Mi amigo hetero-curioso 5
Descubierto con la boca en pene .
Saludos amig@s
En esta oportunidad les narrare otro encuentro con mi amigo hetero-curioso.
Después de un tiempo, hablé con todos los amigos para que nos reuniéramos a beber unos tragos y pasarla bien. Todos estuvieron de acuerdo, sin embargo, esa noche no asistieron todos. Solo estábamos mi amigo, su esposa y yo.
Esa ausencia de todos fue lo peor que pudo pasar. Pero las cosas suceden por algo.
Esa noche llegue y ya sonaba la música. Empezamos a beber y en la madrugada hubo una falla eléctrica. Así que nos quedamos a oscuras.
Escuchabamos música de los teléfonos. Y hablábamos de todo.
En un momento mi amigo se levanta y entra a su casa y cuando regresa se había cambiado la ropa, por algo más cómodo, se coloco una bermuda.
Yo estaba sentado en un lado de la mesa y la esposa del otro lado. Mi amigo llegó y se sentó en la cabecera de la mesa, más cerca de mi que de su esposa.
Como buen cachondo de inmediato pensé, éste está buscando algo, éste quiere culiar conmigo. Y no me equivoqué.
Busque la manera de que su esposa entrará a la casa por una u otra razón. Y cuando uno se propone algo, lo consigue.
Su esposa entró, le pregunté a mi amigo si me permitía tocarlo, pero ya mi mano estaba sobre su rodilla cuando hice la pregunta.
Te estás tardando, fue su respuesta.
Así que estire mi mano hasta tocar su pene, el cual ya estaba en total erección y fuera de su bermuda. Mi boca estaba vuelta agua, deseaba poder mamarselo allí mismo.
Yo sabía querias esto. Le dije. Y no respondió.
Recuerden que todo estaba oscuro, había tormenta y de paso relámpagos. Menciono esto porque le dije a él que se levantara para mamarselo, aprovechando la oscuridad, y me dijo que no, preciso por los relámpagos.
Seguro que me levanto a qué mames y hace un relámpago y nos ven, me dijo.
Tienes razón, respondí.
Esto de tocarle el pene y masturbarlo lo hicimos varias veces, pues su esposa entró en varias ocasiones a la casa, quedando los dos solos para realizar ese jueguito calienturiento.
En el segundo chance que quedamos solos, acerque mi mano para tocarlo nuevamente y aún no lo había sacado, así que el toque fue por encima de su ropa. Allí pude notar que no traía ropa interior, el muy desgraciado lo tenía previsto, pues sin el bóxer era más fácil sacar el pene.
Esas cosas de él, el arriesgarse, lo caliente y fogoso que es mi amigo, es precisamente lo que me alborota todo por dentro. Y me hace perder el control.
A eso de las 5 am, mi amigo se levanta y se va a dormir.
Yo continué hablando con su esposa, pero también tenía mucho sueño. Cerraba mis ojos pero no se daba cuenta de ello. Ella se percata de que tengo sueño cuando amanece por completo. Y me dice
Acuéstate un rato y duerme.
Mejor me voy para la casa, le dije.
Así no te puedes ir, insistió ella, mejor duerme un rato y luego te vas.
Ok! Le dije, me acuesto en el mueble que es cómodo.
No, dijo ella, mejor en el cuarto.
El dichoso cuarto queda justo al frente del de ellos.
Acepté, entré al cuarto, me acosté y de una quedé dormido.
No sé cuánto tiempo pasó, pero me desperté sintiendo la presencia de alguien. Abro mis ojos y veo a mi amigo al pie de la cama masturbándose.
De inmediato me levanto y empiezo a mamarselo. Llevando su pene hasta lo más profundo de mi garganta. Y tu esposa? le pregunté cuando pude agarrar un poco de aire.
Está dormida, me respondió.
Él deja caer su bermuda y yo toco sus nalgas redondas y firmes, las aprieto, las aruño.
Él levanta una piernas, apoyando el pie en la cama, invitándome a qué le chupara el culo, lo que traté de hacer pero la posición no ayudaba.
Así que se acostó en la cama, yo me arrodille en el suelo y empecé a mamarle el pene. Él levanta las piernas ofreciendose y de inmediato empiezo a chupar aquel rico culo.
Pasaba de su ano a su pene, y viceversa.
En eso estábamos, cuando abren la puerta y era la esposa de mi amigo. Nos vio en semejante momento.
Ella cerró la puerta y se fue. Mi amigo se levantó subiendo sus bermudas.
Yo estaba tan ebrio que me acosté y seguí durmiendo.
Paso un rato, no sé cuánto, me desperté y salí. Estaban los dos en la sala, sentados en el mueble, conversado sobre lo sucedido, supongo.
Dije que me iba, y ella dijo, está lloviendo, así no puedes irte, espera a que deje de llover.
Y me miró, en su mirada no había reproche, ni rabia, no había nada.
Espere un rato a que parara de llover y me fui a la casa.
En ese trayecto siento en mi boca algo extraño, lo saco y era un vello púbico de mi amigo, hasta hoy lo conservo bien guardado.
Después de todo eso, no hemos hecho más nada. Porque la amistad continúa.
Un par de semana después fui a pedir disculpas, ella solo dijo, que la culpa la tuvo el licor.
Hasta el momento así quedó la historia con mi amigo hetero-curioso.
Al terminar este relato y después de leerlo para corregirlo, me llegó la idea a la cabeza de si todo aquello fue preparado por la esposa para corroborar lo que ella sospechaba. O a lo mejor no, posó como debía pasar y ya.
Gracias por leer mi relato. Si desean comentar pueden hacerlo a través del correo [email protected] Que estén bien
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