Mi amigo, mientras me besaba y me enterraba toda su verga, sabía que era yo, vestidito de mujer.
Un amigo se encuentra en un problema, y llega otro y decide vestirse de mujer para ayudarlo, lo ayuda pero luego para celebrarlo terminan acostándose juntos..
Mi amigo, mientras me besaba y me enterraba toda su verga, sabía que era yo, vestidito de mujer.
Estaba visitando a mi amigo, y ex compañero de clase, cuando me di cuenta de que se veía triste y deprimido, al comentárselo me contó la incómoda situación que estaba pasando.
Ya que sus padres estaban de visita en la ciudad, y entre otras cosas para celebrar la apertura de su nuevo negocio, y conocer a su novia.
El problema es que realmente, mi amigo no tiene novia, según él por dos razones, la primera es que se encuentra muy ocupado, por su negocio, y no ha tenido tiempo para conocer a ninguna chica.
Y la segunda razón es que, es muy tímido, y no se atreve a hablarle a las mujeres, a no ser que sean cosas de su negocio.
Me le quedé viendo, pensando cómo podría ayudarlo, hasta que de momento le dije. “Ya sé que hacer.”
Saliendo de su apartamento le dije. “Espérame que ya se cómo resolver tu problema.” Mi amigo, se quedó en su apartamento, cuando como a la hora recibió una llamada de sus padres, diciéndole, que lo invitaban a su novia y a él, a cenar en el hotel donde se iban alojar durante el tiempo que estuvieran en la ciudad.
Esa llamada lo puso más nervioso, tanto que cuando regresé, con una pequeña maleta, bien nervioso me dijo lo de la cena. A lo que él sin inmutarme le dije. “Deja que me dé una ducha, y después hablamos.”
No me preguntó nada, se sirvió un trago, mientras que yo entré al cuarto de baño, al rato salí del baño, convertido en una bella, y delgada joven, vestida con un lindo vestido corto, a mí amigo se sorprendió, ya que él no tenía, ni la menor idea, de cómo esta chica había entrado al baño.
Casi de inmediato comenzó a tartamudear, tratando de preguntarme cómo había entrado, fue cuando con seductora voz le dije. “No te asustes, que soy yo”.
Mi amigo, no lo podía creer, por unos instantes se quedó, sin saber que decir o hacer. Hasta que, caminado seductoramente, le dije. “Tus viejos quieren conocer a tu novia, y la conocerán.”
Mi amigo aun no lo podía creer, es más hasta entró al cuarto de baño, para asegurarme que yo no me encontraba escondido, dentro.
Al salir del baño, me le acerqué, y le dije. “Cálmate, tranquilízate, que ya te explico todo. Esta noche tú me presentas a tus padres, como tu novia, y caso resuelto. Te aseguro que no te hare quedar mal.”
Lo cierto es que no sé cómo lo convencí, y fuimos al hotel donde se alojaban sus padres, los que se alegraron mucho al vernos, ya que se tragaron el cuento de que yo, era toda una chica.
Al salir del hotel, nos fuimos caminando hasta su apartamento, ya que realmente se encuentra a unas cuantas calles.
Mi amigo, estaba que no cabía de la alegría, por el hecho de que sus padres, dejarían de estar fastidiando con eso de que buscara novia.
Al regresar a su apartamento, en lugar de volverme a cambiar la ropa, le pedí que me sirviera un trago.
Por un rato estuvimos conversando, hasta que lo felicité, dándole un fuerte abrazo, él volvió a llenar nuestros vasos, y seguimos bebiendo, y charlando, uno sentado al lado del otro.
En cierto momento me dirigí al baño, contoneando mis caderas, de manera sensual, al regresar fue cuando en un tono de vos suave, le pregunté si alguna vez había besado a una chica.
Algo avergonzado, me respondió que no, ya que como yo lo sabía, él era muy tímido con las chicas. Fue cuando le dije. “Que te parece si aprovechamos, y nos ponemos a practicar, para que veas que no te pasa nada.”
No sé si fue la bebida, o que, pero mi propuesta en ese instante le pareció tan razonable, que me preguntó cómo lo haríamos.
Sin dejar de actuar como una verdadera chica, le dije. “Espero que no te moleste que no sea una chica de verdad, pero lo importante es que practiques, aunque sea tan solo por unos pocos segundos, tratándome como si yo fuera tu novia, lo bueno es que tú sabes que yo, no soy una chica, por lo que no te debe causar ningún problema el darme un pequeño beso.”
De la manera en que se lo dije, resultó ser algo sumamente lógico para mí amigo, y sin esa tartamudez que le da, ni la temblequera que siente cuando está frente a una verdadera mujer.
Al principio me dijo que le pareció algo raro, pero apenas yo, en mi papel de chica comencé a besarlo, mi amigo me dijo que se fue sintiendo de lo más tranquilo, y casi de manera inconsciente además de besarme, comenzó a acariciar mi cuerpo por encima de aquel pequeño vestido.
De momento comenzó a sentir una excitación tal, a medida que no dejaba de acariciar y besarme a mí, tal como se supone que debía hacérselo a una mujer.
En cierto momento agarré su erecta verga, por encima de la tela de su pantalón, y la comencé a acariciar, mientras que él no dejaba de besarme, por donde podía.
Lentamente me fui colocando de espaldas a él, y a los pocos segundos, le estaba ofreciendo mis nalgas.
Claro que mi amigo, sabía de sobra que se trataba de mí, vestidito de mujer, su mejor amigo, pero en lugar de detenerse continuó besuqueándome, y acariciando mis paradas nalgas.
Hasta que le pregunté, que estaba esperando, mi amigo, de manera casi automática, extrajo su verga, y suavemente comencé a pasársela por entre mis nalguitas.
Luego le comenté, que mientras que yo había entrado al baño, me había aplicado algo de vaselina entre mis nalgas, por lo que cuando colocó su verga frente a mi esfínter, bastó una ligera presión, para que toda su verga penetrase mi culito.
Mi amigo, me confesó que en toda su vida había hecho algo semejante, sentía como mi caliente esfínter, se tragó toda su parada verga, por un buen rato nos quedamos en esa posición, pero de momento él me pidió que cambiáramos de posición, por lo que después de que extrajo su parada verga de mi apretado culito, me recosté bocarriba sobre el sofá de la sala.
Instintivamente me tomó por las rodillas, separó mis piernas, y dirigió su sabrosa verga nuevamente contra mi culo.
A medida que me fue penetrando, me dijo que se fue sintiendo extraordinariamente bien, mientras que yo, chillaba de placer, gimiendo, moviendo mis nalgas, y diciéndole lo sabrosa que era su verga.
Al poco rato se vino, mientras que yo apenas terminé me puse de pie, y contoneando mi culito me fui al baño, del que regresé al rato, trayendo una pequeña toalla entre mis manos, con la que le limpié toda su verga, para de inmediato dedicarme a mamársela.
Él no lo podía creer, que le hubiera comido el culo a su mejor amigo, y que yo le estuviera mamado divinamente su verga, vestido de mujer.
A medida que seguía mamando su verga, se le volvió a poner bien dura, pero casi de inmediato, él también se dedicó a mamar mi verga, pero al poco rato, fue él quien, en agradecimiento, se recostó bocabajo en el sofá, mostrándome sus nalgas.
Cosa que yo no desprecié, y a los pocos minutos, me lo estaba clavando, con mucho amor, desde ese día, se puede decir, que somos pareja.
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