Mi compa vergón
La primera de muchas historias de mi compa el vergón .
Sucede que una de tantas veces que andaba caliente, fui al cine porno a ver que veía.
Llegué, pagué mi entrada y entre a la sala, cómo venía de la calle, entré todo encandilado de afuera y me quedé un rato en lo que me acostumbraba a la oscuridad.
Cuando logré ver, empezaba a recorrer la sala y ví muchos hombres subiendo y bajando, entre ellos, uno alto, delgado que todos bateaban por su facha desaliñada y guandaja, tal vez como un indigente.
No le di mucha importancia y seguí buscando, la tarde estaba medio mala, a parte de solo el cine, estaban los mismos de siempre y nadie que valiera la pena, no soy nada exigente pero la verdad los que estaban ahí eran para aburrirse.
Total, me canse y decidí buscar una butaca para sentarme y camino a sentarme lo encontré. Alto, flaco y medio feo. Como ví que lo estuvieron bateando, le pregunto que si andaba muy caliente y me dijo que un poco jarioso y le ofrecí mamarle la verga.
Nos subimos a la parte alta del cine y le saco la verga y oh cielos! Aquello era un monstruo como de 23 cm y gruesa, solo pensé, de lo que se perdieron estos bueyes, se la empecé a chupar y gemía muy rico, señal que si andaba caliente, en eso se empiezan a rodear varios tipos, a querer tocar y solo los corria. Estuvimos un rato hasta que le saque la leche y seguía con la verga dura, se sube los pantalones y le digo que si seguía caliente y me dijo que si. En eso nos fuimos al baño y le dije que me la metiera, no sé cómo me entró pero me la metió hasta adentro, solo sentía la punzada de que ya no me entraba más adentro, en eso siento las contracciones de su verga vaciándose y dejándome lleno el tanque.
Quedó a gusto y nos fuimos a sentar. Creí que ya se iba y le dije que me pasara su número y antes de irse me volvió a coger, está vez me puso a gatas en la parte de abajo de las butacas desde el principio, se me dificultaba mucho que me entrara su verga de forma normal y la metía se lado hasta que mi anito lograba abrirse y dar paso a todo ese trozo se carne. Sentía sus arremangones hasta donde aguantaba y mi anito empezó a contraerse y a apretar su verga hasta que con un buen ritmo lo hice venirse de nuevo.
Nos arreglamos la ropa y salimos del cine, caminamos hacia el transporte y quedamos de vernos después.
Llegué a mi casa caminando como venado recien nacido pero bien cogido.
Luego les cuento más.
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