Mi alumno Álex 2
Me había quedado con ganas de follar a Álex ayer, pero esperaría ansioso su culo..
Desperté por la mañana recordando el día anterior que me coji a Alex, esperaba verlo pronto. Me levanté a lavar mis dientes y viendo en el espejo mis ojos verdes notando que estaban algo rojos; me metí a darme un baño en la regadera, pasando el agua por mi cuerpo tonificado. Inevitablemente se me puso dura al recordar las deliciosas nalgas de mi alumno, así como su apretado ano. Me empecé a masturbar recordando la primera vez que me coji a uno de mis alumnos:
En ese entonces tenía 28 años, un poco más delgado. Había entrado a la preparatoria a dar clases de matemáticas, recuerdo bien que aún seguía en España y sin esposa aún.
Cuando entre al salón del primer semestre noté a varios chicos muy guapos, estaban nerviosos por su primer día en el colegio. Unas dos semanas después me encontraba pasando por fuera del salón llendo al baño pero noté como había un alumno sentado sólo ahí en su bucata; los demás habían ido a la sala de proyección para ver un vídeo o algo así. Entre viendo al chico: era un poco bajo de estatura, cabello rizado de arriba y los lados con la parte de atrás a raz. Tenía unos ojos muy bonitos de color café claros con pestañas largas y rizadas.
– Hey William! Que haces aquí solo? Tus compañeros fueron a ver una película no? Porque no fuiste?_ dije parandome frente a él, casi encimando mi paquete sobre la mesa de su silla; él lo noto pero rápidamente volteó a ver por la ventana.
– No tenía ganas de verla_ dijo en voz baja, ya antes e visto como sus compañeros lo excluian por ser tan callado. Sonreí al tener una idea.
– Bueno entonces ayúdame a acomodar algunas cosas en la biblioteca, si alguien te ve aquí estarás en problemas_ dije ansioso, William se levantó aún sin decir nada; era muy tímido al parecer, caminamos por los salones bajando unos escalones y subiendo de nuevo por otros más empinados pasando por las aulas del tercer año, luego el laboratorio y finalmente la biblioteca. Estaba vacía ya que yo había cerrado desde hace rato, le abrí la puerta al chico viendo sus ricas nalgas al pasar. El uniforme guinda le quedaba muy bien, el pantalón gris oscuro se pegaba a sus nalgas y piernas.
Entramos y deje mi portafolio en la mesa, el menor veía la gran sala y a la izquierda los estantes de libros.
– Bueno y que haré? En que le ayudó profe?_ me dijo viéndome, me llegaba a la altura del pecho.
– Busca los estantes correctos de esos libros_ dije señalando la mesa donde estaban unos veinte libros, los cuales habían dejado los alumnos de la mañana.
Él no dijo nada sólo empezó a hacerlo, yo salí llendo al baño a orinar; estaban a un lado de la biblioteca. Al terminar me acaricie la verga y huevos saliendo sin lavar mis manos, al entrar de nuevo a la biblioteca cerré la puerta con seguro y me acerqué a William.
– Oye, tienes algo en la cara_ dije acercandome a él y antes que dijera algo le acaricie su labio así como cerca de sus fosas nasales; vi como se puso nervioso, no estaba seguro si pudo oler el olor de mi verga en mis dedos pero me gusto tocar esos labios gruesos y rosas que tenía.
– Listo_ dije sentándome a un lado viendo como siguió en lo suyo, no podía despegar ni mirada de sus nalgas y espalda; creo que lo notó porque no intente disimular siquiera.
Me acariciaba la verga sin importar qué estuviera él frente a mi, de vez en cuando me miraba disimuladamente; yo sonreí viendo que no le molestaba, me levanté con la verga algo marcada sobre mi pantalón y me puse tras él fingiendo que le ayuda a alcanzar un estante más alto y pegando mi cuerpo al suyo: mi pene se froto contra su espalda.
– Te gusta?_ le dije en voz baja tomandolo por la cintura; él se quedó quieto, se volteó viéndome a los ojos y con una mano tomando mi bulto suavemente, yo le sonreí pasando mi mano por su mejilla y metiendo un dedo en su boca; seguramente saboreo el sabor de mi verga en ellos.
– Cierra las cortinas_ dije separándome y sentándome en la silla de antes, como no había gente y la biblioteca estaba algo retirada de los salones me parecía el lugar perfecto para culear a mi alumno. Él obedeció con la verga marcada en el pantalón igual que yo, una vez quedamos casi a oscuras se acercó. Me quite la camisa y corbata.
– Adelante.. Ya te han cojido?_ pregunte abriendo las piernas, el se inclinó quedando de cuclillas entre ellas, se veía muy tierno con las manos temblando.
– No.. bueno algo así_ dijo abriendo mi pantalón, yo lo ayude levantando mi cadera; veía mi verga ya completamente dura a través de mi calzón blanco. Parecía sorprendido por lo grande.
– A que te refieres_ dije serio, me gustaba desvirgar a los chavales como él; ya antes folle a un par y una chiquilla.
– Sólo e mamado una verga antes_ dijo sacando suavemente mi verga; yo me levanté un poco para bajar completamente mi ropa quedando desnudo ante él: me senté nuevamente con las piernas abiertas y con la verga pegada a mi estómago; tenía los bellos pubicos en abundancia resaltando mi piel blanca. William la acarició y se acercó a chupar despacio metiendo casi la mitad, me sorprendí porque parecía saber que hacer lo que hacía.
– Quítate la ropa para mi.. es lo justo no?_ dije tomando su cabello rizado, acercandome para besar sus labios rosas, su boca era dulce; metí mi lengua saboreando la suya. Al separarnos; William se paró y se quito el suéter junto con la playera, luego fue bajando su pantalón quedando en calzoncillos frente a mí. Me levanté pasando mis grandes manos por su abdomen delgado hasta las piernas: William me abrazaba del cuello, lo alce de las piernas y cargandolo de nuevo hacia la silla: quedando él sobre mis piernas con las suyas a mis lados. Volví a besarlo metiendo mi mano por su calzón tocando las nalgas suaves y metiendo mi dedo por su abertura tratando de tocar su entrada.
– Estas listo William? Seré el primero en meterte el pito por tu culito_ dije lamiendo su cuello, oyendo sus gemidos suaves.
– Aa profe.. No se si aguante.. la tiene muy grande_ dijo temblando. Yo sonreí dando besos cortos en sus labios, tenía los ojos cafés entre cerrados.
– Ya verás que si.. sólo no grites, te daré verga de ahora en adelante_ dije apartandolo, le baje el calzón viendo su pene erecto y le di la vuelta; tenía unas nalgas hermosas con un lunar a un costado. Me levanté y lo empine sobre la mesa de a lado, con las piernas abiertas.
– Que rico ano tienes William, esta todo apretado como me gustan_ dije abriendo las nalgas redondas viendo ese círculo completamente lampiño cerrar al verme.
– aaa aaa aaaaaaa
Oía sus suspiros al pasar mi lengua por la entrada de mi alumno, sintiendo sus contracciones al sentir mi lengua pasar. Di nalgadas en su culo y mordia suavemente, William se apoyaba de sus codos cerrando los ojos. Me paré frotando mi verga entre sus nalgas y pegando mi pecho a su pequeña espalda; besando su cuello y hombros.
– Ya te la voy a meter, disfruta de mi verga William_ dije jalando su cabello con fuerza y metiendo mi lengua en su pequeña boca.
– Mm no me va a preparar? Me dolerá mucho_ dijo nervioso, le pase un libro de la mesa que estaba cerca.
– Muerde esto para que no grites, te voy a cojer despacio_ dije viendo como tomaba el libro y lo mordia por la parte trasera. Me separe escupiendo saliva en ese rico oyito, e igual en mi falo duro que ya dolía ansioso por partir ese culo.
Tomé una de las nalgas de William y la otra tomé mis 23 centímetros colocando la cabeza en el ano del chico, empuje escuchando los quejidos de dolor del rizado, la cabeza entró con algo de dificultad. Fue cuando tomé con ambas manos los hombros de William empujando hacia mi verga y yo hacía esas nalgas pequeñas pero redondas.
Mi pito se fue deslizando poco a poco en ese apretado ano, no veía la cara de William pero sabía que le dolía bastante. Con un último empujón se la di completa, suspire disfrutando el caliente interior de mi alumno; lo alce poniendo ahora sus piernas sobre la mesa quedando dobladas como si fuera una pequeña rana, me encantaba la imagen.
– Ya la tienes dentro William, no estás feliz? Te gusta mi verga no es así?_ dije dando suaves embestidas para que se acostumbrara.
No me contestó sólo en quejidos de dolor, me incline quitando el libro de su boca y lamiendo sus labios y hurgando con mi lengua su interior. William se quejaba aún con mi lengua en su boca, unos minutos después me separe.
– Ya te voy a follar_ dije tomando su cintura sacando casi por completo sólo dejando la punta dentro y metiendo igual de lento, su ano se acoplaba cada que metía mi grueso pene. Me detuve escupiendo más saliva y ahora dando fuertes golpes contra sus nalgas, él gemia tratando de no gritar. Noté que ya le gustaba al aventar su culo contra mi verga, yo sonreí igual dando más fuerte.
La mesa rechinaba y chocaba contra la pared, ya mi frente sudaba un poco por la excitación, lo baje cargandolo y llevándolo con migo hacia la silla de antes aún unidos.
Me senté ligeramente recostado con William sobre mí; con su espalda pegada a mi pecho, apoyando sus pies en mis piernas velludas y sus manos agarrándose de mis antebrazos.
– Listo?..
– aaa si’i, follame profe Alberto_ dijo agitado, yo reí sujetando sus nalgas abriendo para mi verga, lo alce empezando a meter rápidamente contra él; en momentos lo hacía dar saltos cayendo sobre mi pito. Su culo ya se comía sin problemas los 23 centímetros aunque aún sentía como apretaba con fuerza.
– Que se siente William? Aa! Por fin sientes lo que es un hombre_ dije acariciando su verga, nos detuvimos un momento recuperado la respiración.
– Aaa me.. Me encanta, se siente muy rico profe..
– Puedes buscarme por más cuando quieras, tu culo está exquisito_ dije lamiendo su oreja, tomando entre mis dedos sus rizos, me veía de reojo con los labios rojos y húmedos.
– Has probado la leche de un hombre antes?..
-No.. aún no.
– La próxima vez te la daré en la boca; porque ahora quiero desvirgarte como se debe: te llevaré el culito_ dije apartandolo, le comí la boca unos momentos y luego lo recoste sobre la silla con las piernas abiertas contra su estómago dejando su ano a mi disposición. Tomé mi verga inclinadome para meter suavemente; penetrando esas nalgas y viendo su expresión: entre dolor y placer.
– aaa
– Ufff que delicia, este culo nació para comer verga_ dije apoyándome con las manos de la silla y empezando a meter rápidamente follando a mi alumno.
Me detuve sacando mi miembro, viendo su ano cerrarse; escupi saliva en el, con la punta metía y sacaba viendo su oyito volver a cerrarse al sacarla: di unas cinco punteadas sonriendo al chaval.
– Más te vale no darle el culo a nadie más o ya te enteraras_ dije serio, el solo asintió nervioso. Seguí cojiendo ese pequeño cuerpo oyendo sus gemidos, sentía cerca el final así que di fuertes metidas para finalmente correrme con intensidad dentro de su culito, llenandolo por completo.
– aaa! Aaaaaaa!
– Aa aa toma tu leche_ dije clavandolo por completo. Mi frente sudaba y mi respiración estaba agitada, le escupi en la boca a William viendo que se tratara mi saliva; luego salí de él y se sentó limpiando su propio sudor; lo bese quedando de cuclillas entre sus piernas; ambos desnudos.
– Creo que ya es hora de irnos, si quieres repetir será mejor que esto quedé entre los dos_ dije separándome, vi sus ojos grandes verme apenado.
– Si profe_ dijo despacio. Ambos nos vestimos, todo el tiempo no perdí de vista su cuerpo delgado; al terminar limpié lo que pudiera delatarnos. Abrí las persianas y salimos como si nada, a unos metros habían dos chavales platicando y al vernos los vi susurrando pero no le di importancia. William se quedó esperando sin saber si podia irse o no.
– Gracias por ayudarme, ve a tu salón William_ dije guiñando un ojo sonriendo. Él asintió nervioso y se fue, lo vi irse apreciando esas nalgas esponjosas..
Después de eso me lo estuve cojiendo en las salas de cómputo o la biblioteca cuando le pedía que faltara a clases para poder follar a gusto. A veces lo obligaba a quedarse los fines de semana en mi casa. William fue tomando más confianza en clase y se convirtió en un muchacho popular; sólo dándome ese culito a mí..
.
Me vine recordando aquello, soltando chorros de semen que se perdían con el agua de la regadera. Al terminar me seque y me vestí con un pants gris con negro de los lados y una camiseta, desayune y salí entrando a mi auto. Estaba molesto que Álex no me hubiera llamado aún, salí de mi casa para ver si podía cojer algún chaval: o morrito como dicen aquí en México. Unos minutos después disminui la velocidad viendo a un par caminando por la acera, me acerqué quedando a su lado; ambos me vieron.
– Alex, como te va? Es tu hermano?_ dije con una sonrisa, efectivamente era mi alumno favorito actualmente; caminando junto a otro menor que parecía más joven que él: muy similares sólo que el otro tenía el cabello rapado casi a raz y una línea rasurada por un lado de la frente. Alex se veía nervioso, pero finalmente respondió.
– Buenos días profe, si; el es mi hermano Dani, ya nos tenemos que ir_ dijo caminando, yo me moleste pero los seguí de cerca; su hermano me vio con curiosidad.
– No quieren que los lleve? Apenas iba a un lugar para tomar unas cervezas_ dije viendo al menor que pareció interesarse, tenía unos 14 o 15 años.
– Si! Vamos Álex; no seas mamon_ dijo Dani dando un golpe al hombro de su hermano mayor; yo reí al verlos. Alex pareció dudar pero se acercó entrando a la parte trasera, vi a Dani querer entrar con él pero se me ocurrió una idea.
– Porque no vienes adelante? O te regañan_ dije con burla para provocarle, el chico se vio ofendido así que se sentó junto a mí.
– Y a donde vamos? Es el maestro de mi hermano?_ dijo Dani a mi lado, vi su cuerpo rápidamente antes de conducir. Tenía un pantalón de mezclilla con la parte de las rodillas rasgado y una playera naranja. Tenía cuerpo ligeramente tonificado. Álex me veía intuyendo mis intenciones, le sonreí por el retrovisor.
– Iremos al risco que está fuera de la ciudad, tu tomas?
– Si, bueno sólo en ocasiones porque mis padres no me dan permiso.
Seguimos hablando y en ocasiones Alex igual, aunque noté que se molestó; seguramente ya sabía que me follaria a ambos al llegar. En el camino me bajé a comprar dos six de cervezas, y llendo rápidamente hacia el lugar que dije antes..
como sigue