mi compadre tiene una inquietud y me la cuenta en confianza (2)
tranquilo compadre, que estamos en su casa y cualquiera puede pensar mal.
Para leer la primera parte ve a este link: https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/gays/mi-compadre-tiene-una-inquietud-y-me-la-cuenta-en-confianza/
Mientras mi compadre va por otras cervezas, la fiesta va muriendo. Los niños van saliendo de la alberca y mi esposa se acerca para preguntarme qué haremos, si nos vamos ya o nos quedamos un rato más, los niños ya están cansados y además debes manejar. Le respondo que me tomo una cerveza más con el compadre y nos vamos. Se regresa a la casa con la comadre y veo que ya viene el compadre con dos cervezas en la mano.
¿Qué pasó compadre, ya se quiere ir su señora? Pues sí compadre ya ve que mañana hay escuela y los niños deben descansar, además que hay que manejar de regreso. Entonces es la última y aquí lo dejamos por hoy, ¿le parece? Mejor así compadre, mejor así.
Me tomo el primer sorbo de cerveza y le pregunto así directamente: ya que me tuvo confianza compadre, qué pasa con esa idea de experimentar, ¿ pura curiosidad? ¡La curiosidad mató al gato jajaja! Me mira el compadre y me dice: Si le cuento usted no raja, ¿estamos? Ah caray, nos conocemos de hace mucho le respondo, aquí hay confianza, ¿o no?.
Le voy a contar algo que me sucedió antes de conocerlo a usted, tenía 15 años y nos fuimos de excursión, lo organizó la escuela y nos fuimos a acampar a un pueblito cerca de la ciudad, con espacio para tiendas de campaña. Fueron 2 maestros y una maestra, y 25 alumnos, 12 hombres y 13 mujeres.
Uno de los maestros nos daba clases de tecnología, un sujeto de 34 años, bastante bien parecido y fornido, las niñas en el salón no dejaban de verle y para mí era uno más de los maestros, el otro maestro tenía a su cargo la materia de historia, era más bien gordito y simpático, en sus cuarenta años, pero tenía cierta estructura. La maestra era una mujer que le gustaba este tipo de actividades, de altura promedio con buena figura, resultado del ejercicio que le gustaba hacer.
Al ir en autobús llegamos entre las once y doce del día y de inmediato los maestros nos instruyeron para armar tiendas de campaña unos, otros para bajar los alimentos y bebidas. Se dividieron en campañas de 3 personas, separados por sexo, y los maestros harían guardia fuera de las tiendas
Hicimos juegos y actividades entre todos pues había armonía entre el grupo. El terreno al ser apto para este tipo de dinámicas, contaba con baños generales divididos entre los de hombre y los de mujeres, tipo cabañas que contaban con regaderas y servicios, con separadores para comodidad de los usuarios. Comimos cerca de las 5 de la tarde y el maestro de tecnología armó una fogata para sentarnos alrededor y comenzaron con charlas motivadoras pues ya saldríamos de la escuela para entrar al bachillerato.
Finalmente alrededor de las 9 de la noche tocó baño y como habían 5 regaderas, nos dividimos en equipos. Muchos de nosotros nos incomodamos por bañarnos juntos y el profe de historia lo notó y nos dijo que no era necesario desnudarse, usen un bóxer y listo, no pasa nada. Al ser 12 hombres y dos maestros y para tener más confianza los maestros se encargaron de un grupo y dijeron que se bañarían también con bóxer.
No hubo tiempo de avergonzarnos pues el servició cerraría a las diez de la noche así que los maestros nos presionaron para irnos a bañar. Los primeros en entrar nos tocó con el maestro de historia y comenzaron los chistes y empujones de ver al maestro en bóxer, que sería raro verlo bañándose con nosotros y comentarios similares, el maestro para acabar con el relajo nos apuró y comenzó a quitarse la ropa hasta quedar en trusa blanca.
Compadre, yo no había tenido problemas respecto a ver a mis compañeros pues siempre hacíamos relajo en los baños de la escuela pero ver a un maestro casi sin ropa me tomó de sorpresa. Al verlo con solamente su ropa interior avanzó hacia las regaderas y lo vimos de espaldas. Vaya espectáculo del maestro, no me había fijado que el tipo tenía bastante pelo en el cuerpo y a pesar de ser gordito la trusa le marcaba un muy buen culo.
De inmediato se metió a la regadera pues el tiempo apremiaba. Nosotros aún sorprendidos por verlo casi sin ropa nos quedamos mirándonos unos a otros hasta que el maestro se sale de la regadera y abriendo los brazos nos dice: ¡¿qué esperan, rápido?!
La trusa mojada del maestro mostraba una buena verga, gruesa y larga aun sin estar erecta. La tenía acomodada hacia el lado izquierdo. Al ser seis alumnos y 5 regaderas, los compañeros ocuparon cada una de las 4 libres, uno más se metió con otro alumno y yo no sabía hacia dónde dirigirme. El maestro nota que no me muevo y me dice: apúrate, métete con alguno de tus compañeros.
En mi mente no dejaba de pasar la imagen de su verga que comparada con la mía se veía enorme. Entré con un amigo que estaba solo y comencé a bañarme. Entre risas y manoseos nos bañamos y de repente el maestro se para frente a nosotros y nos apura diciéndonos que falta otro grupo, mientras que con su toalla se secaba los huevos y la verga. El tipo estaba desnudo. Eso no estaba en el acuerdo pensé yo, pero sí, en algún momento debíamos estar sin ropa para cambiarnos. Tomó su ropa limpia, se agacha para meterse la trusa seca y sin problema nos dio una vista de su enorme culo, culo lleno de pelos. Sus nalgas hicieron que mi verga reaccionara. Muchos se rieron y el maestro respondió: ¿Acaso no han visto un hombre desnudo? No como usted responde un tipo, en las porno están mamados.
¿Ah sí? ¿Y en las películas los tipos tienen una así? Se la saca frente a nosotros y la reacción fue inmediata. ¡Maestro, no mame! Unos asombrados, otros muertos de risa pero esa verga era algo serio. ¡Apresúrense! respondió y terminó de vestirse.
Compadre, yo estaba fuera de este mundo, me dijo. Había visto antes a mis amigos y a mi papá en la regadera pero lo del maestro era otra cosa.
Salí de mis pensamientos y todos siguieron su ejemplo, entre vergas y culos que antes no me llamaron la atención, ese día algo cambió, la sangre comenzó a hervirme y se me estaba parando, me cambié de boxer y me puse mi ropa limpia.
El maestro esperándonos fuera de los baños nos apuraba porque faltaba el otro grupo que desesperados nos decían que ya salgamos pues no daría tiempo de asearse. Uno a uno salimos. Al salir me dice el maestro: ¿todo bien? a lo que le respondí que sí que todo estaba bien mientras yo evitaba su mirada.
De parte de la maestra no tuvo problemas con las chicas pues se organizaron mejor. Lo que pasó entre las mujeres se quedó entre ellas pero también tenían su propio desmadre.
Mientras yo escuchaba a mi compadre, tal vez producto de las cervezas, la verga se me puso morcillona por escuchar su historia. Se me hizo una mancha en el pantalón que logré disimular al ponerme la cerveza sobre la humedad.
Le pregunté a mi compadre ¿por qué le preguntó eso su maestro? a lo que me respondió: no lo sé, yo no me fije de que me haya visto pero tal vez él sí me vio a mí y mi nerviosismo. Nunca me había fijado en hombre alguno pero el maestro despertó nuevas emociones que me hicieron dudar.
Nos fuimos a las tiendas y mis amigos y yo nos acomodamos. Platicamos de muchas cosas, entre ellas ver al maestro sin ropa y uno de ellos dijo: vaya pedazo de verga que tiene el gordito, eh! imaginen si estuviera en forma, podría ser actor porno. El otro respondió: la tiene enorme el cabrón, seguramente su esposa no tiene queja de su gordura, o tal vez lo goza doble, cuando se la coge y cuando se le echa encima. Nos soltamos a reir y yo respondí: la tiene muy grande, mas que todos nosotros. ¿cómo la tendrá el otro maestro?
Los dos amigos voltearon a verme al mismo tiempo y me preguntaron que si estaba interesado en verle la verga al otro maestro. No, es decir, o sea, solo fue una idea. Se miraron entre ellos y se rieron. Seguimos con la plática y uno a uno comenzó a tener sueño pero yo no dejaba de pensar en el maestro y en su enorme verga. Si dormida tenía ese tamaño cómo sería bien parada.
Compadre, ¿no se fijó en su amigos de tienda? le pregunté y me respondió que no, que no estaba interesado en ver a sus amigos, solo en ver a su maestro, que en su mente repasaba la imagen del maestro desnudo. Sus enormes nalgas peludas y su pedazo de verga.
Y entonces se durmió compadre, o qué sucedió.
Qué voy a dormir compadre, mi mente estaba volando y mi verga más. La tenía parada y necesitaba jalármela o hacer algo pero dentro de la tienda no podía. Vi la hora en mi reloj y era casi la una de la mañana y pensé ir detrás de los baños para «orinar». Salí para ir a desahogarme y sabíamos que los maestros estarían haciendo guardia alrededor de la fogata.
Pensé ver a los maestros despiertos, sin embargo veo que quien estaba durmiendo era la maestra. Como la vi acomodada no quise despertarla para preguntarle dónde estaban los maestros. Me dirigí hacia los baños y al acercarme comencé a escuchar ruidos.
Así, chúpala así rico cabrón, trágatela toda.
Continuará…
Que mal relato
Uffff… ¿Quiénes eran? ¿Qué más pasó? Sigue, por favor…
Sigue contando. Seguro se va a poner bueno
Cuando leí del culo peludo ya se me paró… hay que comérselo bien y darle verga a tu maestro. No hay cosa mas rica que buscar con la boca, entre el bosque peludo de la raja de un macho adulto, su ojete carnoso y dulce… sentir y ver come se hincha y dilata a lambetazos y chupadas y oírlo lamentarse de gozo…