Mi amigo mayor – Parte II
No había experimentado una sensación que me hiciera sentir tan hombre, como esa que me producía tener a aquel cabrón con el culo abierto frente a mi….
Tembloroso me puse de pie, y aún sin asimilar lo que había sucedido, me vestí de nuevo para ir a la ducha.
No les mentiré; esa noche fue difícil y no precisamente por la falta de electricidad, el sofocante calor y los moscos. Fue difícil por qué no podía sacar de mi cabeza lo que hasta entonces había sido mi mejor y más cercana experiencia a algo sexual real.
Dicho recuerdo fue la causa de innumerables pajas, mi mente trabajó de tal forma que llegué a imaginar hasta el más mínimo detalle del cuerpo desnudo de quien quería que fuera mi hombre. Imaginaba sus nalgas, guiado por las proporciones que se marcaban desde los shorts un tanto holgados que usaba, en mi mente todo su cuerpo hacia armonía con su notable panza, sus brazos grandes, bien trabajados, y esa enorme espalda con un matojo de vello al final, estaba seguro que su culo sería como dos almohadas suaves, con sus nalgas redondas, cubiertas de abundante y oscuro vello, aunque en menor cantidad en comparación a como creí tendría en la verga y en sus grandes huevos.
Habían pasado ya tres tardes en las que prefería quedarme en casa, no sabía cómo iba a reaccionar al volver a tenerlo enfrente, sentía una especie de vergüenza extraña, como si él pudiera leer mi mente, sabiendo así lo mucho que lo desaba. Sin embargo el aburrimiento sumado a las enormes ganas que tenia de volver a verlo me llevaron a abandonar mi habitación y dirigirme a aquel terreno despejado donde solíamos jugar béisbol por las tardes.
Cuando la ausencia de luz comenzó a dificultar poder observar la pelota, tanto adultos como los niños y jovenes que se encontraban jugando se comenzaron a separar sentándose sobre el pasto, en esta ocasión no me sumé al grupo de señores, no me sentía preparado para volver a estar tan cerca de él.
Ese día mi padre llegó a buscarme, saludando a muchos de aquellos hombres que eran amigos de él. Como no era muy común ver a mi padre por ahí ya que él prefería pasar las tardes descansando en casa, muchos con cierta sorpresa cuestionaron su presencia, a lo que desde lejos lo escuché responder.
— Vine a buscar a mi hijo, lo estoy esperando desde las seis para ir a encender las bombas del riego, pero creo que se le olvidó.
Al escuchar esto me levanté rápidamente y caminé hacia mi padre, efectivamente me había comprometido con el para ayudarlo en el riego, un trabajo que al menos cada tres semanas debemos hacer en la siembra para que esta sea productiva, el riego suele hacerse de noche pues dicen que el agua se aprovecha de mejor manera. Nos despedimos de sus amigos, yo discretamente voltee a ver a mi hombre; sentí escalofríos al ver que el me también me miraba a mi, entonces caminé hacia la motocicleta de mi papá y nos fuimos para el campo donde teníamos que trabajar.
La noche pasó con normalidad, el trabajo no era pesado pues solo consistía en cuidar que los aspersores funcionaran correctamente y cambiarlos de lugar cada 3 horas. Mi padre repartió el terreno de trabajo y cada quien se encontraba en puntos diferentes, mientras llegaba el momento de hacer un nuevo cambio aproveche para masturbarme con total libertad, tendí sobre el suelo una manta que había llevado para descansar, me quite los zapatos, desabroche mi pantalón y saque mi verga todavía dormida.
En mi celular guardaba unos cuantos videos porno y algunas fotos que discretamente le había tomado a mi hombre mientras jugaba béisbol. Cómo disfrutaba ver su torso desnudo y su piel empapada de sudor, todo en el me encantaba, sus ojos negros ligeramente rasgados, su escasa barba pero muy poblado bigote y su sonrisa maliciosa que mostraba con mucha frecuencia, hacían de él, no solo el modelo de macho mexicano, sino un cabrón jodidamente sexy que tenía mi mente dando vueltas.
Después de varias horas y unas cuantas pajas, la noche comenzaba a extinguirse y sabía que ya era momento de parar el sistema de riego, ese era trabajo de mi padre, yo solo observaba como el chorro de agua que salía de los aspersores se hacía más chico hasta terminarse. Una vez dejamos todo en orden, llegó mi papá por mi y comenzamos el camino a casa.
Unas cuadras antes llegar, justo donde había una tienda, un hombre nos detuvo, preguntando a mi papá como le había ido con el trabajo.
— Que tal mi buen ¿Cómo estuvo la jornada? Con esa ayuda extra que tienes me imagino es mucho más fácil.
Mi papá sonrió con una especie de alivio y respondió.
— La verdad es que si, te hace un buen paro tener hijos varones.
El hombre le devolvió la sonrisa y casi al instante replicó.
— Jodido yo que me tocaron puras viejas, por eso los detuve, ahora que ya terminaste ¿No me quieres prestar a tu hijo para que trabaje conmigo? Aún me quedan 5 hectáreas por regar.
Mi padre me miró sonriendo y sin siquiera consultarme respondió.
— Seguro que si, no le vendrá nada mal ganarse unos cuantos pesos.
Dicen que hay que tener cuidado con lo que pides por qué se puede cumplir. Aquel hombre al que tanto había deseado tener conmigo en las noches ahora lo tendría por lo menos en dos, que era el tiempo que nos tomaría regar esas 5 hectáreas. Por si no fui muy claro, el hombre que me busco para trabajar había sido el mismo con el que tanto había fantaseado.
Durante el transcurso del día no podía pensar en otra cosa, me excitaba la idea pero al mismo tiempo sentía muchos nervios de estar a solas con el, sabia que era mi oportunidad para intentar algo pero, temía por las maneras en que el podría reaccionar. Después de una larga tarde llegó la noche, me despedí de mis padres, tome una mochila con mis cosas y salí para encontrarme con el, que ya estaba ahí esperándome.
La primero que pude captar fue un penetrante olor a perfume masculino, el cual disfruté durante todo el camino, no sin extrañarme el hecho de que se haya perfumado para ir al campo a trabajar. Apenas llegamos al terreno deje la mochila sobre el suelo, me pidió esperarlo mientras se dirija a encender el sistema de bombeo, no tardó más de 10 minutos cuando ya estaba de regreso, me dijo lo siguiente.
— Espero tu padre no te haya hecho venir a la fuerza. La verdad necesitaba ayuda y quien mejor que tú que ya tienes experiencia.
Yo sonreí y le respondí.
— Es la primera vez que trabajo con alguien que no es mi padre. Pero me da gusto ayudarte y también ganar algo de dinero.
La platica continuó por un momento, el equipo funcionaba correctamente e instalamos los aspersores, nos aseguramos de que todo estuviera en orden y regresé a tomar mis cosas esperando me indicara que parte del terreno me tocaría supervisar, en lugar de eso me lanzó un comentario que despertó mi calentura casi instantáneamente.
— Ambos cuidaremos esta parte del terreno, estaremos juntos aquí, a ti no te traje a trabajar, tu viniste a mantenerme despierto.
No supe exactamente cómo responder a eso, por lo que preferí quedarme callado, saqué la manta de mi mochila y la tendí en el suelo para descansar, me percaté que él hacía lo mismo. Después de un buen rato de profundo silencio me dijo.
— Entonces ¿Ya pensaste cómo nos vamos a mantener despiertos? Tengo el sueño bastante pesado así que me conviene no dormir ¿Que te parece si me muestras la colección de fotos mías que tienes?
No podía creer que se había dado cuenta de las fotos, casi tartamudeando quise responder, pero me interrumpió diciendo.
— Oye ¿debo sentirme especial? ¿Soy el único al que le tomas fotos o también a los demás?
El tono de sus preguntas y las risas que acompañaban sus comentarios me hicieron pensar que se estaba burlando de mi, pero en realidad todo era el principio de su morboso juego.
— ¿No piensas responder?
Apenas pudiendo hablar, con gran confusión y una vergüenza incontenible le respondí.
— Perdón, no son fotos tuyas, son fotografías que tomo mientras jugamos béisbol, pero si te molesta puedo borrar en las que sales tu.
Con descaro y una sonrisa de maldad me contestó.
— No tienes por qué mentirme, es más; te puedo regalar otras para tu colección, anda; saca tu cel.
Después de haber dicho eso, comenzó a desabotonar su camisa, se la quitó completamente dejando su torso desnudo, yo me encontraba babeando y solo contemplaba con torpeza el cuerpo de ese cabrón apenas iluminado con la luz de la luna, se había dado cuenta que me tenía loco y estaba dispuesto a aprovecharse de eso.
Inmediatamente después de quitarse la camisa me dió la espalda, desabrochó su cinturón y sin pensarlo mucho dejó caer el pantalón, revelando la sorpresa de un bóxer ausente y exhibiendo así sus dos nalgas, que eran justo como las había imaginando, redonditas, blancas, con una capa de vello que se unía con el matojo de su espalda baja. Fueron apenas segundos los necesarios para provocarme una carpa en los pantalones, mi verga estaba dura y no había forma de ocultarlo, me encontraba nuevamente hipnotizado, lo miraba mientras aún me daba la espalda, de pronto levantó los brazos haciendo poses de culturista y me gritó.
— ¡No te veo tomando fotos cabroncito! Aprovecha ¿O solo funciona en el campo de beis?
Después de tanta insistencia con las fotos caí en cuenta que no estaba bromeando, tomé mi celular, limpié la cámara y saqué tantas fotos como pude de sus nalgas. Después de un momento por fin se volteó dejando ahora ver sin ropa ese bulto que tantas veces disfruté ver mientras jugábamos béisbol, de la nada llevó una mano a su verga, jaló el prepucio dejando al aire una brillante y rosada cabeza, y casi instantáneamente soltó un chorro de orina.
Mi mente no podía procesar todo lo que mis ojos veían, en cuando terminó de orinar sacudió ese trozo de carne dormido de unos 9 cm, que a diferencia de como lo había imaginado estaba completamente depilado al igual que sus grandes y pesados huevos.
Ignorándome por un momento se sentó sobre la manta que había tendido en el suelo, se sacó el pantalón y volvió a colocarse las botas, quedando cubierto solo por los calcetines que estiró casi hasta sus rodillas, sacó una cajetilla de sus cosas, prendió un cigarro y mientras lo fumaba me miró y me dijo.
— ¿Te vas a quedar ahí parado o que? No tengas miedo, nadie va a saber lo que estamos haciendo.
Sabía que estaba sucediendo todo lo que había deseado, pero no me había imaginado el atrevimiento de ese cabrón que me tenía totalmente descolocado. Despacio me acerque a él, desabroche mi camisa y me la quite, casi desesperadamente me tomó de la mano llevándola hasta su verga suave y caliente. En cuestión de segundos esos 9 cm pasarían a ser 16, la tenía completamente dura y yo me encontraba extasiado tocándola. Le apreté aquellos huevos como si quisiera arrancarlos y sus jadeos no se hicieron esperar, me encantaba la sensación de tenerlo desnudo para mi.
Poco a poco deslice mis manos hasta su pecho, tomé sus pectorales apretándolos como si fueran las tetas de una mujer, al parecer le encantó que hiciera eso, lo entendí al escucharlo gemir y torcer su cuello hacia atrás bruscamente. En ese momento ambos nos encontrábamos hincados, aproveche el espacio libre en su cuello y me arriesgue a pasar mi lengua para ver como reaccionaba. Definitivamente ese hombre estaba vuelto loco, ahora yo me sentía el macho mientras tocaba cada parte de él. Me acerqué para besarlo y fue como una descarga desenfrenada de todas las ganas que yo le tenía y al parecer el a mi también, sus labios escurriendo saliva, sentían también el calor de mi lengua, en medio de ese beso mis manos se aventuraron a tocar sus nalgas.
Lejos de que esto le disgustara comenzó a mover su culo de forma circular tensando la espalda de tal forma que formaba un arco desde sus nalgas hasta su cuello. Mi toqueteó era cada vez más brusco, nos movíamos agitados el ritmo del movimientos de sus nalgas, hasta que en un impulso desesperado provocado por él mismo placer, baje mi boca lamiendo su cuello hasta llegar a uno de sus pezones y mientras lo succionaba mordía solté dos nalgadas con fuerza que hicieron vibrar ese culo. Después de eso el me detuvo con un beso, tomó una de mis manos y la llevo a su boca metiendo solo el dedo medio y el índice, los comenzó a chupar con desesperación introduciéndolos completamente y dando lengüetazos, me miraba con malicia como tratando de avisar lo que se aproximaba, estábamos vueltos locos y el se volvía cada vez más puta.
Lentamente me soltó, se acostó boca arriba y de un solo tirón levantó ambas piernas, dejándome contemplar la belleza de esas grandes nalgas peludas que al juntarse creaban una columna de vellos que impedía ver más allá, lentamente abrí sus piernas ocasionando que sus nalgas se abrieran también, fue ahí cuando pude ver y tocar su caliente hoyo, no había experimentado una sensación que me hiciera sentir tan hombre, como esa que me producía tener a aquel cabrón con el culo abierto frente a mi, acerqué mi pedazo de verga completamente erecta todavia dentro del pantalón, mientras me miraba tomó un poco de saliva de su boca, la puso entre sus nalgas y llevó los dedos que antes me había chupado a encontrarse con ese peludo y caliente agujero.
Me estaba haciendo una oferta a la que no me podía resistir. Mi boca producía saliva como ordenándome chupar antes de meter los dedos. Ahora debía decidir qué quería hacer primero…
Excelente relato. no sabes como he disfrutado masturbándome 🔥🫦
Me alegra leerte, Saludos!!!
Excelente relato. Como sigue?
Me alegra que te haya gustado!!! Pronto se publica la tercera y última parte bro. Saludos!!!
Como sigue?
Pronto la tercera y última parte hermano.