METAMORFOSIS 192
Cuarto infantil.
Corriendo de la manitos Aarón el hijo del patrón Joaquín Valdés y Renata la hija de la empleada Ana pisaban el verde césped aledaño a la gran casona, corrían ante la pasividad de dos empleados que arreglaban el amplio jardín así también los ojos de Jasmani se maravillaban viendo a ese par de niños hermosos corriendo descalzos, el pequeño doblaba la manito libre en forma de amaneramiento que al verlo Jasmani sonreía sarcásticamente, el niño presentaba el engreimiento de su madre… y algo más notaban de aquella forma de ser del pequeño por parte de ciertos adultos residentes en la gran casona y que además Jasmani también o notaba y mantenían prudencia, se referían como un amanerado al último hijo del patrón, el pequeño tropezó por impericia propia al soltarse de la mano de la pequeña Renata, de inmediato Jasmani que estaba más cerca acudió a su auxilio, el pequeño no dejaba de llorar y se aferró a los brazos del adulto que ya estaba rodeado por el par de peones, con gesto altivo teniendo al niño marcado en sus brazos les hizo conocer a los peones que se retiren, que él controlaba la situación ya que no era de mucha gravedad, os peones de a uno en uno se iban retirando, ver así al hijo del patrón y no hacer nada era segura reprimenda del patrón, se calmaron al escuchar las palabras de quien era considerado el indicado para establecer seguridad a la familia del patrón, la empleada corrió hacia donde se encontraba Jasmani y el niño, estaba muy preocupada se notaba en su rostro pues los niños estaban a su cargo ya que las madres de los pequeños habían salido con el patrón y otros peones al pueblo, lo tocó al lloroso niño, quiso que se lo pase a sus brazos pero Jasmani se lo negó increpándola diciéndole también que se aleje, la joven buena mujer humilde absorta corrió hacia el interior de la casona, iba sollozando, Jasmani había ganado gran confianza con el patrón y sometía a su autoridad a los peones y empleadas, solo Renata quedó a su presencia, estaba aún temblorosa esperando el regaño de Jasmani pero recibió una caricia en su pelo, la niña estaba un tanto tímida y con recelo al ver el gesto de seriedad de Jasmani viéndole al niño, sin embrago a lo que la niña pensaba continuó recibiendo gestos, algo cordial salido repentinamente del rostro del adulto induciéndola a que se acercase e ir juntos con el niño marcado a la habitación infantil a atenderle con cuidado, a paso lento el pequeño Aarón el más mimado de los hijos del patrón en su segunda esposa era conducido marcado por Jasmani desde el lugar del accidente hasta su habitación, sus manitos se aferraban gustosas con seguridad a los brazos de Jasmani, esto le hacía sacar sonrisas al cuarentón en presencia de quienes los veían transitar, detrás iba la pequeña Renata, desde un rincón oculta estaban las dos empleadas viendo subir las escaleras a paso lento a Jasmani marcando al niño que sollozaba periódicamente constipando como resultado de su engreimiento, entre ellas comentaban que al niño lo estaban haciendo como de cristal, muy engreído y se estaba haciendo caprichoso, nada bueno, decían ellas, nada bueno se no notaba en el carácter que se estaba formando en el pequeño a tan tierna edad, junto a ellos detrás iba Renata, una de las empleadas se acercó a Jasmani cuando iba a media subida de escalera quiso ser solícita diciéndole que podía ayudarle a lo que el rostro de Jasmani con severidad devolvió un gesto de negativa prepotencia que no ameritaba a la mujer a seguir dialogando, ya al subir al otro piso entablado el hombre le dijo a la buena empleada que él podía hacerlo nomás solo, le tomaría varios minutos atenderlo y que no fuese molestado, le dio órdenes a la criada para que le diese el botiquín, la atenta mujer así lo hizo subiendo la escalera a media altura donde Renata lo tomó con seguridad, Jasmani asintió a la pequeña para que subiera la escalera hasta donde él estaba situada aun marcando al pequeño Aarón, caminaron por el largo pasillo de la casona que da a la más lejana habitación del pequeño, Renata bajó a sus pies el botiquín y con sus dos manitos abrió la puerta, luego al entrar Jasmani le ordenó a la pequeña a que tenga seguro la puerta para no ser interrumpidos, le hizo mimos al pequeño para calmarlo y darle seguridad, el niño estaba completamente sucio desarreglado lleno de polvo de tierra y algo de lodo por lo que optó por quitarle la ropa, primero sacándole las sandalias luego los calcetines que protegieron las rodillas, se pudo ver esos piecitos de dedos alargados característicos de niños cuidados de buena familia, sentada en la cama Renata observaba a Jasmani que contemplaba sonriente luego de haberle desabotonado el pantaloncito corto deslizándolo a los pies, el niño alzaba cada piernita para liberarse de la prenda para que luego venga la acción de deslizarle el calzoncillo y asimismo alzaba sus piernitas liberándose de la prenda, posteriormente el turno lo fue para desabotonar la camisa quedando el pequeño Aarón completamente desnudo acostado en la cama, a su corta edad no daba por el pudor, más bien se sentía cómodo liberado de tanta ropa, Jasmani con su experiencia de entrenamiento del otrora guardaespaldas le auscultó el estómago al pequeño donde se golpeó contra el suelo y las manitos que era donde estaba el problema y la causa de su llanto detectando laceraciones insignificantes en las palmas de las manitos pues logró amortiguar en algo la caída con los brazos extendidos y manos deslizarse por el suelo, Renata estaba muy atenta y miraba los mimos que Jasmani daba al pequeño haciéndole cambiar en algo el semblante aunque venía la tarea de curarle las heridas leves con alcohol, el niño chistaba ante el contacto del líquido y ante aquello no podía esperar los gestos de mimos y mensajes de niño valiente, Renata atenta a las curaciones ayudaba a Jasmani pasándole vendas para retirar accesos de mugre, Aarón solo le hacía gestos a Jasmani de que en sus manitos el dolor lo sentía más, le sentó para verle sus piernitas juntas donde se podía ver el penecito sobresalido, Renata se fijaba mucho en aquel niño desnudo, Jasmani se acuclilló delante del niño diciéndole frases motivadoras, le acarició el mentón haciéndole caricias leves diciéndole lo valiente que se estaba portando y que tenga paciencia que ya terminaban las curaciones, el niño estaba cabizbajo con sus manitas abiertas apoyadas sobre los muslos de sus piernitas, la mirada de Jasmani estaba fija en aquel penecito que de inmediato empezó a dedearle, a acariciarle sutilmente, Aarón quiso instintivamente parase pero fue impedido lentamente por las manos de Jasmani que continuaba manoseando el penecito, le dijo que se estuviera quietecito, así nomás quietecito y ante esas palabras la boca de Jasmani se acercaba al estómago del niño dándole repetidos besitos sutiles de a piquito, de lo sentado que estaba el niño su cuerpecito empezó a caer sobre el colchón quedando acostado con sus piernitas y piecitos en el extremo de la cama suspendidos al aire, empezaba a reír al sentir cosquillas, Jasmani ante la mirada de Renata continuaba besando el estómago del niño acercándose al pecho, la lengua describía con saliva su recorrido descendiendo del pecho hasta el ombligo y llegando al penecito a lo que el niño sonreía al sentir ese pase, en algo levantó su cabeza el pequeño Aarón viendo que su penecito lampiño era metido completamente en la boca de Jasmani para luego con la punta de la lengua iba lamiendo los testículos, Renata observaba el desliz de los labios de Jasmani sobre la piel del penecito de Aarón, de cómo la cabeza del adulto se alzaba y se bajaba ante el deslizamiento de la lengua y labios, el niño se relajaba un poco, instintivamente Renata viendo el penecito erecto ensalivado de Aarón metió su mano debajo de su vestidito manoseándose la vaginita vestida, de eso dio cuenta Jasmani ordenándole que se acerque, la niña dio unos pasos viendo a Jasmani que se apartaba de ese precioso niño que seguía acostado viéndola acercarse, lentamente se puso delante viendo fijamente al pequeño Aarón acostado en la cama infantil, con sus manitos infantiles femeninas tomó el penecito del niño, lo acarició en instantes, Renata vio la cara del niño y vio el rostro de Jasmani que decididamente le ordenó que abriese la boca, la carita de Renata se acerca para introducirse el penecito, chupaba y chupaba la muy inquieta, el penecito se puso brilloso de tanta saliva se deslizaba por aquellos labios infantiles, varios fueron los movimientos, Aarón levantó su hombros intercambiando mirada con Renata, era el jueguito propuesto, Jasmani se manoseaba el pene vestido, Renata y Aarón vieron que Jasmani se deslizaba el pantalón sacándose el pene por el calzoncillo, estaba muy erecto, con movimientos de manos le hizo acostar a Renata junto al pequeño Aarón, le deslizó el calzoncito hasta los tobillos y le alzó el vestidito al pecho, le dijo que ahora ella iba a gozar mucho de ese “jueguito”, le hizo levantar las piernitas y su rostro se metía entre los muslos, la nariz rozaba esos labios vaginales lampiños, la lengua empezó a ser furor rozando la vaginita de Renata que se contorsionaba de placer, Aarón simplemente se limitaba a ver el movimiento de la cabeza de Jasmani sobre esa vaginita, tiempo después el pene rozaba la vaginita de la pequeña, Aarón miraba esos movimientos estirándose el pene ensalivado, estaba viendo el roce del glande en la vaginita, Jasmani le decía que mire fijamente, que así se trata a una mujer con amor, la pelvis de Jasmani se unía a la de Renata, el pene se deslizaba por la vaginita, Aarón continuaba viendo esos movimientos sexuales, el niño se llevaba los dedos a la nariz para olerlos, tenía un olor especial para él, se notaba su rostro relajado, eran dos niños muy pequeños iniciados por Jasmani, el glande seguía rozando los labios vaginales al movimiento de caderas, el adulto cerraba los ojos pasándose la lengua por los labios en señal de placer, Renata respondía con suspiros, ladeo su rostro y así Aarón vio el rostro complaciente de Renata, sin duda que eso a ella le gustaba, Aarón lo tomó como lo que en verdad eso era un “jueguito” natural, pero que debía guardar silencio con secreto, eso miraba Aarón en el rostro libidinoso de Jasmani que continuaba con sus movimientos de cadera, estaba sujetando las piernitas de la niña quedando los piecitos al aire y continuó con los roces del glande en la vagina, la soltó de las piernas para el rostro entre los muslos y así chuparle y lamerle el clítoris, esa acción que tanto gusto le daba a la pequeña motivaba a Aarón en solo verla feliz, a manera de cosquillas ella sentía delicioso, Jasmani le preguntaba si le estaba gustando eso y ella respondía que sí, Aarón mostraba sonrisas en su rostro infantil y continuaba estirándose el penecito lampiño, sentía extrañeza viendo aquello pero le gustaba al fin, Aarón aún se limitaba a observar manoseándose el penecito ensalivado aún erecto, Renata se puso acostada de cara al colchón de fina sábana, su carita se perdía en los encajes de las almohadas, el voluminosos y descubierto traserito era manoseado por las manos de Jasmani que ponía el glande en la separación de los glúteos haciéndolo deslizar al movimiento de caderas, le decía a ala pequeña que ahora iba a disfrutar más, la niña gemía ante el peso del cuerpo de su iniciador sobre su cuerpito, la llenaba de besos en su pelo y cuello, luego continuaba deslizándole el pene en el trasero, Aarón continuaba ahora acostado de lado viendo muy atento ese movimiento de cintura de Jasmani, Aarón miraba con atención ese pene, si, le atraía ese pene venoso alargado peludo, se movía el pene sujetado con los dedos sobre el culito de Renata, luego se puso de cara al colchón junto a la cara de la pequeña alzando y bajando la cadera en igual movimiento del que estaba haciendo Jasmani ahora con la cadera sobre la vaginita rozada por el glande, Jasmani rio sarcásticamente, estaba descubriendo características de curiosidad del hijo pequeño del patrón, Renata también lo miraba hacer esos movimientos de cadera de del pequeño Aarón rozándose el penecito sobre la suave sábana, Jasmani le alcanzó una almohada y el niño la colocó debajo imitando de nuevo los movimientos de Jasmani sobre la vaginita de Renata, así, Jasmani alzaba y bajaba la pelvis sobre la pelvis de Renata y Aarón alzaba y bajaba su pelvis sobre la almohada, al niño le divertía imitarle en el “jueguito”, así repetían en varias ocasiones, el adulto se alejó de la pequeña, acomodó al niño sobre el cuerpo de Renata y comenzó a mover las caderas de tal forma que su penecito rozaba la vaginita, la niña en señal de aceptación por lo que Aarón le estaba haciendo le abrazó rodeándole los bracitos por la espalda, Jasmani sonreía viendo a ese par de niños haciendo semi sexo duro, sus pieles contrastaban, la del niño era más blanca que la de Renata, Jasmani lo apartó al niño que con sus manitos quedaba sentado sobre el colchón tocándose el penecito erecto acostado de perfil en la cama viendo cómo Jasmani ahora se sentaba en el extremo de la cama a la pequeña Renata, sus piecitos al aire contenían el vestidito, su vestidito se deslizó a la cinturita, le dijo que abra la boca y obedientemente lo hizo, el pene ingresó por varios momentos, Aarón observaba el salir y entrar el pene en la boca de la pequeña, por un rato lo tuvo dentro hasta que salió el tronco con semen y de los labios de Renata salía otro poco de semen, Jasmani lleno de placer emitía respiración acelerada sin dejarse de manosear el pene, con brusco movimiento acostó a la pequeña alzándole el vestidito y en el momento de pasarle el pene rozándolo por los labios vaginales le dijo que algún día la empreñaría, así así, así, haciéndole deslizar el pene por los labios vaginales depositándole el resto de semen en la entrada de la vaginita, la nena quedó bien abierta de piernas al alejarse Jasmani, los dedos infantiles recorrían los labios vaginales sacándose los restos de semen, aún algo quedaba en el glande de Jasmani que miró a donde estaba acostado el niño y agitando su pene e dijo ¿Te gusta? ¿Quieres jugar? el niño viendo fijamente el pene agitándose asintió con su característica inocencia de un niño de tres años frente a un manipulador, obediente el niño se acostó de cara a la sábana con guía de Jasmani, la manito de Renata colocaba el pene de Jasmani sobre la separación de los glúteos de Aarón, así lo sujetaba al pene de Jasmani mientras se deslizaba por el culito de Aarón, la niña estaba muy atenta a ese movimiento, Jasmani le dijo que luego le tocaba a su culito y que si lo deseaba, ella sonreía atenta, se hizo el leve movimiento y Jasmani mientras movía la cadera cerraba los ojos diciéndole al niño que a él también lo iba a empreñar por ahí, dio una larga sonrisa abriéndole más el traserito tratando de penetrarlo pero el niño hizo gestos instintivos con gemidos pues sentía molestia en su culito por la acción del glande, le dijo que aguante otro poquito, otro poquito, otro poquito, pero el nene ya estaba por sollozar, para Jasmani no era buena cosa pues Renata cambió el semblante al ver a su amiguito, hasta que mejor se apartó del nene, le puso el calzoncillo y salió de la habitación tomándole de las manos, Renata iba detrás y cerraba la habitación luego de arreglarse la ropa, en el pasillo les hizo gestos a Renata de no hablar, la niña asintió, sonrió pensando que luego de este “jueguito” algún regalo le daría Jasmani, las empeladas salieron solicitas a recibir al niño al pie de la escalera, Jasmani ordenó que lo arreglasen de mejor forma, las humildes mujeres con temor asintieron llevándose al niño al cuarto amplio, Renata las siguió, arrimado en el camión miraba a las empleadas que arreglaban al pequeño Aarón, sacó de su bolsillo una cajetilla y de ella extrajo un cigarrillo, lo prendió y daba de lentas boconadas, sonrió pensando que lo había hecho de nuevo, salido de sus labios vio el humo del tabaco disiparse en el aire, Jasmani pensaba pues a su mente vino el recuerdo de aquel “niño”, en aquella cama cuando lo desvirgó, de igual pensó en la hermanita de aquel “niño”, la “niña” a la que fue también desvirgada por él, su mente se centró en pensar a ojos cerrados en el traserito voluminoso de aquel precioso “niño” como le decían cariñosamente en la colonia, aquel “niño” que vivió frente a su abacería, Jasmani pensó en tantos encuentros desnudos en la bodega de la abacería, seguramente pronto cumplirá los trece años, estaría ya en la pubertad, ya su pene sería grueso y tendría pelos en la pelvis, suspiraba imaginándolo desnudo acostado en su cama, Jasmani recordaba sonriente con los ojos cerrados imaginándose además cómo sería ahora ese penecito, que seguramente ya no sería lampiño, se imaginaba a ojos cerrados ese pene del niño siendo rozado por otro seguramente en este mismo instante, y, coincidentemente no se equivocaba pues a kilómetros de distancia de aquella selva en la capital en el sector rural de los alrededores por el trasero del niño iba entrando el pene de Contardo, firme, rígido en ser erecto, entraba y salía de ese ano púber, el “niño” de casi trece años gemía, bufaba pero en parte de gusto y complacencia, como estar conectado, ya que de la boca del niño teniendo los ojos cerrados emitió un desarticulado nombre en voz baja que difícilmente pudo escuchar Contardo pues la leve mordida de dientes en los labios emitió aquel nombre que el “niño” difícilmente olvidaba, el nombre de su iniciador siendo muy niño y lo dijo sin que Contardo lo escuche, lo hizo muy sutilmente, entre dientes, con su figura retumbando en su mente y a voz baja: Jasmani.
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Habían pasado muchos días sin saber la existencia de aquel niño hijo de la mujer que un día amó Gustavo Adolfo Pozzo Buonanote el insigne joven militar que ahora daba órdenes estratégicas militares a sus subalternos de patrullas que se introducían en la espesura del bosque, algunas células recién formada de insurrectos estaban en los alrededores de poblaciones desprotegidas por la escasa seguridad, la vida era activa por esos lugares pese a que los infantes aún transitaban con cierto recelo pues se escuchaba de raptos por parte de los insurrectos para adoctrinarlos al combate subversivo, ya se escuchaba rumores de acciones ilícitas de inescrupulosos que llamaban a la desobediencia civil tomando referencia en el estado de postración social que actualmente vivía el país de la canela, anhelaban la reforma agraria pero pasado su tratamiento por las armas, así, el gobierno aplicó más su maquinaria de guerra con el afán de aniquilar a los insurrectos pero la espesura de la selva y el húmedo clima imperante no daba para tal aspiración, más, si se notaba la ayuda de los comuneros a los antisociales estimulando la causa, de eso Gustavo Adolfo tenía cierto conocimiento de inteligencia militar que lo obligaba a atacar ciertos lugares donde estaban enquistadas ciertas células, la operación se daba a medida de posibilidades logísticas con armamento de mediana envergadura, se logró tener prisioneros de guerra que fueron enviados a la capital para salir mediáticamente con la idea de desanimar en la población la idea insurrecta, el afán del gobierno era eso, y Gustavo Adolfo estaba allí para consolidarlo, en una de aquellas sesiones dijo contundentemente que debería incentivar a la población hacia el cambio de idea y para ello con un grupo de mando y subalternos se preocupó por atender la salud y transporte de los colonos de aquellos lugares más agrestes, la población vio con buenos ojos esa actitud gubernamental mediante fuerzas armadas, en pocas semanas hombres, mujeres, niños y ancianos eran atendidos por el médico de cuartel, y las enfermeras ayudaban a la enseñanza de jovencitas del lugar en la prevención de enfermedades tropicales y de otro tipo de riesgos que podrían ser prevenibles de accidentes caseros, entre los asistentes figuraban la madre de Amanda junto a ella estaba su nieto y su hijo, a distancia prudente desde su carpa Gustavo vio al niño llenándose de emoción indescriptible, aquel niño cuya piel blanca resaltaba entre los otros niños de piel morena oscura y clara, lo mismo se podía decir de su pelo lacio castaño claro que brillaba ante el sol canicular, el pequeño tan pronto vio al militar quiso zafarse de la férrea mano de su abuela para estar a su lado, y el niño lo consiguió cuando la abuela hizo habilitar su turno de atención y así ya estaba revisándose físicamente en carpas separadas, de esta forma el pequeño Carlos Gustavo quedó en compañía de su pequeño tío, los niños caminaron por los alrededores, Carlos gustaba subirse en los jeeps estacionados moviendo los volantes y brincando sobre los asientos reforzados con resortes reclinables, algunas unidades eran imitaciones de los modelos de la segunda guerra mundial, algunos soldados al pasar sonreían viendo la acción de ambos niños traviesos, les atraía sobre todo el más pequeño que era blanquito y resaltaba por su piel, desde un apartado lugar Gustavo Adolfo se deleitaba viendo al pequeño Carlos Gustavo parase gallardamente sobre un asiento del jeep haciendo el saludo militar, la emoción embragaba al militar, las acciones del niño eran enternecedoras, no pudo contenerse más y se acercó al niño para estimularle con esos movimientos haciendo correspondencia al saludo militar ente ambos, de inmediato lo marcó de la cintura haciéndole mimos ante la presencia del otro niño que reía, los tres montaron jeep moviéndose por los alrededores, los niños se paraban saludando militarmente a los transeúntes, Gustavo Adolfo en su lenta marcha también se paraba haciendo el saludo si dejar de tomar el volante con la otra mano, fueron gratos instantes, al detenerse el jeep los esperaba la abuela del niño con semblante de preocupación, los llamó para continuar su camino a casa no emitiendo palabra al militar pero se podía notar el desdibujado semblante de la mujer, ya que al dar unos pasos sufrió un repentino desmayo que preocupó a los niños al no poder reaccionar adecuadamente, entre el susto y la impotencia reaccionó Gustavo Adolfo llevándola marcada a su carpa, allí con la atención de una solicita enfermera la mujer reaccionó, Gustavo y la mujer quedaron a solas, los niños esperaban afuera de la carpa pudiendo escuchar sollozas de la mujer, el dialogo fue largo se notaba la preocupación por lo que el médico le había notificado, Gustavo dio orden a su subalterno edecán para que trajese por sólo un momento al médico tratante de la señora que estaba a su lado, el medico dio pormenores de lo que padecía la mujer y era imperiosa la necesidad de un tratamiento que en este medio no podía hacerlo, se trataba de las vías urinarias y el corazón que se encontraba débil e hinchado cosa no adecuada para su situación actual de salud, Gustavo agradeció los minutos de atención del médico, la tomó de las manos y prometió de inmediato que sería atendida en el hospital militar de la capital donde precisamente estaba laborando su hija Amanda, la señora aceptó ser llevada en jeep conducido por Gustavo Adolfo, los niños jugaban a ser militares en el asiento trasero, viéndolos por el retrovisor sonreía ante tanta jocosidad infantil, llegaron a la vivienda rural, la mujer abrió la puerta invitándole a entrar al militar bebiendo jugo de fruta fresca preparada por rato atrás, en ese instante se escucharon los gritos de algarabía de los niños, por la ventana Gustavo Adolfo vio al campesino esposo de la señora que se bajaba del caballo siendo recibido con abrazos de los niños, a ambos los marcó entre los brazos introduciendo en la vivienda, se notaba su cara de asombro al ver a Gustavo Adolfo que fue bien expresiva, los niños salieron al patio a jugar mientras los tres adultos conversaban, Gustavo trataba de limar asperezas, ahora lo importante era la salud y mejoría de la mujer, Gustavo Adolfo salió de la vivienda dejándolos a los esposos a que se manifiesten si aceptarían de su ayuda , caminó por los alrededores muy pensativo, sintió por detrás unos brazos que rodeaban las piernas, era Carlos Gustavo, el militar se acuclilló para abrazar al niño y luego marcarlo, la manito del niño tomó la cadena con el emblema sujeto de aquella águila de dos cabezas que había sido regalo de Rodolfo Buonanote el abuelo del militar, era un símbolo que contenía el objeto con un legado ancestral muy significativo para su linaje, eso se lo había dicho su abuelo con profunda solemnidad, la manito del niño movía ese objeto que brillaba ante el sol reflejando sus rayos en el rostro del pequeño, los ojos claros infantiles delimitaban la figura ancestral, le dijo al niño que pertenecía a sus ancestros y que su abuelo se la había obsequiado, el niño sonreía al verla, el pequeño de súbito le dio un beso al objeto y jocosamente le hizo un saludo militar, Gustavo Adolfo lo llenó de mimos, unieron las frentes así marcado como lo tenía, no dejaba de verle cada rasgo físico, no había duda que era muy parecido a su madre y a su abuelo aquel pequeño, cual sorpresa para el abuelo del niño ver al militar abrazando a su nieto colmándole de besos, tragaba saliva e hizo un esfuerzo en hablarle para que entrase a la vivienda, tiempo después el militar se despedía de los habitantes de la vivienda rural, el militar al tratar de subirse al jeep hizo que nazca en el pequeño la necesidad urgente de que en una forma espontánea se soltase de la mano de su abuelo yendo a abrazar las piernas del militar que de inmediato lo marcó uniendo las frentes y dándole muchos besos en las mejillas haciendo ambos el saludo militar, lo puso en pie en el suelo y se inclinó a darle un beso en la frente, las manos de los abuelos del niño se agarraron con firmeza viéndose a los ojos para por un instante mirar sus ojos al piso y luego ver que su nieto retornaba a donde ellos se encontraban agitando las manitos en señal de despedida, el militar se despidió con esperanza, sólo quedó afuera Carlos Gustavo que caminó por los alrededores jugando alegremente, de súbito un brillo en el piso le llamó la atención, entre el polvo y tierra sus manitos sacaron aquel objeto que seguramente se había desprendido de la solapa de Gustavo Adolfo, lo limpió con insistencia y luego de mirarlo con detenimiento sentado bajo un árbol se lo pasó por las mejillas, brillaba mucho, su abuelo al acercarse vio el objeto que su nieto le dio para que lo examinase, el campesino sonrió, era seguramente un presagio presencial que estaba viviendo, le dijo a su nieto que lo conservaría y lo introdujo en el bolsillo, juntos enseñaron el objeto a los otros miembros de su familia, la mujer lo cubrió con un pañuelo y lo puso en la cajita de objetos valiosos.
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La brisa de mar alteraba el pelo de los viajeros en ese barco de bajo calado, la mirada fija de esos ojos claros europeos daban esperanza en el litoral del país de la canela, esperanza en un futuro mejor, lo estimulaba el boom bananero, tenía en sus manos una libreta tipo agenda, de entre las hojas sacó una fotografía pequeña con el retrato de un hombre, vio al reverso una escritura hecha con pluma fuente, contenía un mensaje poco legible en un pequeño espacio para una firma y parte de un sello, el hombre con sus ojos claros miraba atento ese rostro que por muchos años tenía fijación, comprendió que a esta época seguramente el hombre de la fotografía ya habría muerto, con suspiro suave dado por la brisa de mar viendo el horizonte recordó su infancia, le vino a la mente aquellas sombras e escenas de su niñez corriendo por tupidos bosques, con su hermano jugando a la guerra con nieve, de pronto se escuchan detonaciones, a su lado su hermano cae de un impacto y el recibe otro en el costado derecho de su pecho, cayó con extrañeza, allí tendido en la nieve vio unos pasos acercarse, voltearon a su hermano caído con los ojos abiertos, muerto decían aquellos asesinos, él no se movía, cerró los ojos al sentirse volteado, vio una filosa bayoneta brillar justo para entrar en su pecho, entró a medias tanto así que lo hizo moverse instintivamente como conservación de vida, sintió otro impacto de bayoneta en su antebrazo derecho a la altura cercana al hombro, otro en la pierna derecha, no tenían piedad de su edad, lo querían matar de a poco con sadismo, en ese momento un superior ordenó se detengan pues bombas caían cerca y era preciso huir, una última acción de bayoneta le impactó a la altura del abdomen, herida no tan profunda pues en ese mismo instante una bomba caía cerca, allí quedó postrado, luego cerró sus ojos para abrirlos en una cabaña conocida por él, su hogar, una vecina le atendía, había estado inconsciente por algunos días, el vecino a su lado se complació al verlo reanimarse, para él fue un milagro que estuviese vivo, le dijo que aún tenía mucho que hacer por el mundo, sus pensamientos se disiparon al sentir las manos de su amigo Jhon Estiven Smith, fueron varios minutos que sin palabras ambos miraban al horizonte, Jhon le señaló con la mano el horizonte diciéndole que allá en ese país que bordeaba litoral estaban las más significativas expresiones de vida, ese país llamado de “la canela” cifraba sus esperanzas de vida, allá estaban sus sueños y sus deudas pendientes, el compañero se limitó a escuchar asintió y emitió una mueca de risa forzada, solo dijo que para él no había esperanza pues no tenía nada que perder, seguramente él estaba solo sin familia en este mundo, iba a ese país a meditar y reconstruir.
Había pasado un mes desde el fatidico día en que su hijo perdió la vida, aquel hombre estaba sumido en profunda meditación, se había dedicado a beber y a fumar, en su mano estaba la fotografía de su hijo, delante de la servidumbre presente a su servicio lloraba viendole, lamentaba su pérdida, los criados sentían de igual manera, había perdido a su hijo, su único hijo, su perpetuidad ante el mundo, la servidumbre fiel se retiraba, miraba los diarios, dio cuenta que tenía que regresar a la gran ciudad, sacó de la gaveta la fotografía tomada con su hijo y aquel niño precioso que los acompañaba y que por un buen tiempo fue su protegido y por celos de su hijo lo dejó ir acusandole de un robo que no cometió, ahora su carga de conciencia y su vacio paterno quería compensar y llenar ese vacio buscandole y haciendo qye forme parte de su compañía, se propuso aquello; estando en la ciudad lo primero que contrató fue a un investigador privado dandole referencias luego se dedicó a sus asuntos navieros, recordaba a ese muchacho que fuese su protegido pues le gustaba mucho asistir con él a los negocios pesqueros, a ese muchacho le gustaba mucho el mar, en verdad él la pasaba bien con su protegido, se daba cuenta qué tonto fue al dejarle ir, seguramente hubiese tenido una mejor vida y aún su hijo estuviese vivo, lo lementaba mucho, recordaba los mimos paternales que le daba, sus lagrimas recorrían sus mejillas; a unos cuantos kilometros de allí el patrón se encontraba en su amplia biblioteca, estaba junto a la gran ventana, al pendiente de la llegada de su automovil, al rato lo vio estacionarse, salió a recibirle dándole un sorpresivo abrazo muy sentido que para su hijo era de improviso, algo sorprendente la actitud de su padre, el patrón aprendió la lección de cambio respecto al trao con su hijo, no desea pasar la misma experiencia que su amigo, no queria sentir el perder a su único hijo, lo abrazó sentidamente a su hijo, abrazados entraron a la gran casona delante de un sorprendido chófer, los días continuaron así, la armonía imperaba entre el padre y su hijo, se dedicaban más tiempo para esar juntos, el de la iniciativa siempre era la del patrón, su hijo se dejaba llevar, Leroy notaba ese cambio de trato ahora positivo, el patrón y su hijo marcaban una vida un poco mas tranquila, no se sabe hasta qué tiempo duraría esto pero estaría pendiente de aquello; la vida continuaba, Sophie notaba con su cambio de personalidad tras haberse entregado en aquella madrugada a Leroy, de solo verle tenía recelo, pero estando acostada en la cama pensaba en él, se estimulaba pasandose el dedo por la vaginita imaginandose que era el pene de Leroy quien rozaba y que la hacía mujer, pasaba sus dedos por labios cerrando los ojos pensando que ese roce de dedos era el roce de los labios de quien la desvirgó, recordaba el momento de ser penetrada saliendole suspiros y gemidos al pasarse el dedo porla vaginita “recuerda este moemnto” “nunca lo olvides” cerraba los ojos, a su mente llegaban aque llas frases retumbando su conciencia “¡soy tu marido!” lo recordaba a él mirandola fijamente a los ojos “¡sí!” recordaba sus caricias uniendo las frentes “¡ahora ya soy tu marido!” recordaba aquella escena en que la sometía “¡mira!” recordaba el pene deslizando por la vaginita “¡mira!“, recordaba ese pene al momento de ser desvirgada, recordaba el dolor que le produjo pero también recordaba cómo ese dolor al final se transformóa en una deseo indescriptible al ser sometida en el sillón ya al despedirse, abría sus ojos estando ya en la realidad, ahora que lo veía estaba a distante presenciando que el hijastro arreglaba el material de pesca pues el padrastro y el hijastro irían al lago, ella estaba junto a su hermanito Aiden que brincaba de gusto, el niño ilusionado deseaba ir, corrió presurosamente a donde estaban ellos, Leroy lo miró, le acarició el pelo y lo marcó, era su niño preferido, muy jovial pese a su corta edad, en ese instante la madre de Sophie sale en dirección al trabajo, el niño maracado de Leroy le dice a su madre para ir con ellos a pescar al lago, vendrían al otro día, la mujer pensó un poco, algo pensativa y con sorpresa a la vez miró hacia el hombre muy sonriente aunque con recelo, Leroy que aún tenía marcado al niño le pidió permiso con la promesa de que estaría bien cuidado, ella sin mucho esfuerzo aceptó, la mujer dio unos pasos y en eso que Sophie la abraza de una de las piernas pidiendole permiso para ir también, la madre le dice que no porque viajarán solo varones, Leroy presuroso se acerca junto a ella marcando a Aiden diciendole que le de permiso a la nena pues es justo que ambos hermanitos se diviertan, un tanto avergonzada, la mujer dijo que ya con el niño tenía suficiente en el cuidado que él le daría en el paseo, le aclaro que en cambio con los dos al cuidarles ya no disfrutaría a plenitud su paseo, la niña hizo un puchero el cual vio el hombre que tenía marcado al pequeño, pausadamente pero con seguiridad viendole a los ojos Leroy le dijo que para él era un gusto cuidarles pues los quería mucho, la mujer vio a los pequeños, completo diciendole que entre ellos también se cuidarían pues son muy obedientes, le dijo que él costearía cualquier gasto, para él es un gusto llevarles así junto a su hijastro ya no estarían tan solos, el hijastro se acercó a solicitarle el permiso de los niños, le dijo que eran como sus hermanitos menores, la nena se acercó al muchacho y éste con su mano le rozaba el mentón, la nena brincaba llamando la atención a su pensativa madre para que le de el permiso, la mujer sonrió y respiró profundo agardeciendo el gesto de nobleza de ambos, hizo una pausa, como un flsh le vio a la mente algo, ella recordó su encuentro con aquel hombre este fin de semana, le venía bien el que no estén sus hijos, con la anciana sola sería otra cosa, exhaló expresando su beneplacito y les dio permiso para ir de paseo, los dos niños agitaban sus manitos de gusto, el hijastro los miraba fijamente, en especial ese amaneramiento de movimiento de los bracitos y manitos del pequeño Aiden y con esa manera de verle al pequeño se llevó instintivamente la mano al pene vestido, le miraba y sonreía, el muchacho simplemente sonrió despidiendose de la mujer, Aiden continuaba marcado, la mujer presurosa se despedía, la vieron partir, Leroy le dio un beso en la fernte y otro en la mejilla dejandole en pie en el piso, tomó de la mano a su hermanita y fueron a arreglar lo que llevarían al paseo de pesca al lago, Leroy insinuante y con ironica expresión en su rostro le dijo a la pequeña que simplemente lleve ropa ligera, el dís se prestaba para viajar, los niños muy alegres se despidieron de la anciana, le spidió que se cuiden mucho y que hagan caso a lo que pidiesen, la nena iba de copiloto y el nene atràs junto al hijastro de Leroy, los niños estaban muy atentos y miraban el paisaje por los vidrios de la puertas, de a poco fueron durmiendose, la primera fue Sophie luego Aiden y por último el hijastro de Leroy, se detuvo, vio por el retrovisor, lentamente la mano de Leroy se deslizaba por los muslos de la pequeña, los dedos rozaban por dentro la tela del calzoncito llegando a la vaginita lampiña, pasó el dedo indide por entre el roce de los labios vaginales, se lo llevó a la nariz, en eso que ella bosteza ya medio despierta, lo volvio a meter en la rajita de la vaginita, ella miraba esos movimeintos, se miraron sonrienes, se lo pasó el dedo por la nariz y también en la nariz de ella, a voz baja le decía “¡huele tu cuevita!” “¡rica!” “¿verdad?” Sophie reía ampliamente, miró por el retrovisor cerciorandose que los de atrás seguían dormidos, rápidamente se bajó la cremallera del pantalón sacandose el pene por el hueco del calzoncillo, “¡miralo a tu amiguito!” “¿te gusta verlo verdad?” ella respondió atenta con un seguro e incuestionable “¡sí!” salido de sus labios rojizos, “¡esta bien parado!” “¡miralo!” “¿te gusta mi preciosa?” ella volvia a decir “¡si!” agregado de un “¡me gusta!”, Leroy complaciente le dijo “¡ven!” “¡acercate!” la nena se acercó cerca del pene, luego el glande rozaba los labios “¿te gusta tu amiguito?” “¡sí… me gusta mucha!” sonrieron, el glande seguía rozando los labos y mejillas, Leroy miraba al retrovisor, aún los de atrás seguían dormidos, “¿quieres que te lo meta?” ella vio el pene y contesto “¡sí!” el le pregunto “¿sí… qué?” “¿eh?” ella lo miro y con amplia sonrisa dijo “¡métamelo!” ambos rieron, de nuevo vio hacia el retrovisor, guio la carita d ela pequeña en dirección a su pene, abrió la boca y empezó a realizar el sexo oral haciendole gemir y suspirar a Leroy, vio por el retrovisor que el pequeño Aiden se despertaba, como un rayo ella se recostó en el asiento y él se acomodó el pene dentro del pantalón deslizandose la cremallera, el nene se aceró y vio a su hermanita que se pasaba el entebrazo y las manitos por los labios Leroy y Sophie se miraron dandose sonrisas, emprendieron la marcha, los niños seguían viendo maravillados el paisaje, tiempo después llegaban al conocido lugar, bajaron las cosas llevándola a la cabaña de arriendo, todo era gusto y alegría, los cuatro se pusieron ropa ligera, los niños recorrían los alrededores cercanos a la cabaña, obedientes hacían caso a las ordenes de Leroy de no alejarse mientras él con su hijastro arreglaban el interior de la cabaña, el hijastro salió a articular los implementos de pesca mientras adentro estaba Leroy arreglando los cuartos, vio las camas, sonrió, sin dejar de mirar las camas instintivamente se metió la mano por el short que llevaba puesto estiraba el pene por dentro de la tela del short, miraba cierta cama en su delante y no paraba de sonreír, estiró el short viendose por dentro el pene erecto, de pronto escucha unos pasos, al instante Sophie se le acerca un tanto apesadumbrada, lo abraza de la cintura, apega su carita en la cadera del adulto y le dice a su iniciador que Dylan y Aiden se subieron en una canoa remando en el lago hacia la otra orilla a pescar y no quisieron que los acompañe, Leroy sonrió acariciandole el pelo, se acuclilló delante de la pequeña y viendole a los ojos le dijo “¡no imprta!”, “¡estoy yo!”, el dedo gordo de la mano derecha pasó por el labio y viendole fijamente al rostro le dijo “¡ven!” “¡acompáñame!” de la mano la llevó hacía donde estaba una bolsa grande “¡ábrela!” la manito de la nena deslizaba la cremallera de esa bolsa en su interior había algo que mucho apreciaba ella, al tomarlo broncó de gusto, se trataba de una boya inflame, “¡ves!” “¡era una sorpresa para tí!” la niña no paraba d ebrincar emocionada “¡la tenía guardada para darte en esta ocasión!” la nena fue brincandocon el objeto a abrazar a Leroy, en su mente cavilaba pensando en silencio “¡si supieras cuánto tiempo la tuve esperando este momento!” le acariciaba el pelo, “¡Sophie… hay algo más!” la niña brincaba “¿de verdad?”, sus ojos se abrieron, “¡si… mi pequeña!” “¡deja eso!” “¡ven!”, se dejó llevar de la mano acercándose ahora a una caja que se encontraba en el auto aun si sacarla de allí y ser llevada a la casa, “¡abre!” la nena muy gustosa abría la caja, de ella sale con sus manitos una prenda de vestir de baño, la nena lo miró con mucha felicidad se la pucso en el pecho “¡para mí!” brincaba “¡es para mí!”, Leroy le acariciaba el pelo “¡sí!”“¡es para tí!”“¡mi pequeña!” lo abrazó de la cintura “¡gracias!” le acarició el pelo y las mejillas, “¡sigue buscando allí!”, la nena puso muestra de asombro “¡oh!” “¿hay más?”, Leroy se acuclilló y frotando la nariz le decía “¡sí!” “¡hay otra cosa!” “¡busca!” la nena gustosa byscaba con sus manitos sacando otra cajita, lo miro diciendole “¿esa?”, Leroy le acariciaba el traserito “¡sí mi amor!” “¡esa!” la pequeña con mucha emoción abrió la caja, era una prenda íntima, “¡la compré para tí!” “¿te gusta?” la niña brincaba de emoción “¡sí!” “¡me gusta!” “¡me gusta!”, Leroy la marcó, “¡vamos!” “¡para que te la pongas ahora!” “¿quieres Sophie?”, la nena muy emocionada suspiraba “¡si quiero!” “¡sí!” “¡vamos!” Leroy le dijo “por ser buena niña y por obediente te compré esas cosas” “¿te gustan?”, “¡sí!”, le dio un beso con lengua yendo hacia el interior de la cabaña iba marcada apoyada su carita en el pecho de su iniciador, llevaba en sus manitos las prendas de vestir, la sentó en la cama, ella miraba atenta sus regalos, emocionaba brincaba en la cama “¿te gustan Sphie?” ella contestaba con su pelo al aire y descalza “¡sí!” “¡sí!” “¡sí!” “¡me gusta!” “¡me gusta!” Leroy le dijo que se detenga, la marcó uniendo las frentes “¡ya vez mi pequeña!” “¡no era necesariop que fueras con ellos!” rozaron las narices “¡aquí estás mejor conmigo!” ella asintió emocionada, la marcó de nuevo haciendo giros sobre el piso como si fuese un carrusel humano, gira con ella marcada, “¡eres mi pequeña!” “¡mi linda!”, la bajó poniendola en el piso, “¡toma… póntela!” “¡anda!” “¡ve allá!” “¡luego vienes acaá para verte!” Sophie llevaba muy gustosa la ropa en sus manitos hacia la habitación contigua, rato despues salía Sophie puesta su ropa íntima, se arrimó al borde del marco de la puerta, estaba ruborizada, era la primera vez que usaba ese tipo de ropa, sólo le había visto ponerse a su mamá, vio a Leroy acostado en la cama, tenía el pecho velludo al descubierto, sus brazos y manos sobre la sábana que cubría su medio cuerpo, “¡pasa!” “¡camina!” la nena daba pasos lentos “¡gira primor!” Sophie posaba a giros lo que le maravillaba ver a Leroy, ese traje cuyo encaje delimitaba la raja del culito y la vaginita por delante, de pronto ante los ojos de ella las manos de Leroy hacían deslizar la sábana mostrandose el cuerpo desnudo de Leroy sobresaliendo el pene erecto, “¡miralo!” lo agitaba mucho al pene “¡está como a ti te gusta!” “¡míralo bien a tu amiguito!” “¡míralo!” la nena sonreía pasandose la mano instintivamente por la raya de la tela que definía su vaginita “¡ven!” se acercaba más “¡tócalo!” su nariz rozaba el tronco, “¡acaricialo!” las dos manitos sobana el tronco y el glande del pene, “¡ahora… lámelo!” la lengua de ella ensalivaba al pasar por el tronco del pene, “¡ahora… chúpamelo!” el glande entraba en su boca, chupaba como si fuese una banana o un helado, Leroy cerraba los ojos dibujandose satisfacción en su rostro y al gemir con suspiros, “¡así!” “¡así… mi amor!” seguía chupando con circulos de la punta de lengua “¡sigue!” “¡sigue!” a punto estuvo de eyacular pero se contuvo, con una mano muy sutilmente acariciandole el pelo la apartó, ella quedaba con ese sabor original de pene en su boca, “¡lo dejaste mojado!” ella miraba al pene “¡traviesa!” le acariciaba el pelo a ella sin dejar de reír picaramente, “¡qué linda te ves con ese traje!” “¡sí!” “¡muy linda!”, la sostuvo de las caderas llevandola a acostarse sobre su cuerpo uniendo las frentes “¡estàs preciosa Sophie!” “¡sí!” “¡muy preciosa!” se dieron prolongados besos con lengua, “¡linda!” “¡eres muy linda!” “¡mi Sophie!” “¡mi Sophie!” los besos continuaron, hicieron una pausa para verse al rostro fijamente sin dejar de sonreír “¿te gusto Sophie?” ella asentía sin dejar de mirarle, “¿te gusta el amiguito?” los dos movieron las caderas y ella asentía, “¿te acuerdas de aquella noche Sophie?” le acarició el pelo “¿te acuerdas de la primera vez?” le acarició las mejillas “¿te acuerdas que te lo metí al amiguito en tu cuevita?” ella suspiró cerrando los ojos como que esa pregunta la invitaba a recordar aquel momento, “¿te acuerdas lo que sentiste?” ella suspiraba “¿te dolió al principio… verdad?” seguía suspirando “Sophie… mi Sophie” le ecarició el pelo “¡pero ahora ya no te duele cuando te lo meto al amiguito!” “¿verdad?” ella mirándole fijamente movía negativamente la cabeza sin dejar de sonreír, “¡bien!” “¡lo sabemos!” “¡entonces… vamos ajugar!” “¿si?” ella asintió, la encorvó en el extremo de la cama, lentamente veía que se desplazaba el traje de prenda intima por su cuerpo, quedó desnuda ante Leroy que fue lentamente acostandose sobre ella poniendo a rozar el pene en la vaginita, los pelos rozaban la pelvis lampiña de Sophie, “te gusta que te tenga así” “¿verdad Sophie?”, la nena asentía obediente, vio el movimento de manos de Leroy se puso a pensar lo que vendría, sí, ese sentir de ser penetrada de a poquito por ese glande, gemía porque entraba un poquito “¡aahh!” entraba otro poquito el tronco “¡aaahhh!” se impulsó con las cintura “¡aaaaahhhhh!”, ella gemía “¡ya está!” se quedó quieto “¡Sophie!” le besó la frente a la temblorosa niña “¡ya lo tienes metido todito!” unieron las frentes “todito¡!” ella tragaba saliva “¡adentro!” apenas movió la cadera asegurandose de meterselo más diciendo “¡adentroooo!” “¡ya lo tienes todo adentro!” comenzo a mover la cintura “¿te gusta?” “¿te gusta mi amor bello?”, ella respondía “¡sí!” “¡sí!” “¡me gusta!” Leroy complaciente dueño de la situación le decía “¡te gusta!” “¿te gusta que te lo meta?” ella respondía sintiendo esa penetrada a ojos cerrados “¡si!” “¡me gusta!” “¡meétamelo!” “¡mètamelo!” el cuerpo se movía más hacia arriba y hacia abajo, la cama rechinaba d elos muellas, el movimiento se hacía intenso, él sobre ella sometiendola al placer del sexo “¡recuerda cuando te desvirgè!” “¡recuerda que cómo te rompí!” “¿recuerdas?”, ella a ojos cerrados decía “¡sí!” “¡sí!” “¡metamelo más!” “¡métamelo más!” “¡más!” “¡más!”, “¿te gusta que te lo meta así?” “¿te gusta?”, ella respondía “¡sí!” “¡métamelo!” “¡métamelo!” más se movía, así le tenía dándole pene en esa posición en la que estaba encorvada, todo el pene entraba, “¿extrañaste esto?” “¡dime!” “¿extrañaste a tu amiguito?” “¡dime!” ella a ojos cerrados “¡sí!” “¡sí!” “¡lo extrañaba!” Leroy a ojos cerrados sentía el placer de penetrar esa vginita infantil, le gustaba escuchar esa declaración d elabios de la pequeña, el pene penetraba rápidamente y de pronto se detuvo, ella sintió que un liquido se regaba dentro de su vaginita, abrió los ojos, la nariz de Leroy recorría la frente y las mejillas “¡soy tu marido!” “¡no lo olvides!” “¡tú marido!” “¡no lo olvides nunca!” de nuevo empezaron los movimeintos y el pene entraba y salia humedecido de semen, así la tuvo dandole pene por un par de minutos para luego apartarse dejandola quietecita encorvada en el extremo de la cama a piernas abiertas viendo que el semen salido en parte quedaba deslizandose por los muslos, vio que el hombre tomaba la prenda íntima y se la pasaba por el humedecido pene dejando restos de semen en la tela, se acercó a ella pasandole la prenda por la vaginita, “¡la tienes linda!” “¡muy linda!” “¡es mía!” “¡sólo mía!” “¿verdad?” ella lo miró a los ojos saliendole una sonrisa que lo contagió, rozaron las narices “¿quieres más de tu amiguito allí?” ella asintió sin dejar de sonreír, “¡ven!” la acostó en la cama, le abrió de piernas apoyandola en los hombros, la sostuvo de la cadera acercandola a él, el pene rozaba la vaginita “¡ahora sentirás que soy tu marido!” “¿quieres?” ella dijo “¡sí!”, “¿quieres que te meta a tu amiguito?” ella asentía “¿quieres que te lo meta todito?” ella respondió “¡sí!” “¡métamelo!” “¡todito!” “¡todito!” fue en ese momento que el pene iba entrando por esos labios vaginales haciendo que ella cierre los ojos y abra la boca “¡aahh!” de a poquito “¡aaahhh!” de a poquito “¡aaaaahhhhh!” hasta sentirlo todo adentro “¡aaaaaaahhhhhh!” Leroy reía, movia su cintura circularmente sin dejar de sacar el pene “¡siente a tu amiguito dentro!” la hacía gemir “¡siente que te cojo!” gemía más “¡siente que eres mía!” aun más “¡sólo mía!” se apegaba más a su cuerpo con todo el pene adentro “¡mi mujer!” la besaba aun con el pene adentro “¡mi mujer!” y así le dio pene por unos minutos más, en el cuarto se dibujaba la figura de Leroy sobre la humanidad de Sophie encorvada con piernas alos hombros cuyos pies a veces se agitaban al viento en señal de que estaba siendo penetrada constantemente, los brazos ferreos sostenían a la pequeña y ella se sujetaba de aquellos brazos, se noraba el placer en sus rostros, lentamente la fue dejando quieta, el pene salia muy rojizo producto del intenso sexo, vio esa humeda vaginita, se agitaba el pene viendola acostada sonriente muy gustosa de lo que había hecho con él, “quèdate aquí” le dijo “voy a preparar algo que te gusta para comerlo aquí en la cama” ella asintió lo vio ponerse el short y salir de la habitación, ella quedó pensativa acostada pensando en lo que había hecho; a mucha distancia de allí Dylan remaba con la ayuda del pequeño Aiden, el viento era muy inetnso haciendo agitar el pelo de ambos, Dylan miraba el short puesto por Aiden, se notaba salida la punta del penecito lampiño de ese niño precioso, el niño estaba muy atento al paisaje, se sentía bien remando, al llegar a la orilla recogieron algunas bayas silvestres, esto para comer mientras pescaban, el apartado lugar marcaba la calma, pocos visitaban el lugar, se habían tomado buen tiempo en llegar, prepararon los implementos y desde un saliente pequeño promontorio en la orilla se ubicaron a pescar, muy cerca había la tupida vegetación, el lugar era muy conocido por Dylan y su padrastro, también lo conocía su amigo Valentín, pescaban a distancia, el nene se encontraba atento al agua, no vio el moemnto en que Dylan se marchó a micciar, lo vio al regresar, venía estirándose el pene, se inclinó un poco bajo la sombra de un arbol con su caña de pescar, Aiden vio que Dylan se abría de piernas y se metía las manos dentro del short haciendo bulto en la tela viendose dentro el movimiento de manos, lentamente fue descendiendo el short mostrandose la punta del glande salido, Aiden miraba ese movimiento de manos en el prepucio que se deslizaba y se encogía mostrando y ocultando el glande y también le mostraba cómo aparecía todo el pene agitado, Dylan sonreía, Aiden de también sonreía de la misma forma, Dylan vio que el niño se adentraba en el monte, iba a defecar sin duda pensó Dylan, lo siguió prudentemente, efectivamente Aiden estaba aculillado defeando, pujando, sus dos manito se sotenían en las rodillas, tenía el short en lso tobillos, su piel se había enrojecido de tanto pujar, Dylan observaba el excremento que salía del culito, sac{o con dificultad papel para limpiarse pero no era suficiente sí que Dylan se acercó con papel, el niño al verle sonrió, le dijo que se deje limpiar, las amnos de Dylan recorrían con el papel el culito de Aiden, le llamó la atención esa nalguita rojita y el movimiento de su penecito cuando saltaba graciosamente al pasarle el papel por las nalguitas, la sobaba y era tan suave que le hacia parar pene al pasarle los dedos, allí estaba sentado Aiden con su calzoncillo a los tobillos, el penecito sobresaliendo acuclillado sobre el suelo y sus bracitos rodeando la cintura, le hizo levantar y parar sobre el suelo, sus piecesitos estaban húmedos de orina que mojaban las sandalias que llevaba puestas, lo puso de espaldas, le pasó el papel higiénico, le pasò repetidamente el dedo medio con agua por el culo después trataba de metérselo de a poquito con el agua, Aiden seguía en su posición moviendose a los lados, le dijo que se quedara quieto, se saca el pene que ya lo tenía bien alargado, lo acerca a la raja del culito y se la sobaba como se lo hizo antes con el dedo, le agradó sobarle ese pene a su gusto crecía hasta que decidió metérsela un poquitito, en el primer envión, sentía molestia allí fue que le regresa a ver y se le sonríe, le dice que no regresara a ver para atrás y que siguiera viendo para adelante, que ya terminaba y que se dejara limpiar, realmente el contacto de ese pene con esas nalguitas era delicioso no quería dejarlo sólo con el afán de seguir sintiendo con su pene el culito bien formadito de Aiden, le gustaba verle de cuclillas ya que se le amoldaba el penecito, le gustaba ver y sentir esos movimientos deliciosos de su culo al andar y su modito engreído de hablar así que se lo imaginaba como una nenita deseosa de amor, le llegó a la mente el agrado de haber sido su primer culión que le pasó el pene por el culo, de inmediato lo acostó boca abajo y le puso el short a los tobillos, se saca el pene y se lo puso por el culito, Dylan estaba tan excitado que ese pene con el glande trataba de puntearle el culo, para sorpresa de Dylan, el nene movía las caderas y no le decía nada, estaba gustoso que le hiciese eso, Dylan le dijo que se quede tranquilito, algo lo puntió con su pene que estaba húmedo, creyó que era el sudor de los glùteos y el hueco del culo por donde le daba pene, Aiden gemía y expulsaba fuertemente el aire de su boca como que si estuviera cansado de recibir tanto pene de su parte, lo tuvo asi por un ratito y le dejó de hacer eso para ponerle en otra postura, lo agarra de espladas a su pecho a Aiden, se sentó con él con sus piernas bien abiertas rodeando sus caderas y sus piernas, se acostó de espaldas y se lo llevó a su pecho, ambos tenian la cara hacia arriba, movia su verga, Dylan se reía al mirarse saltar las caderas impulsadas suavemente, lo puse a Aiden ahora de pecho al suelo y se montó encima y desde allí le movia su pene vestido en su culito, Aiden seguía riéndose no tan inocente de lo que le hacía Dylan sobre su cuerpo, perdió la vergüenza y le corrió el short dejándole ver muy descubierto las nalguitas blancas de Aiden, a continuación se bajó la ropa y le empalmó el pene en su culito, Aiden sentía muy atento inocente de lo que era eso que le hacía Dylan acostado sobre su cuerpo, el pene erecto rozaba los glúteos y algo se hundía en el huequito de su culito, se dio la vuelta y lo puso cara a cara sobre su pecho aquellos penes se cogían frotandose entre si, con delicia Dylan le masajeaba los glúteos, Aiden sentía todo eso con atención ya que siempre lo hacían se apartó del nene quedando al descubierto una penecito ahora más suave, gruesita y blanquita en relación que la de Dylan, lo acostó de nuevo con calma sobre el suelo y le dio pene rapidito que recorría todas los glúteos siendo su olor muy delicioso, ya estaba encima de él y le preguntaba si le gustaba lo que estaban haciendo, le respondía afirmativamente, le dijo que no cuente a nadie de este juego y le volvió a responder que si, eso les dio confianza y continuaron cogiéndose, se lo puso al niño encima de su cuerpo para que le sobe el penecito sobre su culito, después el niño encima del cuerpos de Dylan le rozaba el pene, le sobó los glúteos y las piernitas., se cogían acostados de filo perfil sobre el suelo, se abrazaron, primero se puso Aiden endelante de los dos, su pene cogía su pene, luego le sobaba el culo, a Dylan le gustó mucho poder abrazar a Aiden a unir los penes cogiendose y a la vez el oler el cuerpo de niño hermoso, después le fue masajeando el pene a cada glúteo poniendo el glande por la raja del culo, Aiden lo tenía apretado, otra vez le dio gusto ser el primer culión de ese culo formidable que lo puntiaba, estaba tan cerradito, tan apretadito que le motivaba con su calentura el poder desvirgarle, era el momento, el lugar, la hora, se repuso de sus ansias y vio a los alrededores, “¡arreglate!” le acarició la barbilla “¡vamos!” ya vestidos le tomó de la mano al niño precioso “¡te va a gustar!” caminaron hasta llegar a lo más alto del lugar, el viento era intenso. muy intenso, tanto que golpeaba en sus rostros y agitaba el pelo, “¡vamos!” caminaron por los alredeores del lugar, hasta que llegaron a un paraje distante de donde estaban pescando, el niño obediente se dejaba llevar de las manos por el muchacho más grande, el viento rozaba las ramas de los árboles saliendo un sonido no antes percibido por el nene al que obviamente no estaba acostumbrado ni familiarizado, repentinamente lo abrazó a Dylan quien le acariciaba trarando de calmarle, “¡tranquilo pequeño!” “¡tranquilo!” “¡es sólo el viento!” miraban por el alrededor “¡es música para nuestro juego!” le sonrio ampliamente “¡escucha!” Aiden se puso atento al sonido “¡escucha!” Aiden escuchaba y ahora poco a poco sonreía “¿ves?” “¿Qué te dije Aiden?” “¡es musica!” “¿escuchaste?” “¡sólo música!” ambos reían “¡ven!” lo marcó al nene “¡eso!” lo ssotuvo bailando en circulos lo que hizo reir a Aiden, unieron las frentes “¡ves que se siente bonito!” “¿verdad Aiden?” el nene asentía, se dieron un prolongado beso luego se mirarno fijamente al rostro, “¡pequeño!” “¡me gustas mucho!” “¡mucho!”, “¿me quieres Aiden?” el nene lo miró fijamente y lentamente su carita se movía afirmativamente, “¿mucho?” “¿poquito?” “¿o nada?” d elos labios del nene salió con seguridad la expresión “¡mucho!”, Dylan gustoso de escuchar eso le dijo “¿como?” el nene respondía “¡mucho!”, Dylan le decía “¡que no escucho!” “¡repite Aiden!”, el nene decía “¡mucho!”, Dylan decía “¿cómo?” Aiden resondia “¡mucho!”, Dylan insistía “¿que?” “¡no escucho!” “¿Qué me quieres?” “¿que?” el nene respondía alegremente “¡mucho!” “¡mucho!” “¡mucho!”, asi marcado ahora daba vueltas en giros sostenido de Dylan, el pequeño no paraba de reír, “¡Aiden… mi pequeño!” “¡yo tambien te quiero!” “¡mucho!” “¡mucho!”, lo colmaba de besos en el rostro y en el cuello, lo puso en pie acariciandole el pelo, se sentaron desde allí a ver el paraje intimo, “¡mira allá!” soprprendentemente se vio a distancia a pájaros juntos en un árbol, “¡mira Aiden!” “¡así eres tú y yo!” “¡así como ello!” “¡juntos!” “¡nos queremos mucho!” “¡mucho!” dieron roles en el suelo haciendose cosquillas, Aiden quedó encima de Dylan, hicieron pausa, solo se escuchaba sus respiración acelerada, el rostro de Aiden voluntariamente bajaba con la intención del pequeño de rozarse con los labios de Dylan, se dieron un largo beso con lengua, “¡te quiero Aiden!”, el nene asentía sonriendo, “¡sé que tú me quieres!” “¿verdad Aiiden?” “¿me quieres?” el pequeño asentía, unieron las frentes, se notaba el niño acostado sobre el muchacho que le rozaba las manos por la espalda, “¿quieres que juguemos Aiden?” el nene hizo pausa, se quedó pensativo, Dylan le dijo “recuerda lo que me dijiste… que me querías mucho” “¡demuestramelo!” “¡juega conmigo!” Aiden simplemente sonreía pensativo, “¡ven mi amor!” “¡ven!” “¡juguemos!” “¡anda!” “¡vamos!” “¡juguemos!” el nene sonreía “¡sé que lo quieres hacer!” “¡ven!” “¡déjate!” el nene continuaba sonriendo, sintió las caricias en su espalda y en sus brazos, de innmediato en su short se vio el pene erecto vestido, ambos lo vieron y se reian, lo acercó para estirar el short y ver el pene de Aiden en realidad muy erecto lo vieron y luego se miraraon al rostro “¿ves Aiden?” “¡él quiere jugar!”, Dylan delante del niño se bajó el short hasta los muslos “¡míralo!” “¡él también quiere jugar!” sonrieron viendo ese pene gruesa mucho más grande que el de Aiden, “¡miralo!” “¡miralo bien!” “¡quiere jugar con el tuyo!”, “¡vamos!” “¡déjalos!” “¡anda!”, “¡verás que rico se siente!” el nene reía, “¡vamos!” “¡déjate!” “¡juguemos Aiden!” “¡ven!” “¡vamos!” el pequeño asintió, Dylan como a un relámpago se acercó al nene bajandole el short, miraron el penecito “¡es hermoso Dylan!” “¡lo tienes precioso!” le hizo voltear asi parado ahora manoseando el culito y le pasaba la lengua haciendole tiritar “¡lo tienes lindo!” “¡muy lindo!” “¡tienes un muy lindo culito Aiden!” así lentamente le encorvó metiendole un trozo del dedo medio, “¡aahhh!”, Dylan sonreía “¡tranquilo!” “¡tranquilo!” “¡es parte del jueguito!”, lo encorvó más y le metió otro poquito del dedo “¡aaahhhh!” Dylan tragando saliva le dijo “¡tranquilo!” “¡ya sabes !” “¡es para que lo sientas rico!” Aiden tiritaba al sentir esa lengua por la piel de su culito, “¡te gusta!” “¿verdad?” Aiden no contestaba, tenía los ojos cerrados, estaba concentrado en sentir es epaso d elengua entre sus glúteos, de pronto abrió los ojos viendose que le acostaba de espaldas en el suelo, él se subió a su cuerpo, “¡ahora vas a sentir rico de nuevo!” comenzó a mover la pelvis haciendo moviientos circulares de su pene rozandose con el penecito de Aiden, “¿te gusta?” “¿eh?” “¿te gusta?” Aiden respondía a ojos cerradoscon una le ve sonrisa, “¡míralos como juegan!” “¡míralos!” Aiden abría los ojos y para su sorpresa veía el pene grueso venoso y peludo que rozaba el penecito lampiño, “¡no los dejes de mirar!” “¡miralos como juegan!” “¡míralos!” Aiden por el peso en su cuerpo pujaba, Dylan se apartó, le hizo abrir d epiernas para que su rostro se coloque entre los muslos del pequeño empezando a lamerlos, la lengua se desplazaba desde los testiculos hasta la punta del pene metiendoselo luego en la boca, lo chupaba y la maía constantemente, “¡es rico!” “¡muy rico!” le decía al pequeño Aiden, “¡me lo como!” “¡me lo como!” el nene reía, “¿sientes rico?” “¿eh?” el nene asentía a ojos cerrados, “¿quieres más?” seguía lamiendo “¿eh?” al preguunutarle le lamió intensamente “¿mas?” Aiden movía afirmativamente la cabeza, la punta de la lengua se desplazaba por todo el pene yendo a los muslos, de nuevo se metía el pene en su boca ensalivàndole, “¡mira a tu amiguito entrando en la boca!” “¡te gusta!” “¡picarón!” le hacía cosquillas al nene para afianzar la confianza, “¡ahora te toca a ti!” “¡ven!”, Dylan lo acostó al Aiden sobre su cuerpo d etal manera que ese grueso y prominente pene erecto era lamido y besado por los labios de Aiden a la vez que la rajita del culito del pequeño Aiden era pasada por la lengua de Dylan, olía a ese culito “¡que rico lo tienes!” “¡muy rico… mi amor!” “¡es muy belo!” “¡bello!” “¡bello!” mientras decía eso un dedo ensalivado pasaba por la sparación de los glúteos, “¡aahhh!”, otra vez sentía esa rara sensación, “¡deja!”, “¡aaaahhhh!”, “¡vamos… tranquilo!”, alzaba su carita dejando de lamer el pene grueso “¡aahhhhh!”, Dylan lo calmaba al meterle un poco más el dedo en ese culito virgen “¡tranquilo!”, “¡aaaaaaahhhhh!” “¡duele!”, le acariciaba el culito con la otra mano para tranquilizarle, “¡aaaaaahhhhhhhhh!”, “¡ya está!” “¡tranquilo!” “¡ya está!”, se sentaron, viendo el dedo que se lo había metido en el culo le decía “¡mira hasta donde te entra!” la carita del nene se fijaba en el dedo, lo vio acercarse a su rostro vio que se lo pasaba por la nariz, “¡huele tu culo!” lo pasaba por la nariz “¡lo tienes apretadito!” luego de pasarle el dedo le acarició el pelo, lo vio fijamente al rostro infantil “¡eres un niño muy bello!” “¿lo sabías?” Aiden se limitaba a ver sonrojado y además le dijo viendole fijamente a los ojos infantiles “¡te quiero mucho!” “¡y sé que tú tambien me quieres!” “¿verdad?” ahora el nene cabizbajo asentía, sentados se miraban los penes sobre el suelo, Dylan se acostó en el suelo, sobre su pecho se posó el pecho de Aiden, la carita sel nene estaba sobre los labiios de Dylan, la cara del nene precioso recibía el impacto de la respiración del muchacho, lentamenet Dylan le acariciaba el pelo a Aiden, le besaba repetidamente las mejillas y la frente, viendose fijamente Dylan con seguridad le dijo al pqueño “¡te quiero!” “¡te quiero mucho!” “¡mi amor!”, le dijo con seguridad al pequeño “quiero darte un regalo muy bonito”, “¡un regalo hermoso!”, “¡un regalo que nunca lo olvidaràs!”, “¿lo quieres?” “¡mira qué tan grande será!” “¿quieres?” el nene asentia “¡pero para eso no debes decirle a las personas de lo que juguemos ahora!” “¿de acuerdo?” algo pensativo Aiden asentía, “¡eso !” “¡muy bien mi amor!” le acaricio y le besó el pelo “¡ése es mi niño precioso!”, “¡ya verás cómo te va a gustar!” “¡sólo tienes que ser muy valiente para que el regalo sea para toda la vida!” en su inocencia el pequeño creía que sería algo así como un objeto de juego con el que siempre jugaría, quiso decirle algo pero los dedos de una mano de Dylan tapaban sus labios, “¡no digas nada mi pequeño!” le besaba las mejilas y le daba piquitos en los labios “¡no digas nada!”, le miró fijamente con cariño “¡sólo quiero que te dejes!” le acarició el pelo “¡ven!”, “¡ven… acá!” la mano de Dylan le señalaba al pequeño aquella roca cuyo viento alzaba arena en sus alrededores, “¡allí jugaremos!” “¡allí te daré le premio luego de jugar!” “¿lo quieres?” “¿eh?” “¡dime!” el nene asentía, Aiden se dejó llevar d ela mano de Dylan, ambos cuerpos desnudos y descalzos se sentaron sobre la roca, se podía ver desde ese lugar parate del lago que quedaba hacia debajo de sus miradas, “¡es un lindo lugar!” Aiden sonreía “¡mira hacia allá!” la mano señalaba “¡mira a esos animales cómo se quieren!” se estaban apareando dos venados“¡así debemos querernos ahora!” Aiden y Leroy sonreían viendo a un venado macho haciendole el amor a una hembra de su especie “¡mira como se quieren!” unieron las mejillas “¡mira cómo se demuestra su amor!” las mejillas seguían unidas “¡mira como juegan!” las mejillas fuertemente se unieron “¡juguemos así!” “¡miralos!” ver esa escena sexual entre los animales le daba el momento propicio para hacerlo “¡juguemos así!” Aiden no dejaba de mirar a esos animales apareándose confiados de no ser vistos entre la maleza, el destino quizá se dio para que el pequeño Aiden se entusiasme y crea que debería experimentar y sentir aquello que estaba viendo con el pene del venado que la hacía gritar a la hembra, “¡mira!” “¡mira!” “¡mira cómo la coge!” “¡ea!” “¡que mácho!” el macho lamía el espinazo de la hembra “¡mírala a ella como se deja!” Aiden no paraba de reìr “¡qué linda hembra!” Aiden miraba sonriente recostado en la piedra con los codos apoyados en la piedra y su carita apoyada en sus manitos, alzaba sus piecitos descalzos con arena, l macho se encimaba en la hembra con el pene erecto punteandole a la hembra “¡mira como la preña!” la pennetraba pero ella de inmediato se hacia para adelante “¡mira cómo le encanta que la penetren!” al tiempo se dejaba encimar con el macho que sacaba la lengua “¡mira ese perno entrando en esa tuerca!” ambos reían viendo al macho que la penetraba “¡miralo… la está preñando!” “¡la está preñando!” Aiden se maravillaba viendo eso “¡mira!” unieron las mejillas “¡la tiene agarrada!” el contacto de sus pieles al ver asus animales era cálido “¡escucha cómo grita!” la hembra tenía todo dentro “¡escucha como grita!” la hembra se movía adelante y el macho atrás “¡ya la cogió!” “¡ya la cogio!” Aiden observaba con atención “¡mira!” con asombro vio la asividad de los dos animales “¡ya no grita!” el macho penetraba “¡mira cómo se deja!” seguía penetrando, Aiden miraba atento “¡ya no grita!” Aiden con algo de sorpresa sonreía “¡es que ahora le gusta!” “¡al principio duele pero despues le gusta!” “¡mirala!” ”¡mirala!”a su corta edad era testigo de ese apareamiento entre esos animales “¡mirala!” seguía mirando con su carita apoyada en sus manitos y su mejila pegada a la de Dylan “¡esta quieta!” “¡le gusta que la penetren!” “¡mirala… le gusta!” Aiden miraba y tomaba conciencia de lo que Dylan le decía “¡ya le gusta!” ya para ese momento Aiden sentía el cuerpo de Dylan sobre su cuerpo, sentía el roce de ese pene en su culito, la barbilla de Dylan estaba sobre el pelo de Aiden “¡mira Dylan!” “¡miralos cogerse!” así lo distraía un poco para continuar con sus movimientos d epene sobre el culo de Aiden “¡mira cómo la coge!” “¡mírala cómo ya se deja!” Aiden se concentro a ver a los dos animales “¡mira que le gusta!” Aiden soreia viendo trepado al macho sobre la hembra “¡mira como se deja!” “¡mira comoo le gusta que la está cogiendo!” Aiden sonreia viendo con atención, de pronto el macho se separa de la hembra y ambos animales desaparecen entre el monte del acantilado, “¡viste Aiden!” “¡viste!” Aiden sentía encima aun el cuerpo de Dylan “¿te gusto… verdad Aiden?” rapidamente Dylan se apartó del nene, el muchcho se acostó sobre la piedra “¡ven!” “¡juguemos!” “¡anda!” “¡cógeme Dylan!” “¡cógeme!” “¡tú eres el macho… yo la hembra!” “¡juguemos!” “¡juguemos!” el niño se acostó sobre Dylan alzando la cintura y bajandola “¡eso Aiden… así, así!” “¡cógeme!” “¡cógeme!” el nene a ojos cerrados se emocionaba, de pronto Dylan le dijo “¡ahora me toca!” Aiden se bajó del cuerpo del muchacho, lo tomó de la manito “¡ven Aiden!” se notaba el rojizo cuerpo excitado de Aiden que estaba competamente desnudo “¡acuestate!” se fue acostando “¡eso… así!” le abrío las piernas al niño contemplando por unos segundos ese cuerpo desnudo con un culito hermosos muy voluminoso “¡te va a gustar!” las amnos de Dylas roaban suavemente la espalda y gluteos de Aiden “¡recuerdalo!” le besaba el culito metiendo la nari ara olerlo “¡te va a gustar!” seguía masajenado “¡ahora toca hacerte feli!” se metió un dedo en la boca y con saliva se lo iba metiendo en el culito de Aiden, “¡aahhhh!” “¡aguanta!” “¡aguanta… es para hacerte feliz!” “¡aaahhhh!” “¡Dylan… duele!”, “¡espera Aiden… ya te pasa!” “¡aaahhhh… duele Dylan!” “¡aaayyyyy!”, “¡ya… espera Aiden!” sacó el dedo, sonrió el nene quiso ladearse pero Dylan lo acostó de cara a la roca, lentamente se fue acostando sobre el niño rodeandole de un brazo, Aiden se sintió aferrado, la nariz de Dylan recorría el cuello y mejillas, luego lo hizo con la lengua, “¡quietecito mi amor!” Aiden trataba de moverse “¡quietecito!” le daba besos constantes para calmarlo “¡tranquilo… ahora vamos a jugar!” “¡sí!” “¡vamos a jugar!” el pene entraba despacio “¡aahhh!”, lo agarraa más y le dba besos en el cuello “¡tranquilo mi amor!”, “¡aahhh!” el pene iba entrando unos milimetros más en ese cuito “¡aaaahhhh!”, se detuvo unos instantes “¡tranquilo!”, el pene iba alejandose del culito, lo sostuvo con una mano mientras con la otra lo tenía bien sostenido al pequeño, el pene estaba en la entrada del culito, entonces movió la cintura, “¡aaayyyy!” “¡dueles!” Dylan no paraba de besarle “¡tranquilo… mi amor!” “¡tranquilo… mi bebé!”, “¡aaayy!” “¡aayyy!” el glande estaba a la ltura del esfínte, ya faltaba poco para esa metamorfosis, “¡duele!” “Aiden acueradte de lo que vimos… acuerdate”, el angustiado nene deia “¡Dylan, me duele, me duele… ya no… ya no!” Dylan emocionado sentia el latir de su pene en ese culito que estaba metiendose milimetro a milimetro, lo tenía aferrado a su cuerpo al pequeño “¡acuerdate de lo que viste!” lo agarrraba más a su cuerpo “¡acuerdate de la hembra!” hablaba teniendo el pelo del niño en sus labios “¡al principio le dolia!” “¡despues pasa!” lo agarraba más fuerte “¡despues pasa!”, el pene entraba más “¡aaayyy…. Yaaa noooo!” ambos cuerpos desnudos estaban unidos “¡aguanta mi amor… despues te pasa!” el nene se angustiaba “¡ayyyyyy!” le trataba de calmar “¡despues te pasa!” “¡aayyy!” Dylan alzó la cabeza tragando saliva a ojos cerrados “¡ya casi!” Aidn se angustiaba “¡aaayyyy!” Dylan lo besaba en el pelo “¡yaaa caaaasssiii!” despues se escuchó un grito desgarrador producto del impulso de la cintura de Dylan que hizo mover el pene aún más dentro del culito del precioso Aiden, se escuchaba un grito desgarrador en aquel apartado lugar, Dylan lo había conseguido, ese culo de Aiden le pertenecía, le había desvirgado, el nene lloraba del susto, de sentir se otro, el culito le dolía con ardencia, le latían sus entrañas, Dylan se lo había mandado a guardar todo adentro, el nene lloraba tiritate tenía su piel bien rojiza, Dylanta con su pene aun dentro del culit de Aiden se sentía satisfecho, empezó a mover la cintura haciendo que el pene se deslice por ese culito desforrado, “¡aayy!” “¡aayy… ya no!” “¡ya no!” “¡me duele… ya no!” Dylan seguía penetrandole “¡acuerdate d ela hembra!” “¡al principio le dolía… luego se dejba porque le gustaba!” Aiden fruncia el ceño, “¡aguanta!” “¡siente que eres mio!” “¡ahora soy tu marido!” esa frase Adn ya antes la había escuchado de otro muchacho, “¡aayyyy!” “¡aaayyy!” Dylan a ojos cerrados disfrutaba de ese clito con su pene erecto, “¡dejate!” “¡dejate!” en el ambiente del apartado lugar se apreciaba esos dos cuerpos desnudos sobre la roca, se notaba el cuerpo más grande acostado sobre el pequeño, se notaba el movimiento de cintura alzandose y bajandose, se escuchaba los gemidos y lamentos de Aiden, “¡quiero que se abra bien!” “¡dejate coger bien!” “¡dejate!” “¡ya te va pasando el dolor!” “¡ya te va pasando!” “¡dejate!” “¡dejate!” el nene no paraba de llorar y bufar, el pene entraba y salía, era muy grueso para ese culito, cansado de darle tanto pene por el culo se apartódel nene, se sentó abierto d epiernas para verse el pene ensangrentado, se pasaba los dedos por ese liquido, más sangre se apreciada en el glande que como si fuese un taladro había roto el culito de Aiden, a su lado estaba el nene tembloroso sin poder moverse siquiera, no paraba de llorar, la mano de Dylan recorrió la esplada del pequeño inmovil, los labios recorrían la piel de la espalda Aiden, miraba fijamente ese culito, sonreía complaciente de saberse el dueño, el que lo desvirgó, Airen de a poco dejaba de llorar, solo se escuchaba el ambiente del apartado lugar, parte de la sangre se deslizaba por los muslos del pequeño, acercó sus labios al oido del pequeño “¡me siento orgulloso de ti mi pequeño!” “¡lo hiciste bien!” “¡ganaste el juego!”, “¡ven!” “¡vamos a limpiarte!” lo tomó de la mano pero se le hacía incómodo el caminar así que lo marcó yendo a orillas del lago y entre una espesura le limpiaba el culito con agua, la escasa sangre producto de la sodomización salía como mancha en el agua, Aiden se limitaba a mirar, no decía palabra, regresaron a ese lugar apartado, Dylan lo acostó sobre su cuerpo, las manos las pasaba sobre los bracitos, “¡tranquilo mi bien!” “¡ya pasó!” “¡ya pasó!” “¿cómo te sientes?” “¿eh?” le acariciaba el pelo y el niño no contestaba, estaban los dos en silencio, la carita de Aiden descansaba sobre el pecho de Dylan y ahora le pasaba las mamos por los gluteos, se puso inquieto Aiden, “¡tranquilo!” “¡relajate mi pequeño!” siguio acariciandoles por unos instantes, Aiden notó que Dylan se paraba junto a la roca, vio que sus piernitas se abrían al contacto con las manaos de su iniciador, se movia inquieto en señal de desobediencia, “¡tranquilo Aiden!” “¡tranquilo!” “¡sólo quiero terminar el jueguito!” le acarició el pelo y le dio un beso en la frente con dificultad pues el niño no deseaba seguir, “¡quieto!” le abrió las piernas con autoridad, “¡no te voy a dar por el culo!” “¡por ahora no!” “¡anda… quieto!” ante la fuerza imperante Aiden se resignó a ver el pene de Dylan que rozaba sobre el tronco de su penecito “¿ves… Aiden?” “¿te gusta así?” “¡no duele!” Aiden se sintió más relajado cuando la boca de Dylan chupaba su penecito, “¡te gusta!” unieron las frentes “¡te gusta!” seguía lamiendo y chupando, Aiden sentía que su culito latía, el pequeño se sorprendió cuando de súbito Dylan le puso las piernas en su pecho siendo dobladas a presión de los brazos del muchacho mostrandos el culito a descubierto, de innmediato vio que el pene se acercaba a su penecito, “¡tranquilo que te va a gustar eso!” el glande de Dylan rozaba los testiculos y se desliaba al tronco del pene “¡siente que eres mío!” Aiden estaba resignado sin moverse aunque en su rostro se mostraba algo de preocupación por su culito “¡te gusta!” Aiden cerraba los ojos sintiendo el deslizamiento del grueso pene sobre su penecito “¡te gusta!” asi se deslizó por unos instantes, hasta que de repente Aiden con asomro abrió los ojos sintiendo el glande en la entrada del culito, quiso hacer quites pero estaba bien agarrado en es apostura por Dylan, el pene entraba y volvían los gemidos y suspiros de procupación de Aiden “¡aayyy!” “¡aayyy!” “¡ya nooo!” “¡ya no!” “¡me duele!” “¡me duele!” pero Dylan insistía, estaba como un loco lleno de lujuria, mientras lo embestía con el pene le decía al tierno Aiden “¡nunca olvides este lugar!” “¡nunca!” “¡míralo bien!” “¡aquí te hice mío!” “¡mío!” “¡aquí te rompí el culo!” “¡tu culo es mio!” “¡mío!” “¡yo te lo rompí!” “¡yo!” “¡soy tu marido!” “¡tu marido!” “¡el primero que te rompió ese culito lindo!” de pronto el niño se sorprendió pues por vez primera sintió que algo se depositaba dentro de su culito, el pene salió mojado de semen y con pocas manchas de sangre, se sentó abierto de piernas tocandose el pene “¡mira Aiden!” el niño no queria ver, la mano de Dylan le hizo girar un poco y vio que Dyan se lo estaba agitando al pene, “¡mira!” “¡nunca olvidez este trozo de carne!” “¡nunca lo olvides!”, rato despues Dylan y Aiden fueron a aserase al lago, se vistieron y fueron al lugar de pesca, pescaron varios peses lo que en algo mejoró el humor de Aiden, ya no se apegaba mucho a Dylan por el recelo, más lo abrazaba y lo mimaba al niño tratando de ganarse la confiana, ahora Aiden poco habalaba, Dylan lo motivaba a conversar mientras hacían un alto en comer enlatados, de a poco fue mejorando lo que sentía en el culito que aun sentia ardor y dolor, vieron la puesta del sol y decidieron ir a la cabaña con los pescados capturados, Aiden ya no tenía ánimo para remar, se concentraba en ver los pescados capturados, al llegar eran recibidos por Sophie, les felicitó por la pesca obtenido les dijo que Leroy estaba pescando en la entrada, Sophie y Aiden fueron a lavar los pescados, a distancia Dylan notaba que Aiden iba mejorando en su carácter de ánimo, notaba que al igual que Aiden se pasaba la manito por el culito vestido de igual manera lo hacía Sophie, al llegar la noche Aiden estaba despierto, en su cama daba vueltas al lado de su hermana que en cambio estaba profundamente dormida, tenía puesto su pijama, se metía la mano por dentro de la tela y se pasaba los dedos llevandoselos a la nariz, suspiraba, de nuevo adentro la mano, se pasaba la punta del dedo medio, sentía molestía pero sorprendentemente se le había despertado algo de placer, cerraba los ojos recordando a ese par de animales, a su mente retumbaba aquello que le decía Dylan, dichas frases se hacían escenas que retumbaban en su memoria “recuerda lo que me dijiste… que me querías mucho” “¡demuestramelo!” “¡juega conmigo!” recordaba cuando vieron a esos animales “¡esta quieta!” “¡le gusta que la penetren!” “¡mirala… le gusta!”, “¡mira cómo le encanta que la penetren!”, “¡ya no grita!” “¡es que ahora le gusta!” “¡al principio duele pero despues le gusta!” “¡mirala!” ”¡mirala!” “¿ves?” abrió los ojos viendo lo oscuro de la habitación en esa noche, se pasaba el dedo por el culito y a su mente se repetía “¡mira cómo le encanta que la penetren!”, “¡ya no grita!” “¡es que ahora le gusta!” “¡al principio duele pero despues le gusta!”, agitaba su cabeza para tratar con eso de disipar esas frases pero le retumbaba aquello de “¡al principio duele pero despues le gusta!”, “¡al principio duele pero despues le gusta!”, “¡al principio duele pero despues le gusta!”, “¡al principio duele pero despues le gusta!” se metió el dedo en el culo, cerró los ojos y ahora más sintió placer que molestia, su metamorfosis estaba en evolución, instintivamente se estiraba el penecito, al rato sintió el deseo de miciar, suspiró sentado en el extremo de la cama, agitó sus hermosos pies poniendose las sandalias, salió en dirección al baño, al micciar le vino el deseo de defecar, se acucllló en el inodoro y empezó a pujar, sentía ardor y moestia, se pasó el papel por el culo y se subió el pijama que lo tenía puesto a los tobillos, al salir se encuentra de pronto con una figura conocida, sintió recelo al verle en lo oscuro de la noche, sintió una mano en su hombro que lo dirigia hacia un apartado lugar, con miedo se dejó llevar, llegaron a un sitio rodeado de maleza a cientos de metros distantes de la cabaña de alquiler, marcó al niño haciendo giros sobre el piso como si fuese un carrusel, Aiden estaba inquieto, lo puso en pie, lo tomó d ela mano llevandolo hacia un tronco de árbol cortado que estaba sobre el piso, su pecho quedo sobre la corteza del álbol caido, sintió que rápidamente su pijama quedaba a los tobillos, quiso reaccionar suplicando pero ya el cuerpo del muccho estaba sobre el suyo para sujetarlo, sintió algo humedecido que le cocaban el la entrada del culo y luego sintió que ese pene de Dylan entraba en su culo, “¡deja!” “¡ya verás que rico!” “¡al principio duele pero despues le gusta!”, “¡al principio duele pero despues le gusta!”, ya eso para Aiden se cumplia como regla, sintió las embestidas de ese pene, Aiden gemía y bufaba, al principio emitía palabras suplicantes pero despues le vino la tranquilidad, se dejaba por tantoque lo sodomice, se resigno a escucharle a Dylan decir “¡nunca olvides este lugar!” “¡nunca!” “¡míralo bien!” “¡aquí te hice mío!” “¡mío!” “¡aquí te cogí por el culo!” “¡tu culo es mio!” “¡mío!” “¡hace rato yo te lo rompí!” “¡yo!” “¡soy tu marido!” “¡tu marido!” “¡el primero que te rompió ese culito lindo!”, Aidn se limitaba a oir, “¡nunca olvidez este trozo de carne que te lo meto!” “¡nunca lo olvides cuando defeques!” “¡nunca olvides… acuerdate de mi!” “¡nunca lo olvides… acuerdate!”, así lo tuvo dandole pene por el culo por rato, la escen se mostraba el cuerpo de Aiden montado por el de Dylan tenían las manos entrelazadas y en el que se podia apreciar la cadera que se alzaba y se bajaba sobre ese culito voluminoso muy hermoso en aquella noche de un cielo estrellado.
FIN DEL CENTÉSIMO NONAGÉSIMO SEGUNDO EPISODIO
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