MI AMOR Y SUS HERMANOS I I
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Recuerdo que estaba yo en casa de una vecina, mirando por un ventanal, con la mirada perdida, en la creciente del río, que pasaba detrás de su casa, este se había desbordado y aunque su casa era alta, de allí contemplaba la inundación. Cuando llegó él, Luis. me preguntó de como estaba, yo le respondí, y por primera vez, me di cuenta que ya estaba echo un jovencito precioso. A diferencia de sus hermanos que eran muy blancos, Luis es más trigueño, el pelo amarilloso con tips naturales, que le daban un encanto maravilloso. Se juntó conmigo a mirar la creciente por el ventanal y ambos comentabamos de aquello y lo ortro, que bajaba en la crecida, como árboles, basura, etc. Cuando de pronto yo sentí que Luis se pegaba, de mi muslo y sentí la dureza de su órgano viril, en el. Disimulé, no fuera yo a mal interpretar, pero me puse muy nervioso, no se me sentí como cuando era chiquillo y un adulto, me intentaba enamorar, con sobos y toqueteos, para conseguirme y gozarme. Pero la diferencia ahora, era que yo tenía ya 18 años y aquel chico, era de los hermanos menores, del que fue mi amor, solo tendría unos 14 o 15 años.
A todo esto, doña Catalina, la dueña de la casa, que le gustaba darse el palo (beber sus tragos de alcohol), nos dijo que iba hasta el mercado, que nos podíamos quedar allí en confianza y le cuidaramos la casa. Seguimos charlando, y yo con mi corazón muy agitado…Luis volvió a la carga, o sea comenzó a sobarse en mi muslo. No quedaba ya duda y yo me encendí, soy de carne y hueso! Poco a poco y sin hablar, fui girando mi cuerpo buscando con mi culo su paquete, duro y parado. Él callado pero suspirando comenzó a frotarse en la raja de mis nalgas, y yo echaba mi culo hacia atrás, que no era problema para mi, por ser nalgón, y dada mi estrecha cintura, con unas nalgas tan paradas, anchas, redondas, lampiñas y fuertes, los machos se volvían locos por ensartarme, modestia aparte. Ese día vestía yo un short muy cortito y ajustado, Luis por su parte, tenía unos jeans negros y estaba sin camisa. Su pecho ancho, ya definido y su vientre plano, en six-packs, me éxcitaban a millón.
Me parece aun sentir sus susurros, repentinamente en mis oídos que me asustaban, pero me derretían. Luis- Quiero metertelo, quiero tener mi primera experiencia sexual contigo, yo se lo de Jimmy y tú y que otros de mis hermanos te lo han clavado, ellos hablan entre si, por la noche y se cuentan las cosas, te admiran y desean mucho, pero yo no soy así, yo nunca diré nada a ellos, solo esto lo sabremos tú y yo.- Yo solo le respondía que él era menor que yo, y que a Jimmy era cierto que lo quise mucho, pero me hizo llorar y sufrir, que con sus otros hermanos, lo que llegué a hacer , era por rabia, cuando Jimmy me traicionaba o como cuando, me llevó a dar un paseo en su motora, y era que había planificado, que su primo me cogiera, no me pude negar y ambos me follaron, en casa de su primo. Este también tenía un tremendo pedazo de carne, gordo y macizo, que me esbarrató el culo. Aunque carnalmente gozé ese día, me dolió en el alma, pensar que mi amor, Jimmy me compartiera así de fácil. Cuando uno ama a alguien, no le importa estar con nadie más, si el amado te responde, como es debido. Todo esto le contaba a Luis, quien no dejaba de refregarse entre mis nalgas, ya apretándolas y sobándolas con sus manos, yo hablaba pero meneaba mi culo de un lado para otro, cicularmente. Le dije que tubieramos cuidado que Doña Catalina, podía llegar en cualquier momento.
A todo esto, Luis buscó mi boca y nos besamos como dos novios, que en su afán se quieren comer la boca, uno al otro. Le pedí mamarsela, allí y que mientras él velara, que no viniera nadie. Ya me había descontrolado, me puse muy caliente y quería gozar. Cuando se sacó aquel pene, quedé atónito, tan niño y lo tenía como Jimmy de grande y más grueso aún, enorme, rico, una delicia de verga, que me la metí toda a la boca, comiéndomela glotónamente, desesperadamente, como si me fuera en ello la vida! Luis gemía, y gemía, entonces me pedía que me bajara, los short, para metermelo allí mismo y a mi me daba miedo, por que Doña Catalina podía volver, pero a la vez me éxcitaba la idea, más no quería perder esa oportunidad, que que ese bello ejemplar de macho adolescente me penetrara, y me hiciera suyo. Así que pudo más la tentación y el deseo, me levanté, y me bajé los short, que dejé caer en el suelo, me doblé sobre el ventanal, abriendo las piernas, cosa que mi culo quedara en pompa y abierto, y así facilitarle a Luis, su penetración. El chico como un loco, se arrodilló y comenzó a besarme todas mi nalgas, las mordía, las lamía, con las manos mías yo me abría y me comenzó a lamer mi hoyito, su lengua me penetraba, y yo gemía de placer. -Así Luis, así le decía- Luego que me dilató bastante con su lengua, él mismo me puso más saliva en mi culito y me comenzó a entrar la cabeza de aquella enorme tranca. -Es mi primera vez, esto es lo más rico del mundo, tu culo me tiene loco, quiero que sea mio por siempre y solo mio, ahhhhhhhh- Yo lo escuchaba y no lo podía creer, que ese chico menor que yo, que el otro día era un niño, ahora me estubiera penetrando, gozándome, haciéndome sentir dolor y placer a la misma vez. Cuando me entró toda, y se comezó a resbalar sin oposición de mi esfinter, fue que mi gozo fue completo. Ya no me importaba que nadie llegara o nos viera. Papi dame duro, dame duro, que me gusta, le gritaba yo. Chicos ese es el placer más rico que los dioses nos han dado, una macho caliente con una buena verga, entrándola bien fuerte, sacándola casi toda y volviendo a darnos la estocada, y a la ves ese temor, que nos sorprendan en el acto, es algo que no se puede describir, de tanto gozo. En mi arrechura pensaba, que él se viniera ya, para que no, nos sorprendieran, ensartados, pero no; Luis me daba y me daba y no cedía. Recuerdo que de gozo, las lágrimas rodaron por mi rostro, Luis me preguntó que si era que me dolía mucho…no nene, no sigue dándome duro, es de placer , que lloro papi. Hasta que bramó, gimió fuetemente y me inundó de leche y amor. Yo busqué su boca y así fatigados, nos besabamos y yo entonces jalándomela me vine como nunca. Ufffff, aquel placer fue indescriptible. Que mucho gozé con Luis aquel polvo, improvisado y sorpresivo.
Así comenzaron, mis relaciones con Luis. Ese mismo día por la noche, me volvió a coger en el montesito, que mi amor, su hermano, me había penetrado por primera vez. Era algo, que descubrimos en ambos, que no nos podíamos despegar. Pero a la vez yo pensaba que él, era menor que yo, por cuatro años, pero volvía y repensaba que como hombre, era todo un semental, y hermoso para acabarme de joder y enchularme de él. Fue que cuando terminamos de hacerlo, en el ventanal de mi vecina, al despedirse, me citó esa misma noche, al montesito, y allí estube yo puntualmente. Ese nene, no se llenaba de placer y quería más y más. Esa noche yo no me puse ropa interior, nada, solo que me llevé un lubricante, por que el grueso de su pene, me partió los plieguez, sangrando un poco, cosa rara, por que yo, ya había cogido más huevo que el sartén del Army (refrán de mi país, que se refiere a cuando has cogido mucha verga), pero así fue. No desnudamos ambos, y me hizo arrodillarme, sobre una sábana que llevó en su mochila. Luego de yo lubricarle su verga, con la crema que llevé, me lubriqué yo, mi hoyo, y él me la metió de un viaje, que rico, me dolía aún, por el grosor de su verga, pero cuando todo pasó, no quería que dejara de penetrarme. Lo que más me gustaba de Luis, eran las palabras tan lindas que me dicía, mientras me penetraba, su excitación, la lujuria que yo le causaba y que le causo, aún hoy día. Esa noche, también lo cabalgué, mientras aquella enorme tranca, yo en cuclillas, encima de él, acostado en la sabána, me entraba entera, y así mismo volvía a salir, produciéndome gemidos y gritos de placer. Creía que me desmayaba, que perdía la razón. Ni siquiera mi amor Jimmy, me hizo sentir ese placer tan grande. Aquel chico, nació para hacerme gozar de verdad.
Dejé de hacer el amor con sus otros hermanos, siempre busqué la forma de rechazar diplómaticamente sus acercamientos, por que ahora Luis llenaba mi vida entera y lo amaba con locura. Él nunca me decépciono, ni me hizo sufrir por celos o engaños. Se ganaba la vida mecaniando, arreglando autos, esa era su pasión y con lo que ganaba, me llevaba a moteles, a la playa, dónde acampabamos fines de semana y me tenía todo el tiempo ensartado. Que feliz me hizo. Sobre todo nunca se escondió para estar conmigo, y siempre me defendió de las lenguas mal intencionadas de la gente. Pero como todo en la vida, sigue su curso, el tiempo pasó y entonces él se enamoró de una chica. Yo lo comprendi y ya mas maduro en mi pensar, sabía que era lo lógico, lo natural, aunque me destrozara el alma. Luis se casó y me alejé de él. No bien pasó un año de casado, volvió a buscarme. Aún nos encontramos furtivamente. No ha cambiado en nada, siempre enamorándome con susurros al oído, con sus palabras tan bellas, que errizan mi piel, como cuando besa toda mi espalda y mis nalgas, con la puntita de su lengua, haciéndome delirar de gusto y placer. Mi amor, Jimmy volví a verlo y a tener su amistad, pero jamás volví a entregarme a él. Luis llena todo mi espacio, y ya echo todo un hombre, siempre tiene un lugar para mi, en su vida. Esto es una realidad, es mi vida. Así nací, así Dios me hizo. Gracias por los comentarios de la primera parte de este relato verídico, y que aún siguen escribiéndose páginas, de amor y lujuria, en mi historia personal. Gracias!
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