Mi brasileño, el amor de mi vida
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Matlyon13.
Esto que voy a relatar me ocurrió unos años atrás, actualmente tengo 27 años, vivo en Barcelona, a los 21 años tuve la oportunidad de hacer un intercambio en Río de Janeiro gracias a mi carrera de turismo y hotelería.
Iba a cursar el 2do año de la carrera y me encontraba en un avión directo a Brasil, sin hablar portugués pero con un inglés bastante fluido, todo lo que voy a contar sucedió en inglés, pero lo escribiré en español para que no haya complicaciones.
Afortunadamente la familia que me iba a acoger hablaba perfecto inglés y algo de español, había tenido contacto con el padre, un hombre de 35 años, ingeniero en sistemas, su nombre es Joao, desde que me postulé y él aceptó mi perfil iniciamos una conversación por skype, me contó de su familia, su esposa Liliana de 33 años y su hijo Matheus de 11, me enseñó una foto por la pantalla la cual no revelaba mucho de ellos, he de confesar que me parecían gente muy linda físicamente, la piel de los 3 era trigueña, bronceados por el sol, rostros realmente atractivos, pero el que más me llamó la atención fue su hijo, el chico tenía grandes ojos cafés, nariz recta y un tanto ovalada en la punta, su sonrisa era preciosa, unos labios gruesos y unos dientes blancos, tenía una sonrisa de modelo, tierna, dulce y picara, su cabello era lacio y un poco largo en el fleco y corto de los lados y atrás, la foto no dejaba más a la vista. En la foto se apreciaba que el ojo izquierdo de Matheus tenía una ligera desviación hacia adentro, un estrabismo casi imperceptible pero que le daba un aspecto tan dulce y tierno que me cautivó.
El día del viaje llegó sin contratiempos, dejando a mi madre y a mi sobrino de 8 años (esa será otra historia) en el aeropuerto, llenándolos de besos y abrazos, mi sobrino me daba piquitos en los labios como si no fuera a verlo nunca más.
Entre lágrimas y cariños subí al avión con la esperanza de que ese año se fuera rápido y volver a mi Barcelona que tanto amo.
Las 11 horas de vuelo las pasé entre un turco que olía realmente mal y un mexicano nada conversador, algo que me pareció raro, ya que tenía la idea de que los mexicanos eran gente muy sociable y amena.
Al momento del anuncio del aterrizaje empecé a sentir una rara emoción por conocer a mi "nueva familia", la expectativa de todo me hacía sentir ansioso y excitado por las nuevas cosas que aprendería.
Bajé del avión, tome mi laptop y fui directo a la banda del equipaje, no pude evitar mientras esperaba, notar que la gente en ese país era realmente linda, me refiero a lo físico, son muy atractivos y cuidan mucho su figura.
Salió mi par de maletas y yo con ellas por la puerta después de migración. Busque entre algunos rostros, después de ver y buscar entre la gente ahí estaba Joao, con su mirada amable que me reconoció al
Instante, me acerqué a él y lo saludé, él me dio la mano un fuerte abrazo y me ayudó con una de mis maletas, hablamos un buen rato de nosotros mientras conducía de camino a casa, era viernes por la tarde y hacía mucho calor, me contó de ciertos temas de los cuales yo ya tenía conocimiento por nuestras platicas por internet.
Llegamos a un vecindario de clase alta, todos los lotes estaban ocupados por lujosas casas, los camellones tenían grandes árboles, la gente caminaba con sus perros tranquilamente, era gente rica la que vivía ahí.
Liliana abrió la puerta en cuanto escuchó el auto arribar, Joao me ayudó con el equipaje mientras yo saludaba a su esposa, me besó las mejillas y me dijo que me sintiera como en casa, que me instalara y que disfrutara estar ahí, que harían todo para hacerme sentir cómodo, no pude más que agradecer y ofrecerme a ayudar en lo que pudiera.
La casa de mi nueva familia era moderna minimalista, con gran estilo y personalidad, era amplia muy bien decorada con muebles muy elegantes y un toque de arte.
pasamos al comedor y ella llamó a Matheus para que bajara a saludar y conocerme.
Oí los pasos bajando por la escalera e instintivamente voltee, jamás pensé que su presencia me fuera a impactar de aquel modo.
Ahí estaba él , parado detrás de mí, un poco avergonzado por no conocerme, su piel era bronceada y no llevaba playera, tenía un torso atlético, sin nada de grasa corporal, pero para su edad estaba marcado por el ejercicio, los brazos estaban tonificados, en su abdomen se lograban ver ligeramente sus cuadritos aún de niño, cosa que me pareció extremadamente excitante, llevaba puesto un short de fútbol y tenis, sus piernas eran gruesas y bien marcadas y Dios mío sus nalgas, eran grandes, redondas y paradas, firmes, lo más hermoso que había visto en un chaval de 11 años, ligeramente se notaba al término de su espalda el principio de sus hermosas nalgas, una línea pálida que se alcanzaba a distinguir producto de que el short tenía el resorte un poco flojo y al parecer no llevaba puesto ningún tipo de ropa interior.
Lo salude amablemente.
Yo: hola Matheus, mucho gusto- y extendí mi mano.
La tomó y se acercó para darme un beso en la mejilla, quedé petrificado, nunca me lo imaginé, esa clase de cariño hizo que me enamorara instantáneamente de ese crío.
yo soy un tipo guapo, el típico catalán-español, mis ojos son cafés y mi mirada es bastante penetrante según mis allegados, mi piel blanca y mi cabello es castaño, desde joven tenía la barba cerrada pero la afeitaba, entrenaba diario por lo que tenía un cuerpo ejercitado sin ser un atleta pero siempre en forma.
Respondí al beso dándole uno más en la otra mejilla, ya que así se acostumbra en España.
Mat: hola, el gusto es mío.
Era muy bien educado y esa sonrisita en su cara me dejaba idiotizado.
Yo: Seguro eres muy bueno en el fútbol, ya tendremos tiempo para que te de unas lecciones.
Soltó una risita como de burla y me dijo que me ayudaría a instalarme en mi cuarto,
Así lo hicimos, empecé acomodando mi ropa mientras charlábamos y nos conocíamos más, su inglés era muy bueno y nuestras conversaciones eran fluidas y dinámicas, teníamos muchas cosas en común, películas, comida, equipos de fútbol, música, y después de ponernos al día dijo que seguramente seriamos muy buenos hermanos.
Era un sueño, aquel chaval tenía un físico de ensueño, unas nalgas prodigiosas y un carisma que me volvía loco, más que su hermano yo quería que fuéramos algo más.
A las 5 pm aproximadamente el teléfono sonó y por él sonido de la voz de Liliana algo no andaba bien, me comentó después que su madre había sufrido un accidente y que tenían que ir, yo no supe que decir, era mi primer día, Matheus se negó a ir y pidió que nos quedáramos el y yo en la casa, su papá me conocía bien y era una prueba para que ellos confiaran aún más en mi, argumenté que no tenía inconveniente al final de cuentas solo sería un fin de semana, ellos accedieron de buena gana notando la gran empatía que existía entre Matheus y yo, me dejaron una tarjeta de débito y me dijeron que comiéramos y saliéramos al cine, Joao me dejó su auto y a las 6 pm partieron en la camioneta de Liliana.
Yo: bueno Matheus que vamos a comer?
Mat: definitivamente pizza.
Yo: pizza será entonces.
Ordenamos la pizza, cenamos en la sala viendo pelucas, cuando terminamos de cenar, le pedí a Matheus que levantara las cosas de la pizza ya que yo había hecho todo lo demás, y me fui a tomar un baño, cuando regresé me encontré con que no sólo no había recogido nada, si no que había hecho un desastre con palomitas de maíz que había preparado y mientras veía el fútbol de la emoción las regó por toda la sala.
Yo: pero que carajos pasó aquí Matheus?
Tus padres se van por un par de días y en menos de 2 horas tú te destrampas y haces este mugrero?
Me había puesto de mal humor ver su comportamiento.
Yo: creí que eras un chico responsable y te estás comportando como un niñito,-mi voz era firme- si yo hubiera hecho esto a tu edad, de la paliza que me hubieran dado no me habría sentado en una semana.
El me miró avergonzado, con las manos atrás y bajó la cabeza al encontrarse con mi mirada.
Yo: estoy muy decepcionado de ti Matheus, recoge todo esto por favor y vete a dormir.
Me disponía a partir cuando escuche su voz:
Mat: espera, tienes razón, tú has sido amable conmigo, me consentiste con la cena, me dejaste ver mis programas y yo me he portado muy mal, pero no quiero que te enojes conmigo y que creas que soy malo.
Se acercó a mi con una actitud suplicante de perdón, algo tímido se paró frente a mí y levantó su cara, esos ojos tristes de verdadero arrepentimiento voltearon a verme, el ligero estrabismo provocó una ternura estúpida en mi cabeza, en su rostro se veía el arrepentimiento sincero, pedía perdón, él se estaba disculpando, era un gran chico.
Mat: me perdonas por favor?
Y me pidió que me agachara como para decirme un secreto, lo hice y el se colgó de mi cuello como changuito, lo cargué y cruzó sus piernas por mi cintura.
Mat: perdóname, si? -Y me daba un beso en el cuello.- ¿si?- y me besaba la mejilla.
Su juego me dio mucha ternura y le devolví un beso, y le dije.
Yo: claro que te voy a perdonar Matheus, si me caes muy bien, pero esa clase de comportamientos no son correctos, tus padres te tienen confianza y no son tan estrictos, deberías ser más consciente.
Mat: tienes razón
y avergonzado bajó la mirada.
Mat: espérame aquí.
Fue a una de las habitaciones y regresó con las manos atrás, no pude ver lo que traía, se acercó y me pidió que tomará asiento, lo hice en una de las sillas del comedor, se paró frente a mí y extendió un cepillo de madera.
Mat: Mi madre siempre que me porto mal amenaza con darme un a paliza con esto, jamás lo ha hecho ni con sus manos.
No supe que hacer, no tome el cepillo, estaba en blanco, lo puso en la mesa junto a mí.
Mat: creo que has sido un gran amigo-hermano y yo no, merezco que me des unas nalgadas.
Tomó el resorte de su short y lo bajó hasta sus rodillas. Vi su pene lampiño y pálido, el color en sus muslos e ingles blancas, se acercó hacia mí y se tumbó en mi regazo.
Ahí estaban frente a mí, esas nalgas grandes y firmes, redondas, dos grandes pedazos de carne infantil posando frente a mí, el color más pálido de su piel, la textura tersa a la vista, un culo diáfano e inmaculado, creí estar soñando.
Yo: bueno Matheus, creo que esto es muy maduro de tu parte, te daré seis nalgadas pero con las manos, creo que el cepillo es excesivo.
No iba a desaprovechar esa oportunidad.
Alcé mi mano y la dejé caer firmemente en su nalga derecha, el sonido me puso más excitado, de inmediato se marcó mi mano en su nalga de un color rosado, al segundo impacto note que esas nalgas eras todo músculo, no se movían más que lo mínimo y Matheus empezaba a sollozar, el tercer impacto entre las dos nalgas hizo que mi pequeño crío soltara un alarido, el cuarto cayó en la parte baja de ese manjar y lo hizo brincar, el quinto y el sexto fueron rápidos pero con gran dureza, provocando un color rojo fuerte en sus hermosas nalgas y liberando por fin un llanto de arrepentimiento y dolor que se da solo cuando el castigo es justo.
Instintivamente antes de dejarlo parar, sobé sus nalgas por un rato y las besé tiernamente.
Yo: ya puedes levantarte guapo.
Se sentó en mis piernas aún con los pantalones abajo, puso su cabeza en mi hombro y empezó a llorar abrazado a mi cuello.
Mat: peerdonnaamee .-su voz se cortaba por el llanto.- me voy a portar bien, lo prometo.
Yo: mírame a los ojos, siempre que tú seas sincero y honesto te voy a perdonar, esto que acabas de hacer es un acto de valentía y habla muy bien de ti.
Decía esto y le besaba las mejillas secando sus lágrimas con los labios.
Se levantó de mis piernas y cuando se disponía a subirse los shorts tiró una mirada a mi entrepierna.
Mat: je, je, tu pito está duro como el mío.
Me puso tan caliente que dijera eso que no pude contener mis ganas de que esto llegará más allá.
Yo: si,¿ lo quieres ver?
Mat: de verdad puedo? Y sus ojos se iluminaron.
Me bajé el pantalón de pijama que traía puesto y apareció mi falo de 20 cm de largo y 8 de ancho, nada extravagante.
El de Matheus media unos 8 o 9 cm y era delgado.
Mat: wow, que grande.
Yo: hagamos un juego, vale?
Mat: vale, lo que tú me digas guapo, lo que tú me digas.
Qué me dijera "guapo" como yo le decía a el de cariño me pareció algo hermoso.
Lo senté en la mesa y le di un besito en los labios, el cerró los ojos y pudimos sentir esa conexión especial.
Bese su cuello, el tenía las manos en la mesa, baje por su pecho, su abdomen duro, regresé a sus pezones, los mordí suavemente, él suspiró de placer, baje a su pubis olí sus ingles, después el paraíso, mamé su pene una y otra vez, bebí sus jugos infantiles, lamí sus huevitos, era un manjar.
Podía notar que él estaba en otra dimensión.
Yo: ahora es turno de que pasemos a algo mejor, cariño.
Se me quedó viendo y me dijo.
Mat: me la vas a meter?
Yo: si no quieres no guapo, no quiero que te sientas presionado.
Mat: no es eso, es que tengo miedo que me duela, de verdad te deseo, mi papá me enseñó fotos de ti antes de que llegaras y tenía muchas ganas de conocerte, eres muy lindo y guapo y sobre todo tan amable que creo que siento amor por ti.
Sus palabras me dejaron sin aliento.
Yo: Es curioso, pero a mí me pasó lo mismo, desde que te vi en esa foto en los Ángeles que tienes con tus papás ansiaba conocerte.
Me abrazó fuerte y me dijo al oído.
Mat: hagámoslo.
Mat: se que soy gay, siempre lo he sabido, alguna vez estuve a punto de hacerlo con un chico de mi clase, pero sabía que tenía que ser especial, ¿Y quién más especial que tú?
Yo: ok mi vida, tú también eres lo más especial que me ha pasado, espera aquí, nos besamos y nuestras lenguas se tocaron por primeras vez. El sabor de su saliva era como
Un néctar que me embriagaba.
Fui a mi cuarto y de mi maletín saqué un lubricarte, volví con mi hermoso ejemplar y le pedí que se levantara y acomodara su torso en la mesa y se quedara de pie sacando el culo. Obedeció emocionado.
Él espectáculo era perfecto, sus nalgas firmes saliendo hacia mi, sus pantorrillas marcadas y su pequeño ano rosado se veía claramente.
Me acerqué y bese su anito, lo lamí, mordí sus nalgas, las besé, besé las marcas de los azotes,aspiré su olor, no quería perderme nada.
Me levante y lubrique mi pene al igual que su ano, metí un dedo y jugué con el, Matheus estaba tranquilo, disfrutando cada sensación, tomé mi pene y lo coloqué en la entrada de su virginal ano.
Suspiré, me acerqué a su odio y le dije cuanto lo amaba, él me respondió con un beso tierno y mientras lo besaba deje ir parte de mi pene hacia su interior, él abrió los ojos y el dolor con la excitación lo hicieron poner un rostro único de placer, yo estaba encantado, la sensación de su culito apretado mi pene era mágica, sentir cómo iba abriendo aquel culo único era majestuoso, seguí metiendo mientras besaba su cuello, empecé un mete-saca rápido que nos hacía gemir a los dos, el frenesí era unico.
Yo: te gusta mi vida?
Mat: si papito, dame más, nunca me dejes
Yo: jamás bebé, te amo.
Mat: te amo papi.
Metía y sacaba una y otra vez, sus nalgas rebotando en mi pubis me hacían el hombre más feliz, ese espectáculo redondo, firme y duro chocando contra mí con cada embestida me ponía en otra galaxia, sentía que no podía más, el placer era inexplicable, sin pensarlo me dejé llevar e inundé las entrañas del amor de mi vida, chorros de semen salieron disparados.
Jadeábamos, estábamos en shock.
Mat: es lo mejor que me ha pasado
Yo: ni que lo digas bebé, es un sueño.
Saqué mi pene y ayude a Matheus a incorporarse.
Yo: estás bien?
Mat: mejor que nunca
Me abrazó por la cintura y su cabeza en mi abdomen. Le abracé y nos conectamos aún más.
Yo: tomemos un baño, ¿te parece?
Mat: si guapo.
Nos bañamos mutuamente, en silencio, con miradas cómplices, lavé su culito con paciencia, haciéndole graciosas bromas sobre sus grandes y duras nalgas, él se reía, las movía y paraba para mi.
Salimos de la regadera y envueltos en toallas fuimos a mi cuarto.
Prendí el aire acondicionado y desnudos nos metimos en las sabanas.
Viendo al techo se acostó entre mi brazo poniendo la cabeza en mi pecho mientras platicábamos de los planes para el día siguiente y nos reíamos de bromas y chistes, varias veces nos besamos los labios tiernamente hasta que el sueño nos venció.
Así, desnudos, felices y cansados pasamos mi primera noche en Río.
La felicidad de ese momento no la puedo describir.
Esta es la primera parte de mi historia con Matheus. Si les gustó por favor dejen sus comentarios, entre más comentarios tenga más inspirado para seguir estaré.
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