Mi Amigo el Mecánico
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ChicoSorpresa1.
Físicamente soy de piel blanca (catire), pelo castaño, cuerpo delgado y definido por el ejercicio qué de vez en cuando hago, tengo la bendición de ser dotado de nalgas y mi estatura es media (ni tan alto, ni tan bajo).
Una mañana mi papá iba a recoger unos encargos para su empresa en una de las agencias de envío Zoom, yo lo acompañé, y cuando veníamos de regreso en la tarde el auto se averió justo cuando llegamos a casa, mi papá muy molesto sin paciencia para eso decidió llamar a un mecánico qué él conocía. Yo tuve qué meterme adentro de la casa porque cuando mi papá se obstina no lo aguanto. Al cabo de dos horas tocaron la puerta y papá me dijo que recibiera a quién toca la puerta. ¡Dios! Lo qué vi al abrir esa puerta era un tipaso qué apenas vi me impresioné; alto, totalmente musculoso, de piel morena clara, y su traje de mecánico lo hacía ver atrevidamente sexy.
Yo llamé a papá para avisarle qué había llegado el Mecánico y cuando se vieron el mecánico deseable con cara de heterosexual serio le dijo que su nombre era Ramiro y que estaba para servirle. Fueron al estacionamiento para ver el problema del auto y yo veía a semejante hombre hecho el loco desde la ventana. No sé qué me pasaba pero apenas lo vi me impacté y no era normal porque soy una persona algo tímida y reservada, odioso para variar. Después qué Ramiro se había ido papá me había mencionado qué vendría al día siguiente y me dejaría unas pautas para que el siguiera con el auto ya qué papá trabajaría y así fue, pues el día siguiente llegó Ramiro por la mañana hablando por teléfono con una chica qué probablemente era su novia por todo lo que le decía y simplemente lo recibí con una actitud seria ante todo y lo dirigí al garaje. Diciéndole todo lo que papá me dijo qué le hiciera al auto antes de repararlo. Pasó toda la mañana haciéndole ajustes al auto, si algo pasó por mi mente es qué el tal vez estaba cansado y necesitaba agua, le llevé una jarra entera con cubos de hielo para que se refrescara. Casi se me cae la jarra al suelo cuando lo ví sonriente y sin camina mostrando sus abdominales y espalda bien trabajada con algo de grasa de las piezas del auto en su cuerpo qué me encendió el morbo demasiado fuerte, era todo un modelo deseable. Actué natural sirviéndole un vaso de agua. Hubo un silencio tan intenso que me buscó conversación:
?Ramiro: ¿cuéntame men, y tu nombre es?
?yo: José mi pana, ¡mucho gusto!
?Ramiro: el mío es Ramiro men y bueno ya estoy qué la terminó de reparar el auto a tu padre. En dos semanas volveré a verificar cómo funciona y hacerle mantenimiento amigo.
?Yo: chévere Ramiro, de todos modos tienes el número de la casa para qué lo contactes, te dejo porque tengo que estudiar y puedas terminar.
?Ramiro: descuida men, por cierto ¿qué estudias?
?Yo: medicina. Y ¿tu?
?Ramiro: bueno cómo vez soy ingeniero mecánico ya graduado y tengo 23 años recién cumplidos.
?Yo: ¡fino men! Yo apenas 19, no me gusta la mecánica ero se ve que a ti te gusta.
En ese momento él sonrió y continuó con su trabajo hasta terminarlo después del mediodía. Se despidió y me dijo qué le dejara mi número por si acaso una emergencia diciendo que volvería en dos semanas. Y así fue, el pana buen mozo se fue y yo con ganas de qué no se fuera pero el tiempo pasaba rápido. En la noche antes de acostarme ese mismo día recibí un texto de él saludándome. Duramos un rato conversando y conociéndonos por texto y me dijo que tenía novia, era un poco presumido pues cómo estaba bueno físicamente me insinuaba en cada texto qué las tenía a todas comiendo de sus manos y pues quién no va estar derretido ante semejante hombre, a pesar de eso no me agradó porque era muy presumido y me Torné seco siempre. Al día siguiente me escribió preguntando por el auto y de allí no supe más de el hasta qué lo volví a ver después de dos semanas qué vino a revisar al auto y estaba yo solo en casa con un short corto y sin franela, se me marcaban las nalgas lo cual me dio pena porque había olvidado qué el venía. Apenas lo recibí me dio un fuerte apretón de mano qué me encantó y con una sonrisa perversa qué el expresaba siempre.
Al caer la tarde ya el carro estaba totalmente listo, solo quedaba recoger las piezas y guardarlas a lo qué el me pidió ayuda para hacerlo, él estaba caminando y yo sin darme cuenta qué estaba cerca de mí me iba a agachar para recoger las piezas y terminé rozándole el paquete qué tenía entre las piernas, ¡Dios! Ese tío hetero estaba erecto y no sé por qué pero duramos un rato así en esa posición con un silencio donde ninguno decía nada, hasta qué escuché estas palabras "¡Qué culo tan apretado y duro tienes catire!", yo me sonrojé y empecé a sentir un cosquilleo en el cuerpo, a lo qué me iba parar el me sujetó las caderas con sus grandes y fuertes brazos frotándome el cierre de su pantalón en mis nalgas fuertemente para sentir su erección mientras me decía "desde hace rato te tengo un hambre", logró estremecerme con sus embestidas qué rozaban mis nalgas en ese short corto qué cargaba, me las apretó con uno de sus brazos mientras que con otro me tenía prisionero con su fuerza, ¡Dios! ¡Dios! ¡Dios!, ese tipo me volvió a despertar el morbo, cuando me volteó me Miro y me beso los labios introduciéndome su lengua y apoyándome en el carro pues yo tenía mis manos acariciándole su musculoso pecho depilado; eran los besos más ricos qué había probado, mordía sus labios de deseo mientras sus manos estaban en mi espalda recorriéndola con cada una de la yemas de sus dedos hasta llegar a introducirlas adentro de mi short para agarrármelas de verdad no tienen idea de cuánto gocé esos apretones de nalgas qué me hacían gemir suavemente cómo fiera.
Me excitó tanto el mecánico qué le quité la franela para besarle su pecho empezando por las tetillas qué tenía con movimientos qué le hicieran cosquillas con mi lengua un buen rato hasta bajar a su ombligo escuchando cómo sus manos retiraban la correa del pantalón hasta qué se lo bajé y lo miraba atrevidamente, su bóxer eran unos Calvin Klein qué le marcaban la el pene completamente grueso qué ese hombre guardaba y estaban todos mojados, el sujeto mi cabeza bajándose el bóxer y pude contemplar una verga morena y gruesa de 22cm toda mojada qué me introdujo en la boca, tenía un sabor a hombre inigualable, le hice un sexo oral monumental qué lo hacía gemir cómo macho prendido; mi lengua recorría centímetro a centímetro de su pene y enormes bolas con movimientos vibratorios mojados apretando sus venas hasta llegar a su ingle y nuevamente introducirlo en mi caliente boca pero recorriendo el alrededor de su ingle con movimientos circulares más intensos, él tomó el control y tuve qué apretarle sus definido culo mientras me penetraba oralmente liberando chorros de líquido pre-seminal en mi garganta, ¡Dios! Mamar el "guevo" de un verdadero macho es una exquisitez.
Después de tanto me tomó cargado y me llevó adentro de la casa, subimos a mi habitación besándonos y acostándonos en la cama, nos colocamos en posición para hacer el 69, era inevitable dejar de mamarle su morena verga, era un divino manjar en mi boca hecha agua. El abrió mi culo y masajeaba mi agujero con sus dedos hasta qué sentí algo mojado en él y se trataba de su lengua dándome el placer más divino qué he sentido, se devoraba mi ano con movimientos estremecedores qué endurecieron más mis nalgas en cuestión de segundo empecé a menear mi culo en su cara mientras su lengua ya me penetraba y se movía descontrola. ¡Afffff! Mis gemidos no eran normales. Ese fue el momento en el qué envidie a su novia. Ramiro era mi hombre y mi macho en ese momento, era mi única oportunidad para hacer realidad muchos deseos con él.
Con su verga mojada había llegado el momento de penetrarme, y puedo decir qué tener ese "guevo" adentro de mi fue más qué fascinante, me puso "en 4" en la cama y me dio dos nalgadas fuertes qué me las dejaron rojas. Con su cabecita frotaba mi ano mojándolo más de lo que estaba hasta qué coloco la puntita en el centro y fue empujando poco a poco ese grueso trozo qué centímetro a centímetro me hacía sentir suyo, ¡Dios! Ya casi entero adentro mi inició con sus suaves embestidas qué me clavaban más esa verga erecta cómo piedra y de cargadas bolas. ¡Aaaah! ¡Aaaah! ¡Aaaah!, era lo único que se escuchaba cuando mis nalgas chasqueaban sus fluidos seminales y saliva, sentía qué Ramiro me rompería el culo, no me importaba con tal de qué no sacará esa jugosa verga de allí.
Sin sacarme su verga cambiamos de posición pues ya estaba sentado en sus piernas gimiendo su nombre con mucha excitación mientras me meneaba con movimientos de arriba hacia abajo y circulares preguntándome qué si quería más y yo le decía "siiii papi, méteme toda esa llave y afloja mis tornillos" fue el momento cuando el de un tiro me clavó toda la verga entera grité con un gesto en mi cara qué lo volvió loco a darme con fuerza, sus musculosas piernas me apretaban las mías y tenía todo mi trasero babeado. Me sentía cómo en un sube y baja del que no me quería bajar nunca. Ramiro me daba "guevo" para rato, sentí que llegó a zonas de mis entrañas a las que nadie había llegado con su gruesa verga de 22cm. Me abrazaba y besaba mi cuello, tomó mis piernas y estando frente a un espejo se veía todo su miembro adentro de mí, lo sacaba y lo metía palpitando en mi cerrado culo que le fascinaba, mi mecánico me dominó clavándome en el culo, nos pusimos de lado en ese intente y sus brazos sobre los míos me tenían prisionero mientras me daba más "guevo" cómo me encanta diciéndome que él era mi macho. ¡Afffffff! Fue entonces cuando Ramiro eyaculo en todas mis entrañas rozándome con sus enormes bolas que se contraían al liberar todo su semen, ¡Pobre hombre! Parecía que su novia no le daba lo que él quería, yo se lo di como lo merecía. Me acostó boca abajo y sentía todavía su erección, lo sacó haciéndome sentir poco a poco las gotas de semen recorriendo mi ano que en pleno instante uso para lubricar más su pene y volverlo a introducir sin piedad alguna me pegó en contra de la pared clavado y me siguió penetrando, ¡Aaaah! ¡Aaaah! ¡Aaaah!, gemíamos mutuamente y fue cuando tomó mi pene totalmente erecto y comenzó a masturbarme, me dolía, pero más era el placer que nos consumía y al cabo de unos 10 minutos acabamos juntos dándonos unos calientes besos en lo que me dijo "a partir de hoy dejo a mi Novia", quede rendido en su pecho un rato pero ya sabía que mi papá estaba por llegar y se fue despidiéndose con una pícara sonrisa y tremendo beso.
Actualmente veo a Ramiro casi todos los días, según el soy el primer hombre con el que el sale y tiene sexo. Mi papá se dio cuenta de que nos hicimos muy amigos pero cuando él no está saciamos nuestra sed de deseo.
…¿Y tú?, ¿Qué esperas para Buscar el mecánico qué afloje tus piezas?
Siiii
Yo también quiero un mecánico que me haga mujer y ser su novia putita