Mi amigo y su primito parte 3
Mi amigo cuida a su primito en la forma en la que sólo él sabe hacerlo y me deja verlo.
Muchas gracias a todos por sus comentarios en mis relatos anteriores. Espero encontrar el tiempo para seguirles contando.
A partir de esos primeros encuentros entre Mario y yo, evidentemente nuestra relación cambió en el ámbito privado. Mientras que en la escuela seguíamos siendo los mejores amigos, llegando a casa éramos como amantes. Como su piso estaba primero, entrabamos a su departamento y nos tomábamos una ducha juntos o nos íbamos directo al sofá o a su cama. La mayoría de las veces era solo sexo oral y ocasionalmente le gustaba frotar su verga entre mis nalgas y correrse en mi espalda y toda esa morbosa interacción era aderezada por la perversión de hablar descaradamente sobre David, de lo rico que sería tenerlo con nosotros o reproduciendo los videos y las fotos que tenía de él.
De hecho, así fue la primera vez que se animó a penetrarme. Tomábamos una ducha juntos y mientras nos enjabonábamos Mario comenzó a fantasear en voz alta sobre como David podría estar de rodillas entre ambos acariciando su carita con la punta de nuestras vergas y mientras lo hacía enjabonaba mi culo con sus dedos espumosos. Mientras ponía en mi mente la imagen morbosa de su primito con cara de lujuria sacando la lengua para golpeársela con nuestros glandes comenzó a pasar su glande entre mis resbalosas nalgas. Mientras hacía presión para que entrara su verga en mi culo me describía al oído la increíble sensación que recorrería mi verga cuando David la metiera en su boquita tierna y tibia y comenzó a follarme contra la pared al tiempo que me masturbaba, me mordía el cuello y los hombros y me sacaba gemidos que luego comparaba con los que hacía su pequeño primo cuando le comía el culito tan tierno que tiene.
Mario no fue quien me desvirgó, como comenté antes yo ya había tenido experiencias sexuales con chicos y chicas en mi pueblo, pero si debo decir que era un amante extraordinario. Sabía cómo tocarme, sabía que decir, sabía cómo moverse y el tamaño y forma de su verga eran absolutamente adecuados para llenar cualquier hueco con placer. El sexo con él era muy placentero y aunque nunca nos pusimos una etiqueta podría decirse que éramos una pareja, al menos al interior de nuestros departamentos que fueron escenario de muchos encuentros sexuales, especialmente entre semana ya que, como les comenté, durante el fin de semana el solía irse a su casa familiar.
En uno de esos fines de semana que él se fue, me encontraba yo en mi departamento viendo una película cuando me llegó un mensaje suyo, tan corto como confuso: “Estamos de suerte”, solo le contesté con un signo de interrogación esperando que me diera alguna pista, pero no sucedió nada. Pasados unos 30 minutos recibí una alerta de videollamada. No era raro que cuando estábamos cada uno en su departamento hiciéramos videollamada para tontear mientras lavábamos la ropa o preparábamos comida, así que sin más la acepté. En mi pantalla apareció el familiar rostro de Mario con una amplia sonrisa, estaba caminando por el interior de lo que parecía ser una cochera techada y entró a la casa al tiempo que nos saludábamos por la pantalla.
“¿Qué crees? -me dijo aún sonriente- Mi tía tiene que salir y me pidió que cuide a David”. Mi corazón comenzó a latir fuertemente. “No mames” fue lo único que atiné a decir. Siguió caminando dentro de la casa hasta llegar a una habitación en la que pude notar una televisión encendida y se tiró en la cama boca abajo junto a lo que evidentemente era el cuerpo de su primo.
“Mira ven David, hay alguien que te quiere conocer” dijo y el pequeño rostro de David apareció en pantalla. “Él es Diego y es mi amigo y tiene muchas ganas de conocerte” el niño sonrió con una cara de sorpresa genuina no entendiendo por qué un amigo de su primo querría conocerlo. Yo por mi parte estaba mudo, no sabía que decir o hacer y mi corazón acelerado rebotaba en mi pecho al tiempo que me recostaba también en mi cama. Mario siguió con las presentaciones.
M: Mira Diego este es mi primito David dile hola
Yo: Hola David ¿cómo estás? – Dije extremadamente nervioso
D: Bien – dijo tapándose un poco la cara en señal de vergüenza.
Ellos se recostaron de tal forma que Mario parecía estarlo cubriendo, aunque no completamente de manera que sus caras estaban juntas una al lado de la otra.
“Mira Diego yo quiero mucho a mi primito y él me quiere mucho a mi ¿verdad que sí?” -dijo dirigiéndose a David al tiempo que le daba un beso en la mejilla, ante lo que el niño solo rio nerviosamente. Al no haber respuesta Mario sujetó a David del cabello con la mano que no sostenía el celular y le dio un tirón suave hacia atrás como llamándole la atención volviendo a preguntarle: “¿Verdad que si putito?” el niño lejos de ofenderse volvió a sonreír y buscándolo con los ojos movió la cabeza asintiendo. Mi verga dio un brinco dentro de mi bóxer al ver esta escena. Luego Mario se dirigió a mi: “¿Qué te parece mi primito, Diego? ¿Verdad que está muy lindo?”- Cuando lo dijo ambos miraron a la pantalla esperando mi respuesta. Yo solo contesté que sí lo cual era verdad, su cabello quebrado y ojos claros le daban una belleza infantil natural y su sometimiento al pervertido de su primo una sensualidad increíble.
Entonces Mario le dio la orden a David de sostener el celular y él se levantó, mientras el niño me veía a través de la pantalla yo le sonreía, aunque él no pudiera verme sobarme el bulto mirando su carita. En el fondo pude ver como su primo se retiraba la playera y el pantalón quedándose solo en bóxer y calcetines, recuperando el teléfono con una mano lo vi sujetar de nuevo el cabello de David, alzando hacia atrás su carita para morderle un labio asegurándose de dejarme verlo. Subiendo un poco el teléfono me dejo ver como restregaba su bulto duro sobre el pequeño short azul que el niño llevaba ajustado al culo y luego enfocó su cara dándome una sonrisa perversa. Entonces puso el teléfono sobre la cama un momento, durante el cual solo pude ver el abanico del techo, cuando lo tomó y volvió a acomodarlo en la misma posición, con ambos acostados pude ver que el pequeño ya no tenía playera y su primo le besaba y mordía los tiernos hombros blancos acercando en un momento sus labios al oído del menor susurrando algo que no alcance a escuchar. David sonrió y me preguntó mirando a la cámara “¿Te gusta?”.
Esa carita y esa voz mandaron una corriente eléctrica hasta mi verga que pulsaba dentro de mi bóxer. Le dije que me gustaba mucho y le pregunté que, si quería ver cuánto, cuando me dijo que si cambié la llamada a la cámara trasera del teléfono, enfocando mi bulto el cual sobé y apreté para deleite del nene que no perdía detalle. Entonces fue mi turno de preguntarle si le gustaba y me contestó que sí, entonces la saqué dándole al niño una vista de mi verga dura que ya empezaba a mojarse de verlo jugar con su primo y empecé a masturbarme despacio mientras el nene me veía. El morbo y la excitación eran demasiado, ya no había para mí vuelta atrás.
Entonces Mario tomó el teléfono y se rio maliciosamente al ver mi verga en pantalla y solo dijo “disfruta el show” mientras se alejaba de la cama, acomodando el teléfono para que pudiera apreciar toda la acción. Y entonces pude ver con toda claridad como Mario en ropa interior se lanzaba sobre el nene desnudándolo con una lujuria palpable dándole un beso de lengua tan morboso que cualquier productora de películas porno lo hubiera casteado solo por ese beso.
Mario se recostó boca arriba sobre la cama aun en ropa interior mientras que el tierno niño completamente desnudo se acomodaba con su cara a la altura de su bulto pulsante y, por instrucción de su primo, mientras miraba hacia donde estaba el teléfono comenzó a jugar con él, sobándolo, acariciándolo y luego pegando su cara, su boca y su nariz en la hombría de Mario que acariciaba su cabello.
Por iniciativa propia el niño liberó la verga dura de su primo y sin dudarlo comenzó a chuparla con los ojitos cerrados, disfrutando y saboreando mientras Mario gemía de placer y lo alentaba con palabras de aprobación. De nuevo Mario sujetó el cabello de David, esta vez sosteniéndolo en su lugar mientras movía su pelvis levantando sus nalgas de la cama mientras follaba desde abajo la boquita del nene quien no solo no oponía resistencia, sino que comenzó a gemir también regalándome una sinfonía de sonidos sexuales de lo más excitante.
La escena era bestialmente obscena. La diferencia de edades, la diferencia de tamaño en los cuerpos desnudos, hasta la diferencia en el tono de piel entre el nene blanco y su macho moreno, hacía todo tan morboso que creí que no había forma de hacerlo más caliente, hasta que Mario, separando al hambriento nene de su verga se incorporó y se arrimó a mover el teléfono sonriéndome al tiempo que podía apreciar las perlas de sudor en su frente.
Ahora sosteniendo el teléfono apunto hacia su verga dura en su corto recorrido hasta la cara de David quien lo engulló con hambre. Los sonidos deliciosos de la boquita del nene eran acompañados por la respiración agitada y los calientes gemidos de Mario quien al tiempo que le decía “Así putito cómetela” tomaba la nuca del menor para enterrar la verga hasta el fondo y yo veía en primer plano como su naricita se enterraba en los recortados vellos de su macho quien con un sensual vaivén entraba y salía de la húmeda boca de David haciendo eventuales pausas con la verga bien al fondo de la garganta del nene antes de continuar.
Esa vista era espectacular podía apreciarse toda el hambre de verga reflejada en la cara del nene. La mamada magistral del putito de 10 años era digna de una película porno. Con vista desde abajo buscaba la aprobación de su macho al tiempo que sacaba la verga que ocupaba su boca y se golpeaba con ella las mejillas y aunque lo que buscaba era la mirada de Mario, parecía verme a través del teléfono.
Mario apretaba las mejillas del nene imponiendo su dominación dándole de vez en cuando una leve bofetada. Incluso le pidió que abriera grande la boca a donde escupió directamente y pude ver claramente como la saliva de Mario aterrizaba sobre la tierna lengua rosada de David antes de volver a ocupar la boca del niño con su verga dura enterrándola hasta el fondo. Después de unos minutos, tirándolo del cabello, Mario liberó su verga de la hambrienta boca del niño para permitirle hablar al tiempo que le ordenaba “Pídeme que te coja putito”, orden que David cumplió con la sumisión de la más experimentada estrella del porno diciendo entre gemidos y viendo hacia arriba: “Cógeme papi” lo que le ganó una nueva bofetada suave de su macho, quien le pidió que repitiera varias veces, todas y cada una de ellas cumplidas excitantemente.
Mario apuntó de nuevo la cámara hacia su cara para mostrar su malévola sonrisa e inmediatamente al nene a quien le dio una sencilla orden: “Acomódate como me gusta” e inmediatamente en mi pantalla pude apreciar a David subirse a la cama y colocarse en 4 pero con la carita recostada en una almohada mientras levantaba sus redondas nalguitas.
De una Mario se acercó como un camarógrafo enfocando a la estrella desde diferentes ángulos antes de acercarse al culito redondo que lo esperaba con hambre. Ahí el show fue espectacular, separó las nalguitas de David dejándome ver su culito rosadito, acariciándolo con un dedo como dándomelo a desear, y yo lo deseaba. Alejó el teléfono todo lo que su brazo le permitió para verme acercar su cara a esas deliciosas montañas de carne blanca donde hundió sus dientes sacando gemidos deliciosos de la boca de David. Luego le pidió al nene que separara sus nalgas, una instrucción que no era evidentemente nueva ya que el nene apoyándose solo en su cabeza de la cama extendió sus brazos hacia atrás, separando sus nalgas con sus propias manos al tiempo que Mario se alejaba para dejarme esa excelente vista desde atrás: el nene abriendo y ofreciendo su propio culito a su macho y a su amigo en videollamada. Desde el mismo punto de vista pude observar como Mario se acercaba como animal cazando a su presa, apuntando la cámara hacia el culito del nene y luego apuntándola hacia su propia verga dura.
Sin que se perdiera ni un solo detalle pude ver el roce del glande humectado de Mario con el botón rosado del culo de David al cual le dio solo 2 repasadas como toda prevención para inmediatamente hacer presión. La pobre lubricación o el tamaño desproporcionado de la enorme cabeza en comparación con el culito tierno pudieron ser la causa del gemido doloroso de David, sin importar la causa, ni el gemido en sí, el glande siguió presionando hasta que claramente pude ver como entraba.
Como si se tratara de mi verga entrando en el culito tierno de David, sentí una presión en mi glande tan electrificante que fue suficiente para hacerme terminar entre gemidos llenando todo mi cuerpo con chorros de semen que mancharon pecho, abdomen y hasta el propio teléfono, pero el show no había terminado aún.
Aunque solo pasaron unos segundos durante los que me perdí dentro de mi propio orgasmo, fue el tiempo suficiente para que los amantes en el otro lado de la línea se hubieran acomodado y la vista había cambiado: el teléfono ahora estaba sobre la cama, apuntando hacia el techo, sólo que entre el techo y el lente se encontraba un niño de 10 años, o al menos su porción pélvica, desde donde se observaban sus pequeños genitales y sus nalgas abiertas separadas por su primo apenas adulto que comenzaba a devorar el pequeño ano rosado con la clara intención de lubricarlo.
1, 2, 10 lengüetazos perfectamente visibles desde la cámara al rosado botón, cada uno acompañado de un gemido delicioso del pequeño pasivo lujurioso.
Mi verga nunca perdió su firmeza, aun sensible por el orgasmo seguía dura por la vista que me regalaba el teléfono. Y desde ahí pude ver como mi amigo jugaba con su lengua dentro del culito de su primito. Pude seguir todo el proceso en el que reemplazó su lengua por dos de sus dedos por apenas un par de minutos en el que arranco sonidos tan fuertes al nene que sentí la necesidad de bajar el volumen de mi propio teléfono como si eso fuera a impedir que alguien los escuchara a ellos.
Después de los dedos claramente y desde abajo pude observar el glande invadir de nuevo el ahora dilatado culito de David, no entró sin dificultad, pero si mucho más fácilmente que en el intento anterior y detrás del glande los 19 centímetros completos de verga de Mario hicieron su entrada oscureciendo a ratos la cámara, pero no completamente, por lo que todo fue visible. Bueno casi todo, los gemidos, los sonidos de nalgadas, los insultos al “putito tragaverga” que solo gemía eran simples sonidos acompañando la imagen mas morbosa que hubiera visto en mi vida.
Entrada y salida, primero lento y luego rápido parecían sincronizadas con mi propia masturbación. De pronto pude escuchar los gemidos de Mario que enterrando su verga hasta el fondo gemía como un animal en celo aferrándose a las caderas de David.
Como si esa hubiera sido la orden, en cuanto Mario removió su verga del culito del niño, pude ver como borbotones de leche caían junto a la cámara y mi propia leche brotó de nuevo electrificando mi cuerpo en un segundo orgasmo más intenso que el primero.
Los amantes se acostaron uno al lado del otro como al principio de la llamada, mirando a la cámara, viendo en su pantalla mi cuerpo cubierto de leche primero y luego mi cara cuando cambie la cámara. Los 3 sonreímos con cansancio y complicidad y Mario prometió ahí que nos iba a presentar muy pronto, a lo que el niño respondió sólo con una sonrisa cansada.
Muchas gracias por sus comentarios y su paciencia. Una disculpa por lo largo de los relatos, pero trato de no dejar ningún detalle fuera. En cuanto me sea posible continuaré contando.
Como sigue?
Excelente relato… Me encanta esta historia 🫦
Como sigue?
Esperando el gangbang con ese putito tragavergas y los dos pervertidos maricones mmmm. Para el que quiera morbosear les dejo mi tgm: @Albanib