Mi amigo Luis (Humbost)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Que gozo se siente cuando se llega al país que nos ha visto nacer, ver desde el avión como las olas del mar bañan la ciudad, es indescriptible.
Una vez en el auto de mi familia, luego de los saludos de bienvenida me sentía más contento, estaría 4 semanas allí y habían muchas cosas que hacer.
– Mario, sabes que tu amigo Luis llega a la ciudad esta tarde y se va a quedar con nosotros unos días.
– Que bien, hace mucho que no lo veo.
– Lo que si es que hay un pequeño problema
– ¿Cuál mamá?
– Vas a tener que compartir tu habitación con él ya que la casa está llena estos días.
– No te preocupes mamá, así nos contaremos lo que hemos hecho en estos años.
Llegamos a casa, entro a mi habitación para instalarme y veo que solo está mi cama de siempre y me surge la pregunta, ¿cómo es que Luis se va a quedar a compartir mi habitación si solo hay una cama?.
Me instalo, me doy una ducha y al rato salgo a conversar cuando tocan el timbre y es mi gran amigo Luis que está llegando. Luis, mi amigo de adolescencia con quien siempre había compartido tantas cosas y a quien siempre he querido muchísimo. Nos dimos un saludo y un abrazo fuerte y efusivo
– Mario, en cuanto supe que vendrías a tu casa decidí venir a la ciudad el mismo día y no sabes que bien me siento de verte nuevamente.
– Te agradezco, que buena tu decisión porque a mi también me encanta verte y tenemos mucho de que hablar
– Claro amigo, muchísimo, – nos dimos otro abrazo bien fuerte …
– …
Mientras hablábamos entramos a mi habitación y le digo a Luis
– Luisito, parece que vamos a tener que compartir cama ya que no hay espacio en la casa, tienes algún problema?
– Ninguno
Una vez que su equipaje está en la habitación Luis me vuelve a dar un abrazo y dice
– Amigo, me has hecho mucha falta ya que siempre fuiste como mi hermano
Luis me cuenta de su reciente divorcio, 2 hijos, de la ciudad donde trabaja a 6 horas de la nuestra y de otras cosas de su vida. Quiere darse una ducha una vez que se instala en mi cuarto pero cuando lo veo solo con esos bóxer negros que le marcaban tan bien su paquete sexual, un pensamiento extraño se mete en mi mente y es que Luis, a sus 34 años se veía espectacular, su cuerpo había tomado mejores proporciones y en serio que estaba hecho un buenón en todo sentido, ya nada quedaba del chico flacucho que fue, aunque mantenía su estatura de 1.85 y su pecho velludo de siempre. Ese “algo” que me hizo sentir al abrazarnos y ese deseo extraño que me inspiró al verlo en bóxer y sobretodo pensar que otro hombre se ve sensual, me empezó a preocupar. No, no Mario, me dije, tu eres bien macho, nada de pensar esas cosas.
Antes de que Mario entrara a la ducha fui al baño para orinar y mientras lo hacía entró él completamente desnudo me mira el miembro y me dice
– Vaya Marito, a ti como que te creció la verga, ja ja ja
– No creo, yo me la veo igual y dormida no se ve que haya crecido
– Pues no se ve muy dormida, eh.
– Quizás. Oye y tu que haces que ahora tienes un cuerpo mucho más formado?
– No tanto, pero a mi el gimnasio me ayuda, al menos he desarrollado músculos, para que las chicas me miren y me digan las cosas que me encantan como: papazote, delicioso, ricote; ja ja ja, eso me llena. ¿Y a ti te siguen buscando todas las mujeres allá en Costa Rica como antes cuando vivías acá?
– Mas o menos pero ya no hay tanto tiempo de flecharlas como antes y menos con tanto trabajo y una novia tan celosa como la mía
– ¿Y tu novia es tan linda como lo son todas las ticas?
– Más amigo, es preciosa. Pienso pedirle pronto que se case conmigo
– Ja ja ja, se nos casa el más Dandy de estas tierras
– Ja ja ja, es probable
Cabe agregar que mido 1.88, atlético, cuerpo atlético, blanco, ojos claros y siempre en mi tierra fui muy asediado por las muchachas que me consideraban super guapo (la verdad que lo sigo siendo, sin querer auto halagarme). He sido muy noviero y con muchas chicas he tenido sexo y quedaron siempre más que satisfechas con mis favores.
Un poco mas tarde decidimos salir a tomarnos unas copas. Estuvimos en el bar hasta las 12 de la noche. Ya en mi habitación, ante el calor de la calle y las copas demás decidimos cada uno darnos un baño rápido, primero Luis y luego yo.
Después de ducharme encontré que Luis estaba bien dormido en el lado derecho de mi cama, me acosté, encendí la luz de la mesa de noche para leer un poco y me percaté de que Luis tenía una erección y pude observar como la cabeza de su pene asomaba por su bóxer. ¡vaya que se veía hermoso! Y hasta un poco de líquido preseminal asomaba.
Apagué la luz y después de largo rato pude lograr dormirme, soñando con el pene de Luis que me generó una total erección, cuando de pronto despierto, sintiendo como mi pene estaba siendo chupado con avidez, enciendo la luz y veo como Luis tenía dentro de su boca un gran pedazo de mi verga mientras que con su mano derecha agarraba de la raíz para moverlo a manera de masturbación. Esto fue algo que no me esperaba pero me encantaba lo que estaba sintiendo y guao que Luisito sabía chupar como profesional.
– ¿Qué haces Luis? – lo miro
– Marito, no pude aguatarme las ganas de mamarte al ver tu pene erecto marcado en tu bóxer gracias a la luz que entra por la ventana
– Pues sigue haciéndolo Luis, pareces un profesional mamando y ahora no me vas a dejar así.
– Con gusto Marito, que deliciosa verga tienes – y siguió chupando deliciosamente –
– ¿Me dejas que intente mamarte a ti?
– Claro amigo – y se puso en posición de 69
– Mario, ten cuidado, no interpongas los dientes, así, así, que rico. Ahora si lo estas haciendo bien, ya estás chupando delicioso, me gusta
Luis se iba poniendo cada vez más cachondo y se metía casi toda mi verga en la boca (y que realmente es bastante prominente), debo decir que me estaba llevando a ver las estrellas, con ninguna mujer había sentido este placer, era indescriptible lo que me hacía sentir y yo quería corresponderle y así lo hice. Un rato después me saco la verga de Luis de mi boca para decirle
– Luis, yo ya casi termino
– Quiero que termines en mi boca Mario, quiero probar como sabe la leche de un hombre, yo ya casi también me vengo
– Probemos nuestras leches
Y así fue, ambos terminamos en la boca del otro. La eyaculación de Luis fue de tanta leche que casi me ahogo y aunque al principio su sabor no me gustó, luego de saborearla no tengo palabras para decir cuanto me encantó y Luis me dijo que mi leche le había sabido a gloria, eso me gustó mucho.
Nuestros penes empezaron a disminuir de tamaño y empezamos a conversar
– Luis, ¿ya has tenido experiencia con otro hombre alguna vez?
– Marito, te juro que eres el primer hombre con el que hago esto pero quiero decirte que desde que te vi esta tarde estoy sintiendo algo extraño, cuando nos saludamos con cada abrazo sentí electricidad en mi cuerpo y casi tengo una erección allí mismo
– Lo mismo me ha pasado y más cuando te vi en el baño, desnudo, me pareciste sensualísimo y de hecho lo eres, pero no creí que pudiera pasarme esto, me siento un macho y …
– Amigo, seguimos siendo hombres, esto no nos quita nada solo que ahora somos bisexuales o quizás siempre lo hemos sido
Pero algo estaba pasando, de esta conversación surgieron erecciones de ambos. Luis encendió la luz principal de la habitación y me dice
– Marito, cuanto te mide la verga?
– 18 cms. Y a ti?
– La mía mide 16,5 cms. mas o menos
– Pero la tuya es más gruesa y ese tamaño es nada despreciable. Sabes, tienes una verga muy bonita, muy apetecible
– No más que la tuya, en serio.
– Luis, alguna vez has metido tu verga en un culo?
– Nunca, y tu?
– Nunca
Yo me encontraba recostado en mi almohada y Luis con su codo sobre la cama y su mano izquierda tomando su cabeza, cuando me mira de una manera sensual, se me acerca y posa sus labios suavemente sobre los míos iniciando un beso que me electrizó de tal manera que no pude aguantarme, le tomé su cabeza con mis manos y empezamos a darnos el mejor beso que nuestras vidas, nos queríamos comer uno a otro, ¡qué beso fue ese!
Después de muchos besos nuestros cuerpos estaban ardiendo, Luis volvió a tomar mi pene en su boca y lo chupaba con avidez, se lo metía todo en su boca como queriendo quedárselo. Se puso arriba de mi para darme opción nuevamente a mamarle y allí fue cuando le pude ver su ojete, precioso, pidiendo lengua y yo en vez de tomar su pene me centré en su culo, su sabroso huequito que al sentir la punta de mi lengua vibró, Luis sintió algo tan delicioso que se sacó mi verga de la boca y emitió un gemido de tanto placer que me excitó tanto que empecé a chuparle con gran avidez.
Minutos más tarde, la excitación de Luisito era tal que cambió de posición, se posó sobre mí, me besaba la boca mientras tomaba mi vega para ponérsela en la entrada del culito
– Luis, ¿qué haces?
– Quiero que me desvirgues el culo Mario, necesito tu verga dentro de mí
– Pero ¿y si te va a doler mucho?
– No me importa, necesito que me hagas tuyo, quiero tenerte dentro ya mismo
– Déjame ponerte más saliva para que te duela menos
Pero antes que pudiera decirle otra cosa se sentó sobre mi verga de manera que le entró completa de un solo golpe. El fuerte dolor que sintió era tan obvio que sus ojos se llenaron de lágrimas y se lanzó sobre mi pecho, me abrazó y dijo
– Ay Mario, nunca pensé que esto doliera tanto pero es que te tienes una verga muy grande para mi culo, y demasiado gruesa
– Luis, te dije que te iba a poner más saliva y no dejaste
– Me duele mucho Mario pero me hace feliz que haya sido tu quien me desvirgara
¿Quieres ver como me comí tu verga?
Se levantó sus testículos y pude observar como mi pene estaba incrustado completamente dentro de Luis, así como unas manchas rojas que me asustaron
– Luis, ¡te rompí el culo!
– Si, es un poco de sangre, fue por el devirgue, ¿que crees? Comerse 18 cms de golpe y por primera vez no es fácil. Ya casi pasa el dolor, me llenas plenamente, ¿tú que sientes?
– Siento un placer indescriptible, eres la primera persona a quien he desvirgado y eso me hace sentirme pleno, gracias por dejarme ser tu primer hombre
Un momento después Luis empezó a cabalgarme, suavemente subía sus rodillas sobre la cama para que mi verga saliera y entrara en su huequito, yo sentía espectacular, y cada vez era más rápido su movimiento y mayor la cantidad de mi trozo que le salía y le volvía a entrar
– Luis, me vas a hacer venir de tan rico que siento
– Pararé un poco, quiero disfrutar tu verga por mucho rato – y dejó de cabalgar mientras me volvía a besar apasionadamente
– Luis, te estás buscando que te llene ese culito de leche, me estás besando de tal manera que al más mínimo movimiento te doy litros.
– Está bien, me la voy a sacar para darte un tiempo
– Vale
Cuando se hizo a mi lado, mi pene quedó bien parado y con restos de la sangre del culito de Luis,
– Mario, gracias, no me arrepiento de haberte escogido como el primer hombre que me culea
– Y qué, pretendes dejarme en este estado, no papito, ahora es que empieza esto
– No te dejaría así, yo lo quiero tener otro rato dentro, pero esta vez con un poco de gel si tuvieras
– Bueno, debe haber alguna crema, la busco. – encontré una que servía
– ¿Ya quieres metérmelo otra vez?
– Primero quiero ver cada centímetro que entra en el huequito que ahora es mío, verdad?
– Es tuyo papi, te puedo decir así?
– Dímelo que me excita mucho y me excita que me pidas que te dé verga
– Ja ja ja
– Luis, tu culito es mío, ¿no se lo vas a dar nunca a nadie más, verdad?
– Es completamente tuyo, de nadie más, nunca, lo prometo
Le pasé un trozo de papel higiénico para limpiar los pocos restos de sangre y sin avisarle le empecé a chupar el hoyito por segunda vez. Luis se volvió loco de placer, gemía y gemía mientras yo lo chupaba y hubo una frase que dijo y que estoy seguro que lo pensó y no para decirlo pero a mí me caló profundo
– Mario, eres y serás siempre mi hombre
Esa frase me hizo sentirme su macho y mientras lo chupaba, puse un poco de crema por todo mi pene y luego tome otro poco y le metí 2 dedos en su hoyito para que esta vez no le doliera, le dije
– Listo papito, listo para darte verga y más verga
– Listo, dame toda tu verga, la necesito, pero que sea toda
Se la metí suavemente mientras le miraba fijamente y con sus ojos él me pedía que se la metiera fuerte, aunque sé que le estaba doliendo un poco.
Cuando la tuvo completa dentro empezó a sentir que su hombre se lo estaba culiando en serio, muy pronto yo ya estaba como loco, dándole fuerte, Luis disfrutaba muchísimo, me lo decía su cara pero llego el momento esperado y que tanto deseábamos
– Luis, estoy a punto de venirme
– Quiero que tires tu leche dentro de mi
– Allí te va, ahhhhhhhhhhhhhhhh, tómala papi rico, ahhhhhhhh
Mientras yo estaba llenando de leche a Luis, se masturbaba y estaba soltando la suya a montones, estábamos logrando el clímax juntos, mucho placer juntos…
Cuando todo había pasado, eran ya las 5:40 de la mañana
– Luis, durmamos un poco, me has dejado seco pero feliz, muy feliz
– Igual yo pero antes de dormirnos quiero decirte algo muy importante
– Dime lo que quieras, te escucho
– Mario, desde el día que te conocí me enamoré perdidamente de ti y en estos años siempre soñé con que fueras el primer y único hombre con el que estaría en una cama haciendo el amor,
– Mi amor, yo siempre he estado enamorado de ti. Pero yo quiero pedirte algo a ti ahora que estamos abriendo nuestros corazones
– ¿Qué quieres de mi?
– ¿quieres ser mi pareja?
– SIIIIIIIIII, me haces muy feliz y ¿me entregarías la virginidad de tu culito hoy?
– Prometido, esta noche la tendrás
– Solo si lo deseas mi amor,
– Lo deseo
Continuará…
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