Mi adicción a Tavito
Tratando de ser más racional al final volví a caer en la tentación de hacer mío el culo de Tavito.
Era domingo por la tarde, aproximadamente las 6 y yo me encontraba en la sala viendo televisión junto con mi hermano, mamá trabajaba pero no tardaría demasiado en llegar a casa. La tarde era muy aburrida, esperábamos solo que llegara la noche para ir al cine junto con mi mamá y contábamos los minutos sin nada interesante que hacer. Estaba pensando en tomar una siesta ahí mismo en el sofá cuando mi teléfono comenzó a sonar y me levanté para buscarlo viendo que ers la mamá de Tavo quien llamaba,
– Bueno- Contesté, pensando en que mi voz había sonado muy aflojerada.
– Bueno? Joel?- Contestaron, sin embargo esa vocesita no era otra que la de mi Tavito.
– Tavito?- Respondí.
– Sí, soy yo. Mi mamá dejó su celular- Dijo Tavito con una risita.
– No agarres el celular a tú mamá o se va a enojar- Le contesté.
– Ella no está, se acaba de ir con mi abuelita al súper. Oye, y si vienes?- Dijo.
– No creo que sea bueno,- Le decía apartandome de la sala para que mi hermano no escuchara, -No quiero que se vayan a dar cuenta- Respondí.
– Por favor. Un ratito y ya. Se acaban de ir y siempre tardan un buen rato- Me decía Tavito con una voz que me hacía imaginar su carita tierna, -Quiero que me la metas por la colita- Me dijo. Tenía muchas ganas de cogerme a Tavito a solas, poder gozar su cuerpo y venirme en su culito sin prisas, sin embargo después de lo vivido con Michelle y también el día de ayer con su hermano (quién prácticamente me rogó que me lo cogiera a cambio de no decir nada sobre lo que me vió haciendo con su hermana), ya no estaba dispuesto a hacer más locuras por más caliente que estuviera por miedo a ser de nuevo descubiertos.
– Es que es complicado bebé, nos pueden descubrir y ya no te podría ver nunca- Le decía. Mi pene estaba completamente levantado y me lo tallaba sobre la ropa.
– No se van a dar cuenta. Ándale, ya me estoy metiendo los deditos, pero extraño tu palancota. Ándale sí?- Me decía. Notaba la reacción de pucheros en la voz de mi pequeño y me lo imaginaba recostado picandose su hoyito con sus deditos. Esa idea me hizo tener que entrar al baño, bajé mi ropa y saqué mi pene para pajearme un poco. -Ven rápido, no me la quieres meter?- Dijo. Yo jalaba con rapidez mi herramienta mientras en mi mente una batalla de opiniones se debatía sobre si ir y cogerme ese culo complaciente, o aguantarme las ganas y tener solo una sesión de sexo por teléfono con Tavito,
– Llego en 5 minutos- Le dije apretando fuerte mi verga. Colgué el celular y me acomodé apresurado la ropa con el pene hacia arriba para ocultar la erección y salí del baño. Mi hermano me preguntó a dónde iba y le dije que iría a un mandado y regresaba temprano antes de anochecer. Salí apresurado de mi casa. Iba por la calle con la verga dura acomodada pegando en mi vientre sujetada por el elástico de mi short deportivo, ni siquiera me había tomado la molestia de cambiar de ropa y usaba una playera sin mangas de basketball y unas chanclas de las que usaba para estar en casa. Caminé apresurado pasando por la calle de atrás de la casa de Tavito, no sabía si saltar por el árbol, pues mi calzado no se prestaba para eso, así que decidí solo entrar por el frente, si de cualquier manera Tavito estaba solo no había necesidad, solo tenía que ser discreto. Caminaba casual, aunque de todas maneras la calle estaba tranquila, había niños pequeños jugando a lo lejos pero nadie que notara que un chico extraño entraba por la puerta exterior de la casa de Tavito la cual estaba abierta, volteé atrás para ver si alguien en la casa de la vecina de enfrente me miraba, pues aunque la señora ya me conocía era mejor si no me observaba, pero para mí fortuna todo en la casa de enfrente estaba tranquilo. Toqué la puerta y escuché como del otro lado unos pasitos se apresuraban,
– Quién es?- Escuché decir a Tavito.
– Soy yo- Le contesté
– Eres tú Joel?- Respondió.
– Si, ábreme rápido- Le dije, y escuché como se abría el seguro de la puerta y entré apresurado cerrándola detrás de mí. Cuando me giré me llevé una gran sorpresa, Tavito estaba completamente desnudo y con su verguita levantada.
– Te extrañaba mucho- Dijo Tavito, y con su manita le daba unas meneadas a su pequeño piquito.
– Y yo a tí- Le respondí sosteniendo mi vista en cómo se pelaba y jalaba la verguita, así que no perdí más el tiempo y saqué yo también mi pene e hice como Tavito subiendo y bajando mi mano. Tavito me miraba y seguía meneando su verguita, pero en un momento soltó su pequeño pene y pasó su mano hacia atrás, el pequeño se metía los dedos viendo cómo me masturbaba y me hacía calentar más y más, entonces avanzó hacia mí y bajando quedó de rodillas, tomó mi verga con su boquita y comenzó una mamada intensa chupando como desesperado mi carne. Tavito tenía sus manos a los lados de mis piernas y alcanzaba a oler el aroma de su culo que estimulaba mi nariz mientras seguía disfrutando como mamaba mi verga cuál becerrito hambriento, le saqué el pene de entre los labios y lo acomodé en su cara quedando sobre su nariz y llegando a su frente y Tavito lo miraba medio bizco. Mis huevos habían quedado debajo de la nariz de Tavo, así que con mi mano los recogí y los acerqué a sus labios, algo que él captó rápido y estirando la lengüita la pasaba por todas mis bolas haciendo mi piel erizar. Me fascinaba como Tavito chupaba mis huevos, creo que siempre fué el mejor cuando se trataba de mamarme la bolas, succionaba una con delicadeza y la soltaba solo para tomar la otra y mi verga babeaba soltando gotas sobre su cara. Tenía los ojos cerrados disfrutando la mamada de huevos que Tavito me daba cuando sentí que su boca se separaba de mí y volvía a masturbar mi pene,
– Ya, quiero que me cojas- Dijo Tavito. Abrí los ojos y vi a mi bebé de pie frente a mí jalando mi garrote,
– Vamos, pues- Le dije. Tavito soltó mi verga y corrió hacia su habitación, me excitaba ver cómo su cuerpito desnudo se movía ante sus pasos apresurados y sus nalguitas gordas botaban, así que lo seguí con la verga de fuera hasta que llegué a su cuarto tras de él y me lo encontré ésta vez con el culo levantado y desde abajo entre sus pierna miraba como se metía los dedos por su hoyo y con su carita pegada al colchón de la cama viéndome. De solo ver a Tavito, lo caliente que estaba y las ganas tan grandes que tenía por que se la metiera hicieron que hasta la cara se me pusiera roja. Me quité la playera y la arrojé a un lado, y entonces me acerqué a él hasta quedar con su culo frente a mí viendo hacia abajo como seguía metiendo y sacando sus dedos de su hoyo. Me agaché quedando mi cara frente a sus nalgas, miraba a centímetros de distancia sus dedos salir y entrar de su agujero y me saboreaba, sentía el aroma de su ano qué tanto me hacía calentar, mezcla de culito de bebé y un poco a caca. Pajeaba mi verga con dureza y comencé a acercar más mi cara a su culo, besaba sus nalgas, les daba pequeños mordiscos mientras él seguía su trabajo con su deditos, pero no podía más, ese aroma me invitaba a llevar mi lengua a su ano, así que lo hice sacarse los dedos y los lamí hasta quitar toda el sabor a su culo de ellos y después pasó a ser mi lengua la que saboreaba todo el aro de su ano y trataba de meterla lo más profundo que podía sintiendo ese rico sabor prohibido qué tanto me gustaba y Tavito gemía y meneaba las caderas mientras yo me deleitaba con su hoyito caliente. Chupé el culo de Tavo hasta que el frenillo de la lengua me dolió de tanto estirarla y entonces separé sus cachetes gordos y de un tirón mis dedos se fueron como mantequilla estirando la piel de su ano y yo los giraba dentro de él,
– Ya métemela- Dijo Tavito con voz agitada y entonces me levanté sacando mis dedos de su culo y tomando su cuerpecito con mis manos los giré un poco para que quedara centrado en la cama aún con el culo en popa. Me saqué la ropa completamente y me subí de pie en la cama de Tavito haciendo que rechinara ante mi peso y sin más preámbulos escupí en su abertura que lustrosa de saliba me esperaba para llenarla con la carne maziza qué tanto le gustaba. Doblé un poco las rodillas para alcanzar el culo de Tavo con mi verga y acomodando mi cabecita en su hoyito se la dejé ir de un solo empujón haciendo que las rodillas me temblaran un poco y Tavito hizo un sonido como si fuera a soltar un pequeño grito que al final no salió y mi verga quedó casi al completo dentro de él. Esa situación me hizo recordar el día anterior, como el culo de Óscar recibió de tirón mi pene entero sin ningún problema, pero obviamente el ano adulto de aquél chico no tenía la misma supresión que el de Tavito ejercicia, ni tampoco sentía el mismo calor y satisfacción que ese ano de ahora 10 años me provocaba. Estuve cerca de un minuto ahí, viendo mi pene hundido dentro de Tavito y sentía como mis huevos tocaban sus nalgas, entonces tomé a Tavito de la cadera y empecé mi mete y saca haciendo que la cama rechinara en cada clavada que le daba y Tavito solo giraba de lado a lado la cabeza y soltaba gemidos. Mi cuerpo sudaba, sentía como bajaban las gotas por mi frente y una de ellas bajo por mi nariz hasta la punta y cayó sobre la espalda desnuda de mi pequeño. Me estaba cogiendo a Tavito de una forma epica, sentía mis huevos impactando en sus nalguitas y los sonidos de placer que Tavito emitía comenzaron a ser más fuertes, entonces de pronto levantó el torso apoyándose en su manos quedando en cuatro patas mientras yo seguía vigoroso llenando sus tripas con mi verga y ñ sentí como su culo comenzó a convulsionar estrangulando mi verga haciéndome soltar bufidos de placer, sin embargo mi orgasmo aún no había llegado, así que recreando escenas del porno que había visto antes alcancé primero el brazo derecho de Tavito con mi mano, e hice lo mismo con el izquierdo quedando Tavito con las espalda arqueada sujetado de los brazos y yo sobre él cabalgando su culo. Seguía frenético perforando entre las nalgas de Tavo y él soltaba unos grititos ahogados, no sé si necesariamente eran por placer, lo que sí sé es que jamás me pidió que me detuviera, y lo seguí cogiendo haciendo que su cuerpo se agitará cuál muñeco con cada empujónde verga que le daba, hasta que mi inchada herramienta finalmente escupió sus jugos dentro de Tavito. Tenía los ojos cerrados, disfrutando como mi leche salía en borbotones hasta que brotó la última gota y solté los brazos de Tavito haciendo que él cayera de cara en la cama y mi verga saliendo de él en el proceso. Miraba a Tavito aún parado en la cama, miraba su culo brillante de jugos, leche y sudor. Mi verga estaba también lustrosa después de darle a ese culito maravilloso, así que recordando de nuevo lo sucedido con Óscar me vino una idea,
– Tavito, date la vuelta,- Le dije, y mi pequeño lentamente se giró quedando boca arriba sin decir una palabra, -Me la dejaste sucia, limpiámela con la boca- Le dije, y poniendo mis pies a sus costados me agaché quedando sobre él y le arrimé el pene a la cara abriendo él su boquita y recibiendo mi glande. Tavito chupó un poco mi verga, la sacaba de su boca y la lamía recogiendo todos los líquidos que se habían quedado embarrados en ella, sin embargo yo notaba algo de cansancio en su actuar, así que se la introduje de nuevo en la boca y fuí yo quién le follaba los labios haciendo que él cerrara los ojitos y su carita se enrojeciera. Quería poder cogerlo por la boca como lo había hecho con Óscar, pero lógicamente notaba que a mi pequeño eso se le complicaba demásiado y yo no quería lastimarlo, así que limitando la profundidad en que se la metía seguí cogiendolo hasta que de nuevo mi leche subió hasta la punta de mi verga para llenar la boca de Tavito. Retiré despacio mi pene de la boca de Tavito y mi leche escurría por la comisura de sus labios, entonces él abrió los ojos y me miraba sereno,
– Te gusta mi lechita?- Le dije levantandome y recostandome junto a él.
– Me encanta- Dijo, y se giró abrasandome poniendo su carita en mi pecho.
– Hay que tener mucho cuidado entonces, porque nos pueden encontrar, y ya no te podría dar lechita en tu boquita,- Le dije recogiendo parte del semen que quedó alrededor de su boca y se lo dí con mi dedo para que lo comiera y Tavito abrió la boca, -Ni tampoco podría volver a metértela por el culito- Le decía, y estirando mi mano llegué a su ano y repetí recogiendo un poco de mi semen y dándoselo a comer Tavito, quién recibió mi dedo para de nuevo dejarlo limpio.
– Bueno, pero solo porque me gusta mucho cuando me lo metes por la colita y comerme tu lechita- Me respondió, y entonces le dí un beso en los labios y me levanté para cambiarme. Me apresuré y en cinco minutos me despedí de mi niño con un beso más y apreté por última vez en el día su culito para salir con cuidado de su casa y regresar a la mía. Llegué a mi casa con tiempo suficiente para bañarme, mi hermano se alistaba en su cuarto y no se dió cuenta de cuando llegué, así que más tarde llegó mamá y el resto de la noche se nos pasó rápido en pasear y comer.
Exitante como siempre… Ya habemos varios desesperados porque Mario entre al juego. Esperaré tu próximo relato <3
A éstas alturas esperaba que ya se diera por entendido que eso jamás va a suceder.
Por algún motivo la página esta vez no me respetó la separación de párrafos. Espero que no entorpezca la lectura.
Este maricon frustrado y sus fantasías !!
buen relato amigo sigue contando.. 🙂 😉 🙂 😉
uffff 🤤🔥🔥
buenísimo como siempre
Excelente relato amigo y cuando uno se extasea así de esa manera no se puede parar en pleno acto
Sigue contando mas amigo
Me gustaría compartiera el link de tu relato anterior para leerlos este me provoco dos pajas interminables