Mi alumno preferido
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por cesarags02.
Esta historia comienza en mi primer año de trabajo, cuando llegue a la escuela me dieron el 5° semestre, donde están los alumnos ya por egresar, y la mayoría ya tiene 18 o está por cumplirlos. Pues desde un principio, lo que hice es echar una revisada de todo el alumnado y ahí me di cuenta que había 2 o 3 que estaban bastante apuestos, pero nada más, al pasar de los días, ya los alumnos iban perdiendo esa seriedad o expectativa con la que llegan al iniciar el nuevo semestre y tener nuevo maestro, las alumnas más aplicadas y amables ya se empezaban a acercar más, los relajientos empezaban a medir cuanto era de tolerante.
Y pues obvio todos pensaban que soy gay, pero pues son alumnos y siempre me eh manejado discreto y reservado con mis alumnos, no me doy a jugar y soy estricto. Pero en eso un niño promedio se me empezó a acercar con ciertas dudas de algunas materias, y me hacía preguntas y hasta me pidió ayuda, era un alumno promedio, por lo cual no se me hizo raro, a los pocos días, me pidió mi celular, y poco después, me empezó a escribir, nada fuera de lo normal, hasta que un día me pidió ayuda, quería que le prestara dinero, porque no tenía zapatos y necesitaba comprarse unos, según el patrón para quien trabajaba no le había pagado. Yo acepte prestárselos, y lo vi en la ciudad donde yo vivo, que no está lejos de la comunidad. Ya quedamos a una hora, era sábado, llego y le di el dinero, me agradeció y empezó a hacer platica, y ya en la plática bromeando me dijo que si no le invitaba los tacos, que por que no había almorzado, yo le dije que sí, fuimos almorzamos seguimos platicando de cosas banales. Y ya terminado eso, me dijo que si no le quería acompañar a comprárselos, fuimos por los zapatos, y después entre la plática salió que haber cuando le invitaba un trago, o salíamos a cotorrear, yo le dije que cuando quisiera, que mientras tuviera permiso, en eso le comente que tenía que irme porque tenía cosas que hacer en mi casa, él me dijo que si quería me ayudaba, respondí que si no tenía nada que hacer, que estaba bien.
Nos fuimos a mi casa, y pues era obvio que no lo iba a poner a trabajar, entonces solo le dije que me ayudara a acomodar unas cajas de ropa que tenía y no usaba, en eso se me ocurrió la brillante idea de decirle que si quería, revisara las cajas a ver si había algo que le quedara y le gustara, él no lo pensó dos veces, y empezó a revisar, le ofrecí una cerveza y la acepto, se la lleve y él estaba midiéndose unas playeras, yo me senté en la cama y solo veía de reojo, no pude contenerme al ver ese hermoso cuerpo, delgado, el media como 1.70, moreno, de un cuerpo marcado por el trabajo, con muy poco vello.
En lo que se medía las playeras, saque de una caja unos jeans que a mí ya no me quedaban. Y le dije que se los midiera que ahí estaba el baño, él me dijo que no había problema, y se quitos sus pantalones enfrente de mí. Yo quede impactado, traía una trusa, ceñida al cuerpo, color azul, algo decolorada, pero puede ver una piernas bien torneadas, y un paquete no muy grande pero que se me hizo muy sexi. Yo sin decir nada solo me le quede viendo, como hipnotizado por ese hermoso panorama, hasta que me interrumpió subiéndose los jeans y diciéndome que tal se le veían. Yo solo dije que muy bien y él sonreía con una cara picara, le ofrecí otra cerveza y fui por ellas a la cocina, cuando regrese él se estaba quitando los jeans y en eso viene y me da un abrazo, y me dice gracias profe usted es muy amable conmigo. Yo solo sentí un escalofrió en todo mi cuerpo, que se centró justo en mi pene y ano, haciéndome sentir una excitación que me puso a mil. Solo respondí “de nada” y correspondí el abrazo, cuando nos separamos y le di la cerveza pude notar una pequeña erección, lo cual me hizo de nuevo quedarme hipnotizado.
Él se dio cuenta y me dijo estoy flaco verdad profe. Yo le dije que se veía muy bien, que para nada, y en eso empezamos a hablar de la musculatura que él quería marcarse más y cosas de esa, yo no me di cuenta que no se había vestido ni hacia nada por hacerlo, en eso me dice, me empieza a mostrar sus músculos y me dice que toque sus abs, yo como tímido se los toco, juro que quería lanzarme a ese cuerpo y lamerlo como desesperado, no sé cómo me pude contener, mi erección era máxima, en eso le comente otra cosa, y cuando veo él se tocaba el paquete, cuando volteo a ver, me dice ya más directo “que profe, le gusta”, yo solo pude reírme nerviosamente, el me volvió a decir, si le gusta toque, por mí no hay pex, además ya tengo ganas de deslecharme. No me lo dijo dos veces, me pare como resorte de la cama y me acerque a el, aunque sus palabras parecían muy seguras al acercarme a el me percate que estaba nervioso, por lo cual antes de hacer algún movimiento le dije, “estas seguro, no creas que estas obligado o nada”, respondiéndome el “si, es la primera vez que otro bato me la chupa, pero si quiero hacerlo, y usted me da confianza”.
Dicho eso, procedí, le di un pequeño beso, y empecé a acariciar sus cuerpo, poco a poco fui besando su cuello, pecho, tetillas, abdomen hasta llegar a su paquete, por encima pude olerlo, ese olor a campo, a hombrecito de campo, fuerte pero excitante, me sentí envenenado por eso, bese su pene por encima de la trusa, sus huevos, y di pequeñas mordidas, para que despertara bien, ya se notaba su erección, poco a poco y sin dejar de lamer sus piernas y huevos fui bajando su trusa, de repente volteaba a ver su cara y solo eran gestos de placer y excitación, le quite la trusa y salto como resorte ese hermoso pene, delicioso, recto, bien duro, a mi no me gustan los penes grandes o enormes, prefiero los penes normales de 15 a 18 cm, y este era perfecto, 16 cm aprox, un grueso normal, perfecto para mamarlo, todo, y pues eso hice, le bese la cabecita, lo empecé a lamer desde la raíz hasta la punta, jugando con los huevitos que ya los tenia bien duros.
En eso le dije que se recostada en la cama, así podría tener mas libertad de saborear ese rico y joven pene. Lo empecé a mamar, me lo metía todo sin mucha dificultad, lamia toda y cada uno de sus centímetro, lamia los huevos hasta la entrada de su culito, el solo gemía, y gemía de placer. Me decía, profe, así síguele, anda síguemela mama mando, así bien rico, que rico me la mama profe, cómetela toda, mientras agarraba mi cabeza y me empujaba toda su verga hasta dentro, teniendo pequeñas arcadas de placer. Mi excitación era máxima, ese placer de tener a un joven justo como me gustan mezclado con ese nerviosismo y un poco de miedo de que era mi alumno, me hacía sentir un nivel de éxtasis jamás sentido antes. Estaba disfrutando ese momento al máximo sin medir las consecuencias que podría haber después.
Ya sin importarme nada, más que el placer del momento, seguí mamando esa rica verga, mi joven amante solo se retorcía de placer y pedía más, y yo más le daba, asi estuve mamando verga, huevos, lamiendo su estómago, piernas hasta que ya no pudo mas y se vino, y se vino a chorros, sin avisar solo sentí como su pene se hinchaba dentro de mi boca anunciando la venida, apenas y sacármela antes de que se viniera en mi boca, mi cara se llenó de mecos, blancos y espesos, como 5 chorros de rica leche directos en mi cara, el termino rendido y se quedó acostado en la cama, yo me pare a limpiarme y regrese a limpiarlo a él, a lengüetazos , ahí probé su néctar, salado y dulce, riquísimo,.
Me recosté a un lado de el y lo seguí acariciando un rato, hasta que él se volteo, me abrazo y me dio un beso, acompañado de un, “que rico la mama profe” y una sonrisa pícara y encantadora.
Estuvimos la tarde juntos viendo películas y el todo el día en trusa, lo cual me excitaba mas.
La historia se repitió un par de veces, obvio se volvió mi alumno preferido, porque no solo era bueno, si no, era discreto, nunca fue abusivo de pedir y pedir más cosas, y todo siempre era bien recompensado. Hasta que termino la prepa, y se fue a otra ciudad a buscar trabajo.
Esta es mi primer relato, espero les guste. Y me dejen sus comentarios o sugerencias. Saludos
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