mi amigo de grupo juvenil
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
A los meses de conocerlo decidió estudiar fuera de la ciudad, seguimos en contacto, siempre compartiendo la vida y nuestra relación con Dios, entramos en dialogo sobre Dios, la sexualidad y la iglesia católica, y llegamos a acuerdos y entramos en otro tema que fue la homosexualidad, fue donde me dio pautas para poder destaparme y confesarle que era gay, y que tenia claro la misión que Dios me pedía desde mi sexualidad y la profundidad de sentirme amado.
La relación entre nosotros creció, igual que la confianza para compartirme a nivel sexual lo que experimentaba con su novia y algunas de sus fantasías: que una travesti lo penetrara. lo tomé como fantasía sin morbo y sin juicio, pero aproveché para intentar que algo pasara entre el y yo, aunque siendo sincero… con las de perder por ser hetero y ser mi amigo. así que le dije que yo le hacia el favor de vestirme y cumplir su fantasía. Cabe aclarar que no soy travesti.
Seguimos con las bromas y llegó un momento donde las cosas se pusieron intensas y muy descaradas tanto de su parte como la mía y la verdad me dio algo de miedo, por trasgredir el lazo de amistad que sinceramente no estaba dispuesto a perder por una cogida. Así que decidí aclarar las cosas preguntando si realmente le gustaría que pasara algo entre nosotros, a lo que aceptó y propuso que le visitara en su nuevo lugar de residencia. Por supuesto, no perdería la oportunidad.
Llegó la oportunidad de ir a visitarlo, con la única intención de acompañarlo en su duelo puesto que hacia escasos dos días que había cortado con su novia, de una relación de varios años. platicando con él y su proceso personal, lloramos juntos, no divertimos esos días juntos con sus amigos y amigas.
Una noche lo confronté preguntándole cara a cara sobre lo que tanto habíamos jugado, sobre un posible encuentro sexual entre él y yo, y sinceramente me respondió que sí tenia ganas pero no creía que pasara algo es fin de semana por la cuestión sentimental por la que atravesaba; asentí con la cabeza diciendo que también suponía que pasaría eso.
A los días de estar con él, y dormir en la misa cama, una tarde después de levantarnos tarde por desvelarnos platicando, comencé a tocarle esas ricas nalgas por encima d la ropa. Él no decía nada así que continué, hasta acceder por debajo de la ropa y tocar su pene, estaba mojadito, semierecto, al tocarlo así fue señal de que ya no pararía y fui quitando la ropa para descubrir esas nalgas con un deseo de conocerlas y disfrutar de ellas. Dejó que lo desnudara poco a poco y lamer cada parte de su lindo trasero, limpio, paradito, lampiño, moreno. un rico beso negro le hizo gemir en silencio y a ojos cerrados se aferraba a las sabanas, por fin quité totalmente las prendas que estorbaban y seguir complaciéndolo hedonistamente.
Después de disfrutar un buen rato su culito, decidí conocer ese pene y comérmelo, cuando lo voltee para conocerlo, wow! era una cosa rica, de 18, moreno, limpio, sin olor desagradable, con un sabor peculiar a comparación de tantos que han pasado por mi boca, era único, era tanta su excitación que se mojaba mas y mas, lo sabía por el sabor del liquido que quedaba en mi boca. Intenté penetrarlo de lado pero la posición resultó bastante incómoda e imposible de realizar entre él y yo. Así que boca a bajo lo penetré poco a poco por la queja del dolor que él sentía, era su primera vez. Traté de ser cuidadoso y así a pelo cojimos por un buen rato, sinceramente yo había sido activo pocas veces, la mayoría en posición pasivo, pero ese culo animaba a cogerlo con fuerza y mucho morbo. Era una sensación distinta, con lentitud cuidaba el ritmo de penetración para no lastimarlo, y él ahogaba sus gemidos para evitar que los vecinos se percataran de algo ya que las paredes son delgadas, y con sus ojos cerrados, imposibilitado de verme a la cara y con las manos aferradas a las sabanas, lo puse de perrito y seguimos gozando.
Le pedí que me penetrara y accedió pero en realidad no pudo, ya que decía que no podía penetrar a un hombre y menos pensando que era yo… le dije que no se preocupara.
Continué chupándole el pene que tanto disfrutaba en mi boca, sentí como volvía a ponerse duro y firme, me pidió que lo penetrara de frente, con gustó lo volví a penetrar, esta vez con mas facilidad, al sentirla dentro dijo que quería venirse, le dije que lo hiciera y avisara el momento para hacerlo juntos, preguntándole donde quería que me viniera, me pidió que fuera dentro. Con mas gozo seguí penetrándolo, hasta que ambos eyaculamos y gemimos de placer aunque silenciosos.
Nos limpiamos y con naturalidad continuamos el día, fue tema de conversación y platicar como lo experimentamos con total libertad… me quedé en shock, por que no creí que fuera a pasar y menos con él, y es mas mi impacto que siendo hetero, resultara pasivo.
Seguimos siendo amigos, confidentes y cómplices.
Por cierto estoy a punto de ir nuevamente a su casa.
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