Mi Amigo y Yo Encontramos una perra Extraviada (2) (Corregida y Terminada)

Después de unas semanas que encontramos a la perra y que Alejandro decidió quedarse con ella y llamarla Dalia, un día en una reunion con otro amigo, Diego, para echarnos unas cervezas, paso lo que menos nos imaginábamos..
Después de unas semanas que encontramos a la perra y que Alejandro decidió quedarse con ella y llamarla Dalia, un día en una reunion con otro amigo, Diego, para echarnos unas cervezas, paso lo que menos nos imaginábamos.
Un día de esos que de primas a primeras me llama mi amigo Diego y me pregunta que si quiero ir a echarme unas cervezas con el y sin pensarlo dos veces le contesto que si.  Una vez que estábamos allí en un bar de mala muerte y entre la platica Diego me pregunta por Alejandro, que es un amigo en común.   Yo le conte que no hacía mucho que lo había visto, obvio que no le conte como nos habíamos visto y lo que habíamos hecho con la perra.  En ese mismo momento le mande un texto a Alejandro para preguntarle que hacía y si quería venir a tomarse una cheve con nosotros.  Alejandro contesto inmediatamente y le dije que estaba con Diego en un bar cerca de su casa y que si quería venir con nostros.  Alejandro dijo que no estaba en forma de salir a la calle porque andaba limpiando la casa y que, aunque ya pronto terminaría que de aquí a que se bañara y se pusiera en forma que se haría muy tarde.  Alejandro sugirió que compráramos unas cervezas y mejor viniéramos a su casa y que nos tomáramos las cervezas allí más libremente en su casa y con algo para acompañar las cervezas.

Antes de continuar déjenme les cuento un poco sobre Diego.  Él tiene unos 35 años y vive con una chica como por los últimos tres años.  Es un tipo muy varonil y en pocas palabras se conserva muy bien y es atractivo.  A Diego lo conocí por su profesión y desde que lo conocí nos hemos hecho buenos amigos y no es una persona que tenga muchos amigos ya que es un poco reservado y bastante introvertido y le cuesta entrar en conversación cuando no conoce a las personas y solo hasta después que ha conocido un poco a la persona empieza a entablar conversación y una buena relación, en pocas palabras no tiene muchos amigos.  Diego y Alejandro se conocieron a traves de mi y se han hecho buenos amigos.

Diego y yo pagamos la cerveza que nos habíamos tomado y pasamos a retirarnos para pasar a la casa de Alejandro.  Rumbo a casa de Alejandro pasamos a una tienda de auto servicio para comprar las cervezas y llegar a la casa de Alejandro.  Dejamos la tienda y llegamos a casa de Alejandro y este andaba dando los últimos detalles a su casa y todavía con su short y camiseta, sin mencionar el pinche calorón que hace en Sinaloa.  Alejandro nos recibe muy efusivamente y clara que la perra Dalia salió también a recibirnos.  Diego se sorprendió porque no sabía que Alejandro ahora tenía una perra.  Las veces anteriores que habíamos estado juntos la perra no existía en la vida de Alejandro.

Antes de sentarnos a la sala abrimos nuestras respectivas cervezas y empezamos la plática.  Dalia, aunque es muy amigable, no se movía del lado donde Alejandro estaba sentado.  Diego noto que cuando llegamos Dalia fue muy cariñosa conmigo y también con él.  Durante la plática Dalia olía mucho la entre pierna de Alejandro y de vez en cuando le lamia la pierna.  Después de dos o tres cervezas Diego se fue al baño a orinar y Alejandro me pregunto que si Diego sabia algo de Dalia y yo le dije que no.  Me dijo Alejandro, crees que Diego se anime a cogerse a la perra, yo le contesté que no tenía idea y posiblemente no le pase esa clase de atracción.  Cuando Diego abrió la puerta del baño Dalia corrió a hacerle muestras de cariño a Diego y él estaba muy sorprendido que la perra fuera tan amigable, aunque lo acababa de conocer.  Diego se sentó de nuevo en el sofa y Dalia estaba allí que se echaba encima de sus piernas y Diego la acariciaba, pero nada del otro mundo.  Alejandro le llamo a Dalia para que dejara en paz a Diego y Dalia brinco al sofa donde estaba sentado Alejandro y se echó encima de sus piernas.  Diego en plan de broma, dijo, Alejandro, ahora entiendo porque no te has casado todavía, me imagino que Dalia te da todo lo que te puede dar una mujer.  Pienso que cuando Diego dijo eso no se refería a nada sexual sino más bien al cariño y atención que le daba Dalia.  Alejandro aprovecho su comentario para decirle a Diego que sí, que Dalia le daba todo lo que una mujer le podría dar.  Entonces fue cuando yo entre en la plática y agregue, cuando Alejandro te dice que le da todo lo que una mujer le puede dar se refiere a todo.

Diego se quedó un poco sorprendido y confundido a la vez, pero no dijo nada más.  Abrimos la otra cerveza y entonces fue cuando Diego se armó de valor y dijo, solo para aclarar lo que no me quedo muy claro hace rato, ¿dicen que la perra le da a Alejandro todo lo que le puede dar una mujer?  En ese momento intervine yo y le dije, así como lo has dicho.  Entonces le dije a Alejandro que le demostrara a Diego lo que Dalia podia y sabía hacer.  Alejandro se desabrocho su short saco la punta de la verga y Dalia se puso a lamerle toda la cabeza de la verga.  Diego no podia creer lo que estaba viendo, pero no de una manera desagradable sino más bien con una cara de incredulidad.   No paso mucho tiempo para cuando Diego empezó a tocarse su verga por encima de su pantalón y no despegaba la vista de Alejandro y como Dalia le seguía lamiendo la verga.  Alejandro se bajó el short y calzón a media pierna y le dio completo acceso a Dalia para que siguiera lamiendo no solo su verga sino también los huevos.  Yo también me desabroché mi pantalón y me metí la mano al pantalón para masajear mi verga por dentro de mi boxer.  Diego no decía una palabra, pero tampoco desaprobaba lo que estaba viendo.  A Diego se le notaba inmediatamente que tenía la verga bien parada y que estaba disfrutando al máximo toda la escena, pero no encontraba que hacer o cómo actuar ante esta situación.

Alejandro se puso de pie y la perra se quedó encima del sofa y Alejandro empezó a pasarle la verga la verga a la perra por atrás, pero sin metérsela aún.  Diego ya no aguanto más y dijo, ¿a poco si le puedes meter la verga a la perra?  Alejandro le contesto, claro que sí, se batalla un poco, pero una vez que le entra la cabeza ya se la puedes meter toda.  Diego se puso de pie para ver más de cerca lo que Alejandro estaba intentando hacer.  Yo me puse por detrás de Diego y por detrás de su espalda con mi mano derecha le desabroche su pantalón y Diego pego como un salto porque no se imaginaba que yo le iba a hacer eso, pero no se molesto fue solamente su sorpresa.  Mientras Alejandro continuaba queriéndole meter la verga a la perra aproveche para meter mi mano en el pantalón de Diego y le toque esa verga como de 2o centímetros que se carga entre sus piernas.  Le baje el cierre y los pantalones se le fueron como hasta las rodillas y Diego empezó a entrar como en otra dimension.  Le dije a Alejandro que porque no dejaba que Diego penetrara a Dalia y que se diera cuenta por si mismo que si era posible que le entrara la verga en esa cosita que parecía muy chiquita.  Alejandro se hizo a un lado y siguió manteniendo a la perra por el lomo para que no se moviera.  Diego se acercó más a la perra y con su verga bien parada estaba actuando como si nunca hubiera cogido a alguien.  Ciertamente era su primera vez con una perra y con dos amigos allí al lado de el que quizá lo cohibíamos un poco.  Diego agarro su verga con la mano derecha mientras con la izquierda agarraba a la perra por una de sus caderas e intentaba querer penetrarla.  Alejandro le dijo que tenía que lubricarse un poco la verga con saliva y Diego se escupió en su mano derecha y se lubrico bien toda su verga,

Yo le ayude un poco a Diego abriéndole la panochita a Dalia y tratando de ponerle la cabeza de la verga de Diego en su entrada para facilitarle la penetración.  Una vez que ya puso bien su cabeza de la verga en la entrada, Alejandro y yo empezamos a decirle que ahora era cuestión de que no dejara que se le saliera, sino que más bien empezara por hacerle fuerza hacia adentro.  Como Diego tenía la verga bien dura de lo excitado que estaba, quito la mano derecha de su verga y tomo a dalia de las dos caderas y empezó a ponerle presión a la penetración.  Era como para tener un orgasmo allí mismo con el siempre hecho de ver a Diego que ya le tenía la verga hasta la mitad y que le seguía haciendo esfuerzo por metérsela toda.  Una vez que paso de la mitad Dalia quiso sacarse y empezó a chillar, pero Alejandro y yo no íbamos a permitir que la perra se fuera a ningún lugar y dejar a Diego a medias.   Diego logro meterle toda la verga hasta los huevos y empezó el va y ven.  En ese momento Diego decía, que padre se siente tener a Dalia bien ensartada y lo apretadita que se siente apretándome toda la verga.  Entre la escena y el hablar cachondo de Diego, yo no necesite ni tocarme mi propia verga cuando me empecé a venir y tuve uno de mis mejores orgasmos allí.  Alejandro se empezó a masturbar al ver a su perra y lo bien clavada que la tenía su amigo Diego.

Diego casi le sacaba toda la verga y se la dejaba ir otra vez y él estaba en su mundo en ese momento.  Creo que Diego en su excitación llego al punto donde pensaba como si estuviera solo con la perra, ya no le importaba nada de inhibiciones o nada parecido.  El cuerpo de Diego empezó a contraerse y comenzó a hacer unos ruidos tan cachondos que con solo de oírlo casi me vengo por la segunda vez.  Alejandro empezó a venirse Tambien y allí fue el punto de no regreso para Diego.  Su resuello se hizo fuerte y se abalanzo contra la perra mientras le aventaba chorros de mecos a la perra en su panochita.  Dalia quería zafarse, pero no había manera que lo pudiera lograr, éramos tres contra una.

Después de un momento, Diego le saco la verga la perra y dijo, este fue el mejor orgasmo que he tenido en mi vida.  que calladito se lo tenían cabrones y ahora creo que me voy a venir a vivir con Alejandro para poder coger a Dalia si fuera posible todos los días.  Los tres nos reímos por el comentario de Diego y estoy seguro que Dalia también se tuvo que haber reído o al menos le ha de haber gustado la idea.  Luego yo me tuve que regresar de mis vacaciones de Culiacan y ahora solo Diego y Alejandro se cogen a Dalia y mientras yo aca a pura mano viviendo de los recuerdos.

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