Mi amante Saúl: Buscándole las 5 patas al gato.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos. Esta es la primera vez que me he animado a escribir un relato, espero sus comentarios y sugerencias. Comienzo describiéndome, me llamaré Harold (esa era la primera opción de mi madre), soy de Caracas-Venezuela, tengo 21 años y soy un chico blanco, cabello y ojos negros, un poco delgado, mido 1.73 m y estudio odontología. El relato que voy a contarles sucedió hace un par de meses, me encontraba fuera del país por las vacaciones de verano cuando inesperadamente retomé el contacto con un chico que hace tiempo atrás me había llamado la atención, pero que nunca me animé a conocer. Su nombre es Saúl, un joven de mi edad, moreno, de 1.80 m, ojos verdes penetrantes, no tiene un cuerpo definido pero sin duda alguna es muy atractivo, con una sonrisa y una voz que derriten a cualquiera. Al ver sus fotos, me di cuenta que estaba mucho más guapo que la ultima vez que supe de el, por lo que decidi escribirle para saber que habia sido de su vida. Me dijo que estaba concentrado en la universidad y que llevaba más de 2 años de novio con un chico muy guapo, más todo no iba bien con él. Luego de varios días conversando, intercambiando frases e imagenes calientes, decidimos tener un encuentro cuando yo volviese a Venezuela.
El día había llegado, acordamos en vernos en un pequeño centro comercial que queda cerca de mi casa. Estuve esperandolo unos 20 min tomando un café, cuando veo que se acerca un chico, mucho más guapo de lo que imaginaba, vistiendo unas bermudas ajustadas que me permitian admirar sus piernas nada despreciables cubiertas de unos cuantos vellos. Nos dirigimos a mi casa, le dije que se pusiera cómodo y le invité una copa de vino para que se relajara, ya que estaba un poco nervioso (decía que hace mucho tiempo que no estaba con alguien diferente a su novio), después de conversar por unos 40 min de nuestras vivencias, me animé a robarle un beso, el cual fue gratamente correspondido. Sus labios eran muy calidos y delicados, su forma de besarme enseguida provocó una erección en mi, que pedía no ser ignorada, yo tocaba su miembro sobre su bermuda mientras el posaba sus manos alrededor de mi cabeza.
Fuimos a mi habitación, empezamos a quitarnos nuestra ropa como locos, lo lancé sobre mi cama y empecé a besar lentamente su cuello, sus labios eran como un nectar que me invitaba a no despegarme de allí, poco a poco Saúl iba perdiendo la timidez, se puso sobre mi, besó mis tetillas y bajo recorriendo mi pecho, mi abdomen y mi pelvis, hasta llegar a mi miembro el cual no dudo ni un segundo en llevarlo a la boca y saborearlo con tantas ganas como lo hace un niño con su helado o su chupeta. Su lengua recorria mis huevos, la base de mi pene y mi glande, lo metia y lo sacaba, daba un par de golpesitos contra sus labios y lo volvia a meter, para mi era la gloria, ver a ese macho, más grande y fuerte que yo comiendome el miembro como loco me hacía tiritar de placer.
Despues que acabó su trabajo, continuó recorriendo mi cuerpo con sus labios. No soy amante de hacer sexo oral, pero los 18 cm de este chico sexy no pasaban desapercibidos para mi, así que decidí agradecerle su cariñito dandole mucho más cariño de mi parte, por lo que bajé hasta su zona sur, cubierta con una pequeña capa de vellos, empecé a masturbarlo y sin titubear me lo llevé a la boca, por más que trataba de meterlo completo, no pude, era bastante grueso, pero de vez en cuando alzaba la mirada para ver su cara retorcerse de placer mientra tenia su arma en la boca y le acariciaba los huevos. Seguí bajando un poco más hasta encontrarme con su agujerito, ya habia sido penetrado por su novio, pero lucía muy cerradito e invitaba a mi lengua a que le diera placer, sus gemidos no se hicieron esperar, sin duda alguna Saúl la estaba pasando bien y yo no me había arrepentido de tener a este chico sobre mi cama.
Nos fundimos nuevamente en unos apasionados besos, mis manos subian y bajaban desde sus nalgas hasta su espalda y lo apretaba a mi de una manera un tanto feroz, le dije al oido que quería estar dentro de el, a lo que me respondió que fuese cuidadoso, ya que llevaba más de 6 meses sin ser penetrado. Me di a la tarea de darle el mejor beso negro que pude, fui introduciendo uno, dos y tres dedos mientras no paraba de gemir. Traté de introducir la cabeza de mi pene y mientras avanzaba se lo sacó de golpe y me dijo que esperara, que le dolía, a los dos min untó lubricante sobre su ano y mi pene, me pidio que me acostara y se sentó sobre mi, empezó a cabalgarme lentamente y poco a poco fue aumentando el ritmo, su cara era de éxtasis y yo gozaba un montón de su culito apretadito, lo eché sobre la cama y volvi a meter mi miembro ese trasero que tanto placer me estaba dando, metia y sacaba, metia y sacaba, pero no dejaba de ver la expresiones de su rostro y oir sus gritos. Unos 10 min despues empecé aumentar el ritmo, lo besaba desesperadamente y acabé dentro de él, unos 5 tallazos de leche llenaron el condón. El estaba masturbandose para acabar, pero detuve su mano, quería devolverle un poco de placer a ese chico que tan bien se habia portado conmigo, asi que me animé a hacerle el mejor sexo oral que nunca antes le habia hecho a alguien, luego de sentir varios espasmos en su cuerpo y de que me halara el cabello como una fiera, sentí como varios chorros de leche salia desde ese mastil, cayendo sobre mi cara, mi pecho, mi espalda y mi cama. El me pidió disculpas, pero solo le devolví una sonrisa, sin duda la había pasado bien.
Luego fuimos a ducharnos, vi la hora en el reloj de mi baño, ya habían pasado más de 4 horas desde que ese chico había llegado a mi casa. La acción siguió bajo la ducha, besos, caricias y rico sexo, qué buen amante me había gastado ese día, solo atiné a pensar que había desperdiciado tiempo por no conocerle antes. Después de vestirnos, volvió a ser el mismo chico callado y timido de unas 5 horas atrás, me dijo que se sentía un poco culpable, que nunca habia sido infiel, a lo que le respondi que no se sintiera mal, que la habíamos pasado muy bien juntos. "Ya estoy en casa", fue el último mensaje que recibí de él, supongo que ha de estar muy bien con su novio o muy concentrado en la universidad, pero no respondió mas mis mensajes. Mientras yo pasé un par de semanas de despecho pensando en su cuerpo, su olor, sus besos y en las ganas de tenerlo solo para mi. Lo positivo de eso, es que aprendí la lección, no debo buscarle las 5 patas al gato provocando a un chico con novio a que tenga sexo conmigo, sin saber lo mucho que eso podría gustarme, aunque Saúl siempre estará en mis recuerdos como uno de los mejores amantes que he tenido.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!