas y ya sintiéndose a solas se daban besos apasionados a veces descuidando el manejo de la ruta haciendo saltar el camión en cada irregularidad del camino, la manos de Ana fue al bulto a manosearlo con suavidad y es allí que las dos miradas se ponían atentas en los amantes, sonrieron ampliamente de forma lasciva, él correspondía a las insinuaciones así que le deslizó la cremallera mostrándose entre el pantalón y el calzoncillo aquel prominente pene peludo del que alguna vez fue dueño de una abacería en la capital la cual fue saqueada y quemada por sus enemigos, decidió detener el camión, los dos salieron de la cabina siendo ella llevada de la mano de su amante, llegaron a las proximidades de un río donde se escuchaba el golpe de sus aguas cristalinas en las amplias rocas, dejaron el camión estacionado, en silencio salieron de la cabina, en el interior se notaba a los niños jugar, los dos amantes llegaron a la orilla recibiendo la brisa en sus rostros, no esperaron a más y se desnudaron ayudándose en el hecho de hacerlo, sus cuerpos se vieron de frente, complacientes de aquella peluda vagina y ese erecto pene desenado penetrar las entrañas de esa voluptuosa mujer como lo era Ana, una lona era tendida entre rocas planas que descansaban en arena de río, allí se podía ver a esos cuerpos desnudos acostados besándose y haciéndose luego el 69 por unos momentos para a continuación Ana sentada sobre el pene de su amante se ubicaba moviendo su trasero en círculos, reían viendo a su alrededor, sentían un gran placer, apreciaban la libertad del momento, para Ana el hermoso Jasmani era su hombre ideal que lo hacía sentir plena de dicha, en ese mismo instante una compuerta del camión se abre, Renata salta al piso, abre los brazos recibiendo al pequeño Aarón, fueron a la cabina del camión, extrañados no vieron a los adultos, escucharon el río cerca, caminaron por aquel sendero, iban tomados de la mano, vieron entre el monte aquellos cuerpos desnudos, Ana continuaba sentada sobre el pene de Jasmani que estaba acostado a plenitud sobre la lona, la carita de Renata se unía a la de Aarón, en su mente infantil se decía que ambos adultos “estaban jugando”, ella se metió la mano al calzoncito, se deslizó el dedo entre los labios vaginales lampiños, sintió placer haciéndoselo y viendo a su madre que se movía sobre Jasmani, regresó a ver a Aarón, le desabotonó el pantaloncito corto que llevaba y le sacò el calzoncillo, vio es epenecito flácido, se arrodillo en su delante agitándole el pene con los dedos, luego se lo metió a la boca a chuparlo y a lamerlo, el nene se movía de gusto, lentamente lo acostó en el suelo, le hizo abrir de piernas así acostado, ella se quitó el calzoncito y su culito desnudo se lo pasaba por el pene de Aarón, Renata hacía los mismos movimientos que su madre hacía con Jasmani, ahora Ana estaba arrodillada frente a la humanidad de Jasmani, la mujer tomaba entre sus manos el pene prominente llevándoselo a su boca, era repetido ese sexo oral permanente, luego el hombre acostó sobre la lona a la mujer, aquellos cuerpos haciéndose uno solo, las piernas elevadas de ella eran apoyadas en los hombros de su amante mientras chupaba y lamía el clítoris haciéndola extasiar por largo rato, pidió ser penetrada, el obediente amante se sentó en la lona tendida y ella se fue sentando con su humanidad sobre Jasmani que acomodaba el pene erecto con el glande ensalivado que entraba en los abiertos labios vaginales, Renata, era de entre los dos niños la más atenta viendo ese pene grueso que entraba en la vagina, comenzaron los alzados y bajadas de la cadera de la mujer sobre el hombre, así se veía cómo el pene grueso entraba y salía de la vagina velluda de Ana, la expresión era de satisfacción con demostrada alegría, la expresión de ella era de grato gusto, mordía los labios con los ojos cerrados, exclamaba en cada penetrada, gemía totalmente como si fuese loba herida y él como el macho castigador de sexo pleno, ambos gemían, ambos satisfacían sus instintos extremos de sexo pleno, Aarón vio el rosto de la niña exclamando asombro con su boca entreabierta, el pequeño vio a la mamá de su amiguita en movimientos de cabalgadura, le llamó la atención del agite del pene y esa vagina totalmente mostrada con los labios vaginales muy ampliados, ella se acostó de espaldas, en ese momento Renata ya tenía deslizando los dedos de la mano entre su vaginita, el amiguito vio esos movimientos, Aarón giró su carita y vio a la mujer acostada que recibía el cuerpo de Jasmani, Renata y Aarón vieron que Jasmani sujetaba su pene y lo introducía en las entrañas de Ana con férrea seguridad motivada por la pasión y el deseo contundente de poseerla ya, ahora, sin falta de más tiempo, así, lentamente el pene ensalivado entraba en esa mojada vagina, los vellos de los amantes se rozaban al contacto de los órganos sexuales reproductivos, los niños miraban de lejos escondidos en la maleza los gemidos que no se hacían esperan ante el fondo de sonido del golpe de las aguas en las rocas, los amantes estaban tan ensimismados entre el uno y el otro que no dieron cuenta que entre matorrales cuatro ojos los observaba, dos de ellos con más atención, no era la primera vez que los dos ojos de Renata miraban esa escena, pues ya muchas veces anteriores las había presenciado en la ramada donde vivía y en la que su madre como ahora se dejaba llevar de aquellas posturas sexuales que no solamente era el amante de la madre de Renata, sino que también Jasmani fue el iniciador de la pequeña Renata, es decir, Jasmani hacía sexo con madre e hija, llegó el momento de que Jasmani se sentase sobre una roca agitándose el pene, Aarón vio fijamente el manipuleo del pene al ser agitado por aquellas férreas manos, el niño sintió una atenta atracción viendo ese pene, el movimiento de manos, el movimiento del tronco de pene, y al niño de atraía sobre manera ese glande ensalivado que antes había estado dentro de la humanidad de la madre de su amiguita Renata, se podía ver el rostro complaciente de la mujer que se acercaba a introducirse el pene en su boca así sus labios impregnados en su boca que repetidamente en forma lenta y complaciente lo deslizaba sobre sus labios haciendo un alto para verse al rostro y sonreírse mutuamente la complicidad con la que estaban viviendo sexualmente hablando, el asombro de Renata fue grande cuando vio que del glande de su iniciador salía semen cubriendo en parte el rostro de Ana, abrió la boca lamiendo el resto de semen quedado en el glande, pasó la lengua rodeando con semen los labios, luego se acostó sobre su amante y besarse con risas entrecortadas, los niños vieron el trasero desnudo voluminoso de la mujer y lo senos sobre el pecho del hombre, las manos de Jasmani sosteniendo los glúteos femeninos deslizando sus manos por las costillas llegando al pelo largo lacio oscuro de la mujer hija del que una vez fue caporal de la propiedad de los Valdez, el pene rozaba la vagina, ella se lo introdujo alzando y bajando la cadera ante el cuerpo inmóvil de su amante que se dejaba llevar por esos movimientos, los niños sentados viendo a esos cuerpos desnudos dando roles sobre la improvisada carpa, se apartaron, en ese momento Renata imitaba el sexo oral que había hecho con Jasmani, le chupaba el penecito al nene, la lengua pasaba por debajo en los testículos, mientras tanto ella fue con dirección a la orilla del río un poco distante del lugar donde se habían amado, siguió ella un sendero que llevaba a la orilla a través del monte alto, mientras Jasmani complaciente por lo que había hecho se dirigía al matorral a orinar, cual fue sorpresa grande al ver entre el matorral la presencia de los niños sentados en su delante al momento de abrir el monte, casi se orina sobre la humanidad de los niños al ser sorprendidos por el adulto, Renata era la más avergonzada, Aarón por su parte era un poco indiferente acorde al desarrollo de su edad, Jasmani contuvo la contrariedad de ser sorprendido y cambió la expresión de su cara con la de una sonrisa de cortesía, a la que tímidamente respondieron, los niños vieron atentos el cuerpo desnudo que tenían en su delante, su mirada fija en el pene agitado levemente que orinaba a unos pasos junto a los niños, Jasmani giró a ver si se producía la presencia de Ana, aún estaba en el río limpiándose el cuerpo entre matorrales, así que les hizo gestos a los niños para que volviesen al camión antes que salga del río Ana, obedientes se arreglaban la ropa y caminaron unos pasos, sorprendentemente Aarón dio un giro quedándose parado viendo el cuerpo desnudo de Jasmani muy atento sobre todo a ese prominente pene venoso peludo que no dejaba de agitar, a Jasmani le llamó mucho la atención viendo aquella actitud instintiva del niño que le atraía esa mirada atenta en su pene, como respuesta al niño le agitó el pene haciéndole señas, el pequeño quiso acercarse pero Renata que había dado unos pasos delante giró viendo al niño con actitud de regresar al interior del camión o serían castigados, por lo que lo tomó de sus manitos y lo condujo en dirección a la carrocería del camión, en ese instante Jasmani gira su cuerpo escuchando el crujir de hojas secas ante las pisadas de Ana que ya se había sacado el semen de su cuerpo y se disponía a vestirse, la abrazó por un momento con manoseos cortos por su espalda y mejillas diciéndole lo linda que estaba ahora, ella correspondió sonriendo y besándolo apasionadamente para luego ayudarle a vestirse y salir de los matorrales en dirección donde estaba el camión estacionado, en el interior se podía escuchar el movimiento alegre de los niños, Ana le pidió a su amante que los dejase salir por si necesitaban hacer alguna necesidad, los niños caminaron por los alrededores, Renata fue la primera en micciar entre los matorrales, Aarón estaba parado muy quedo viendo el lugar por donde estaba su amiguita y vio más al fondo al río, pidió ser llevado por Jasmani y así fue que ambos se adentraron entre la espesura del monte por el sendero que antes habían estado Ana y Jasmani el niño alegremente se paró en una gran roca saliente en el río, vio el correr de las aguas y algunos peces nadando en las cristalinas aguas, hacía ademanes por atraparlos ante la sonrisa de Jasmani que muy atento estaba ante los movimientos del niño precioso hijo del patrón Joaquín Valdez, allí parado el hijo del patrón se deslizó la cremallera de su pantalón corto sacándose el penecito lampiño a micciar por breves segundos ante la atenta mirada de Jasmani que tragaba saliva emocionado viendo ese penecito grueso muy suave a la vista, se podía apreciar los hilillos de orina cayendo a esas aguas cristalinas, el niño con su carita sobre el pecho y sus dos manitas agarrando el penecito viendo salir el líquido y luego el niño se arregló el pantaloncito, Jasmani lo tomó del hombro diciéndole que era el momento de continuar el viaje y que pronto le enseñaría a pescar, el niño lo vio a la cara muy sonriente ante la noticia, Jasmani vio la mirada del niño centrada en el bulto de su pene vestido en la entrepierna, sonrió al niño, le tomó la manito y se la hizo pasar por el pene vestido, la acción fue breve pues se escuchó pisadas cercanas y eran las de Ana pidiéndole continuar con el viaje al pueblo, los tres salieron de los matorrales donde Renata los esperaba junto al camión, al llegar al pueblo fueron a la abacería y a la botica, para luego degustar de comida en los puestos ubicados en los alrededores del parque también de helados artesanales y otro pastel así los niños disfrutaban de los juegos del pueblo con mucho entusiasmo y así agitados tomaban muchas sodas del lugar, ya de regreso los dos amantes pasaron el tiempo manseándose y besándose, hasta llegar a la ramada de Ana Luisa, el camión se detuvo bajándose madre e hija, el pequeño Aarón pasó a ser copiloto de Jasmani, madre e hija agitando las manos alegremente despidieron a sus compañeros de viaje y ellos respondieron sonrientes de la misma forma, Jasmani suspiró profundamente insinuando su tarea “cumplida” y desde la ramada salía una vecina marcando al pequeño Renato quien con alegría caminando con dificultad se acercaba con los brazos abiertos a ser abrazado por su madre, Ana le preguntó por si había alguna novedad y fue informada de la presencia de algunos trabajadores que pasaban por el lugar, en esos instantes el camión efectuaba su marcha de regreso a la gran estancia, el pequeño Aarón iba muy atento viendo el paisaje por el cristal y de pronto sintió los dedos de la mano de Jasmani que rozaban sus muslos, el niño vio el gesto sonriente, en su rostro se reflejaba la condicionada sencillez, que trascendía con timidez, Jasmani continuaba con su manoseo llegando al penecito vestido, esperaba que el niño reaccionase negativamente haciendo algún quite a sus intenciones, pero para su grata sorpresa y satisfacción era todo lo contrario, Aarón se dejaba tocar su cuerpo a más que tímidamente expresaba su sonrisa, quedaba mirando fijamente el pene vestido de Jasmani que se abultaba cada vez más en cada manoseo y al sentir ese roce en la piel suave de niño precioso, Aarón continuaba viendo esos manoseos en sus piernitas, Jasmani le pidió que se acerque más junto a él, así sus piernas se unieron, y Jasmani continuó con el manoseo, luego con una mano en el volante conducía el camión y con otra lo abrazaba manoseándole el pecho, lo llevó más a su cuerpo besándole las mejillas y el pelo lacio, olía a niño bien cuidado, por supuesto, hijo de riquillo, como no podía ser de otra manera, lo sentó sobre su entrepierna y alegre el niño con sus manitos de dedos alargados tomaba del volante manipulando con ayuda de las manos de Jasmani, Aarón sintió que de su traserito se abultaba el pene de Jasmani, la mano del chófer adulto pasaba por los muslos del niño y suavemente deslizaba la cremallera del pantaloncito corto dejándose ver el penecito que era estirado por los dedos de Jasmani, el niño dejó de mirar en su delante para ver ese movimientos de dedos en su penecito, le vino la timidez, sentía agradable ese movimiento de dedos, Jasmani no paraba de besarle el pelo y mejillas con los ojos cerrados, olía el pelo y ese perfume aún impregnado en la piel de ese precioso niño, le pasó la lengua por el cuello y las orejas notó el leve suspirar del niño y la piel fue poniéndose rosácea, mordía sus labios seguramente en señal de aprobación pestañeando constantemente, los suspiros continuaban ante cada caricia recibida, le decía al oído frases dulces como que era un niño lindo muy guapo y precioso, al mismo tiempo que estiraba repetidamente con caricias el penecito erecto del niño, él sabía la técnica de convencimiento en los niños, éste sería uno más, Jasmani tenía la estrategia de motivar al niño de forma astuta, detuvo el camión, ambos se quedaron sentados viendo el panorama del camino agreste por el parabrisas del camión, el mentón de Jasmani se apoyó sobre la cabeza del pequeño expulsando respiración que chocaba en el cabello lacio de Aarón a su vez que le besaba, no paraba de manosear los muslos del niño, y también de estirar el penecito, escuchaba el suspirar del niño y los movimientos de su trasero sobre el pene vestido donde estaba sentado, Jasmani le dijo al oído de Aarón para bajarse del camión caminando por los alrededores, Aarón aún tenía la cremallera baja de su pantaloncito corto, el penecito estaba medio erecto, el pequeño Aarón recordó el lugar, era el mismo de rato antes, allí estaba el sendero que llevaba al río, Jasmani estaba arrimado al camión viendo al niño que deseaba adentrase en el monte pues le atraía ese lugar sobre todo para ver los peces, Jasmani se dejó de manosearse el pene vestido y tomó de la mano al niño yendo en dirección al río, llegaron a aquella roca saliente, Aarón era atraído por los peces que se veían a través de las cristalinas aguas, sus manitas jugaban a quererlos atrapar, Jasmani a su lado sonreía, Aarón se manseaba el pene y caminó adentrándose debajo de un árbol arrimándose con el deseo de micciar, Jasmani sentado en la roca saliente al río veía micciar de espaldas al niño, podía apreciarse el traserito, Jasmani se manoseó con más ímpetu el pene vestido rodeando la lengua por los labios resecos, le vino el imperioso deseo de poseer al pequeño, su mirada estaba fija en las líneas de los glúteos infantiles, de aquellas piernitas rellenitas y esa cabellera de niño precioso, Aarón se subió el pantaloncito corto, se acercó a Jasmani sentándose a su lado viendo el río, Jasmani le indicaba al niño que aguas abajo estaba la propiedad de su padre, que estaban a medio camino de llegar, de pronto se pusieron a lanzar piedras al agua y cuanta ave se acercaba, instintivamente la mirada del niño se posaba en la entrepierna de Jasmani, el adulto intencionalmente se manoseaba el pene vestido avivando más mirada atenta del niño que sonreía tímidamente, Jasmani estira la mano para así con la intención de tomar la mano del niño haciéndola que roce el pene vestido, le preguntó al niño “si quería verlo” Aarón sonreía, sin dejar de mirar hacia aquel bulto, Jasmani se bajó la cremallera de su pantalón de campaña, de pronto sale el pene erecto peludo del adulto, el glande rosáceo era tocado suavemente por las manitos de Aarón cuya carita se acercaba para que el glande roce las mejillas labios, de a poco todo esto iba sucediendo, “te gusta” le dijo, Áaron sólo sonreía con timidez, le dijo que iban a “jugar” y así estiró su mano tomando la mano del niño adentrándose en el monte buscando el lugar ideal donde antes había estado Jasmani con Ana, ahora el turno le tocaba al pequeño Áaron pensaba Jasmani muy sonriente, el niño miraba el pene sobresalido del pantalón mientras caminaba, al llegar al lugar Jasmani le fue quitando de a poco la ropa al pequeño Áaron y asimismo ya desnudo Áaron le ayudaba a quitar la ropa a Jasmani, al verse desnudos los penes los estiraban, Jasmani fue el primero en acostarse recibiendo el cuerpo del niño uniendo ambos pechos, se notaba un poco de timidez en Áaron que sentía el roce de las manos de Jasmani a lo largo de su infantil traserito suave, , la gran roca donde estaban acostados era adecuada para esos movimientos sexuales, la planicie de la superficie acomodaba esos cuerpos de diferente estatura, al niño lo puso en posición perrito con los glúteos abiertos ensalivándole la entrada del ano, chupándolo y lamiéndolo con saliva de manera constante, los mordiscos leves eran para los glúteos y parte del coxis y espalda, era el momento de pasar por ese tierno traserito el glande de grueso pene, el movimiento de desliz del glande sobre la piel del traserito del niño se detuvo de tal forma que el glande quedó entre la separación de los dos glúteos ahí lo tuvo por unos instantes, era su dicha ver esa postura sexual en la que su pene dominaba, en la que su cuerpo de hombre sencillo dominaba el cuerpito del hijo de un gran personaje de poder social y económico del sector ahora sometido a sus instintos sexuales, Jasmani sonrió con ironía, pensó que en este instante sólo valía el poder del sexo, de la entrega y de algo en cuanto a pasión, Aarón estaba siendo sometido una vez más a las iniciativas sexuales de Jasmani que se convertía en su iniciador como aquellos otros encuentros existentes en entre el adulto y el niño, lentamente el niño se acostó de cara a la superficie de la roca quedando descansada su carita sobre sus manitos, las lamidas en su traserito por parte de la lengua de Jasmani no se hicieron esperar, el nene gemía, cerraba los ojos, suspiraba entrecortadamente, abrió los glúteos con los dedos viendo el exterior del rozagante ano y lentamente el glande se acercaba a la entrada del infantil ano haciéndolo gemir, luego de su boca salía saliva, si, más saliva en el glande con el deseo de lubricarlo y la intención de penetrarle, de ser el primero, de que sienta quien es su primer macho, su primer embestidor, su iniciador, así que lo tomó a Aarón acostado de espaldas a la roca, le hizo gemir levemente al infante, le hizo abrir las piernas acomodándole el traserito cerca del pene, las piernitas eran alzadas descansando los tobillos infantiles sobre las costillas del iniciador, los piecitos al aire se agitaban al movimiento de las caderas de Jasmani y del niño al mismo tiempo que ambos penes se deslizaban Jasmani gustaba ver sometido al nene hijo del patrón, lo soltó dejándolo acostado, Jasmani en pie, Aarón acostado miraba al adulto que agitaba el pene y lo acercaba al penecito suyo con la intención de rosarce, luego Jasmani se acostó junto al niño, lo abrazó y le dio besos en el rostro, él acostado ahora y el pequeño Aarón sentado con su traserito desnudo deslizándose sobre el pene erecto, esos movimientos eran accionados por las manos de Jasmani sobre las caderas del niño, Aarón miraba que debajo de su penecito que sobresalía el pene de su iniciador, así, así, así siguió el niño moviéndose, deslizándose sobre el pene, así, lentamente su tronco y su espalda se inclinaba posándose sobre el pecho velludo de Jasmani, el niño escuchaba la quietud del lugar, sólo uno que otro pájaro trinaba, escuchaba el movimiento de las ramas de los árboles y le llegó la brisa de aquel lugar a su cuerpo desnudo, sentía el glande de Jasmani en su infantil coxis, sentía los besos en su cuello, las caricias en sus mejillas, el golpe de la respiración adulta en su pelo lacio infantil, sentía y veía aquel roce de las manos de su iniciador sobre los muslos de sus piernitas hasta llegar a ser su pene lampiño bien manoseado por parte de su iniciador Jasmani, suspiró, dio vuelta, ahora su cuerpito estaba acostado sobre el de Jasmani, su carita posando sobre el velludo pecho con sus manitos apoyada, por sobre la cabeza Jasmani miraba ese traserito desnudo y empezó a manosearlo sonriente muy complaciente, de pronto el niño Aarón alzó la carita, ambas de frente, Jasmani vio alzar y levantar la cadera del niño que lo hacía instintivamente, lo deslizó al cuerpito de Aarón hasta poner el penecito sobre el pene peludo, de nuevo Aarón hizo los movimientos, alzando y bajando su cadera, Jasmani hizo a un lado al niño sentado sobre la gran roca, el adulto se acostó de cara a la roca así que dio la vuelta a su cuerpo, llamó al niño para que se acostase sobre él, de tal manera que una vez acostado volvió a alzar y levantar su caderita con su penecito que ahora se deslizaba sobre el trasero peludo de su iniciador, al rato de tanta alzada y bajada de cadera infantil Jasmani giró su cuerpo de nuevo, ahora acostado de espaldas sobre la gran roca ponía sus manos sobre ésta apoyando su cabeza, el niño estaba sentado a su lado con las piernas abiertas, se veían manchas de saliva sobre la roca, los deditos del niño tocaban con sutileza el penecito, Jasmani se agitaba el tronco del pene, la mirada del niño era muy fija en esos movimientos, instintivamente a su corta edad gustaba ver ese pene de Jasmani atrayéndole de forma inmediata, Jasmani le hizo acercar, acarició el pelo de Aarón, lentamente con su mano dirigía la carita del pequeño Aarón al pene peludo, el niño miraba atento más de cerca aquel pene peludo, grueso y venoso, rozó con sus labios aquel glande que lo tenía tan cerca, de pronto escuchó la voz de su iniciador diciéndole que abra la boca, así lo hizo, de tal manera que el abrirla el glande entró en su boca, lo tuvo por unos instantes, dejó rastros de saliva en aquel glande, respiró, para de nuevo escuchar la voz que le ordenaba abrir la boca, ahora lo hizo más atento al movimiento del pene que se acercaba a su boca, allí se detuvo el pene y entró lentamente, a diferencia del anterior la lengua pasaba por el glande, lo lamía como si fuese un helado de esos cremosos que tanto le gustaban, así le hacía conocer su iniciador con palabras atentas, Jasmani se complacía moviéndole la cabecita al pequeño Aarón así sus labios recibían el desliz del pene, Aarón gustaba cada vez más, luego de respirar con descanso, él mismo a voluntad tomaba el pene peludo y lentamente se lo llevaba a la boca, había aprendido a su corta edad algo de sexo oral por parte de Jasmani su iniciador, mientras lamía el pene las manos del adulto manoseaban el trasero y el dedo medio ensalivado lo deslizaba hasta la entrada del ano del pequeño Aarón, el niño mientras lamía el pene sentía esos deslices y miraba a su iniciador sonriente a manera de aprobación de lo que sentía, dejó que le siga lamiendo el pene, ahora le dijo que le dé de besitos al pene, el niño así lo hizo, luego lo acostó a su lado ambos de perfil con los penes rozándose, el niño vio con demasiada atención el pene de Jasmani, el infante mostraba su alto interés de seguir, el iniciador vio el rostro del niño con interés de continuar así que Jasmani con mucha pasividad se acomodó lentamente acostándose sobre la gran roca de esa manera el cuerpo del niño se recostaba sobre el velludo cuerpo de su sodomizador haciendo que el penecito se deslice por los glúteos, la respiración jadeante del niño chocaba en el pelo de Jasmani, la carita se posaba en la espalda del adulto, sentía seguridad así acostado moviendo lentamente las caderas, Jasmani que le estimulaba a seguir haciendo que así se moviese, luego se pusieron en pie y corrieron desnudos por la playa arenosa del río, lo marcaba haciendo girar su cuerpo como un tiovivo, el niño sonreía, lo marcaba haciendo que su penecito roce con el pene grueso del iniciador, sujetaba al niño de los glúteos abriéndolos y rozando la entrada con el dedo índice, se adentraron en el monte sobre amplio espacio, allí se acostaron recibiendo oxígeno descansando, las manitos se deslizaban por la velludas piernas de Jasmani, permitía que pasen tocando el pene erecto, la carita del niño se posaba sobre el estómago del adulto, de improviso lo marcó sentándose sobre la arena de la amplia playa, dieron roles cuerpo a cuerpo con cuidado de no dañar físicamente al niño, los cuerpos desnudos con arena impregnada en la piel, Jasmani tenía sentado al niño sobre su cuerpo, sonreía el pequeño Aarón ante los mimos prodigados por su iniciador de aquel instante, al cuerpito infantil le hacía como galopar, le hacía parecer que el niño dominaba la situación del juego, Jasmani le decía frases dulces motivadoras, mientras tanto las manos recorrían los glúteos infantiles, vieron hacia donde estaba el río, tomando de la mano al niño llegaron a la orilla, se adentraron en las cristalinas aguas y así se podía ver ambos cuerpos desnudos dentro del agua, el niño abrazado a Jasmani sintiéndose seguro y dejándose llevar a medio cause, sus manitos agitaban el agua, lo sentó sobre una roca saliente en la orilla mientras daba brazadas a lo largo del cauce, el niño sentado agitaba graciosamente las manos aplaudiendo moviendo también sus piernitas abiertas que mostraban el desnudo penecito lampiño, Jasmani se acercó dónde estaba sentado el niño que estiró los brazos para sostenerse del cuerpo, mientras lo marcaba le daba besos en las mejillas y le lamió las orejas, lo sentó en sus hombros y delicadamente el niño fue lanzado al agua, Jasmani con rapidez lo alzaba y lo volvía a sentar en los hombros, el pequeño Aarón pedía que lo volviese a lanzar en forma reiterada, así con esos juegos en el agua ganaba la confianza del niño, le enseñaba a nadar acostándolo en sus brazos sobre el agua para que pueda mover brazos y piernas, luego lo alzaba y lo bajaba en el aire para que quedase en el agua, luego de tanto juego quedaron recostados en la playa arenosa rodeada de árboles tupidos que dejaban caer las hojas, ambos acostados de espalda en la arena de cara al sol, súbitamente el niño en forma voluntaria se acostó sobre el cuerpo de Jasmani, su carita quedó sobre el velludo pecho, Jasmani pasó sus manos por la espalda de aquella piel sedosa infantil a efecto del agua escurrida sobre la arena, luego las manos pasaron por los glúteos de Aarón, el dedo medio pasó por la separación de los glúteos, se lo llevó a la nariz, eso vio el niño y ambos sonrieron cuando Jasmani se lo pasó por la nariz al pequeño Aarón, suspiraron coincidentemente, deslizó el cuerpo del niño sobre su cuerpo, sus caras estaban unidas por las frentes no dejando de sonreír, se dieron besos cortos, para ese omento el pene se ponía muy erecto, así que tomó al niño de la cintura haciendo que el pene roce la entrada del ano de Aarón, lo encorvó sobre una roca de mediano tamaño ubicada en la orilla, le dijo que se estuviese quietecito, el niño quedó acostado sobre la roca arqueado su cuerpo a órdenes de Jasmani que no se movía, el adulto agitó el pene ensalivando el glande y le pasó en varios momentos la lengua en la entrada del ano ensalivando, puso una mano sobre la espalda del niño y con la otra sostenía el pene erecto que trataba de entrar así el pequeño Aarón empezaba a gemir al aguante del entalle del pene en el ano, bufaba, decía que le dolía, Jasmani delicadamente se puso a rozar el pene sobre los glúteos, a la vez que le besaba repetidamente la espalda al niño, los labios de Jasmani emitían frases dulces a los oídos del niño, trataba de relajarlo, de que se dejase pues luego lo sentiría rico, pasó las yemas de los dedos por la piel de la espalda de Aarón, lo sintió relajado, pasó saliva abundante por la entrada del ano, de nuevo el pene trataba de penetrar ese traserito sedoso, rozagante y lindo en su plenitud, le hizo bufar al niño por un instante, luego apartó el pene del traserito al darse cuenta que aún lo tenía muy cerradito, era virgen por supuesto, y así mejor se dedicó a mimar y abrazar al pequeño acostados en la arena, le besaba el pelo lacio en forma reiterada diciéndole lo mucho que lo quería, que era muy valiente, así, Aarón tomaba confianza de Jasmani, pese a que le latía el culito, el niño comenzaba a sentir a su tres añitos sensaciones nuevas con ese latido, tenía estímulos sexuales iniciados con ayuda de Jasmani, tenía sobre todo esa fijación en el pene de su iniciador, la carita se apoyaba en el pene, luego la alzaba para olerlo, abría la boca y lentamente chupaba y lamía el glande de Jasmani que lo recibía con satisfacción, el pequeño Aarón gustaba de aquello, Jasmani miró la puesta del sol, era el momento de partir, se bañaron con los correspondientes juegos, luego ayudó a vestir al pequeño Aarón, ya en el camión el niño se durmió, al llegar a la gran casona el crepúsculo caía, entrando la fría noche, marcó al niño llevándolo a la habitación dejándolo acostado en la cama, lo vio en su profundo sueño, esa carita inocente, esos labios rosáceos, esas mejillas y esa frente fueron acariciadas por Jasmani con ternura, siendo testigo la joven empleada que le acompañaba pensando en la amistad mutua entre el adulto y el pequeño, al bajar las escaleras vio a la patrona, sorprendentemente repuesta convaleciente, la curación de Ana hizo un fulminante efecto de mejora en la joven patrona esposa del patrón Joaquín Valdez, patrona y empleado de seguridad se saludaron cordialmente, la mujer agradeció por el noble gesto de cuidar a su hijo, vio el trato paternal que le daba al pequeño y notaba ese incremento de confianza y seguridad que le brindaba al pequeño, le puso su mano en el brazo en señal de agradecimiento, Jasmani asintió con amabilidad y respeto ante la esposa de su patrón, giró sobre sus talones, lo que no vio sobre aquella la mirada fija de la mujer y una mueca irónica dibujada en su rostro, subió las escaleras a darse un baño pues desde hace buen tiempo que no se lo daba, desde lo alto de la ventana observaba la silueta de Jasmani que arrimado a un árbol sacaba un cigarro para fumar lentamente, a través del humo vio la gran casona iluminada a través de las luces salidas por los ventanales, varias sombras se reflejaban, entre ellas una en especial a través de aquella ventana, se sentía que era observado por la mujer de su patrón, sonrió lanzando una boconada de humo, con discreción sacó su pene del pantalón para micciar haciéndose el disimulado entendiendo que no era visto, el movimiento de orina y pene fue visto con admiración por la mujer esposa de Joaquín Valdez, cuyo impulso inmediato fue deslizar la cortina dejando una pequeña hendija por donde observaba a Jasmani que agitaba el pene para dejarlo por un instante a vista de aquella mujer, luego caminó entre la penumbra sonriente de lo que había hecho, la mujer entró a la ducha con mucha excitación, ese pene, pensó, ese tronco de carne, sonrió irónicamente pensando, ese miembro viril, suspiraba de sólo pensarlo, sus manos con jabón pasaron por los glúteos rozando los labios vaginales estimulándose con el clítoris, suspiraba jadeante con el jabón pasando por su cuerpo de piel aún juvenil en contraste con la de su esposo de mayor edad, ahora solo pensaba en él, en el apuesto cuarentón Jasmani, suspiraba constantemente pensando en su físico, mordía los labios de sólo pensar en ese pene, lo deseaba, sí, aquí y ahora, lo deseaba firmemente, ahora era el momento se decía, ahora que su esposo no estaba, ahora que poca gente estaba en la gran casona, ahora que su pequeño hijo estaba dormido y no lo molestara, no había tiempo para pensar en dolores, sólo para amar; no tan lejos de allí, acostado en la cama Jasmani pensaba en los hechos pasados con el pequeño hijo de la patrona, miraba pensativo al techo, como flash le vino la imagen de la mujer y de su cuerpo, pensaba en aquel día en que estuvieron en la caballeriza arreglando los arreos y en ese instante le dio por micciar, fue hacia unos arbustos, mientras lanzaba la orina vio a unos pasos delante entre la maleza que unos ojos lo observaban, era la patrona Dina, seguramente lo había seguido hasta allí, no era coincidencia, era deliberado y lo sentía así pues varias veces él había sido el centro de atención de la mujer, se sentía observado ante su presencia, guardaba la compostura, no negaba su atracción pero no quería jugar con fuego pues era suficiente con el niño ya que allí guardaba más las apariencias de su inclinación y gusto por los niños, lo de la patrona era más complejo, además, ya gozaba del cuerpo de Ana y de su hija Renata, pero pensar en esa posibilidad de encuentro no le quitaba el deseo de pensar en ella manoseándose el salido pene erecto que al verlo sonreía, ese pene había hecho muchos estragos en la vida de varias personas, sonrió viéndole complaciente con lo hecho, pese a todos sus pensamientos suspiró pensando en la patrona, en el niño aún más, sus pensamientos fueron cortados por el golpe en la puerta, se extrañaba, pero dio cuenta que la empleada lo llamaba, deseaba que lo acompañase a la gran casona, había sucedido un inconveniente con la patrona, de súbito el hombre abrió la puerta saliendo en precipitada carrera en dirección a la casona, la empleada como pudo le seguía detrás, Jasmani preocupado pensaba en su responsabilidad de seguridad con la familia del patrón, en esencia esa era su responsabilidad, corrió cuanto pudo, no dio oportunidad de diálogo con la empleada, lo importante es que deseaba llegar al lugar cuanto antes, abrió puertas y subió las escaleras, a su paso estaba el pequeño Aarón descalzo vestido con pijama, en instantes vio ese penecito vestido que lo manoseaba aquellas manitos infantiles, marcó al niño abriendo la habitación de la patrona, la encontró puesta solamente la toalla, su cuerpo estaba húmedo, Jasmani bajó al niño en el piso, lo sentó en una silla, ella estaba junto a él y de inmediato llegó la alarmada empleada, Jasmani fe conducido a donde estaba el problema, la ducha, se escapaba agua, bastante fuga, fue por las herramientas, el pequeño Aarón quiso acompañarlo con emotividad, de la silla brincó para ser marcado, su dedo estaba en la boca rozándola y el brazo rodeando el cuello de Jasmani, los piecitos rozaban el pantalón de su iniciador, eran unos pies bien formados, con dedos bien definidos y empeine plano, la mujer aceptó, lo llevó al nene marcado a su cuarto sentándolo sobre la mullida cama, Aarón sentado en la cama agitaba sus piececitos mientras miraba a Jasmani que buscaba las herramientas, vio esos piecitos infantiles y le excitó que el niño se estirase el pene vestido, le hizo cosquillas haciéndolo girar en la cama, le deslizó el pijama mostrándose el traserito, le dio de besos a los glúteos y de forma inmediata se fue acostando sobre el niño besándole el pelo y la nuca, ya para ese instante rápidamente se deslizó sacando el pene del pantalón ahora ya deslizándolo por el trasero, luego lo viró y le pasó el pene sobre el penecito, le preguntó si le gustaba así moviéndose, Aarón respondía sonriendo, aprovechó para pasarle el pene por los labios infantiles y luego se levantaron de la cama llevándolo marcado al pequeño y sujetando con la otra mano la ligera caja de herramientas, al llegar a la habitación aún estaba la empleada que ahora marcaba al pequeño llevándolo a su habitación infantil por mandato de la patrona indicándole que lo arrulle y quedase con el niño hasta su aviso, la joven empleada temerosa asintió ante la autoridad de la mujer dueña de la gran casona, el ajuste de la cañería fue inmediato cesando la fuga de agua, la mujer vestía un traje de dormir con tela fina en el que se podía notar las delicadas líneas de su cuerpo sensual ajustadas a la tela, el perfume era delirante, le informó sobre el arreglo y le dio indicaciones de prevención, su intención fue salir de la habitación, la mujer le acortó el camino, con gestos de manos le indicó que la acompañase a sentarse en la cama, la mujer esposa del patrón le agradeció por el cuidado que le brindaba a su hijo, tanto así que era más de lo que su esposo lo hacía con su hijo el pequeño Aarón, sentado sobre el cama vio levantarse a su patrona que lentamente se acercó en su delante y un dedo pasó lenta y sutilmente por el brazo de Jasmani, se limitó a sonreír, sin dejar de apreciar el movimiento de aquel dedo con mensaje insinuante, se vieron, intercambiaron sonrisas, firmemente sus rostros se acercaron, cerraron los ojos al sentir sus respiraciones golpeando los rostros, en ese momento la sorpresa de Jasmani desapareció, se dejó llevar por el momento, así que unieron lentamente sus labios terminando en un apasionado beso, la mujer insinuó con gestos a Jasmani quien fue a asegurar la puerta, se podía ver el pene abultado en ese pantalón, la mujer se sentó y le pidió que se acerque, Jasmani tragaba saliva de la emoción al ver en su delante las manos de su patrona que muy sonriente y con mucha seguridad desabotonaba el pantalón bajando la cremallera para liberar el pene venoso peludo y grueso del que se convertiría en su amante, Jasmani, que lamía sus labios, ya con el pene liberado lo agitaba, la mujer se recostó lentamente en la cama, Jasmani vio las manos de la mujer que abrían la tela del vestido de dormir muy sexi, la vagina depilada llena de cuidados quedó al descubierto y los dedos rozaban la pelvis y los labios vaginales se abrían, le pidió al hombre que se acerque, lentamente Jasmani se acostaba sobre la mujer, dándose besos apasionados manoseándose el cuerpo, el pene rozaba la depilada vagina, los pelos de Jasmani se rozaban hasta que el pene fue penetrando de apoco esa vagina deliciosa por vez primera, sentía así las entrañas jugosas de la patrona, esa delicada vagina tan bien cuidada en aseo ahora era sometida por el grueso pene sudado del proletario, el tronco entraba y salía, la impetuosidad de la penetración hacía gemir a la mujer que trataba discretamente de emitir cortos sonidos guturales, mientras penetraba la besaba apasionadamente, sin palabras, sólo se necesitaba el roce de las manos, escuchar la respiración profunda de los amantes, el sentirse siendo mujer a través de ese pene, lo había soñado así en tantas ocasiones que lo había visto micciar, se cumplía su deseo, sentía la virilidad de Jasmani en su ser, lo abrazaba con fuerza, no deseaba terminar, pese a abrir ampliamente sus boca y sus piernas, se miraban el pene y la vagina en acción, el mete y saca frecuente, se sentía ese pene entrando y saliendo en la vagina, ese pene con fluido, latente, su grueso satisfaciendo a la mujer, la hacía suya como ella quería, era su primera vez, quizá no la última para ambos, vendrían más, no importaba ya el sentido de lealtad profesa al patrón, ahora importaba primar el deseo de estar así, siendo uno solo, el ego del hombre menor en status social se incrementaba al tener debajo de su cuerpo a la sometida mujer del patrón, las embestidas y el movimiento de pelvis era desenfrenado, intenso, lo hacía para que lo recuerde, lo hacía para marcar diferencia, en efecto, Dina comparaba ese pene con el de su marido Joaquín, no había punto de comparación sin lugar a dudas, eso motivó a mover con más fuerza el incremento del movimiento de sus caderas haciendo incrementar también el gemido de la mujer del patrón, entrelazó las manos para seguirle embistiendo con firmeza, sintió que la piel de su pene era mojada por los líquidos vaginales, había logrado el orgasmo en la mujer, ahora tocaba a él, los movimientos continuos de entrada y salida de pene hacía estragos en la vagina de la joven mujer que jadeaba gimiendo no importándole la intensidad del sonido de los muelles de la cama, en cada embiste Jasmani demostraba su amplia sonrisa, de sólo ver ese pene entrando y saliendo de la vagina le complacía verle con gusto, se imaginaba seguramente que su patrón la poseía de la misma forma aunque no de la misma intensidad, la sonrisa irónica fue recurrente con mordida de labios demostrando el poder de sexo sobre la joven mujer madre del tierno Aarón, las manos se entrelazaban ante tanto embiste que ella respondía bufando, tragaban saliva tras los intensos besos, cuando sintió eyacular trató con la mano de sacar el pene de aquella mojada vagina pero ella presurosa con las manos le impidió esa intención y acción del hombre que sorprendido dejó el semen dentro del vientre de la mujer, ella quedó acostada en la cama con relajación, los dos viéndose fijamente los rostros, Jasmani sacó el pene con semen en su tronco y glande dejándolo en los labios vaginales, ella sonrió y con la punta del dedo índice pasaba por el glande humedecido de semen, con el dedo pulgar estiraba el líquido cual si fuese una acción de complacencia tener dentro de sus entrañas ese líquido seminal, pidió que siguiese, él complaciente lo hizo, pero ahora por el trasero, así humedecido de semen el pene fue entrando en ese ano de hembra deseosa de más sexo, los voluminosos glúteos se movían haciéndola gemir en cada mete y saca de pene en el trasero de la mujer sodomizada, Jasmani volvía a sonreír complaciente, es que su pene erecto con restos de semen se deslizaba entre la separación de los glúteos, las manos del hombre se deslizaban sobre la espalda de su mujer amante haciéndole círculos de masaje haciéndola relajar mientras al tiempo en que le metía el pene, luego besaba la espalda combinando con masajes de manos relajantes, le dio un beso en la mejilla cuya cara femenina se posaba en las voluptuosas almohadas, la mujer suspiraba pidiendo más, y él seguía complaciente sobre ese trasero voluminoso, quedó acostado encima de ella, algo jadeante con respiración sintiendo su tibia piel satisfecha de sexo pleno como solo él sabía hacerlo a las féminas pese a su disimulada condición de bisexual, era la primera vez que a ella le hacía el amor, nada menos que a la mujer de su patrón, se apartó de la cama agitándose el pene viéndola girar mostrando la humedecida vagina haciendo círculos con el dedo en los labios vaginales, con pícara sonrisa lo intimidaba a seguir señalándole la vagina, en verdad que Dina era fogosa, el con pene en mano se acercó abriéndole las piernas para introducirle de nuevo el pene de forma muy rápida, a Jasmani ella lo deseaba mucho, desde hace tiempo, desde aquella vez que lo vio micciar por vez primera y de aquellas veces seguidas en que lo perseguía con la mirada, era intuitivo todo, como ahora en que embestía esa vagina con el grueso pene, lo sacaba y lo metía haciendo un hermoso movimiento de penetración abriendo y dilatando esos labios vaginales, duró tal vez un par de minutos esa sesión sexual para quedar quietos, exhaustos, jadeantes y sudorosos inmóviles con el pene dentro de la vagina sus labios se encontraron haciendo prolongados besos con lengua, tomó papel de una gaveta de mesita de noche, se limpió su pene ligeramente escuchando de labios de ella su absoluta confianza para que cuidase más seguido a su tierno hijo Aarón y así con ese acercamiento poderse ver mucho más seguido en sus encuentros, Jasmani se limitaba a escuchar como empleado asintiendo en señal de aprobación lo que manifestaba la mujer del patrón, así el papel de amante había terminado y volvía el papel de empleado, Jasmani salió de la habitación, muy sonriente, dejándola a ella acostada en la cama, manoseándose la vagina peluda, el hombre bajó prudente las escaleras de la gran casona, nadie a su encuentro, era mejor así, caminó furtivamente perdiéndose entre las sombras, entró a su cuarto a descansar acostado en la cama mostrándose que aún tenía algo de respiración acelerada, levemente sintió culpa pero se calmó pensando que la acción había sido sexualmente consentida, recordó su pene dentro de la vagina y cómo salía, pensó: la patrona no estaba enferma de dolores en la cabeza sino que la causa de su enfermedad era la carencia de sexo pleno, así que se sentía orgulloso por lo hecho en la cama de los patrones pues le había curado la dolencia, increíble, quien lo iba a pensar, él acostado haciéndole el amor a la mujer del más representativo hombre de negocios de la comarca, y todavía en su cama matrimonial compartida con su esposa, de esta forma emitió una gran carcajada, había hecho el amor a madre e hijo, suspiró diciendo en su interior, pobrecito del patrón.
FIN DEL CENTÉSIMO NONAGÉSIMO EPISODIO
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