METAMORFOSIS 7
Acercamientos casuales.
Así como el reloj junto con sus pensamientos hicieron caer a René en plácido sueño, los ruidos de los niños y el reflejo solar lo despertaron, sobre todo los duros sonidos hechos por la suelas de los zapatos infantiles sobre la escalera chillona de madera fina, abrió sus ojos para verse descubierto de sábanas solo en calzoncillo de pronto la puerta chillona de bisagras se abrió súbitamente asomándose por el filo de la puerta la carita de Maximiliano, le dijo a René que estaba jugando al escondite buscando a su hermano Luis, con un ceño fuerte René le respondió negativamente, el nene entendió y salió solemnemente del cuarto de su tío, momento después René observó que por debajo de su cama sobresalían unas manitos estirando sus sábanas, le vino un súbito susto que desapareció con calma viendo que salía la carita de Luis risueña y algo recelosa, el nene se paró junto a su tío que seguía acostado, por segundos se vieron el rostro, Luis tenía puesto unos zapatos de cordones con medias alargadas a las rodillas, vestía una camisa a rayas con un pantalón corto sujeto por tirantes estaba muy ajustado a sus caderas mostrándose de talla muy pequeña para la edad y cuerpo de Luis, el adulto miraba fijamente las líneas onduladas de aquel pantaloncillo atrayéndole lo abultado del penecito que se amoldaba por lo apretado y ajustado de la tela al cuerpo, a la mente de René le vino como un flash lo que había presenciado en la ramada cuando descubrió a Lastenio que le frotaba el pene al traserito de Luis, de inmediato sintió un gran deseo sexual viendo las hermosas líneas corporales infantiles amoldadas en la ropa, pidió a Luis que pusiera seguro a la puerta justificando que así su hermanito Maximiliano no lo encontraría, René se sentó en el filo de la cama con las piernas abiertas, ya su pene estaba bien erecto cuando le hizo gestos a Luis de que se acercase, las rodillas de Luis rozaban los genitales vestidos de René quien lo tomó de la espalda colmándolo de caricias en las mejillas y en el pelo cualquiera pensaría que era cariño pero había algo más, las manos de René acariciaban la espalda del pequeño, desajustando los tirantes cayendo el pantalón corto de Luis a los zapatos, no dejaba de acariciarlo deslizándole el fino calzoncillo sobándole circularmente los glúteos, Luis parado miraba todo muy quietito con los ojos cerrados en señal de gusto con risitas apoyándose con sus manos en los hombros de René, puso un pie sobre el muslo de René para sacarle el zapato y lo mismo hizo con el otro pie, en cada alzada se podía ver el pene descubierto de Luis que lo tenía lampiño y grandecito, René se percató de eso y se inclinó a olerlo y luego a lamerlo, se levantó de la cama, a Luis lo tomó de la cintura sentándolo en la cama, le hizo recostar de espalda al colchón, el pequeño de esa posición miraba a René que se deslizaba el calzoncillo mostrándose un pene grueso peludo a ambos le vino por reírse al momento en que René empezó a frotar el pene de Luis que se cubría con los pelos del pene de René que le preguntaba a Luis si eso le hacía Lastenio, el nene sintió una repentina sorpresa por las preguntas de su tío, después de tanto preguntarle no le quedó más que asentir sonriendo y ante la contestación los movimientos del pene de René se incrementaban, se dieron varios besos y de nuevo le preguntó si Lastenio le hacía lo mismo en la boca y el chiquillo muy risueño le decía que sí, le hizo que Luis se pusiera de pecho sobre el colchón, René contempló por un corto momento la posición de Luis, esas nalgas blancas sudorosas por la faena que Luis las movía a los costados luego con su cintura Luis hacía movimientos para arriba y para abajo como si estuviera con el pene haciéndole el amor al colchón, René no esperó a más viendo la calentura de Luis y le entalló el pene mojado de líquido pre seminal entre las nalgas cerró sus ojos dibujándose la pasión en su rostro mientras trataba de meter el glande por el ano del nene, se escuchaban pujes y gemidos por parte de Luis luego le decía que le estaba doliendo mucho, a lo que René reaccionó sacándole el pene, le preguntaba si otros chicos le hacían esto y Luis le respondía negativamente y que solo Lastenio se lo hacía, René se acostó junto a él, lo hizo poner sobre su cuerpo frotándose los penes, Luis se movía aceleradamente pese a su corta edad ya sabía coger, Lastenio había sido un buen maestro enseñándole bien a Luis en cogidas, de eso se dio cuenta René que lo ayudaba a moverse con más pasión tomándolo de la cintura, de repente René lanzó mucho semen que mojó parte del pene de Luis y sus pechos, quedaron quietitos por un momento aprovechando en besarse, en ambos hubo entrega, René descubrió en Luis a un ser maravilloso y que le gustaba el sexo, se limpiaron el semen con los calzoncillos, René se quedó con el calzoncillo de Luis que estaba mojado de semen, guardándolo debajo del colchón, le dio una moneda y el nene se despidió agradecido de René con un abrazo y besos en las mejillas saliendo muy contento de la habitación, René se acostó en la cama, en su mente bullían los pensamientos de arrepentimiento por lo que había hecho al pequeño Luis, pero ya estaba hecho eso, resignación y consuelo, pues a fin de cuentas, al nene le gustó cuando se lo cogía en todo momento, pensó, a ver qué sucedería a futuro.
* * * * * * *
Y es que el tiempo transcurría notablemente, eran ya los últimos meses de 1931, Carlos Felipe incrementaba sus negocios tomando poder económico con la actividad del contrabando de licores y armas, Don Rodolfo en cambio veía la debacle de producción en las estancias a préstamo o hipotecadas, la economía de sus yernos era paupérrima optando por la austeridad, exigían más trabajo a los peones a cambio de poco dinero, resultaron quienes le hicieron frente a sus injusticias y fueron echados quedando los peones de edad mayor a los que ya no los aceptaban en otras estancias, el panorama para Gumersindo el campesino era desolador, sus hijos mayores fueron a la capital a buscar mejor vida quedándose solo con su esposa, su sentido paternalista lo compensaba con visitar cuando podía a los pequeños Hermógenes de 11 años cumplidos y su hermanito Carlos Serafín que mayormente lo llamaban Serafín, ya había cumplido dos años, se había enterado que sufrían malos tratos sobre todo las vejaciones que le hacían los niños de la casa juntamente con Lastenio de diecisiete años que tenía una rivalidad personal con Hermógenes, le permitían ver a los niños pocas veces, harapientos, desnutridos, Hermógenes haciendo tareas de hombres fornidos, la fatiga se hacía presente, en cierta ocasión fue encontrado desfallecido en el suelo junto al buey de arado, Aparicio notó que tenía fiebre y el pequeño fue llevado a la estancia en las cuadrillas para que lo curen, sorpresa para Aparicio que al día siguiente lo vio trabajar a Hermógenes muy pálido tomando el arado, esta vez lo condujo a casa de Gumersindo siendo auxiliado el pequeño por su esposa, el destino quiso que ese día estuviera de visita clandestina Carlos Felipe del Olmo averiguando la economía de los terratenientes y tratando de entrevistarse con Noelia sin resultados positivos, se enteró que ese niño era hijo de su amigo Serafín y de la atenta Eudomilia y no dudó en llevárselo a la ciudad para que se recupere con buena atención médica, un tiempo más y hubiera muerto, los corrillos de comentarios en la estancia en voz de Lastenio es que Hermógenes se había escapado llevándose cosas de valor, considerándoselo un mal agradecido, tamaña mentira, pero hubieron sólo dos personas que lamentaban sus ausencia, la nana Dulce y su hermanito Serafín.
* * * * * * *
Sandra aceptó la presencia de Hermógenes cuando llegó a la ciudad con Carlos Felipe, lograron tenerse un gran cariño y respeto, Carlos Felipe tomó personalmente el bienestar educativo y sanitario del chico pues lo consideró como a su hijo, aquel hijo que nunca tuvo prodigándole así cuidados y privilegios eso sí que no se entere de sus actividades de negocios turbios, el médico dictaminó un chequeo mensual por un año para tratamiento, el coste era lo de menos, Hermógenes conoció un mundo de privilegios que era nuevo incrementando su gratitud por el bienhechor, pero tenía una herida en su alma al no saber de su hermanito Serafín.
En uno de aquellos chequeos médicos luego de efectuarlos fueron como siempre a una cafetería frente al hospital para tomar helado y llevarle a Sandra unos pastelitos que tanto le gustaban, quiso el destino inclemente que a distancia diagonal del extremo del local amplio se pudiera observar la presencia de la nana Dulce sosteniendo a un precioso niño de dos años que alegremente abría su boquita tomando helado que la mujer muy alegre le brindaba, aquel precioso niño tenía el pelo castaño claro con ojos de miel, diferente al de sus hermanas que era rubio pleno como el de su madre y padre, lo que en sí coincidían era en su piel blanca rosácea, a Carlos Felipe le vino una sensación de angustia, algo indescriptible como cariño incierto de súbito y recurrente, su atención estaba centrada en la sonrisa y corpulencia del pequeño que estaba de perfil, le alegraba verle las manitas del precioso niño agitándolas lleno de felicidad cuando probaba el helado, iba bien vestidito en traje de marinerito, sus zapatitos blancos brillosos, Carlos comparó mentalmente la vestimenta de su infancia con la de ese hermoso niño, llegó a pensar turbadoramente que se podría tratar de él años atrás, le vino una risa con movimientos negativos de su cabeza aceptando lo absurdo de sus pensamientos, Hermógenes le dijo que era el pequeño Gustavo Adolfo hijo de los patrones y con él estaba su nana Dulce, Carlos simplemente asintió aceptando la información, Hermógenes le dijo que ella y la señora Noelia habían sido buenas con él, momentos después apareció Don Gustavo tomando al pequeño por la cintura elevándolo y abrazándolo, al pequeño Hermógenes le vino un sentimiento de angustia por salir de ahí, Carlos lo retuvo de las manos diciéndole que estaba seguro con él que se sintiera seguro no le sucedería algo malo, un no sé qué de rabia indefinida para su razón de cariño le vino a Carlos Felipe del Olmo que hizo puños, de inmediato aparece Noelia con unos papeles médicos en la mano con su hija mayor Leonor de cinco años cubierta la boca con un pañuelo porque le habían extraído un molar infectado, no estuvieron mucho tiempo, esperaron a que el niño termine su helado y salieron, el corazón y la respiración de Carlos fue acelerada, a pocos pasos tuvo la presencia de la mujer de su vida luego de tres años de ausencia desde aquel maravilloso momento en que la sodomizó por vez primera, ella seguía fresca y bella de piel, algo indescriptible de mayor angustia salida de su corazón fue para aquel precioso niño que lo conoció por primera vez, ese pequeño precioso hijo de Gustavo, uno de sus acérrimos enemigos.
* * * * * * *
La otra niña de los esposos Josefina de tres años se quedó en la estancia al cuidado de Griselda, en castigo no la llevaron a la ciudad por el berrinche que hizo habiendo roto un caro florero, ya era casi media mañana cuando aparecen cabalgando Don Rodolfo y Don Guillermo, entraron a la casa para hidratarse, el abuelo Rodolfo vio a su nietita llorar desconsoladamente, por boca de Griselda le contó lo sucedido, Guillermo simplemente en silencio escuchaba sin dejar de mirar la fina silueta dibujada por esa preciosa mulata en ese vestido amplio de encajes, mientras ella hablaba chocaba su mirada con la de Guillermo que su piel se enrojecía de pasión y deseo, Don Rodolfo contentó a su nieta del castigo impuesto llevándola a cabalgar en su caballo, Guillermo prefirió quedarse y le dijo que en momentos se iría a su casa, pero no fue así porque rato después fue a la cocina donde estaba sola la mulata Griselda, la tomó por detrás abrazándole su cintura de niña de 14 años, el pene amoldado de Guillermo rozaba las nalgas vestidas de la mulata, él la colmaba de caricias y besos en su cuello y mejillas la hizo girar sobre sus talones y procedieron a besarse apasionadamente, las lenguas entraban en la cavidad bucal de ambos, las manos de Guillermo apretaban los glúteos de la mulata que incrementaba la temperatura de su piel, se frotaban los genitales vestidos, el golpe de sus alientos era contra sus cuellos, Guillermo optó por tomar una botella de ron de la sala dándole uno, y otro y otro y muchos más traguitos a la mulata que de principio no aceptaba pero de a poco aceptaba con caricias y palabras dulces que le decía Guillermo, otra causa era porque ambos estaban solos en la casa de Gustavo sin servidumbre fisgona, lentamente ambos subieron las escaleras caminando por el corredor que daba a las habitaciones, entraron en la de los esposos, se tumbaron sobre la cama suave sin detenerse en besarse y manosearle los senos, la espalda y las partes genitales, ambos se decían de te quiero, los minutos pasaban, las manos de Guillermo recorrían el estómago de la mulata en dirección a introducirse en el calzón de la niña mulata de 14 años que de a poco lo deslizaba, Guillermo se maravilló viéndole el monte de Venus, se quitaban mutuamente la ropa, así acostados de perfil Guillermo y Griselda conocieron sus cuerpos desnudos por vez primera contemplándose por varios minutos, en ese momento, ella miraba con admiración el pene de Guillermo que lo frotaba por sus piernas, siguieron manoseándose los genitales sin parar de besarse con los ojos cerrados ella en señal de amor y él al principio en señal de pasión y deseo, los minutos continuaban Guillermo se la llevó a sentarse al filo de la cama le abrió las piernas dejándose ver los labios vaginales de un sopetón puso a lamerle el clítoris que estaba tibio con babita, Griselda estaba en otro éxtasis recostando su espalda en el colchón tomándole el pelo rubio de Guillermo que no cesaba de lamerle el clítoris, notó que estaba algo mojada la vagina mulata, la alzó de las manos, le dijo a ella que cierre los ojos que iba a probar algo rico, frotó el glande por sus labios, le ordenó que abriera la boca, cuando abrió sus ojos ya el pene estaba medio metido en su boca, por la extrañeza quiso morderlo y sacárselo pero él la contuvo calmándola, ella aceptó mamar despacito e hizo que abriera su boca, la mulata probaba pene de adulto por primera vez, se atoraba con tanta saliva y liquido pre seminal, Guillermo la tenía sometida con ese suave mete y saca de sexo oral, los cuerpos estaban colmados de sudor, Guillermo la tomó del pecho recostándole la espalda sobre el colchón, los tragos en Griselda estaban haciendo el efecto deseado de una anestesia deliciosa para lo que vendría, él se prendió de los senos mulatos llenándolos de saliva, ella gemía más y más, su inconsciente le estimuló a la mulata a tocarle el pene y a frotarle, Guillermo respondía con gemidos y palabras dulces que a ella más la estimulaban, las manos de ella y las de él se entrelazaron uniendo sus cuerpos haciéndose uno, el glande de Guillermo estaba mojado de los fluidos vaginales de Griselda, el roce entre el glande y los tibios labios vaginales se unían y se frotaban haciendo gemir a los amantes que de a poco se dejaban llevar por la pasión, ella alzó su cara viendo por instinto al sentir que el glande de Guillermo frotaba su clítoris haciéndole sentir delicioso, observó por breves momentos que esa cabeza de pene se deslizaba por los labios vaginales, la corrió de espaldas a la cama para que el cuerpo de Griselda se arquee de tal manera que su vagina quede bien empinada con las piernas abiertas, Guillermo tomó el pene con una mano volviéndole a frotar el glande en el clítoris, esta vez fue más que un roce y empezó a penetrar, las manos de ella apretaban las sábanas arrugándolas, él vio con mucho placer que su glande a medias ya estaba adentro de esa vagina virgen cerca del himen, su placer mental de ser el primero en desvirgarla lo estimulaba a seguir adelante, ella le pedía que ya no más porque sentía dolor, Guillermo respondía que aguante agregándole palabras dulces tratando de relajar a la muchacha, ambos estaban en el clímax de la pasión cuando de pronto escucharon voces en la sala, de súbito Guillermo se levantó del cuerpo de la chica quedando ella acostada sin movimiento sobre la cama, mientras Guillermo se vestía veía a Griselda que se mantenía doblada en la cama con las piernas abiertas frotándose y deslizándose los labios vaginales, los dos se daban de sonrisas, él la tomó de las manos para que se levante dándose besos apasionados pero se volvieron a separar cuando escucharon voces altisonantes que venían de la sala, eran las de Lastenio y otros peones, Griselda escuchó que la llamaban, de súbito se vistió despidiéndose de su amante con un fuerte beso, Guillermo esperó a que se fueran para bajar sigilosamente por las escaleras, le dijo en el oído a la mulata que la esperaba en el cerco lindero donde está el samán grande, ella asintió obediente dándole un beso apasionado, vio montar a su amante con mucho amor y deseo, la había hecho sentir gratamente hace rato y deseaba más.
* * * * * * *
A distancia prudente de la estancia Lastenio desmontaba su caballo regalo del patrón Rodolfo, estaba tan distraído en cierto momento que no dio cuenta que unas manos le tapaban los ojos, al voltearse vio la figura del patrón René, estaban a solas, había recién llegado a la estancia, preguntó por Noelia y los niños, el empleado mulato lo puso al corriente de todo, en uno de esos impulsos característicos d René lo abrazó al muchacho uniendo sus frentes, golpeándose mutuamente sus respiraciones tan cerca de sí, sus miradas eran mutuamente penetrantes, se les dibujaba la satisfacción de verse, se crea el deseo en sus facciones, las manos de René rozan las mejillas del mulato, acercan sus labios y se dan un tierno beso, las manos de René van deslizándose por el tronco del muchacho, entonces fue allí que metió su mano y toco el trasero mulato, le dijo que lo tenía muy rico, muy suave, sonrieron y mirando a los lados para confirmar la soledad caminaron presurosos a un rincón de las caballerizas entre el heno y pajilla abrazados continuaron besándose apasionadamente junto con los manoseos demostrando su ardua pasión, Lastenio vio que las manos de René comenzaron a desabrochar el cinturón y desabotonar su camisa, rápidamente comenzó a bajarle el calzoncillo hasta la rodilla, él hizo lo mismo con su ropa, viéndose así desnudos sus penes, Luis se arrodilló detrás de Lastenio, colocó su pene entre esas nalgas mulatas dando contraste a su pene de piel blanca, y Luis empezó a sobar, Lastenio sentía tenso al pene, sentía como se ponía más duro y rozaba su ano produciéndole cosquillas al roce, le decía que rico y suaves que lo tenía, le preguntaba si le gustaba, Lastenio a ojos cerrados asentía con la boca abierta emitía un inaudible sí, lo encorvó sobre el heno, el glande rosáceo se deslizaba por las nalgas mulatas, el muchacho gemía ante la penetración que sentía, René hacía lo mismo al sodomizarle, Lastenio sentía que del pene de René botaba liquido preseminal pegajoso a la altura de la piel de entrada en el ano, haciéndose más resbaloso el sentir el deslizamiento del glande y el tronco del pene en las nalgas, cuando de pronto, la cabeza del glande se posiciono en mi entrada haciendo presión, entrando su cabeza caliente, algo le dolió por ser ese grande muy prominente, René e dijo que aguante y le dio un golpe en las nalgas para que se afloje la tensión, Lastenio no se movió, sentía que presionaba su ano, se sentía caliente, le volvió a decir que aguante y que no grite, luego de decir eso dejó caer su cuerpo y sintió como entro de un golpe todo o casi todo el pene en sus entrañas, sentía que lo partía, con ardor y dolor, sentía su cuerpo en la espalda, René se jactaba diciendo que rico culo muy apretador, de inmediato fue que Luis empezó a meter y sacar, Lastenio sentía dolor q fue desapareciendo, sentía ese pene duro como entraba y salía, aliente, muy caliente en su latente ano, en un rato el trasero de Lastenio sentía que el peen de René se endurecía más y se engordaba haciendo bufar al muchacho, su rictus en el rostro era evidente, estaba todo adentro, los testículos rozaban la piel de los glúteos, fue en ese instante que René lo encorvó más y el pene entraba y salía con vehemencia haciendo mover rápidamente las caderas, entonces le dijo que su pene era todo suyo, salió semen alojándose dentro del ano, al sentir el fluido lo estimuló a moverse, toma mi leche le dijo y empujo al fondo, dejando su pene dentro del latente traserito, Lastenio sentía como chisguete dentro el semen caliente de René, luego fue sacando su pene aun duro y en ese instante empezó salir su líquido seminal por el ano resbalando por esas nalgas y piernas del mulato, le dijo que aún no se mueva, regreso con un trapo, le dio para limpiarse, había algo de excremento con ese líquido seminal pegajoso, se limpió y salieron, le dijo como siempre que lo que hicieron será el secreto mutuo, Lastenio asentía obediente al escucharle decir que no lo cuente a nadie, René salió de la caballeriza a bañarse, a Lastenio le ardía algo, pese a todo, le había gustado, allí quedó pensativo acostado sobre la pajilla, suspiraba constantemente, se vistió y quedó dormido.
* * * * * * *
Guillermo se encontraba recostado sobre el tronco del grueso samán cobijado por su sombra, raía en su boca una pajita humedecida, se frotaba el pene, había quedado con las ganas de desfogar su pasión, sus pensamientos solo estaban centrados en la imagen de Griselda la hermosa mulata de 14 años, su angustia por verla y tenerla incrementaban, a sabiendas que Guillermo pese a su edad se cuidaba mucho mostrando en su rostro una juventud plena acorde con la de Griselda, las esperanzas para Guillermo se diluían con el pasar del tiempo, algo tuvo que haberle pasado para que no haya llegado, pero cuando ya estaba por montar la vio de lejos acercarse, ella corrió desenfrenada para caer en sus brazos dándose besos apasionados, montaron en el caballo galopando por un camino de herradura montaña adentro fueron muchos minutos los que cabalgaron cerca del confín de la estancia divisando a lo lejos una cabaña abandonada que solo tenía entablado y techo de tejas con paredes de carrizo, por los alrededores había monte tupido seco, el lugar era ideal para estar a solas y para hacer lo que venían a hacer, se auparon, la cargó en sus brazos llevándola al interior de la cabaña, sacó un pañuelo para limpiar el entablado, se quitaron la ropa poniéndola como cama, por varios minutos contemplaron sus cuerpos manoseándose los glúteos y genitales, los besos fueron recurrentes cerrando sus ojos, con cuidado la acostó sobre la ropa, esta vez él se arrodilló alzándole las piernas de la mulata a sus hombros de piel blanca la acercó tanto hasta que el glande se deslizaba desde la vagina a la línea de las nalgas, después lamió el clítoris, ella gemía desesperadamente, su carne joven y fresca quería más, se sentía a través de sus labios mordidos y la forma en cómo fuertemente sus manos agarraban el pelo de su amante cuando le chupaba los senos puntiagudos, Guillermo consideró que era el momento, deslizó la lengua por el estómago pasando por el ombligo hasta llegar al clítoris, para el efecto vio que estaba mojada la vagina y se percató que su glande estaba mojado de líquido pre seminal así que agarró su pene poniendo el glande en la entrada de la vagina, fue metiéndolo de a poquito por poquito, ella respondía con gemidos, pujes arrugando la tela de la ropa donde estaba acostada Guillermo, estaba animado a punto de conseguir su propósito, comerse un virgo mulato, le hacía breves punteadas circulares a los labios vaginales metiéndole el glande por milímetros en aumento, llegó a la frontera de la dicha orgásmica vaginal que era el himen, con un fuerte empuje ya todo el glande latiendo estaba dentro de la vagina mulata, Griselda respondió con un fuerte alarido de dolor y llanto mordiéndose las manos, Guillermo sintió el latido de las paredes vaginales desfloradas, rotas, desvirgadas, en fin, se quedó quieto con el pene dentro de esa delicia vaginal, la abrazó con fuerza buscando besarle, sin dejar de sacarle el pene le abrió las piernas un poco más como pudo, eran continuos los latidos de pene y vagina cuando empezó a bombear su pene dentro de la vagina, la vagina mulata recibió del pene blanco unos suaves y rítmicos mete y saca que la hacían gemir, Guillermo se complacía viendo su pene ensangrentado como entraba y salía de esa vagina desvirgada, el contraste de piel se notaba, también cuando el pelo negro de la vagina de la mulata se topaba con el pelo rubio de Guillermo, así, dos razas se unían en el fragor del sexo actuando sus genitales apasionadamente, el deseo de eyacular estuvo de a pronto dejándole el semen en su interior, se quedó quietito, Griselda había sido una gran hembra, había aguantado el desvirgue con estoicismo, Guillermo sintió que su pene dentro de la vagina estaba mojado, le hizo de nuevo un mete y saca, ella respondía con pujes, unas pequeñas lágrimas recorrían sus mejillas confundidas con el sudor producto de la faena sexual, ahora el pene de Guillermo se lubricaba en el mete y saca con sangre y semen, se levantó agitando su pene yendo a orinar a la pared, ella quedó inmóvil acostada con las piernas abiertas limitándose a ver que por su vagina corría semen con sangre, el cuadro para Guillermo era de satisfacción pero también le vino la preocupación de lo que pasaría después, se dio cuenta que no era el momento para pensarlo sino el de actuar limpiándole con su pañuelo la vagina de la mulata Griselda, no fue suficiente, ella quiso orinar botando todo el testimonio de su desvirgue, Guillermo terminó de limpiarle con su calzoncillo los restos de semen, orina y sangre, ambos quedaron acostados de perfil frente a frente abrazados sobre la ropa en el entablado mirándose fijamente con pensamientos al infinito así completamente desnudos, ella miraba el pene de su amante frotándose el dedo en su vagina hasta quedar dormidos, los pájaros con sus canticos despertaron a la pareja, Griselda lo primero que hizo fue verse si le salía sangre de la vagina, pero no, Guillermo se levantó para ver por los alrededores, ni una alma, vio la posición del sol, era casi media tarde, Griselda se quería vestir pero Guillermo no le permitió, entre frases dulces y caricias con besos logró que se acueste, sin palabras le quitó el frenesí lamiéndole los senos y el clítoris, ella se dejó llevar de nuevo por su amante pese al dolor que sentía en su vientre y vagina, le puso el glande en la vagina, ella hizo una pausa por instinto separándole la vagina del pene, él respondió con caricias para que se relaje, casi con autoridad sutil le dijo que se dejara que se iba a sentir bien, el jugoso pene entró, ahora con ese sutil mete y saca que recibía ella vio que no salía sangre recibiendo placer que por primera vez conocía a plenitud dentro de su vagina, recibió de Guillermo su semen y ella a cambio le dio sus flujos vaginales, ambos quedaron cansados pero eso no impidió que se dijeran promesas de amor con besos apasionados, a su mente le vino la idea de pertenecerle a Guillermo en cuerpo y alma.
FIN DEL SÉPTIMO EPISODIO
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!