Mi Amiguito Robertico
Este es mi segundo relato y al igual que el primero «JUGANDO A LOS DOCTORERS» pertenece totalmente a mi experiencia personal, espero les guste esta segunda entrega y espero con muchas ansias sus comentarios… ADORO ESTA PAGINA.
Mi amiguito Robertico
Seguían transcurriendo mis primeras experiencias sexuales jugando a los doctores con mi primo Rafi lo cual continuo durante múltiples ocasiones mientras nos reuníamos para jugar, como ya saben esto ocurría una o dos veces por año pues solo nos veíamos en tiempo de vacaciones o en alguna ocasión especial, yo mientras tanto soñaba con que llegaran esos momentos y se volvían muy anhelados para mí, el tiempo pasaba y mientras se desarrollaban otras formas más divertidas de explorar nuestros cuerpos en esas primeras etapas con mi primo yo seguía siendo un niño algo solitario que jugaba solo en casa y con muy pocos amigos con los cuales compartir.
Describiéndome un poco, yo en este punto de mi vida tenía 10 años y era gordito, ni muy alto ni muy bajo, tenía unas nalgotas bastante grandes para mi edad, pero lo más resaltante de mi era que no hablaba ni me comportaba como varoncito, más bien parecía una niña; como siempre estaba en casa con mi hermana y con mi abuelita creo que eso influyo poderosamente en la forma en que yo me comportaba pues en lo profundo yo trataba de ser como mi hermana mayor la cual me lleva 8 años.
En la escuela en la hora del recreo me reunía con las niñas y ellas siempre me parecían más divertidas que los varones porque estos peleaban y jugaban rudo y a mí no me gustaban esos juegos pues todo era violencia física y eso me daba miedo, lo detestaba y por ello prefería estar con las chicas pues ellas jugaban a cosas más pacíficas, contaban historias cómicas, chismeábamos y así pasaba el tiempo de mejor manera.
En el Aula yo siempre me sentaba en los primeros puestos porque era un niño aplicado y me gustaba atender las clases para obtener buenas calificaciones, un día al salir al recreo yo me estaba dirigiendo a donde estaban mis amigas de siempre cuando escucho que del otro lado del patio me estaban llamando, era un chico de mi clase llamado Robertico, yo voltee la cabeza con un ademan bastante femenino como era costumbre en esa etapa de mi vida y le hago un gesto arrugando la cara y encogiéndome ligeramente de hombros como preguntando que quería, él me dice con la mano que me acercara hasta su grupo y yo algo temeroso porque sabía que él era uno de los que jugaba más rudo en la clase me acerque, al llegar hasta el grupo donde se encontraba Robertico observé que todos estaban riendo como ocultando algo que les daba risa y enseguida supuse que era porque como yo era amanerado se estaban burlando de mí.
Me llene de valor y dirigiéndome a Robertico le dije:
-¿Que paso?
Enseguida él se para del murito donde estaban sentado todos los varones de su grupo y me dice:
-¿Es verdad que ya tienes jevita en el aula? (Jevita significaba novia en esa época)
-¿Quién te dijo eso?
En ese momento yo estaba nervioso y creo que tanto el como el resto del grupo notaron mis nervios y todos comenzaron a decir en medio de risas y gritos que les dijera el nombre de la niña, yo seguía notando algo raro en la conversación como si todos estuviesen de acuerdo para jugar conmigo o hacerme alguna maldad y llenándome de valor les dije:
-No le digan a nadie pero mi novia es Yanet.
Ellos hicieron un escándalo al escuchar esto pues Yanet era la niña más linda del salón (Esta niña era una de mis mejores amigas y en verdad no me gustaba para nada pues lo que siempre me llamaba la atención eran los niños)
Voy a hacer un pequeño paréntesis para describir a Robertico que es el centro de toda esta historia; él era un niño morenito algo delgado pero muy atlético para sus once años de edad, al igual que mi primo él era un año mayor que yo tenía los ojos negros más profundos que había visto hasta esos días, sus pestañas eran largas y muy negras, tenía manos gruesas y algo rudas pues ayudaba a su papá en el trabajo cargando verduras y frutas con un camioncito pues era el negocio familiar, una vez lo vi cuando se estaba quitando los zapatos en el patio del colegio y tenía unos pies ásperos porque caminaba y jugaba todo el día en la calle descalzo, era muy chistoso cuando le preguntaban algo que no sabía en las clases y tenía fama de conquistador de chicas.
Volviendo al momento donde ellos hicieron el escandalo al yo decirle el nombre de la niña que supuestamente era mi novia, después de eso Robertico me dice que a él siempre le había gustado y otros dos del grupo también dijeron que le gustaba mucho Yanet, entonces Robertico me dice que porque no le hablo de el cuándo este conversando con ella y así él también puede ser su novio a lo que yo le dije:
-¡¡¡Tu estás loco!!!, ella y yo somos novios de verdad, además que las novias no se comparten.
Los chicos empezaron a silbar y a decir que eso se tenía que resolver, le decían a Robertico que no se la dejara quitar y yo en verdad ya me estaba poniendo nervioso porque le tenía miedo a las peleas.
Robertico envalentonado por el apoyo y los gritos de sus amigos del grupo se empezó a poner algo agresivo conmigo y me dice en tono amenazante que si no dejaba de ser novio de Yanet el me rompería la cara en la salida de la escuela; ya yo en ese punto estaba muy asustado y creo que se me veía como comenzaba a temblar, entonces él se me viene encima y yo por reflejos le doy un empujón para que se apartara de mí, esto puso peor las cosas porque él se me viene encima y me devuelve el empujón pero con tanta fuerza que me tumba y caigo de espalda al suelo; (Como esa parte del patio estaba para una esquina esto pasó desapercibido por el resto de los alumnos) entonces el aprovechando que estaba en el suelo se me monta encima y comienza a forcejear conmigo tomándome de las manos, pero como era más fuerte y rudo que yo logra dominarme y coloca mis manos debajo de sus rodillas dejándome indefenso y en ese momento comienza a darme pequeñas cachetadas diciéndome:
-Mira lo niñita que eres, tú no puedes tener a Yanet porque ella es para mí, a ella le gustan los machotes no las hembritas como tú, mira cómo te toco la carita de jeva que tienes y no puedes hacer nada para evitarlo, el seguía dándome cachetadas suaves en la cara y yo ya no aguantando más comienzo a llorar, los otros compañeros empiezan a reírse al verme llorar y se arma la algarabía de todos ellos llamando la atención de todos en el patio, alguien grito ¡PELEAAAAAAAAAA! Y todos se fueron a esa esquina donde Robertico me tenía inmovilizado en el suelo y yo estaba llorando ante la risa y los gritos de todos los demás niños.
No pasó mucho tiempo cuando una de las maestras apareció en la escena y agarrando a Robertico por la oreja me lo quitó de encima, yo inmediatamente que me sentí liberado sentí un impulso que no pude controlar y le di una cachetada bien fuerte delante de todos y cerré los puños invitándolo a pelear de verdad, es obvio que la llegada de la maestra me dio esa oportunidad y solo porque ella estaba presente me atreví a hacer eso porque estoy seguro que si ella no hubiese llegado yo no habría hecho nada para defenderme.
Los muchachos hicieron un escándalo cuando yo le di esa cachetada a Robertico y este claramente muy molesto y con la cara roja del golpe que le di me dice que ahora si me iba a romper la cara cuando la maestra lo soltara, en ese momento llegó otra de las maestras y me agarró del brazo para impedir que continuara la pelea y ambas nos llevaron a la dirección de la escuela donde nos esperaba la directora con una cara muy severa, esto me dio mucho miedo porque yo no estaba acostumbrado a este tipo de situaciones, la directora nos pidió los números de teléfonos de nuestros padres para citarlos a una reunión al final de las clases ese mismo día por la gravedad de lo ocurrido; (Es importante aclarar que mi escuela era una de las más estrictas en materia de disciplina en esos tiempos y la falta que allí cometimos fue muy grave y nos podían expulsar o suspender)
Había pasado apenas hora y media o dos horas del incidente y no habían culminado aún las clases del día cuando uno de los niños del salón que fue al baño nos dice que nuestros padres habían llegado y estaban hablando en la dirección, yo estaba muy nervioso y en la cara de Robertico también se veía la preocupación, al rato entra al salón de clases una de las maestras auxiliares y nos llama para que le acompañemos a la dirección del plantel, al llegar estaban nuestros padres sentados frente a la directora con caras de evidente molestia, la directora nos mandó a estar de pie junto a su escritorio y nos dijo que después de haberle contado lo ocurrido a nuestros padres y al ver que evidentemente ellos se comprometían en disciplinarnos debidamente en casa y como era la primera vez que ocurría un evento de esta gravedad con nosotros siendo buenos estudiantes, ella había tomado la decisión de que nos teníamos que quedar dos horas después de las clases en el último salón del colegio por 5 días continuos para realizar un trabajo investigativo en conjunto, es decir ambos debíamos trabajar juntos en la investigación y redacción de esta asignación y que de no hacerla seriamos expulsados del colegio; la cara de Robertico y la mía lo decía todo, esto nos aliviaba mucho pues no sucedió lo peor y por lo menos teníamos la oportunidad de seguir estudiando en esa escuela que era muy buena.
Quiero explicarles que nos colocaron en el último salón pues después de clases el personal docente (es decir las maestras y la directora) se retiran de la escuela y solo queda una maestra auxiliar de guardia supervisando las labores del personal de limpieza que después de clases comienza a trabajar, el ultimo salón es un espacio donde los profesores realizan reuniones y allí también hay una pequeña biblioteca donde nosotros utilizando alguno de esos libros debíamos realizar nuestra investigación.
Al sonar el timbre de salida todos salimos corriendo y Robertico y yo nos dirigimos al salón indicado, el salón tiene una pequeña ventana donde uno estando sentado puede ver el pasillo de la escuela, ese día llegamos al sitio y nos sentamos sin conversar pero aun no sabíamos que debíamos investigar pues la maestra auxiliar no había llegado a decirnos nada, yo me senté junto a la ventana para ver si la veía venir y al rato ella apareció en el pasillo, yo enseguida le dije a Robertico que venía la maestra, al llegar ella nos dice que la directora se había ido sin dejarle instrucciones de lo que debíamos hacer así que nos dijo que ella había decidido que leyéramos juntos un libro ”Las aventuras de Tom Sawyer” y que en hora y media o dos horas nos preguntaría sobre nuestra lectura, nosotros asentamos con la cabeza, ella nos entregó el libro y se fue a hacer su trabajo.
Al irse ella nosotros nos sentamos uno frente al otro en una de las mesas que estaban en el salón, esa mesa es típica de las que hay en las sala de profesores o bibliotecas, era una estructura rectangular de madera resistente pero al mismo tiempo delgada y cuatro patas alargadas, si te dejabas rodar hacia abajo en la silla podías ver la parte de abajo de tu compañero de enfrente, nosotros nos distribuimos la lectura de tal forma que cada uno leyera una hoja del libro; Robertico comenzó a leer y no había terminado dos párrafos cuando yo lo interrumpí y le dije que yo ya me había leído ese libro en casa, él se empiezo a reír y yo pensando que se empezaba a burlar nuevamente de mi me puse serio, el se da cuenta de la situación y me dice:
-No te engoriles conmigo vale (engolirarse es ponerse bravo en nuestra forma de hablar de esa época) es que me dio mucha gracia porque mi mamá y yo la leíamos juntos antes de dormir y me la se casi de memoria, estaba leyendo solo para hacer el trabajo contigo para no ser mal amigo y salgamos de esto bien.
Yo al escuchar esto cambie la cara inmediatamente y me reí también y le dije:
-Después de todo no eres tan patán como pensaba.
-Yo no soy patán, solo que a veces me porto mal y ya.
-¿Tu sabes que te estabas portando mal conmigo hoy?
-Bueno en verdad un poco pero fue porque los muchachos me hicieron hacer eso porque teníamos un reto.
-¿Qué reto es ese?
-Ellos decían que si te hacia pelear seria su líder y me obedecerían en todo, tu sabes que te portas como niña muchas veces y ellos me dijeron que si te hacia molestar y peleabas entonces yo ganaría, y así fue, al final gane la apuesta jejejejejejejejejeje
Yo estaba algo sorprendido con lo que él me estaba contando aunque ya yo había sospechado algo pues veía extraña la actitud de los otros chicos, así que después de escuchar esto le pregunte:
-¿Y qué hacemos en todo este tiempo? (Yo sonreí ligeramente en lo que hacía una mueca de aburrimiento); al parecer ya ambos nos sabemos el libro de memoria.
-Podemos pelear
-¡Tu estás loco!, a mí no me gusta pelear y además a mí ya se me olvido lo que paso.
-Entonces podemos ver mi revista de nenas ricas.
Yo no sabía de que se trataba lo que el me estaba diciendo, así que con algo de ingenuidad le dije que estaba bien, entonces el abrió su bolso donde estaban sus cuadernos y libros y del fondo sacó una revista enrollada y algo arrugada, se veía vieja y muy usada, pero antes de desenrollarla y mostrármela me dijo:
-Dime al verdad ¿A ti te gustan las mujeres o los hombres?
Yo me quede congelado porque el en verdad me gustaba mucho y hasta había tenido fantasías con el, pero llenándome de valor para no mentirle le dije:
-A mí no me pueden gustar las mujeres ni los hombres porque aún soy un niño al igual que tu.
-Pero a mi si me gustan mucho las mujeres y las niñas.
Yo al ver que la conversación se estaba tornando muy incómoda para mí le dije:
-Mejor enséñame de una vez esa revista a ver que es de lo que se trata y ya.
-Tienes que jurarme por tu mamá que no se lo vas a contar a nadie, esta revista es la que vemos en el recreo casi todos los días y por eso es que nos apartamos los varones y nos sentamos en el morito del patio.
-Está bien, te juro por mi mamá que no se lo voy a decir a nadie.
-¿Seguro que no lo vas a comentar ni con las niñas con las que te la pasas?
-Ya te lo jure, yo no se lo dire a nadie sea lo que sea, va a ser nuestro secreto.
Robertico al escuchar esta frase de “Va a ser nuestro secreto” me miró fijamente y me dijo:
-Esto ya me está empezando a gustar, quiero ver tu reacción cuando veas esto.
Mi compañero de castigo me dijo que me sentara junto a él, yo rápidamente me cambie de puesto y el desenrolló la revista y en la portada pude ver a una mujer desnuda.
-¿Esto es una revista pornográfica?
-Mejor empecemos a ver lo que tiene dentro porque se pone buena la cosa mientras pasas las páginas.
Las imágenes de la revista eran de sexo total, por primera vez veía a una mujer desnuda y lo que más me llamó la atención fue ver a los hombres desnudos que tenían sexo con ellas, yo no podía creer lo que estaba viendo y enseguida sentí como se me estaba poniendo dura mi verguita, Robertico cada vez que pasaba una página hacia sonidos de excitación y ya para la segunda página veo cómo se está agarrando su verga por encima del pantalón que, de pronto yo no sabía si ver las imágenes de hombres en la revista que era lo que me llamaba más la atención o verlo a él agarrarse el pene el cual se le empezaba a marcar y el seguía agarrándoselo con más y más intensidad.
En medio de esta situación yo ya había decidido ver como Robertico se agarraba su bultote que se veía bastante grande y es que me empezó a parecer más interesante verlo a el ya que las imágenes eran casi todas de mujeres y muy pocas eran de hombres, de pronto veo que el deja de pasar las páginas de la revista y cuando levanto la mirada me encuentro con que el me estaba observando desde hacía rato como yo lo estaba viendo fijamente como se agarraba y se frotaba su parte íntima con tantas ganas, en ese momento al verme descubierto me quede congelado y él me dijo:
-¿Te gusta cómo me agarro la verga verdad?
Yo me quede callado sin saber que decirle, solo quite la mirada de esos ojos negros que me estaban descubriendo en mi más profundo secreto que era precisamente que me derretía de ganas por los varones como el, y entonces Robertico continuo diciéndome:
-¿Quieres ver mi verga verdad? ¿Te gustan las vergas verdad?
Yo seguía en shock sin saber que decir o que hacer ante esta situación y debí poner una cara muy especial de asombro y algo graciosa porque enseguida él me dijo:
-Jajajajajajajaja, mira deja de estar asustado que te voy a mostrar lo que en verdad quieres ver hoy, vente para la otra mesa que está cerca de la ventana para saber si viene la maestra.
Yo juro que no recuerdo en que momento me cambié de mesa, el próximo recuerdo que tengo es haber estado ya sentado junto a Robertico en la mesa cerca de la ventana temblando de miedo pero full emocionado y al mismo tiempo aterrado de miedo, nunca había tenido tanas emociones juntas, pero en verdad en el fondo lo estaba disfrutando mucho.
Mi amigo se coloca de frente a mi aun sentado en su silla, y yo puedo ver como se desabotona el pantalón y se baja el cierre (Cremallera) lentamente, el corazón se me estaba saliendo del pecho y era evidente que se había dado cuenta de lo nervioso y deseoso que estaba en ese momento pues yo no le podía quitar los ojos de encima viendo lo que estaba haciendo lo cual me tenía hechizado, entonces el ya con el pantalón abajo pero aun con su interior puesto se levanta de su asiento colocándose del lado que no se veía de afuera, yo en ese momento reaccioné y le dije:
-Cuidado que te pueden ver desde afuera
-Aquí donde me estoy poniendo nadie me puede ver, pero por el reflejo del vidrio puedo vigilar quien viene de manera segura, quiero que te tranquilices y también quiero que tú mismo me bajes el interior y veas lo que tengo aquí escondido para ti.
Yo estaba mudo totalmente y mi mirada ya no sabía dónde enfocarla, cuando lo miraba a los ojos quería ver ese paquete que estaba bastante abultado y luego volvía a verlo a los ojos y esa situación tubo su fin cuando él se agarra por encima de su interior ese palo erecto diciéndome:
-¿Me vas a tener aquí toda la tarde o vienes a bajarme el interior como ya te dije que hicieras?
Yo que siempre había sido hablador no tenía palabras con que responderle y obedientemente me levante de mi silla, me arrodille para de esta manera quedar debajo de la ventana y así no me pudiera ver nadie desde el pasillo, tome el interior con mucha delicadeza pero también con el temblor de una niña enamorada, se lo baje, (juro que no lo hice con rudeza, por eso dije que parecía una niña enamorada) y ante mis ojos salto una hermosa verga negra que casi me pega en la cara con un prepucio alargado que le daba cubrimiento total a la cabeza, el olor que emanaba de ella era delicioso, mejor de lo que me lo habría podido imaginar en mis más alocadas masturbaciones, era un olor a sudor ligado con algo más fuerte que no alcanzaba a identificar, más adelante comprendí que era olor a liquido pre seminal pues aun yo no eyaculaba y mis orgasmos aún eran secos.
Este maravilloso mástil que estaba frente a mi era grueso, un poco menos que el de mi primo Rafi pero más largo y me llamaba mucho la atención el color negro pues el de mi primo era blanquito aunque mucho más grueso, también me llamaba la atención las bolas de Robertico, estas eran muy negras y grandes, eran mucho más grandes que las de mi primo y colgaban como campanas, en verdad era impactante para mi toda esta experiencia, todo esto que les cuento paso por mi mente de 10 años a la velocidad de un rayo pero aún estaba por llegar lo mejor pues después que saltara esa hermosa verga en mi cara y yo me deleitara con su forma y olor Robertico rompió el silencio diciéndome:
-Ahora que ya estas frente a mi muñeco bello (haciendo referencia a su pene) quiero que lo desvistas completico.
Yo no entendí eso de desvestirlo y le pregunte:
-¿Que es eso de desvestir? No entiendo que quieres que haga
-Lo que quiero que hagas es que te conviertas en mi jevita secreta hoy, quiero que te quedes allí mismo donde estas y que con tus manos me hagas salir la cabeza que aún no la has visto.
Mientras él hablaba movía ligeramente sus caderas lo cual hacia que su verga se moviera de un lado al otro ligeramente rosando en algunos momentos mi boca, mi nariz y hasta a veces mis ojos, esto me calentaba cada vez más, se sentía que él tenía el control total de mi en ese momento, me sentía totalmente a su merced dispuesto a cumplir con lo que me dijera que hiciera, era como si yo hubiese perdido la voluntad y todo mi ser era esclavo de aquel chico de 11 años experto en seducirme en esos momento olvide que la maestra podía entrar y vernos, olvide todo y mi única atención era las palabras de Robertico y esa hermosa verga oscura.
Al escuchar la explicación de que era desvestir a su muñeco y entender de lo que se trataba esa petición decidí hacer lo que me decía, pero antes de hacerlo no aguante la tentación ligada a una incontrolable curiosidad y comencé a tocar primeramente sus grandes huevos negros para luego sostenerlos y acariciarlos con mi mano derecha, yo estaba extasiado con esto que nunca había visto en mi vida pues los míos eran pequeños y los de mi primo no eran tan desarrollados como estos.
Después de esta exploración en sus escrotos maravillosos decidí desvestir el muñeco de mi amigo (como ya habrán entendido esto quería decir que retirara hacia atrás el prepucio de su pene para dejar descubierto su glande) entonces deje de acariciar sus bolas y empecé a echar para atrás ese negro prepucio y para mi total asombro salió una cabeza morada de un tamaño bastante grande, se parecía a un hongo y con la luz de la tarde se veía un brillo muy especial ya que estaba tan parada su verga por lo caliente que estaba mi amiguito que la piel se había estirado a lo máximo y era por eso ese brillo que tanto llamó mi atención; yo podía ver como de su huequito (uréter) salía unas gotitas de un líquido blanco y transparente, yo pensé en mi ingenuidad que era residuos de orine y en verdad eso no me gustó mucho, más bien me dio asco, mientras yo echaba para atrás el prepucio de Robertico este empezó a hacer sonidos de placer y me decía:
-No te preocupes que yo estoy viendo por el vidrio que no venga nadie, ¿Te gusta mucho mi muñeco verdad? ¿Quieres ser mi jevita hoy?
Yo seguía sin saber que responder a sus preguntas y de repente el continua diciéndome:
-Ya vi que te gustan mis huevos mariquita, me encanto como me los tocaste, quiero que no me los dejes de tocar y hagas lo que te digo para que recibas el premio de mi muñeco.
Normalmente me hubiese disgustado en otra circunstancias que me llamaran mariquita o que me dijeran que fuera su jevita pero en esta oportunidad sentía que eso era lo que quería hacer y que él me llamara de esta manera me hacía sentir aún más motivado a continuar, era como si lo hubiese estado esperando toda mi vida y nada más importaba en ese momento.
Al ya haber cumplido con la labor de desnudar el muñeco de mi amiguito y después de quedar absorto viendo la hermosa cabeza que coronaba su verga endurecida por la excitación, como yo no tenía mucha experiencia y solo había jugado con mi primo a darnos besitos y tocarnos los penes jugando a los doctores casi por instinto y obedeciendo a mi compañero comencé a acariciar nuevamente las bolas negras y le di un besito en la cabeza de su verga hermosa, al ver el esto enseguida me dijo:
-Que rico se siente cuando me acaricias las bolas, definitivamente se ve que te gusta hacerlo, ahora quiero que abras la boca como si dijeras “Hola” y déjala abierta para para que pueda entrar mi muñeco.
Yo le pregunté ¿Quieres que te la bese más profundo el guevo?, esta pregunta le saco una sonrisa casi malévola a mi amigo la cual vi dibujada en su rostro durante unos segundos, en verdad yo nunca había escuchado sobre mamar o hacer sexo oral y solo le daba el nombre que creía según lo experimentado con mi primo Rafi, él después de sonreír al escucharme me dijo:
-Quiero que mames mi verga y quiero que pongas la boca como te dije y yo hago el resto.
Yo dije la palabra “Hola” y deje la boca abierta como él me dijo y el entonces introdujo su verga en mi boca, yo al sentir por primera vez algo así estaba nervioso pero a la vez muy animado de continuar y ver que sucedía, Robertico comenzó a meter y sacar su guevo negro de mi boca y me orientaba diciéndome:
-No dejes que los dientes toquen mi muñeco porque eso me molesta un poco, ¡Asíiiiiiiiiiii, que rico se siente esto!, ya aprendiste a recibir guevo por la boca, ahora quiero que me la chupes como chupas los caramelos o como te comes una paleta de helado, recuerda tener cuidado con los dientes.
Él dejo de moverse en su mete y saca de mi boca y yo comencé la labor de mamar como lo hace un becerrito cuando está tomando leche de la teta de su mamá, empecé a hacerlo lento pero el sabor era tan delicioso y sentir esa vergota en mi boca era tan indescriptible que me empecé a alocar en la mamada y yo solo sentía como Robertico gemía de satisfacción y escuchaba sus palabras casi susurradas diciéndome:
-Que rico me chupas la verga, que mariquita tan deliciosa eres; ah, ah, ah, ah, ah…
En ese momento cuando estábamos más absortos en esta situación, siento como el me aparta bruscamente y empieza a subirse el interior y el pantalón, yo me asusto al ver esta reacción y escucho que él me dice:
-¡Siéntate en la silla que allá viene la maestra!
Yo rápidamente agachado para que no se viera movimiento por la ventana llegue a mi silla al frente de mi compañero de castigo y casi dos o tres segundos después que él se sentó la maestra abrió la puerta y ya nosotros estábamos con el libro abierto, yo ya había comenzado a leer y cuando la maestra abrió la puerta todo estaba como si nada hubiese ocurrido, ella nos dijo que se tenía que ir más temprano y nos preguntó por qué página estábamos leyendo, yo le dije que estábamos casi por la mitad del libro porque leíamos rápido y nos habíamos repartido el trabajo de leer una página cada uno, ella dijo que estaba bien y que al día siguiente podíamos continuar donde nos quedamos para ella luego hacernos un interrogatorio de lo que habíamos leído, nos terminó diciendo que nos podíamos ir y que esperaba que no hubiese más peleas entre nosotros, al ella terminar de decir esto rápidamente nos levantamos de la silla como un resorte, nos despedimos de la maestra y salimos del salón.
Aun caminábamos por el pasillo cuando Robertico me dijo:
-Aún es temprano ¿Qué vas a hacer al llegar a tu casa?
-Me voy a poner a estudiar para el examen de matemática de mañana
-¿Quieres venir a mi casa a terminar lo que comenzamos?
Yo le dije que sí, e inmediatamente me regreso esos nervios tan típicos de cuando uno está muy excitado, el dijo:
-¿Tu sabes donde yo vivo?
-No lo se
-Yo vivo a dos cuadras de la escuela, ¿Sabes dónde está la tienda de helados de la señora María?
-Sí, yo siempre paso por allí
-Al lado hay un portón azul de metal, esa es la entrada de mi casa, uno entra por el estacionamiento, allí mi papá guarda el camión cuando llega y al fondo está mi casa.
-Vamos a echar una carrera a ver si me ganas, el primero que llegue al portón azul de mi casa le pone un castigo al otro.
Así lo hicimos, nos pusimos a correr y como yo era gordito y más pequeño que él enseguida me sacó ventaja, no tardó mucho en empezar a burlarse de mi diciéndome que corría como tortuga y se reía, ya me llevaba tanta distancia que comenzó a intentar correr de espaldas para mirarme, reírse y burlarse, esto en verdad no me molestaba para nada porque to sabía que no era muy atlético que digamos y más bien nos divertimos en esa carrera.
Al llegar a la cuadra donde estaba la casa de Robertico veo que él estaba ya frente al portón de su casa, me estaba esperando y estaba burlonamente silbando y mirando hacia arriba, yo me empecé a reír y el dejo de silbar y también se rio, yo casi sin aliento le dije:
-Yo no corro duro porque no entreno como tú lo haces, tú te la pasas corriendo en la calle y yo no, yo soy músico y toco guitarra y tú juegas béisbol, por eso me ganas, pero quisiera retarte a cantar una canción a ver quién gana.
En lo que yo le decía esto él ya estaba abriendo el portón y yo casi sin aliento le dije:
-Por favor dame un vaso de agua que me canse con esta carrera
-Yo hoy te voy a dar agua y algo más que ya sé que te va a gustar.
Entramos a su casa y el estacionamiento estaba vacío porque el papá no había llegado del trabajo, era ya la 1:00pm y ya teníamos hambre, al abrir la puerta de su casa al fondo del estacionamiento él me dijo:
-Ya te voy a dar agua y si quieres nos preparamos unos panes con jamón porque hoy mi mamá como salió a la reunión por el problema en la escuela no me dejo almuerzo hecho y aunque yo se cocinar no quiero perder tiempo porque ya sabes que hay que terminar lo que iniciamos en la escuela.
Robertico al entrar lanzo su morral con los cuadernos sobre el sofá y fue directo a la cocina, allí abrió la nevera y me dio un vaso con agua, yo me tome rápido el vaso con agua y el me dice:
-Mira mejor vente conmigo para el cuarto, terminamos lo que empezamos y después nos preparamos los panes con jamón.
Terminando de decir esto se agarró la verga por encima del pantalón diciendo:
-Mira como tienes todavía a mi muñeco cabezón, en la escuela me costó trabajo que se metiera de nuevo en el pantalón y me tuve que poner el morral encima para que la maestra no viera lo caliente que me tenías mariquita, ahora vente conmigo para el cuarto que te voy a poner el castigo que me debes por ganarte corriendo.
El me pasó el brazo por encima de los hombros como hacen los buenos amigos y caminamos juntos hasta su cuarto, el abrió la puerta y entramos, al llegar vi todo desordenado, encima de la cama había un plato con una taza y el al darse cuenta de esto me dijo:
-Bienvenido a mi cueva, eres la primera jevita que traigo para acá y tu primer castigo es llevar el plato y la taza de mi desayuno para la cocina, después ven para que te ponga el segundo castigo.
-Pero habíamos quedado que solo era un solo castigo.
-Yo gane la apuesta así que tienes que obedecerme
Yo muy caliente y nervioso obedecí y lleve todo para la cocina y cuando llegue a su cuarto él estaba aún parado frente a la cama y me dijo:
-Ahora quiero que me desabotones y me quites el pantalón, quiero que me bajes el interior y continúes obedeciendo en todo lo que te valla diciendo.
Yo me volví a colocar de rodillas frente a él y comencé a desabotonar su pantalón, al hacerlo le baje la cremallera y cuando le estoy bajando el pantalón él se sienta en el borde de la cama y me dice:
-Quiero que me quites los zapatos y más medias para que me puedas quitar todo el pantalón.
Yo inmediatamente obedecí a su petición con mucho gusto pues desde pequeño he sentido una fuerte atracción por los pies de los varones, deje de seguir bajando su pantalón y desabroche sus zapatos como el me indicó:
-Ahora compórtate como una perrita obediente, quítame también las medias y termina de quitarme el pantalón, que aquí tengo tu paquete duro.
Diciendo esto se agarraba el guevo y se lo apretaba, esto me ponía a mil con la excitación; al quitarle las medias vi sus pies a la altura de mi rostro y fue allí donde él me dijo:
-Quiero que me los huelas y me los beses, yo el otro día estando en casa de mi primo vi una película porno y la chica le hacía eso al hombre y a ti te toca ahora ser mi chica.
Yo empecé a olerle sus pies y a besarlos como él me había dicho que lo hiciera, siempre había querido ver los pies de mis amigos pero nunca imaginé que olerlos sería tan excitante y me pondría tan caliente, el entonces como reaccionando algo desilusionado a eso de besar y oler sus pies me dijo:
-Se siente bien pero no era como me había imaginado, quiero que te olvides de mis pies y bájame el interior para que te pongas a mamar de verdad, ya la verga se me va a reventar de lo dura que la tengo y quiero darte tu regalito.
Yo no entendía eso del regalito porque hay que recordar que yo era un niño de mi casa que nunca había visto ni una sola película porno en mi vida, solo había escuchado comentario de mis amigos respecto a hacerse la paja a coger con mujeres y con niñas pero nunca pensé en nada de lo que estaba viviendo y aprendiendo por primera vez ese día.
Sin perder tiempo deje sus hermosos y fuertes pies de varón y me dispuse a quitarle el interior sabiendo ya lo que encontraría debajo del, pero esto no me desanimó ni mucho menos me aburría, era como repetir la experiencia que había tenido en el salón de clases pero esta vez con más calma y con menos miedo a ser descubiertos en lo que estábamos haciendo.
-¿A qué hora llegan tus padres a la casa? (pregunte algo preocupado interrumpiendo la acción de bajarle el interior)
-No te preocupes que ellos llegan como a las 5:00pm, mámame la verga y no hables más.
Al escuchar estas palabras fue como si me desataran de algún amarre que tenía o como si encendieran un cohete en mi interior, como me sentía por primera vez confiado en no ser descubierto me sentí libre y por primera vez desobedeciendo la orden que mi amiguito me estaba dando me levante, desabroche mi pantalón, me baje el pantalón y el interior de una vez y saque mi verguita que estaba a reventar de lo dura que la tenía, entonces Robertico me dijo:
-¿Que estás haciendo? Yo no te voy a chupar tu pirulín, así lo tenía yo a los siete años y se empezó a reír.
Yo me apene mucho e hice como si me fuera a subir el pantalón para irme y el al darse cuenta de esto se paró de la cama donde estaba sentado se me puso enfrente y me dijo:
-No te pongas bravo conmigo jevita que yo solo estoy jugando, es verdad que tienes la verguita chiquita pero mamamas delicioso, mejor que mi tío Jorge y mi primo Andrés.
Diciendo esto yo me detuve en la acción de vestirme cuando siento que él me agarra con su mano derecha una de mis nalgas y me la aprieta ligeramente, esta sensación me calentó mucho y escucho que me dice:
-Aparte que mamas rico tienes un culo delicioso, se parece al de las películas porno y quiero probar eso también contigo, ya te dije que eres mi jevita y te voy a hacer gritar como una perrita. Ahora termina de bajarme el interior para que pague tu segundo castigo y comienza a mamármela.
Yo con los pantalones y mi interior abajo me arrodillé y le baje el interior, entonces él me dijo:
-Ahora vuelve a decir “Hola” como te enseñe en la escuela
Yo apenas había terminado de decir la palabra y ya él me había insertado su negro tronco en mi boca, esta vez se movía más que en la experiencia de la escuela, él estaba gimiendo con más fuerzas, yo estaba alocado en mamar y mamar, entonces empecé a masturbarme con una mano mientras con la otra acariciaba sus pelototas que colgaban y golpeaban mi barbilla, así pasamos un rato y el me sacó de golpe su verga de la boca, se sentó nuevamente en el borde de la cama y me dijo:
-Ahora mámamela aquí sentado y hazlo con fuerza que ya casi te voy a dar tu regalito.
Yo seguí mamando aun con más intensidad, el me agarro por la cabeza y metía y sacaba con más ansias su pene de mi boca, ya el ritmo lo llevaba él y yo solo dejaba que el hiciera el trabajo, yo me concentré en seguir masturbándome y acariciar sus huevotes, en una de esas el lanza un sonido intenso y me dice:
-Ya viene, ya viene perra… ya viene, quiero que te lo tragues, no dejes de tragártelo. Yaaaaaaaaaaaa…
Él se contrajo totalmente, me metió su verga con fuerza en la boca sosteniéndome la cabeza y sentí como un líquido caliente de un sabor extraño me inundaba todo por dentro hasta mi garganta, entonces sin poder escapar por la presión que ejercía sobre mí ambas manos de Robertico al sostener mi cabeza con fuerzas y firmeza no me quedo más remedio que tragármelo; algo que es importante resaltar es que pese a lo intenso del momento yo no sentí que el fuera extremo al introducir su pene en mi boca, no experimente en ningún momento que me ahogaba o me entraba demasiado, en algún momento yo ponía limites en la introducción de su verga mientras se la estaba mamando en ese mete y saca en mi boca, en verdad puedo decir que hasta el final el respeto eso, incluso al acabarme en la boca y sostenerme con fuerza y firmeza la cabeza no se extralimito en introducir más su hombría en mí, pienso que ya esto lo había hecho antes porque fue muy respetuoso en ese sentido lo cual me gustó mucho.
Al terminar de vaciar toda su leche en mi boca él se tumbó hacia atrás en la cama con los brazos extendidos hacia su cabeza y repetía:
-Que rico, que rico, que rico
Yo estaba aún con ese sabor en la boca y con el dedo me quite un poco de semen que había quedado en una de mis comisuras y por primera vez pude palpar su textura, yo estaba extasiado viendo lo viscoso del líquido cuando él me ve me dice:
-Jevita aún no has terminado de hacer ti trabajo, ya mi muñeco te dio tu regalito pero quiero que vengas y me termines de limpiar la verga con tu boca, quiero que me la limpies y que quede como nueva.
Yo aún sin saber totalmente lo que había ocurrido respecto a la eyaculación que me había tragado fui hasta él y me dejé caer encima de sus piernas las cuales colgaban de la cama pero enseguida al ver él lo que yo hacía me corrigió la posición colocándome de lado casi en una posición de 69 sin estar encima suyo, al estar en esta posición el empieza a acariciarme las nalgas y yo empiezo a lamer su guevo el cual seguía erecto y es entonces que empiezo a sentir como el deja de acariciar mis nalgas y toma mi verguita iniciando una masturbación deliciosa, yo al experimentar esto me emocione mucho y comencé a lamer y a limpiar su guevo como si mi vida dependiera de ello, su verga estaba reluciente y libre de rastros de leche, entonces mi amiguito retiró su verga de mi boca indicándome con ese gesto que ya no quería que siguiera mamando, en ese momento vi como perdía dureza su mástil y su cabeza morada se comenzó a esconder dentro de su prepucio mientras él seguía enérgicamente masturbándome, yo metí mi cabeza dentro de su entrepiernas rosando y presionando mi cara contra sus huevos y su adormecida verga mientras aspiraba con satisfacción ese olor a sudor y a hormonas de un chico que acababa de descargar toda su hombría, la sensación de placer con la intensa masturbación que me estaba dando Robertico hacía que presionara más y más mi cara y nariz a su verga y testículos hasta que una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo y grite de placer ahogando mi grito entre los genitales de mi amiguito.
Luego de esto nos levantamos de la cama, a mí me temblaban las piernas porque nunca había experimentado nada de esto ni con mi primo Rafi en los juegos más intenso de los doctores, nunca me habían masturbado y no había visto hasta ese día como era el semen, tratando de mantenerme en calma ambos nos vestimos y el dirigiéndose a mí me dijo:
-Esto que pasó no se lo puedes contar a nadie, es un secreto entre tú y yo, yo soy un macho y me gustan las niñas y las mujeres tetonas pero me encantaría que tu fueras mi jevita a escondidas y enseñarte otras cosas que hoy no hicimos.
-A mí me gustó mucho todo pero quería que me prometieras que no me vas a golpear ni te vas a burlar más de mí en la escuela.
-Yo te lo prometo si tú me prometes que vamos a ir a visitar a mi tío Jorge esta semana.
-¿Para qué quieres que visite contigo a tu tío?
-Bueno en verdad es visitar a mi primo Alexis y a mi tío porque ambos viven juntos y sé que te va a gustar ver películas porno con nosotros, te prometo que vas a aprender mucho porque ellos les encantan los nenes mariquitas como tú, muchas veces hemos conversado de que haríamos si tuviéramos a uno como tu sentado con nosotros en la sala de su casa o en la cama jejejejejejejeje.
Yo quedé asombrado y al mismo tiempo intrigado de esa invitación y le pregunté:
-¿Pero tú has hecho esto con tu primo y con tu tío?
-Claro que sí, yo soy hombre pero me gusta divertirme y como no tengo una niña que se a mi novia aprovecho el tiempo practicando con ellos, en verdad los tres somos machotes y hacemos esto que hoy hicimos tu y yo, a veces lo hago con mi primo que es mayor que yo y mi tío le gusta observar y hasta a veces hemos hecho esto entre los tres al mismo tiempo pero siempre hemos querido a alguien así como tú, hay cosas que no nos gusta hacer pero yo estoy seguro que a ti si te va a encantar que las hagamos contigo. ¿Qué respuesta me tienes? ¿Te atreves a conocerlos?
Yo estaba confundido por lo que había pasado entre Robertico y yo pues era mi primera vez y lo que me estaba proponiendo, estaba confundido porque era mucho por procesar, todo había sido intenso y tan inesperado que no sabía si estaba en la realidad o lo estaba soñando, al mismo tiempo algo dentro de mi quería que aceptara esa propuesta y mi respuesta fue “Si”, entonces Robertico me dijo que fuéramos para la cocina, allí preparamos unos panes con mantequilla y jamón, nosotros entre risas y juegos, entre agarradas y chistes nos comimos ese pancito, luego yo le dije que me tenía que ir porque en mi casa se podían preocupar, él dijo que estaba bien pero que recordara al otro día decirle cuando podíamos ir a casa de su tío, que él me prometía ayudarme en la escuela para que los otros chicos no se burlaran de mí y que no tuviera miedo en conocer a su tío y a su primo porque ellos eran aún mejor onda que él.
Así culminó esta parte de la historia, luego les tengo que contar como me fue con Robertico, el tío Jorge y el primo Alexis…
con ganas de leer la siguiente parte