Mi ahijado, mi compadre y yo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por robertojrz.
La reunión con mi compadre fue agradable y amena como siempre.
Ese fin de semana yo estaría solo ofrecí que mi casa para juntarnos a ver el box y beber unas cervezas.
La comadre sabe que somos de carrera larga y pensando en la seguridad de su marido le pidió que se quedara a dormir en mi casa aprovechando que mi esposa e hijos estaban fuera de la ciudad.
Claro que no iba a dejarlo ir solo así que lo mandó con candado, como luego decimos.
Mi ahijado lo acompañaba aunque no se veía del todo contento con el verse arrastrado a la reunión, al fin de cuenta mis hijos no estarían en casa, y con sus 14 años no tenía ni mucho interés en el box ni mucho menos en estar platicando con nosotros.
La velada fue de lo más normal, mi ahijado se fue al cuarto de mis hijos a jugas con la PlayStation mientras su padre y yo veíamos el box.
Las latas vacías se fueron acumulando y las vejigas llenándose.
En una de mis idas al baño entré y deje la puerta abierta mientras orinaba, al fin de cuentas habíamos puros hombres en casa.
Estaba yo lo mas concentrado en el abundante chorro y sosteniéndome de la pared ya que ya me sentía bastante mareado cuando vi que mi ahijado se paraba en la puerta.
—Perdón padrino, no vi que estaba aquí.
Se dispuso a marchar pero lo detuve:
—¿También vas a mear? Ya voy a terminar.
Estaba expulsando los últimos chorros y procedí a sacudírmela.
Soy sincero al decir que lo hice sin ninguna malicia, como cuando vas a un baño público y no te fijas en si hay alguien más a un lado, tú vas a lo que vas.
Pero entonces me di cuenta que mi ahijado no quitaba la vista de mi reata.
Estaba el tan concentrado viéndola que ni siquiera se dio cuenta de que yo lo estaba observado.
Le di a la verga unas sacudidas más de las necesarias y me la guardé.
Ni siquiera esto logró romper el encanto en el q había caído el chico, seguía con la mirada fija en mi paquete mientras yo estiraba la mano para jalar la cadena del retrete.
—Dale pues, ahijado, que ya te has de estar meando.
Con un respingo el chico salió de su ensimismamiento.
—¿Ah?, oh, si, gracias padrino.
Cruce la puerta y pasé por un lado de el.
En ese momento deje pasar el asunto y volví con mi compadre para seguir con el box y la cerveza.
Minutos más tarde, la naturaleza volvió a llamar.
Fui al baño y al pasar por el cuarto de mis hijos donde el ahijado seguía jugando me di cuenta de que el había dejado de jugar cuando me vio pasar.
Caminé al baño y nuevamente deje la puerta abierta.
A penas me había sacado la verga cuando mi ahijado ya estaba nuevamente en la puerta.
—Perdón, padrino.
—Ah que ahijado tan meon—dije burlonamente—¿no se estará tomando unas cervezas a escondidas?
—No padrino, mi papá no me deja tomar, pero estoy tomando mucha agua de Jamaica que había en el refir.
Decía esto mientras yo comenzaba a soltar mi copioso chorro y el nuevamente se perdió en la contemplación de mi reata.
—Pues si ya te anda mucho suelta el chorro de una vez.
—No padrino, mejor me espero.
Yo me di cuenta de que se le estaba moviendo el bulto, por lo q era obvio que había empezado a erectarse y no quería que lo descubriera.
Termine de mear, me la sacudí y nuevamente lo hice mas de las veces necesarias.
La manera en que el chico me veía me empezó a excitar y sentí que la verga se comenzaba a hinchar.
—Se le van a salir los ojos, ahijado—dije burlonamente mientras me la guardaba, con algo de dificultad ya que se había puesto un poco dura.
—Que pues padrino.
—Yo nomas decía—le dije saliendo y pasando por un lado de el.
El box terminó y era bien pasada de la media noche.
Entre lata y lata de cerveza platicábamos mi compadre y yo cuando el ahijado paso para ir a la cocina a dejar el vaso y el plato en el que había estado comiendo botana mientras jugaba.
Me di cuenta de que se me quedaba viendo mientras dejaba las cosas y hacia el tonto en la cocina.
Yo seguía platicando con el compare pero sutilmente me lleve la mano a la entre pierna y comencé a acariciarme el paquete cosa q noté q no pasó desapercibida por el ahijado.
Esto duró unos minutos hasta q mi compadre le dijo que ya era tarde y q era mejor q se fuera a dormir.
El trató de alegar que no tenía sueño pero su padre no aceptó su negativa.
Visiblemente decepcionado el chico se fue al cuarto de mis hijos donde iba a dormir.
—Manuelito ya esta grandecito, compadre—le dije después de que el chico se hubo marchado.
—Si, ya cumplió los catorce, lo puede creer.
Si parece q fue ayer cuando se lo pasé para que lo cargara y lo bautizara.
—Que rápido se va el tiempo.
—Si.
—¿Y que? Ya anda de noviero, ha de ser igual de carbón que su papá—dije con algo de sorna.
—Pues quien sabe, compadre.
Es algo reservado con esas cosas.
—Pues esta guapillo, si debe traer a unas cuantas detrás de el.
—No lo dudo, si ha llevado algunas amigas a la casa, aun q aun no nos ha presentado a ninguna como novia o algo parecido.
No se si fue el alcohol o si lo hice con toda la intención de encausar el tema pero dije:
—O en una de esas tiene novio….
Digo ya se usa también eso—y reí.
—Que pues, compadre.
—Yo nomas decía, digo no tiene nada de malo ¿no? ¿A poco si se encabronaria si le sale puto?
—No, pues la verdad nunca he pensado en eso.
No creo.
—Pues quien sabe… —Dije con intención para después darle un trago a la cerveza.
—Ah cabron, pues que sabe, compadre, no me asuste.
—No nada, compadre… solo que…
—Que, compadre, ya no se ande con mamadas.
—No compadre, a lo mejor son ideas mías pero es q hace rato que fui a mear, pues el Miguelito entro y me vio meando.
—Y eso que, ni que usted no hubiera visto a un güey meando en un baño.
—No pues si, pero lo que no hago es quedarme viéndole la reata.
—No chingue compare.
—Nomas le digo lo que pasó.
—Bueno pues curiosidad, morbo de chamaco.
—Si eso pensé, pero…
—¿Pero que, cabron?
—Pues después volví a ir y el ahijado volvió a entrar al baño.
Digo la primera vez como quiera fue por casualidad, pero ya sería mucha casualidad que se le antojara ir al baño otra vez cuando yo estoy ahí ¿no?
—Pues eso puede pasar.
—Pero que se quedara otra vez ahí parado viéndome mear…
—Ya hombre, es cosa de chamacos.
Esta en la edad de la curiosidad, del morbo.
—Pues puede que si… o puede que…
—Ya cabron, no mame.
Me reí estrepitosamente.
—No aguanta nada, compadre.
Ya sabe q es puro desmadre.
Seguimos tomando y platicando, aunque en un principio noté que el compadre estaba sacado de onda.
Pasadas las tres de la madrugada decidimos que era hora de irnos a dormir.
Yo dormiría en mi recamara y él se fue a la recamara de mis hijos donde el ahijado dormía en una de las camas y el dormiría en la otra.
Como de costumbre me acosté a dormir en bóxer solo cubierto con una sabana.
No se cuanto tiempo pasó pero empecé a sentir una mano rosándome el bulto.
Sin hacer movimiento brusco entreabrí los ojos y vi lo que esperaba: era mi ahijado sobándome muy suavemente el paquete.
Se le notaba nervioso y temeroso de que yo despertara, pero también era evidente su excitación.
Me quede quieto y lo deje seguir.
El seguía pasando su mano cada vez con mas seguridad, creyendo que estaba lo suficientemente borracho para no despertar.
En un momento me acomode como si continuara dormido quedando con las piernas abiertas para dejarle mayor libertad para tocarme.
Él sin perder tiempo aprovechó inmediatamente.
Sentí la calides de su mano cuando la metió por la abertura del bóxer y me empezó a sobar los huevos y la verga que sin proponérmelo comenzaba a ponerse dura.
El se dio cuenta y me la sacó antes de que terminara de crecer y fuera a ser más difícil sacarla.
Tan pronto como tuvo mi verga fuera del bóxer, la peló, descubriendo la cabeza y el muy putito se acercó para olerla y al parecer lo que olio le encantó por que sin perder mas tiempo se la llevó a la boca.
Mientras comenzaba a chuparla y mi verga seguía creciendo, lentamente movi mi mano para q no se diera cuenta, hasta que la pose en su nuca para detenerlo ahí.
Como supuse, al sentir mi mano trató de levantarse pero yo hice presión para que no se sacara la verga de la boca.
—Shh… no pasa nada, nomas no hagas ruido para que no se vaya a despertar tu papá.
Entonces un carraspeo nos hizo voltear a la puerta.
Ahí estaba parado el compadre, vistiendo también solo con unos boxers.
Sin quitar la mano de la cabeza de su hijo solo atiné a decir:
—Se lo dije, compadre.
Mientras el chico trataba de apartarse seguramente temeroso de la reacción de su padre.
El compadre no dijo nada, se dio la vuelta pero noté que se iba agarrando el paquete sobre el bóxer.
El chico finalmente logro zafarse de mi mano y se empezó a levantar.
Note que había empezado a sollozar.
—Tranquilo, Miguel.
No pasa nada.
Mira ven, tu síguele.
—Pero mi papá… se va a enojar… me va a pegar…
—No, yo se lo q te digo.
Siguele—Tomé su mano para hacerlo hincar nuevamente y luego con mi mano guié su cabeza a mi verga, ya completamente erecta—síguela chupando que lo estabas haciendo muy bien.
—Pero mi papá…
—Tu papá….
Tu papá ya esta aquí.
El compadre ya había vuelto.
Estaba de pie en la puerta, ahora completamente desnudo y con la verga dura apuntando hacia nosotros.
—Ay compadre—le dije—viera que bueno para chupar verga salió el ahijado.
El compadre había comenzado a jalarse la verga mientras veía como su hijo, cada vez mas despreocupado seguía chupándome la verga.
El compadre busco el interruptor de la luz y la prendió ahora viendo claramente como su hijo trataba de meterse toda mi verga en la boca.
Yo ya había soltado su cabeza y puesto mis manos detrás de mi nuca, disfrutando a mis anchas de esa rica mamada.
Miguel se saco la verga de la boca pero sin soltarla con su mano y volteo a ver a su papá q seguía de pie, con la verga visiblemente dura en la mano.
Su padre no dijo nada, solo con un movimiento de cabeza le indicó que siguiera chupando, a lo que el obediente hijo no puso peros, ahora completamente tranquilo al ver que tenia toda la autorización de su padre.
Esto fue suficiente para que el chico comenzara a hacer mas, ya no solo me chupaba la verga, ahora también me lamia los huevos mientras con la mano me jalaba la verga o la pasaba por la cabeza.
Para mi la señal de mi comadre también dio pie a que me dejara llevara mas.
Comencé a gemir y a hablar.
—Uff, Miguelito que bien lo haces….
Asi….
Asiiiiii….
Todaaaa, cómetela toda.
Mmmmm siii, los huevos, chúpame los huevos.
Ohhh compadre que rico la mama el ahijado.
El compadre lentamente había ido avanzando, con la verga en la mano, hasta q quedo al otro lado de su hijo y se sentó en el borde de la cama.
No decía nada, solo observaba atentamente, se notaba que había una lucha interna que finalmente perdió.
Tomó a su hijo del cabello y sin ser muy duro lo separó de mi verga y lo llevó hacia la suya.
Tanto a mi ahijado como a mi nos tomó por sorpresa.
Supuse que el solo nos veria mientras se la jalaba pero por el contrario ahora estaba viendo como mi compadre guiaba la cabeza de si hijo para q le chupara la verga.
Eso me puso aun mas caliente.
Por su parte mi ahijado reacciono mas que bien a la situación.
Si conmigo había sido complaciente, con su padre perdió completamente el control.
Antes había estado completamente en silencio y los únicos ruidos que hacia eran los que se producían por la succión de su mamada, pero ahora… ahora gemía, gemía cada vez que podía tomar aire, gemia con cada lengüetazo que le daba a los huevos de su padre, gemia cada vez que el tomaba su cabeza y lo hacia tragar su verga hasta el fondo.
Yo que había estado acostado todo el tiempo, me levante y me senté al borde de la cama de tal manera que quede a un lado de mi compadre.
—Hey, ahijadito, no se olvide se su padrino.
—No padrino.
Se hizo a un lado y comenzó a chupármela mientras seguía jalando la verga de su padre, y así comenzó a alternar entre una y otra.
No se cuanto tiempo paso, pero debió ser bastante, y ya sea por que alternaba entre uno y otro o por que aun estábamos algo borrachos pero la luz empezó a clarear.
El ahijado parecía no cansarse de estar ahí hincado y no dejaba de gemir.
Mi compadre había permanecido relativamente silencioso, solo gemía mientras yo de vez en cuando decía cosas como: ooh siii ahijado chupala, siii asi commetela toda, ahora la de tu papá, q rico se la chupas, lámele los huevos, ahora a mi, no pares, oh compadre que mamador nos salió el ahijadito.
Yo notaba que esto excitaba mas a mi compadre, que ya sea por pudor o por vergüenza no se atrevía decir nada pero cada vez que me escuchaba decir algo el respondía con un gemido mas sonoro.
—Tendriamos que darle ya su lechita al ahijado, compadre, mire que ni ha dormido el pobre por estar chupando como putito.
¿Quieres lechita ahijadito?
El respondió asintiendo sin querer sacarse la verga de su padre de la boca.
—Pidela, pídele leche a tu papá.
Dile como la quieres.
—Si papi, dame lechita, lléname la boca.
Esto fue mas de lo que puedo aguantar mi compadre, en un orgasmo que lo tomó tan repentinamente a el como a su hijo, comenzó a gemir y retorcerse mientras la leche comenzaba a llenar la boca de si hijo.
Por su parte mi ahijado trato de no dejar ir nada, pero a razón de decir la verdad, fue una venida monumental y no era para menos, el chico había estado estimulándonos durante casi dos horas, así q tanto su padre como yo teníamos los huevos listos para reventar.
Ver como el semen le escurría por la boca y como no paraba de chupar como si quisiera sacar hasta la ultima gota y como a mi compadre le temblaban las piernas cada vez que su gloton hijo se volvia meter la verga entera, me puso al borde.
—¡Aquí te va la mia!—Grité y rápido como un gato el ahijado se volteó para recibir con la boca abierta el primer chorro que salía disparado de mi verga.
Y como hizo con su padre siguió chupando haciéndome temblar.
Mientras con su mano acariciaba los huevos de su padre.
La verga de el ya había perdido la erección y vi como retiró la mano de su hijo y pude notar en su rostro una expresión de aturdimiento, entonces me di cuenta q era momento de parar.
Con algo de esfuerzo aparte a mi ahijado de mi verga.
El chico glotonamente se relamía los labios y con los dedos recogía el semen que estaba fuera de sus labios para llevársela a la boca.
—¡Ya Miguel!—le dijo mi compadre.
El chico dio un respingo y se puso de pie.
Yo con voz mas tranquila le pedí que fuera a darse un baño.
El chico se fue con cara de confusión.
Pude notar como tu ropa interior tenia una amplia mancha de humedad.
Era mas que evidente que se había venido abundantemente mientras tragaba nuestra leche.
—¿Qué hicimos, cabron?—dijo apesadumbrado mi compadre cuando el chico nos dejó solos.
—Ya paso compadre, pues ni pedo ¿no?
—Claro lo dices fácil por que no fue tu hijo… ¡No chingues cabron, acabaos de llenarle la boca de mecos a mi hijo!
—Pero el quería, tu viste que quería.
No te diste cuenta como iba todo chorreado.
El Cabroncito se vino mas que los dos juntos nomas con estárnosla chupando.
—¿Cómo voy a verlo a los ojos ahora?
—Pues normal güey, no dejes q esto afecte su relación.
—Tu lo dices fácil, no es tu hijo.
—Cabron, te voy a decir algo, por que creo q con esto no nos queda mas que confiar el uno en el otro.
—Dime.
—Mi hijo Fernando también me la chupa.
—No te creo, lo dices solo para hacerme sentir mejor.
—Es verdad, lo hace desde hace unos 6 meses, un día lo encontré en mi cuarto oliendo los calzones que me había quitado para meterme a bañar.
Primero me saque de onda pero comenzamos a hablara sobre sus inquietudes y aun q ese día no paso nada, en cuanto nos quedamos solos otro día… pues pasó lo q tenia q pasar.
¿Por qué crees que noté al ahijado? Cuando me vio en el baño me miro con los mismos ojos con los que me miró Fernando .
—¿No me estas mintiendo?
—Claro que no, ahora lo q tienes q hacer es ir con Miguel y hablar con el.
Debe estar muy asustado por como te pusiste al final.
Habla con el, hazlo sentir en confianza y si lo deciden lleguen al acuerdo de que no volverá a pasar.
Pero no vayas a perder tu relación con el.
—Tienes razón.
Mi compadre se levantó, caminó hacia la puerta y dijo:
—Oye compadre, ¿y que tal la mama Fernando?
—De puta madre, compadre, ¡de puta madre!
Mi compadre se fue riendo al baño donde estuvieron un buen rato.
No los quise interrumpir, tenían mucho de q hablar.
Al final salieron, bien bañados y tranquilos.
Dijeron que ya se irían a dormir, después de todo prácticamente no habíamos dormido nada.
Yo también me di un baño y después de salir pasé por la recamara donde los vi ya dormidos.
Pensé que los encontraría dormidos juntos pero cada uno había tomado una de las camas.
Yo seguí a mi recamara donde me quede profundamente dormido.
Al la mañana siguiente no se comentó nada de lo corrido, pero dado que Miguel se veía muy tranquilo supuse que el y su padre habían quedado en buenos términos.
Eso me hizo sentir bien.
Después de desayunar se prepararon para marchar y con el chico ya en el coche mientras nos despedíamos solo entonces mi compadre dijo:
—Oye… pues a ver que día te pasas con Fernando por la casa ¿no? Digo, habrá que probar si de verdad la mama tan de puta madre como dices.
Yo reí.
—Desde luego que si.
A el le va a encantar la idea.
Nos despedimos con un abrazo.
que gusto que se hayan recuperado mis relatos del sitio.
Espero seguir publicando aquí.
También pueden ver mas relatos en mi blog:
https://paroxismosexual.blogspot.com