METRO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por SICARDIS.
Hace un par de días, tuve que viajar a la ciudad de México por cuestiones de trabajo, de tal manera que cuando viajo a esa ciudad prefiero hacerlo en transporte público por comodidad y por la oportunidad de conocer chicos lindos y calientes que desde luego siempre hay en el último vagón del metro y fue ahí donde justamente conocía a Eduardo, es un chico lindo de 22 años que para mis recién cumplidos 35 ha sido el regalo perfecto.
Después de intercambiar miradas y perseguirnos tímidamente por el andén, me animé a hablarle, solamente le dije "hola", se me acercó y sin importarle nada más se prendió de mi verga que de por sí ya estaba dura debido a sus hermosas nalgas, me dijo, no digas nada, sígueme.
Después de caminar varias cuadras, sin decir nada y con los nervios por la incertidumbre de no saber qué pasaría con él llegamos a unos departamentos, me pidió amablemente que pasara, abrió la puerta me invitó a pasar y enseguida la cerró detrás suyo, ni un segundo pasó cuando ya estaba de rodillas desabrochando mi pantalón, bajó mi bóxer y se comió mi verga húmeda de un solo bocado, debo aclarar que no soy vergón apenas me mide 15 cm y es muy delgada mi pistolita, pero el chico parecía querer comérsela y literalmente así lo hizo
Me dio la mamada más deliciosa que he probado y justo antes de que me viniera se puso de pie, me pidió que lo acompañara a la que supuse era su recamara y ahí comenzó a desnudarse, para mi deleite y sorpresa su ropita interior era de nena, lo cual me super prendió, así semi desnudo me llevó a la cama para seguir mamándome el pito, lo toqué por todo su cuerpo, hice a un lado su panty de encaje blanco y lamí cuidadosamente su culito que sabía delicioso olía a nena y se abría y cerraba deliciosamente.
Hicimos un 69 fenomenal, mientras me chupaba la verga yo le chupaba el culo, luego lamí sus huevos y también le chupé la verga, esa si era una señora verga, cortita pero gruesa, muy rica sin circuncidar y se mojaba con cada chupada que le daba, no tardó mucho en empezar a eyacular y me dejó sus mecos batidos en toda la cara, lo cual aproveché para embarrárselos en el culo para que me sirvieran de lubricante, así que lamí su delicioso culo lampiño dejando sus propios mecos para poder poseerlo.
En un momento ya estaba acostado con sus piernas en mis hombros diciéndome casi suplicándome que me lo cogiera…
Si quieren saber que pasó después, comenten, porque fuimos gratamente sorprendidos por alguien de su familia y la cosa se puso mucho mejor.
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