Mi alumno Alex 6
¿Que puedo decir? Me gusta sentir el corazón agitado de aquellos que estoy por cojer. Ése sería Gordy..
Las luces se habían apagado desde hace un par de horas y yo seguía sin poder dormir.
La noche pasó con normalidad, algo decepcionante pues había querido pasar un buen rato como antes de que Braulio trajera a su hijo. En todo el rato estuvieron Gordy y Daniel jugando como era de suponer para un par de niños. Pero yo seguía bastante caliente con lo que Braulio me había contado:
Aparentemente Daniel era igual de mariconcito que Gordy; pero la diferencia era que no tenía intención en darle el culo a cualquiera. Pues mi amigo me contó que su mocoso quería ser penetrado únicamente por él; ósea su padre.
Giré nuevamente en mi cama, me encontraba casi desnudo a excepción de mi ropa interior. Braulio dormía en la sala, en el sofá de ahí. Los niños en la habitación se huéspedes; y por el silencio suponía que dormían.
Tenía la verga dura y caliente recordando el culo blanco y suave de Gordy, me encantó meterle la verga al carajillo. Pocas veces me había venido de esa forma tan rica.
Me quité el calzoncillo por completo, necesitaba jalarmela o no podría dormir. Comencé a bajar y subir despacio, mi verga estaba caliente y ya húmeda del glande. Gracias a la oscuridad pude formar la imagen de Gordy jadeando con esos labios rojos, al tiempo en que su tierno hoyo se abría.
Al poco tiempo tenía la frente sudando, y mis bolas se agitaban por el movimiento. Inconscientemente subía las caderas como si estuviera follando.
— ¡aaaa aaa aa!— mi voz se oyó con un poco de fuerza, todavía no me venía pero lo estaba disfrutando mucho. Escupi mi mano para lubricar mi pene, estaba por correrme.
Mi mano se llenó de semen caliente mientras trataba de no gruñir con demasiada fuerza. Aún cuando había parado estuve acariciando mi polla que volvía a la normalidad, igual que mis genitales recién rasurados.
Me levanté todavía desnudo y con ganas de correrme otra vez, en el pasillo la oscuridad y el silencio me permitieron caminar sin ser visto aunque me daría igual si sucedía.
Abrí la puerta de la habitación donde dormían los chavales, las cortinas estaban cerradas por lo que fue difícil ver el interior. Me acerqué a la cama, ahí dormía Daniel boca arriba con los brazos y piernas extendidas. Gordy permanecía boca abajo cubierto por la manta. Me agache para poder oler su cabello, olía a shampoo; luego le di un peso en su cuello blanco haciendo que se moviera un poco sin despertarse.
Con cuidado tomé la manta y fui descubriendo su cuerpo, él también tenía únicamente un calzoncillo ajustado. Recorrí su pequeña espalda con mis dedos, Gordy se removió como si estuviera por despertar pero no sucedió.
Mi polla se puso tiesa por completo al verlo ahí, supongo que no estaba acostumbrado a comer chavales tan tiernos.
Con mi dedo índice presioné uno de sus suaves bombones, deslizando hasta llegar a sus pequeños genitales dentro del calzoncillo.
Escuché a Gordy gemir quedo, su rostro se giró hacia mi. Lo que aproveché; le di un beso en la mejilla y luego otro en sus labios. Empecé a chupar sus labios delicadamente mientras mi dedo hacía presión entre sus pequeñas nalgas.
«¿Papá?»
Murmuró abriendo los ojos ligeramente, era seguro que no recordaba donde estaba. Le pasé mi lengua por los labios y luego atrape su oreja con mis dientes sin hacerle daño.
— No hables— le pedí en voz baja y tocando su suave culo apretando con fuerza.
Gordy apretaba las sábanas sintiendo como mi mano se metía en su calzoncillo, tocando su piel delicada. Llegué a tocar su ano, intentando meterlo pero el cabron apretaba. Bajé mis dedos hasta tocar la piel de su escroto pellizcando inofensivamente.
— mmm— el niño se quejó un poco, pero abriendo las piernas más de lo que ya.
— ¿Quieres que te coja aquí? O te llevo a mi cuarto— volví a hablar cerca de él, a su lado Daniel permanecía ignorante a lo que hacíamos.
— No sé— respondió indeciso, probablemente seguía con sueño pero yo pensaba meterle mi pene nuevamente.
Lo hice dar vuelta, quedando boca arriba y sin cuidado le quité el calzón; su pija lampiña estaba un poco dura. Pasé sus piernas a los lados de mi cara y me dispuse a lamer los lados de ese lugar; luego lamí en repetidas ocasiones sus genitales y pene. Gordy hacia ruidos como si aguantara el llanto.
— Déjame comerte el ano otra vez— dije alzando su cadera, metiendo mi cara por completo como un desesperado. Alcancé su arrugado oyito con mi lengua larga, lamiendo como si fuera de miel.
— … aaa— Gordy jaló mi cabello intentando separarme pero no lo hice, al contrario me di rienda suelta a comerme ese culo tan delicioso.
Pasó casi diez minutos según yo, cuando lo dejé ir. Gordy se sentó en la cama, parecía asustado de que Daniel se hubiera dado cuenta pero éste seguía dormido como roca.
— ¿Ya estás listo? Quiero venirme al menos dos veces— le avisé tomando mi verga, algunas gotas de lo que había soltado antes caían de la punta.
— .. iré a su cuarto en un rato, debo ir al baño— respondió él, tapando su pequeño pene con una mano. Yo reí un poco.
— allá te espero, sino vendré por ti— le advertí no muy convencido de que decía la verdad, sin esperar su respuesta salí de la habitación hacia la mía.
Me acosté bajo las colchas con mi verga como palo, no me gustaba esperar y menos que me mintieran; por su bien esperaba que no lo hubiese hecho.
Usé las almohadas para quedar medio sentado, bajando y subiendo mi mano por mi verga. Unos pocos minutos después entró Gordy; asomando la cabeza y luego entrando por completo. Vestía su playera y calzoncillos, lo invité a pasar con la mano. Para entonces ya había encendido la lámpara de un lado.
— ¿No nos oirán?— preguntó acercándose, subí la colcha mostrando mi desnudez. Gordy entró despacio, yo me pegué a él frotando mi polla en su pierna.
— No importará, a tu nuevo amigo también le gusta recibir esto— dije, lo besé con gusto; metiendo mi lengua en su boca y tocando todo su estómago, espalda y lo que ya me había mostrado antes. El niño tomó mi gruesa verga con una mano, masajeando lentamente.
— aa— suspiró cuando me separé, era muy bonito el carajillo. Realmente me encantaba.
— ¿Sabes lo que te haré? ¿No? Porque eso decidiste cuando me provocaste desde la ventana— dije quitando su ropa, ahora ambos estábamos desnudos en la cama.
— ¿Me va a coger verdad? Usted me gusta desde hace mucho. Quería esto— dijo Gordy acostandose, tener a un hombre como yo debía intimidar a ese niño delgado y blanco, y yo quería tenerlo para mí.
— Pues ya se cumplió— respondí bajando a lamer su cuello, teniendo cuidado de no aplastarlo. No dejaría marcas para mantener el secreto.
— aaaa aa a— Gordy gemía quedo, podía asegurar que le encantaba. Chupaba la piel de su cuello pasando al lado contrario, esa noche cogería muy rico.
— Date la vuelta; mama mi rabo— dije acostandome, le indiqué la forma en que quería: yo acostado de lado con la cabeza en las almohadas y Gordy invertido, pasé una de sus piernas por debajo de mi nuca, quedando mi cabeza en medio de ellas. El niño no dijo nada, se acomodó para tomar mi larga verga y comenzar a mamar.
El sonido de su boca contra mi pene me prendió más, yo pasé mi brazo por debajo de su cintura y el otro igual; abrazando su cadera pegandolo a mí, podría comerme ese culo blanco sin parar.
No sé cuánto pasó en ese momento, yo disfrutaba lamiendo su ano rosa, mordiendo y chupando sus hermosas nalgas mientras recibía la mamada más rica que recordaba. Gordy parecía aprender con la práctica, haciendo succión en el glande y luego metiendo casi la mitad a su boca caliente.
— ¿Quieres que me venga en tu boca?— pregunté parando un momento.
Gordy también se detuvo.
— Si… si usted quiere— dijo agitado.
— Te estoy preguntando a ti, si quieres mi leche— dije un poco molesto. Gordy pareció asustarse, como si le hubieran regañado por algo malo que hizo.
— Si, me comeré su semen— dijo nervioso.
— Entonces sigue chupando, me falta todavía— le dije regresando a chupar sus piernas, bajando hasta encontrar su pija que comencé a chupar.
Fui sorprendido por la forma repentina en que Gordy comenzó a mamar, metía mi verga casi hasta el fondo aunque tosio pero me encantó. También noté como su mano se pasó a mis duras nalgas, apretando todavía en su labor. Yo había parado para disfrutar de lo que mi verga recibía.
— oh… sabes complacer a un hombre— dije como halago, Gordy realmente se estaba esforzado, tanto que sentí cerca el momento del final— ¿Estás listo? Ya casi llego— dije excitado, mi frente ya estaba un poco húmeda de sudor al igual que mis pectorales. Gordy no respondió, pero mantuvo sus labios alrededor del glande y su mano siguió haciendo la felación.
— mmmmm! Aa! Si!— mi verga saltó varias veces, soltando semen y yo cerré los ojos por todo el placer que me daba el niño con esa boca.
Cuando el último espasmo sucedió, me senté viendo a Gordy lamer los restos de su boca.
— ¿Qué te parece? ¿Te gusta?— pregunté viendo que mi verga estaba un poco roja, goteando levemente.
— Sabe extraño, pero me gustó. ¿Usted a probado?— preguntó Gordy, seguía siendo un niño algo inocente después de todo.
— Si, muchas veces. Ahora, vamos a seguir. Mañana tu culo podrá descansar— dije abrazandolo y cubriendo nuestros cuerpos con la colcha. Nos quedamos así un rato, yo oliendo su cabello y pasando mi mano por su cuerpo pequeño.
Gordy bostezando agarró mi mano, que era mucho más grande que la suya.
— ¿Quién era el muchacho que vino antes?— preguntó de repente Gordy, mi verga volvía a tomar fuerza y se deslizó entre las nalgas del menor.
— Mi alumno Alex. Es un buen estudiante, debo decir que me encanta— dije viendo qué reacción tomaría el niño, éste murmuró:
— Yo tengo problemas en matemáticas, es muy difícil. ¿Usted podría darme clases particulares?— preguntó, alzando su pierna tras las mías, dejando su culo expuesto. Se frotaba contra mi rabo descaradamente.
Lamí mi dedo medio, que por cierto era largo y lo usé para acariciar el ano de Gordy; metiendo lentamente hasta dejarlo todo dentro del puto.
— aaa duele— dijo, lo que para mí fue ridículo luego de meter mi nabo ahí. Lo metía y sacaba despacio, luego añadí el dedo índice. Gordy comenzó a quejarse de ser incómodo, pero seguí de igual forma.
Cuando mi verga dolía de lo dura que ya estaba, saqué mis dedos y con ambas manos separé sus hermosas nalgas blancas e intentaba meter la punta pero no lo lograba.
— Estás apretando?— pregunté un poco molesto, pero Gordy no contestó. Le di la vuelta; el niño quedó boca abajo y separé sus piernas tanto como pude, y con ayuda de mi dedo pulgar guíe la cabeza de mi verga en su hoyo fuertemente apretado. Hice fuerza peleando por meterle mi polla y de golpe se resbaló hasta tocar mi pelvis con sus nalgas. Gordy soltó un alarido de dolor agudo casi femenino. Yo le susurré riendo un poco— eso te pasa por pendejo. Ahora suelta o vas a sangrar.
Tomé sus caderas con ambas manos, impidiendo que se moviera pero fue incómoda la posición por la diferencia de estatura. Gordy quedó de lado con las piernas dobladas y juntas, mientras yo seguía cogiendo por detrás suyo.
—mmm— oía los gemidos ahogados que soltaba al recibir mi pene, su ano ya se abría naturalmente y me recibía con gusto.
Se la metía lentamente, tanto que la cama apenas hacía ruido y realmente me estaba gustando estar dentro de su culito caliente.
— aaa duele más que antes— susurró tocando sus nalgas, dándose cuenta de cómo mi falo se iba perdiendo entre ellas a cada segundo.
— Es porque no estás acostumbrado, necesitas que te cojan más seguido para recibir una cogida de éstas— respondí parando un instante, lamiendo su cuello donde había una capa ligera de sudor.
Pasé mis brazos por su cintura dando embestidas potentes y dejando ir mi polla hasta el fondo en cada metida.
— aaaa aa aa AAA AAA!!
Me volvía loco sus gritos agudos, pero no paré por varios minutos hasta que me vine dentro.
Incluso luego de vaciar mi leche esperé hasta que mi pene perdía rigidez. Gordy respiraba agitado y su cabello estaba húmedo de sudor.
— mmmmm estuvo más rico que antes— admití con mi voz seca, moría de sed.
— Si… Pero me dolió mucho— dijo el niño sin verme, me levanté y salí rumbo a la cocina para beber agua y tal vez una cerveza pero antes pasé a orinar.
Cuando volvía vi a Daniel entrar a su habitación, quizá había ido al baño después de mí.
Yo me acosté junto a Gordy que ya volvía a dormir profundamente, y así me acosté a su lado durmiendo por fín.
Tenía planeado madrugar para repetir un buen polvo con mi vecino.
Apenas comenzaba mi diversión.
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